
Sufrí depresión postparto y rechacé a mi hija: Invitada - Silvia Cifuentes
21 de may de 2025
En este episodio, se aborda una temática trascendental y compleja sobre la depresión posparto desde la voz valiente de Silvia Cifuentes. Silvia comparte su historia para visibilizar los matices de la maternidad que muchas mujeres experimentan en silencio. Tatiana Franco conduce esta conversación íntima y esclarecedora.
Capítulos
El inicio de una historia valiente
Silvia Cifuentes comparte su motivación para hablar sobre su experiencia con la depresión posparto. Ella decidió postular su historia para alzar la voz por muchas mujeres que atraviesan etapas difíciles en silencio.
Una relación amorosa y nómada
Silvia narra el inicio de su relación con un francés que conoció durante sus vacaciones en Colombia. La relación se desarrolló entre viajes y nuevas experiencias, consolidándose hasta llegar al matrimonio y planear una familia.
Decisiones y desafíos ante la maternidad
Después de casarse, la pareja decide mudarse a Dubái. Silvia comparte los desafíos que enfrentaron al decidir ser padres, incluyendo un aborto espontáneo en México que afectó emocionalmente a ambos.
La llegada de Alicia y el inicio de la depresión posparto
En Francia, tras el nacimiento de su hija Alicia, Silvia empezó a sentir una desconexión con ella, lo que desencadenó en una fuerte depresión posparto, marcada por pensamientos intrusos y un periodo de aislamiento emocional.
Búsqueda de ayuda y recuperación
Tras experiencias difíciles, Silvia busca ayuda profesional y regresa a Colombia para encontrar apoyo en su familia. Empezó a tratarse con un psicólogo, lo que le ayudó a entender su situación y a reconectar con su hija Alicia.
Redescubrimiento del amor materno
En Colombia, Silvia encontró un entorno seguro y lleno de amor que le permitió recuperar su bienestar emocional y establecer un vínculo afectivo sincero y fuerte con su hija.
Reflexiones sobre la maternidad
Silvia reflexiona sobre el proceso de recuperación y crecimiento personal que vivió y destaca la importancia de pedir ayuda y construir una red de apoyo sólida para enfrentar los retos de la maternidad.
Conclusión
Silvia Cifuentes es un ejemplo de resiliencia al haber enfrentado la depresión posparto y reconectado emocionalmente con su hija. Su historia invita a otras mujeres a visibilizar sus experiencias y buscar apoyo profesional y familiar en situaciones similares.
Menciones
- (Persona) Silvia Cifuentes
- (Persona) Tatiana Franco
- (Persona) Alicia
- (Persona) Simón
- (Persona) Nico
- (Org) Milagros
- (Org) DANE
- (Org) Vos Podés
- (Org) El Dorado
- (Org) DANE
- (Lugar) Colombia
- (Lugar) Francia
- (Lugar) Dubái
- (Lugar) México
- (Lugar) Bogotá
- (Lugar) España
- (Lugar) París
- (Lugar) Marsella
- (Lugar) Tailandia
- (Lugar) Indonesia
- (Lugar) Japón
- (Lugar) Simón Bolívar
La depresión posparto es una experiencia dolorosa que muchas mujeres guardan en secreto. Silvia Cifuentes tomó la valentía de hablar para recordar que la maternidad está llena de matices. Este episodio llega a ustedes gracias a Milagros, la marca que transforma el cuidado capilar en resultados extraordinarios. Porque sí, los milagros están en todas partes y muchas veces tienen forma de mujer. Ya trascendió, no solamente es un podcast, ustedes van a poder vivir este movimiento Vos Podés en Vivo. Así que aquí están viendo un banner donde van a escanear el código QR y pueden adquirir las boletas para que no se pierdan este encuentro poderoso que estamos preparando para ustedes con tanto amor. Ahora sí, quiero que conozcan a Silvia, ya se postuló para nuestras historias y hoy seguro va a compartir algo que sin duda va a identificar a muchísimas mujeres que guardan esto en silencio. Silvia, muchísimas gracias por estar con nosotros. Gracias a ustedes por permitirme estar aquí hoy. ¿Qué tal si arrancamos por esto de te inscribiste a la convocatoria de manera voluntaria, nos contaste una historia muy íntima y que además muchas mujeres callan y siento que hoy decidiste ser la voz de muchas. ¿Por qué? Todos los días estoy entrenando y te escucho. Y escucho a esas mujeres diciendo tantas historias y siempre cierras diciendo, si tienes una historia que contar, inscríbete o cuéntanela. Y yo siempre cerraba y decía, tengo una historia que contar, o sea, la tengo y eso fue lo que me motivó y un día dije como voy a ver, voy a intentar porque siempre que estoy con mis amigas y siempre que estoy con mi digamos con esa red de apoyo y con otras mujeres que están en mi misma circunstancia les cuento mi historia y me dicen como es una historia, o sea, esto es una historia. Y ya, y por eso, para contarla. Y cuando hablas con tus amigas o con esas mujeres cercanas, ¿alguna te ha dicho, yo también pasé por lo mismo? Sí, sí, por eso quise estar aquí, porque cuando me estaba pasando, pensé que solamente yo lo estaba, o que solo me pasó a mí. Y vuelvo y empiezo a hablar con amigas y mujeres que salieron de un posparto y sí, les ha pasado. Hoy vamos a hablar de depresión posparto, un tema que muchas mujeres viven en silencio, que otras viven con mucho dolor, con mucho sufrimiento y que por múltiples razones, incluso por el miedo a ser juzgadas, de pronto callan. ¿Y qué tal si empezamos por esa historia de amor? Porque antes de que tu bebé llegara a este mundo, pues había una historia preciosa de esa persona que conociste, que además es extranjero. ¿Cómo es esa historia? además es extranjero. ¿Cómo es esa historia? Bueno, pues en el 2015 conozco un francés y apenas lo vi, impactada. ¡Plechazo! ¡Plechazo! Y yo ahí, lo quiero para mí. Una mujer que decreta. Exacto, sí, decreto. ¿Lo conociste en Colombia? Sí, él estaba haciendo un viaje de vacaciones, él venía a conocer Suramérica, se quedaba tres meses en Suramérica, pues, conociendo, y se devolvía a Francia y ese era su plan, pues, en ese momento. La primera parada que él hizo es aquí en Colombia, lo conozco y empezamos a salir divertido y llega el momento de que sigue su viaje, le digo, no te vayas, quédate, pues si tienes tres meses, ¿por qué no te quedas? ¿Te enamoraste? Le digo, no, pues, enamorada, estaba encantada, o sea, estaba también viviendo como, conociendo una persona nueva, entonces le dije, como estaba muy poquito, vivimos muy poquito esto, ¿por qué no lo alargamos un poquito más? Y él me dice, vale, y cancelar el resto de sus viajes para quedarse esos siguientes tres meses. Tres meses que se queda conmigo, nunca me dijo, somos novios, ni te prometo nada, o sea, estamos viviendo el momento. Si si pasaba más eso el tiempo lo iba a decidir pero él nunca me lo prometió ni nada llegó el momento de que él se fuera y se fue no me dijo voy a volver, no me dijo te amo solamente me gustó mucho lo que vivimos, eres una mujer increíble y espero volverte a ver algún día yo le dije vale, pues y ahí se acabó, y dije como aquí se acabó todo pasó el tiempo tal vez 6, 8 meses y me escribe un día, seguimos hablando seguimos en contacto todo el tiempo y es mucho contacto, como mensajes y dentro de ese contacto nos decimos, te amo me haces mucha falta y quisiera volverte a ver. Y él me dice lo mismo. Y un día me dice como, ¿qué estás haciendo el domingo? Y le digo, yo nada, estoy aquí con mi familia, es que no tengo quien me venga a recoger al aeropuerto. Y le digo, yo te voy a recoger al aeropuerto. Acá en Colombia. Aquí en Colombia. Te llevó sorpresa. De sorpresa. Él habla español, perfecto. Perfecto, porque él había vivido en Argentina antes. Entonces, cuando yo lo conocí, yo pensé que era argentino, porque pues él tenía el che y no, pues era francés. Es francés. Llega a Colombia y me dice, ese día lo veo llegar con un montón de maletas, él es DJ entonces llega con su consola con todo y yo, pero que es todo esto se instaló este hombre y me dice vengo para quedarme pero vamos a vivir juntos ya de una vez porque pues yo acabo de dejar todo en mi país quiero estar contigo, pero pues yo no quiero que tengas que salir corriendo los fines de semana, o que yo sé que vives con tu familia, pero pues ya yo tenía 25 años. Tú decides, yo ya tomé mi decisión, toma tú la tuya. No hombre, armas tomar. Sí, siempre. Y el fin de semana siguiente le digo yo mamá me voy a vivir con mi novio. Ay no. ¿Cuál novio? ¿Qué novio? Y yo pues el chico con el que hablo todos los días y me dice pues obviamente mi mamá, mi papá, mi hermana está segura de la decisión. Yo nunca había salido de mi casa. Yo claro, ya era adulta, ya trabajaba, pero pues yo estaba ahí en mi hogar, tranquila y segura. Y yo sí, pues segura no estoy, pero vamos para adelante. Y me fui a vivir con él. Al año de estar viviendo juntos, yo trabajaba aquí, él también. Pero él siempre ha sido una persona que no le gusta mucho quedarse en un sitio, o sea, él es como muy nómada siempre le gusta estar como viviendo experiencias se aburre muy rápido en un lugar, entonces al año de estar aquí me dice, ¿por qué no lo dejamos todo y nos vamos a viajar? y yo como ay Dios, porque pues también era renunciar, yo acababa de salir de la universidad y tenía unos sueños profesionales y era renunciar a ellos. Y ya me estaba vinculando laboralmente en lo que yo quería hacer y me veía proyectada y era eso. Y como siempre me han dicho, lo que tú decidas estará bien y está bien para ti. Y le digo yo, vámonos. ¿Sabes? O sea, nos fuimos. Yo vengo de clase social económica media. Todo esto fue, yo dejaba mi trabajo y sabía que iba a depender de él para todo. Él me dijo, yo lo asumo, no te preocupes, pero pues vente conmigo y también fue mi decisión dejarlo y irme de mantenida por él. mundo, Tailandia, Indonesia, Japón, Dubái, México, y fue una experiencia increíble, o sea, imagínate tú viajar, conocer el mundo con el amor de tu vida, yo encantada, feliz, yo vivía y vivo todavía en un cuento de hadas. Un sueño total. Sí, y que él es una persona de mi edad, o sea, todo el mundo puede pensar tal vez por mi historia que él tiene 10, 20 años más, hay gente que me pregunta ¿pero tu esposo tiene? ¿cuántos años tiene? y no, él tiene dos años más que yo es igual de joven, él vive la vida igual que yo y le gusta, y somos muy afines en muchas cosas, en otras no tanto pero bueno recorremos el mundo y en el 2017 me pide matrimonio ¿dónde estaban? estábamos ya aquí en Bogotá nosotros veníamos cada año nos quedamos aquí tres meses y volvíamos ¿por qué? porque cuando uno solicita visas las visas más o menos siempre son de tres meses entonces íbamos a un lugar y luego volvíamos y así y estando aquí en Bogotá pues me dice ¿quieres casarte conmigo? que también para otra sesión apegué el matrimonio porque la arruiné toda, pero porque no sabía que ese día me iba a pedir matrimonio y él había organizado una cena y yo no llegué, entonces pues todo se dañó. y luego me dice como enojado en la casa, quieres casarte conmigo, pero no era el plan, y yo, sí, claro que sí, perdóname por dañar el plan, pero bueno, me pidió matrimonio, nos casamos al año, en un matrimonio también increíble, vinieron, que es lo bonito del matrimonio, mucha gente dice como, ay, pero gastar plata, gastar dinero en la fiesta, mejor nos vamos a viajar. O digamos que todo el mundo pone a la fiesta en un tema de dinero, pero ver a toda su familia, a todos sus amigos que vinieron, que compartieron con toda mi familia, con mis tías que en ese momento estaban vivas, eso para mí fue, ahora que lo hablo y lo digo, no tiene precio. O sea, es como estás con toda la gente que quieres, con toda la gente que él quiere, felices por nosotros. Y eso no tiene precio. Nos casamos, nos fuimos a vivir a Dubái y en Dubái empezamos la idea de ser papás. Siempre lo hablamos, siempre dijimos, queremos ser papás, no sabemos cuándo, pero eso fue una idea que él y yo siempre tuvimos en común. ¿Pero era como un sueño que tú tenías de niña? ¿Sabes que no? Siempre tuve claro que quiero ser mamá, pero no fue como el sueño tal vez de muchas mujeres que se ven idealistas, que ven realizadas siendo madres, pero siempre tuve en mi mente, quiero ser mamá, pero no fue como el sueño tal vez de muchas mujeres que se ven idealistas, que ven realizadas siendo madres, pero siempre tuve en mi mente quiero ser mamá. No era un sueño de estoy trabajando y viviendo la vida para llegar a ser mamá, no, pero siempre estuvo dentro de mis