Lo que sucede en Cuba permite trazar paralelos con la manera en la que el gobierno colombiano ha afrontado el estallido social. Ambos gobiernos han abusado del discurso militarista y guerrerista que busca exterminar a traidores, vándalos y enemigos internos, pero que realmente busca minar la confianza en el poder colectivo. Desde el pasado 11 de julio se desataron protestas masivas en Cuba que reflejan el descontento ciudadano frente al gobierno. Estas protestas fueron violentamente reprimidas, lo que mostró el talante autoritario de un gobierno que recurre a los cortes de internet y a la criminalización de la protesta. Lo que sucede en Cuba permite trazar paralelos con la manera en la que el gobierno colombiano ha afrontado el estallido social. Ambos gobiernos han abusado del discurso militarista y guerrerista que busca exterminar a traidores, vándalos y enemigos internos, pero que realmente busca minar la confianza en el poder colectivo. ¿Es posible analizar estos discursos militaristas desde un ángulo de género? ¿De qué manera las lógicas de la guerra consolidan un poder fundamentado a su vez en la lógica patriarcal? ¿Es posible pensar en una organización política ciudadana que no recurra a jerarquías y que no replique esos discursos patriarcales? ¿Qué papel están teniendo las mujeres en estas manifestaciones? ¿Es posible pensar en una organización política ciudadana que no recurra a jerarquías y que no replique esos discursos patriarcales? ¿Qué papel están teniendo las mujeres en estas manifestaciones?