Yeison Jiménez - “Yo Viví Cuatro Vidas, Y Ya No Quiero Correr Más. Solo Quiero Caminar.”

Yeison Jiménez - “Yo Viví Cuatro Vidas, Y Ya No Quiero Correr Más. Solo Quiero Caminar.”

09 de abr de 2025

En este episodio del podcast "Los Hombres Si Lloran", Juan Pablo Raba y Dani Posada conversan con el cantante de música regional colombiana Jason Jiménez sobre sus experiencias de vida, explorando temas de crecimiento personal, resiliencia y salud mental. A través de su historia, Jason comparte momentos de dificultad y superación, destacando el impacto de la música y la fe en su vida.

Capítulos

Inicios difíciles

Jason Jiménez narra su infancia en el eje cafetero colombiano, destacando la vida acomodada que tenía hasta que sus padres se separaron. Esta ruptura llevó a su familia a enfrentar dificultades económicas, llevándolo a trabajar desde muy joven en distintas actividades para apoyar a su madre y hermanos.

Vida en Bogotá y Corabastos

Cuenta cómo, tras mudarse a Bogotá, empezó a trabajar a los 13 años en Corabastos, un mercado mayorista en la ciudad, combinándolo con estudios. Durante este tiempo se enfrentó a ambientes cargados de violencia y consumo de sustancias, lo que lo llevó a tomar decisiones cruciales para alejarse de estos entornos.

Encuentro con la música y la fe

Jason explica cómo la música y una profunda conexión con la espiritualidad, influenciada por una joven que conoció, lo ayudaron a encontrar un nuevo camino. Relata sus inicios en la música, grabando canciones y vendiendo CDs en bares mientras buscaba alejarse de problemas familiares y de su entorno anterior.

Lucha contra la ansiedad y la depresión

Reflexiona sobre las etapas de ansiedad y depresión que enfrentó a medida que su carrera avanzaba. A través de terapia, fe y autoconocimiento, logró sobrellevar estos episodios. Comparte que la clave ha sido integrar prácticas como la oración, el ejercicio y la respiración consciente en su día a día para mantener su bienestar mental.

Reflexiones sobre éxito y bienestar

Jason comparte cómo redefinió su concepto de éxito, priorizando su paz mental y calidad de vida sobre los logros materiales. Enfatiza la importancia de la salud mental y la conexión espiritual, y cómo ha encontrado equilibrio en su vida al valorar las pequeñas cosas cotidianas.

Conclusión

En este episodio, Jason Jiménez nos ofrece una mirada honesta y profunda a su vida, mostrando cómo, a pesar de las adversidades, ha logrado transformarse y sanar. Su historia es un recordatorio del poder de la vulnerabilidad y la importancia de buscar ayuda y conexión cuando más lo necesitamos.