planes y los de él también. Decidimos formar familia viviendo en Dubái y entonces dijimos como este no es el lugar para no sabíamos a dónde no sabía sin volver a Colombia o vivir en Europa volvimos a Colombia para pasar navidad navidad del 2019 y decidimos que íbamos a empezar nuestro hogar en Francia, porque sus papás estaban allí, él lleva mucho tiempo ya lejos de casa y quería como retomar y cómo es la vida, porque ahorita que sigamos hablando, como que todo tiene un porqué, entonces la decisión fue volver a Francia porque él quería compartir un poquito más con su familia, con su mamá. Pero para ese entonces no era pandemia. Espera, ya, ya. Llega diciembre, nosotros llegamos aquí en diciembre del 2019 y empezamos a escuchar, ya habíamos decidido que íbamos a volver a Europa, pero íbamos a pasar aquí diciembre. Un amigo de él se casaba aquí en Colombia con una colombiana también, el francés, y íbamos a esperar a febrero. Llegó febrero, el matrimonio del amigo se hizo y empezamos a escuchar que en China empieza un virus, que están cerrando, bueno, todo el caos de cómo empezó la pandemia. Y empezamos nosotros, ¿qué hacemos? Nos vamos ya ya nos quedamos y cuando tomamos la decisión de irnos a Francia habían cerrado Francia y yo ya no podía entrar entonces me dice mi esposo pues volvamos a Dubái porque tenemos que entregar unas cosas que teníamos allá y teníamos la visa y no quedémonos en Colombia porque él no tenía salud el miedo era quedarnos aquí en Colombia y que de pronto pasara algo y él no tuviera salud. En Dubái estábamos más seguros, teníamos salud y todo ya establecido. Y porque México tiene un vuelo directo a Dubái. Y entonces teníamos una escala de una noche en México. Y dormimos y cuando nos despertamos Dubái había cerrado. Y ya no podíamos volver a Dubái. Volvamos a Colombia. Colombia había cerrado. Y entonces nos tocó quedarnos en México. A pasar pandemia en México. Y no pasamos pandemia en México porque en México no cerró nada. México nunca cerró nada, la gente iba al gimnasio, al supermercado. Y mientras yo hablaba con mi familia y él con su familia, estamos todos encerrados y el mundo, nosotros no. ¿A parte estabas? En el DF. Allá se permitía salir. Uno no lo hacía, pues por prudencia y porque estamos aquí en un país desconocido, no tenemos salud, nada, no vamos a contactarnos con nadie, pero México nunca, nunca cerró, nunca tuvo como tal un encerramiento. empezamos a intentar a tener bebés yo quedé embarazada en México y tuve un aborto espontáneo no sabía que estaba embarazada y un día sentí unos cólicos muy fuertes y dije esto no es normal, o sea, algo está pasando yo hasta pensé que tenía algo que ver con el COVID porque son cólicos que nunca se... uno siente unos coliquitos pero esto era poderoso voy al baño y siento muchas ganas de que algo va a salir y algo sale y pues era un camaróncito que tenía como piecitos y manos y digo, yo envío fotos a mi mamá, a mi hermana y yo, yo creo que esto es algo raro, ¿no? Entonces llamo a un amigo que es médico y me dice hazte una prueba de embarazo y efectivamente, pues pues estaba embarazada. Hasta dentro de las 72 horas que la hormona del embarazo sigue en tu cuerpo. Y bueno, siempre he pensado que era un niño. No, pues que se quedara siendo un niño en mi corazón. Pero por alguna razón soñaste algo. Siempre que hablo de esto, siento la energía de un niño. Siempre, no, nunca me lo soñé. Creo que mi hermana tal vez algún día me dijo, yo sí soñé y era un niño, pero no estoy segura si era eso o mi hija. Ok. Pero sí, siento como la energía de que era un niño. Decidimos no intentarlo más porque pues también la situación, dijimos no, pues vamos a parar aquí y esperemos que pase todo esto y ya luego cuando estemos establecidos en algún lugar, volvemos e intentamos. Pero esa noticia, ¿cómo los tomó cuando ya realmente te diste cuenta? Mira que yo no, creo que todavía no, me dice mi psicóloga que a todo hay que darle un duelo que hay que despedir, que hay que poner nombre y para mí fue una situación no normal, pero yo no sentí nada yo en ese momento dije como, bueno pues salió, no sé si era porque no sabía y pasó pero yo no sentí nada y él tampoco, a veces solo dijimos como pues paremos porque si algo pasa y vuelve a pasar, entonces pues ya no quiero que esto se convierta como en un... Va a pasar siempre. Decidimos parar, yo no sentí nada. No voy a decirte mentiras, yo estaba como, ok, pues pasó y ya. Claro, seguramente también porque es que no tenías ni idea. Exacto, no tenía ni idea, exacto. Yo creo que más por eso, porque pues no estaba, dije, ay, qué triste, qué triste porque lo estábamos planeando, pero bueno, ya vendrá. Y regresamos a Francia, ya abrieron Francia, yo pude regresar, volvimos a Francia y empiezan sus amigos, sus amigos ya todos tienen pareja, él tiene muchos amigos, y empiezan todas las parejas de sus amigos a embarazarse. Y yo, ay Dios, y empieza esa presión, ¿no? Él me dijo, tranquila, vamos a dejarlo fluir. Y yo decía, amor, vamos a dejarlo fluir. Pero por dentro, ¿cuál dejarlo fluir? O sea, yo, ¿qué sirve para embarazarse? ¿Qué puedo tomar? O sea, yo estaba, me obsesioné un poquito con el tema. Y el hecho de que sus, las amigas, sus amigos empezaran a estar embarazados, pues también me causó un poquito de presión. Ok, pero era más por la presión social que estabas motivada o ya se había como despertado también ese deseo así maternal. Sí, ya se había despertado el deseo maternal de quiero tener un bebé y claro, el que, el ir a las revelaciones de sus amigos me motivaba más. Yo decía, qué rico quiero vivir esto. ¿Y qué edad tenías? Yo quedé embarazada, esto fue en el 2020. No me acuerdo cuántos años tenía. Tranquila, tranquila. En el 2020, tal vez 29, 30 años. Volvimos a Francia y se da la noticia. Estoy embarazada. Llamo a mi hermana, la primera que se enteró. Estoy embarazada, ¿qué hago? Y mi hermana, no, qué felicidad, ¿cómo lo vamos a decir? No sé, porque pues no, claro, no lo esperábamos, pero él no. Él lo estaba dejando fluir. Pero yo era las que terminábamos y piernas arriba. Para que cuaje, para que cuaje ese bebé. Yo todo lo que hacía era en pro de quedar embarazada. Y se dio, se dio y estoy embarazada. Claramente le dije a él y él pues con su cara de no te lo puedo creer. Bueno, vamos a darle. Él no es muy expresivo. Entonces yo, amor, ¿estás feliz o estás triste? ¿Cómo te llega la noticia? No, no, estoy feliz. Vamos a hacerlo. ¿Tú cómo estabas? Ya me imagino que ya vas a estar con tu familia, además de tu hermana. Feliz, feliz, sí. Y ahí empieza como un poquito la felicidad y la tristeza en no estar aquí. Porque, pues, esa noticia la quieres compartir en vivo y en directo o sea ese día yo añoré el abrazo de mi hermana, el abrazo de mi mamá vamos a ser familia pero pues eran las decisiones que yo había tomado y dentro de eso estaba pues que íbamos a pasar un embarazo lejos de Colombia siempre lo hablamos con mi mamá y con mi familia a pasar un embarazo lejos de Colombia. Siempre lo hablamos con mi mamá y con mi familia y es cuando nazca la bebé o nazca el bebé allá vamos a estar contigo apoyándote. Pues normal, ¿sabes? Estás con tu mamá y regresamos a Colombia. Yo tenía tres, cuatro meses de embarazo un diciembre, como veníamos todos los diciembre a pasar aquí, nos da COVID, nos encerramos. ¿A ustedes dos? Sí, a los dos. A la familia completa, a mi hermana, al novio de mi hermana, a mí, a mi esposo. Y uno embarazado, imagínate, uno no sabía si el COVID afectaba al bebé o no, qué va a pasar. Ahí empieza una de las preocupaciones. Nosotros encerrados y yo, mi bebé, ¿qué voy a hacer con mi bebé? Todo va a estar a pasar, ahí empieza una de las preocupaciones, nosotros encerrados y yo mi bebé, qué voy a hacer con mi bebé, todo va a estar bien, tranquila, no pasa nada. Empezamos a tener comunicación con la mamá de mi esposo y empezamos a notar que ya todas las llamadas, una tos y así como que la veíamos más delgada? Está con COVID y no nos quiere decir. Y ella cuidaba a su mamá, que tenía 94 años, o sea, la abuela de mi esposo. Yo les dije, Dios mío, ¿qué vamos a hacer si ellas dos tienen COVID y están solas? O sea, dos mujeres mayores, solitas, con COVID en Francia, nos tenemos que ir ya. Esperamos que nos pasara el COVID aquí y volvimos a Francia. Me despedí de mi familia aquí sin imaginarme que iba a ser la última vez que iba a haber a alguien muy importante de mi familia. Me despedí de mi familia sin imaginarme todo lo que se venía. Llegamos a Francia, empezamos con la búsqueda de apartamento para comprar apartamento. Yo te digo, o sea, yo vivía mi sueño. Estábamos embarazados, íbamos a comprar apartamento, vemos ese apartamento que era lo más... Vimos todo lo nuevo y nada nos gustaba. Y llegamos a un apartamento que estaba lo más destartalado posible y yo creo que fue mi hija que escogió porque ya estaba embarazada y lo vemos y yo digo este es y me dice él, pero es que le tenemos que cambiar hasta hasta los bombillos y yo le dije, pero este es, o sea tiene todo lo que queremos, tenemos un paisaje hermoso, el balcón, último piso. Y lo vamos a hacer a nuestro gusto. Todo lo que lo pongamos va a ser a nuestro gusto. Ok, vamos a hacerlo. Esa es otra cosa, que él siempre me apoya en todo. Qué lindo. Todo, todo, todo. Yo tengo alguna idea y él, aunque no esté muy de acuerdo, me dice, si tú eres feliz, vamos a darle. Entonces compramos el apartamento, empezamos a remodelarlo muy contentos, buscando los pisos, todos muy, muy, muy contentos. ¿Y tu relación con tu suegra cómo era? ¿Cuál fue tu suegra? momento de comprar apartamento y estar juntos muy felices nos llega la noticia que ella estaba tosiendo mucho y cayéndose mucho porque tiene cáncer de pulmón en etapa 4 o sea que su recuperación era un poquito muy difícil y empieza la vida a sonar como suena. Estamos viviendo nuestro sueño de darle la bienvenida a una vida que siempre habíamos querido. Y una vida que siempre hemos querido se estaba empezando a apagar. Entonces eso empezó a la balanza a ponerse un poquito complicada. Yo estaba lejos de mi familia y aunque siempre les he contado todo, siempre les he dicho cómo me siento y tal, pues no se alcanzaban a imaginar lo duro que es como atravesar esos momentos tan, ¿sabes? Como tan encontrados. Claro. Porque todos felices por un lado, pero por otro lado, pues vamos a empezar unas quimios y vamos a empezar a despedirnos. Porque todo, cada médico que nos decía es que es muy difícil. Tienen que estar preparados, tienen que estar. Y yo creo que empieza ahí como mi sistema inmune, mi sistema emocional, mi sistema físico y todo lo que estaba bien. Empieza un poquito como a descender. Te cuento todo esto porque las depresiones, muchas dan por fallos químicos en tu cerebro y otras porque una acumulación de traumas empiezan a llegar a la vida hasta que todo explota y se genera la depresión, pues yo tuve de las dos yo tuve de los químicos y la acumulación de muchas cosas que venían detrás tu esposo me imagino que estaba devastado también con lo de su mamá. Claro, pero él es un hombre muy fuerte, ¿sabes? O sea, él siempre como ella. Ella también fue muy fuerte y ella no va a pasar nada y vamos a ver esa niña nacer y vamos a estar todos juntos y yo voy a hacer esas quimioterapias y no va a pasar nada. Pero pues yo no soy tan positiva y yo decía ¿por qué? ¿por qué ahora? Dentro del embarazo también me dicen a mí, me hago yo unos exámenes aquí en Colombia, todo perfecto, los llevo a Francia y ellos me dicen tienes que volver a hacerte los exámenes porque mejor hacerlos aquí. Vale. Y me llama un día. El médico. Y me dice. Tienes que hacerte un examen. Más especializado. Porque puede que el bebé venga. Con síndrome de Down. Y yo. Ay Dios mío. Llamo a mi familia. El bebé puede que venga. Y tú. Tranquila. Que todo va a estar bien. No va a pasar nada. Hablo yo con mi papá. Un hombre muy fuerte también. Y en una conversación., no va a pasar nada. Hablo yo con mi papá, un hombre muy fuerte también, y en una conversación y se pone a llorar. Me dice, tranquila mami, que sea lo que sea, vamos a salir adelante. Y yo, wow, o sea, yo nunca había visto a mi papá, pues nunca diciéndome eso, porque fue un papá presente, pero fue un papá que le costaba acercarse a sus hijos, entonces cuando él me dice eso, yo, wow