Un homenaje a los campesinos

Un homenaje a los campesinos

31 de ene de 2025

En este episodio, con el patrocinio del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, y el apoyo del Centro de Estudios de Justicia, se rinde un homenaje a los campesinos de Colombia, destacando su papel fundamental en la sociedad desde la época colonial hasta la actualidad. Se aborda su influencia en la identidad cultural colombiana y latinoamericana a través de sus tradiciones, música y literatura, al mismo tiempo que se reconoce la deuda histórica y social con esta comunidad.

Capítulos

El legado histórico de los campesinos

Desde la época colonial, los campesinos han sido fundamentales en el desarrollo de las sociedades latinoamericanas. Su labor fue central durante el dominio colonial y continuó siendo la base de la estructura social en las repúblicas emergentes. La identidad de Colombia y América Latina está profundamente influenciada por la cultura campesina.

La música y la literatura como reflejo de la cultura campesina

Las canciones y las obras literarias han retratado el mundo campesino, con autores como Gabriel García Márquez, José Eustacio Rivera, y Juan Rulfo representando sus desafíos y resiliencia. Los géneros musicales tradicionales también tienen sus raíces en la ruralidad.

El fenómeno de la urbanización y sus contrastes con la ruralidad

Durante el siglo XX, el mundo vivió una creciente urbanización que contrastó con la gran ruralidad de América Latina. Este fenómeno generó ciudades megalópolis y un éxodo rural, mientras que la esencia campesina seguía siendo vital.

Identidad campesina en diversas regiones colombianas

Colombia, con su variedad de pisos térmicos y regiones, ofrece una diversidad campesina única. Desde la región andina hasta el Caribe y la Amazonía, cada área tiene su particularidad en cuanto a cultivos y culturales. Eventos como el Carnaval de Barranquilla también reflejan esta rica diversidad.

Desafíos y conflictos del mundo campesino

Históricamente, los campesinos han enfrentado problemas como el acceso desigual a la tierra, una geografía complicada, y conflictos armados que los han afectado profundamente. En Colombia, la violencia partidista y otros conflictos del siglo XX han dejado una profunda herida en el campo.

Movimientos sociales y hacia una paz duradera

A lo largo de la historia, han surgido movimientos sociales campesinos en búsqueda de igualdad y paz. Ejemplos como los campesinos del Carare demuestran la importancia de sus iniciativas en lograr cambios estructurales y buscar soluciones pacíficas. La mujer campesina, en este contexto, juega un rol vital en la resiliencia rural.

Reconocimiento y protección de los campesinos en el siglo XXI

El reconocimiento legal reciente del campesino como sujeto de protección social marca un paso crucial para abordar la deuda histórica con el mundo rural. Este acontecimiento es un avance en buscar justicia cultural y social para los que han construido la identidad de Colombia.

Conclusión

El episodio resalta la importancia y el legado de los campesinos en la construcción de la identidad cultural colombiana y latinoamericana. A pesar de los enormes desafíos y conflictos que han enfrentado, la resiliencia y contribución de los campesinos han sido invaluables. Con el reciente reconocimiento de sus derechos, hay un camino hacia la justicia social y la valorización de su papel fundamental en la sociedad.