Menciones

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               Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a mi amigo y productor Dani Posada te damos la bienvenida a Los Hombres y Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal en donde me hago muchas preguntas y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional esta búsqueda te traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda este, nuestro espacio tu espacio es seguro y se llama Los Hombres Si Lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza. Bueno, tuvimos que empezar corriendo, hermano, porque ya habíamos arrancado. Has repetido varias veces, cuatro letras son las que ahora me dan respaldo. No, de eso no podemos hablar. Ah. Empezamos mal, mar hablar. Ah, empezamos mal, marica. Empezamos mal. ¿Por qué? Lo has dicho seis veces. Lo que pasa es que yo siempre me baño y pongo música cuando me hago en la mañana. Normalmente siempre son prédicas o cosas para el crecimiento espiritual o personal que son para crecer espiritualmente. Cómo ser más sabio, cómo ser más callado, cómo ser más astuto, todas esas cosas sí que están en YouTube. Pero hoy estaba escuchando música bélica, entonces por eso vengo con esa vaina. Música bélica, ¿qué es música bélica? Ahoritica en México hay una música que se llama como corridos bélicos, que están muy fuertes a nivel mundial. Pero eso tiene algo que ver con los narco corridos. Todos, claro. Habla de ellos todo el tiempo. Ok, entonces yo no conozco a ninguno, pero la música me parece chimba. Ok, entonces venía escuchando la música. Ok, vale, perfecto. Entonces listo ya. Pero cuando te sentaste me dijiste que vos has vivido como cuatro vidas si en cual estabas pues primero gracias gracias por la oportunidad de estar acá gracias a ti por tu tiempo valoro mucho que me permitan compartir hablar expresarme en cualquier tipo de escenario y más en esto tan importante que desde hace mucho tiempo me salían por ahí todas estas pláticas yo decía que ching va a estar ahí? Pero no pensé que iba a estar, ¿sabes? No, porque no me veía ahí. Pues soy un artista de música regional colombiana. Como que no tengo muchos conocidos que estén en este medio de los podcasts y más de crecimiento personal de todo esto. Entonces creo que por eso no lo veía ahí. Pues normalmente me veo en podcast de música. Hermano, yo te quiero agradecer a ti. Para nosotros es muy importante tenerte. Gracias. Es relevante, es bonito. Y yo igual más allá de eso, es que a mí me conmueve mucho que cualquier persona quiera venir aquí a sentarse a hablar conmigo. Y me disculpen estar aburridos de oír esto, pero yo lo tengo que seguir diciendo. Y es que a mí me conmueve mucho que cualquier persona quiera venir aquí a sentarse a hablar conmigo. Y me disculpen estar aburridos de oír esto, pero yo lo tengo que seguir diciendo. Y es que a mí me conmueve que un hombre se quiera sentar conmigo a hablar de un tema como es la salud mental. Entonces, pues nada, tal vez nos estamos buscando y ahí nos encontramos, compadre. Así que gracias. Así es, aquí estamos. Entonces, cuatro vidas. ¿En cuál estamos? ¿En cuál estás en este momento? ¿Por qué yo digo que tengo cuatro vidas? Bueno, realmente es porque así es. Tuve una vida de pequeñito, de niño, hasta los nueve años, ocho años, que era un niño de un hogar, papá, mamá, todo en orden. Ellos tomaban mucho porque son paisas, dueños de negocios en ese tiempo, de licor supermercados y cantinas y bares y eso luego pasas a tener una segunda vida que es un niño ya en Bogotá huevón que no conocía a nadie ¿qué marca el paso de esa vida a la otra? mis padres se separan nos vamos a ir a Manizales dos años paso de ser un niño de tenerlo todo muy bien hasta recogiendo chatarra con 12 años. ¿Qué? Sí, resultó en la calle. ¿Cómo pasa eso, ma? Mi papá tenía mucho dinero, pero él no tenía educación financiera. Tenía más astucia. Y mi papá a los 35 años era rico. Era un man que podría tener un plantel de 10 mil millones de dinero en ese tiempo. Eso es un huevo de plata para ese tiempo. De hecho, nosotros teníamos dos empleadas, una para mí y una para mi hermana. Y yo eso lo veo muy a menudo. ¿Sí me entiendes? Sí, sí, sí. Yo recuerdo eso y había anquelos y había leche en polvo y en tarros gigantes en la cocina y había pollos y cerdos en el patio de la casa y cada rato llegaba mi papá y mataba a un marrano y se armaba unos pachangas. Mi papá tenía cuatro carros, motos, andaba armado todo el tiempo porque en ese tiempo un comerciante paisa andaba armado normal con su carril, su plata y su revólver. No eran ricos, pero mi papá estaba muy bien. Y lo sé porque todo el tiempo llegaba gente a traerle dinero, de las fincas, de cultivos, de los negocios, de arriendos, de carros, de servicio público. Cuando ellos se separan, mi papá acabó con todo en una cuestión de tres años, de los ocho a los once años. ¿Y cómo? Tocó fondo en muchos aspectos. Él se dedicó a beber y el licor trae todos los males del mundo. Drogas, mujeres, tres en oches, problemas, pleitos, peleas y una cosa se llevaba a la otra y una cosa se llevaba a la otra. Yo estaba muy niño. Solo como que escuchaba que se vendieron tal cosa, que se llevaron tal cosa, que la policía se recogió tal cosa. Entonces mi mamá se separa de mi papá y nos vamos a vivir a Manizales. ¿Con tu mamá o con tu papá? Con mi mamá. O sea que tu mamá era nos vamos a vivir a Manizales. ¿Con tu mamá o con tu papá? Con mi mamá. O sea que tu mamá era la que mantenía a tu papá como organizado. Sí, ellos, ¿sabes qué fue lo que pasó? Que como construyeron tanto patrimonio juntos, él por no darle nada a ella lo empezó a poner a nombre de los amigos. Y los amigos le hicieron muchos rotos. Hijo de... Eso fue lo que pasó. Entonces cuando menos pensamos, llegamos a Manizales y mi mamá montó un restaurante en la galería de Manizales pero el restaurante eran dos tablas, una tabla la de allá, otra tabla la de acá, con cuatro sillas, cuatro sillas, una eterní por un rotico por donde pasaban los almuerzos y la cocina adentro. Eso era el restaurante. Eso era un cajoncito chiquitico. Y ahí mi hermano, pues al ver ya que la vaina está precaria, pues empecé a trabajar, a recoger chatarra por la Galería de Manizales. ¿Cómo empezaste en eso? Pues al frente habían tres chatarrerías, justo al frente de mi casa. Entonces como que uno veía que traían maíz y lo pagaban, traían cobre, lo pagaban hierro, lo pagaban, no sé. ¿Yo sabes qué hacía? Picaba neveras. En las neveras tienen una pasta por dentro, como donde uno ponía los huevos, ¿se acuerdan? Sí, sí, sí. Esa pasta, yo no me acuerdo cómo se llama eso, weón, y esa vaina se lo regalaban a uno por uno picar una nevera y entregar la lista. Motor aquí, cobre aquí, aluminio aquí, alambre aquí, chatarra aquí y la fibra de vidrio aquí en unos bolsos ¿si me entienden? entonces como que yo desarmaba todo eso y me pagaban con esa pasta y esa pasta la guardaba en el baño del restaurante de mi mamá en Lonas picada y cuando tenía 2 o 3 bolsos yo ahí lo vendía y eran 20 mil, 30 mil pesos ¿y eso con cuánto? ¿12 años? 12 años, si ¿qué es eso parce? a los 12 años, sí. Eso, parce. A los 12 años, duré un año allá. De hecho, yo estudiaba en la mañana y llegaba a mi casa, almorzaba y me ponía a cargar chatarra, camiones, desde las 1 de la tarde hasta las 6 de la tarde. Y ahí me daban unos 20 mil pesos. Luego me sentaba con no indigentes, no personas de la calle, pero como que sí, porque como que sí tenían una habitación, pero las pagaban por noches a seleccionar. Ahí hay