papi, qué rico que me digas esto, y bueno, me hicieron el examen, llegaron los resultados, y afortunadamente, gracias al cielo, todo salió bien, ella venía bien, y bueno, no había ninguna complicación. Pero me imagino también como esas alteraciones y fueron dos semanas porque los resultados salían en dos semanas entonces fueron dos semanas que también el médico nos decía estamos en Francia, en un país donde el aborto es legal, el embarazo ya está avanzado, pero tú tomas tus decisiones ellos siempre tratan de, no de manipularte pero pues a ellos como país que tiene salud pública, pues no les conviene mucho. Digamos tener a personas que requieran salud durante toda su vida. Entonces no te persuaden, pero pues te ponen la opción sobre la mesa. Te hacen como la invitación. Exacto. Somos un país que nadie te va a juzgar si tomas las decisiones. Y yo le decía a mi esposo, esto es demasiado complicado porque lo queremos, pero yo tampoco estoy dispuesta a dejar todo. Pues uno no tiene conocimiento en ese momento de cómo criar un hijo con alguna incapacidad, discapacidad. con alguna incapacidad, discapacidad. Entonces yo decía, a mí me cuesta mucho tomar esa decisión, porque no fue, no, yo la tengo, no, fue algo que hacemos. Vamos a pensarlo porque es una decisión que nos va a costar toda la vida, como el tener un hijo. Claro, claro. Pero bueno, afortunadamente nos tocó tomar ninguna decisión. Si me preguntas qué decisión hubiera tomado, no lo sé. No estoy segura, no lo sé. Yo no te puedo decir si la hubiera tenido o no, porque no lo sé. No estuve en la situación. No llegó al final. Entonces seguimos el embarazo felices de seguir con nuestro apartamento, de decorarlo y todo y tratando la enfermedad de mi suegra. y tratando pues la enfermedad de mi suegra. Avanzaron los meses, yo no pude regresar a Colombia, pues porque ya el embarazo se avanzó. Y en mayo del 2021, entra mi mamá y mi tía, esa tía que cuando no está tu mamá estaba ella. La tengo. La tienes. Ah, En COVID. Mi hermana me llama. Todos como manejando la situación muy sutil porque yo estaba en mi último mes de embarazo. Claro, para no asustarte, preocuparte. Exacto. Y mi hermana tranquila que yo estoy aquí cuidando de mi mamá. Usted relájese. Yo, ¿cómo me voy a relajar? Y llaman a la familia, mi tía se la llevan para intubación. Porque estaba muy mal. ¿Cómo me voy a relajar? No hay manera. Hoy fue mi tía, pero mañana puede ser mi mamá. No, qué estrés. Entonces yo le decía a mi esposo yo me acuerdo mucho me arrodillaba y yo decía por favor, Dios mío no me vayas a hacer, o sea no no te las lleves a todas, o sea a mi suegra, a mi mamá mi tía, por favor no, en este momento no te las lleves y bueno pues todo un mes parido, para toda la familia aquí en Colombia, porque mi tía estaba en tuvación y no sabíamos qué iba a pasar. Yo con ese susto, porque hasta el último momento no sabíamos, mi mamá tenía COVID hasta el último momento de mi embarazo. No sabíamos si ella en algún momento se iba a complicar y de pronto teníamos que llevarla y yo le decía a mi esposo, es que así me toqué un crucero, yo no puedo dejar que mi mamá entre al hospital y no me vea y yo no verla. Eso no puede pasar. Pero pues tenía que pasar porque yo estaba en Francia y no podíamos hacer nada. Lo único era contacto con mi hermana, estamos bien, no te preocupes. Y bueno, mi tía, todos rezando todas las noches, llamándola por videollamada, ella entubada. Ay, no. Y todos hablándole, tía, tú puedes, tía, y sus últimas palabras fueron, no se preocupen que yo conozco a Alicia y a Simón, Alicia es mi hija. Y Simón es un nieto de ella que también estaba en camino. No se preocupen que yo de esto salgo, que yo voy por ellos dos ay no llega el 3 de junio del 2021 y empiezo yo con los dolores me levanto yo una mañana y yo, ay, tengo muchas ganas de ir al baño porque son dolores de que quieres ir al baño, entonces yo voy al baño, no pasó nada en el baño, pero yo seguía con el retorcijón y yo, ay Dios mío, yo creo que ya. Y ella estaba, desde el primer día que me dijeron que estaba embarazada, propuesta, no sé, como planificada para junio. Tu bebé. Sí. Y yo todo el embarazo le dije, tu abuela, mi madre, cumple años el 4 de junio, por favor, dale la sorpresa, le decía yo a mi bebé. Yo todo el embarazo, a pesar de que vivimos situaciones tan tristes, viví muy enamorada de mi hijo, feliz, o sea, yo estaba feliz con mi barriga, muy triste porque aquí, en Colombia, no me recuerdan embarazada porque no me vieron. No se me había ocurrido eso, claro. Aquí nadie, ni siquiera mi hermana, ni siquiera mi mamá, se perdieron de esa imagen de cómo me veía yo embarazada. Esto es como si ves los pequeños detalles, son importantes. Llega el 3 de junio y empiezo yo con los dolores y empiezo yo a bailar porque decían como si te caminas o bailas y te mueves, sale. Y yo, bueno, hoy 3 de junio no voy a hacer nada, pero mañana si no sale, yo empiezo a bailar porque yo quiero que nazca el 4 de junio. De cumpleaños para tu mamá. Para mi mamá. Alicia nace a las 6 de la mañana en Francia, del 4 de junio, y era las 12 de la noche de Colombia. Llamo yo a mi mamá y le digo, feliz cumpleaños, mamá. Y empieza el día a transcurrir. Y yo decía, qué raro. O sea, nadie me ha llamado, nadie me ha dicho, felicitaciones por tu bebé, muéstranos una llamada, nadie. Y eso es súper importante. En un grupo de una familia donde todos estamos hablando constantemente, todo se quedó callado. Todos estábamos esperando una noticia de mi tía, de cómo reaccionaba ese día, de qué iba a pasar, todo callado. Yo le preguntaba a mi esposo, ¿qué pasa? ¿por qué nadie me ha llamado? ¿por qué nadie me ha dicho felicitaciones o muéstranos una foto? nadie, mi mamá y mi hermana que son las que más tienen contacto conmigo calladas y yo, ¿qué pasa? ya me imagino que empezó tu cabeza a maquinar dos de la tarde, nada y yo, bueno, voy a esperar que se levanten en Colombia, que sean las nueve, que sean las diez, nada. Ah, o sea, ni siquiera cuando mandaste el mensaje de cumpleaños reaccionaron, nada. No, mi mamá sí, ella sí me contestó porque ellas estaban esperando. Yo el día anterior les dije, ya estoy con los dolores y ellas me pidió llamada yo en el hospital y ellas, mamita, tranquila. Las llamé, ellas recibieron la noticia con mucho amor, lloraron, pero ya se acabó la llamada y esperemos que avance el día para comunicarlas a los demás todo el mundo en un silencio total y ya a las 7 de la noche le digo yo a mi esposo ¿qué pasa? dime porque esto me está carcomiendo, yo necesito saber nadie me contesta en Colombia, nadie me dice nada y mi esposo pone su cara y me dice nada y mi esposo pone su cara y me dice la tía se fue el mismo día que nace mi hija y el mismo día que cumple años mi mamá y empiezo yo ay Dios, como como procesas eso y en ese momento que mi esposo me dice esto, llegan y me traen a Alicia porque ya se la llevaron un tiempo para hacerle unos exámenes y cuando me la devuelven, viene una asesora de lactancia porque allá fue un parto hermoso, mi parto fue doloroso como todos los partos, pero fue un parto muy respetado, muy humanizado, lleno de mujeres que trataban de hablar español, diciéndome empuja, dale tú puedes, y fue un parto muy bonito, con él llega mi hija, y yo acababa de escuchar que mi tía se fue, llega mi hija con la asesora de lactancia, porque yo todo el embarazo pensé en lactar en amamantar dije yo lo voy a hacer y lo quiero hacer, quiero sentir esa conexión también pues es importante que ellos, su primera comida pues sea la que viene de ti pero allá te dan la opción quieres amamantar o quieres fórmula y ellos te tienen el tetero, te tienen la fórmula todo listo, yo le dije quiero amamantar, pero también tienen un tetero por si mamita no puede amamantar o quieres fórmula? Y ellos te tienen el tetero, te tienen la fórmula, todo listo. Yo le dije, quiero amamantar, pero también tienen un tetero por si mamita no puede amamantar, por si mamita se arrepiente en el último momento. Y yo le dije, no, quiero amamantar. Como la asesora ya sabía que yo quería amamantar, llega ella, me dice, bueno, mamita, sin saber la noticia que me acaban de dar, acomódate, destápate y vamos a ponerla para que te enseñen porque la lactancia no tiene que doler el bebé no tiene por qué fracturarte los pezones ni tiene por qué sangrar, la lactancia no duele pero venimos como de tantas cosas de que no importa si te duele, igual aunque teng igual aunque tengas el seno, pues, vuelto nada, tienes que darle leche. No, si ya te tiene el seno vuelto nada es porque no está agarrando bien y porque tienes que parar un momento, dejar que te recuperes y luego seguir lactando. No es como, y hay opciones. Puedes dar fórmula y no pasa nada. Está bien hacerlo. Me ponen Alicia, se llama mi hija, y siento yo en ese momento un... ¿Quién es? Un rechazo. Sí. No rechazo, pero no la reconoce. Es como si tú en ese momento me preguntas qué se siente si en este momento a ti te llegara un bebé de cualquiera que no es el tuyo y te lo ponen en tu seno. ¿Cómo te sientes? Rarísima. Así me sentí ese primer momento. Pero no sé si en ese momento fue el shock de la noticia que acababa de recibir. Pues sí, yo estaba en shock pero me pusieron Alicia en el seno y algo pasó que me desconecté de ella en ese momento, creo yo que fue como el momento crucial de cuando sentí la desconexión fue cuando ella pone su boquita en mi seno pero pues yo seguí aprendí a como lactar y me la puse ahí, cada vez que me la ponía era, todavía no llegaba el momento de no quiero hacerlo, pero era, esto se siente raro, no me siento conectada con ella. Pero en la lactancia fue tu primer acercamiento con cuando sale y te dicen, también te lo preguntan, ellos son muy humanos y te preguntan, ¿quieres que te la pongamos apenas nazca? ¿Quieres que se la demos a papá? ¿Las vestimos? ¿Qué quieres? Yo me había leído los millones de libros, había visto los millones de videos y yo, claro, el primer contacto es el importante, yo no, me la ponen a mí y me la pusieron. ¿Qué sentiste ahí? Sabes que uno tiene el cuerpo tan en adrenalina que no, como que no, no reaccionó, no sé si realmente eso me pasó a mí, pero pues fue como, estaba muy nerviosa, o sea mi cuerpo temblaba, acababa de parir, ella acababa de salir, yo estaba como, ella también temblaba de frío, entonces yo estaba como preocupada de que no se me fuera a caer, pero no fue algo así de, ay, ya la tengo aquí conmigo, no, no fue así, fue más bien como preocupación de ver a toda la gente como, ¿qué está pasando?, o sea, como que nació el bebé y todo el mundo empezó a correr y así, fue como ¿qué está pasando? Volvemos a la adaptancia y ahí siento yo como, es que no, no quiero empiezo yo como no quiero hacer esto, seguíamos en el hospital llorando pues la pérdida de mi tía a Mares porque eso fue una noticia muy dura para toda mi familia imagino que te quería regresar imagínate el velorio tan horrible porque ella murió de COVID entonces yo por favor yo quiero estar, déjenme estar y mi mamá no, háganme una llamada para yo también estar ahí ¿viste eso? y los veo todos reunidos en la calle por favor, háganme una llamada para yo también estar ahí. ¿Viste eso? Sí. Y los veo todos reunidos en la calle. Y el carro, nadie la pudo ver, porque ella murió de COVID. No había un velorio. Como uno quiere despedir a su gente, no fue. Es muy triste. Sí, muy triste. Entonces yo amamantaba mientras veía eso. Un choque bravísimo. Horrible, sí. Muy triste. Entonces yo amamantaba mientras veía eso. Un choque bravísimo. Horrible, sí. Muy fuerte. completamente desconectada. Yo le daba de comer, pues, porque tocaba, no se me va a morir ahí, pero yo no sentía la conexión, no sentía ganas de hacerlo tampoco y empezó el no quiero, no quiero hacerlo. ¿Tu esposo para ese momento, como él, era con ella? No. ¿Qué te decía? Él, en ese momento, no se daba cuenta pues, lo que yo estaba sucediendo, lo que yo estaba pasando, y yo también, pues, como lo hacía, entonces todo está bien. Ok, aparentemente. Aparentemente. Él, con su hija, mira, desde el primer día, él en el embarazo, él no fue, yo le decía, pon tu carita acá para que la sientas, para que la sientas moverse. Él la veía moverse y él, ay, no me muestres eso, eso se ve impresionante. O sea, él muy alejado y yo decía, ay, ¿qué tal que