No podía ser mamá, pero Dios lo hizo - invitada: Diana Ramos

No podía ser mamá, pero Dios lo hizo - invitada: Diana Ramos

11 de sept de 2024

En este episodio del podcast "Vos Podés", Tati Franco recibe a Diana Ramos, quien comparte su conmovedora historia de fe y maternidad contra todo pronóstico médico. A pesar de sus condiciones de salud y las limitaciones de su esposo, Diana encontró en la oración y la fe la fuerza para cumplir su sueño de ser madre.

Capítulos

Introducción a la historia de Diana

Diana Ramos comparte su lucha y su profunda conexión espiritual. Destaca su fe como el pilar para sobrellevar las vicisitudes y los obstáculos de su vida.

Una historia de amor inesperada

Diana relata cómo conoció a su esposo en Bogotá y cómo su relación pasó de odio a amistad, y posteriormente al matrimonio. Resalta la importancia de la fe en su unión.

Condiciones de salud que complicaron la maternidad

Diana explica sus diagnósticos médicos: miastenia gravis y von Willebrand, enfermedades que se consideraron como impedimentos para la maternidad, junto con la reversión de vasectomía de su esposo.

El deseo de ser madre y el impacto de las expectativas familiares

Diana narra cómo la presión familiar la llevó a orar más fervientemente por su deseo de ser madre y cómo ese deseo se transformó en una fuerte carga emocional, hasta el punto de querer adoptar.

El proceso de aceptar y entregar el deseo

Luego de múltiples intentos y un proceso emocional intenso, Diana decide entregar su deseo de maternidad a Dios, permitiendo que la fe guiara sus decisiones futuras.

Descubrimiento del embarazo milagroso

Un año después de su oración de entrega, Diana descubre que está embarazada, un hecho que desafió diagnósticos médicos y se presentó a sí misma como un milagro de vida.

Reflexiones sobre el milagro y la fe

Diana reflexiona sobre cómo la fe en Dios jugó un papel esencial en su embarazo y cómo este evento cambió su perspectiva de vida.

Conclusión

Diana Ramos comparte que su historia es un testimonio del poder de la fe y cómo, en los tiempos de Dios, todo es posible. Su experiencia busca inspirar a otras mujeres que luchan con la maternidad a no perder la esperanza.

