¿Por qué buscamos venganza?

¿Por qué buscamos venganza?

11 de may de 2025

Este episodio del podcast de El Locutorio aborda el tema de la venganza desde diferentes perspectivas, analizando su presencia en la cultura, la política y las dinámicas sociales actuales. A través de conversaciones y anécdotas, los presentadores Ricardo y Alejandro indagan en cómo la venganza se manifiesta tanto en la vida real como en la ficción, explorando el impacto de estas pulsiones en la sociedad.

Capítulos

La pulsión de la venganza

La conversación inicia explorando la pulsión de venganza que surge al enfrentarse a situaciones de injusticia. Se menciona cómo esta sensación, aunque reprimida, está presente en muchos, y se observa en la popularidad de los videos de paloterapia, una forma de justicia inmediata ejercida por comunidades.

Venganza en la cultura popular

Se discuten ejemplos de justicia y venganza en el cine y la literatura, como los héroes de películas setenteras y obras literarias clásicas. Se reflexiona sobre cómo la venganza ofrece una satisfacción al espectador, liberando pulsiones reprimidas.

Venganza en política y sociedad

Los presentadores hacen un análisis sobre cómo líderes políticos actuales explotan la demanda de venganza de sus electorados. Se menciona a figuras como Donald Trump y el impacto de las políticas vengativas en la política global.

La civilización y el proceso civilizatorio

Ricardo y Alejandro discuten teorías sobre el proceso civilizatorio que buscan reprimir la venganza mediante el desarrollo de normas sociales y el autocontrol. Se argumenta sobre la posible regresión de este proceso en la actualidad.

Relatos personales y conclusiones sobre la venganza

El episodio incluye anécdotas personales que ilustran pequeños actos de revancha y cómo estos reflejan pulsiones más profundas. Concluyen sobre la inevitable presencia del deseo de venganza en los seres humanos, aún en un contexto civilizado.

Conclusión

El deseo de venganza es una parte intrínseca de la naturaleza humana, que se manifiesta tanto en contextos personales como en la cultura popular y la política. Aunque las sociedades han intentado reprimir estas pulsiones en aras del proceso civilizatorio, la venganza sigue encontrando diversas formas de expresión, generando debates sobre su rol en la justicia y la convivencia social.