Menciones

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               Buenas, bienvenidos a un homenaje a los campesinos de Colombia, con el patrocinio del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y con el apoyo del Centro de Estudios de Justicia. Vamos a hacer un homenaje histórico, cultural, poderoso a los campesinos. Porque los campesinos son la base fundamental de la ident que ha generado todas las naciones de que lo fuera, porque en la época de la colonia, precisamente como va a ser un imperio que va a necesitar sacar las materias primas del campo, lo mismo que todos los demás imperios lo fueron, eso va a hacer que la orientación desde la época de la colonia en tiempos de los españoles sea hacia una organización fundamentada en el campo. No era la época de las ciudades grandes todavía, no lo era acá, pero el campo era fundamentalmente la esencia de donde se nutría todo el sistema colonial durante la época del Imperio Español. Después, cuando llegaron las eras de las repúblicas, los países latinoamericanos estaban fundamentalmente cimentados y basados en un mundo campesino. se va a ir convirtiendo en un nuevo proceso de urbanización desigual y diferente en cada una de las naciones, pero poco a poco, pero el campo va a ser el eje gravitacional, como la fuerza, como el corazón de todo lo que va a ser el es el origen histórico de todos nosotros, en nuestras genealogías, rápidamente todos los latinoamericanos podemos conectarnos con generaciones de campesinos, más cercanas o más lejanas, pero en todo caso generaciones de campesinos de donde venimos todos. Una voz bella, quien la tuviera para cantarte toda la vida Pero mi estrella me dio este acento Y así te siento tierra querida Entonces, como es el sustrato base, el comienzo, en el principio todo era la ruralidad Eso se ha ido modificando, pero en el principio todo era la ruralidad Entonces, por eso mismo, la identidad de América Latina y la identidad de Colombia van a estar influenciadas profundamente por la cultura del campo, por la cultura de la ruralidad. Y es así como las músicas populares más importantes son cantos campesinos me dan sus fuegos cálidos ondas me dan sus fuerzas de ramos palperos y en el silencio de la quebrada vaga la sombra de mis abuelos y en el silencio de las quebradas vaga la sombra de mis abuelos. Las músicas populares dependen de la región. Las rancheras son cantos de vaquería de los ranchos. El joropo son cantos de las grandes extensiones de los llanos, el vallenato son canciones también del algodón, de las cosechas, de las historias de los pueblos, las canciones del nordeste brasilero son canciones campesinas, el folclor gaucho indomable de la pampa también tiene sus raíces en la vida campesina, también tiene sus raíces en la vida campesina, los refranes, la cantidad de refranes con las que nosotros hablamos que forman parte de nuestra manera de expresarnos y de expresar nuestra cultura, nuestra vida cotidiana, de generar los lineamientos morales y cotidianos es a través de los dichos y los dichos generalmente son campesinos, no por mucho madridad del campo que nos hace pueblos de historias y nos hace pueblos de leyendas y esas historias y esas leyendas se vuelven novelas y esas historias y esas leyendas son parte de los relatos que nosotros hacemos día a día aquí. Por eso nosotros vimos en su momento Doña Bárbara como un retrato vívido de los llanos venezolanos y cómo se desarrolla. Juan Rulfo en Pedro Páramo refleja un cuadro así desolador, poético, de los pueblos rurales mexicanos en donde nos habla de temas como el caudillismo, el despojo, la muerte, el silencio, la soledad, pero todo en un entorno campesino profundo y pedregoso también como era la misma Lugina que él contaba. Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad nos trata aspectos de la vida latinoamericana que tienen que ver con las raíces profundas de la ruralidad y lo que eso va a significar. José Eustacio Rivera en La Orágine describe la crudísima realidad de los caucheros en la selva amazónica y empiezan a narrar los desafíos, las historias, los sufrimientos, las epopeyas, todo lo que significa la vida de la ruralidad. Es un tema central en la gran literatura que nosotros tenemos. Las obras también de Horacio Quiroga, también en lo profundo de La Pampa, también hay historias que nos cuenta él. En todas partes de nuestra literatura está contado el mundo campesino y sus tradiciones y todo lo que reflejan tanto su vida cotidiana como las injusticias, los desafíos, la resiliencia, las tradiciones, toda la vida cotidiana. Todo esto forma parte de una narrativa rural que atraviesa todo el continente y que lo atraviesa de una manera muy particular porque la ruralidad en América Latina es distinta a la ruralidad de como se va a dar en otros países, como el modelo Juncker en Alemania o el modelo de la frontera agrícola enorme en los Estados Unidos. Aquí son otros factores y son otras historias y son otras identidades las que se van a formar. Paralelamente, mientras nosotros estamos teniendo la fuerza gravitatoria, la fuerza fundamental en la ruralidad, que es una cosa que hoy queremos reconocer de manera muy explícita, empiezan a darse los fenómenos de urbanización que se van a dar en el siglo XX, en donde se va a aparecer un fenómeno que se conoce como las megalópolis en América Latina y es cuando hay ciudades desbordadas, desbordadas, gigantescas, que salen en un país y tienen el tamaño de la mitad del país, y en un país que tiene una ruralidad tan grande, es el caso de la Argentina, Buenos Aires, como esa ciudad gigantesca que pasa de 400 mil habitantes a 4 millones de habitantes en el lapso de 20 años, y que llega a ser una ciudad tan grande que es la mitad del país, pues digamos, en un momento dado de los 30 millones de habitantes en el lapso de 20 años y que llega a ser una ciudad tan grande que la mitad del país, pues digamos en un momento dado de los 30 millones de argentinos que eran 14 vivían en el Buenos Aires, en el Gran Buenos Aires, o sea en el casco urbano y en los perímetros circundantes, entonces la mitad