Menciones

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               ¡Gracias! A pesar de muchos intentos, la medicina aseguraba que no podía ser madre. Pero una fe inquebrantable rompió todos los diagnósticos y pudo dar a luz a su sueño más preciado. Esta es la historia de Diana Ramos. Qué bueno encontrarme con ustedes una vez más. Ya saben que cada miércoles tenemos una cita con uno de nuestros episodios y hoy nos acompaña una mujer maravillosa que quiere compartir con nosotros su historia de vida. Diana, bienvenida. Muchas gracias, Tati. Para mí es un honor y un privilegio estar acá con ustedes. ¿Cómo te sientes? ¿Nerviosa? Un poco ansiosa, realmente. Sí, me siento como muy cuadriculada. ¿Sí? ¿No habías tenido la oportunidad de compartir tu historia en un espacio como este? No, nunca. Nunca. Es más, nunca me imaginé estar en un lugar como este, y menos contigo, que eres repamosa. Eres re famosa. No creas, no creas. Diana, yo quisiera empezar este episodio con una pregunta que me hiciste cuando entraste por esa puerta, y es ¿por qué a mí? ¿Te respondiste eso? Realmente no, no me lo respondí, pero creo que, digamos, durante toda la conversación creo que la vamos a poder resolver y yo creo que Dios va a usar todo esto para impactar la vida de alguien que justo o seguramente está ahí esperando esto. Entonces creo que va a ser un momento donde Dios va a decir, esto era para ti. Y así va a ser. Sí. Nosotros tenemos una comunidad de mujeres muy grande, también de hombres que nos ven y nos escuchan, pero me he dado cuenta que también hay muchas mamás dentro de esta comunidad, entonces me encanta entrevistar personas que tienen una historia por contar, que además es diferente a la mía, pero que seguramente conecta con la historia de ellas, y esto tiene que ver mucho con tu maternidad, pero antes de entrar en materia y hablar de ese milagro de vida, porque yo creo que tu historia es un milagro de vida, me gustaría conocer un poco más de ti, a qué te dedicas, cuéntame cómo está conformada tu familia. Soy psicóloga de profesión, estoy casada con un hombre maravilloso realmente, que ha sido, fue mi mejor amigo, y nuestra historia inició muy charra porque nos odiábamos, o sea, él era súper creído, orgulloso, así yo soy, él es karateka, entonces, obviamente, sensei y yo, nos odiamos. ¿Y dónde lo conociste? Lo conocí por una persona en común y pues luego nos volvimos a ver después del tiempo en la iglesia, a donde yo asisto y ahí fue como pues empezamos a ser amigos íbamos a la iglesia con mucha gente yo me voy para Estados Unidos a vivir con mi papá y cuando regreso él dijo uy, ella tiene algo diferente. Entonces, así fue como empezó nuestra historia y ya. Pues, yo siempre soñé con un hombre alto de 1,90, mono de ojos azules así, y él es todo lo contrario, chichombiano de Zipaquirá. ¿Y entonces qué te enamoró de él? La verdad, fue Dios el que nos conectó, porque cuando él me dice, yo te vi porque tú me mostraste un Jesús diferente, ¿Qué? Y yo ahí dije, ok, y Dios me dijo, dale la oportunidad de ser tu amigo, y fuimos muy buenos amigos, o sea, yo creo que mi esposo es mi mejor amigo, obviamente, hoy en día. Qué bueno. Pero en ese momento, yo tuve la oportunidad de contarle toda mi vida, todo mi pasado, mis errores, mis malas decisiones, todo a él. Entonces, yo no estaba esperando absolutamente nada con él, sino como, yo podía ser yo, ¿no? Porque cuando tú estás con una persona, tú dices, ay, ¿será que me gusta? Entonces prefiero más bien como mantener esto. No, yo era súper ahí, tirada con él. Y yo le decía, esto me gusta, esto no me gusta. Fue bien chévere nuestra relación, nuestra amistad y nuestro noviazgo realmente fue muy corto. ¿Cuánto tiempo duraron de novios? Yo creo que durante el tiempo del prematrimonio. Ah, fue poquito. Fue muy poco, realmente. O sea, se enamoraron de una. No, o sea, él empezó a ir ya juicioso a la iglesia y demás, hizo todo el proceso de la iglesia. Y pues mi esposo en este momento tiene 50 años y yo tengo 42. Entonces no era como vamos a jugar a los novios, sino eso no es. Definamos. Lo pusimos en oración y fue como Dios, confírmame. Entonces Dios en el encuentro, él le muestra que yo iba a ser como esa persona de hecho le da una visión de un hijo y a mí mientras él estaba en el encuentro yo estaba ayudando entonces dios me da una una un pasaje que finalmente yo dije