Para la feminista negra norteamericana bell hooks, los feminismos tienen la posibilidad de transformar todas las vidas que se acercan a este pensamiento. Como lo menciona la feminista dominicana Ochy Curiel, en el prólogo al libro de hooks “El feminismo es para todo el mundo”: “la toma de conciencia del sexismo no debe quedarse en las mujeres, sino llegar también a los hombres, para que se hagan conscientes de su sexismo y renuncien a los privilegios masculinos”. Tal vez uno de los temas de discusión más álgido a lo largo de la historia de los feminismos es el lugar que le damos a los hombres cisheterosexuales dentro de la conversación. ¿Es posible entablar una conversación sobre feminismos con hombres que han sido socializados dentro de instituciones patriarcales que les han enseñado a violentar a las mujeres como forma de mantener sus privilegios? ¿De qué manera esta educación violenta, que hace que los hombres perciban a las mujeres como cosas, hace que sea muy difícil la relación horizontal entre hombres y mujeres heterosexuales? ¿Puede un hombre realizar tareas del cuidado sin que esto se vea como una gran ayuda a las mujeres que lo rodean? ¿Por qué los hombres insisten en preguntar “dónde están las feministas”? ¿Cómo rompemos entre todos el pacto patriarcal?