una fábrica que se llama Bata, en Manizales. No sé si la conoces, la de los zapatos. Y eso llegaban unos bolsones gigantes donde estaban las formaletas de los tenis y eso trae una capa de tela, una capa de cartón una capa de papel y como una una guía y todo eso viene junto que era donde cortaban, entonces uno tenía que separar eso en bolsas y ahí pero no, esa fue la etapa chévere la etapa fuerte ya mi tercer vida es cuando llego a Corabastos. Porque yo entro a Corabastos con 13 años, aquí en Bogotá. Nosotros nos venimos a Bogotá, yo nunca había venido a Bogotá. Cuando yo llegué, llegué en un turbo con Corotos. Pero espérate, ¿por qué al restaurante no le va bien? O sea, ¿por qué tienen que ir a Bogotá después de Manizales? Mi papá era muy agresivo. Entonces siempre buscaba a mi mamá para pegarle. Y él, pues de hecho nosotros conocimos todos los barrios de Manzanares porque a todos iba y hacía un escándalo y le pegaba a mi mamá y nos echaban. Y cuando fuimos a vivir a Manizales, allá fue a buscarla. Con ganas de pegarle y el tema. Mi mamá consiguió una pareja y salieron una vez. Era un señor que manejaba una turbo. Y el señor la molestaba y la molestaba y la molestaba y la molestaba. Y un día mamá, voy a salir con este man. Salió con el man como a los 15 días en embarazo. Ponchada. Entonces el Señor le dice que nos vengamos a ir a Bogotá. Llegué a Indalito, barrio de Indalito que es abajo de Patibonito hacia el Caño. El Señor manejaba aquí un bus por la ciudad, como se llama, urbano. Y ahí sí ya comienza Cristo a padecer porque pues ellos no se entienden, no se conocían bien. Claro, el Señor se va, mi mamá queda en embarazo, mi hermana vende el chance con 13 años. Yo tenía 12 años, no había comida, no teníamos nevera, no teníamos televisor. Lo único que teníamos era una grabadora que le servía un solo parlante. Y era el CD, pero la tapa estaba dañada, entonces nosotros le poníamos un tejo encima. Y ya, eso era lo único que teníamos. Juanpa, una grabadora que solo funcionaba un parlante. Nada, cocinábamos en estufa de gasolina. Y después de tú tener camioneta Luke 2000, cero kilómetros, la última de este del año, tres casas en el pueblo. Eso es complicado. Sí, fue una vida como me dieron la vuelta así. Pero sí, ¿cómo haces? Voy a devolver un segundo a la segunda vida. ¿Cómo haces? ¿Cómo haces ese niño, hermano, para pasar de esa vida acomodada a de repente ese cambio de chip tan berraco? Decir, aquí hay que caminar y a recoger lo que sea. O sea, de dónde, de dónde, de dónde te viene ese espíritu, hermano? Yo empecé a ver. Nosotros comíamos muy bien. Como te digo, yo conocí los quelos toda esa vuelta. Y yo empecé a ver como que mi mamá todos los días como que lloraba mucho por cómo nos acomodaba el almuerzo. Entonces era muy normal que comprábamos todo en bolsitas, en dindalito, en un granero. Entonces yo iba y compraba 500 pesos de arroz, 300 pesos de aceite, se lo echaba en una bolsa, 500 pesos de salchichón, 3 huevos, 200 pesos de cebolla, un tomate, un plátano. Y yo decía, pues puta, yo no había vivido eso. En mi casa en el mercado llegaban unos bultos. Cuando yo empecé a ver que estaba tan complicada la alimentación, pues yo dije, pues tengo que ayudar. Y usted entiende, hasta los 12 años, usted ya sabe qué está pasando. Que no lo asimila, yo nunca supe que era tan pobre, solo hasta cuando crecí, cuando ya llegué al colegio. Porque nos pedían tareas de noticias. Para ganar sociales tocaba llevar una noticia todos los días y yo no tenía que ver noticias. Y entonces yo recuerdo que una vez el profesor me dijo, pero es que hermano, usted es inteligente, ¿usted cómo va a perder la materia por notar una noticia? ¿Es que no tiene televisor? Y yo lo miré y le dije no. Y entonces yo me acuerdo que el man se quedó mirándome y como que se me vino y me dijo, quiero hablar contigo. Y yo, dale, profesor. Y ya me cogió y me dijo, quiero que me cuente. Y yo, no, yo no tengo televisor, no tengo nevera, no tengo nada de esa mierda. Ah, bueno, vamos a hacer una cosa. Necesito que cuando vengas para el colegio pases por las droguerías y hay periódicos y me traigas un recorte. Así es lo que diga el periódico. Yo listo, y así lo hacía. Fue una vaina muy, muy loca, ¿no? ¿Y cómo fue dejar de vivir con tu papá para vos? Juan pa, el punto de inflexión de mi vida fue la separación de mis padres. Yo ya lo superé. O sea, eso es algo que a mí no me atrae absolutamente nada. De hecho, yo tengo ocho hermanos. Por parte de mi papá tengo Alejo, Andrés, Mónica, Heidi, el niño, cinco. Y por parte de mi papá tengo a Alejo, Andrés, Mónica, Heidi, niños cinco. Y por parte de mi mamá dos, siete y yo ocho. Exactamente así está la vaina. Entonces, yo siempre decía que yo viví una vida que yo no tenía porque haberla vivido y culpaba a mi papá. Yo decía es que es por su culpa. Mentalmente yo decía yo estoy aquí en una plaza de mercado que yo vendía aguacates seis años, pero yo no vendía aguacates aquí. Yo cargaba bultos en Corabasto seis años, desde los 13 hasta los 19. A las 3 de la mañana entraba hasta las 11 de la mañana. Todos los días de mi vida. Yo crecí en Corabasso en Bogotá esa es realmente mi historia pero siempre cantaba desde peladito era cantante, cantante, cantante ganaba los concursos del pueblo y siempre me gustó la música pero no lo veía como un estilo de vida, yo no sabía que iba a ser cantante yo cantaba porque me gustó la música pero no lo veía como un estilo de vida. Yo no sabía que iba a ser cantante. Yo cantaba porque me gustaba. Parce, ¿y esos nueve años en Corabastos, compadre? Seis. ¿Ibas al colegio también? Sí, yo estudiaba en la tarde. O sea, días largos. Claro, desde las tres de la mañana hasta las nueve me acostaba siempre. Oiga, la verdad, yo cuento dormía diez, once, 12, 1, 2, 3, 5, 6 horas. Y era alcohólico. ¿En ese momento? Sí. ¿Cuándo probaste el trago por primera vez? Como a los... Uy, no, yo me metí en problema de borrachado por los 13 años. ¿Ahí en Corabastos? Claro, es que en Abastos el licor es como el desayuno. Sí. Claro, yo he desayunado con un tinto y un aguardiente, con 13 años. Todos los días a las 3 de la mañana me mandaban un tinto y un aguardiente, como que lo despertaba uno. Pero claro, eso va generando una dependencia y todo el tiempo ver licor alrededor, todo el tiempo ver borrachos, todos los borrachos. Yo no sé si ahora las cosas han cambiado pero en ese tiempo la gente tomaba demasiado no basta mucho yo tomaba todos los días todos los días pues tanto así que cuando ya llegó a los 19 años yo llego a una iglesia cristiana y empiezo a dejar todas esas cosas ¿cómo llegas a la iglesia? llegué a un colegio y me gustó una peladita del salón y ella me dijo que era cristiana y yo le dije ¿qué es eso? y yo le dije pues yo también soy cristiano yo no soy marciano me dijo no, nosotros somos de los hijos de Dios de la iglesia manantial de vida eterna y ya, ya me gustaba mucho entonces me invitaba a la iglesia, yo al principio pues iba por verla, pero ya después le cogí justo la vaina y ya me enamoré de ese tema como, pues toda la vida, ¿no? Hoy en día yo no voy a una iglesia mucho porque no me queda tiempo, pero sí soy un hombre que vive en Dios. Todos los días cobro, todos los días trato de hablar con Él y así. ¡Qué cosa tan espectacular! Y mientras tanto, mientras estabas ahí en Corabastos, ¿qué pasaba en tu casa? Mi casa fue un desastre, weón. Era un desastre total. ¿Desastre? ¿Por qué? Pues al tú ser tan pobre siempre llegas a barrios muy humildes. Y al llegar a barrios muy humildes siempre te encuentras