como, pero ¿por qué me das esto a mí? Porque era como, sé una mujer sabia y escoge bien, y yo era como, o sea, tú estás esperando que te digan, es él, no sé. ¿Cómo hago para escoger? No, nada que ver. Entonces, pero al final yo dije, bueno, pues, ¿por qué no lo miras a él? Y dije, pues sí, finalmente él es mi mejor amigo y yo creo que es una persona muy especial. Y no me equivoqué. Diana es cristiana. Ustedes saben que este es un espacio abierto que valoramos y respetamos todas las creencias, abrazamos las realidades de todas las personas, pero se me hace muy especial que alguien que tiene como esa fe tan arraigada, tan fuerte y que habla de la espiritualidad abiertamente, pues esté haciendo parte de uno de nuestros episodios porque es que esa es una realidad. representa todo y es muy bonito conocer también qué hay detrás o cómo piensan, cómo viven las personas que tienen a Dios, como de primero en todo. ¿Cómo funciona tu relación con Dios? Bueno, digamos que yo conozco al Señor porque yo soy de Medellín, ahí digamos en la línea que tú me decías, cuéntame quién eres tú, entonces soy de Medellín, mi familia es paisa católica, apostólica. Romana. Pero por esas cosas de la vida, yo vengo a vivir acá a Bogotá, tuve una situación como un poco difícil, y a raíz de eso, alguien me dijo, busca a Dios donde sea, católica, cristiana, musulmana, judía, y en medio de esa oración a ese Dios, yo le dije, Señor, si tú tienes un plan para mi vida, porfa, llévame a un lugar, ¿sí? Y ahí es cuando yo entro a conocer, digamos, la iglesia. En mis comienzos había ido a la iglesia, pero aquí ya fue muy concreto de ir a un lugar y plantarme en ese lugar. ¿Cómo se llama la iglesia donde asistes? El lugar de su presencia. Acá en Bogotá. Sí, acá en Bogotá. Y es una bendición, está en Medellín ahora, lo cual ha sido una oración respondida, porque de verdad también creo que Medellín necesita mucho del Señor. Entonces, mi relación con Dios al principio fue muy de te necesito porque después de salir de esa situación tan difícil era es Dios o yo me muero. Estaba en un momento de mucha vulnerabilidad, de mucha dificultad y fue como mi salvavidas. Pero hay un momento donde ya no es ese salvavidas sino donde es la confirmación de estás conmigo porque me amas o porque soy ese salvavidas, sino donde es la confirmación de estás conmigo porque me amas o porque soy tu salvavidas. Sí, como Dios bombero, ayúdame a apagar este incendio. Y ya. Ajá. Sí. Obviamente, en mi proceso, desde mucho antes, porque yo también sirvo, hoy en día sirvo en la iglesia cristiana, en mi iglesia, que en verdad amo mis pastores, han sido... O sea, todo lo que yo soy, gracias a Dios y a todos los procesos que he podido tener, y pues soy una mujer cambiada, restaurada y demás, pero en mis inicios en la iglesia cristiana, en católica, también fui ayudante o servidora. Sí, eras como activa dentro de la iglesia. Muy, muy activa dentro de la iglesia. involucrada, pero nos ven muchas personas y al final es como, yo quiero hablar hoy de ese Dios que robó mi corazón que me sanó, que me transformó y que trajo un milagro súper especial a mi vida aparte de mi esposo, porque ese es otro milagro. Y me encanta, porque sí, no es una conversación de religión exacto. No, es una conversación de transformación, de tu realidad, de un milagro, que sí, claro, Dios es el conversación de religión. Exacto. No, es una conversación de transformación, de tu realidad, de un milagro. Que sí, claro, Dios es el protagonista de esta historia aquí. Total, sí. Bueno, y entonces ya tú conociste de Dios. Y yo tengo una pregunta, porque has mencionado a Dios desde el inicio de este episodio y dijiste cosas como Dios me dijo, Dios me confirmó. Yo entiendo, porque yo también siento que Dios me habla y me confirma muchas cosas, pero en tu caso quisiera comprender cómo funciona esto, o sea, una persona que no tiene ni idea, que nunca ha tenido como este acercamiento independiente de la religión, con Dios, con la espiritualidad, ¿de qué manera va a entender eso de Dios le dijo, o sea, yo me pongo como en los zapatos de alguien que nunca ha sentido que Dios le ha hecho algo y pensará, pero ¿cómo así que Dios le dijo? O sea, pero le habló, lo escuchó, ¿cómo pasa contigo? Bueno, digamos que cuando yo empiezo como en esa necesidad, en esa búsqueda, era como poner un cassette, o sea, a ver, 42 años, como