¿Qué tanto nos refleja a los colombianos la final de la copa América?
21 de jul de 2024
En este episodio de 'Tercera vuelta' con Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero, se discute la percepción de que el fútbol, comúnmente visto como una distracción, puede representar una verdadera esencia de la realidad colombiana, en contraposición a la corrupción y las farsas políticas.
Capítulos
Introducción al tema del fútbol y su simbolismo en Colombia
Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero debaten sobre la visión del fútbol, reflexionando sobre su significado y el simbolismo que tiene en la sociedad colombiana más allá de ser solo un deporte.
Copa América: Los momentos antes, durante y después del partido
Se examinan las fases del torneo, desde la previa celebración y expectativas, hasta la fatídica derrota contra Argentina, incluyendo reflexiones sobre el estado anímico del equipo y de la nación.
El impacto de la organización y el entorno durante la Copa América
Los conductores critican la organización del torneo en Estados Unidos y las circunstancias alrededor del mismo, como el espectáculo de medio tiempo de Shakira, que desvió la atención del evento deportivo.
Reflexiones sobre la sociología del fútbol
Exploran cómo el fútbol refleja y expone aspectos culturales y sociales de la sociedad colombiana, incluyendo fenómenos como la avivatería y la influencia mediática, que se exacerban en estos eventos.
Conclusiones tras la derrota y la resaca emocional del fútbol
Se discuten las secuelas emocionales y sociales tras la derrota, la actitud de los jugadores y la nación, y cómo el fútbol muchas veces termina uniendo más que otros elementos de la vida política y social.
Redefiniendo el fútbol como una representación de la realidad
Concluyen que el fútbol podría ser más real y representativo para el país que el ámbito político, resaltando las historias heroicas de los jugadores que inspiran más que las luchas de poder político.
Conclusión
Los anfitriones concluyen que el fútbol no es solo una distracción, sino que refleja una esencia más auténtica de lo que es Colombia, mostrando que, a pesar de las derrotas, las historias de los jugadores resuenan más profundamente en la identidad nacional que las intrigas políticas.
Menciones
- (Persona) Alejandro Gaviria
- (Persona) Ricardo Silva Romero
- (Org) El Locutorio
- (Persona) James Rodríguez
- (Persona) Jesurum
- (Persona) Shakira
- (Persona) Maluma
- (Persona) Karol G
- (Persona) Ryan Castro
- (Persona) Camilo Vargas
- (Persona) Davinson Sánchez
- (Persona) Richard Ríos
- (Persona) Juan Fernando Quintero
- (Lugar) Miami
- (Evento) Copa América
- (Concepto) Opio del pueblo
- (Concepto) Realidad vs. Farsa
- (Concepto) Mentalidad futbolera
- (Producto) Canción de Ryan Castro
- (Concepto) Resaca futbolera
- (Concepto) Corrupción política
- (Concepto) Cultura ciudadana
Tercera vuelta, el podcast con Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero. Un podcast de El Locutorio, arroba el locutorio DC. Y a mí me pareció que uno puede darle la vuelta a la idea de que el fútbol es una cortina de humo, o el opio el pueblo, que siempre hemos dicho que los políticos usan para que no nos demos cuenta de las cosas y aquí me parece que era al revés que el fútbol era la realidad y la farsa era lo otro la farsa era esto de discutir el poder constituyente y la farsa es esto que está pasando con la corrupción y que la gracia y lo que es real nuestro, pues son esas historias de esos jugadores que sí se parten el alma y sí son más representativos de lo que somos para no darnos palo. Es decir, nosotros no somos Olmedo, no sé quién, sino somos James, más parecidos a eso. Hola Ricardo. Hola Alejandro. Nos encontramos nuevamente. Vamos a cambiarle el título a nuestro