con personas que la sociedad los ha llevado a ese rincón, la vida. Entonces nosotros, yo crecí entre bandidos, ladrones, putas, vendedores de trago, vendedores de droga. Yo crecí en ese ambiente. Nosotros vivíamos en inquilinatos. Un inquilinato era una casa en Patidonito donde habían cuatro cuartos abajo y vivían cuatro familias una casa de dos pisos y en el segundo piso vivían tres cuartos y vivían tres familias eran siete familias en una casa eso es una mierda loca porque tú escuchas todos los problemas de todo el mundo cuando llega el man borracho y le pega a la hembra cuando el hijo llega drogado y la mamá se pone a llorar, cuando pasan todas esas cosas. Y usted escuchaba todo y veía todo y así, yo crecí ahí. ¿Drogas entraron por ahí alguna vez? Yo probé todas, bueno, no, mira, no probé todas las drogas porque me pasó algo muy curioso, Juanpa. Mi hermana queda en embarazo con 15 años de un muchacho, curioso, Juanpa. Mi hermana queda en embarazo con 15 años de un muchacho donde nosotros vivíamos. Era la cuadra de la gente que mandaba al barrio. Y esa gente vivía al lado de mi casa. ¿Qué? ¿Como las firmas? Eran los bandidos. Pues claro, empezamos a ir a fiestas de rap. Yo escuchaba rap, cantaba rap. Me fascinaba el hip hop. Hoy me gusta mucho el hip hop. O sea, me encanta. Mi hermana se devuelve la novia de uno de ellos a este man le pegan cinco tiros y no se muere y queda en embarazo mi hermana de él y de un momento a otro tú resultas en fiestas huevón con drogas, con ciclas robadas, con motos robadas y la primera vez que yo pruebo una droga con drogas, con ciclas robadas, con motos robadas. Y la primera vez que yo pruebo una droga, tenía 14 años. Estoy en la terraza de un piso, en el tercer piso. Hay cinco manes ya grandes del barrio. Todos estrenaban todos los días. Todos los días se ponían los últimos tenis, los últimos adidas, lo más chimba que había, pues. Yo le preguntaba, yo en ese tiempo le decía, marica, pero usted para qué roba, yo, papi, nosotros los bandidos robamos para vestir, para comer y para beber. O sea, de verdad, esa gente no ahorraba nada. Solo era percha, farra y ya, y drogas. Entonces un muchacho de esos, que era bien, bien maluquito, nos coge así con un vidrio y tenía pues coca. Y me coge a Cristian a mí, el pelado está muerto ya, y me dice como, hey, chinche, venga, échese un pase. Yo, no, no, no, que sea, no, no, no, que échese un pase, que no, no, no. Vea, socio, eche un pase y lo tiro de acá. Yo estaba en un tercer piso y no tenía baranda, solamente tenía un ladrillo. Nosotros poníamos el pie en el ladrillito y mirábamos ahí para la cuadra, ¿me entiendes? Y cuando usted ve a esos tipos así todos endemoniados, si no estoy por puta, me voy a tirar de aquí. Entonces llegué y me eché un pase, Cristian se echa un pase. Y ya ahí comienza, ya a usted se le vuelve normal, parte de la rumba y como tomábamos cuatro o cinco veces a la semana, pues era cuatro o cinco veces haciéndole, pero todas las drogas me caen mal, lo poquito que probé. Yo ese día yo llegué a mi casa con las manos totalmente dormidas la cara dormida sentía el corazón pesado esa mierda era pura pura pura pura o sea yo no se ponían a comprar y ellos cogían esas piedras y las rompían y era una mierda muy fuerte pues tan fuerte que una vez en una de esas me me dio fue así como un corrientazo por todo el cuerpo y entendí que mi cuerpo no asimilaba eso. Yo lo hacía ya lo último porque es que yo estaba en un parche con hombres, uno decía que nosotros éramos los hombres y no hacerlo era como esto es una loca, pero cada que lo hacía me caía muy mal. La marihuana la probé por ahí seis veces en esa época y las seis veces mal. Hoy en día, Juanpa, yo pruebo eso, dos, tres flones y me cae muy mal. Es una mierda, weón. Yo no la disfruto. A mí me pone como a no, eso es una mierda, weón. Yo no coordino, no la disfruto. No es para mí. Yo entendí que las drogas, gracias a Jesús, nunca fueron para mí. Yo nunca fui un tipo y en mi vida nunca he armado un cigarrillo de marihuana. Oye, perdón que te interrumpa, pero veo algo bonito y es que yo no siento dolor en ti. No siento ni tristeza, ni amargura. O sea, hay un orgullo muy grande en vos. Y yo me acuerdo que una vez yo tendría 16 años ya andaba armado todo el tiempo. Me valía un huevo todo. ¿Armado por qué? Porque todos andábamos armados porque teníamos problemas, porque llegaban nos mataban nuestros compañeros porque estás en un barrio donde te metiste donde no te tenías que meter yo caí precisamente a la familia de los que mandaban el barrio o sea mi cuñado era uno de esos yo dormía y ves el borracho con los manes que mataban y robaban a todo el mundo en el barrio. O sea, mi cuñado era uno de esos. Yo dormía y ves el borracho con los manes que mataban y robaban a todo el mundo en el barrio. Entonces, tú estás ahí. ¿Sí me entiendes? Y hay dos opciones. Claro, tú puedes decir no, pero cuando tú dices no, pues tú eres una loca. O sea, el mismo barrio te pega una patada en el culo. Esa es una situación en la que tú no tienes otra opción. Y ya, yo me dejé corroer mi cabeza de que mi papá se fue, de que no me hablaba, nunca me llamaba un cumpleaños. Mi papá se aprendió mi cumpleaños, yo creo que hace, puede ir, tres años. Claro. Todos los seres humanos traemos vacíos, ¿sabes? Cualquier marica. Mi vacío era eran muchas cosas. Era de ¿por qué si todo estaba bien, por qué resultó cargando chatarra. Por qué si todo estaba bien, por qué estoy en una plaza de mercado a las tres de la mañana mojado cargando bultos. Por qué si mi papá estaba bien, yo tenía que hacer todas esas cosas. Yo recuerdo una vez que, me acuerdo, o acuerdo, en este momento estoy viendo todo la luz del sol por la ventana entro a mi casa mi mamá borracha, mi hermana borracha mi hermanita llorando como de dos añitos todos llevados de la borrachera yo borracho voy a prender la estufa y no había gasolina yo abro ya en ese tiempo habíamos comprado una neufa y no había gasolina yo abro ya en ese tiempo habíamos comprado una negrita no había nada y me dio mucha rabia Juanpa no ver con qué hacerle un tételo a mi hermana en ese momento a ti ya tú dices ya no más y me tiré para la calle a llevar comida a la casa así era a llevar comida a la casa, güey. Así era. así era pero ya después no sé yo conocí mucho a Dios y como que todo eso que vaya yo no cargo nada de eso nada me da mucha tristeza por los pelados que murieron, sí, pero de resto no por eso yo te digo que yo tengo como tres vidas, porque hoy en día yo me levanto y a mí se me hace ilógico uno con 14 años andando a la calle ilógico mi hija va para 14 años y yo no me la imagino allá en la calle. Cuando yo ya, todo fue muy curioso porque me volví una persona importante en el barrio. Entonces ya gozaba de ciertos lujos, motos, armas, dinero, prestaba plata. armas dinero, prestaba plata y las mujeres a las peladas les fascinan los bandidos en los barrios eso era normal, o sea, siempre se te van a acercar, siempre, llegaban todas las niñas buenas, las niñas ricas las todas, porque como que genera una protección, ¿no? no sé, pues ya llegó un momento en que se armó una guerra muy cruda Juanpa, muy cruda mataban niños peladitas fue muy triste ver morir tanta gente y tantos pelados tan jóvenes yo empezaba a cantar pero yo cantaba en el baño y una vez una hermana una amiga de mi hermana, yo estoy cantando en el baño y me vez una hermana una amiga de mi hermana yo estoy cantando en el baño y me dice Marcio usted canta una chimba y yo te parece y me dice si claro tú cantas muy bacano