
Este episodio del podcast "Tercera vuelta" nos sumerge en un análisis crítico de la transmisión televisada de un Consejo de Ministros en Colombia. Los anfitriones, Ricardo Silva Romero y Alejandro Gaviria, discuten las implicaciones de este evento con un enfoque en cómo la política se entrelaza con el espectáculo. Examina la autenticidad, la representación mediática y las tensiones inherentes entre la transparencia y la teatralidad en la administración del presidente Gustavo Petro.
Capítulos
Teatralidad y Autenticidad en la Política
El análisis comienza con la discusión de un Consejo de Ministros televisado, que se percibió más como un espectáculo que como una reunión de trabajo. Alejandro y Ricardo debaten sobre la imposibilidad de ser auténtico ante cámaras y cómo la puesta en escena desafía la verdadera transparencia.
La Democracia como Espectáculo
Se explora la idea de que la política moderna tiene un elemento de espectáculo, comparable con el entretenimiento. Se reflexiona sobre cómo personajes como Trump y otros políticos han convertido la política en un escenario mediático.
Dinámica Interna de un Consejo de Ministros
Relatan experiencias personales y anécdotas sobre el funcionamiento interno del Consejo de Ministros. Describen la dinámica de poder, el rol del presidente y cómo las jerarquías afectan las discusiones y decisiones.
La Paranoia Política en el Gobierno
Abordan la paranoia política dentro del gobierno, destacando cómo las percepciones de enemigos internos y tecnocracia pueden afectar la administración efectiva. Se discute el desafío de mantener burocracias funcionales ante cambios políticos drásticos.
Conclusiones sobre un Gobierno de Espectáculos
Concluyen que el gobierno actual ha encontrado en la improvisación y el espectáculo un refugio frente a la ineficacia administrativa. Reflexionan sobre cómo este fenómeno no es exclusivo de Colombia, sino una tendencia global que afecta la percepción y funcionamiento de la democracia.
Conclusión
El episodio concluye con una reflexión sobre cómo el gobierno de Gustavo Petro ha utilizado el espectáculo y la improvisación para ocultar ineficiencias políticas, planteando un desafío considerable para el futuro administrativo del país. Este enfoque refleja una tendencia más amplia en el mundo, donde la teatralidad en la política puede ocultar o exacerbar problemas estructurales.
Menciones
- (Persona) Ricardo Silva Romero
- (Persona) Alejandro Gaviria
- (Persona) Gustavo Petro
- (Persona) Aristóteles
- (Persona) Platón
- (Persona) Edipo
- (Persona) Steve Bannon
- (Persona) García Márquez
- (Persona) Michael Ackershot
- (Persona) Susana Muhamat
- (Persona) Gustavo Bolívar
- (Lugar) Colombia
- (Lugar) Estados Unidos
- (Org) Consejo de Ministros
- (Org) New York Times
- (Producto) Wayfair
- (Fecha) segunda década del siglo XXI
- (Concepto) teatralidad de la política
- (Concepto) transparencia gubernamental
- (Concepto) democracia como espectáculo
- (Concepto) paranoia política
- (Concepto) burocracia estatal
- (Concepto) progresismo
- (Cita) La única forma que fuera auténtico sería cámara escondida, pero no fue cámara escondida.
- (Cita) Todos los sistemas políticos fracasan, pero la democracia fracasa mejor.