Menciones

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Yo quedé feliz de haberme vengado de gente que estaba haciendo algo terrible. Empecé a conversar con ella y vinieron las anécdotas y en algún momento me dijo que nosotros estábamos mejor con la FARC porque ellos castigaban a los violadores. Un podcast de El Locutorio Arroba El Locutorio DC Hola Ricardo Hola Alejandro Quiero que hablemos de un tema a propósito de una anécdota que conocí esta semana y que no sabía y es que los videos más populares en las redes sociales son lo que se conoce como paloterapia. Cuando la gente empieza a castigar a un delincuente, no capturado por las autoridades, sino cogido en flagrancia por la comunidad. Y cae al suelo y comienzan a darle con un palo o tratarlo de linchar a patada impresionante son populares muy populares y hay como este tema de que cuando yo lo veo tengo una doble sensación hay algo muy por dentro que está de acuerdo con eso o que hay como un sentido de justicia básico por allá metido, que uno dice sí, algo está pasando aquí que satisface como una pulsión básica pero después tiene la razón y dice esto es inaceptable esto no puede ser pero si hay una primera reacción muy básica. Muy básica. Casi que yo reprimo de manera inmediata, pero está ahí. Sí, yo también tengo como el instinto de no pensar así y se lo permite uno más bien en las ficciones. Uno se permite el deseo de que el personaje protagonista se vengue por lo que le hicieron hay todo un género de por ejemplo cine setentero con Charles Bronson o con no sé después más adelante Chuck Norris una cantidad de héroes Clint Eastwood que realmente lo que están contando es eso la historia de una venganza la misma Taxi Driver de Scorsese es un ajuste de cuentas y es prueba de que en ese momento, los 70s por ejemplo, sí se estaba viviendo un regreso de esa pulsión muy fuerte. Ahora pienso Ricardo que muchos de los superhéroes, Batman entre ellos, en el fondo son también vengadores. Y juegan ese papel y están operando por fuera de la justicia. Incluso ese señor aparentemente domesticado, Clark Kent, también es un vengador. Es un vengador de la sociedad y es un atajo a la justicia, o sea, una venganza. Exactamente. Se pone la capa y es aplaudido es aplaudido, el cine del oeste que hemos comentado otras veces pues es usualmente la historia de una venganza, de alguien al que una comunidad contrata para que ajuste las cuentas con los que los están sitiando, los que los están sí, no sé, arrinconando, dominando, subyugando, siempre hay unos pistoleros a los que contratan para ajustar las cuentas, como no sé, en los siete magníficos, en el otro día me estaba repitiendo una que se llama por unos dólares más de Sergio Leone todas son historias de venga y resuelva esto porque aquí no hay justicia y necesitamos a alguien que venga de afuera a poner orden está en el cine pero también en la literatura una figura como Jorge Luis Borges que uno se lo imagina sentado en una biblioteca absolutamente inofensivo siempre tuvo una fascinación por ese mundo el mundo de los cuchilleros el mundo gauchesco donde el honor y la venganza hacían parte de las normas de comportamiento cierto que estaban ahí y tenían que cumplirse es quizás la trama más repetida además en las telenovelas la trama del Conde de Montecristo, que es la historia más brillante de venganza que uno pueda encontrar, pues es un tipo que pierde todo, pasa un tiempo en calabozos y en el calabozo asume una identidad nueva, se escapa y llega a vengarse de todos los que le quitaron todo y esa es una trama que se repite mucho en las telenovelas y una trama con la que uno está de acuerdo, es una gran satisfacción para lector o espectador, lo mismo en Hamlet, lo mismo pues en tantas tragedias shakesperianas, es una satisfacción enorme como espectador, produce una catarsis muy extraña, como hablábamos, esas pulsiones quedan satisfechas cuando el vengador pone las cosas en su lugar. La sed de venganza para utilizar un lugar común. Exacto. Porque no es ni siquiera hambre, es algo más básico. Sí, es más urgente. Más urgente, sí. El superhéroe, el vengador, yo creo que es acompañado de otra figura que me parece un poco más trágica, que es la de la crónica de una muerte anunciada. Sí, más compleja. Donde es más compleja porque es de alguna manera la necesidad de la venganza que las normas sociales, la sociedad, los valores le imponen y casi que de manera reticente cumpliendo una obligación. Y como heroica, entre comillas. Estos señores sienten que tienen que vengar. Sí. En este caso la familia que ha sido mancillada. La familia crónica de una muerte anunciada. Exacto. Y es como la venganza también Carlos Fuentes y de García Márquez, que si no estoy mal, es una película que tiene una versión anterior mexicana, como de unos 20 años atrás, que es la historia de