mire esta tarjeta es de un man que trabaja con artistas búsquelo y yo llamo al man y el man lo que hacía era si es pirata y entonces yo llego aquí a un barrio de Bogotá eso es por la 30 con 13. ¿Pero tú cantabas música tuya ya o cantabas lo que oías? No, música ranchera, escorridos. Y empecé a escribir, Juanpa. Como a los 16 años. ¿De dónde te salió eso? No sé, weón. ¿Te vas a escribir canciones? Yo soy compositor de todas mis canciones. Pero yo no sé, weón. Yo llegaba a mi casa como en esas borracheras y se me venían a la mente canciones, historias y hacía música y le mostraba a mis amigos como, pa, escucha esto que escribí. Y ellos me decían, uy, huevón, eso suena a una chimba. Y yo siento que está bueno y me decían, sí, sí, eso puede pegar. Y yo, bueno. Entonces empecé a buscar cómo grabar y ese señor me pasó una tarjetita de un estudio y ya en ese estudio me cobraban 800 mil por grabar tres temas. Eso era un huevo de plata para mí. O sea, ahorré como cuatro meses, huevo. Por ahí cuatro meses. Hasta que reúno los 800 mil le digo a mi mamá, mamá, voy a ir a grabar mis primeras canciones. Y mamá me dice, ay, mijo, qué pecado usted, como me mata de duro Navasto y todo, para que se ponga a meterle plata a eso. Claro, ya sentía pesar de ver el esfuerzo que uno hacía desde esa hora. Llego al estudio y el estudio era una cama, un micrófono aquí, la cocina estaba aquí y en el mesón de la cocina había un man sentado con un computador ese era el estudio era una pieza era una pieza y el man en la puerta tenía puras cosas de huevo y yo ya entro y un man ahí sentado con gafas peruano siéntese, siga yo me siento en la cama y me pago el micrófono, empiezo a grabar. Obviamente eso no servía para un culo. Era música hecha con una organeta. Las trompetas con la organeta, guitarras con la organeta, batería con la organeta, ¿me entiendes? Samples. Sí, sí, sí. Pero ahí comienza todo. Ahí comienza todo, weón. Ahí ya tenía yo 19 años. Yo alcancé a estar en la iglesia unos dos años, ¿sabes? Casi hasta los 20. Y yo me metí mucho en ese cuento, pa, de andar con una Biblia en el colegio. Yo me refugié mucho en eso te voy a hacer un pequeño paréntesis ahí porque me dijiste que te habías vuelto una persona importante en el barrio y yo sé que eso viene con consecuencias también ¿alguna vez te trataron de matar? ¿alguna vez estuviste en alguna situación en donde pudiste haber perdido la vida? no Juanpa, es claro claro era muy normal Juanpa era parte del día a día claro era muy normal Juanpa era parte del día a día yo recuerdo mucho que nosotros siempre andábamos en sudadera y yo me ponía una riata las riatas esas baratas y me ponía un revolver ahí y nos sentábamos a tomar y cuando se nos pensaba boom boom boom y usted veía dos o tres peladitos boleando el eval y no los conocías tú no sabes quién era y entonces usted no los pensaba, boom, boom, boom, y usted veía dos, tres peladitos boleando elevado y no los conocías. Tú no sabes quién era y entonces usted también salía a defenderse o viceversa. Cuando mataban muchos pelados de este lado, ¿sabes por qué era toda la pelea? Por una hijueputa cuadra, por una calle que se llama la calle La 38 Sur. Ese era todo el problema. Nosotros vivíamos de esta calle hacia allá y ellos de esta calle hacia acá. Entonces nosotros les decíamos que para acá no se metieran a robar. Y ellos nos decían que para allá no nos metiéramos. Y cuando nos encontramos esos manes, pues es que es una calle de ocho metros. Cuando ellos pasaban esa línea, pues se armaban los problemas. Cuando nosotros nos metíamos allá, pues se armaban los problemas cuando nosotros nos metíamos allá pues se armaban los problemas ni por ahí murieron es una huevonada pero sí claro obviamente muchas veces hay historias muy fuertes muy fuertes muchas porque mi mamá en ese tiempo alimentaba ex guerrilleros ella trabajaba en una maloca, una maloca era una vaina en la 11 Sur con Quinta. Eso está arriba del hotel cardio infantil, hacia arriba. Cuando yo no estaba en el barrio, me dijo a mi mamá, al trabajo de ella. Y en el trabajo de ella me encontraba con puros guerrilleros. Y esos manes sí que tenían historias. Y como a usted le gustaba eso, entonces yo empecé a andar con esa gente. Y ya esos manes sí le contaban aún y como a usted le gustaba eso, entonces yo empecé a andar con esa gente y ya esos manes le contaban a uno unas cosas bravas bravas y entonces uno como que, uy, estos y otras sí son malos eran esas situaciones que yo recuerdo una vez que llega una muchacha nosotros nos movíamos mucho de casa porque siempre eran pues se desmarcaba uno, se quitaba de donde uno estaba y llega esa muchacha muy amiga de mi hermana y, se quitaba de donde uno estaba. Y llega esa muchacha muy amiga de mi hermana y ella se prestaba mucho la ropa. Y ese día le dijo que le prestaba un pantalón y una correa, en ese tiempo estaban de moda unas correas que traían taches para las peladas. Le presta esa correa, la pelada, y yo escucho que la pelada está saliendo con un muchacho que era de otra banda. Entonces yo le dije, venga, ¿usted está hablando en serio? No, pero todo bien, ¿qué tal? Yo le dije, la juega. Porque el novio de ella era un pelado delicado. Ella tenía 16 años, weón. No, que no, ¿qué tal? Y yo le dije, la juega porque la mata. La juega porque eso de la perdona. Ella sale con ese pantalón, un jean azul clarito, esa corredita. Y uno se tenia el otro día amanecido ya en la biblioteca del quintal. eran unas cosas muy locas y mi hermana no mire marica mire como la dejaron no sé qué no eran unas historias feas la verdad fue una vida muy fea ¿sabes? uy compa entonces yo a lo último ¿qué hice? cuando empiezo a cantar que me empieza no ir bien ¿yo qué hago? yo saqué unos afiches vas donde el peruano te bajas con tu material y ¿qué pasa ahí? Me dan un CD, llego y lo pongo en la casa y vivía una prima con otro y le digo, puta, uy, marica, quita esa mierda, eso está horrible. Y yo le dije, todo bien, todo bien, que después se acordará de mí. Y con ese CD, pues yo hago un copilado, entonces metía las canciones que estaban sonando y metía mis tres canciones como diez veces y me empecé a ir por los bares vendiendo ese cidicito yo le decía a la gente lo que me quiera dar por el cidicito a mí me valía ochocientos pesos entonces si me daban de mil para arriba ya ¿y la ganancia? me daban mil, dos mil, tres mil, cinco mil pesos pero en el barrio me daban mil, dos mil, tres mil, cinco mil pesos, pero en el barrio me daba pena porque yo decía te lo juro Juanpa que a mí me daba pena que como que oye este man ahora está cantando es un hijo de puta o sea como de donde va a salir cantante este man si me entiendes y ese día yo tomo la decisión y dije no, me voy del barrio y me fui a la alquería y ahí ya estabas ahí ya estabas con el tema de tu iglesia estabas juicioso habías dejado de tomar trago hay una vaina que yo tomo la decisión de irme de mi barrio de irme irme, yo me fui solo weón, dejé toda mi familia. Porque una vez cogí la Biblia, la abro y encuentro una vaina que dice la promesa de Dios habrá. Sal de tu casa y de tu parentela y ve a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una bendición grande. Al que te bendiga, lo bendeciré. Y al que te maldiga lo maldeciré, te daré fama, y serán benditas en ti todas las naciones del mundo, una vaina así decía, sé que me estoy equivocando, pero es muy así, entonces yo dije, sal de tu casa y de tu parentela y ve a la tierra que te mostraré, y cogí el teléfono y llamé a Rafa el que me estaba ayudando en ese momento