podcast. En tercera vuelta, tercer tiempo. Y vamos a hacerle competencia al pulso del fútbol. Este es nuestro momento. Vamos a aprovecharlo. Vamos a sacar adelante esto. Quiero, Ricardo, que hablemos un poquito de lo que pasó en la Copa América. Y te propongo que lo hagamos en tres tiempos. Perfecto. Lo que pasó antes, antes del partido, desde el sábado, lo que pasó en el partido y lo que vino después. Esa especie de abrir los ojos, ¿no? Sí. Con todas sus sorpresas, incluida la camisa anaranjada de Yesurum. El overo anaranjado. Sí, el overo anaranjado. Y las cadenas una cosa brutal yo no sé si la vida está conectada de muchas maneras pero probablemente el grupo demográfico de tercera vuelta no recuerda que la camiseta original de Colombia en los años 70 era color naranja totalmente la naranja y la otra era la blanca con la franja tricolor. Tricolor de la bandera, sí. Sí, sí, sí. Cuando no llegábamos a los mundiales. Ese color naranja era un poquito más oscuro. Un poquito más oscuro, sí. Que aquel con el cual el presidente de la D-Mayor llegó a... Sí, digamos el homenaje no era preciso. Pero ahí estaba. Llegó, decía, a un juzgado en la ciudad de Miami, donde viven cientos de miles de colombianos. Devastadora, sí. Pues no sé si devastadora, pero bueno. La imagen, digamos. Ricardo y que me llamó la atención fue que celebramos antes de tiempo cuando yo leí lo del día cívico declarado por el presidente pasara lo que pasara no me gustó yo también pensé como muchos tuiteros en la sal pero más que la sal yo tuve como una sensación de que el día antes de la batalla final es un día para la reflexión. Sí, para la retrospección. Sí, como el gladiador sabe que va a enfrentar esa última batalla. Totalmente. Que va a tener que soportar el peso infinito de infinitas miradas. Sí. Y eso lo lleva, no a la celebración antes de tiempo, esa ola amarilla de hinchas de la Selección Colombia el sábado por la noche y salen los jugadores, no sé si a celebrar, pero por lo menos a saludar. Todo eso me pareció, no sé, ominoso. realmente y yo creo que venía de antes yo creo que nos tomó por sorpresa que ese equipo empezara a funcionar tan bien, ya en las eliminatorias hemos visto que funciona pero veníamos de bueno, de pandemia de la Copa América anterior que nos la quitaron iba a ser en Colombia y nos la quitaron y el gobierno pataleaba y no nos la daban en pleno estallido social llegamos como al final de esa Copa América, pero al tercero y cuarto. Y era una Copa América distinta, con menos equipos, y salimos ahí por penalti con Argentina. No hubo este entusiasmo que se fue acumulando esta vez. Estaba muy dividida la sociedad en ese momento, muy hastiada de todo lo que estaba pasando, de pandemia, estallido social y yo creo que esto nos agarró por sorpresa y nos agarró con muchas ganas de estar de acuerdo en algo entonces se habló de la unión el gobierno trató de subirse a la unión mientras el presidente desunía a diestra y siniestra, entonces estábamos yo creo que todos muy muy enfocados como en otras épocas. Ahora Alex hablaba del 94. Son momentos en que la sociedad parece estar apostándoselo todo a lo que está pasando en el fútbol, como entregándoselo todo. yo decidí ir a cine con mi esposa Carolina y lo hice porque como la anticipación vamos a ver otra cosa hay que extraerse pero era un sentimiento bonito mañana viene esto a mi me gusta eso cuando como quizás el mundo de la cultura tiene tanto o confunde la originalidad con despreciar los lugares comunes y trata a veces de separarse de lo popular. A mí me fascina cuando lo popular lo doblega uno. Sí, sí, no lo asume. De acuerdo con todo, a mí enfasina estar en esa ola y hacerle barra a Colombia sin vergüenza, es decir poniendo hasta la canción de Ryan Castro no tengo ningún ningún problema con