unos hijos que asumen la tarea de vengar al padre y es trágica y tiene como aires de tragedia griega incluso como muchas cosas de García Márquez tiempo de morir Juan Sallagó es el hombre que sale de la cárcel y que estos hijos se quieren vengar de él. Recuerdo haberla visto en televisión en esa época de los años 80 cuando había dos canales que íbamos a saber que ahora en este tiempo cada persona es un canal. Cada persona es un canal entonces es imposible entender nada. Vuelvo a Borges que es interesante porque él se autodenominaba cobarde, con cierta nostalgia de ese mundo donde había una norma social que obligaba al honor, la defensa del honor. El honor, claro. A pesar de que existía esa especie de consecuencia, quizás indeseada, de la venganza. Y la venganza podría, podía llevar o llevó muchas veces. De esto también se trata muchas de estas obras, estas dinámicas de refuerzo mutuo, ¿no? Yo mato para vengarme y eso ya no lo para nadie. Eso no lo para nadie. Hay justamente una obra muy respetada y leída por filósofos y por literatos y por historiadores y por abogados, que es la Seumenides. La Seumenides, pues es una, justamente un retrato de cómo se para el causa y efecto de la venganza, el infinito de la venganza, como detener el círculo vicioso de que una venganza lleva a la siguiente, a la siguiente a la siguiente, así, ad infinitum en las huménides es tan enredado, tan enrevesado todo que Orestes el protagonista mata a la mamá porque la mamá mató al papá y así de eso es una linda una linda familia y entonces va a juicio sus fiscales son las las eumenides un eufemismo porque porque realmente no se les quiere nombrar las eumenides quieren que lo castiguen pero el juicio el tribunal justamente decide que es el momento de parar la venganza él ha matado a su mamá porque su mamá mató a su papá y entonces ahora el tribunal decide tenemos que detener en algún momento tiene que parar y entonces es citada la Seúmenides como un llamado a la justicia y como una contraposición como un mensaje contra la venganza, contra ese infinito. No es claro que todos podemos escribir. Es claro que todos, con suerte y con vocación, podemos dedicarnos al oficio de escribir. Pero últimamente pienso que no solo podemos sino que debemos escribir. Escribir es la mejor terapia que tenemos a la mano. Bienvenidos a Ficcionario, un curso en audio sobre cómo y por qué escribir. Toma el audiocurso de escritura Ficcionario en ellocutorio.com slash ficcionario con Ricardo Silva Romero. Se me viene a la cabeza Ricardo Ricardo, una anécdota. No sé por qué. Las conexiones caprichosas de la memoria. Estaba yo en la campaña presidencial. Estábamos repartiendo volantes en la avenida Chile. Y se me acercó una señora que venía con una niña pequeña de 12 años. La señora parecía asustada y quería decirme algo. Y lo que me dijo fue, ¿usted está de acuerdo con la cadena perpetua para violadores? Casi que señalando la hija y diciéndome sutilmente que su hija había sido violada. Uy, uy, uy, qué momento complicado. Yo me di cuenta que era imposible decir que no. Yo me di cuenta que era imposible decir que no. Decir que no era un acto insolidario y citar la ineficacia de la justicia colombiana y lo que eso traería como complicaciones era imposible. Había una especie de momento difícil. Empecé a conversar con ella y vinieron las anécdotas y en algún momento me dijo que nosotros estábamos mejor con la FARC porque ellos castigaban a los violadores. Vivían en un pueblo de Cundinamarca. Esa justicia que es venganza. Sí, entonces ahí está. Ahí está. Y menciono esto Ricardo porque metiéndonos ya como en la partecita de las ciencias sociales, hay esta idea del sociólogo alemán Norbert Elias que después recuperó el psicólogo Steven Pinker, sobre el proceso civilizatorio, que consiste según ellos en dejar de lado esas pulsiones más agresivas, más violentas y cambiar las formas normas sociales, más indirectas y más sutiles, donde en parte este deseo de venganza se le entrega a un tercero, que llamamos el Estado, y a un procesoo, que llamamos el Estado. Se deja en manos. Y a un proceso. Pero es difícil. Confiar en esa imparcialidad. Pero ellos dicen algo interesante, y es que en ese proceso civilizatorio no solamente ocurre esa suerte de delegación, sino que también algo cambia en nuestra psicología y se genera en la sociedad una norma social distinta, que básicamente dice que existe una expectativa y autocontrol. O sea, que ese impulso que sentimos cuando vemos el video de la peloterapia ya se reprime, porque de alguna manera algo ha pasado en nuestra psicología, en las expectativas colectivas, o en unas normas sociales distintas. Esta teoría es polémica y mucha gente odia a Steven Pinker, por ejemplo, sobre todo en la izquierda, el espectro político, porque implica que uno puede escribir una parte de