del país está hasta ser casi dos países, la Argentina y Buenos Aires, que son dos países en el mismo territorio pero con culturas muy distintas sao paulo se convierte en una ciudad gigantesca de un brasil que tiene una enorme ruralidad brasil que es un país continente pues tiene regiones enormes como el pantanal como la amazonía como el sertao que son regiones gigantescas de una ruralidad profunda y poderosa y de pronto tiene una ciudad como Sao Paulo que usted se demora 20 minutos en avión antes de aterrizar solamente viendo edificios y rascacielos entonces son los contrastes entre megalópolis que pueden llegar a tener 20 millones de habitantes como como Ciudad de México que es una es una cosa de un México tan rural tan Es una cosa de un México tan rural, tan profundamente rural. Hay una ciudad gigantesca de más de 25 millones de habitantes que es Ciudad de México que también se recorre en una media hora en avión antes de llegar a un sitio donde aterrizar en una masa urbana inimaginable desde el cielo y caminándola. Entonces cuando uno tiene ciudades como Buenos Aires, Sao Paulo, Ciudad de México, pues se da cuenta que la urbanización ha sido un fenómeno grandísimo, caótico también, y que genera contrastes muy grandes entre la fuerza gravitatoria de la ruralidad y las megalópolis tan absolutamente impresionantes que van a absorber gigantescas cantidades de población de los respectivos países de América Latina. Y hablamos de América Latina porque cada vez que vamos a hacer un trazo histórico lo tenemos que hacer latinoamericanamente, porque así es y así somos. O sea, uno solamente desde el contexto de cada país por aparte no se puede comprender la totalidad, porque la totalidad está totalmente entretejida en esto que se llama América Latina la casa grande. En el caso colombiano, en el censo de 1938, se decía que la población urbana constituía menos de la mitad del total del país. O sea, para 1938, la gran mayoría de la población en el país de Colombia vivía en el campo era una ruralidad viva y poderosa la que había en ese momento que se enfrentaba con altas tasas de analfabetismo con problemas de desconocimiento desde el gobierno central porque parte de todo el tema de la identidad de América Latina son el modelo de países que van a tener si son federales o si son centralistas. Y el centralismo en Colombia hace que muchas cosas se piensen desde un lugar que no alcanza a entender toda la periferia y la grandeza del territorio campesino. Lo que hace que muchas zonas hayan quedado fuera de ese espacio de decisiones y de gravitación. quedado fuera de ese espacio de decisiones y de gravitación. Pero sin embargo, en toda la diversidad del mundo campesino es ahí donde realmente se crea la identidad colombiana. Entonces la urbanización va a tener unos lazos muy profundos con el campo porque es una dinámica y es una dinámica que va desde la búsqueda de oportunidades hasta una gran cantidad de violencias que nos han atravesado y de conflictos que han hecho que las urbanizaciones hayan sido procesos acelerados y dramáticos en la historia de nuestro país. Cuando nosotros hablamos de campesinos, estamos hablando de un país tan diverso y que tiene tal cantidad de regiones tan distintas las unas a las otras que los campesinos van de muchísimas maneras. Recordemos que en Colombia y en América Latina en general, pero en Colombia en particular, los pisos térmicos son los que determinan las estaciones y los climas. las estaciones y los climas. Y un país que tiene tres cordilleras que lo atraviesan y que tiene una llanura enorme y que tiene selvas y que tiene el Chocó biogeográfico y que tiene territorios insulares. Entonces, aquí decir campesinos es decir muchas cosas. Si estamos en la región andina, es donde se van a desarrollar los cultivos del café el maíz y la papa según la altura del piso donde usted esté porque es que la papa es de arriba de páramo, pero si usted baja un poquito estamos en el eje cafetero y en el eje cafetero es donde se da el clima propicio para el café, eso es un piso térmico intermedio que nosotros llamamos la tierra templada, porque no es ni el páramo frío ni el ardiente clima de cuando uno ha bajado la cordillera, sino en la mitad, ese es el eje cafetero. Entonces ahí se da el gran cultivo de café que va a generar una cultura y una identidad en Colombia muy importantes. Entonces, en la misma cordillera, dependiendo de la altura, ser campesino del altiplano cundiboyacense es muy diferente que ser campesino del eje cafetero, porque el clima es distinto, la tierra es distinto, en uno se ponen ruana y en otro no se pueden poner ruana porque el clima no lo soportaría, es todo, es el aire, es el clima, es también la manera, inclusive la niebla que se proyecta en la mañana, es totalmente distinta el hábitat de un piso térmico a otro dentro de la cordillera de los Andes de Colombia, lo que hace que el campesinado y el cultivo sea muy distinto de una zona a otra. Fiestas que le van dando la identidad campesina. Está el carnaval de negros y blancos en Pasto. Las fiestas de San Juan y de San Pedro en el Huila y en el Tolima. La feria de las flores en Medellín que lo que hace es un homenaje a los silleteros. Que son los campesinos que están cultivando en todas las áreas aledañas a Medellín y en el campo profundo. El aguinaldo boyacense que es una fiesta muy particular de un mundo donde toda la identidad está basada en la ruralidad, en donde la música es la carranga y la carranga es un canto campesino, el mundo cundiboyacense es un mundo campesino en todo el sentido de la palabra, en la identidad, es toda la ruralidad que hace posible el factor de cohesión histórica, es la ruralidad en el multiplano cundiboyacense. El campesino de la región Caribe es diversísimo, es anfibio, está en la Ciénaga, está en las llanuras del Sinú, en las llanuras de Córdoba, donde están los sedimentos más fértiles de la tierra en toda Colombia. Esa tierra, uno piensa en ella y florece. Ahí donde está el algodón, ahí donde están los ríos, ahí donde está la Sierra Nevada de Santa Marta, la diversidad de lo que es el