sea así cuando ella nazca? No, todo lo contrario, esa niña nació y ese hombre ya entregó su vida a esa niña, desde el día cero, o sea, desde que la coge, como que esto es mío. Cero. Desde que la coge, como que esto es mío. Llegamos al apartamento que ya estaba hecho. Justo en mayo nos lo entregaron con todo, con su habitación, todo hecho. Y empezamos a subir las escaleras porque no tiene ascensor el edificio. Y mientras yo voy subiendo las escaleras, me imagino imagino como entregándole la niña y saliendo. Y yo salí a correr. Se viene ese pensamiento a tu mente. Sí. Y yo, pero ahí voy subiendo las escaleras y voy pensando en eso. Digo, como que lo primero que quiero hacer es como salir a correr. No quiero esto. Y me acuerdo mucho que él pone la niña, porque la niña venía del capazo en el cosito del carro, digámoslo, uno lo baja y sigue con ella caminando y él la deja ahí en el piso, saca las llaves y empieza a abrir la puerta y siento un miedo que no puedo explicar, o sea, siento un miedo horrible, o sea, digo, esto está muy, ya es una realidad, y tengo miedo, tengo miedo de no ver a mi mamá entrando, quise mucho estar con mi mamá en ese momento. Ay, claro. Mucho, mucho, o sea, yo creo que ha sido el momento en el que yo más, porque yo salgo del país, y yo venía, y qué rico verte mamá, y todo, pero me voy otra vez, y feliz, yo me iba feliz, pero esta vez dije, la necesito, necesito a mi mamá y ella no estaba ahí. No había nadie para recibirnos en el apartamento. No, esa historia de la pérdida de un familiar, todo. Y mi suegra ya estaba en sus últimos momentos, entonces a ella le costaba mucho subir las escaleras, entonces ella tampoco estaba ahí para recibirnos, para conocer a su nieta. Ah, y era como también esa ayuda que me imagino yo estabas esperando. Sí, exactamente. Bueno, entramos al apartamento y yo con ese miedo de no te vayas, pero mi suegra ya estaba en el hospital. Y mi esposo tenía que dividirse entre su esposa, que acaba de parir, entre su hija y entre ir a ver a su mamá. Porque él no es hijo único, pero como si lo fuera. Entonces, él asumió toda la responsabilidad de ese momento de todo. Empezaron a pasar los días y yo empecé a sentir rabia con mi suegra. Porque él se iba todo el día y me dejaba sola por ir a verla. ¡Claro! ¡Claro! Tu mamá se está muriendo y tu esposa está con su hija, que está bien. No tiene por qué estar mal la niña si está con su mamá. Una mamá que la ama. Y yo todos los días que él salía yo decía, no te vayas, no me dejes sola. Y empiezo yo a sentir rabia con ella. Pero antes de eso, viene como duermo con mi hija. Nosotros habíamos comprado el nido que le llaman y es una cama que se pega a la cama de ustedes y lo habíamos puesto de mi lado porque como yo estaba lactando la idea siempre fue te volteas la coges y empiezan esas primeras noches a no dormir ella a levantarse cada dos horas y empiezo yo a no quiero escuch ya levantarse cada dos horas y empiezo yo a, no quiero escucharte no quiero tenerte cerca pero ¿cómo hago? ¿me entiendes? empiezan como la dualidad, exacto, o sea ¿qué hago si es tan frágil, tan chiquitica por eso que no quiero, o sea la tenía tan cerca de mí que me molestaba, Tatiana entonces yo cogía la almohada y me la ponía para no escucharla. Y mi esposo, que no está subiendo a la niña, que tenía hambre, y yo, ah, no, me quedé dormida, no. ¿Cuándo lloraba? Pero, ¿cuál que me quedé dormida? Yo estaba, cuando un bebé hace tu mamá, te activa en todos los sentidos y ya yo sabía que venía el llanto y ya yo sabía en vez de cogerla y tenerla ahí yo la dejaba llorar y no quiero yo esperaba que él se levantara para que me la pasara y tenerlo a él despierto para que estuviera conmigo y así todas las noches le digo yo una noche ¿sabes qué? es que yo necesito dormir ¿será que podemos cambiar? porque es que yo la escucho todo el tiempo hacer sus ruidos y no puedo dormir o sea no puedo pegar el ojo ni un segundo ¿será que podemos cambiar de lado? y él sí, no hay problema y él está seguro y yo sí, sí la niña lloraba y él sí la escuchaba apenas y ella ¡ah! toma, ya va a llorar ay no y yo sí, sí. La niña lloraba y él sí la escuchaba apenas y ya, ¡ah! Toma, ya va a llorar. Ay, no. Y yo, ay, Dios mío. Pero ven, ¿y en algún momento ahí le decías lo que estabas sintiendo? No, guardabas ese secreto. Y a nadie, sí, a nadie. A nadie en ese momento sabía lo que estaba yo sintiendo. Sí. sabía lo que estaba yo sintiendo empieza mi suegra a complicarse más y empiezo yo a sentir rabia con ella ¿por qué te enfermas? ¿por qué te vas a morir? ¿por qué me vas a dejar sola en este momento? yo pensaba no podías escoger otro momento cosa de lo que me arrepiento yo creo que es de lo único que de lo que me arrepiento. Yo creo que es de lo único que yo me voy a arrepentir en la vida. No haberme podido despedir de ella como se merecía. No haberla honrado como se merecía. Porque el amor que me dio se merecía. Mejor dicho que yo hubiera dado la vida en ese momento por ella. Pero estabas en una situación, mujer, muy complicada. Sí. Y me daba mucha rabia. Entonces me dice él, en algún momento tengo que ir a ver a mi abuela. Acuérdate que... Sí, que ella cuidaba a su mamá. Que no vive en la misma ciudad. Quédate con mi mamá y la niña. Tatiana. Yo decía, no puedo ni cuidar de mí. quien no vive en la misma ciudad, quédate con mi mamá y la niña. Tatiana, yo decía, no puedo ni cuidar de mí, ¿qué voy a hacer? Con mi suegra enferma en la casa, con mi hija y conmigo. Unos días, pues imagínate, o sea, esos días fueron para mí un martirio y me duele mucho decirlo porque era el momento para despedirme de ella, o sea, nos habían dejado solas, era la oportunidad para yo redimir todo lo que ella había hecho por mí tanto tiempo, tantos años, y no pude hacerlo. ¿Cómo te comportabas con ella? Súper fría, súper fría, ¿qué quieres comer? Y se lo hacía con el mayor desgano del mundo. Yo estaba desconectada de la realidad, o sea, yo no estaba como, mira lo que está, o sea, ¿qué te pasa? y tampoco me preguntaba eso, yo no me preguntaba en ese momento, pero ¿qué me está pasando? yo empecé en piloto automático y empecé con rabia, con mi mamá, ¿por qué no estás aquí? empecé con rabia con mi mamá, ¿por qué no estás aquí? Empecé con rabia con mi hermana, ¿por qué no están aquí? ¿Las necesito? ¿Por qué nadie está aquí? Claro, ellos no podían ir porque todavía no dejaban entrar a nadie en Francia y pues no podían porque también estaban aquí con sus cosas y sus vidas y pues desafortunadamente había pasado lo de mi tía. Entonces pues todo el mundo estaba como muy loco. Mucha información también para ti. Y empiezo yo a sentir rabia con todo el mundo, con mis amigas, porque no me llamaban a preguntarme cómo estaba. Claro, cuando tú ves que tu amiga está viajando por el mundo, que acaba de instalarse en Francia, que acaba de tener su hija y no te dice nada, pues no está mal. Estabas en silencio con eso. Claro, me llamaban, amiga, qué linda tu bebé, nananá. Y yo en esos momenticos deseaba como, vengan, ayúdenme, rescátenme, ayúdenme. Pero no lo decías. Claro, no lo decía. Y mucho tiempo, o sea, me tardé mucho tiempo en pedir ayuda. Entonces ellas no lo sabían, nadie sabía por lo que yo estaba pasando mi familia claro sabía que yo estaba pasando por un momento duro por la enfermedad de mi suegra pero pues ellos no se imaginaban el momento y mi situación física y emocional se muere mi suegra el último día si fui bueno, esa semana de la muerte de mi suegra, me dice mi esposo, está llegando el momento, vamos a visitarla y quiero que vengas conmigo, entonces me dice mi esposo, tenemos que ir a visitar a mi mamá, porque ya está llegando la hora, yo no había podido ir, después de que él me la deja en el apartamento, ella se vuelve a internar. Cuando él vuelve, se vuelve a internar y era pues la última vez que ella iba al hospital. Llegan los últimos días y me dice él, no sé con quién vamos a dejar a Alicia, pero tienes que ir a verla porque no me la dejaban entrar. Pues claro, estaba ella ya muy en paliativos en un hospital donde mi hija puede adquirir cualquier bacteria. Tenía tres meses. Entonces no me la dejaban llevar y decidimos que un amigo de mi esposo, porque mi esposo solo tiene amigos hombres. Claro, ellos tienen sus esposas, pero pues sus amigos son hombres. Y mi mamá me decía, no te duele dejar la niña con un hombre, no mamá, o sea, no, pues con quién más la dejamos, no tenemos más, él tenía una novia que también nos ayudó, yo mamá, pues él no, no va a estar solo él, va a estar la novia, y la novia, tres meses de lactancia, que para mí fueron muy duros, no fue una experiencia bonita para mí, lactar. La niña, cada vez que la llevamos a control, la doctora, pero tienes que pegártela más, pero tienes que, y a mí me costaba mucho. Y aunque yo me la pagara, la producción no se realizaba porque tu cerebro tiene que estar conectado con lo que estás sintiendo. cerebro tiene que estar conectado con lo que estás sintiendo y hay una hormona que se llama oxitocina que sube la producción de leche y eso le produce el contacto con un hijo que quieres y que amas la oxitocina, la hormona de la felicidad, y yo no la sentía, entonces no producías exacto, mi producción de leche no era la mejor tampoco me la ponía mucho, entonces pues mi hija estaba bajando de peso. Cada vez que la llevábamos a control, ella me decía, hay que subirla de peso, hay que subirla de peso a como de lugar. Ven, pensando aquí en ese escenario de cuando tú tenías a tu bebé en momento de lactarla y la mirabas, cuando tú tenías a tu bebé en momento de lactarla y la mirabas, que además es ese momento tan íntimo entre madre e hija o madre e hijo, tú la veías y qué pensabas cuando la tenías ahí? Que no quería hacerlo. Yo la miraba y yo decía como, no, no quiero esto. No, no la miraba a ella y sí. No, sí, lo único que yo pensaba era no quiero esto, no quiero hacer esto, ya comiste, ya te llenaste y me la soltaba, entonces ya volvía a llorar porque no quedaba llena y otra vez, entonces pues era hacer algo que está en contra de lo que tú querías, pero insisto, yo en ese momento no pensaba qué me pasa. Algo me está pasando. Yo, ¿por qué estoy sintiendo esto? Yo estaba en piloto automático. O sea, yo hacía lo que tenía que hacer y ya. Y cuando la dejabas donde el amigo, era como un alivio. Sí, a eso voy. Entonces, llega la semana en que teníamos que dejarla con el amigo y es el momento en el que ella cambia a fórmula, porque como la teníamos que dejar con él, pues él tenía que darle de comer y llegó la fórmula. Y yo sentí, ay Dios, qué bueno, o sea, me quito esto de encima, ¿con la excusa de que, con esa excusa. Entonces, yo feliz porque pues ese fue el destete de mi hija. Como ya tengo que dejarte con ellos, tomar la leche. Y pues ella, yo no le volví a ofrecer el seno y ella tampoco lo volvió a pedir. ¿Y esos días en que tu esposo se iba a cuidar a la mamá de él al hospital, cómo eran para ti? Cada vez que yo lo veía cerrar la puerta, siempre tuve miedo, mucho miedo de quedarme sola con ella. Yo decía, no quiero, no quiero que te vayas, no te vayas. No se lo decía, pero dentro de mí, sí, en mi mente era como, por favor, no te vayas. ¿Y por qué? No sé. Tuve siempre mucho miedo de quedarme con ella sola. ¿Pero era que sentías algo? No todavía. ¿Ocasionar? Ok. No todavía. Pero empezó con mucho miedo de quedarme con ella. Ok. Yo en ese momento todavía, ella lloraba y yo respondía sin querer hacerlo, pero yo respondía, yo iba, le daba de comer, la cambiaba, la cargaba para hacerla dormir. Pero no se te bajó de peso de pronto en esos momentos. Claro, ella se bajó de peso y cuando ya lo último que fue que coincidió con el momento en el que ella pasa a fórmula, la doctora me dice hay que ponerle ya fórmula. Elar, pero yo lloraba porque todo me daba tristeza en ese momento. Yo lloraba por todo en ese momento. Entonces ella, no te preocupes, ya le diste lo que tenías que darle, llegaste a los tres meses. Mi suegra también me dice lo mismo. Me dice, no llores ya, ya tranquila. Yo ni siquiera le di a mis hijos leche materna. Y tú callando otra historia. Yo estaba feliz, feliz por dejar de lactar. leche materna y tú callando otra historia feliz feliz por dejar de lactar tenemos hasta foto de la primer día que el primero se lo da a él ok entonces