poner un cassette, o sea, a ver, 42 años, cassette, CD, ¿no? Sí, sí. Y me acuerdo que en ese momento es mi mamá la que me da ese primer CD, y yo siento que las canciones eran como para mí, como para el momento en que yo estaba viviendo. Después empiezo a indagar, ¿no? Entonces la iglesia tiene unos grupos de conexión en donde yo empiezo a asistir o sea, yo estaba desesperada, yo necesitaba ayuda, ayuda que alguien me escuchara, entonces era como, ok, yo no sabía orar como tal, ¿sí? Porque una cosa es la rezo el Padre Nuestro y otra cosa es oro el Padre Nuestro. Sí, oración ya es comunión. Exacto y es mi forma de hablar con él entonces digamos que esto ha sido un desarrollo de 12 años, 13 años más o menos, en donde hay muchos momentos donde yo no siento a Dios, no escucho a Dios, hay muchos momentos de silencio en mi vida, pero de hecho yo traje mis Biblias, o sea, traje, bueno, no sé si las pongo. Claro. De hecho, yo traje mis Biblias, o sea, traje, bueno, no sé si lasro la Biblia, donde pienso que me va a decir algo, sino que yo leo y llevo como una, o sea, Juan, el libro de Juan, entonces empiezo de uno hasta el final, y hay momentos donde tú sientes que algo como que queda en tu corazón, como que confirma, como que rema en tu vida, algo como que queda en tu corazón. Como que confirma, como que rema en tu vida. Sí, como que tú estás como todo el día y, ¿sabes? Lo vas como a ir, como rumiando como las vacas. Entonces, estás ahí rumiando y yo digo, esto es para mí, Dios me habló. Ok. He tenido muy pocos episodios, yo los puedo contar con tres de ellos. O sea, he tenido donde yo he podido escuchar la voz de Dios y me dice, un día, bájate de aquí ya, y me tocó bajarme de un taxi porque yo creo que me iban a robar. No te lo puedo creer. Y es como, pero ya hay como esos momentos de intimidad donde tú estás mucho en oración y en lectura de la palabra, pero es así. ¿Y sientes la voz de Dios? Sí, yo siento como que, es como, a ver, no siento, no escucho así como, hola Diana, ¿cómo estás? Sí, te entiendo. Sino como que yo siento en mi corazón y eso trae paz a mi vida. Acabaste de decir, como la manera de identificarlo, trae paz a mi vida. Acabaste de decir como la manera de identificarlo, trae paz a tu vida. De hecho, mucha gente cuando habla de este tipo de cosas, no necesariamente relacionadas con la espiritualidad, hay personas que le llaman intuición, otras personas que le llaman... Sexto sentido. Yo le llamo espíritu santo, hay gente que le llama sexto sentido, pero al final de todo, cuando estamos en medio de la toma de decisiones importantes, esa frase que mencionaste donde decías como es que cuando me trae paz, yo creo que ahí está la consigna. Sí, para mí en mi caso particular es Espíritu Santo, o sea hay un momento por ejemplo, para venir acá contigo, fue como tomar un tiempo de oración específica donde Dios toma el control. Pediste permiso. Sí, pedí permiso. Gracias. Le pedí permiso a Dios. Me ve con buenos ojos. Obviamente, sí, eres su hija favorita. Ay, qué dicha. Pedí permiso, o sea, para mí era como que el equipo fuera impactado, que las mujeres, los hombres que nos están viendo, de verdad fueran impactados y fuera un mensaje inspiracional, y que Dios también hable el corazón de quien lo está necesitando, ¿no? Pero sí, para mí es Espíritu Santo y es como súper atenta, súper atenta de qué estás diciendo, entonces sí, así fue. Pues vamos a impactarlos, Diana, y ya adentrémonos en tu historia de vida. Contabas que te casaste con ese hombre maravilloso, como lo describiste, y ¿cómo empezó ya a transcurrir tu matrimonio? ¿Cuáles eran de pronto esos grandes sueños que tenías ahí? Listo, nos casamos en 2018, hicimos dos matrimonios. Nosotros nos casamos por lo civil el 27 de octubre de 2018, el 3 de noviembre de 2018 contrajimos matrimonio en un lugar que yo jamás me imaginé que nos íbamos a casar que fue Puerto Rico entonces sí, además fue muy especial pero yo nací con una condición que se llama miastenia gravis y en medio del proceso también me descubren que tengo bon bilebran, ¿sí? Entonces nosotros nos casamos, mi esposo sabía la condición, pero además yo sabía la condición de él, ¿no? Entonces mi esposo es un hombre de 50 años, maravilloso, chichombiano, de Zipaquirá, y él había en su juventud pues sido papá de mellizos, entonces digamos que como la situación del nacimiento de los mellizos