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No, esto era una puesta en escena que de manera involuntaria se fue convirtiendo en una comedia Un podcast de El Locutorio, arroba ellocutoriodc. Hola Ricardo. Hola Alejandro. Suenan las notas marciales del himno nacional. Suenan, suenan en el alma y en el aire. Esta semana Ricardo hubo una transmisión televisada a un Consejo de Ministros, tuviste la oportunidad de verlo, apasionante, yo vi un rato con toda la seriedad del mundo, con toda la... ¿En familia? No, no me daba vergüenza ponerlos a todos a ver el Consejo de Ministros, entonces lo vi yo un rato y me fui perdiendo el interés con el paso de las horas y ya el resto me fui enterando por mensajes de WhatsApp que iban llegando aterrados o por las redes que fueron documentando. El interés me parece un poco patriota. Es poco patriota, sí. Y muestra que tu compromiso con la democracia es cuestionable. Es débil, es deficiente. Que se me vino a la mente Ricardo esta idea como de la civilización del espectáculo. Sí, eso fue lo que fue. Hay esta frase famosa sobre la política que trata de insinuar que incluso en las democracias hay un valor de entretenimiento. Sí. Que es una idea un poco cínica. Sí, un poco cínica. Emparentada con esa otra idea que decían que la política después de todo no era otra cosa que la farándula de los feos. que la farándula de los feos. Sí, yo he tenido a veces la sensación de que en Colombia la farándula son los políticos, porque uno sí ve que en Estados Unidos la distinción es clara, los políticos son unos señores más bien grises, bueno, hasta la llegada de Trump, los políticos eran más bien unos señores encorbatados, más bien distantes, mientras Hollywood cumplía con la tarea de crear ahí unos semidioses con los que uno podía sentirse identificado o no, o volverlos chivos expiatorios. Me parece que en Colombia, no sé si porque las revistas de Jet Set y todo eso eran muy cercanas a la política, la farándula han me falla, Michael Ackershot, que fue director o presidente de London School of Economics. Sí. Y él tenía una visión escéptica de la política. Era un liberal con cierto desprecio a ciertas dimensiones del Estado. Y decía lo siguiente, era un comentario un poco cínico. Decía, todos los sistemas políticos fracasan, pero la democracia fracasa mejor. Lo hacen con una forma, tienen un estilo. Y digo esto porque eso era una defensa de las formas de la democracia. Y a cierta majestad, y cierta solemnidad, y cierta forma como las democracias se relacionaban con la gente. Y yo creo que esto se perdió un poco esta semana. De hecho, uno relaciona, no sé, Aristóteles, uno si ha leído La República de Platón, bueno, si ha estado pendiente de Edipo, bueno, todas esas cosas. Uno siente que hay como un cruce de la democracia con el teatro, con el diálogo, con la oratoria. Ahí en el origen de la democracia y todo esto hay cierta vocación a la presentación en público. Sí, a la retórica, en el buen sentido, pero está lleno de dignidad, digamos, y de valor y de coraje y belleza incluso en la experiencia. Esto que vimos esta semana, pues es todo lo contrario. eso lo alcancé a ver yo en directo dice yo no quiero que esto sea teatro y dice más o menos quiero que seamos auténticos lo cual de entrada es imposible se presenta la idea de un consejo de ministros en vivo e indirecto como si fuera un acto de transparencia y eso es imposible una vez hay cámaras como en los realities pues todo el mundo está interpretando un papel y está buscando el ángulo que le queda mejor y está tratando de hablar hacia la gente. Ya no está en una reunión de trabajo, sino en una obra de teatro. Interesante que haya dicho esto. La única forma que fuera auténtico sería cámara escondida, pero no fue cámara escondida. Cámaras de seguridad. Pero claramente él, empezando por él, estaba haciendo una representación. Totalmente. Él estaba transmitiéndole a la gente un mensaje. O sea, esto ya no era una reunión. No. Esto era una puesta en