entregarme Mami prenda la radio encienda la tele y no me molesten que hoy juega la cele coja la curva, coja la gele si no está alentando a la ola Antes hizo el partido cuando yo vi a los jugadores de España Celebrando con la canción de Ryan Castro Yo dije esto, esto, esto El mundo es muy extraño Está conectado de infinitas maneras Sí, está muy conectado Una especie de reguetonero De segundo nivel se vuelve global. Una cosa extraordinaria. Mientras tanto, esta copa está pasando en Estados Unidos, que está en campaña política, y a Trump por poco lo matan el mismo fin de semana. Es una cosa muy conectada. La gente hablaba de la decadencia de la organización de esa Copa América como la decadencia norteamericana. Completamente. Yo veía esa decadencia, esos estadios mal armados, incluso pintaban... ¿Cómo puede estar mal armado si los gringos eran los reyes de montar esto? Los reyes del espectáculo. Tampoco me gustó mucho cuando se comenzó a saber antes del partido que Shakira iba a cantar en el entretiempo y que eso iba a durar 25 minutos. No, era eterno. Y yo ya dije eso no es el fútbol. No. El fútbol es esos 15 minutos también son como para la reflexión. Totalmente. Yo siempre recordaba cuando yo iba al estadio que había dos momentos que eran muy distintos. El del inicio del partido, los 5 minutos antes con los himnos y todo. Uno estaba emocionado. Y en esos 15 ya se había jugado la mitad del juego y uno ya ya era otro estado de ánimo ya era otro estado de ánimo pero un estado de ánimo donde uno está pensando en lo que viene a no ser que ya el partido vaya 5-0 o algo así y uno no alcanza a enfriarse nunca a enfriarse ni el público ni los jugadores y ahora salía no Shakira con media hora con media hora con unos efectos especiales ochenteros totalmente como superpuestos yo no sé si eso que salió en televisión lo veían del estadio, que era una vaina rara ahí. No, además medio lánguido el espectáculo, después apareció un video de un niño argentino diciendo que era el colmo que les hubieran puesto ese concierto, y además en inglés, se quejaban. Además en inglés, además en inglés, dijo concierto de, no voy a repetirlo aquí porque después me comparan con el nuevo ministro de educación sí, no, no, ese es otro ministro entonces empieza Ricardo a primar como lo va a llamar de esta manera la sociología, creo que en un episodio anterior habíamos dicho que el fútbol no ha tenido mucha conexión con la literatura, pero con la sociología sí porque que en un episodio anterior habíamos dicho que el fútbol no ha tenido mucha conexión con la literatura, pero con la sociología sí. Porque el fútbol nos refleja, el fútbol de alguna manera captura como una esponja, una esencia de lo que somos. Sí, totalmente. Y esa sociología que se dio en las horas antes del partido comenzó a ser, voy a utilizar de nuevo el mismo objetivo, ominosa, ¿no? Como que... Sí, como fúnebre, como una cosa, como una sombra era. del partido, comenzó a hacer voy a utilizar de nuevo el mismo objetivo, ominosa como que, uy sí, como fúnebre, como una cosa, como una sombra era, yo prendo la televisión el partido era a las 7 a las 6 y 45 6 y 40, había sacado el perro todo preparado, estábamos todos listos, listos, y sale el partido está aplazado, no, eso fue un golpe, un primer golpe mi hija Inés, que tiene nueve años, ahí perdió el interés. Ahí perdió el interés. Empezó a mirar reels por ahí. Se perdió. Dijo, no, esto no va a empezar nunca. Y estaba con su uniforme puesto, toda la cosa, y ahí ya perdió el interés. Sospechó que eso no era normal. Esa espera larga y al otro día yo oigo esta afirmación de Daniel Coronel después de que pasó todo lo que pasó y vino los colados y ese protagonismo que adquirieron los ductos de aire acondicionado que no estaban con los canales de nadie