fue tan difícil, porque nacieron casi de seis meses, o sea, fue muy difícil y en ese momento él se hace la vasectomía entonces yo sabía su condición él sabía la mía pero cuando nos casamos nosotros dijimos vos podés vos podés casarte y tener hijos y hacer una familia y yo dije pero o sea yo le dije listo vamos a casarnos pero acuérdate que yo quiero tener... Yo te cuento. Pero yo quiero tener hijos. Y él con la vasectomía. Y él con la vasectomía y yo con mi rollo. Espérate, espérate porque esto hay que desmenuzarlo, claro. Hablabas de dos condiciones. Explícanos de manera muy sencilla cómo son estas condiciones que tienes. Listo, entonces, la miastenia gravis es una condición donde hay una interrupción entre la comunicación del músculo y las vías que llevan, pues, la sangre, ¿cierto? Y la... esa es la miastenia. Y el von Willebrand, que pues en su momento era el déficit de factor 8, es una interrupción en la coagulación, básicamente. Entonces, son esas personas que se cortan y sangran eternidades y adicional a eso no puede parar la coagulación rápido, ¿sí? Entonces, es como una debilidad en la proteína de la coagulación y no puede coagular bien. Y a raíz de eso la miastenia en mi caso se manifiesta desviando un ojo, cayéndose párpado, la movilidad, el dolor de espalda. Así se ve donde es muy difícil o incluso caminar. muy difícil o incluso caminar. Y en algún momento tuviste estos episodios muy difíciles de verte con procesos de movilidad restringida de alguna manera. Sí, cuando me lo descubren, de hecho, a los más o menos 20, 21 años, me lo descubren y es porque un día yo me acuesto, al día siguiente, ojo desviado, y para mí fue como, vamos con mi mamá a hacer todo el estudio, fueron casi un mes de estudio, de punciones lumbares, de pensar que tenía un tumor en el cerebro, y al final, dicen, no, es mi astenia, parche, lo primero que usé fue un parche en el ojo y era como pues la única forma. ¿Y es que te duró mucho tiempo? Sí, me duró casi un mes con el ojo desviado y pues obviamente yo me sentía muy mal y en medio de las punciones lumbares y demás ahí es cuando se dan cuenta de la coagulación, entonces a mí me llega el periodo, a mis 14 y en ese momento pues yo parecía una manguera sin filtro. Pero no era como, o sea, era como tan raro, pero pues uno no le para bolas a eso. Claro. Y cuando ya me dicen, yo dije, ah, ok. Y el doctor me dice, es que por esto tu sangrado es abundante. Entonces, digamos, para alguien que nos está escuchando, hay que tener un cierto cuidado cuando los sangrados son tan abundantes. Ir al médico, a revisarse. Y entonces, ¿esto del ojo se presentó una sola vez? Se presentaron varias veces. En ese momento a mí me dan un medicamento, el medicamento dos, tres días actuó, ojo, otra vez, digamos, corregido. Pero yo ya me olvidé de eso, yo me seguía tomando mi medicamento y después ya estando acá viviendo en Bogotá, vuelvo a tener una crisis de eso. Y la crisis ya no empieza solo como ojo desviado, sino que un dolor de cabeza así que no era una migraña, sino un dolor de cabeza bastante fuerte, párpado caído, ojo desviado. Y una debilidad para todo, yo vivía sola acá, entonces fue yo misma trasladarme a la clínica. Obviamente cuando me ven así estaba en verdad muy mal. Gente de neurología, o sea, a mí me atendieron como ocho personas porque ellos decían, esta niña se va a morir, tiene un tumor en el cerebro, y ese era el diagnóstico. ¿Y en algún momento pensaste en eso? Sí, yo dije, me voy a morir. Claro, no, pues claro, me imagino, además que te están dando ese diagnóstico, gente especialista en el asunto, pues dices, Dios. Sí, yo dije, no, no, no, eso es mi astenia, pero ellos decían, es que no es normal, no es normal que esté acompañado de un dolor de cabeza, no es normal, o sea, yo en ese momento, y digamos que dentro de los recuerdos que tengo, era como que yo, como si hubiera estado, o sea, una debilidad, como cuando tú no tienes fuerza y te vas a desmayar, pero no te desmayes. Ok. ¿Y estas condiciones tenían algo que ver con el tema de la maternidad? ¿Eran como un impedimento para ser mamá? Sí y no. Digamos que en mi caso, la miastenia no pasa nada, tú puedes ser mamá, sin ningún problema, ciertos cuidados, por lo mismo, porque no sólo estás cargando con tu cuerpo, sino que estás cargando con tu pancita, con un bebé, todo lo que demanda el bebé. Pero con el déficit