mundo caribe y el campesinado en el mundo caribe, no más en esa región es impresionante, de lo que es el mundo caribe y el campesinado en el mundo caribe, nomás en esa región es impresionante, porque son muchas formas de relacionarse con el campo, desde la gran llanura de la costa hasta las ciénagas, los pueblos anfibios que viven sobre pilotes, los pueblos que viven en las costas, los que viven en las riberas, los que viven cerca de la sierra. El campesinado Caribe es tan diverso como sus cantos, como sus leyendas, como su folclor y por eso tan grande su riqueza cultural e histórica para todos nosotros. Los festivales como el Carnaval de Barranquilla también tienen muchas raíces en la ruralidad. La leyenda vallenata es una leyenda rural. Los mitos y leyendas que hemos estado contando muchas veces son mitos y leyendas rurales porque tienen lugar en los bosques, en los mares. Es ahí donde se forman las grandes leyendas que nos van a dar la identidad de la famosa patasola, la madremonte, son espíritus del bosque, son espíritus de la selva, como el curubira, son espíritus de protectores, los espíritus como el moán, que se dan a las orillas de los ríos o de las quebradas, todos esos son relatos de la ruralidad, o las bolas de fuego de los llanos, o los silbones, todo eso son espíritus de la ruralidad o las bolas de fuego de los llanos o los silbones, todo eso son espíritus de la ruralidad. En la noche de regreso al nido hay una tormenta en medio camino. Amanece, noche amanece. En la región pacífica que tiene la más grande y la más exuberante biodiversidad, ahí hay comunidades campesinas que se dedican a la pesca, una agricultura de subsistencia en un ecosistema poderoso y fuerte y son las tradiciones afrocolombianas, la música del curro al lado, la celebración del San Pacho, porque además el mundo campesino nuestro es muy variado, porque es un mundo afro, es un mundo indígena y es un mundo campesino mestizo. No digamos como que no hay una raya en que uno dice los afros son afros, los indígenas son indígenas y los campesinos son campesinos. No, todo el mundo es campesino, todo el mundo es campesino de diferentes orígenes históricos, pero fundamentalmente todo hace parte de la ruralidad. Carrera Noronho, proclamando a su Dios para que no llueva. Amanecer, noche amanecer. Entonces cuando uno está en la región pacífica, pues está en una región fundamentalmente afro, afrodescendientes porque son los que van a llegar del horror histórico del comercio triangular, van a ser llevados fundamentalmente a la costa del Pacífico y a la costa del Atlántico, van a llegar por los mares y de ahí va a haber todo un desarrollo. El mundo indígena está en el Amazonas y la vida campesina ahí se da a partir de la caza, de la pesca, de la recolección de frutos silvestres que complementan la agricultura. Es una región de chacras, de yuca brava, de cazabe. Y ahí es el alimento diario. Cuando estábamos hablando de la historia de los alimentos, veíamos cómo la selva diariamente provee el alimento. Entonces ahí no hay necesidad de hacer almacenamientos ni stocks. Porque la selva todos los días te da la comida cuando te levantas. Es así de generosa y es así de poderosa. También está la región insular y en la región insular, que para nosotros es San Andrés Providencia y Santa Catalina, que hacen parte del Gran Caribe, ahí en esa región del archipiélago hay una diversidad cultural impresionante como sucede en todo el Caribe que es un mosaico de pueblos y de historias. Entonces ahí hay diferentes culturas. Hay una Bush Culture que es una cultura de monte, lo que llaman ellos de monte Bush. y los estilos de vida antiguos del pueblo raizal que son descendientes de los esclavos africanos que fueron llevados allá por los ingleses cuando se fundó Providencia, al mismo tiempo que el Mayflower llegaba a crear las colonias en Estados Unidos, llegaba el Seaflower a llevar el mundo de los ingleses a Providencia y más adelante llevarían a los pueblos esclavizados que en este caso no venían del África, sino de Jamaica. Del África llegaban a Jamaica y de Jamaica llegaban al archipiélago. Por eso es que uno ve que en esta cultura de los bushes, de estas culturas de los montes, de los arbustos, hay canciones como las de Peter Tosh. Peter Tosh habla de que él es a bush doctor y hoy por hoy la tumba de Peter Tosh en Jamaica, en el sur de Jamaica es un lugar lleno de árboles frutales y medicinales a quienes él le rinde homenaje con su propio cuerpo y con su propia vida. ¡Gracias! Cuando decimos San Andrés y Providencia, Santa Catalina, estamos hablando del Gran Caribe. Y cuando estamos hablando del Gran Caribe, estamos hablando de Jamaica, estamos hablando de Isla Caimán, estamos hablando de Conaílan, estamos hablando de partes de Nicaragua y de Costa Rica, de Limón y de Bastimiento en Panamá, ese es un círculo grandísimo que nosotros estamos hablando cuando hablamos de la insularidad de San Andrés Providencia y Santa Catalina, donde están los ritmos del mentó, del calipso, que son ritmos también de origen campesino. Hay una cultura del coco que es esencial en la economía de la isla. La palma del coco es el símbolo de San Andrés, es parte de su vida diaria. Hay una cultura que se llama el breadfruit, que es el fruto de pan que crece en los árboles, que se frita con el pescado y es una cosa absolutamente extraordinaria, de una riqueza impresionante que ellos comen. También está la cultura de mar, y la cultura de mar es que es una isla, entonces todas las tradiciones y el folclor vienen de la isla del Gran Caribe, y de la pesca, y del caracol, y de todo lo que significa para ellos un concepto que se llama maritorio. para ellos un concepto que se llama maritorio. Nosotros hablamos de la tierra como la base donde está parado el mundo campesino, pero es que el mundo campesino también en San Andrés y Providencia tiene maritorios, es decir, es en el agua, es en el mar donde los pescadores conciben y crean toda su vida. Nosotros tenemos mundos anfibios, tanto en el maritorio del archipiélago como en las ciénagas de la costa caribe en el norte. Entonces, aquí