yo foto tú ves mi álbum del primer año de Alicia y él siempre me lo ha dicho como, no tienes ni una foto. Sí. Efectivamente todas las fotos las hizo ella. Las hacía él. Todos los videos los hacía él. No te nacía. Yo lo hacía para enviárselo a mi familia. Como, miren, aquí está la foto, pero que yo la viera durmiendo como pasa ahora, no. Y yo le tomara una foto porque sentía las ganas de guardar ese momento, no. Ok. Entonces llega la muerte de mi suegra Y Empiezo yo Con unos pensamientos Intrusos Que le llaman Y entonces empiezo yo a pensar ¿Y qué pasa si me voy? Y la dejo O sea, hoy ya se fue Ya se fue mi esposo Tal vez la puedo dejar yo aquí Hoy Y coger mi maleta si me voy y nadie se da cuenta. Aquí quiero detenerme un poco, invitar al respeto y al no juicio porque es un tema delicado, es un tema sensible y es un tema que además toca muchas fibras, sobre todo de las mamás, y de las que no somos mamás. Esto no distingue aquí condición género tampoco, y para nosotros es muy fácil, y es como mucho más común juzgar y decir, pero Dios mío, pero ¿por qué tan mala mamá? ¿Cómo hace eso? Hay que tener en cuenta el asunto mental, de la salud mental, que es tan importante, que no se ve, pero que lo experimenta y lo siente, quién lo está viviendo, como tú en este caso, y que más adelante seguro nos vas a explicar, pero sí quiero detenerme para que la gente escuche con atención y además se dé cuenta de la importancia de tener un profesional de la salud en estos casos y que sea más bien un episodio de prevención de cosas que no deberían pasar, ¿cierto? Porque claramente para nosotros, pues, los niños son prioritarios y sin duda para ti también, pero es tu historia y es una historia que vale la pena respetar. Entonces, dicho esto, cuéntanos tranquilamente porque yo sé que en este momento, y hay un miedo en ti, me lo dijiste y lo quiero compartir aquí abiertamente, cuando ella llegó acá dijo, es que este tema es delicado tengo miedo de ser juzgada por eso quise hacer como esta invitación yo estoy muy segura de que hay muchas mujeres ahorita diciendo, wow, esto yo lo estoy viviendo o yo lo viví, alguien lo dijo y eso se trata de esto de que que sean tus historias, o sobre todo de que veamos esto con los ojos del respeto, entonces ya cuéntanos cómo empieza a cambiar todo esto en tu cabeza, cada vez que veías a tu bebé. a tu bebé? Entonces, el primer pensamiento que tengo memoria, tengo tres muy concretos. Seguramente tuve más, pero yo como recordando tanto, siempre que hablo con el psicólogo, y empiezo yo a recordar, hubo mucho de esto que está pasando que yo no tengo presente. Si tú me preguntas a mí, ¿te acuerdas de tu hija los primeros nueve meses? No. Yo no me acuerdo cómo era su cara. Si yo no veo las fotos y no me veo en ellas, no pasó en mi vida eso. Borraste caseta. Total. Eso no, yo no me acuerdo de su carita, no, nada. Total. Eso no, yo no me acuerdo de su carita, no, nada. Entonces, el primer pensamiento que tuve fue, él se va, ya había muerto mi suegra, y teníamos que ir a decirle a la abuela de mi esposo que su hija había muerto. No, es que es demasiada noticia esa. de mi esposo que su hija había muerto. No, es que es demasiada noticia esa. A una mujer de 94 años muy fuerte, porque ella también hasta el último momento fuerte. Viajamos, hicimos un viaje porque nosotros vivíamos en París y mi suegra y la abuela vivían en Marsella. Entonces eso es tu Bogotá,Santa Marta. Viajamos. Yo en todo en esas emociones que sentía y llegamos. ¿Cómo vamos a decirle? Y llegamos y lo primero que nos dice ella es ¿y no vienen con mi hija? Y entonces ella empieza pues a divagar un poquito y a decirnos pero pues no sé si divagar porque pues hay cosas en las que tal vez uno no cree pero puede que pasen y entonces ella nos decía pero ella estuvo aquí ayer o yo hablé con ella ayer donde estaba entonces cómo vamos a decirle y mi esposo creyendo pues que yo estaba perfectamente bien me dice intentáselo decir tú. No, otra responsabilidad para ti emocional, otra carga. Ya, y le digo yo, Dios mío, ¿yo cómo voy a hacer esto? Entonces estábamos sentados en el comedor comiendo y ella saca el tema de dónde está. Entonces le digo yo, mami, le decíamos mami se fue al cielo y ella no no claro empezaba pues y Alicia llorando y yo cállate porque le estamos dando la noticia ese era como mi pensar en ese momento que Alicia necesitaba de su mamá porque seguramente tenía hambre o quería que la cargáramos y yo como me acuerdo mucho porque pues ese fue un momento muy también muy marcado y es como decirle a la abuela de mi esposo esto y Alicia llorando y yo ay cállate o sea estamos aquí haciendo algo muy importante le damos la noticia a ella y ella empieza a no, pero no la tenemos que traer con nosotros porque es una abuela que no puede estar sola. No, no, no. Y yo, ok, entonces ahora, ¿qué hago? Con mi hija y con la abuela, que me toca bañar, me toca limpiar, pues porque es una abuelita. Era la bisabuela de Alicia. La bisabuela deiar, pues porque es una abuelita. Era la bisabuela de Alicia. La bisabuela de Alicia, que Alicia se llama Alicia por ella. Ok. Porque cuando yo la conocí, le digo, me encanta tu nombre, es Alice en francés. Le digo, si algún día tengo una hija, le voy a poner como tú. Y cuando ella se enteró que venía una niña en camino, eso yo se lo había dicho cuatro años atrás cuando la conocí y el momento que le decimos es una niña me dice ¿te acuerdas que tú la vas a nombrar como yo? Le dije claro que sí mami, se va a llamar Alicia. Me dice él, no le digamos Alice sino Alicia en latino, en español, entonces quedó Alicia pero por hecho y tiene los ojos de ella, azules así como el mar, como ella los tenía, entonces no la traemos para mi casa, yo todo el camino, no quiero, no quiero esto, no quiero a la abuela de Nico en mi casa, no estoy lista física ni emocionalmente para cuidar a nadie más, que no me puedo ni cuidar yo. Llamo yo, ya pueden entrar a Francia los extranjeros y llamo yo a mi casa y, yo tengo una plata, váyase. Y mi hermana deja todo acá, su pareja, ella estaba empezando una relación con alguien, y le dice, yo me tengo que ir a ver a mi hermana, y llega a Francia. A salvarte. A salvarme. No del todo, porque esto continuó, pero cuando había alguien conmigo, para mí era un alivio, A salvarte. seguía sintiendo el rechazo con ella, pero estaba mi hermana ahí, yo no quería que pues mi hermana se diera cuenta de lo que estaba pasando. Nunca le diste indicios de nada. Ella siempre me ha dicho como yo la conozco y yo sé que algo estaba pasando, pero yo nunca se lo dije así, tal cual. De hecho yo creo que ella en este momento se está enterando de cosas, ella lo sabía, claro, cuando yo llegué a Colón, después ya terminando la historia, llego yo y ella me dijo en algún momento, claro, yo lo sabía. Pero ya los detalles los está conociendo acá. Exacto. Llega mi hermana ya y siento yo un alivio de poder hablar de otra cosa, que no sea muerte, cuidados, todo. Y llega ella a contarme sus historias y llego yo ahí y ves y sale con un francés. O sea, como que el entorno cambia un poquito y eso me da un poquito de alivio. Entonces yo me acerco por momenticos a Alicia. Y me dice, le digo yo, ¿por qué no vamos a España un rato? Como hacemos un viaje las dos y le dejamos a Alicia a mi esposo. Y planeamos un viaje a España y nos fuimos a España. Y mi mamá me llama y me dice, ¿cómo vas a dejar a la niña tan chiquita con su papá? y yo mami, pero ya toma leche mi esposo la baña como para mí eso fue una salida y yo vámonos ya y le compré el ticket a mi hermana y yo pagamos el hotel aquí entre las dos y y no fuimos, y fue un alivio ese viaje, fue como un respiro en tanto, es uno de los viajes que más me ha marcado con ella, porque compartimos mucho, estábamos las dos fuera de Colombia, bueno, regreso y ella se tiene que ir. Vuelves a tu realidad. Y sí, vuelvo a mi realidad. Ahí estaba todavía en ese momento la abuelita. Sí, estaba la abuelita y mi hermana me ayuda a cuidarla un poquito y yo, ay, Lina, qué bueno que estés aquí ayudándome a esto. Pues ella hace las cosas sin saber todo lo que yo estaba pasando. Ella hace las cosas sin saber todo lo que yo estaba pasando. Y entonces se va mi hermana y vuelvo yo otra vez. Y entonces se va mi hermana y empiezan los pensamientos intrusos, pero en su auge. ¿Qué pensabas? Entonces un día estaba yo con la puerta, yo puse a dormir. Estaba yo con la puerta, yo puse a dormir, también se me olvidó decir que a los cuatro meses, después de la muerte de mi suegra, una noche mi esposo sale a beberse unos tragos con sus amigos, y yo claro que sí, tú lo necesitas, y pongo yo a mi hija en su habitación. Yo le dije, hoy vas a dormir aquí, porque mamá va a dormir en su cuarto. Y la dejé ahí durmiendo toda la noche. Claro, ella lloraba, yo me levantaba, iba, le daba a comer, pero a los cuatro meses Alicia sale de mi habitación. A su cuarto solita, a su habitación solita. Claro, no es una habitación que quedaba muy lejos de nuestra puerta, pero pues estaba muy chiquita para dejarla sola pero yo mi esposo llega al otro día y me dice, la niña está durmiendo no, no llega al otro día, pero llega en la noche me dice, la niña está durmiendo en la habitación que hace allá, y yo, pero está tranquila, mira, o sea, podemos dormir los dos aquí, podemos estar otra vez los dos solos y estamos aquí al ladito, o sea, cualquier cosa yo la escucho, y así fue. Desde los cuatro meses Alicia duerme en su habitación. Ok. Entonces me regreso, mi hermana se va, ella está en su habitación una tarde durmiendo. ¿Tu niña? Mi niña, y empieza a llorar. Y yo estaba en la sala. Y yo, por favor, no llores, no llores, por favor. Claro, yo creo que el vacío que mi hermana deja activa más. Claro. Lo que empieza a suceder. O lo que ya venía sucediendo. Y le digo yo, no llores, no llores, por favor. Y empieza ella a gritar. Tenía hambre o quería, tenía lo que fuera que tuviera, a gritar, a gritar, y a mí un impulso, cojo yo, cojo yo el cojín de la sala, del sofá, yo estaba sentada en el sofá y cojo el cojín, y salgo corriendo a la habitación de ella y abro la puerta con el cojín en la mano. Y cuando llego y la veo llorando, pues obviamente tiro el cojín y le digo perdóname, perdóname, perdóname, perdóname. No quiero hacerlo, perdóname. Y la cogí y ya la calmé y tal, pero pues imagínate el momento. ¿Se te pasó por tu mente ahogarla. No lo pensé así, pero... Venías con el impulso. Todo el impulso salió. Ese fue uno de los que me acuerdo. Estaba yo otro día también preparando desayuno. Haciendo unos huevos, me acuerdo mucho. Y ella estaba en su habitación, era la mañana, él no estaba, porque él empieza, él se muere de su mamá, y empieza con todas las cosas, que dejó su mamá, hacer papeleos, entonces él seguía, claro, responsable, y fuera de la casa, porque tenía que salir, a hacer un montón de cosas, yo estoy preparando los huevos, empiezo otra vez a llorar. Y yo, ya ese llanto que tú escuchas por allá, pero ni quieres ponerle atención. Y otra vez un impulso, me vi corriendo hacia la habitación de ella, cogiéndola, la estufa quedaba al lado de una ventana. Sí. Nosotros vivimos en un quinto piso, vivíamos en un quinto piso. Y abro yo la ventana y me vi soltándola. Cuando reacciono, no me pregunto ¿pero qué estoy pensando? Sino me pregunto ¿y qué digo? Como llegó una niña que no me pregunto, ¿pero qué estoy pensando? Si no me pregunto, ¿y qué digo? Como llegó una niña que no sabe ni gatear al primer piso. Lo único que se me pasa por la cabeza en ese momento. Tan mal estaba que ni siquiera podía reconocer que eso que estaba pensando estaba muy mal. Yo solo pensaba, ¿en qué digo, voy a ir a la cárcel y empiezo yo a pensar, quiero irme y si me voy y la dejo con su papá que la ama, que la adora y me voy yo y mi pensar era, me voy, desaparezco de esto y nadie más vuelve a saber de mí. ¿Pensabas ahí de pronto quitarte tú la vida? No, nunca. Me hicieron esa pregunta también y nunca lo pensé para mí. Ok. Sigue avanzando así las cosas. Ya no me acuerdo mucho más de si tuve algún pensamiento más así, pero entonces ya mi esposo empieza a darse cuenta. Ya como de tu rechazo. Y entonces ya, claro, ya él estaba un poquito más en la casa, entonces ya él se daba cuenta de mis actitudes y ya llegó un punto en que yo, cállate, la zarandeaba. Y