la historia de la humanidad como progreso moral. Y si uno la escribe de esa manera, está haciendo una distinción, quizás sutil, pero la está haciendo entre la barbarie que existía en algún momento y la civilización. Esto es entre bárbaros y civil en algún momento y la civilización. Esto es entre bárbaros y civilizados y eso siempre es chocante. Porque son juicios morales sobre diferentes comunidades humanas, quizás en el tiempo o incluso mucho más problemático en el espacio. Pero está esa idea, esa idea de que el proceso civilizatorio consiste precisamente en dejar de lado o reprimir al menos nuestro deseo de venganza. respectiva del reconocimiento, como la sociedad está atenta y va a reconocer si a usted le hacen daño y no a usted que verse obligado a ajustar las cuentas, a poner las cosas en su sitio, porque para eso estamos todos, hacia la solidaridad. Completamente. Deja ciertos políticos sin trabajo, los dejas ocupados. Dice Pinker que ese proceso civilizatorio, progreso moral, como él lo llama, ha tenido consecuencias positivas. La tasa de homicidios ha venido cayendo sistemáticamente en la historia reciente de la humanidad. Es como una faceta positiva de esa especie de mirada optimista a lo que ha ocurrido con muchas comunidades humanas en los últimos dos siglos o un poco más allá. Y me parece interesante porque entonces, si estamos reprimiendo esos impulsos básicos, empiezan a aparecer por todos lados. Yo, Ricardo, he tenido sueños de venganza, vengándome los sueños. Pero es el sitio para vengarse. Sí, es el sitio. Así como es la literatura, también son los sueños. Es el mismo lugar. Ese ámbito interesante de los sueños para vengarme. Y la literatura y el cine, todos estos sueños de venganza tendrían que ayudarle a uno a digerir el impulso y la rabia y la satisfacción que produce poner las cosas en su lugar y dejar y tener setentera, que terminó haciendo justicia retributiva, o sea, vengándose en un puente peatonal. Terminó matando a unos ladrones que lo querían sacó su revuelo recuerdo aquí en Bogotá fue una noticia impresionante que no tuvo seguimiento como que quedó allí porque en el fondo mucha gente reaccionaba como diciendo pero es que estos tipos lo iban a atracar y tiene esto me lleva como a ecos de esa época que estos tipos lo iban a atracar. Y esto me lleva como a ecos de esa época en la que la gente veía entrevistas con paramilitares por televisión y le encontraban cierta lógica a lo que decían los paramilitares, que es todo un aparato vengador. Que claro, eso ya lo sabemos, un aparato vengador que claro eso ya lo sabemos pues eso se sale de las manos y termina siendo pura violencia y no más, eso jamás es justicia digamos. Volviendo a las redes sociales yo si he visto desde hace un tiempo cuando un video de esos cuando alguien en defensa propia en circunstancias incluso un poco ambiguas que a veces parece exagerado el uso de la fuerza, mata a un delincuente o lo hiere, el 95% de los comentarios son a favor. Solamente unos pocos abogados penalistas que se convierten en los defensores del proceso civilizatorio dicen cuidado. Pero vuelve eso, Ricardo, eso profundo, la sed de venganza. A la gente le gusta porque es tan bien fácil que la gente se ponga en los zapatos del agraviado del que está siendo atacado y detrás de esto hay esta idea que todos compartimos que el ser humano es un animal peligroso y que hay que tenerlo a raya razón por la cual uno nota también en redes e incluso a veces se cuela en algún lugar de la vida diaria gente que ve con satisfacción las imágenes de las cárceles de Bukele que son pura barbarie es barbarie es una barbarie disfrazada de civilización, pero es barbarie y es una especie de espectáculo de venganza. Es la venganza plena en pantalla gigante. Básicamente que en este caso un jefe de Estado asume el papel de vengador de toda una comunidad, en el caso de todo un país. Y creo que es una tendencia de esta época en política, los líderes vengadores. A mí sí me parece que lo de Trump desde el eslogan en adelante es una venganza de la gente que se ha sentido maltratada, despreciada, ninguneada, como la revancha, el desquite si uno no quiere usar la palabra venganza, pues el desquite de un montón de gente que se ha sentido derrotada por la política Este episodio es un poquito de especulación sociológica con Pinker y demás, pero yo creo que la idea que tenemos Ricardo es que eso que llamamos el proceso civilizatorio está retrocediendo un poco y que por las redes sociales, por la misma ineficacia de la justicia quizás hay algo de eso que está regresando. Como que la venganza está de nuevo en la mente de mucha gente y muchos políticos están aprovechándose de eso de muchas maneras. si uno lo viera desde arriba o en un plano general, uno sentiría casi que un salto atrás, casi que el Nuevo Testamento al Antiguo