hay una biodiversidad impresionante y un concepto muy distinto de lo que significa ser campesino, porque son pescadores de un maritorio que es tan concreto y tan contundente como la tierra misma, en los territorios insulares. Entonces, también llegamos a los llanos orientales, que es uno de los rasgos de identidad más poderosos que nosotros tenemos, porque el campesino llanero, allá tiene la cultura de la ganadería, ellos son la despensa de Colombia, de ahí sale el arroz de ahí sale el ganado la mayor cantidad de cosas que nosotros comemos vienen de los llanos orientales, son realmente la despensa de Colombia, la independencia como tal, el hecho de independizarnos continentalmente del imperio español, aquí ocurre en los llanos orientales y en la cordillera de Pizba, en el páramo de Pizba, pero fundamentalmente es un hecho llanero. Entonces, el tema de la identidad de la música, del joropo, del escobillao, de la danza, del coleo, de las faenas ganaderas, de todo lo que se celebra en el llano, genera un nivel de comunidad en las enormes distancias de estas grandes sabanas y es un factor de identidad fundamental también en el reconocimiento de nosotros como colombianos, son los llaneros. Los campesinos también están alrededor de las ciudades como Bogotá y Medellín, teniendo en cuenta que Bogotá, lo que es Bogotá termina en el páramo de Sumapaz y el páramo de Sumapaz ya es la ruralidad. Y la sabana misma de Bogotá, esta enorme sabana a 2.600 metros de altura, esta enorme sabana es una meseta gigantesca, gigantesca, en donde se encuentran una gran ciudad de 10 millones de habitantes y una ruralidad enorme que la rodea también. Entonces, digamos, son territorios conectados, no es que estén totalmente divididos, son territorios conectados. Y en Medellín también, a pesar de que Medellín es una ciudad grande, muy grande para el mundo antioqueño, muy grande para el mundo antioqueño, está conectada con una gran ruralidad. Y ahí sí que los mitos y las leyendas y la literatura y la figura del arriero paisa y el emprendedor, el madrugador, el que se levanta todos los días, que tumbaba monte en las épocas de la colonización antioqueña, que es uno de los hitos históricos de fundacionales de Colombia también. Eso viene de la ruralidad también. Y digamos como la identidad del paisa, que es el arriero, es un personaje rural. Y por supuesto, Juan Valdés, que más que paisa es colombiano, es una manera como nos reconocen en el mundo. ¿Y quién es Juan Valdés? Un campesino del eje cafetero, que tiene el saco recolector detrás. El sombrero huelteado, que para nosotros es tan importante, el sombrero aguadeño, el tejido de guanga, las ruanas del altiplano, la técnica del barniz de pasto, las cerámicas de la chamba en el Tolima y en Ráquira, son ejemplos de las artes que proceden de la cultura campesina de Colombia. Todo eso son partes de la ruralidad y también toda la música, pues la carranga, el vallanato, el curulau, el bambuco, todo eso son historias que vienen de nuestro campo. Soy hijo de campesinos, campesinos veredales, que vendones de la tierra, del rancho y los animales. Soy hijo de campesinos, que por ser tan buena gente, los tienen como los tienen, inmisericordemente. Soy hijo de campesinos y en el campo fue mi crianza, entre la casa y la escuela, entre cerros y labranzas, entre coplas y tonadas, entre cimientos y espigas, entre todas esas contras que me marcaron la vida. Soy hijo de campesinos y lo canto con orgullo Campesinos son los míos como lo han sido los tuyos Que vivan los campesinos y que los dejen vivir Que el campo sin campesinos existe sin existir Entonces, del campo viene la identidad colombiana, lo que nosotros llamamos Colombia viene de allá en una gran medida. Viene de la caña de azúcar del Valle del Cauca, viene del algodón viene del café una época en que en este país existía una figura que se llamaban los cosecheros porque como nosotros tenemos la bendición del trópico y los pisos térmicos, hay comida todo el año entonces a medida que se andaban dando las diferentes cosechas iban los campesinos de una cosecha a otra recolectando la época de los recolectores donde salía, bueno, viene tal cosecha, entonces todos los campesinos vienen a recoger esas cosechas, era un mundo de cosecheros que se había, que se hacía y donde la gente podía vivir todo el año recogiendo cosechas de diferentes cosas, las frutas, todo, en las mismas calles de nuestras ciudades, usted ve lo que son esos carros llenos de frutas en la mitad de la calle. Esas frutas vienen de todas las cosechas que se están haciendo en el campo. Las ciudades sobreviven por el campo. Todo lo que se come aquí lo traen los campesinos. La seguridad alimentaria del país la producen los campesinos. Es por eso que subsisten las ciudades, porque las ciudades no son sostenibles en términos de soberanía alimentaria, porque no la producen, la traen. Aquí cuando se va a hablar del alimento diario se habla de la papita. En México cuando se va a hablar del alimento diario se llama llama de la tortilla. O sea, es lo que nos define culturalmente. Entonces, todo este campo maravilloso, tan generoso en la cultura, en la música, en los paisajes, en la alegría, en todo lo que pasa, tiene un déficit, una deuda histórica muy grande, porque todo lo que el campo da a la identidad latinoamericana y a la identidad en Colombia, no está reflejado en la realidad campesina de la vida cotidiana, porque la realidad campesina es muy difícil, es como una idealización, o sea, la figura es idealista, pero la manera como viven ha sido muy, muy difícil. Las historias del campo han sido historias durísimas en Colombia, muy duras desde muchos puntos de vista. Primero, por la dificultad del acceso a la tierra en América Latina y en Colombia. La desigualdad del acceso a la propiedad de la tierra es enorme, es enorme y ha sido enorme y esto ha sido un factor de inestabilidad en América Latina desde el principio. Es algo que no hemos solucionado como continente todavía y en Colombia tampoco lo hemos podido solucionar. Entonces hay un problema de acceso a la tierra, hay otro