él, ¿qué estás haciendo? ¿qué estás haciendo? mira lo que estás haciendo es una niña de nueve meses ¿cómo me le haces eso? dámela, ve al baño, respira, enciérrate y yo lloraba y gritaba y él calmando a su hija pero también como muy pendiente de mí porque él me dice siempre, si tú quieres, te vas. Siempre me dijo en ese momento, te vas, te devuelves a Colombia, pero no porque yo te saque, ni yo porque te eche. Esto lo vamos a vivir los tres. Yo estoy contigo, no pasa nada, y él, claro, pues aterrorizado de verme, porque yo me ponía loca. ¡Cállate! Y él, ya, ¿qué te pasa? Así no, así no, no me la trates así. Pero él tampoco nunca, loca, nada, con todo el respeto que siempre ha tenido hacia mí, me dice, respira. Y empieza a decirme, ¿qué te pasa? Y le digo yo no sé pero no siento que soy la mamá de ella, no me siento me fastidian y empiezo yo a hablar con él y a decirle todo y él Dios, o sea imagínate de todo lo que le acaba de pasar le suelto yo esta bomba y llega la muerte de la abuela no, no, no es que era demasiadas noticias la abuela se nos muere pues de depresión porque su hija ya no estaba y pues ella se sentía un estorbo que yo la hice sentir como un estorbo porque yo saquémosla a un ancianato pues claro, yo en el afán de que ella se fuera la fuimos y se la dejamos al hermano de mi esposo y pues no fueron los mejores cuidados y se nos va la abuela y pido yo perdón a mi suegra porque ella me dijo, cuídamela y le digo yo, tranquila que la abuela va a estar bien con nosotros era porque ella me dijo, cuídamela. Le digo yo, tranquila que la abuela va a estar bien con nosotros. Y se fue la abuela. Entonces, empiezo yo, ya después de que se va la abuela, le digo a él, yo necesito ayuda. Y empieza una prima a planear un viaje y yo a motivarla. Yo vente, ella no tenía, quería quedarse allá, no tenía trabajo. Yo vente, yo te recibo estar ahí conmigo y le digo yo, por favor, recibámosla. Mira que ella me va a ayudar a estar mejor. Me dice él, bueno. Llega mi prima el día que cumple años Alicia, un 4 de junio del 2022. Sí, el 2022, porque ya no es el 2021. Y le digo yo, ay, primo, qué alivio. Y las cosas, como cuando yo estaba acompañada, empiezan a calmar con sus amigos y me dice como ya estás con tu prima, yo te veo un poquito mejor, me voy a ir para Canadá. Y yo le digo vale, o sea, ¿cómo le digo yo a él no? Claro. Con todo el hombre que es, con todo lo que ha pasado, le digo, claro, tú lo necesitas. Y empiezo yo, cuando él empieza a planear su viaje, vuelve otra vez a mí, a pesar de que yo estaba con mi prima, esa sensación de que se va. En ese momento, yo hasta ese momento no había tenido ningún ataque de ansiedad. Pero empiezo yo a sentir una cosa rara, de que no te vayas, pero más fuerte que antes. O sea, antes era no te vayas, por favor, no me dejes sola, pero ahora es, me estoy ahogando. O sea, solo pensarlo de que él se iba a ir a otro país, otro continente, empezaba yo, no puedo respirar, pero que me iba al baño, me calmaba y él tranquila, van a ser unos días, aquí está tu prima, no pasa nada. ¿Tu prima era mamá? tranquila, van a ser unos días, aquí está tu prima, no pasa nada ¿tu prima era mamá? no, joven también, ella llegó allá a trabajar y está joven yo le decía no pasa nada, no pasa nada, yo voy a estar bien, voy a estar bien autogestionándote sin hablar con nadie todavía de nada de lo que me estaba pasando yo llamaba a mis papás, a mi hermana ellos veían que yo no estaba tan bien pero pues todo esto que yo estoy contando aquí, no lo sabía. Se va y el día que él cierra la puerta, me dio un ataque de ansiedad y yo me estoy muriendo. No puedo respirar, ¿qué hago? Y mi prima, tranquila, toca el piso o sea, ella tampoco sin saber qué hacer bueno, ya, ya, ok, se fue él se iba siete días la primera noche, no duermo yo cansada, agotada, el otro día, no duermo porque no podía dormir al día siguiente, mi prima salía a trabajar me dejaba sola, si yo me quedaba dormida, pues la niña tal vez, no sé, o sea, tal vez le había abandillado durmiendo un sueño profundo porque no había dormido la noche anterior, entonces yo intentaba mantenerme despierta, igual no me daba sueño. viene esa segunda noche con su segundo día no duermo eso es gravísimo llamo a mi mamá y le digo no puedo dormir, llevo tres días sin dormir mi mamá todo el tiempo me llamaba ¿estás bien? ¿ya te dormiste? toma esto, compra esto todos los remedios sabidos y por haber que uno puede tomar pues sin ser medicamento fuerte, me los dijeron yo me los tomaba, mi mamá me pasa el contacto de una amiga de ella, psicóloga, la llamo y ella, tienes que dormir, esta noche tienes que dormir. Mi prima, le digo a mi prima, por favor, ayúdame, mi prima me sobaba la cabeza, me cantaba, o sea, hicimos de todo para que yo pudiera dormir. No duero. Tercera noche, no duero. No, no, no. No duero. Y miera noche, no duero. No, no, no. No duero. Y mi mamá es del otro lado, pues ya estaba preocupada. Tienes que dormir, tienes que hacer algo. Pero ¿qué hago? No me da sueño. Estoy así, ¿sabes? Yo estaba pendiente, no sé, no sé por qué no dormía. Sí, como en un estado de alerta. Sí, total. Cuarto día, cuarta noche llega, son las 10 de la noche y yo todavía no duermo, llevaba cuatro días ya sin dormir. Eso es mucho. Mucho. Y entonces me ataco. O sea, mi cuerpo colapsa. Yo empiezo a temblar. Ya llevaba cuatro días mi cerebro así. Y empiezo a temblar y a tirarme al piso, o sea, yo estaba como, no recuerdo muy bien si estaba convulsionando, pero yo recuerdo que yo estaba temblando en el piso y me dice mi prima, llamemos a alguien porque esto, llamo yo a una amiga de mi esposo, va por mí, me llevan al hospital, me estabilizan esa noche y vuelvo yo al siguiente día a la casa con receta de ir al psiquiatra. Me recoge al otro día un amigo de mi esposo y me lleva al psiquiatra. El psiquiatra me ve, me evalúa y me dice, estás en el límite y tengo que medicarte porque tengo que estabilizarte. Y me manda pastillas para la ansiedad y para dormir. Y entonces yo leo la cajita en francés y decía, tomar por 14 días, más allá pueden ser adictivas. Y yo, ay Dios mío. Y yo conozco a alguien que no pudo salir de las pastillas pues yo decía yo no quiero esto ¿qué hago? pero pues tenía yo en ese momento tenía que tomármelas porque yo necesitaba dormir claro me las tomé hasta que llegó mi esposo y cuando llegó pues él lo supo todo pero claro estás lejos y tú no dimensionas como pasaba con mi mamá y con mi hermana de pronto y con mi papá ellos no dimensionaban no no puede dormir pero pues no dimensionaban el estado en el que mi cuerpo estaba entonces le digo yo a él y él me dice pero no puedes ya llega él pero no puedes tomarte esto todos los días, porque ya me dio que yo todos los días mis pastillas. ¿Pero pasaban los 14 días ya y seguías o todavía no? No, no, no, estaba yo dentro de los 14 días, pero ya se estaba acercando a los 14 días y yo hasta mañana puedo. O sea, mañana tengo que lograrlo sola. Ya habías logrado estabilizarte con las pastillas. Y no te vas a quedarlo sola. en la noche. Él vuelve y me dice vamos a pararla. Vamos a intentar hoy ya dormir. No te las tomes. Yo no me las tomo y no puedo dormir. Entonces yo, la mitad. ¿Sabes? Yo, por favor, la mitad porque es que necesito dormir. Además que duermes, o sea, te tomas tú una cosa de esas y se acabó el mundo. Y él, bueno, la mitad. Entonces ya pasaron los 14 días y yo con ese miedo de no poder dormir y de necesitar más, y me dice él, ya tenemos que hacer algo. O sea, ¿qué quieres? ¿Quieres irte para Colombia? Si quieres te vas y me dejas la niña y miramos cómo estás allá, cómo te sientes. Le digo, sí, eso es lo que yo quiero. Yo quiero regresar a Colombia. Hablo yo con el psiquiatra y me dice, tienes que irte porque si no te vas a internar, o sea, te vas a internarte en mi familia hay un caso de la novia de un primo quedó embarazada y le entregó la niña a mi primo porque se fue a internar y nunca pudo volver entonces yo pensaba en eso yo decía, no, esto no puede pasarme a mí yo tengo que salir de esto, pero yo necesito estar con mi familia. Pero ahí tu relación con la bebé, ¿cómo era durante ese tiempo? Ya estaba más tranquila. O sea, ya yo no tenía pensamientos intrusos porque ya ahora era yo la que estaba, ya me estaba dando cuenta que había algo muy grave en mí y que yo tenía que mejorarme, entonces yo me enfoqué en mejorarme, pero yo hacía todo piloto, yo hasta este momento todo piloto automático, no había relación amorosa con mi hija, yo no sentía amor en ese momento por ella, había rechazo de todo lo que yo tenía que hacer, yo tenía que cortarla y todo, pero ya estaba más resignada, ya yo hacía las cosas porque bueno, ya tocó. Pero empiezo yo como a empezar a pensar en que algo realmente me está pasando. Y el psiquiatra me dice, si no te vas para Colombia, pues aquí nos vamos a tratamiento. Le dije, déjame irme a Colombia y vemos cómo funciona en Colombia. Mi esposo no podía viajar conmigo porque él tenía que hacer un montón de cosas. Habíamos planeado viajar ese diciembre del 2022 y yo me vengo en octubre. Y él me dice, te llevas la niña, pero por favor, por favor. O sea, ya él tenía miedo de tu reacción. Cuídamela, es un vuelo muy largo, por favor. Y yo estaba tan feliz de devolverme que yo, dame esa niña que yo te la cuido, mejor dicho, como si fuera mía. Increíble. Y me subo yo al avión feliz, y llego yo a Colombia, y mi hermana como siempre, ahí, voy por ti, no sé qué, y yo, claro, la primera que veo es a mi hermana. Y mi hermana, wow, qué niña tan bonita, tal, vámonos. Ellos no sabían, ellos sabían que yo estaba mal, pero ellos no sabían en el estado en que yo llegaba. Y yo dije, voy a dejar las pastillas en Francia. Porque en Colombia, hasta que yo no vaya otra vez a un psiquiatra y no me la receten ni nada, pues eso no es de venta libre. Necesitas receta voy a dejar la receta aquí en Francia y me voy a comenzar de cero a ver cómo voy en Colombia y llego yo al aeropuerto El Dorado ese día y la vida empieza a sonar a felicidad, yo veo a mi hermana, llego a la casa y veo a mi mamá y ellos lo primero que hacen es coger la niña y que bonita y mi mamá me abraza y me dice que rico verte y tal y empiezo yo a estar en la casa de mis papás otra vez sin mi esposo los cuatro como siempre habíamos estado y ellos como dándole ese amor que Alicia no recibió durante todo ese año porque ya ella tenía un año y piquito cuando llegamos y yo empiezo como sí, o sea aquí es donde yo estoy empiezan ellos a ayudarme mi mamá trabajaba todavía en ese momento y me decía, ya te dejé el almuerzo el desayuno, el tetero para la niña todo eso que yo no pude tener ese año estaba ahí recibiendolo en esos momentos mi hermana sacamos al parque un momentico, entonces se iba con mi papá un rato y yo me quedaba sola y yo que rico y estaba acogida sabes estaban dándome todo ese amor que yo necesitaba y que ella necesitaba y yo me sentía más tranquila porque no estoy yo para ti pero están ellos que fueron los que me criaron a mi que son los que me quieren de verdad y también te van a querer lo siento y ahí empecé yo a pedir perdón a ella por llegar hasta este punto. Pero ya estamos seguras, ya estamos aquí, estamos seguras. No te va a pasar nada. Llega él en diciembre. Obviamente la relación estaba muy quebrada, porque no solamente él siempre apoyándome, pero pues todo lo que pasó quiebra, quiebra una relación. Luego el mundo, mi familia se da cuenta que estábamos pero mal, o sea, a esto, chao. Y digo yo, sí, pues sí, estamos mal estamos mal mi familia nunca se enteró hasta hoy de todo lo que yo pasé ellos sabían de cosas pues claro, es tu hija, es tu hermana la conoces desde toda la vida sabes que algo le está pasando pues no sabes hasta qué punto. Y con el tiempo empecé a decirle a mamá, yo te necesité mucho, yo llegué con mucha rabia también con mi mamá. Pues, ella sin culpa de nadie, o sea, aquí nadie tiene la culpa porque mi mamá me dice como perdóname, mis amigas, yo les digo, es que ustedes no, yo nunca dije ayuda. Nunca pedí ayuda. La importancia de pedir ayuda. Las necesito. Y cuando yo dije las necesito, ahí estaba mi hermana, y ahí estaba mi papá, y ahí estaba mi mamá. Estaban. Y siempre van a estar. Pero tenemos que hablar. Tenemos que decir, esto me está pasando, necesito ayuda. ¿Y acá en Colombia buscaste