escena que de manera involuntaria se fue convirtiendo en una comedia. Y la comedia después es una farsa de alguna manera, porque pensar que no era teatro y que la gente no va a estar pensando en la cámara y que los están viendo millones de personas es imposible. Es imposible, era clarísimo que además había una disposición de toda la sala. Bueno, tú conoces los consejos de ministros. Los ministros están en unos puestos fijos. Fijos, que obedecen a unas jerarquías. Siempre está el presidente de un lado, está el ministro de Hacienda y está el canciller y la vicepresidenta al frente. Y según las jerarquías que creo que obedecen al momento en que los ministerios comenzaron a funcionar. El ministerio de salud, que se llamaba higiene en su momento, fue anterior al de educación. Por lo tanto, el de salud tiene una jerarquía un poco mayor en esa forma como se sienta. Sí, hay una agenda. Usualmente la agenda está en empresa y puede estar en el puesto de cada uno. La atención del presidente es fundamental. Yo estuve en algunos de esos consejos de ministros en este gobierno. ¿Tu puesto era...? Mi puesto fue cambiando, pero siempre estaba como a tres o cuatro puestos del mismo lado del presidente. O sea, yo lo miraba de ladito. No funcionaban muy bien los micrófonos por alguna razón. Siempre tuvimos problemas de sonido. Era difícil de escuchar en algunos momentos. Y yo le decía a mis compañeros en su momento que había dos tipos de consejos de ministros. Tipo A y tipo B. En el tipo A el presidente hablaba, regañaba, transmitía esta idea de que él era el revolucionario y los otros no. Ah, eso no es de ese concepto. No, eso ha sido desde el principio. Ah, qué curioso. Porque pensé que era como el gran fracaso reconocido. Sí, yo lo miraba como un esfuerzo de él por decir todos tienen que entender mi visión del mundo y de alguna manera una convergencia tiene que existir con mi ideología. Ese era el tipo A. El tipo B era la indiferencia. Él estaba no sentado de manera recta en la silla, sino como escurriéndose, mirando al celular. Mientras todos presentaban... Mientras los otros trataban de hablar mirándolo a él, pero la falta de atención del presidente del Consejo de Ministros destruye cualquier posibilidad. Y en esos segundos había mucha lluvia de ideas. Cualquiera hacía cualquier cosa. Nunca en ningún Consejo de Ministros de lo que yo estuve se completó la agenda ¿Tú lo alcanzaste a contar en la explosión controlada? En la explosión controlada yo cuento algo de esto y cuento incluso algo que me pasaba que era un poco chistoso después de cinco horas ahí yo me tenía que salir un rato como a respirar iba al baño y me echaba agua en la cara y decía esto es el caos claro, eso no tiene articulación digamos, quizás es lo que pasa esos consejos de ministros a mí me llegaron por mi mamá que fue que trabajó en gobiernos y fue entre otros cargos secretaria del consejo de ministros y era un cargo que le fascinaba porque era anotar todo lo que pasaba en el Consejo, llevar las actas y pasarlas después a mano en unos libros que eran históricos. O sea, entre esos libros estaban todo lo que ha sucedido en todos los gobiernos de la historia de Colombia y eran secretos importantísimos y absolutamente confidenciales hasta no sé cuántos años después. No sé si se pueden consultar los 15 o años después. Por ejemplo, recuerdo que la gente quería leer el Consejo de ministros de cuando el palacio de justicia fue muy importante probablemente porque definieron cosas este día que de pronto hubo un golpe de estado que el presidente perdió el control de lo que estaba ocurriendo creo que uno lo consulta y queda claro pues que no hay todas las teorías de conspiración se caen un poco pero claro este secreto de estado pues tiene una razón de ser y una importancia y también es una cosa muy extraña de haber visto ese Consejo de Ministros. Es como claramente ahí no van a hablar de nada importante, de nada secreto, de nada que defina, por ejemplo, la seguridad de la