problema de sacar los productos de los lugares tan supremamente escarpados que generan las cordilleras en este país, carreteras para poder sacarlos. Por ejemplo, dicen que el problema no es mandar las cosas del puerto de Buenaventura al Asia, sino llegar al puerto de Buenaventura con los productos, porque hay que atravesar desde las épocas del arriero en mula, desde los tiempos de los inviernos en que se inundan zonas enteras del país, o sea, la geografía es bien compleja ya y es una geografía escarpadísima. Entonces eso hace que, por un lado, el tema estructural de la desigualdad en la tenencia de la tierra, que les digo, es de toda América Latina, pero en Colombia es crítico también, lo escarpado de la geografía, pero tenemos otro factor que es sumamente complicado. Y son las diferentes formas de conflictos armados que hemos tenido en Colombia Escarpado de la geografía, pero tenemos otro factor que es sumamente complicado. Y son las diferentes formas de conflictos armados que hemos tenido en Colombia, sobre todo en el siglo XX. Pues en el siglo XIX hubo un pocotón de guerras civiles para tratar de establecer cuál era el modelo de país que íbamos a tener, que es una de las consecuencias de las descolonizaciones, que primero los pueblos se ponen de acuerdo en un modelo de independencia contra un imperio y luego vienen las guerras civiles sobre qué tipo de modelo se van a dar en el país como tal. Eso sucede en toda América Latina y eso está narrado en héroes y tumbas en Argentina. Eso es un, digamos, es un hilo conductor que nos atraviesa. Argentina, eso es un hilo conductor que nos atraviesa, pero en el siglo XX la cosa se complica, y en el siglo XX la cosa se complica porque los conflictos se van a ver agudizados, nosotros tenemos la figura de Quintín Lame, un líder indígena y campesino que lideró la rebelión del Cauca a principios del siglo XX y esto es la respuesta a un sistema de explotación que viene desde la colonia, un sistema de explotación violento que sufrían los campesinos y los indígenas, él se volvió el símbolo de la resistencia del campo a condiciones de vida terriblemente injustas. Deja libre el viento como voy a respirar, en triste solo busco la verdad. Cadenas me detienen, no me dejan caminar, pero salen mis ideas a volar. Por los cuatro vientos y el cielo bajo el sol, tierra encontraré tu libertad. Para que mi pueblo como yo logre aprender del amor del bosque y su canción. Jardín de luz, mi libertad. Nosotros vamos a tener muchas formas de conflicto y las formas de conflicto tienen distintos nombres. Hay uno que es tal vez de las heridas históricas más grandes, que se llama la violencia. Nosotros en Colombia llamamos la violencia a una gigantesca, a un gran, gran conflicto que se dio fundamentalmente en los campos, por la violencia partidista, conservadora y liberal durante los años 50 y esto llegó a cobrear más de 300 mil vidas en esa época y fue un desangre de los campos ya en la guerra de los mil días con la que comienza el siglo los campos quedan asolados por una guerra de tres años que fue la guerra de los mil días y luego la violencia va a producir un fenómeno de urbanización aceleradísimo porque la gente tiene que salir de sus tierras porque la van a matar los conservadores o los liberales y se presenta este fenómeno que ocurre cuando hay guerra en los territorios rurales y es que los campesinos quedan en sánduche entre los diferentes actores armados llámense conservadores o liberales en los años 50 o más adelante llámense las guerrillas los ejércitos los paramilitares o en vietnam los vietnamitas del norte y los vietnamitas del sur o en nicaragua los contras y los revolucionariosnganla como quieran pero el efecto siempre es el mismo el campesino, el que está ahí el que está cultivando la tierra el que está produciendo el alimento el que anda concentrado en sus asuntos queda en la mitad de cualquiera que sea los ejércitos que combatan en su territorio porque es que se van para allá a buscar de la guerra entonces eso es uno de las condiciones históricas que combatan en su territorio porque es que se van para allá a buscar de la guerra. Entonces eso es uno de las condiciones históricas más difíciles del campesinado y es su papel en los enfrentamientos de ejércitos. Jardín de Luz Mi libertad, tierra, mi gente, por ti al luchar. y relata precisamente la historia de un campesino en estas grandes complejidades urbanas. Entonces todas estas violencias, todas estas condiciones históricas las han llevado los campesinos. Aquí cuando se habla de conflicto armado, cuando se habla de violencia, como quiera que sea el nombre que usted le ponga, aquí lo que estamos hablando es de cómo el campesinado ha pagado el precio más grande por la guerra en Colombia de cualquiera que sea el origen y llámese como se llame. El campesinado que genera toda esta identidad y genera toda esa comida es el que va a pagar las consecuencias de los conflictos. Entonces hay una desigualdad muy grande entre lo que entregan, lo que dan, lo que producen, lo que siembran, lo que cantan y lo que les toca vivir. Ahí hay una deuda histórica. Entonces esa deuda histórica se muestra de muchas maneras. Entonces, esa deuda histórica se muestra de muchas maneras. O sea, la desigualdad tan grande ha hecho que haya organizaciones campesinas que hayan hecho grandes movilizaciones. Esto también va para toda América Latina, los intierra en el Brasil, digamos, porque es un problema estructural que no hemos solucionado en el continente y no hemos solucionado en Colombia. Ha habido grandes organizaciones como la Asociación de Usuarios Campesinos, movimientos sociales por la búsqueda de una igualdad en la tierra. Y esos movimientos sociales han estado en dinámicas en donde ha habido grandes avances en torno a la reforma agraria para empezar a generar una equidad en el campo y grandes retrocesos a la reforma agraria, o sea las mareas van y vienen y a veces avanzan y a veces retroceden y cuando retroceden, retroceden también duramente, entonces es una cosa que uno puede ver en toda la literatura de Alfredo Molano, él realmente caminó este país y lo narró a punta de historias. Las consecuencias de la violencia, de la manera más descarnada, hermosa, poética, dura, se pueden escuchar, y esto se lo recomiendo muy seriamente, el discurso de Jesús Abad Colorado de aceptación del premio Simón Bolívar de periodismo a toda una vida como reportero, como fotorreportero, nos hace un resumen tanto de la violencia, tanto del sufrimiento, como de la resiliencia, como de la sonrisa del campo, como de la capacidad para poder resistir y sonreír y continuar en medio de las circunstancias más duras. También y por supuesto cuando hay un fenómeno de estos adivine quién lleva del bulto, pues las mujeres, las mujeres les cae todo porque son las que resisten, las que sobreviven, las que están en pie después de que les han matado hijos, después de que se los han desaparecido, después de que les han matado los maridos, las que los buscan, las que los encuentran, las que continúan cultivando cuando ya todos se han ido, ya sea por el reclutamiento forzoso de los distintos ejércitos, ya sea por las diferentes masacres, por lo que quiera que sea, la mujer campesina es la que ha levantado la cara y ha puesto el hombro para que todavía exista país, así de simple. O sea, sin la mujer campesina no hay país, porque es la que ha puesto el pecho y ha puesto la cara y a la que también la violan y cae en territorio de violencia, pero es de donde sale la resiliencia más grande, la fuerza más grande, la fuerza de las mujeres campesinas tantas veces reconocidas en la música como la campesina santandereana, como antioqueñita, como la misma guaneña, la mujer es muy cantada y celebrada en el folclor y en nuestra historia, pero en la vida cotidiana, en el campo, le ha tocado poner el pecho y el hombro para que todavía haya país. Porque si las mujeres de pronto no había ya ni siquiera ni quien contara las historias, quien cría a los hijos, quien saca adelante toda esta cantidad de gente después de que se han ido. Campesina Santanderiana A lo que huele la rosa de mi Rosales, que saben a lo que huele la rosa de mi Rosales. Y entonces, precisamente, y porque han vivido el conflicto armado, y digo han vivido porque a pesar de que el conflicto ha sido en Colombia y que a todos nos ha tocado es en el campo donde se ha dado verdaderamente toda la fuerza destructora de un prolongado conflicto armado en Colombia y es por eso precisamente por eso que es de allá del campo de donde sale la paz y donde se siembra la paz, porque es donde la paz es una necesidad vívida, real. Entonces es donde empiezan todas las asociaciones en busca de paz. Hay un experimento temprano, temprano pero visionario, en el corregimiento de la India, Simitarra, en Santander. Un grupo de campesinos una vez hizo unas cuentas de cuánto valía el sostenimiento de la vereda por lo que la vereda necesitaba para producir y para que la gente viviera. ¿Y cuánto valía un hombre en armas en la región? Y se dio cuenta que era mucho más caro lo que había que pagar por un hombre en armas en la región que lo que los rodeaban en ese momento, uno por uno. Se fueron donde los guerrilleros, donde el ejército, donde los paramilitares. Y a todo el mundo le dijeron, no queremos su guerra, queremos vivir en paz. Nosotros nos salimos del conflicto armado. Este experimento, conocido como los campesinos del Carare, se ganó el premio Nobel alternativo de la paz. Los primeros creadores de este experimento fueron los de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare y eran Josué Vargas, Saúl Castañeda y Miguel Ángel Barajas. Ellos fueron asesinados junto con Silvia Duzán, nuestra gran periodista, y fueron parte de esta gran tragedia, pero también de esta gran esperanza. Cuando nuestro país conozca la paz, ellos serán próceres y serán como Gandhi, porque serán los que primero vieron en medio de toda la espesura del conflicto una salida. El experimento continúa y ellos siguieron adelante con su iniciativa en los tiempos más difíciles que se estaban viviendo en ese momento. Para la guerra nada Para el viento un ringlete, al olvido un papel Para amarte una cama, para el alma un buen café Para abrigarte una ruana y una vela para esperar. Un trompo para la infancia y una cuerda para saltar. Para la guerra nada. Para la guerra nada. Para la guerra nada. Estos personajes son los visionarios de un modelo de paz que no era ni pensable en el momento en que ellos lo propusieron. Aquí es muchísimo más barata la vida que la guerra. Es muchísimo más barato vivir, producir, crear, construir que tener gente armada. Eso fue lo primero que ellos dijeron y se ganaron el premio Nobel alternativo de la paz. Y hay una historia muy bonita y es que yo tuve la oportunidad de conocer a uno de ellos, de los que hizo toda la negociación en los diseñadores del año 2000. negociación en los diseñadores del año 2000 y tuve que viajar con él y le pregunté que cómo vencía él el miedo refiriéndome a lo que significaba una negociación de ese tamaño en pleno conflicto armado y él me relata el miedo de haber ido a recibir el premio nobel de la paz a nueva york y montando en avión que él montó el avión por su pueblo. Para él el miedo era montar en avión, no la guerra misma. Estábamos hablando lenguajes distintos y este hombre fue parte de lo que significó en ese momento todo el reconocimientoio la luz, para calentarse el sol, para la guerra nada. Para la guerra nada. Este es un ejemplo de muchísimos. Lo digo porque es uno de los ejemplos más tempranos. El movimiento continúa y ellos lograron construir una historia distinta. Pero todas las iniciativas de paz del campo, las zonas veredales, el derecho de las mujeres a la maternidad, a la crianza, de las mujeres a la maternidad, a la crianza, es una transformación de país y es una transformación de país sobre ejes muy distintos a los que se ha vivido, porque es una transformación de país para construir una viabilidad para el campo. Nosotros hablamos del proyecto Utopía, que es una altísima tecnificación de los jóvenes campesinos para ser preparados profesionalmente a un nivel de calidad y de excelencia académica