que se volvieron más importantes que el mismo escenario con el famoso meme de Shakira que cuando pregunta dónde están los colombianos y ahí están y ese Daniel Coronel Colombia ya había perdido antes de iniciar el partido me pareció un poquito exagerado es exagerado sí, pero supongo que quiere decir o si no lo quiere decir interpretémoslo así quiere hablar de la mentalidad la mentalidad de nuestra naturaleza la derrota está en la mente ahora hay que decir que también veníamos de una gesta heroica digna de contarle a los nietos, que era esa semifinal con 10 hombres contra Uruguay que no es cualquier equipo es uno de los más campeones de la Copa América y había sido pues una demostración de que ese equipo tenía al menos mentalidad justamente. Completamente. Veníamos con James casi en una historia de redención tipo Rocky Balboa pues después de 5 años extraviado por el mundo, jugando como jugaba hace 10 años, sí había razones para querer el milagro, digamos. Había razones. Yo creo que Daniel Coronel estaba hablando más de lo que estaba pasando en el estadio. Sí, claro. De que esa imagen del colombiano, del avivato, del que no respeta las normas sociales, del que se cuela. Es que lo de los ductos es de verdad muy... Es dantesco ya, es aberrante. Fue duro. Yo, cuando al día siguiente se comenzaron a hacer todos estos análisis sociológicos y estas extrapolaciones, y básicamente con la autoflagelación que practicamos, nos pintamos a nosotros mismos como lo peor del mundo, creo que fue exagerado se nos va la mano a veces yo creo que hay una sociología coyuntural incluso a mi, varias personas que han estudiado los temas de cultura ciudadana me llamaron y me dijeron estamos exagerando esto es normal, si no, no se si es normal o no, pero hay un video hay un documental de Netflix sobre la final de la Eurocopa del año 2019 ese partido Inglaterra-Italia que Inglaterra pierde el Londres con Italia por penaltis los ingleses pueden ser más salvajes y bárbaros que los colombianos suele pasar, yo estuve por coincidencias en Francia, en París, en la final del Mundial del 98, y esta gente destrozó esa ciudad en la celebración. O sea, sí nos damos muy duro. Nos damos muy duro. No quiero decir que vaya a disculpar... No, el ducto... Las camisetas amarillas en el ducto o esa especie de hordas corriendo por el Hard Rock Stadium en Miami, saltándose por las tribunas. Era un poco grotesco. Y las faltas a la disciplina. Ahora que tú decías el día anterior del guerrero, en los 15 minutos como del monje que se busca dentro de sí mismo y logra el silencio dentro de su cabeza. No, aquí era Muñoz celebrando con Maluma. Eso me pareció también... Esa borrada de las líneas. Por lo menos, no sé. Sí, yo creo que Muñoz debía estar en otro ánimo, pero cuando Karol G canta el himno y una vez con la camisa de Daniel Muñoz y la cámara se desvía hacia un palco y está Maluma. Sí. Y empieza uno a sospechar. Muñoz en ánimo celebratorio. Es que cuando la gente se empieza a poner los uniformes ajenos, es decir, por ejemplo, los políticos con la camiseta amarilla celebrando y abrazando a los jugadores o cuando se visten de militares los políticos, uno empieza a pensar esto. Hay unas líneas que no hay que cruzar y al equipo hay que dejarlo en su cancha y el público tiene que estar en la tribuna para que funcione porque son disciplinas realmente y ahí empieza a cruzarse cierta colombianidad nos damos muy duro, yo estoy de acuerdo pero si tenemos una cosa cultural innegable como un desmadre listo a suceder todo el tiempo Comienza el partido y yo quiero hablar un poco de lo que yo empecé a sentir a mitad del segundo tiempo y en la primera parte de los tiempos complementarios. Y es que veí que Argentina en todo caso tenía más sed, hambre, ganas, no sé cómo llamarlo. Sí, uno