El 9 de noviembre de 2020 el Concejo de Bogotá aprobó la declaración de emergencia climática de Bogotá. La ciudad es uno de los territorios nacionales más vulnerables al cambio climático, y estos lineamientos buscan crear unas guías para la adaptación, mitigación y resiliencia. Entre ellas está por ejemplo poner el agua en el centro de la planeación urbana y evitar la compra de sistemas de transporte público que emitan altas concentraciones de gases invernadero. La propuesta pasó de manera unánime en el concejo, lo que demuestra que el tema ambiental es indivisible de la creación de políticas públicas. ¿De qué manera la ciudadanía puede tomar un rol activo y hacer que estos lineamientos se cumplan? ¿De qué manera las administraciones pasadas han privilegiado el cemento y los intereses de unos pocos, generando que la ciudad sea mucho más vulnerable al cambio climático? ¿Cuáles son las iniciativas ciudadanas, lideradas por mujeres, que han hecho resistencia ciudadana a estas alcaldías terribles? ¿Es posible hablar de justicia climática sin hablar de justicia social?