enorme para que dinamicen el campo mismo, para que el campo tenga una viabilidad desde el campo mismo, no desde una absorción a las ciudades, no desde modelos que destruyan al campesino, no significa que la tecnología no sea fundamental. La tecnología es fundamental, pero tiene que poder incluir al campo como cultura y como vida para que el campo como tal sea viable. Entonces es importante que sea viable por la seguridad alimentaria, por el reconocimiento cultural, porque sigue siendo una parte muy importante de nuestro país y de América Latina. Es nuestro eje histórico, es nuestro eje fundamental, es donde estamos parados. Si no miren la pandemia, lo que pasó, a ver, ¿qué hubiera pasado en la pandemia si nosotros no tuviéramos toda esa cantidad de seguridad alimentaria habría habido un hambre y un desabastecimiento muy grande entonces todo esto es la transformación y el sueño de país según las cifras de la comisión de la verdad de las 10 millones de víctimas reconocidas durante la guerra 7 millones corresponden a personas campesinas entonces se trata de que la paz sea posible fundamentalmente para que el campo sea posible para que el país sea posible para que tengamos una viabilidad histórica y una segunda oportunidad sobre la tierra, pero esto lo están construyendo los campesinos es un tema de todos nosotros pero el eje, el nudo de donde sale todo esto es del campo, es de la resistencia, es de la esperanza, es de todos los esfuerzos de paz que se han hecho, es de todo lo que ocurre. Cuando nosotros decimos que nosotros somos el segundo país más biodiverso del planeta y cuando hablamos de la diversidad cultural tan grande que nosotros tenemos, estamos hablando de la ruralidad, porque es en la ruralidad en donde somos diversos. La diversidad es el mundo campesino, es el mundo afro, es el mundo indígena, es el mundo de la montaña, de la selva. Las ciudades tienden a ser homogeneizantes y lo que reciben es la diversidad que viene de la ruralidad. Un kikiriki ando a anunciar el día que ya va a nacer. Es desde la diversidad de la ruralidad donde surge la identidad de nosotros como país. Un chiquito me vio nacer. Entonces nosotros estamos entramados en una red de historias, de tierra, de alimentos, de folclor, que nos puede llevar a una condición histórica mucho mejor, a través de una paz en los campos, que es donde se ha sufrido el impacto más grande de la guerra. Entonces, todo esto son los dinamizadores de paz, de donde surge el espíritu de la paz, porque si la guerra era en el campo, pues la paz se tiene que hacer en el campo, por eso en las ciudades no es tan clara la dimensión de la paz, porque no ha sido tan fuerte el impacto del conflicto, sí se ha vivido, sin duda lo hemos vivido, pero no de la manera ni de la intensidad ni con la fuerza que se ha vivido en la ruralidad, en todas las diferentes zonas de Colombia. con la fuerza que se ha vivido en la ruralidad en todas las diferentes zonas de Colombia. Entonces, en la búsqueda de un destino histórico que sea posible para todos nosotros, ha habido un hecho que es muy importante y es un hecho a nivel mundial y es un hecho a nivel de la ONU, del reconocimiento del campesinado en el mundo y dentro de ese contexto en el 2023 se reconoce al campesino como sujeto de protección a partir de todos los eventos del catatumbo, a partir de una gran cantidad de movilizaciones y de historias y de búsquedas de mejores condiciones. Y esto es muy importante porque en Colombia la secuencia es a que así vea. En 1991, en la constitución del 91, nosotros reconocimos que somos un país plurietnico y multicultural. Y esto que es tan evidente no estaba consignado en la constitución del 86, donde éramos un solo país blanco, un país católico unitario y homogenizante en el país más biodiverso que hay la constitución del 91 reconoce nuestra biodiversidad y nuestra multiculturalidad la ley 70 reconoce toda la fuerza de las comunidades afro en la identidad colombiana y en la vida colombiana con quienes hay toda la deuda histórica del comercio triangular la constitución del 91 reconoce el mundo indígena la ley 70 reconoce el mundo afro y en el 2023 se reconoce el mundo campesino como sujeto de protección social y esto es muy importante teniendo en cuenta que como les digo campesinos son los indígenas campesinos son los afros campesinos son los mestizos campesino es toda la ruralidad del país pero esta especificidad hacia el mundo campesino genera condiciones de protección a la gente más desamparada de todo el conflicto armado que es la gente del campo. Entonces esto es un parteaguas y el comienzo de un reconocimiento, apenas el comienzo, del reconocimiento de una deuda histórica infinita que tenemos con la ruralidad en Colombia y en América Latina. Y es importante este reconocimiento porque es un paso, un primer paso, hasta hacia una justicia cultural, histórica, social, con quienes nos han dado y nos dan la identidad, la vida, el alimento, la cultura, la canción, la sonrisa, porque como dice Jorge Velosa, el campo sin campesinos existe sin existir. Entonces desde La Paz, desde el Joropo, desde el Vallenato, desde la Yuca, desde la Papa, desde Frailejón, desde el Altiplano, desde el Maritorio, desde el archipiélago, desde toda la gran producción de seguridad alimenticia, cultura, paz, cariño, sonrisa, identidad histórica que significa el mundo de los campesinos. Y con todo honor para ellos y para ellas en la narración Diana Uribe. Y para ustedes feliz día, cualquier día que se sea. Este podcast es posible gracias a todos los campesinos y campesinas de Colombia. Es posible gracias a todos los campesinos y campesinas de Colombia. Agradecemos la financiación de la Dirección de Poblaciones del Ministerio de Culturas y de Justicia. Y también agradecemos al apoyo en este capítulo de Leonardo Salcedo y Carlos Quesada. Este podcast fue grabado en Los Gatos Studios y fue posible gracias al equipo de dianauribe.fm que está integrado por Diana Uribe, Diana Suárez, Arturo Jiménez, Milena Beltrán y la edición y musicalización de Eduardo Corredor Fonseca. ¡Gracias por ver este video!