que ha visto fútbol... Que peleaban hasta el último momento. Hay una imagen de esas que se transmitieron tanto después, porque uno ya repite los partidos en las redes sociales de 30 segundos en 30 segundos. De Paul, creo. Era el minuto 114, ¿no? Corriendo como un loco. Impresionante. A mí me impresiona que uno ha visto fútbol desde que tiene uso de razón, entonces debería ser menos infantil, menos niño a la hora de enfrentar el partido. Y es increíble que uno se dé cuenta que Colombia está jugando contra Argentina en la mitad del partido. Dice, ah, ¿verdad que esto es Argentina? Sí, tenemos todavía. Y estos son unos cracks y son los campeones del mundo y saben jugar una final. Es decir, saben enrear el partido así. Uno los deteste todo el partido. Exaspere ver lo mañosos que son. Lo saben hacer. Ellos saben jugar la final. Nosotros nos falta. Nos falta para jugar una final. Sí. Y yo empecé a ver que en esa última parte del partido, el fantasma de perder es ganar un poco estaba por ahí. Estaba rondando. Sí, estaba rondando. Empezaba uno a ver eso lento. James jugaba, era como el que sabía jugarles, pero los demás estaban perdidos. Y se acuesta uno ya después de terminar el partido esa noche con perder es ganar un poco, ¿será? ¿Será que somos...? Yo no quería aceptar esa mierda. Este equipo ya convertido en otro equipo con seis jugadores nuevos que nunca habían sido equipo, luchando una largue. Uno decía, no, esto, si llegamos a penaltis, va a ser terrible. Y cómo habremos sufrido desde el segundo tiempo que uno sentía que era más digno el 1-0 que los penaltis. Yo tenía miedo a los penaltis y tenía miedo a ser humillado nuevamente por el Dibu Martínez. Que pereza. Que uno lo detesta cuando juega contra Colombia, cuando juega contra otros uno le ve el lado bueno. Había leído que en las definiciones de penaltis el récord del Dibu Martínez es que sólo le han metido la mitad. No, es increíble eso. O sea, que tiene es impresionante su eficacia en esas instancias. Y hay una cosa que tienen estos argentinos y es que al mismo tiempo como que están siendo personas. Uno ve a los colombianos totalmente concentrados y sudando y digamos desfigurados en el partido y estos otros como que pueden mirar a otro lado están como conversando al mismo tiempo son las personas que son. Y juegan. Entonces hay una cosa que tiene el Diego Martínez. Tienen más seguridad. Tienen más seguridad. Sí, como una cosa. Tienen un convencimiento más grande que el que tenemos nosotros. Quizás cultural muy fuerte. Sí, sí. Uno no quiere hacer, ya lo hemos dicho varias veces, una exagerada sociología de un partido de fútbol. Pero hay algo. Hay algo en la mentalidad. Hay algo que se refleja. A todos. ¿Cómo fue la conversación después con los hijos, Ricardo? No, Inés estaba desesperada. Pascual, que tiene 14, sí estaba convencido que nos robaron, que hubo un penalti y que no nos pitaron. No lo vi tanto. Yo tampoco. Era un penalti muy discutible y si lo pitaban también era para dudarlo en una final yo no creo que un penalti no habían llegado yo sí pensé que el árbitro no era particularmente bueno pero tampoco sentí que nos estuviera haciendo mal digamos era flojo pero pues uno siente que todos los árbitros son flojos realmente a veces es una profesión muy triste y después vino Ricardo el tema, el que escribiste una columna y es el vacío que queda después esa tusa que es impresionante y que yo creo que si existe y es un síndrome que es el guayabo futbolero la resaca futbolera que además aquí se sumó al día cívico que uno no entendía. Un día cívico de bananas la película de Woody Allen. Era como decretado antes de perder. Es increíble. Vino el equipo, el equipo nadie lo recibió. Y salía la gente brava con el pueblo colombiano. Colombianos bravos con el pueblo