Testamento, como de las leyes a la ley del talión, al ojo por ojo, que resuelve todo temporalmente y que se supone superado cuando una sociedad consigue la convivencia el caso que hemos repetido otras veces que a mi más me suena es el de Mandela que sale a reconciliarse y no a ajustar cuentas con los que lo metieron a la cárcel. Yo creo que es extraordinario, es muy extraño que alguien sea capaz de hacer eso, pero es lo que esperaría uno de un líder, por ejemplo, que pretende la convivencia, la democracia. Ahí es, Ricardo, donde viene esta discusión ética, que incluso está también en el plebiscito de 2016. ética, que incluso está también en el plebiscito de 2016. Tan difícil. Y es los líderes más moderados, y Mandela está entre ellos, o quienes miran hacia el futuro, en el fondo están esgrimiendo un argumento que es casi utilitario. Es decir, dejemos de matarnos. Sí, es eso. Es pragmático. Es pragmático en ese sentido. Y el otro es más básicoico el del Antiguo Testamento que es el ojo por ojo y quizás el sentimiento humano que está más ahí, el más profundo es la justicia, es la venganza es que se castigue a quienes han hecho daño, en particular quienes han hecho mucho daño y por eso es tan difícil muchas veces estos procesos. Es tan difícil que un líder político que esgrima esos valores, que en el fondo tiene una forma de pragmatismo, prevalezcan, porque es complejo. Es muy difícil. Es como si tú le respondes a la señora en campaña que no, que tenga paciencia. Por el bien de todos, lo mejor es que dejar que la justicia opere con sus métodos y los métodos necesitan un sentido de pragmatismo y eficacia y entonces esa cadena perpetua o incluso pena de muerte no tiene mucho sentido. No es una buena respuesta. Pero lo otro es como política pública, como respuesta colectiva, como política de Estado, un sinsentido también. Es un sinsentido, es violencia pura. Pero estamos ante una encrucijada casi ética. Claro, para una campaña política, pues la venganza es muy efectiva. y ya luego si alguien está proponiendo lo pragmático que es no matarse pues no es no suena efectivo porque es pragmático, suena frío pero es en el fondo lo cuerdo lo sensato al decir que suena frío hay como una especie de transacciones con las víctimas que uno tiene al lado a pesar de que muchas de las víctimas que uno tiene al lado. A pesar de que muchas de las víctimas están dispuestas a perdonar y de alguna manera he estado apoyando todos estos procesos de paz, pero con algunas víctimas en particular puede sonar esta persona no es capaz de ponerse mis zapatos. Totalmente. Como no compasivo, o no plenamente compasivo, o empático, más bien es la palabra que quería utilizar. Y se va perdiendo todo en un laberinto como de frases que es muy complicado. A mí me tocó luego del plebiscito una conversación que el tiempo organizaba unas conversaciones quizás era City TV. Me tocó una conversación con Ervin Hoyos, que era líder de víctimas, pero de las víctimas que votaban no al plebiscito. Víctimas que se sentían por fuera del proceso y agredidas por el proceso. Ervin Hoyos, para nuestra audiencia, para que no sepan, había hecho un programa de Voces del Secuestro. Las Voces del Secuestro, que era muy popular. Era muy popular porque básicamente era la única forma que tenían muchas familias de comunicarse con los secuestrados de una manera terrible. Era como tirar una botella al océano esperando que alguien la recogiera y leyera un mensaje. Jugó un papel muy importante. Y luego, claro, terminó más alineado con el uribismo y la gente del no entonces uno olvida que era muy importante lo que hacía pero ese día me acuerdo que él venía muy cargado acaba de ganar el no y estaban pues como en un tono muy fuerte y tuvimos una conversación que fue buena y tranquila y a mí me parece que decíamos lo mismo, como que uno se pierde en las discusiones de las víctimas y los victimarios y la justicia y la venganza se van perdiendo los detalles y parece que todo el mundo fuera irreconciliable y a la larga no lo es tanto. Quizás, Ricardo, lo que falta es la conversación. Exacto, eso no se da. La conversación donde se respete éticamente, creo que lo hemos dicho varias veces en este podcast, y uno entienda ese deseo, ese deseo de justicia primario que está ahí. Y que es lógico. Y que es humano completamente. En todo el sentido. Que hace parte de lo que somos. Así está construido nuestro cerebro, podríamos decirlo de esa manera. Uno lo siente cuando está en el colegio y está jugando fútbol. Uno siente que si alguien le pegó por detrás y lo tumbó cuando iba a hacer gol, uno quiere salir detrás y pegarle también. Es decir, es un instinto lógico. Recuerdo, Ricardo, tenía un instinto lógico. Recuerdo, Ricardo, tenía yo ocho o nueve años, estábamos en Medellín, acababan de llegar una de esas maquinitas de pinball