ayuda cuando ya estabas acá? Sí, ya cuando estuve acá, una amiga de Francia me pasa un contacto de un psicólogo aquí en Colombia y empiezo yo a tratarme y empieza él a sanarme. Y empieza él pues a mostrarme que esto se dio por muchos factores. Yo venía también con una historia de niñez, pues un trauma de niñez y una historia, una historia tras otra de todo lo que vengo diciéndote. Y también pues el desequilibrio hormonal que tienes cuando cuando das a luz todo el mundo todo el mundo pero ya pariste ya pasó no el cuerpo tarda dos años científicamente comprobado en recuperarse y la mente también después de dar a luz nosotros normalizamos que tener un hijo, claro, sí, es normal porque pues así es como se reproduce el ser humano y es normal pero lo que pasa con el cuerpo es algo muy fuerte tú cambias tus células y todo como mujer cambia y eso toma dos años en volver a regenerarse y en en tu cuerpo y tu mente acoplarse a esa nueva vida. Y aquí dan cuatro meses de licencia postparto. Ben, ya cuando buscaste profesionales de la salud, te diagnosticaron con depresión postparto, depresión clínica. Pero te explicaban algo respecto a la maternidad. Te decían, bueno, esto tiene este nombre, pasa de esta manera Sí, al principio en Francia me dicen, es baby blues la llaman así, a la que es suave a la que es que todavía no tienes pensamientos intrusos pero a la que te sientes desconectado o sea, como esa tristeza de los primeros meses de embarazo y ese shock, se llama baby blues. Que esa de pronto sí se habla un poquito. Que esa sí se habla, como estoy sensible y lloro por todo. Y estoy súper cansada y el cansancio es terrible. Eso se llama baby blues, que es suave, pero que da, porque acabas de parir. Tu cuerpo acaba de perder todas las células que te mantenían vivas para regenerarlas, porque naces tú, nace un bebé, pero naces tú también. Ya cuando llego aquí a hablar con el psicólogo me dice, esto es depresión clínica, y efectivamente, si no te vas a internar o algo, si no te vas a internar o algo, tenemos que tratar con medicina. Pero yo ya estando aquí en Colombia, yo ya dormí, yo ya me sentí tranquila y yo dije, yo ya no la necesito, no la quiero. Y ellos te respetan eso, pues si te ven medianamente bien, dicen, ok, vamos a tratarte sin medicarte y vamos a ver si funciona. Gracias al cielo, en mi caso, funcionó. Qué bueno. Yo, dime. Termina,ó que bueno yo no necesité más cuando yo llegué aquí pues la primera noche imagínate yo dije bueno la primera noche el cansancio del vuelo el cambio de horario voy a darle chance unos dos días para establecerme como y a ver porque claro las primeras noches no dormí bien pero ya luego ya descansé más ya dormía mis siestas porque yo estaba segura que mi hija iba a estar bien, entonces ya aquí dije yo no necesito, pero empecé a tratarme con el psicólogo y entonces el psicólogo empieza a decirme todo esto y empieza a decirme es normal, bueno no es normal, pero puede ser común que tú cuando pares, pues claro tú tú tienes la ilusión de que un embarazo es tu hijo y es la ilusión social y empiezas a sentirlo y bueno, ya se vuelve más real. Pero él me planteaba las cosas. Imagínate que tú conoces a alguien y tienes que estar enamorada de esa persona a las dos horas. Es posible porque es tu hijo. Muchas veces sí y ojalá a todas nos pasara así. Pero otras veces es muy difícil amar a alguien en dos horas. Hay personas que necesitamos la construcción, el acompañamiento, el vivir toda una experiencia con alguien para empezar a sentir algo por esa persona. Y a ti te pasó eso. Efectivamente, salió tu hija de la barriga, pero tú estabas con una completa extraña. Y no hubo el amor que todo el mundo menciona, de madre, el entregado, porque hasta ese momento yo no sentí ese amor que todo el mundo nos dice que los hijos son. Hasta ese momento yo no sentí ese amor que todo el mundo nos dice que los hijos son, hasta ese momento yo no, esto no existe que estrenas el corazón cuando tienes tu bebé yo no lo sentí en ese momento pero cuando ya estabas en Colombia sientes que empieza como a florar de pronto el sentimiento y ponle cuidado, ¿cómo? porque ella desde que nació ha sido la misma estampa de su papá. Desde que tenía un día de nacida. Igual al papá. Sí, todo el mundo, pero esta niña es negada, pero esta niña... Y cuando yo llegué aquí a Colombia yo la veía y empecé a reconocerme en ella. Entonces empecé a decir, pero tiene como mis ojos. Pero tiene como mi nariz. Y ahí fue el primer contacto a reconocerme de ella, a decir como soy su mamá, porque tal vez tiene mis ojos, tal vez tiene mi nariz. Y eso fue porque él me decía, tienes que encontrar algo de qué pegarte para encontrar esa conexión, porque la tenemos que encontrar. Y yo empecé a verla yo la veía gateando y yo decía yo como que le veo mi espíritu ¿sabes? entonces empecé a reconocerme en ella y él, mi psicólogo me lo festejaba me decía, claro que sí porque él se daba cuenta que yo empezaba a tener un acercamiento y a reconocerme como su mamá y empiezo yo ahí estando con mi mamá viendo como mi mamá se entregaba tanto a ella como, ay pero como me la dejas llorar así yo la cojo y tal, y empiezo yo, no mamá ahora la quiero cargar yo ya con mis ganas de cargarla con mis ganas de yo no sé si fue como que todo el mundo amándola, porque nadie nos había amado hasta ese momento. Nosotros tenemos amigos en frase y todo, pero nadie nos había entregado tanto amor hasta ese momento como en ese momento. Entonces, se me despertó a mí también ese amor que todo el mundo empezó a darle. Y yo, ven, yo la cargo, y entonces ella ya estaba, ya comía y yo, no mami ya hoy no me hagas el extraño que yo se lo hago yo quiero hacerle esto y tal y empiezo yo a preocuparme porque ella duerma porque si los niños duermen pues ellos crecen, su cerebro crece y y bueno así me fui enamorando de mi hija tratándome también, entendiendo el porqué sentía todo lo que sentía porque pues imagínate llegar a un desconocido y decirles que yo no siento amor por mi hija dificilísimo sí y él diciéndome no te preocupes o sea esto lo vamos a no sentiste amor en el principio pero lo vamos a generar como con una pareja empiezas a vivir experiencias con tu pareja y empiezas a enamorarte de lo que tu pareja es a algunas mamás les pasa desde el primer momento a otras nos toma más tiempo ¿cuánto tiene tu muñeca ahora? Tres años y medio. ¿La amas? Con mi vida. Con mi vida y digo Dios, o sea, esto es estrenar el corazón. No amas a nadie como amas a tus hijos. Pero mejor dicho, es que yo veo a esa niña, todas las mañanas abre la puerta, ya sonó la alarma papás a levantarse y eso a mí nos miramos y decimos como esto es lo mejor que nos ha pasado en la vida yo respeto mucho a las personas que no quieren tener hijos por esto y por muchas cosas pero de lo que se pierden, de verdad de lo que se pierden porque es tan bonito. Ella me dice, mamá, yo siempre le digo, mi amor, ¿sabes lo que más me gusta en la vida? Olerte, abrazarte. Y un día me dice, estos días me dice, mamá, ¿sabes lo que más me gusta en la vida? Y yo le digo que, mi amor, que me des besitos. Ay, no. Entonces eso, todas esas cositas que ella sale y ahora la veo tan yo, Ay, no. como la mía y soy su mamá me tomó un año dicen que los dos años del posparto pues el posparto se acaba en dos años y efectivamente el 4 de junio el 2022 le celebramos los dos años a mi mamá sus años a mi mamá, sus años a mi hija pues con la tristeza de ya un año de haber perdido a mi tía pero estaba yo aquí con mi familia celebrándole los dos años a mi hija, con todo el mundo, amándonos y amándola, y digo yo, ese día dije, estoy bien. Ya estoy bien, y estoy feliz de estar aquí. No pude volver a Francia, a mí me costó mucho. ¿Cómo nos quedamos en Colombia? Él vino ese diciembre, que yo llegué súper mal, ya nos teníamos que devolver en enero y le digo yo no puedo subirme al avión, no podía Tatiana, o sea yo pensaba que iba a salir mi vuelo en dos semanas y yo empezaba otra vez con la ansiedad y todo, yo dije no, yo no puedo volver, le pregunto yo al psicólogo qué hago y me dice si me lo preguntas a mí y por el tratamiento que estamos llevando, quédate pero pues si tienes que volver pero uno tiene que tomar decisiones para uno para su bienestar y más cuando tu bienestar el bienestar de los demás depende del tuyo claro, claro entonces pues esa decisión llega y le digo yo a él yo no me subo en ese avión con nuestro apartamento todo allá le digo no vuelvo y con esa maleta que llegué para tres meses me quedé pidiéndole prestar ropa a mi hermana mientras yo empezaba mientras pues definíamos y me quedaba porque realmente siempre fue un este mes no voy y entonces él, pero ¿para qué fecha cambio el vuelo? hasta que momento le dije, ¿sabes qué? yo no voy a volver ¿y el qué te dijo? ¿tú qué crees que me dijo? no, pues con ese hombre tan amoroso, Dios mío. Sí. Me dice, vale, yo me devuelvo a hacer unas cosas y regreso. Y regreso con toda. Buscamos apartamento acá. Obviamente todos incomodados mientras vivíamos en la casa de mis papás. Porque vivimos como seis meses mientras encontrábamos aquí apartamento, mientras nos ubicábamos, pero yo no vuelvo y no vuelvo y no vuelvo. Me dice él, ok, entonces le digo yo a mi hermana, necesito trabajo, necesito empezar otra vez conmigo, porque el psicólogo me dice, necesitas empezar a pensar en ti, porque si tú estás bien, ella va a estar bien y mi hermana me dice fresca, que yo le ayudo a conseguir trabajo así fue y ahora o sea, ahora mi vida es ese cuento de hadas que te digo como, y yo decía como como es posible que yo con todo lo bonito que me ha pasado en la vida, pues llegué hasta este punto? Pero pasa. O sea, no tienes asegurado nada. Tú no tienes asegurado nada en la vida. Y tu vida se puede ver muy bonita en redes sociales o muy bonita. La gente puede pensar que estás llevando una vida muy bonita, pero al final pues no es tan bonita. Y yo estoy feliz aquí. O sea, a mí cada vez que me dice él como vamos a hacer un viaje yo soy como, obviamente ya sin miedo y sin nada pero yo estoy aquí, o sea de aquí no me mueve nadie y ya no quiero viajar y yo quiero estar con mi mamá y quiero estar con mi hermana y quiero que con mi papá que es otro hombre que admiro mucho también él asumió una paternidad que no le correspondía y es mi papá y es el abuelo de Alicia y todo eso, y él ama a su nieta. Y entonces yo digo, es que mi hija no tiene nada que ir a hacer en otro lugar, porque él, pues él es europeo. Obviamente las cosas en Colombia no funcionan tan bien y empieza, es que mira, es que mira. Y yo le digo, es que estemos donde estemos, lo más importante lo tenemos aquí. Total. ¿Y a qué te dedicas acá? Bueno, aquí trabajo con el DANE, estoy trabajando en el área financiera, pero no trabajo en lo que yo estudié, porque yo soy comunicadora, pero volver a la vida laboral, volver a ganar dinero, mi dinero, volver a tener una vida, eso no tiene precio, Tatiana, o sea, eso es, y ya pienso en mí, todo, ya tengo no negociables, ya tengo límites, y sé que eso es algo que le voy a dejar a mi hija. Nosotros nos criamos pensando en lo mejor que le puedes dejar a tus hijos es el estudio. Y sí, tal vez sí, pero lo mejor que le puedes dar a tus hijos es una mamá feliz para que ellos tengan todas las herramientas del mundo y si mi mamá pasó tantas cosas en la vida y aquí está y así quiero ser yo eso quiero dejarle a mi hija sabes que nada nada nos va muchas cosas en la vida nos van a pasar feas porque pues la vida no es bonita de todo pero si estamos con la gente que queremos y si queremos estar bien podemos hacerlo ¿y construiste el amor ya con esa muñeca? No, a mi hija, mira, al principio yo, mamá, ¿será que la puedes tener este fin de semana? Y con el tiempo, menos. Se la quitaste. Sí, total. Y ahora mi hija, y somos, o sea, mi hija no me deja, ella es, yo estoy en el baño haciendo lo que estoy haciendo, y ella está ahí contándome sus historias, yo me estoy planchando el pelo y entonces ella coge las planchas que no me sirven y lo hace y todo eso me llena, o sea es. Yo quiero saber, hay un lapso o más bien un tramo importante de la conversación y es justo ese momento en el que se transforma tu corazón para bien y ya dejas de rechazarla y empiezas a amarla, ¿sentiste culpa? Sabía que venía esta pregunta. No. Porque lo