colombiano por no haber recib bravos con el pueblo colombiano por no haber recibido. Sí, estábamos todos bravos con nosotros mismos. Nadie había recibido el equipo. Pero era increíble la gente que... El mismo presidente dijo, nadie lo recibió tratando de salvar su día cívico. Nadie lo recibió, ni él. Ni él ni los que se quejaban porque no los habían recibido. Después hizo una comparación improvisada de la selección con la primera línea que tampoco entendía. La primera línea sería Córdoba, que es el que ataca. Es una cosa realmente tonta y sí, esa resaca se sumó a ese día cívico que algunos cumplían, otros no. Era como un 25 de diciembre o un 1 de enero muy triste. Y como en cualquier guayabo, a uno le dolía la cabeza con las noticias. Todos los noticias eran gritos, ruidos. Entonces otra vez el poder constituyente. Y uno decía, ay, ¿verdad que estamos en el poder constituyente? Y después viene al mediodía, el lunes, la camisa naranja. Y entonces nos acordamos que habíamos tenido esta suspensión de la incredulidad que produce la ficción y el fútbol es una ficción y entonces nos acordamos que tenemos esa federación de fútbol, esos dirigentes que no cumplen las leyes Azocor Fútbol o la Asociación de Fútbolistas recuerda que no están cumpliendo una sentencia de la Corte Constitucional el Ministerio del Deporte se asusta y entonces dice que ahora sí la va a cumplir, que es cumplirle los derechos a los futbolistas, que tienen una cantidad de derechos de trabajador que no se les cumplen, y entonces Jesús Rume está con el overola anaranjado de los presos de las películas, es una es un regreso a la realidad con todas las de la ley. Brutal para cualquiera. Y la fiesta se volvió todos contra todos, nosotros mismos nos criticando de todos. Todos dándonos. Lo último que leí en esta semana trágica, en este viacruce que estamos tratando de escribir, fue alguna comentarista feminista que dijo que la canción de Ryan Kaft era muy machista claro que lo es, sin duda porque ese mami prenda la tele, esa mami no es la mamá yo lo he pensado mucho y es terrible yo creo que mis hijos por ejemplo no entienden eso estaba insinuando que no lo merecíamos por haber claudicado a esa banda sonora machista. Por haber entregado a esa... A mi prenda la tele, que juega la tele. Sí, y lo cantaba todo el mundo. Eso sí, no había nada que hacer. Claro, empieza a... A mí eso de la tele, no sé, pero bueno. La tele es medio feo, pero todo es feo. Pienso en William Binasco diciendo que el balón salió por encima del palo de mango, bueno, si lo que produce el fútbol son cosas que además hay que tomárselas con humor yo creo, es muy gracioso, realmente y es muy conmovedor, a mí sí me conmueve, repito, sumarme a la ola y no es, trato de no quedarme en el lado de los que están viendo el espectáculo y más bien de sumarme a la emoción, me parece. Que es más de futbolero que de crítico del fútbol. Y están las historias individuales de los jugadores que si uno las mira, Ricardo, cada uno son heroicas eso es una cosa que hay que ver y eso es una cosa que a mi me gustó de la resaca del día cívico, y es estos señores no se dejaron recibir fueron ellos, no fue que la gente no eso me pareció bueno fue que ellos dijeron que no tenemos a este señor en la cárcel destrozaron el estadio y perdimos era muy sensato y muy sabio ya, ya se acabó en la cárcel, destrozaron el estadio, los hinchas y perdimos, perdimos era muy sensato y muy sabio ya, ya se acabó y hay que dejarlo ir, y creo que fue una decisión del equipo muy muy lógica y esas historias, Camilo Vargas el eterno suplente lo hace muy bien ha sido un arquero de Davinson Sánchez, que básicamente había salido de la Premier League como un fracasado. Hizo una excelente copa. No, una excelente copa. Esta historia, la misma de Richard Ríos, que empezó en el fútbol sala. Y se hizo la copa de su vida. Sí. La misma de James. La misma de James. La de James es una redención, pues con todas las letras la cuestión de Quintero que no jugó mucho pero esa jugada es suficiente para la historia como la jugada de Peleza que deja pasar el balón parecida la final del año 70 en un partido puro genio en Uruguay sí, puro genio y esa vida de Quintero es durísima y también es una es una muestra de fortaleza muy grande. Empieza uno a recordar que eso es lo que vale la pena ahí. Y a mí me pareció que uno puede darle la vuelta a la idea de que el fútbol es una cortina de humo o el opio del pueblo, que siempre hemos dicho que los políticos usan para que no nos demos cuenta de las cosas. Siempre hemos dicho que los políticos usan para que no nos demos cuenta de las cosas. Y aquí me parece que era al revés, que el fútbol era la realidad y la farsa era lo otro. La farsa era esto de discutir el poder constituyente y la farsa es esto que está pasando con la corrupción y que la gracia y lo que es real nuestro son esas historias de esos jugadores que sí se parten el alma y sí son más representativos de lo que somos para no darnos palo. Es decir, nosotros no somos Olmedo o no sé quién, sino somos James, más parecidos a eso. Yo en todo caso he tenido esta idea, Ricardo, incluso conectando esto con tus libros y con un podcast anterior que incluso han pasado 30 años, el 94 y ahora 2024 ese momento entonces y este momento ahora lleva un progreso en Colombia en todo caso progreso que está ahí en el fútbol pero está en la sociedad, está en lo que somos, está en estas historias si si se refleja en el equipo yo creo que el equipo del pibe era pero está en la sociedad, está en lo que somos, está en estas historias. Sí. Sí se refleja en el equipo. Yo creo que el equipo del pibe era extraordinario. Yo creo que esa gente era muy talentosa y muy hábil, mucho más que este equipo. Probablemente sí. Pero su mentalidad es mejor la mentalidad de ahora. Desde el 2014, cuando entró James con ese equipo, uno se sentía esta gente pertenece al mundo es decir, es gente que tiene redes que vive en el mundo no en Colombia nada más y tiene menos miedo llega a la final les falta algo de mentalidad quizás y algo pero es una gente mentalizada para el mundo, con menos complejos, con menos miedos, más hecha a jugar contra Messi, digamos Sí, yo creo que la selección va a tener un ahora que viene, que empieza la eliminatoria como un momentico que va a tener que volver a reagruparse pero creo que nos va a ir bien en el mundial que viene Yo también creo. Ya en el colmo del tercer tiempo, me parece que si hacen falta viejos, como un Falcao que entre 20 minutos, un Cuadrado que entre un poquito como hace Uruguay con Suárez, o como hacen con Di María en Argentina, yo creo que eso mete un poquito de miedo y da peso en el equipo pero ya es Luis Carlos Vélez Luis Carlos Vélez es el papá Luis Carlos Vélez es ya el último que uno puede hacer y hacer como un comentarista deportivo Bueno Ricardo, nuestra audiencia nuestros oyentes a quienes agradecemos juzgarán si podemos reciclarnos en la vida siendo Bueno, Ricardo, nuestra audiencia, nuestros oyentes, a quienes agradecemos, juzgarán si podemos reciclarnos en la vida siendo comentaristas de... Lo estamos contemplando. Lo estamos contemplando. Yo creo que Hernán Pela de Restrepo debe estar preocupado. Tiembla. Sí, tiembla en este momento. Tiemblan los cimientos. Abrazo, Ricardo. Abrazo. Elige siempre un buen ratozo elige siempre un buen rato elige siempre una buena conversación tercera vuelta el podcast suscríbete ahora y escúchalo cada semana en tu plataforma favorita un podcast producido por el locutorio ellocutorio.com síguenos como arroba el locutorio DC en redes sociales.