y le dije Rafa yo me quiero ir de este barrio ahí me van a matar y Rafa me dice pues hay una casa que la están tumbando yo puedo conseguir que lo dejen vivir ahí mientras la tumban y yo me voy para allá y llegué a una casa donde iban a hacer un edificio y ya la casa estaba a la mitad tumbada de hecho en la sala en el segundo piso no había ventana. Y yo llegué todo bonito, puse mi cortina, puse una caja de cartón, le puse una sábana blanca, doblé mi ropa, puse mi computadorcito con el mesón. El computador me lo había robado, obviamente. y armé mi camita, huevón, y ahí viví como unos siete meses. Y yo decía todos los días, fue puta que no tumben esta mierda, que no tumben esta mierda, que no tumben esta mierda. Y todos los días me despertaba a las siete de la mañana, boom, boom, los macetazos tumbando todo ese rancho. Ahí ya no estabas en abastos. No, ahí ya estaba repartiendo CDs y pegando afiches. ¿En qué momento decides, en qué momento decides, dices, o sea, en ese, o sea, en donde estás además, que parecía como tan irreal, ¿en qué momento es que vos decís, no es que yo lo que voy a hacer es cantante? Porque pasa, una cosa es ir a grabar unos temas y otra cosa es decir, yo dejo toda mi vida y dejo todo lo que conozco y todo lo que me da una relativa seguridad o estabilidad y yo voy a ser cantante. Negro, yo no tenía nada que perder. Lo único que iba a pasar era que si no lo lograba, volvía a Basto a trabajar. Se burlaban mucho de mí, de hecho a mí me pasó, porque yo me voy en un octubre, yo cada octubre celebro. Este octubre cumplo 14 años de carrera. Yo un día, un octubre, julio, agosto, septiembre, octubre, ya los tres meses, yo dije no, lo voy a intentar. Y cojo al patrón mío que le decía a mi hermano, le dije, ¿sabe qué, hermano? Me voy. Ah, si usted se va, no le pago los días que le debo. Dele, no pasa nada, no me pague. Solamente le quiero decir algo mío, dígame. Si no lo logro, ¿me puede volver a recibir? Y me dijo, hágale, si no lo logra aquí lo espero. Y ese día me fui, hueón, de Abastos. ¿Tú sabes cuáles son mis pesadillas, cabrón? Marica, hay veces me sueño toda la noche en Corabastos y yo llego y abro el puesto y empiezo a sacar cajas por acá y saque y saque y después empiezo a desempapelar, a escoger y empiezo a armar y yo dentro de mí digo, pues puta, ¿yo qué hago aquí? Dios mío, ¿yo qué estoy haciendo aquí? Y pasa la gente y me dice ¡Ah, si ve que aquí tenía que volver! Y yo, pero eso me pasa ahorita, o sea, esos son mis pasadillas. Yo trabajo toda la noche y por la mañana, a las 10 de la mañana, cuando le voy a entregar las llaves al patrón del puesto, el man me dice, lo espero mañana, y yo, hágale, yo mañana vengo, pero fue me dice, lo espero mañana y yo hágale, yo mañana vengo, pero, jueputa, no espere que yo mañana tengo un viaje para México y yo, y yo, para México, yo para México, yo como así, despierto, güey, y estoy en mi casa, marica, te lo juro, cabrón, esos son mis sueños, mis pesadillas. La mente es una cosa muy brava, ¿no? Sí, claro. Y entonces después de ese regreso a Corabastos, ¿qué pasa? Todo mi proceso fue, yo empecé cobrando 70 mil pesos a compañeros de puesto. Ellos se emborrachaban y detrás de la bodega, cuando yo trabajaba, había una cantinita chiquitica de tres mesitas. Uno le decía de la rocola. Eran tres mesas y una rocolita. Donde ponía solo música del dueto de Uriticá. Después ya me los contraté para mis cumpleaños y pura música de salsa y vallenatos viejos. Yo empecé cobrando 70 mil pesos, 100 mil pesos, 150 mil, 200 mil. Cuando ya me daban 500 mil, papi, yo ya me compraba mi camisita. ¿Hoy en día tus padres? Yo tuve que alejarme mucho de mi familia porque mi familia discutíamos todo el tiempo. No había paz, hueón. No había paz, todo era una pelea, nosotros nunca pasamos un 31 juntos, un 24 juntos, cumpleaños no existía. Yo un 31 llamaba, Lina, no, lleva tres días borracha en Melgar, mi mamá. Lina es tu hermana. Sí, mi mamá se fue para el Tolima con no sé quién, y bueno, me llamaban a las 11 de la noche, y yo con mi esposa de ese tiempo comprábamos una libra de carne una botella de aguardiente una bolsa de arepas y una bolsita de mantequilla llegábamos a la casa ya asábamos dos pedacitos de carne encima de una arepa con mantequilla y nos destapaba una botella de aguardiente cristal nos tomábamos hasta la mitad nos entrábamos hacíamos el I love you a las eso eran 31 para mi a las 11 y media ya me cogía el sueño comenzaba la pólvora y a las 2 de la mañana me despertaba y pa bastos a trabajar el primero y ella se quedaba ahí yo llegaba a las 10 de la mañana y a seguir bebiendo porque ya ese día sí tomaba uno. Porque ya pasaba la presión del primero de enero que todo el mundo consume aguacate en el asado. Eso era una mierda de locos. Dejábamos un camión y medio para vender huevos. Lo que son 24, 31 y Semana Santa, eso era muy duro. Entonces, cuando yo empiezo a coger ya como conciencia de que la vida es más que eso, yo me alejo 100% del licor en el año 2014. El año 2014, cuando conozco a mi esposa, 2013, 2014, llegué a tomar tres veces en el año. Empecé a hacer las reuniones familiares, la familia de mi papá con la familia de mi mamá y yo, fui papi, eso era una catástrofe. Juanpa era una catástrofe, marido. Eran cuatro meses sin volvernos a hablar todos. Y solo pedos, tío. Hasta que un día los cogía a todos y les dije, venga, venga, ya esta mierda que es. O sea, mamá, hace 20 años usted se paró en mi papá y todavía chingando. Usted, yo ya cambié la vida de toda esta mierda, vamos a vivir una vida bien. Y desde ahí para acá nosotros pasamos 31, 24, mi papá viene a mi casa, mi papá ya habla con mi mamá, yo crie a mis hermanos, les di su apartamento, pues viven muy bien. O sea, lo resolviste a todos. Yo le arreglé la vida toda. A mi papá le di su casa, su camioneta, ganado. Tengo finca de ganado, entonces él me ayuda. Parce, ¿cómo pasas? Pues dijiste antes que siempre has sido organizado. ¿Cómo organizas tu vida financiera después de venir de ahí? O sea, ¿cómo haces eso? ¿Es algo que venía en ti o es algo que aprendes el camino o te lo enseñan? O sea, porque nos preguntan mucho por esa parte financiera dentro de la salud mental. Como sí, fácil hablar de ir a terapia si uno no tiene ni siquiera plata para ir a una terapia. Pero ¿cómo te organizas tú eso? Porque uno también oye muchas historias de gente que ha ganado mucha plata y así como la ha ganado, también se le ha ido. Se le va. Mira, yo creo que lo que más me sirvió fue Corabastos, weón, porque yo administraba un puesto. Yo era el que le entregaba la plata a mi jefe. El saber yo tengo un primito que se crió conmigo que se llama Juan Manuel. O sea, él recogía chatarra conmigo en Manizales. Siempre hemos vivido así. Tuvo una época que se volvió muy drogadicto y yo lo mando al ejército. Te vas a volver mierda, pero lejos de mí. Cuando llega el ejército me dice, no, pa, yo, deme una oportunidad y ahora pues trabaja conmigo. Pero siempre he vivido ahí. Él pasa todos los 31 conmigo, porque el papá de él lo mataron cuando la mamá estaba en embarazo. Y Juancho un día me dice, ¿sabe qué es lo que pasa con usted, pa? Y yo le dije, ¿qué, mi hijo? Que usted conoce el valor del dinero. Usted sabe el valor de las cosas. Yo le dije, ¿será, güey? Y me dice, claro, por eso usted le echa cabeza a todo. Es un tipo que es matemático, que le pone cuidado a las cosas. Siempre quise ser empresario, ¿sabes, Juanpa? Y entonces monté varias empresas y me fue muy bien. Y en los últimos ocho años me dediqué a hacer dinero y a crecer. Cero