En este episodio, los anfitriones Alejandro y Ricardo analizan el reciente triunfo electoral de Donald Trump en Estados Unidos. La discusión se centra en las divisiones socioeconómicas y culturales en el país, la desconexión de las élites educadas de la clase trabajadora y cómo estas tensiones sociales se reflejan en el panorama político actual.
Capítulos
El triunfo de Trump y el significado del realismo en política
Alejandro y Ricardo discuten la reciente victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos. Alejandro enfatiza en su columna la importancia de afrontar esta situación con humildad y realismo, sugiriendo que es más pertinente tratar de entender los eventos en lugar de juzgarlos. Presenta la idea de que Trump representa una revuelta de las personas no educadas contra una élite educada, que se ha distanciado de la clase trabajadora. También menciona la novela distópica de Michael Young, 'El ascenso de la meritocracia', para ilustrar esta división social.
El fracaso del progresismo en conectar con el electorado
Ricardo se suma a la discusión sobre las razones por las cuales el Partido Demócrata perdió apoyo entre la clase trabajadora. Nancy Pelosi, líder demócrata, atribuye esto a la incapacidad del gobierno de Biden para comunicar de manera efectiva sus logros, más que a un abandono de la clase trabajadora. Sin embargo, la conversación se centra en cómo el progresismo ha fallado en hacer política al imponer sus valores y principios, lo que ha generado una reacción adversa en la población.
La revolución cultural masculina y su impacto político
Los anfitriones exploran cómo la figura de Trump y otros líderes como Elon Musk están en el centro de una revolución cultural que apela a hombres jóvenes de diversas razas. Esta revolución va más allá de la política, representando un desafío a las nuevas formas de puritanismo presentes en la sociedad. La cultura masculina se erige como una resistencia ante un progresismo que, según los anfitriones, ha comenzado a dictar cómo deben comportarse las personas.
La influencia de comunidades culturales locales en las elecciones
Alejandro destaca la influencia de comunidades específicas en las elecciones, como la comunidad Amish en Pensilvania, cuya votación en bloque apoyó a Trump. Este ejemplo ilustra cómo los factores culturales y religiosos pueden ser decisivos en los contextos electorales. La discusión se centra también en la importancia de reconocer y respetar las diferencias culturales en lugar de imponer un único modelo de pensamiento.
Conclusión
El episodio concluye con una reflexión sobre la importancia de comprender y aceptar la diversidad cultural y política en el mundo contemporáneo. Se subraya la necesidad de abandonar la creencia de superioridad moral e intelectual para poder conectar con realidades distintas. Los anfitriones enfatizan la urgencia de encontrar un lenguaje común que permita un entendimiento genuino y mutuo respeto en lugar de perpetuar divisiones.
Menciones
- (Persona) Ricardo
- (Persona) Alejandro
- (Persona) Donald Trump
- (Org) El Tiempo
- (Persona) Michael Young
- (Obra de arte) El ascenso de la meritocracia
- (Persona) Kamala Harris
- (Persona) David Brooks
- (Org) The New York Times
- (Persona) Nancy Pelosi
- (Persona) Joe Biden
- (Persona) Barack Obama
- (Persona) Bill Clinton
- (Persona) Hillary Clinton
- (Persona) Claire Lehman
- (Persona) J.D. Vance
- (Corporación) Elon Musk
- (Persona) Gustavo Petro
- (Persona) Ronald Reagan
- (Persona) Jimmy Carter
- (Org) Partido Republicano
- (Org) Partido Demócrata
- (Evento) Elecciones Estados Unidos 2024
Vamos a deponer la indignación y tratar de entender lo que ocurrió o lo que está ocurriendo en los Estados Unidos. Pues que hay que reconocerle a Trump, hay que reconocer que él encarna el hastío ante esa clase política sofisticada. Una especie de protesta electoral, la revuelta de los no educados. Hola Ricardo, te propongo que hablemos del tema de la semana, que es un tema obvio. Las elecciones de los Estados Unidos y el triunfo de Donald Trump. Y quisiera empezar con algo que dices esta semana en tu columna publicada en el periódico El Tiempo. Y es que quizás deberíamos empezar, o quizás el paso a seguir sea un poco de humildad. Lo