manejé mucho con terapia. Claro, cuando yo empecé la terapia no sentía culpa, pero sentía vergüenza de hablar de todo esto. Y no lo hablo hasta ahora tal vez también por vergüenza. Claro. Pero yo no era yo si yo Silvia, la que es en este momento hubiera tenido esos pensamientos eso es sentirse culpable o sea, eso es tener culpa porque estás siendo tú estás siendo consciente y estás teniendo pensamientos conscientes siendo tú yo no era yo en ese momento eso sí le pido perdón a mi hija ya que me das este espacio y si ella algún día lo ve perdóname por ese daño que te hice pasar lo hice sin querer queriendo no perdóname y si yo pudiera devolver el tiempo lo devolvería para hacerlo mejor no cambiaría tampoco las cosas porque pues estoy bien ahora y estoy bien por todo lo que he pasado tal vez si no hubiera pasado por eso pues tal vez no me hubiera dado cuenta que yo también necesitaba una vida lejos de vivir la vida de él muy lindo el que me invitó a compartir su vida pero yo también ya estando aquí reconociéndome lejos de vivir la vida de él. Muy lindo el que me invitó a compartir su vida, pero yo también, ya estando aquí reconociéndome, yo no entendía la palabra empoderamiento hasta este momento. Sí. Me siento empoderada, o sea, soy la mamá que soy, soy la mujer que soy y no quiero olvidarme de ser mujer por ser mamá, por ser esposa, por ser hermana, no. Y hago lo que quiero como lo siento desde mi corazón. Entonces, perdóname por ese año que pasamos las dos tan horrible, pero estamos aquí. ¿Me entiendes? Ya nos pasó, hija, y te prometo que jamás te voy a soltar. Y te prometo que lo único que voy a hacer en la vida es estar bien para ti, voy a ser feliz para ti y para nuestra familia, entonces no sentí culpa, hasta el momento todavía no siento culpa porque reconozco que estuve pasando por un momento muy mal, pero sí pido perdón porque sí siento ganas de pedirle perdón. ¿Y a ti misma te has pedido perdón de pronto por esa situación? Sí, sí, claro. Y ya, me perdoné. Yo creo que también es porque no siento culpa, es porque ya me perdoné. Ya dije, no era yo en ese momento. Yo te amé desde el día uno. algo pasó pero no era yo me perdono y perdono todo lo que me pasó o sea lo acepto y lo perdono también y ya lo dejo ir por eso hoy puedo sentarme aquí contigo y hablarlo hoy me preguntaban todo el tiempo pero usted qué va a decir, pero usted qué va a decir y yo lo que yo te decía yo terminaba de correr todos los días y tú decías, si tienes una historia, contáctame y yo decía, tengo una historia y una historia que es la historia de muchas, estás hablando por muchas mujeres, bastantes y hay que pedir ayuda, o sea, en esos momentos, y no te sientas culpable, y no te sientas mal, pero tienes que pedir ayuda. Escuchaba yo hace dos años, no sé, cuando llegué a Colombia, yo escuchaba una mamá en Estados Unidos dejó una bebé en una cuna por irse a no sé dónde con el novio. Y decía yo, claro, yo sentí pesar por el niño y dije, o sea, llegar hasta este punto, no me identifiqué con ella, pero dije, puedo entender por qué lo hizo o en qué grado de desconexión y de depresión estaba que ella hizo eso. Claro, cuando ella va al juzgado y empieza a decir, porque yo me seguí todo el caso, yo dejé de tomar mis pastillas, ella ya estaba medicada, y yo dejé de hablar con mi psicólogo, me enamoré. Claro, ella dejó su tratamiento y no estaba sana. Claro. Y tomó esa decisión. Entonces, yo no estoy justificando sus actos porque eso, llegar a ese punto tienes que estar demasiado mal para llegar a ese punto o sea, dejarla con la servicio porque todo es un asesinato y ellos la juzgaron diciendo como eres la peor no justifico sus actos pero digo sé por lo que tal vez pudo llegar a haber pasado. Entonces, si tú crees que estás en ese punto, pues ya es hora de pedir ayuda. Ya es hora de pedir ayuda porque tal vez no te enamoraste de tu hija, de tus hijos en ese momento, pero el amor va a nacer, el amor se va a dar si tú estás dispuesta. Conozco muchos casos también en mi familia, en muchas familias de mamás que son muy alejadas de sus hijos o de hijos que nunca sintieron el afecto de su mamá, porque seguramente ellas también atravesaron un proceso, pero siguieron la crianza porque tocaba y como les enseñaron sus mamás y nunca reconocieron que estaban teniendo un problema y ahora tenemos hijos con muchos traumas, muy faltos de amor pues porque las mamás no dijeron en algún momento, tengo que amar a mi hija de alguna manera, porque claro, la estás manteniendo trabajas por ella y estás demostrándole al mundo que estás siendo una mamá pero el amor no lo estás sintiendo. Y eso cambia la vida en las personas. Ser amado por sus papás o no ser amado tiene una repercusión muy grande en la vida adulta de una persona. Aquí es donde viene el juicio convencional, ¿no? Entonces se le ocurre a uno pensar, bueno, ¿y para qué tuvo un hijo? Bueno, ¿y por qué es mamá? Que esa es como la conversación que uno suele escuchar, pero ahora oyendo tu historia, el panorama me cambia rotundamente y sin duda le ha cambiado a muchas personas porque claro, entendiendo todo este shock tan impresionante por el que pasaste que fue desencadenando las situaciones que uno dice ok, ahora comprendo de pronto si quería ser mamá, como en tu caso no es como y para qué decidió ser mamá, sino ya estaba embarcada en este proceso y cuando mi hijo nace las cosas cambian que ya es una historia diferente y yo no creo en las casualidades Silvia, no creo en las casualidades y sé que esa invitación que tú acabas de hacer ha llegado al corazón de alguna mamá que está pasando por lo mismo y la quiero reiterar de manera fuerte y es, mujer busca ayuda busca ayuda, alza la mano porque esto tiene solución y no solo eso, no solo tu mamita que vas a tener un bebé o tu mamita que ya lo tienes sino tu amiga, tu hermana tu mamá que están recibiendo esa nueva vida pregúntale si necesita algo si ya durmió, si ya hizo mercado, si ya almorzó y si no hazlo porque las mamás esos primeros días, pues no hay cabeza para nada más sino para dar teta y dormir. Tú no sabes si ella ya comió, si ya almorzó, si ya hicieron mercado. Y esos mamá y papá, los dos dándole ahí. Imagínate la vida, cómo cambia. Y para eso estamos los demás. Para apoyar a esos nuevos papás que lo necesitan. O sea, sí o sí, los nuevos papás necesitamos ayuda de alguna manera. Hermana, ve, yo saco al cochecito, yo lo saco al parque un momento, le hago dormir y bañate. Sí. Entonces esto es un trabajo de todo el mundo y tu mamá necesitas una red de apoyo, apenas te enteres que estás embarazada o apenas empieces a buscar bebé, identifica tu red de apoyo, háblales diles necesito que cuando mi bebé nazca ustedes estén haciendo esto, díselos porque para eso son tu familia, tus hermanos, tus amigos para apoyarnos y si puedes también empieza con terapia psicológica para recibir a esa nueva vida como se debe. Limpia de traumas, limpia de todo y empezar esa maternidad que no es algo así. La maternidad es algo muy duro y los seres humanos tenemos que tener en cuenta que estamos dando vida a un ser humano y que todo lo que hagamos nosotros como padres va a ser ese ser humano de adulto. Entonces, pues sí, esa es mi invitación. ¿Sientes que este es el lado oscuro de la maternidad? este sea el más oscuro, pero el cansancio, igual cuando estás amando a tu hijo y todo, el cansancio que sientes, que no duermes, o sea, tienes que no duermes durante no sé cuántos meses, una noche seguida, o sea, tu cuerpo, verte y no reconocer tu cuerpo porque está lleno de estrías, porque está gordo, porque lo que sea, eso también es el lado oscuro. O sea, no es tan bonito eso, no es tan bonito no dormir, no es tan bonito no comer, no es tan bonito lactar, quedarse para que tu producción, para que seas una mamá lechera, como le dicen, pues tienes que haber tenido tu hijo pegado mucho tiempo. Y eso cansa, te duele la espalda terrible. Entonces hay un montón de cosas que nunca nos han dicho, pero pues sí, ser mamá es muy bonito, muy, pero la maternidad no es tan bonita. ¿Y sientes que de pronto se ha romantizado un poco el tema? Sí, sabes que sí, pero ahora que llego yo a Colombia y empiezo a contarle mi historia a mis amigas, que ya son mamás, que también pasaron por ahí, hay mamás que me dicen, sabes que yo también sentí lo mismo, no al punto tuyo, pero yo también he tenido ganas, yo también he sentido, yo también he pensado cosas así, también me tocó llamar a psicólogo, entonces sí se ha romantizado más, pero también estamos más conscientes de que hay cosas que pasan que no son tan bonitas, y pues para eso también están esos espacios, para que seguramente las abuelas que me estén viendo, o las mamás que me estén viendo ya adultas van a decir, ay Dios, pero qué exagerada, pero pasa pasa y tal vez te pasó a ti y hasta ahora estás reconociendo que durante 50 años eso fue lo que te pasó con tu hijo también dicen que nos pasa más a las mujeres que tenemos hijas mujeres que las que tienen hijos hombres la tasa es menor la tasa es mayor con las mujeres que tienen hijas mujeres no se sabe, pues no he leído bien, pero eso fue lo que me dicen y lo que leo y bueno, pues en este caso se cumplió toda la regla, de los dos años de posparto, de todo pienso con mucha tristeza en esas mujeres que no tienen esos privilegios que tú tienes o tuviste que yo tengo, esa pareja amorosa además con la que contaste que siento yo ocupó un lugar importantísimo y ocupa, sigue ocupando claro, pero sobre todo me refiero a esos momentos tan difíciles de esa maternidad y ver ese hombre que te estuvo acompañando, incluso también tu familia cuando regresaste. Y claro, uno mira además, o más bien a pesar de esos privilegios, cómo estabas pasándola de mal. No me alcanzo a imaginar lo complicado que debe ser para una mujer que es mamá en la calle, sin pareja, sin familia, sin esa red de apoyo, sin ese círculo de verdad que yo tampoco me lo puedo imaginar es lamentable que una mujer, que una persona tenga que pasar por una situación así por eso digo, si estás de pronto si tu situación no es la mejor, pero ya estás embarazada, intenta buscar o sea, estás a tiempo estás a tiempo de buscar esa red de apoyo, pégate de lo que sea, del que sea y pide ayuda desde que ya estás embarazada. Muchas ayudas de ven y te ayudamos con leche. Si los niños están bajitos de peso, uno va y toma esas ayudas, pero tienes que tomarlas. Porque no te puedes quedar como en tu situación de vulnerabilidad. Lo que vuelvo a reiterar es que estás dándole vida a un ser humano. Entonces, pide ayuda, desde el día uno o sea, estás embarazada y empieza mamá, estoy embarazada, vamos a planear aunque las cosas después no salgan pero tengan siempre un plan B y un plan C y un plan D, porque pues no sabes todo lo que puede pasar en el camino pero que el plan nunca sea abandonarlos nunca, por favor, nunca Silvia, te agradezco, de verdad, qué historia. Lo que te decía al inicio, hablaste por muchas. Yo sé que esto va a sacudir sobre todo muchas mentes, que es lo que nos interesa y que sirva también como prevención, como información y que se replique también un montón este mensaje para esas mamás que están pasando por esa depresión y creían estar solas, ya se están dando cuenta que no están solas y que el amor sí se puede construir porque así tú lo acabas de contar y que si de pronto no tuvieron ese acercamiento o ese contacto, ese enamoramiento que todas las mamás o la mayoría de las mamás profesan abiertamente, pues lo pueden ir construyendo y desarrollando con el tiempo y tener una maternidad sana, linda, como la que tú tienes con tu muñeca Alicia. Sí, muchas gracias a ustedes por el espacio. ¿Cómo la pasaste? Estaba muy nerviosa al principio, pero ya, habla con la verdad, cuenta tu historia y ya. Y eso fue lo que hice. Me alegra mucho saber que tu muñeca está bien sobre todo y que tú estás bien y me quedó con un mensaje muy especial y poderoso que compartiste y es que una mamá feliz es un hijo feliz totalmente, sí y bueno, ahí ya les dejamos esta historia poderosa que a mí realmente me deja con la cabeza pensando en muchas cosas y esperamos que haya tocado muchos corazones yo sé que sí, gracias Silvia por acompañarnos y esto es Vos Podés el podcast Soy Tatiana Franco y esto es Vos Podés el podcast Vos Podés, el podcast