bobadas, cero maricadas. Yo me compré un reloj de 300 millones cuando ya tenía de todo, güey. Y hoy en día los artistas lo hacen al revés. Claro, se compra eso primero. Se compra primero el reloj y no ya tenía de todo, güey. Y hoy en día los artistas lo hacen al revés. Claro, se compra eso primero. Se compra primero el reloj y no tienen ni una casa, güey. Empecé a hacer inversiones y bueno, me fue muy bien. He perdido dinero, he tenido muchos problemas. Hoy en día tengo varias compañías muy sólidas. Como todo, hay problemas, hay dificultades, pero ya estoy al otro lado, ya. Soy una persona que entiende que maneja el tema financiero, legal. Y después de toda esta odisea llegó la pandemia de ahora. ¿Cuál es la pandemia de ahora? ¿La de ahora? Para mí, las redes. Marica, llegó la ansiedad. Las redes. Marica, llegó la ansiedad. Las redes. De un momento a otro, Pablo, yo nunca había... Marica, mi psicólogo era un baño de agua fría a las tres de la mañana. Mi psicólogo era una señora que llegaba a gritarle a uno a la puerta, hijo de puta, espágueme, la riendo, o sea, lárguese de aquí. Ese era el psicólogo mío. Cuando en estos días días hace por ahí, hace dos años, yo venía en un ritmo concierto diario. Cinco años un concierto diario. Veinticinco shows mensuales. Un ritmo, un ritmo, un ritmo, un ritmo. Cuando en Cali, tenía como ocho shows en Cali. Me subo a un show en Cali y estoy cantando y me empiezan a venir las lágrimas. Yo dije, ¿qué es esta mierda, weón? Yo, ¿qué es esta mierda? Y yo empecé a mirar a todo el mundo y yo decía, ¿yo qué estoy haciendo acá? Yo no quiero estar acá. Y descubrí la depresión, marica. La depresión. Y yo decía, yo no quiero más esta mierda, me quería morir. Pensamientos de suicida. Yo decía, Dios mío, ¿qué me está pasando? Tengo todo. Todo está bien. Me había alejado mucho de Dios. Cuando tú eres un hombre de Dios, que conoces de Dios, a ti no te atacan los mismos demonios que atacan al que está en la calle. La persona que es un habitante de calle no representa ningún peligro para el enemigo. La persona que conoce de Dios tiene el poder de la palabra y tiene una historia detrás y genera credibilidad, se vuelve el enemigo número uno del mal. ¿Por qué? Porque puede atraer masas. Entonces cuando yo entiendo esto, yo empiezo a ver, yo digo, ¿qué me está pasando? Sencillo, era demasiada presión, demasiada presión, muchos años cargando y cargando y solucionándole a todo mundo. Y me alejé de Dios y como me alejo de Dios, el man entra y encuentra la puerta y como nosotros no somos santos pues automáticamente se me empieza a meter y a meter y a meter y a lavarme el cerebro y a trabajarme el cerebro el enemigo y a trabajarme el cerebro empecé a tener noches que no dormía empecé a tener ansiedad y depresión entonces se me iba la respiración entonces se me dormían las manos la cara los labios me empezaba el tic en el ojo y yo ¿qué es esta mierda? o Entonces me iba la respiración, entonces me dormían las manos, la cara, los labios, me empezaba el tic en el ojo. Y yo, ¿qué es esta mierda? O sea, me iba a morir y entonces me llevaban a la clínica y me ponían a respirar en una bolsa. Y yo decía, me gané 800 millones este fin de semana y tengo depresión. ¡La locura, weón! Pues, pues, yo creo que el éxito trae mucha energía, ¿sabes? Y esa energía para nadie es un secreto que nosotros estamos en el mundo, güey. Yo voy y le canto a todo lo que tú te imaginas. Y la gente te está emanando energía hacia ti. Y normalmente cuando yo llego a mi casa, yo llego así, bueno, cansado, ¿por qué me siento tan agotado? Porque la gente te absorbe esa energía. Tú eres una persona que va a darle alegría a un público. Claro. Entonces, fue la primera vez que fui al psicólogo en mi vida. ¿Cuántos años tenías? No, huevones, fue hace dos años. ¿Y por qué fuiste? ¿Qué o quién hace que realmente decías como un escólogo? No, no, yo empecé a notar algo feo en mi huevo en el que me quería morir. Quería, quería dejar de existir, huevo. Y yo empiezo a hacer ese proceso interno y dije, yo ya he vivido estas guerras, yo soy un hombre de guerra. Este tipo de puta conmigo no va a poder. Entonces yo empiezo a hablarle al man y cada que se me venía a la guerras, yo soy un hombre de guerra. Este tipo de puta conmigo no va a poder. Entonces yo empiezo a hablarle al man, y cada que se me venía a la mente cosas, yo, vaya, coma mierda. Ese es un hombre de Dios. Y una guerra espiritual no se hace con pañitos de aguatillo, una guerra espiritual es diciendo, no, no le doy la posibilidad de que entre a mi vida. Y punto. Y a mí me asustaban todo el tiempo, me hacían eso. Bueno, cuando pasa lo de diciembre llega mayo yo me empiezo a soñar un tema muy delicado y es que íbamos a tener un accidente lo veo tres veces y me dice puta accidente Juan Pablo nunca he dicho esto, nadie lo sabe tres veces dos sueños en España el Señor me muestra todo lo que tenía que hacer, todo lo que tenía que hacer, yo tengo un avión, yo me sueño dos veces en España, en gira en España, que yo llego a Lolaia, en Medellín, que el capitán me dice, ya estamos listos, que yo le digo, marica, váyale una vueltica al avión, váyale una vueltica al avión y vuelve, que el man prende el avión, despega y cuando regrese me dice, marica, marica, menos mal, menos mal, ¿qué pasó? Y yo, weón, se me soltó un tubo, yo dije, ¿cómo así? Y me dijo, sí, pero como yo aliviano no pasó nada, ya, ya lo corregimos, ya pusimos todas las correcciones, vámonos. Y yo despierto porque el capitán estaba desesperado diciéndome que íbamos a tener un accidente. Como a los ocho días vuelvo y me sueño la misma mierda, pero ya yo me subí al avión, el avión se estrella, faltaban 15 días para nacer mi hijo y yo empiezo a ver todo Medellín como yo me estoy yendo. Y lo primero que pienso es, mierda. Entonces, cuando yo rebobino en el accidente, el accidente, el piloto me dice, don Jason, ya estamos solos. Y yo, no, marica, vaya, prenda la avión, denle una vuelta. No, no hay necesidad, jefe, tranquilo. No, no, denle una vuelta a la avión. El man baila y lo hace, vuelve y llega y me dice, marica, Jason, marica, casi nos matamos así. Pero es en el sueño. Cuando yo llego a Medellín, huevón, eso no lo sabe nadie. Eso fue el 24 de mayo del año pasado. 24 de mayo del año pasado. Yo llego a mi casa en Medellín, tengo un apartamento, una rechimba. Está mi hermana y me dice, amor, vámonos para una fondita un rato. Y yo no, marica, yo me quiero acostar a dormir ya, son las nueve de la noche, quiero dormir. Me dice, bueno, acuéstate. Yo me acuesto temprano y me sueño, huevón, la misma mierda, exactamente igual, pero me sueño el accidente y me sueño que yo tenía que haberle hecho eso al capitán. Me despierto a las 3 de la mañana. Era un sueño. Normal, 4 de la mañana no dormí, 5 no dormí, a las 6 nos teníamos que ir para un, ¿cómo es que se llama? Para una entrevista. Y llegó a la entrevista con cuando... Uy, maricas, espérate que soy mariaísimo. Seguro mucha energía, no sé, en mis palabras. Ay, negro. Bueno, ahora... ¿Ah? ¿ ¿quieres algo? No, no sé, me estaba mareando feo. Quiero orinar. Corta. Sí, sí, paremos para sin problema. Márica, estoy muy mareado. Básicamente lo que pasó fue eso, llegamos al aeropuerto, nos subimos al avión, ignoré todas las tres señales. Ah, ¿sí? Claro, tres minutos, despega el avión dura tres minutos, se nos va un motor y lastimosamente empieza toda la vida tú empiezas a ver toda la vida y no estás pasando al frente de todos los edificios de Medellín ves al piloto desesperado yo sentí cuando algo se