que tú llamas una forma de realismo, es decir, vamos a tratar de entender primero antes que juzgar. Vamos a deponer la indignación y tratar de entender lo que ocurrió, lo que está ocurriendo en los Estados Unidos y en buena parte del mundo. Y en ese sentido, en este deseo de explicación sin tratar de ser original, recogiendo muchas de las cosas que se han escrito y dicho esta semana, quisiera proponer primero una explicación y la voy a llamar de esta manera una revuelta, una especie de protesta electoral. La revuelta de los no educados. Y para explicar mi argumento voy a recurrir a la literatura de una novela ya olvidada, escrita por un sociólogo y escritor inglés y publicada en el año 1958, escrita por Michael Young. La novela se titula El ascenso de la meritocracia. Es una novela distópica que describe una división de esa sociedad ficcionada entre una élite educada, encumbrada, que se ha alejado del resto de la sociedad, con valores distintos, ideas distintas del cambio social y del otro lado la clase trabajadora. clase trabajadora y esa élite educada no solamente está por allá encumbrada sino que ha construido una especie de relato narrativa conveniente para justificar sus privilegios y eso ha generado o genera en esta novela una especie de indignación el parte de la clase trabajadora y la novela termina con una revolución con una revuelta de la clase trabajadora liderada por un populista que destruye ese orden social. La revuelta ocurre en la novela en el año 2034. Esto ocurrió de manera similar, no una gran revolución, pero sí electoralmente un resultado impresionante. Ocurrió en el año 2024. Un resultado impresionante ocurrió en el año 2024. Hay algo parecido en la sociedad de los Estados Unidos y en otros países desarrollados a lo que describe Michael Young en el ascenso de la meritocracia. Una élite educada y una clase trabajadora. La variable educación o la variable educación universitaria fue quizás el factor socioeconómico más importante a la hora de entender y predecir quién votaba por Kamala Harris o por Donald Trump. adolescentes de la economía se ha venido generando con los años un sistema de segregación un sistema de segregación en la cual se concentran en los principales centros urbanos las personas educadas en washington en san francisco en dallas texas en austin texas en el sur de California también. Y esta concentración de los más educados, estas formas de economía basadas en lo que los economistas llamamos las externalidades de capital humano, tienen un anverso, si se quiere, complejo, trágico. Y es muchas otras zonas de gran devastación socioeconómica donde está la clase trabajadora, muchas veces aislada económicamente del resto de la sociedad y ha perdido no solamente su forma de insertarse en la economía, sino también el respeto del resto de la sociedad. Creo que en la elección de Trump hay algo de eso. la elección de Trump hay algo de eso. Michael Young cuando escribió esta novela lo que quiso hacer fue llamarle la atención al partido laborista inglés por allá a finales de los años 50 sobre lo que él percibía como un abandono de la clase trabajadora. Es la misma crítica que se ha hecho en esta coyuntura al partido demócrata que dicen muchos se ha convertido en el partido de esa élite educada y ha abandonado la clase trabajadora a una columna que publicó esta semana ricardo david brooks el colonista el columnista del new york times donde dice algo que yo no sabía y que me llamó la atención y es que el odio de donald trump que venía de Queens, de las élites de Manhattan, que fue un odio que tuvo él desde muy joven y que lo tuvo ahí, esa frustración o quienes ven en esa élite educada en los Estados Unidos. No solamente una élite que ha concentrado la riqueza, sino también que se ha desconectado de la sociedad y básicamente se ha auto celebrado de muchas y otras maneras. Entonces tenemos una primera explicación, Ricardo, que la voy a llamar de esta manera. Es obvia, se ha repetido muchas veces, pero quise conectarla con esta novela ya olvidada, El ascenso de la meritocracia, la revuelta de los no educados. Hola, Alejandro. Sí, una semana hasta con diluvios que nos ha impedido encontrarnos muchas cosas afuera y adentro de la casa, pero bueno, no