gente. Tienen que estar haciendo un espectáculo de otro orden. Están hablándonos, es a nosotros, no están hablando entre ellos. En algún momento, Ricardo, en esos primeros meses de gobierno, comenzó a existir una especie de tensión o conversación. Y de un lado había un grupo de ministros, el presidente muchas veces favorecía esta visión de que todo era político. Sí. O sea, que básicamente el Consejo de Ministros era una reunión política. Y como era una reunión política, probablemente también se podía transmitir. Claro. Otro es que no, que los Consejos de Ministros eran para tomar decisiones, que había que traer argumentos, yo no sé si llamarlos técnicos, pero había que tratar de tomar decisiones con la mejor información posible, que había que tener un diálogo. Pero esos que decíamos esto comenzamos a ver como personas extrañas, como los tecnócratas que tratan de impedir el desarrollo de una agenda de gobierno. de impedir el desarrollo de una agenda de gobierno. Y desde ese momento, desde ese instante, empezó a existir esta suerte de, no sé, idea de que hay un enemigo interno, hay una tecnocracia, hay ciertas formas de gobierno que conspiran contra el gobierno Petro. Esa paranoia le ha hecho mucho daño al gobierno. Mucho daño. Ahora hablábamos de el texto que hay en el New York Times de Ezra Klein sobre el método Trump que confiesa Steve Bannon que era el asesor del primer Trump que confiesa Steve Bannon que es básicamente lanzar cuatro, cinco noticias más bien descabelladas. Todos los días, todos los días, otras semanas. Ayer Trump produjo por lo menos cinco noticias descabelladas y entonces uno no sabe por cuál irse. Y uno viendo ese consejo de ministros uno sí siente que es un poco el mismo método, es hablar y hablar y hablar. Entonces uno no sabe si ponerse a hablar del sancocho nacional. sea comida y uno es la yuca o puede ser que uno sea el ajito, es más rico. O el achote, que es lo que le da el sabor al sancocho costeño. La yuca es la yuca, el achote es el achote, la papa es la papa, el ñame es el ñame, la carne de res es la carne de res, o si es pescado es pescado, o si es de pollo es de pollo, o las tres juntas, la de cerdo que le dicen trifásico. Pero hermano, si no se hace un sancocho, lo dijo Bateman, no se gana. Que alude a Bateman y a su alegría y revolución alegre, digamos, o uno no sabe si hablar de que según Petro el feminismo hace daño a los hombres. Implica que ni el hombre destruye a la mujer, ni la mujer destruye a la mujer. Yo he visto feminismos que destruyeron al hombre, como he visto hombres por montones, por millones, que destruyen a la mujer al punto que la matan. O uno no sabe si hablar de que Gustavo Bolívar ama al presidente. Si sacrificamos tantas cosas porque amamos este proyecto, lo amamos a usted presidente, y yo a usted lo amo. Se lo digo con toda sinceridad. Y por usted, hasta el último día, pase lo que pase, voy a estar aquí defendiendo este proyecto, presidente. Es decir, hay tanto ruido en ese consejo, la dignidad de Susana Mujamat, que no se quiere sentar más con Benedetti, pero igual se quedó, se queda sentada. En fin, hay una cantidad de cosas que uno puede elegir allí, de tal manera que uno no alcanza a notar qué es lo que está pasando. Toma el audiocurso de escritura ficcionario en ellocutorio.com con Ricardo Silva Romero. Me parece, desde un punto de vista de forma que podría escribir incluso una novela de esa manera, ¿no? Como está todo, pero en el fondo no hay nada. Es una cosa profusa pero vacía. Sí. Y eso está pasando con el gobierno. Y eso lleva a una cosa que no es buena para el país. ¿Qué sabemos del catatumbo hoy? No, ni idea. ¿Qué sabemos del plateado? Que era la gran noticia ahora. Fueron por una semana, estuvieron allá en un consejo de ministros, algo pasó, hubo un seguimiento, nos van a presentar una idea de lo que está ocurriendo. Ya se nos olvidó. Ni idea. Las relaciones con los Estados Unidos. ¿Qué está pasando? ¿Hay algún intento por transmitirle a la ciudadanía información veraz sobre un asunto complicado? Nada. Nada. Todo es este espectáculo permanente. Es un espectáculo constante. Que yo no sé, Ricardo, si es una estrategia diseñada por un comunicador perverso o es simplemente algo que se encontraron, de que esta improvisación permanente es una mampara, es una cortina para esconder que es que el sistema no funciona, que el Estado no sirve, que la democracia se queda corta y que lo único que queda es hablar y deliberar y conversar. Y si fuera no una novela, sino una obra de teatro, entonces uno vería a una gente como doce hombres en pugna, una gente como en una mesa larga, estilo la última escena, hablando y hablando y hablando, y mientras tanto los ayudantes de trasescena van desmantelando el lugar, que es lo que uno siente, mientras esta gente habla y habla y habla, están desmantelando el estado, están desbaratando todo hasta que no queda escenario, no quedan sillas y nadie puede ni ver esa obra, yo sí creo que está pasando, es un fenómeno no solo de acá, sino en general es que lo que hace mi ley es semejante desmontar el Estado no creer en el Estado, pero hablar y tener un discurso en el que incluso creo que pueden creer estar el Estado, pero hablar y tener un discurso en el que incluso creo que pueden creer, estar convencidos. Completamente. Sí, es impresionante. El presidente habla mucho de lo colectivo, habla mucho de los valores comunitarios que salen desde abajo. Pero yo creo que hay una gran paradoja, una contradicción, trágica si se quiere, y es que su virtud política más esencial es solitaria. Sí, es solitario. Son sus discursos en forma de soliloquios. Esta libre asociación a la que está dedicado, sobre todo en los últimos meses, es un lobo solitario que habla y habla y habla, y eso es lo que va quedando del gobierno. Impresionante. Es el soliloquio. Como que todo lo demás se va yendo y no hay nada más. Y vamos convergiendo hacia eso. Y es la misma convicción de un actor frente a su auditorio. Es decir, casi que a veces no importa el contenido del monólogo, sino el monólogo mismo, el hecho, el hecho de pronunciarlo, de tal manera que no sé si es admirable, pero sin duda es una habilidad. Eso de decir, yo no es que haya tuiteado en la madrugada a las tres y pico, una barbaridad, sino que madrugué a trabajar. Esa capacidad, como esa caradurez, yo no sé cómo será la condición que se puede mencionar allí, es increíble y es lo mismo que ser una persona que estigmatiza fácilmente a los otros. Ese Consejo de Ministros arranca con mensajes contra gente muy cercana para no entrar en el tema y inmediatamente es una estigmatización, pero luego con el mismo tono y la misma convicción habla contra el dogmatismo, contra el dogmatismo, contra el sectarismo, y es la misma convicción, porque lo que importa es pronunciar el monólogo, es no perder al auditorio, es de nuevo lo que hemos estado diciendo, el cruce entre la actuación, el espectáculo y la política. Creo que era García Márquez quien decía que el gran personaje mitológico de América Latina era el dictador. Escribió el Otoño del Patriarca. Yo, el Supremo, el señor presidente. Estos aurelianos todos tienen modos de dictador. Exacto. Los de Cien años de soledad. Los de Cien años de soledad, pero también yo, el Supremo, tiene esta cosa del hablar, el hablar. Señor Presidente, también lo tiene, de Miguel Ángel Asturias. Y así hemos tenido muchas novelas de dictadores que fue un género setentero. Nadie se imaginaba que en la tercera década del siglo XXI íbamos a tener ese personaje mitológico en otra forma. Es impresionante cómo son relevantes esos libros. Yo los estuve mirando hace unos meses y son lo que está pasando. Y es muy triste, ¿no? Es triste. Yo he abierto al azar también, yo el Supremo, que lo tengo ahí, de Roa Bastos, y he abierto al azar el Otoño del patriarca y se conecta uno uno entiende esa voz y el otoño del patriarca tiene esa afinidad entre fondo y forma y es que ese discurso, ese monólogo se va abriendo todo, o sea la forma desbarata el fondo y todo se vuelve hipérbole totalmente todo es hipérbole. Totalmente. Todo es hipérbole. Todo es hipérbole, que es un poco lo que está pasando. Lo que se vio en el Consejo y lo que hemos visto estos años ha sido hipérbole. También me parece, y este es un tema más complejo y que me genera un poco más de indignación, esa racionalización exposa, esa forma en retrospectiva de decir, no, mire lo que ocurrió fue un hecho democrático. Nosotros le mostramos al país cómo funciona el Estado de verdad. Todos los otros gobiernos en 200 años han hecho estas cosas al escondido. A mí me impresiona mucho y hay una frase que cada vez me gusta menos y es el primer gobierno progresista. Me parece de un desconocimiento de 200 años como dicen ellos de historia una perversidad decir que es el primer gobierno progresista y es el chip que está instalado para reaccionar a cualquier cosa, entonces el tweet de las 3 y media de la mañana no es absurdo cuando cualquiera que lo lea con objetividad ve que ahí hay un delirio sino que es la primera vez que alguien muestra dignidad contra Estados Unidos y creó una senda que copió Canadá y copió México o lo mismo ese consejo de ministros es una elección democrática, democrática, de transparencia. Repito, no puede haber transparencia si la gente sabe que la están filmando. Eso no es posible. Entonces esa habilidad que todo el mundo ha desarrollado, como ese sexto sentido que ha desarrollado el activismo a favor del gobierno para justificarlo todo a mí me parece sobre todo triste y sobre todo dañino porque la izquierda a mí me parece muy importante somos repetimos de familias que vienen de izquierda la izquierda ha sido vital y ha sido una resistencia en Colombia para terminar jugando malabares y justificando cualquier barbaridad en vez de ser superiores al personaje. Otro elemento en ese Consejo de Ministros donde Petro asume como otro papel, ya es el político pragmático, Petro asume como otro papel, ya es el político pragmático. El que acusa a la izquierda es sectaria. Eso es increíble. El que acusa al feminismo, como ya lo dijimos. Y él se vuelve el que quiere otra vez tener un gobierno de diferente. Otra vez el acuerdo nacional que me pareció. Pasa del agitador al negociador, del negociador al agitador. Un caos, un caos. Hay otros, hay unos lectores que saben interpretar el Consejo de Ministros a favor, pero hay otros que también lo leen como una conspiración diabólica, que también a veces me preocupan, que es la gente que empieza a decir esto aquí hay algo extraño esto no se hace porque si esto significa que esta gente se va a quedar en el poder y están ahí dando puntadas y que benedetti esté al lado significa esto y esto y eso también una sobre interpretación desde el miedo, que a mí me parece también preocupante, porque termina la gente pensando mal, pues de tanto miedo, empiezan a sobrevalorar al presidente como lo sobrevaloran los que lo defienden. Suponer una sofisticación estratégica que no tienen. Yo no creo que haya eso. Para ir terminando, Ricardo, hay algo que yo he aprendido en esas conversaciones y que ha sido, creo que, una especie de obsesión tuya y es la defensa de esos burócratas. Es una columna hace un tiempo de los diplomáticos, las historias de tu mamá, donde ese ejercicio de gobierno, yo lo entiendo de esta manera, voy a decirlo de esta forma, como una especie de aplicación diaria permanente de la ecuanimidad. Sí. Todos los días trato de tomar las mejores decisiones y esa ecuanimidad que definía a mucha gente que trabajó en el EFTA y esa práctica diaria de la ecuanimidad que definía a mucha gente que trabajó en el EFTA. Y es la práctica diaria de la ecuanimidad. Eso se está perdiendo. Se está perdiendo. Mi mamá pasó del gobierno de Turbay al de Betancur, del de Betancur al de Barco. Y había unos funcionarios de carrera, digamos, en esos ministerios, que yo creo que todavía los hay, que eran de una seriedad y de un amor por eso, por el ministerio o, como un amor de patria real. Era muy conmovedor ver a esa gente funcionando. Cuando yo vi ese consejo de ministros, yo pensaba, estos ministros hay muchos que son serios. Algunos que quieren ser serios, se levantan todos los días. Hacen lo que pueden, como la ministra de justicia que de pronto dice, menos mal estamos ya fuera del aire y todos vimos el video. Y sabemos lo que está ocurriendo y es que la paz total no funcionó. Exacto. Pero hubo también en parte de ese Consejo de Ministros comentarios negativos para esta gente, que hoy los ven como los infiltrados, los enemigos internos. Sí, terrible. Y con todo lo que ha pasado, yo creo que una de las cosas graves que va a tener una consecuencia, un impacto en los próximos años es que mucha de esta gente ha salido del Estado. Sí. Yo siempre me llega una entidad pública, un ministerio, esta persona lleva aquí 15 años, está allá 20, está allá 25, sabe todo. Todos esos procesos, los presupuestales, los legales, esa memoria. Y eso se ha venido perdiendo. Te voy a dejar una tarea, Ricardo. Estoy listo. Yo quiero que le preguntes a tu mamá cómo hubiera escrito el acta de este Consejo de Ministros. Perfecto. Y nos cuentas en un próximo episodio. Exacto, eso es lo que vamos a hacer. Pero le va a tocar ver una parte de las cinco obras. Aunque ella, como yo creo que les pasa a todos estos funcionarios serios sigue pegada a las noticias y pendiente de que las cosas no se descarrilen tanto antes de despedirnos Ricardo quiero volver con un tema de un episodio pasado que hemos llamado aquí en privado el Kenagate tal cual aconsejan que las justificaciones que hemos llamado aquí en privado el Kenagate. Tal cual. Aconsejan que las justificaciones usualmente son ineficaces. Los amigos no las necesitan. Quienes no nos quieren mucho nunca las van a aceptar. Cierto. Cuando yo hago alguna justificación o trato de explicar algo que ocurrió. ¿Sabes cuál es la frase más común? ¿Cuál? No aclare que oscurece. Sí, eso siempre es así. ¿Pero queremos decir algo? Sí, no queremos que parezca desdén, como que a uno no le importa que a alguien le duele algo. El contexto de la conversación era los años 70 y no era ni siquiera la música, era la política de los años 70, las manifestaciones culturales asociadas a esa política. Y en el fondo estábamos hablando de lo que nos pasó a los dos, era una reflexión más sobre nuestra vida, sobre nuestra familia. Familia de izquierda. Yo dije por allá en una de esas preguntas que me hicieron que incluso Eduardo Galeano se arrepintió de las venas abiertas de América Latina, que era básicamente el texto icónico de esa época. Y nosotros hicimos un comentario sobre esto, como de alguna manera esas ideas políticas de entonces no pueden ser extrapoladas a esta época que es distinta, eso era como el sentido si, el objeto del chiste claramente que a mi me tomaba por sorpresa y me morí de la risa pues obviamente el objeto del chiste no era la quena ni su cultura ni la cultura indígena, sino el reciclaje de la protesta e incluso el cliché de la protesta. Ese era el chiste y realmente a mí me parecía un buen chiste. Me moría la risa. Y como todos los chistes tenían algo de sacralización, el cliché de eso y se asociaba a esa música y uno jodía, básicamente. Pero a mí lo que más me impresionó del asunto, es decir, ya después de un punto uno trata como de no estar muy pendiente de los comentarios ni nada como para no regodearse en la situación. Pero a mí sí me impresionó que había cierto sesgo de confirmación. Es decir, la gente que de entrada pensaba que uno era clasista o racista o arreglista o todero o lo que fuera, pues como que se sentía por fin que había reunido las pruebas de que uno incluso era mala persona. Lo que tú dices de empezar a explicar, pues es que termino diciendo es que yo sí soy buena gente y yo, por supuesto, amo la cultura colombiana. No he hecho sino hacer libros sobre Colombia, en fin, uno puede empezar a decir una cantidad de cosas que... Mire que yo no soy así, mire que yo no soy así. Mire que yo no soy así, y es hasta peor, termina siendo... Peor, sí, es peor. Peor. Sí, pero en todo caso lo que me impresiona es que para creer que uno desprecia su propia cultura o la cultura indígena, o un instrumento, o la música, dicho sea de paso, mi papá en su oficina, mi papígena o un instrumento o la música. Dicho sea de paso, mi papá en su oficina, mi papá murió hace ocho años, pero en su oficina tiene una colección de flautas. Hay quenas. Va a tener que regalar una foto. Voy a traer la foto. Pero dicho sea de paso, lo que estaba diciendo es para creer que uno odie alguna cosa de esa sucesiente superior, hay que pensar básicamente que uno es idiota, que uno es un idiota que desprecia las culturas indígenas. Y eso sí me impresiona. Y que gente que lo conoce a uno y que lo tiene a uno en el WhatsApp se sume a la indignación y a la decepción. Cuando alguien le dice a uno qué decepción, uno inmediatamente quiere responderle de acuerdo. Qué decepción. Hay como dos cosas. Mire que yo no soy así. Cuando estaba pasando todo esto y llegaban los comentarios, yo tenía encima de mi mesa de noche un libro de poemas de Ernesto Cardenal, que es un libro sobre las comunidades indígenas. Lo tenía ahí y me gusta y lo leo. Además es un poeta fantástico. Pero lo que me parece más interesante de todo esto, Ricardo, es, lo voy a llamar de esta manera, la sociología del ostracismo. Cuando pasa esto en una red social todo el mundo se quiere sumar en esa indignación. Incluso personas que uno conoce, que lo conocen a uno, empiezan a insultar. Sí, qué impresión. Es aquel que está siendo expulsado de la comunidad y la gente falsifica sus preferencias y lo que cree uno para sumarse a ese señalamiento. Lo que sabe uno. Es una sociología extraña. Es una sociología extraña donde todo el mundo quiere, no sé, sumarse a esa indignación y la indignación sustituye el pensamiento, pero sustituye incluso pensamiento, pero sustituye incluso, no sé, cierta postura ética. Porque si lo conocen a uno, ¿para qué se va a sumar a ese coro sin sentido? Sí, es muy impresionante porque, bueno, es decir, uno nunca se ha creído mayor cosa. Incluso estamos haciendo nuestro libro que sobre sobre luchar con el tema del amor propio y uno dice pero esta gente que sabe que lo tiene a uno que lo conoce como aprovecha la oportunidad para desconocerlo es para no este tipo yo no lo conozco. Sí, es el ostracismo. Tiene un lado también humorístico. Uno después de un rato empieza a ver… Sí, sí, después es grotesco, es grotesco. uno termina como pensando lo que dijimos entonces y es pues uno no quiere que la gente se sienta ofendida pero ningún chiste es ofensivo como dice Ricky Gervais en un video muy interesante quedamos matriculados en la kenafobia ningún chiste es ofensivo y uno tiene que procurar como audiencia no confundir el objeto del chiste. El chiste, pues obviamente uno no va a estarse burlando de culturas ni de instrumentos, sino de farsas. Por eso es que es chistoso. Después de que esto se salió de proporción empezamos a recibir tanto insulto. porción y empezamos a recibir tanto insulto. Lo que sí me vino a mi mente, Ricardo, fue una expresión popular que ya se ha vuelto de moda. Es que uno dice bueno, ya, de malas. Sí. Nos lo enseñaron en estos años. Elige siempre un buen rato. Elige siempre una buena conversación. Tercera vuelta, el podcast. Suscríbete ahora y escúchalo cada semana en tu plataforma favorita. Un podcast producido por El Locutorio. Ellocutorio.com. Síguenos como arrobaellocutoriodc en redes sociales. ¿Cómo divertirse? De cualquier momento, en cualquier lugar. Paso uno. Vete a chumbacasino.com Chumbacasino.com ¡Lo tengo! Paso dos. Recoleta tu bonus de bienvenida. ¡Ven a Papá, bonus de bienvenida! Paso tres. Júntate cientos de juegos de estilo casino gratis. ¡Eso es mucho! ¿Todos gratis? Paso cuatro. Descansa tu entusiasmo. ¡Woohoo! 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