Las recientes denuncias que ocho mujeres hicieron en contra del director Ciro Guerra pusieron el acoso sexual en el centro del debate público. Se ha hablado de la manera en que el sistema judicial no protege a las víctimas, de la revictimización a la que se ven expuestas las mujeres que denuncian y de la manera equívoca en la que los medios de comunicación tradicionales hacen el cubrimiento del tema. Sin embargo, y como lo han notado pensadoras feministas como Nancy Fraser y Silvia Federici, detrás de los escenarios de acoso sexual en la industria audiovisual, también se puede vislumbrar relaciones laborales construidas dentro de una jerarquía y un contrato precario ¿De qué manera la informalidad laboral se convierte en un escenario que permite y normaliza el acoso sexual? ¿Por qué razón las mujeres que trabajan en cine sienten miedo de denunciar esas condiciones de acoso? ¿Es posible crear protocolos que protejan a las mujeres dentro de ese medio?