que uno básicamente lanzaba una moneda y uno tenía que evitar que se colara con unas especies de palancas que le impulsaban hacia arriba. Llegaron unas personas que eran dos o tres años mayores que yo a quitarme. No, terrible. Y yo lo que hice fue hacer rápido para que la bola fuera y ellos no pudieran jugar. Si no me dejan jugar a mí, no van a jugar a estos hijueputas. Totalmente, pero es lo más y fue una satisfacción esa venganza de ese momento que no se me olvida y ahora en esta conversación viene a la mente porque está ahí hace parte de nuestra psicología elemental básica, yo quedé feliz de haberme vengado de gente que estaba haciendo algo terrible era una infamia. Ahí el mundo está lleno de frases, pues de citas citables sobre la venganza y tienden a decirle a uno como que espere, tenga paciencia. La mejor venganza es salir adelante o vivir bien o estar feliz. Es decir, que no respirar tranquilo, respirar tranquilo y carretas. No hacen parte del proceso civilizatorio. Exacto. Del espectativo y autocontrol. Exacto. Del super yo, para llamarlo en términos freudianos. Exactamente. Pero la educación. Es eso. Tiende a enseñar eso. Tiende a decir,ar eso la disciplina se la tiene que poner usted mismo a la larga eso es lo que está diciendo la educación es el resumen de la educación usted tiene que aprender a sujetarse a usted mismo completamente pero cuando había peleas en el colegio surgía esta frase nos vemos a la salida del colegio donde ya no esperaba la ley sino que ya básicamente estábamos en el oeste nuevamente. Totalmente. Y ahí operaba la venganza. En mi colegio era, nos vemos detrás del cubierto, que era el coliseo. En mi colegio nos vemos a la salida. En esa época yo aprendí una frase, yo no sé si ya se usa, antioqueña quizás, que decían que la venganza es como la morcilla, negra pero sabrosa. Es una frase buena para un cuento. Para un cuento, sí. Hay algo ahí complicado de esa frase, porque la morcilla tiene sangre. No, es terrible. Es muy buena frase eso, para una película de mafia y de venganza. Sí, complicada. Creo que, Ricardo, todos tenemos en nuestra vida, en las interacciones diarias, microvenganza. Sí, pequeñas venganzas. Desquites, cosas que vamos apuntando y si se presenta la oportunidad tomamos venganza. Yo tengo un problema, yo no creo que yo sea rencoroso, hablábamos antes de empezar con Alex, que somos capaces de perdonar, a mí me consta que tú eres una persona que después de haber salido de la política y todo eso, yo no te veo nunca guardando rencores. Nunca lo he visto. Pero a mí sí me parece que me cuesta olvidar quién se portó mal, mejor dicho. Quién se portó innecesariamente mal. Que a veces lo agarra uno por sorpresa, que alguien quiera que uno le salgan las cosas mal es muy inesperado pero a mí no se me olvida a mí tampoco se me olvidan, sobre todo ciertas faltas creo que alguna vez cuando hablamos del infierno decíamos de la traición de los amigos eso me parece que es muy innecesario, cuando le hacen a uno daño queda por ahí, y no es que uno esté buscando el desquite pero si aparece incluso si aparece esa otra forma de venganza metafísica que es la justicia poética quizás sea la mejor venganza la justicia poética y en eso uno viene una sonrisita de satisfacción como la del 5-0 contra Argentina el desquite global. A mí a veces me gustaba decir cuando me tocaba hablar por ahí con cierta grandilocuencia, todos aquí en esta sala somos adultos y sabemos que el mundo es injusto. Y eso quizás es verdad. Tampoco creo en la justicia divina. Pero a veces la realidad del mundo, el universo, quien fuera cobra venganza. Y si lo hace cuando uno es la parte agraviada, es imposible no sentir algo de satisfacción. Me hace pensar en un cuento de Donetti en el que un viejo se queda viendo a un joven. Lo tengo un poco borroso porque lo leí hace 30 años. a un joven, lo tengo un poco borroso porque lo leí hace 30 años, y está pensando, aquí te espero, te espero en la vejez, como pensando en el joven, la venganza es el paso del tiempo. Me gusta eso también, y también me gusta esta otra frase que se utiliza mucho, que es, en el camino largo hay desquite. Exacto, en juego largo. En juego largo hay desquite exacto, en juego largo en juego largo hay desquite o sea, no es la parte agraviada pero si es un juego repetido y llegará mi momento de otra frase que también se llama cobrar venganza es una buena frase hecha del español también quizás Ricardo podemos concluir diciendo que todos tenemos algo de revanchistas, querámoslo o no a pesar de el proceso civilizatorio y toda esta locura. Totalmente y que con suerte la desarrollamos o la ponemos en marcha en la ficción. Exactamente, o en los sueños. O en los sueños. Un abrazo Ricardo. Un abrazo. Siempre un buen rato. Elige siempre una buena conversación. Bueno, sí. Un abrazo Ricardo. Un abrazo.