desconectó. Duramos tres minutos y treinta segundos en el aire. Gracias a Dios logramos regresar, pero fue muy crítico. Fue un tema muy crítico. Y cuando yo aterrizo, es cuando yo empiezo, ah, pues, ¿sabes qué me pasó, huevón? El hijo de puta sueño era lo que estaba viviendo ahí arriba. Claro. Entonces, claro, pues, ¿sabes qué me pasó, weón? El hijo de puta sueño, era lo que estaba viviendo ahí arriba. Claro. Entonces, claro, ya, ese fue un tema, y ese tema me trajo mucha depresión, ¿sabes? Ese día cantaba en pasto, y yo me metí a bañar, y yo decía, Dios mío, casi me voy, mi bebé, y lloraba. Entonces, esos han sido los dos momentos de mi vida más fuertes, en cuanto al tema de depresión y ansiedad, ¿sabes? No sé si es como la situación o el saber que la vida es tan endeble, la vida es unido. Tal cual. Y ya en estos días como que volví, rebobiné todo. No soy un man de sentirse estresado, no soy un man de sentirse agobiado. Al contrario, siempre es con muy buena energía. Entre más problemas tengo, como que digo, no, voy con la buena, voy con Dios, vamos para adelante. Y esos días todo ha estado muy bien, gracias a Dios. ¿Cuáles son tus herramientas después de esos episodios y todo que identificas así que te estás como yendo? ¿Qué haces? Aprendí mucho a manejar la respiración. Cuando tú eres ansioso, tienes que aprender a respirar sí o sí. Entonces el el 90 por ciento de los cuadros de ansiedad que presento hoy en día son muy leves. Sabes, se presentan más cuando estoy cansado, cuando estoy muy cansado, que estoy en chinga, que estoy trabajando, trabajando, me llega la ansiedad y se me duermen las manos, la cara y yo digo, ok, entonces y aguanto respiración 40 segundos y empiezo a respirar lento y lo hago como 3, 4 veces y ya me siento como mareado. Entonces, bueno, vuelvo y suelto, respiro normal y vuelvo y al rato se me olvida que tenía un cuadro de ansiedad. Así es como lo es. Dos, orar mucho. Tres, me gusta hacer deporte, me gusta hacer ejercicio. Cuatro, pues no tomar mucha cafeína, no tomar nada de eso. Cinco, pues no, cero drogas. Muy poco. Ni siquiera que ocho días, güey. Yo tomo licor cuando yo quiero tomar. Y hoy en día ando súper tranquilo, súper liviano, ¿sabes, Juanpa? Sí. Me llegan muchos problemas y pasan muchas dificultades y como que siempre digo, como que yo he salido de tantas cosas, hermano, que ya esto es una más. Juanpa, después de las cuatro días que has vivido, que puede que sean alguna que otra, y te quedas, pues estás joven, hermano, muy joven. Hoy en día me interesa poder levantarme y mirar por la ventana y decir, uff, qué lindo, tan bacano ese árbol, tan bonito ese sol, tan no sé qué, porque en el tiempo que viví, en la velocidad que así? De la manera como tú te hablas. Yo antes como que me paraba al espejo y decía como que, ay, qué pereza, tú a toda hora trabajando, estás cansado. Yo ahorita que yo me paro al espejo, yo llego y yo digo, bueno, real, lo estás logrando, cabrón. Eres capaz, vas a ser capaz. Fuiste capaz ayer, vas a ser capaz hoy. Mañana la misma mierda ya lo sabes hacer tú eres capaz ese vocabulario propio yo lo actúo mucho conmigo mismo te voy a decir una cosa aquí ya para que no se nos vuelva estos tres episodios una cosa muy bonita que dijo el episodio pasado pues el último que sale al aire de Yokoi Kenji ah Yokoi claro parcero. Es un amor. Fíjate ese pequeño episodio. Si quieres hay un clipsito muy bonito al final. El man agarró y dijo ya lo logramos. Ya lo logramos. Ya lo logramos. Ok. Ya lo logramos. Tranquilo. Ya estamos. Sí, realmente sí si de aquí para arriba yo siempre digo que lo más importante es la salud y que esté Dios mi hermano no hay nada más para mi esas dos cosas ni plata, ni dinero, ni trabajo porque tu puedes estar lleno de trabajo pero si no tienes a Dios y no tienes salud, es muy duro, negro. Totalmente. Yo hoy en día, la verdad, de hecho tengo una lucha interna porque me está yendo bien en México y estamos haciendo cosas interesantes, pero tengo esa lucha de que si me voy a México, lo que voy a hacer es de deporte, pa. Claro. O sea, caminando por la calle, comiéndome una paleta, mirando. Pero a esa velocidad que yo le hice a la vida, uy no papi yo no se la recomiendo a nadie no sé si no sé si me extralimité o si definitivamente era la manera como se tenían que hacer las cosas o yo aceleré todo el proceso pero igual ya fue ya no puedo hacer nada aquí estás, aquí estás y lo que cuenta es lo que viene ahora así es como yo veo la vida de aquí para adelante me siento muy bendecido porque la gente me apoya demasiado se vende toda la boletería la gente va a mis conciertos estoy llegando a los conciertos y ahora me los disfruto y ya que tal esta gana? Que gane ese hijo de puta y que se vuelva el príncipe de Persia. Yo ya no, como esa competencia toda hora, parce. No, marica. Ya entro a tarima, miro a la gente y como que, ay, qué chimba este escenario. Veo las pantallas cuando sale Jason Jiménez así gigante. Y digo, hijo de puta, soy yo. Y canto. Y cuando canto digo, soy yo y canto. Y cuando canto digo que qué lindo estoy cantando, que qué chimba lo estás haciendo, porque antes me estaba generando pánico. Claro, la ansiedad me estaba generando pánico cuando salía como que me va a pasar algo, siento algo y entendí que no, yo básicamente estaba viviendo cuadros de ansiedad y de depresión que son normales. Marica, ¿sabes qué? Yo he leído tanto sobre la ansiedad y la depresión que encontré un japonés que me dice, ¿tú sabes qué es la ansiedad? La ansiedad es el primer paso que le da el espíritu al cuerpo donde te avisa que tienes que parar. Decías hijo de puta y yo volví a lo leía. Yo esperé que está diciendo este man. La ansiedad es el primer aviso que le da el espíritu al cuerpo donde te dice tienes que parar. O paras o paras. O te paro. O te paro. o te paro así de simple entonces muchas personas de pronto no sé, viven ansiedad de otras cosas hay personas que les genera ansiedad leer, correr bailar, no sé cualquier cosa, pero Marica me pareció muy interesante eso porque definitivamente a mí lo que me estaba diciendo el cuerpo es ¡hey! muy bonito cuando uno entiende que la única competencia es con uno. Que el único trabajo es ser mejor todos los días. Marica, estoy durmiendo de maravilla. O sea, anoche porque mi bebecito no estaba enfermito. Pero te lo juro, y tuve unos problemas muy dedicados esta semana y yo llego a la cama. Lo primero que hago es estiramiento, ¿no? Estiro un poco el cuerpo, el cuello, salto, muevo, me muevo, ¡pá! Y después yo miro la cama y digo, voy a dormir una chimba. Y yo le ordeno a mi mente, a mi cuerpo que hoy vamos a descansar. Vamos a dormir como nunca y vamos a orazar una mi cuerpo que hoy vamos a descansar. Vamos a dormir como nunca. Y vamos a orazar una almohada y vamos a dormir delicioso. Y me acuesto y empiezo a pensar, marica. Y digo, no. Aquítate, vamos a dormir. Ya lo hiciste, cabrón. Mañana piensas más cosas. Hoy no. Hoy vamos a dormir. Y me desconecto, weón. Hijo de puta todo lo que trae la vida, ¿no? Me tocó volverme psicólogo vamos pa mi hermano gracias hola soy Juan Pablo Raba junto a mi amigo y productor Dani Posada te damos la bienvenida a los hombres y llora este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal en donde me hago muchas preguntas y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional esta búsqueda. Te traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda. Este, nuestro espacio, tu espacio, es seguro y se llama Los Hombres Si Lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza.