Por encubrir presunto pederasta, denuncian penalmente al padre Francisco De Roux

Por encubrir presunto pederasta, denuncian penalmente al padre Francisco De Roux

21 de oct de 2024

En este episodio del Reporte Coronel, se aborda un tema delicado y controversial relacionado con abusos sexuales dentro de la iglesia católica en Colombia, específicamente por parte de un sacerdote jesuita, y la respuesta de las autoridades religiosas.

Capítulos

Presentación del Caso y Denuncia Pública

El reporte inicia narrando la denuncia que hizo pública Luis Fernando Llano Narváez, quien afirma haber sido víctima de abuso infantil, junto con sus hermanas por parte del sacerdote jesuita Darío Chavarriaga, en los años 70. Esta situación fue puesta de manifiesto durante un foro en la Universidad Javeriana.

Reacción de las Autoridades Religiosas

Durante el evento, el sacerdote Luis Felipe Navarrete intentó mantener el debate en términos generales, evitando mencionar nombres concretos de victimarios. Sin embargo, Luis Fernando Llano insistió en visibilizar su caso.

Contexto y Detalles de los Abusos

Luis Fernando y sus hermanas relatan los abusos sufridos durante su infancia por parte de Chavarriaga y cómo esto fue posible bajo la permisividad de las figuras de autoridad escolar y familiar.

Implicación de Francisco de Ruz

Francisco de Ruz, como líder provincial de los jesuitas en Colombia, recibió las denuncias formales en 2014, pero según los denunciantes, no se procedió adecuadamente para tomar una acción judicial real contra el culpable.

Testimonios de las Víctimas

Se ofrecen testimonios personales de las víctimas, quienes describen los abusos sufridos y el largo silencio que enfrentaron debido al poder y la influencia del acusado dentro de la comunidad religiosa.

Respuesta de Francisco de Ruz

De Ruz respondió mediante un comunicado en el cual afirma haber seguido las medidas canónicas disponibles en su momento y expresó su disposición a colaborar con la justicia.

Conclusión

Este reporte pone de relieve la complejidad de enfrentar casos de abuso sexual dentro de instituciones religiosas y el desafío que enfrentan las víctimas al buscar justicia. Aunque el sacerdote acusado ya falleció, la demanda por transparencia y acción legal por parte de las instituciones es clara.

Menciones

Ver transcripción
               ¿Cómo están? Este es el reporte coronel de hoy. El padre Francisco de Ruz ha ganado un merecido prestigio por su búsqueda de la paz. Como presidente de la Comisión de la Verdad, logró que el país conociera crímenes de poderosos que por años permanecieron no solo cubiertos por la impunidad, sino en la total oscuridad. De Ruz, antes de estar al frente de la Comisión de la Verdad, tuvo altas responsabilidades en la Compañía de Jesús, su comunidad religiosa, entre otros la de provincial, es decir, de máximo jefe de los jesuitas en Colombia. En ese periodo y en ejercicio de esas funciones es donde surge la denuncia contra él. Según un denunciante, el padre de Ruth no hizo nada para que la justicia procesara a un sacerdote jesuita que habría abusado de un niño y siete niñas en los años 70. El asunto se hizo público el viernes pasado en un panel de la Universidad Javeriana de Bogotá. El panelista principal era el sacerdote jesuita alemán Hans Solner, director del Instituto de Antropología de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma. Solner es un hombre cercano al Papa Francisco y se ha entendido con denuncias contra curas pederastas en todo el mundo. El panel lo moderaba el también sacerdote jesuita Luis Felipe Navarrete y se titulaba La Iglesia ante los Abusos, Fiel y Verdadera. Hablar en abstracto a favor de las pequeñas víctimas de las pederastas es algo que todo el mundo puede hacer, que es sencillo y en los que todos están de acuerdo. El problema empieza cuando las denuncias tienen nombre y apellido. El padre Navarrete anunció en medio del foro que no le daría curso a las preguntas que identificaban con nombre propio a los victimarios, pero que ese no era el espacio, no era el foro para hablar de denuncias particulares. En ese momento, se alzó una voz en el auditorio. Muy bien. Pero este, perdóname, no es el espacio para... Claro, bueno, no creo que podamos responder aquí de cosas particulares. El hombre que reclamaba su derecho a hacer pública su denuncia se llama Luis Fernando Llano Narváez. Y lo que quiere decir es muy grave. Oiganlo. una pregunta al padre el padre la lea y me responde soy una víctima del padre Darío Chalariaga el saludo Bartolino en 1976 yo siete de mis hermanas fuimos abusados por Darío Chalariaga Jaramillo sacerdote jesuita fue interpuesto en una denuncia en 2014 al padre Francisco de Ruh. Han pasado 50 años casi de los hechos, 10 años casi de la denuncia al padre de Ruh y 7 años desde que me encontré con el padre Solberg y se lo dije para que le comunicara el pavo a Francisco. De allá para acá no ha pasado nada hacia nosotros. Y usted ahora viene a censurar la pregunta. El denunciante Luis Fernando Llano estudiaba en el Colegio Mayor de San Bartolomé, el colegio más antiguo de Colombia, fundado en 1604 y cuyo edificio está frente al Capitolio Nacional y al Palacio Arzobispal, en la esquina suroriental de la Plaza de Bolívar. El señor Llano era un niño, cuando estudiaba en ese claustro, cuyo rector, el también jesuita Mario Mejía Llano, era primo de su papá. El cura al que denuncia se llama Darío Chavarriaga Jaramillo y para esa época era director de estudios del Colegio Mayor de San Bartolomé. La familia del señor Llano pasaba por una situación económica apretada y por eso él recibió una beca, razón por la cual el padre Chava Arriaga empezó a ir a su casa, en donde, de acuerdo con las denuncias, no solo abusó de él, sino de siete de sus hermanas. Una de ellas, Ana Rosa Cristina, también alzó su voz en la reunión. El sentimiento de reparación a las víctimas que somos nosotros. Yo tenía nueve años. Mi mamá era una mujer humilde, madre cabeza de familia. Somos ocho hermanos, siete mujeres, un hombre abusado como un foro, un sacerdote. Nos tocó, nos acarició. Fue horrible, realmente espantoso. Si hay de verdad de corazón en este momento, lo que ustedes todos allí lindamente dijeron, ese deseo de justicia, de reparación a nosotros, las víctimas. Genial, de verdad que sí. Espero que seamos escuchados y que esto no quede acá, en este recinto nada más, sino que ya de a partir de ahora, 18 de octubre de 2024, se los escuche y nos reparen, por favor. Por favor, los invito a ustedes como víctimas a conversar con la autoridad de la Comunidad de Jesús, no con periodistas o ser periodistas. Perdón, es que aquí no solamente hay periodistas, hay abogados y defensores de derechos humanos. Ustedes como religión católica han ocultado y encubierto lo que llamamos una protección de cuerpo. Pregúntale a Francisco cuántos ha encubierto. Responda, ¿cuántos has encubierto? Desde tu ejercicio como... El sacerdote Luis Felipe Navarrete trataba de descalificar, llamando pseudo periodistas a dos señores periodistas que han investigado el caso Juan Pablo Barrientos, quizás el reportero que más ha indagado sobre los curas pederastas en Colombia y Miguel Estupiñán, o autor con él de uno de sus libros de denuncias hace unas horas Miguel Estupiñán publicó en el portal Hacia el Umbral un artículo llamado Francisco Derrú fue denunciado penalmente por encubrimiento. La conversación en la Ja tortura, contra todos esos abusos. Ustedes no pueden seguir tapándose los unos con los otros con un derecho que no cubre las necesidades de las víctimas. Por favor, se los pedimos, se los suplicamos, por favor. No es fácil, no ha sido nada fácil, no saben, no saben lo que hemos vivido. Y callar tantos años, tantos años, detrás de este cosito que se pone un sacerdote, detrás de un lobo que nos arrebató la inocencia. Por favor, escúchenlo, se los suplico, de verdad, por favor. Bueno, ustedes tienen el derecho también de mandarlos a rezar a los padres nuestros y ya se cumplió la pena. Entonces tienen la obligación de enviar eso a la fiscaliscalía? ¿Y cuándo se hace en el diario? A esta hora tenemos comunicación con don Luis Fernando Llano Narváez y con dos de sus hermanas, Ana Rosa Cristina, quien lo acompañó el viernes a exponer su denuncia en el foro de la Universidad Javeriana, y Sofía Elena, quien vive en México. Inicialmente, quiero preguntarle a don Luis Fernando, ¿cuántos años tenía usted cuando conoció al padre Darío Chavarriaga y qué hacía él en ese momento? Yo entré en el colegio en 1975 y cuando conozco al padre Chavarriaga en 1976 yo tenía 14 años. ¿Qué responsabilidad tenía el padre Chavarriaga en el colegio? El padre Darío Chavarriaga era el segundo al mando, era el segundo director de estudios y era realmente la persona que estaba siempre en contacto con todos porque el rector raramente aparecía. Aparecía para los eventos, para las celebraciones, pero el rector no tenía mucha presencia y comunicación con los alumnos. ¿Y por qué el padre Darío Chavarriaga terminó yendo a su casa? Una cosa es la relación de un estudiante en el colegio, pero ¿por qué el cura termina yendo a la casa suya? Bueno, yo fui más bien un destacado estudiante, mis calificaciones fueron notables, y en esa época atravesábamos una situación muy difícil económica en la familia. Una noche me citan a la oficina del padre Darío y yo me asusté porque pensé que se trataba de una cuestión disciplinaria, pero me comunicó que había sido beneficiario de una beca que otorgaba la Asociación de Antiguos Alumnos y que me hiciera presidente el día siguiente con mis padres. que otorgaba la Asociación de Antiguos Alumnos y que me hiciera presidente el día siguiente con mis padres. Fuimos con mi papá y con mi mamá y nos comunica que con esa beca me iban a cubrir todos los gastos del estudio, desde transporte, alimentación, libros, y que probablemente si mi rendimiento continuaba a niveles altos y de excelencia, pues tendría asegurada una carrera completa en la Universidad Javeriana. ¿Y cuándo empezaron los abusos, don Fernando? Él empezó a frecuentar la casa a los pocos días, pienso yo un mes, un mes y medio, dos meses, se hizo muy cercano a nosotros y manifestó que quería conocer la familia y empezó a asistir a la casa donde nosotros lo recibíamos de corazón, empezamos a verlo como una persona muy importante como una figura de respeto se ganó rápidamente la autoridad con nosotros también por su forma de ser que era muy bien un entrador muy simpático y durante las ausencias de mi madre y mi padre en las tardes llegaba a hacernos visitas probablemente pues ese fue el momento en que pues yo no me di cuenta nunca lo que ocurría por los momentos por esa época pero es hermana luego de los años me relataron que la visita no solamente eran para llevarnos bizcochos para atendernos y para estar con nosotros un rato enseñamos canciones sino que detrás de eso pues había otras intenciones sino que detrás de eso pues había otras intenciones. Don Fernando, sé que debe ser duro para usted, pero ¿cómo empezaron esos abusos? Esos abusos comienzan en el colegio cuando se postergaban hasta tarde las reuniones en la casa, mi mamá llegaba de la oficina cansada, le preparaba algo de comer, y me acuerdo que una noche, en vista de que se había hecho tarde, le propuso a mi mamá que me fuera a acompañarlo al colegio para no tener que madrugar y que era mucho más fácil. Y que había un cuarto, había un sitio en el colegio donde yo podía dormir, pero no fue así. quiero preguntarle a doña Ana Cristina Ana Rosa Cristina ¿cuántos años tenía cuando se presentaron esos primeros abusos del padre Darío Chavarriaga con usted? yo tenía nueve años ¿y qué pasó? pues él iba a la casa era muy simpático era una persona realmente carismático. Entró con su clérigo acá, obviamente había mucho respeto en ese tiempo por la iglesia, por los sacerdotes. Entonces la confianza era absoluta. ¿Qué hacía el sacerdote Darío Chavarriaga? Pues nos sentaba en las piernas, a mí me sentaba en las piernas, y es difícil, es complicado lo que recuerdo, pero pues sí, había manoseo, había abuso, nos tocaba las partes íntimas. había abuso nos tocaba las partes íntimas y pues niñas chiquitas, inocentes porque en esa época era mucha más la inocencia yo me bajaba de las piernas y salía corriendo a jugar y volvía otra vez después y me volvía a subir fueron muchas ocasiones donde él abusó tocándome mis partes íntimas. Hay otra de las hermanas, es Sofía Elena. ¿Usted sufrió situaciones parecidas, doña Sofía? Mira, sí, en efecto, este actuar del padre Darío, después del del tiempo en conversaciones entre nosotros, ya supimos que fue recurrente había espacios disponibles en ese momento para que él perpetrara estos abusos con nosotras estábamos muy chiquitas yo tenía entre 11 y 12 años para esa época también situarnos en el contexto de que la niñez en nuestra generación fue una niñez de muchísimo respeto hacia los adultos, hacia los mayores, más que todo hacia un sacerdote, había muchísimo respeto, temor en cierta medida, y pues obviamente él visitaba nuestra casa, como lo comenta mi hermano Fernando, él visitaba nuestra casa, a veces estaba mi mamá, pero ella estaba en las labores de cocina, preparándole alguna cosa al padre que cariñosamente nos visitaba, ¿no? dándole alguna cosa al padre que cariñosamente nos visitaba, ¿no? Y mientras tanto nosotras estábamos con él, él nos estaba enseñando canciones, juegos, y hacía esto de sentarnos en sus piernas y justamente abusar y cometer este tipo de abusos contra nosotros. ¿Por qué en esa época no le contaron a un adulto lo que estaba pasando, doña Sofía? Yo creo que por lo que te comento, era la figura del respeto, del temor, y yo crecí pensando, Daniel, que eso solo me había pasado a mí. Había también, después de los años con mis hermanos hemos hablado que existía como el temor generalizado de que mi hermano perdiera esa beca, dehólico y mi mamá trabajando todo el día hasta altas horas de la noche para poder sacar adelante una familia tan grande. Ese silencio acompañó mi vida, así fue. Fueron muchos años de silencio. ¿cuándo empezaron a hablar entre ustedes para descubrir que la situación no era aislada que no solamente le pasaba a usted sino que le ha pasado a su hermano y a sus hermanos pues yo supe de mi hermano en el 2014 justo en una llamada que él me hizo por otra situación que vivió la familia en la que hubo ahí como una situación compleja con los sacerdotes jesuitas. Y mi hermano me llamó, yo estando aquí en México, mi hermano me llamó y yo le pregunté, ¿qué pasó? ¿Por qué reaccionó usted así en esa situación frente al padre Darío? Y mi hermano tuvo la confianza de contarlo. Y yo también el primer momento en que yo hablé de lo sucedido porque mi hermano me estaba contando lo que le había pasado a él entiendo que usted se está conmovida doña sofía quería preguntarle a don fernando llano cuál es la responsabilidad que tiene en todo esto el sacerdote francisco de ruth que del que se conoce mucho el país y que fue provincial de los jesuitas por mucho tiempo. Bueno, cuando yo hablo con mi hermana, me entero que no había sido solamente ella, sino mi hermana Rosa Cristina y otra hermana que no está presente. Yo decido que no debía seguir callando y redacto una carta que le entrego personalmente al padre de Ruth. En este momento, pues ya como le había comentado antes, él cita a Adrián Chavarrega a su oficina, lo retira del cargo, luego nos llama de nuevo, nos reúne para contarnos las acciones que había tomado y nosotros pues quedamos pendientes lógicamente de algún avance de investigación, de que realmente se impartiera justicia en este caso luego fuimos citados uno por uno más adelante por otro padre el padre luis javier sarraldi y vimos una declaración con fue grabado todo él nos interrogó yo creo que estuve por más de hora hora y media con él donde le conté con lujo detalles todo lo que había pasado con la esperanza lógicamente de que esa investigación arrojara un resultado un poco más severo en contra del padre Chavarriac. En este momento, pues eso fue unos meses antes de la visita del Papa Francisco, y pues me acuerdo que el padre de Ruh nos pidió encarecidamente no llevar esto a los medios, por lo que pues podía significar para para ellos y pues probablemente también para nosotros él sí se disculpó pues me expresó su sentimiento de dolor que era un caso al momento pues único que no se sabía nada que era la primera vez que ocurría y pues nosotros nos quedamos simplemente a la espera de una comunicación posterior. Y luego viene la visita del padre Solner. Fallece el padre Chavarriaga en el 2015. A los dos años llega el padre Solner. Yo me presento en la Javeriana. Yo hablo italiano porque viví en Italia. Me le acerco en un intervalo y le expongo la situación completa, seguramente. Él queda un poco sorprendido. Y a su regreso a Roma me escribió un mail diciendo pues que ya se había comunicado con la comunidad y que habían tomado todas las medidas que eran pertinentes y que la compañía Jesús no tenía nada más que respondernos entonces en vista de esto pues pasaron los años, pasan prácticamente 10 años desde el momento de la denuncia y otros 2 años hasta que, 3 años hasta que yo le comunico a Solner, y de allá para acá otros siete, desde que Solner, quien yo esperaba que le comunicara al Papa, quien debió tomar alguna acción inmediata, pues tanta que no pasó, pues yo respondo de esta manera, el viernes pasado en esa reunión, me exalté un poco, pero tuve que alzar la voz porque en ningún momento se nos prestó el micrófono para podernos comunicar de una manera más tranquila y porque pienso yo que el padre de Rú está involucrado en esto porque él nos abrió su puerta, nos escuchó, nos manifestó su prioridad y le da la compañía a Jesús en su momento pero de ahí para allá no hemos visto ninguna otra acción más que la de revelar completamente detalles muy íntimos de todo eso, lo sucedido, que no llevaron a ningún punto. Así que, fallecido el padre Chavarria, quienes tuvieron conocimiento, pienso yo, debieron haber informado a las autoridades para que la fiscalía en su momento hiciera lo pertinente. De ahí para allá, pues, las cuestiones jurídicas, yo no soy abogado, no sé cuáles sean todos los caminos, pero pienso que hubo una falta a la ley. Bueno, don Fernando, le pedí al padre Francisco de Ruz que habláramos aquí en el reporte sobre el tema. Él me envió un mensaje de texto que dice lo siguiente, abro comillas, Daniel, estoy atento al llamado de la justicia colombiana para responder sobre mi conducta. Solo tengo para decirte que frente a este caso de abuso por el que me preguntas y que conocí como superior provincial de los jesuitas en Colombia en 2014, actué con el respeto que siempre he tenido por las víctimas y tomé con todo rigor las medidas canónicas que en ese momento tenía a mi alcance para actuar con una dura sanción en justicia. Quisiera precisar lo siguiente. El titular me refiere como presidente de la Comisión de la Verdad, cargo que ejercí entre 2018 y 2022 los hechos referidos en el artículo datan de varios años atrás por lo tanto fueron decisiones que en absoluto nada tienen que ver con las circunstancias de haber sido presidente de la comisión de la verdad hasta ahí las comillas don fernando qué opinión tiene usted acerca de ese pronunciamiento del padre de rojo no puede ser lo sitúa en un contexto lógicamente la línea del tiempo corresponde pero no pero probablemente yo pienso que también la verdad abarca otros aspectos si decide su intervención en el proceso de paz y todo lo que como ciudadano le agradecemos por su gestión en esta labor tan noble que le reconocemos pues es brillante, pienso que en virtud de su altísimo reconocimiento moral que tiene la sociedad, debe haber afrontado esta situación que le pusimos de manifiesto unos años atrás, porque hay otra verdad muy grande que está escondida. probablemente sí, la comisión de la verdad tiene que abarcar varios aspectos y pienso que para él sería muy importante poder dar una luz de claridad a la sociedad pidiendo, no sé si sea la palabra, pidiendo perdón por tu falta, porque vimos muchas las personas, muchas las víctimas, que probablemente él tuvo conocimiento y quedó callado, no sé, llamémosle incurrimiento, llamémosle solidaridad de cuerpo, como le queramos llamar, pero ahí faltó a la verdad del padre de Rú en el momento en que me dijo que Darío Chavarria había sido el único del que tenía conocimiento Es evidente que no era el derecho canónico, la instancia adecuada para procesar a un abusador de niños como el que ustedes tres tuvieron que padecer. Sí, doña Sofía, ¿usted tiene algo para decir? Sí, es correcto. Una cosa es el derecho canónico y los protocolos que ellos internamente tomen o tomaron para el caso específico de darío chavarriaga y otra cosa es la obligación como institución de dar parte a la fiscalía y que la fiscalía haga su trabajo no estamos hablando de simples pecados estamos hablando de delitos graves contra menores de edad que según los tratados internacionales constituyen crímenes de lesa humanidad eso no se puede quedar simplemente en un tema canónico las medidas canónicas punitivas algo así como lo que supimos después que le habían aplicado, y dónde se quedó la ley. Esto tiene que cambiar. O sea, yo entiendo que ellos tomen al interior de la iglesia sus medidas, las que tengan que tomar, está perfecto, pero la ley es la ley, y la Constitución de Colombia protege en primer lugar a los niños. Nosotros cuando fuimos abusados éramos niños. Eso tiene que cambiar. Tres personas que sufrieron abuso a manos de un sacerdote que murió en la total impunidad. Este fue el reporte coronel de hoy. Muchas gracias.