incumplimos nunca nuestro compromiso y nuestra conversación, que siempre es un alivio. Me parece muy pertinente la interpretación que das, esa revolución de los no educados y ese abandono de la clase trabajadora por parte del partido demócrata. dono de la clase trabajadora por parte del partido demócrata fue lo primero que salió a decir Bernie Sanders apenas fue evidente la victoria a mi me parece aplastante de Trump fue una victoria clarísima indiscutible volteó todos estos estados vaivén que hay en las elecciones gringas y pues claro dejó un retrato a interpretar, a comprender de nuevo pues desde cierta humildad, desde el reconocimiento de que uno no es mejor que nadie. A mí me parece interesante también hoy una entrevista con Nancy Pelosi en el New York Times en la que ella que es tan brillante y ha sido líder del Partido Demócrata durante tantos años, pues no acepta ese abandono de la clase trabajadora. Ella insiste en que esa no es la razón de fondo y más bien piensa en una especie de crítica a un gobierno, gobierno Biden que es también el de Kamala Harris, que dice ella no supo presentar su caso, no supo comunicar unos logros que son realmente innegables. Ha sido un gobierno muy, muy bueno, sobre todo en su política interior, digamos en la política estadounidense, más que en la exterior, diría yo. más que en la exterior, diría yo, pero podría haber sacado pecho y haber mostrado muchos logros que no fueron evidentes para los norteamericanos. Yo creo que hay ahí también una habilidad muy grande, una capacidad de interpretar a la gente. Pues que hay que reconocerle a Trump, hay que reconocer que él encarna el hastío ante esa clase política sofisticada, brillante, que a uno le conmueve. A mí me parece fantástico Obama incluso Clinton me parece un gran orador Hillary Clinton me parece inteligente aguda Kamala Harris me parece que hizo una campaña como para el tipo de lector que soy yo pareció alegre emotiva val valiente. Y sin embargo, como hemos hablado en otras ocasiones, pues es quizás repugnante para un tipo de ciudadano que no quiere que lo estén juzgando ni sermoneando todo el tiempo, ni quiere que lo estén haciendo sentir menos bueno, menos decente, menos tolerante, menos incluyente, menos educado justamente. Hay un desprecio por una forma de ser y una forma de portarse en el mundo y una especie de censura a ciertas expresiones de otros tiempos que no necesariamente se reciben bien. se reciben bien. Repito, yo estoy del lado del progresismo, de lo progresista. Yo entiendo eso. Trato de estar a la altura de la democracia y de las promesas de inclusión y de igualdad y del respeto por la vida de cada quien. embargo creo que es tiempo de entender que que la derecha ha logrado convertirse en el lugar en donde hay libertad de expresión y eso es quizás la paradoja más impresionante de estos tiempos como en la derecha se puede hablar y como en el derecha se puede hablar y como en el lado progresista en cambio ni siquiera se permiten los matices y eso es pues un error político de fondo vuelvo a decir estoy de acuerdo con el progresismo quizás en todos los temas pero estoy en desacuerdo en el fracaso a la hora de hacer política no me parece que el progresismo no sabe hacer política y más bien se quedó con una característica de la derecha que es imponer lo que piensa y creo que ese es un problema de fondo y creo que tuvo que ver, es una de las cosas que tienen que ver con estas elecciones de Estados Unidos Para seguir Ricardo con las explicaciones también se ha dicho y se ha reiterado, se ha dicho reiteradamente esta semana que Donald Trump no es solamente un síntoma de esa gran división o brecha entre las personas que fueron a la universidad y las personas que no tuvieron esa oportunidad. Ese abismo socioeconómico, esas élites educadas separadas del resto de la sociedad, no es solamente un síntoma de eso, sino también es síntoma de algo más inquietante y quizás voy a decir de esta manera más interesante también. Leí esta semana una columna reveladora escrita por la escritora estadounidense Claire Lehman, que decía, entre otras cosas, que Donald Trump no es la única persona que personifica o encausa esta revolución cultural que tiene en el centro a los hombres jóvenes de todas las razas, blancos, negros, latinos, asiáticos, que no es solamente Trump, sino también personas como el hoy vicepresidente electo J.D. Vance, pero también y sobre todo Elon Musk. Musk, el hombre de los cohetes. Elon Musk, el dueño y amo absoluto de la red social X antes Twitter, la red de la posverdad, de los insultos, de la ira y de la locura. Pero Elon Musk que representa una historia que está de regreso, la historia del heroísmo masculino, una historia que había sido marginalizada sobre todo en los ambientes universitarios donde las mujeres eran mucho más exitosas que los hombres. mira el 10% con mejor rendimiento académico, se va a dar cuenta inmediatamente que el 70% de ese grupo son mujeres. Muchos hombres jóvenes, se ha dicho reiteradamente esta semana, no votaron por Donald Trump pensando en las políticas públicas. ¿Votaron quizás buscando respeto donald trump representa entonces una especie de corrección corrección es el síntoma de esa corrección representa por decirlo de otra manera un contraataque representa una cultura que está de, que tiene a los hombres jóvenes en el centro, hombres jóvenes que no quieren habitar masculino, con esa idea de que incluso el futuro de la humanidad está por fuera. Idea que llegó incluso a esta idea del neoliberalismo cósmico. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, que también ha dicho que el fin último de la humanidad es llevar el virus de la vida hasta los confines de la galaxia. Pero sobre todo, Elon Musk y Trump y Vance representando esas historias que dicen muchos culturalmente están de vuelta. El heroísmo masculino. Trump, entonces, como síntoma, reiter reitero de una revolución cultural en ciernes que tiene a los hombres jóvenes en el centro. Masculina. Esta respuesta de generaciones de hombres que han preferido votar por Trump, que sabemos quién es y podemos definirlo como lo suelen definir los presentadores de talk show y los columnistas liberales. Yo estoy de acuerdo con ese retrato que se hace de él, pues ni siquiera es que esté de acuerdo o no, sino que está condenado por 34 delitos y pues es un tipo que exacerba los odios sin escrúpulos y pues que está totalmente dedicado a servirse a sí mismo eso me parece que es muy claro y quizás sea bueno partir de que de que nos parece devastador ese triunfo y retador ese triunfo y exigente para las democracias de todo el mundo y sin embargo como estamos hablando desde la humildad del intento de entender qué es lo que sucede no sólo allá en eeuu que siempre es el espejo del mundo occidental sino que está ocurriendo en todas partes porque aquí también está ocurriendo pues es interesante pensar que quizás si hay un contraataque masculino como tú lo dices y es pues el esfuerzo del empeño de tener las riendas de tener el sartén por el mango, de como decías no pedir perdón antes de que empiece la vida, no nacer con un pecado original. original. De nuevo, tiene que ver con cómo el progresismo no está haciendo política, sino que está decretando la realidad. Está diciendo es que aquí tenemos que ser todos así e incluso cruzando líneas que a mí me han parecido pues violentas. Por ejemplo, decretarle a la gente que no puede creer en Dios, que no puede ser religiosa, que no puede considerar la familia como algo fundamental, como el centro de la vida, no puede ser el corazón de la vida de la familia. Había un progresismo que ya ha ido metiéndose en el fuero interno de la gente de una manera muy contradictoria porque justamente el progresismo está pidiendo que a la gente la dejen en paz, que la dejen hacer con su cuerpo lo que quiera, con su vida lo que quiera y que se viva en busca de la convivencia, de la inclusión, del respeto, de las libertades, de los derechos. Y sin embargo se le está diciendo a la mitad de la población todo el tiempo lo que tiene que pensar, lo que tiene que sentir, lo que tiene que decir. lo que tiene que decir, no hay ni siquiera una comprensión de que se está haciendo violento con ese otro lado. Y creo que este es otro llamado a eso. Incluso yo mismo lo he pensado muchas veces desde hace unos 10 años y me lo exacerbó el resultado del plebiscito de los acuerdos de paz. Incluso solemos pensar que tenemos que comunicarnos con ese otro mundo y no se nos ocurre pensar si ellos quieren comunicarse o si son. si ellos quieren comunicarse o si son. Siempre estamos pensando que lo lógico, lo justo, lo correcto es el progresismo. Y creo que nos toca pensar dos veces cómo dar con una lengua en común. Para seguir Ricardo con las explicaciones, creo que hay una tercera revuelta. Ya mencioné la revuelta de los no educados en contra de esas élites que celebran sus privilegios. Ya señalé la revuelta de los hombres jóvenes que protestan con esto en contra de esas nuevas formas de puritanismo inquistadas en buena parte de las universidades pero también en otras partes de la sociedad y voy a mencionar otra revuelta, la revuelta de los Amish, más local quizás una microhistoria voy a llamarlo así, pero interesante en este resultado de la elección de los Estados Unidos antes de llegar al núcleo del argumento quiero hacer un pequeño paréntesis interesante de cómo algunas de las cosas que se dicen durante las elecciones no terminan siendo ciertas. Recuerdo que días antes de la elección, un domingo, hubo en el Madison Square Garden en Nueva York una gran reunión política del partido republicano. Mucha gente habló, entre ellos un comediante que terminó insultando a los puertorriqueños y eso causó una ola de indignación protagonizada por Bad Money, Jennifer López y demás. Pero hubo al mismo tiempo, simultáneamente a la indignación, muchas explicaciones, muchas formas de decir o de anticipar las consecuencias que iba a tener lo que había pasado allí. Hubo muchos cálculos demográficos diciendo mire, hay 500 mil puertorriqueños viviendo en el estado de Pensilvania. Quien gana el estado en Pensilvania va a ganar la elección. Ese día Donald Trump perdió la elección. elección. Demográficamente está perdido. Estos 500 mil puertorriqueños indignados o una mayoría de ellos va a ser la diferencia. Eso no ocurrió. Y quizás hubo otro resultado que tuvo un impacto, una consecuencia más grande, y es el que tiene que ver con estas comunidades religiosas. También el estado de Pensilvania, en las comunidades Amish. Llegaron allí en el siglo XVIII, no utilizan ningún tipo de tecnología, ni motores de combustión, ni teléfonos celulares. Se dedican muchos de ellos a actividades agrícolas, son campesinos en última instancia. Algunos de ellos, sobre todo las generaciones más jóvenes, ya han aventurado en otro tipo de negocios, pero el núcleo son comunidades campesinas. Y en enero de este año ocurrió un hecho circunstancial. La autoridad sanitaria del estado de Pensilvania cerró un negocio de la comunidad Amish de uno de sus líderes porque estaba vendiendo leche no pasteurizada. de uno de sus líderes porque estaba vendiendo leche no pasteurizada. Pocos días después, el entonces candidato Donald Trump trinó diciendo por qué las autoridades no se dedican mejor a perseguir los pedófilos, no a acosar a estos campesinos. Trump había estado allí, había hecho parte de esta. Había estado allí, había estado en una reunión con esta comunidad en el año 2016 y después de lo ocurrido en enero, esta comunidad que había sido apática y había decidido no participar en las elecciones, decidió movilizarse y colectivamente participar y le aportó decenas de miles de votos en Pensilvania a la campaña de Donald Trump. Recuerdo, Ricardo, que yo leí hace ya 10 años, quizás un poco más, una columna de Humberto Eco que contaba cómo en los años 70 Ronald Reagan tomó una decisión política de acercarse a las comunidades cristianas. Jimmy Carter, con quien estaba compitiendo, era el verdadero cristiano, el hombre que creía, la persona religiosa. No lo era tanto Reagan, pero Reagan tomó la decisión política de decir, acérquense aquí, estas comunidades cristianas, como la Amish y muchas más, y nosotros vamos a defender los valores. Esa estrategia política de acercarse y de hacer parte de la agenda del Part republicano las agendas religiosas asociados a comunidades cristanas también fue importante en la elección en general y tuvo en pensilvania esta micro historia como la llamé de la comunidad amish que resultó siendo en retrospectiva mucho más importante que lo otro, las otras formas de indignación anticipadas, por ejemplo, de las comunidades latinas y puertorriqueñas en particular. Estas historias que hemos contado, Ricardo, yo creo que nos permiten entender de alguna manera lo que está ocurriendo en Estados Unidos y es una forma de practicar lo que tú recomendaste en tu columna y es humildad, tratar con realismo de entender lo que está ocurriendo y estas explicaciones que yo he tratado de dar aquí y allá, yo creo que también para una persona como yo que ha habitado el mundo política, tienen algo de autocrítica o de abrir los ojos a lo que está ocurriendo, no solamente en los Estados Unidos, sino en buena parte del mundo, con las tendencias económicas y culturales. Alejandro, cuando yo pienso en los Hamish como cualquier cinéfilo ochentero, pienso en una película que se llama Testigo en Peligro. ochentero pienso en una película que se llama Testigo en Peligro es una película de un cineasta australiano que se llama Peter Weir la protagoniza Harrison Ford que entre otras hizo un mensaje maravilloso pidiendo que se votara por Kamala Harris y es una gran película Testigo en Peligro sobre un policía pues con todas las características con la fuerza y la incluso la histeria de un policía neoyorquino que tiene que pasar una temporada en un en tierra amish en filadelfia justamente y es una película ya lo decía muy conmovedora pero también muy iluminadora porque uno si ve lo que es un choque de culturas y quizás eso es lo que estamos viendo en esto en estas elecciones y en esta época del mundo, cómo las culturas tienen zanjas entre ellas y son incapaces de establecer contacto y parecen a punto de una guerra cultural. Realmente es lo que uno siente cuando ve el resultado de las elecciones. Esto es una guerra cultural y la gente educada ha creído que su educación la pone por encima, que está por encima de los demás y esees que creen que el deporte no es la pena. En fin, hay una fantasía intelectual de superioridad y superioridad moral que es un problema cultural ya en este punto. Hablo de Testigo en Peligro porque es un encuentro de mundos y ese es el tema en general de las películas de Peter Weir, que tiene la sociedad de los poetas muertos y tiene Truman Show, tiene Matrimonio por Conveniencia y Galípolis, una cantidad de películas australianas y luego otras en Estados Unidos. Pero su tema suele ser ese encuentro de culturas. Pero su tema suele ser ese encuentro de culturas. Y entonces me parece que es otro de los temas que hay que pensarse ahora en términos políticos. Es por qué estamos enfrentados culturalmente a estas alturas de la democracia. Lo que escribes de el Madison Square Garden y esa rally republicano-trompista que algunos compararon con el encuentro pro-nazi de los años 30 en el mismo lugar, en el Madison Square Garden. la historia sobre Puerto Rico y todos los pulsos que se han vivido con Puerto Rico en Estados Unidos hay muchas historias sobre Puerto Rico y su tensión con el resto de Estados Unidos empezando por West Side Story pues es una magnífica pregunta como un político hoy sí tiene que entender eso, que no se puede igualar a las culturas, ni se puede negar las culturas, ni se puede aplastar las culturas, ni se puede jugar con eso está visto que los latinos los inmigrantes en general en Estados Unidos no necesariamente votaron por Kamala Harris incluso Trump logró poner a muchos más de su lado crecer en votos de inmigrantes a pesar de tener ese discurso anti-migrantes y entonces también hay que pensar si la gente se siente más llamada por ese por esa libertad y por esa pues vocación a no hablar tanto es que el momento en que Trump dijo yo no hablar más en este presentación meación, me voy a dedicar a bailar, a mí me parece que fue pues muy extraño, delirante sin duda, pero creo que también encarnó pues el hartazgo de la gente que no quiere que le sigan hablando y hablando y hablando para nada. Entonces, bueno, es un tema que queda abierto. Creo que es de pensar, es de reconocer dentro de uno mismo todo lo que está pasando en estos tiempos. Es como tú decías, que está en la columna, Es como tú decías, que está en la columna, pues un llamado a dejar de pensar que los que no están de acuerdo con uno son idiotas e ignorantes y más bien, pues un llamado a aprender a vivir en la realidad, con los pies en la realidad. Un abrazo Ricardo.