de la coagulación, ¿sí? Con el bon bilebran, obviamente eso era un cuidado exuberante. Además, porque tener una pérdida era muy fácil, porque si no hay una coagulación, ¿cómo va a haber una coagulación adentro para que haya un bebé? No, es que la suma de las dos condiciones era lo que complicaba en tu maternidad. Sí, entonces, bueno, yo decía, nunca después de saber eso, pero además después de saber que mi esposo tenía vasectomía, yo dije, no importa, yo quiero ser mamá y yo voy a adoptar. Nunca pensé, ay, venga, hagámonos. decir, pero yo amo, yo amo los bebés así morenos, negritos, yo me soñaba con una negrita así afro divina, y yo dije, quiero adoptar un bebé así, y mi esposo sabía, la condición mía es esta, la sumatoria de las dos, pues no va a dar un buen resultado para ser papás, entonces, ni lo intentemos, o llegaste a pensar, bueno, de pronto existe la posibilidad de ser mamá, ahí cómo funcionaba tu cabeza. tu cabeza? Pues mira, Tati, la verdad es que cuando nosotros nos casamos, a los cuatro meses nos fuimos de luna de miel, y yo antes de irme de luna de miel fue en abril, yo le dije a Dios, señor, yo quiero quedar embarazada en mi luna de miel. Aparte. Yo sabía. Dios. Yo sabía que era imposible, pero yo le dije, señor, además, porque mi esposo, o sea, uno siempre dice, no, la luna de miel, vámonos para el sitio turístico, así, playa, sol, brisa y tal, y mi esposo dijo, vámonos para Israel, y yo, ¡qué delicia! ¡Qué delicia! Entonces, nuestra luna de miel fue un mes en Israel. Y algunas arandelitas ahí, porque estuvimos en Capa 12 y esas cosas, pero fue Israel. ¿Montaste en globo? Sí, divino, divino. O sea, fue muy romántico, pero pues nuestro sueño era como, pues de lo que nosotros dos hablamos y somos nuestra esencia, vámonos a conocer la tierra de Jesús y yo dije wow, check, o sea eso sí fue un sueño cumplido pero entonces por eso yo le dije a Dios, Señor ya que estoy en tu tierra, quedan embarazadas y fue impresionante cuando llegamos al muro de los lamentos, ahí hay un baño, que es un baño para las mujeres, tú estásamos al muro de los lamentos, ahí hay un baño, que es un baño para las mujeres, tú estás en el muro de los lamentos y hay un baño, y es impresionante porque yo entro al baño y ¡trup! me llega la regla. Y para no llorar mal, y salgo muy afectada, y mi esposo me dijo, tranqui mi amor, o sea, no te preocupes, pero yo estaba como... Claro, porque era tu sueño. Estoy lamentándome aquí. Claro, claro, y entonces terminan esas vacaciones, ya de tu cabeza ese tema cancelado por el momento. Pero, y aquí quiero hacer como un paréntesis y es, mi familia me decía como, ¿y pa' cuándo el bebé? Sí, sí, sí es. Mi familia me decía como, ¿y pa' cuándo el bebé? Ay. Sí, ellos no sabían que él tenía vasectomía. Ellos sabían de mi condición, pero no que tenía vasectomía. O sea, no sabían que las probabilidades eran bajísimas. No, eran cero. Cero, porque él llevaba una vasectomía de 15 años. Entonces, pues, era muy difícil. Y empiezan a decirte, ¿y pa' cuándo? Y losbé y no sé qué pero pues es que miren ustedes también ustedes son como grandecitos depresión 35 años ustedes son como grandecitos no entonces digamos que mi llamada aquí también es como porfa, señora, señor, chico, chica, mujer, por favor, no pregunten eso, no lo pregunten, porque tú no sabes qué es lo que está pasando detrás de esa pareja, ¿sí? Y en verdad es muy difícil, porque a mí me decían, y yo era, ¿cómo digo? Porque mi esposo me había dicho, porfa, sé mi escudera y no digas eso. Pues es que no hay por qué revelar la intimidad de tu pareja. mi escudera y no digas eso. Pues es que no hay por qué revelar la intimidad de tu pareja. Claro, y entonces yo decía, o sea, y yo, no, pues estamos orando y haciendo la tarea, pero pues, o sea. Hay mucha imprudencia, ¿no?, al respecto. La gente como que, además siento que creen que es una obligación ser mamá. Entonces, si te casas, te vas a convivir con alguien, entonces el deber ser es que tengas bebés. Y hay gente que no quiere y hay otra gente que quiere y no puede. Sí, exacto. Y esa información... Yo quería y no podía. Y esa información le llega al corazón a las personas y, Dios mío, o sea, la rompe. Además que es, uno, la presión tuya, ¿sí? Otra, la presión de la pareja, ¿cierto? Porque aunque yo sabía la condición de él, digamos que en este caso era más yo, porque hacer una inseminación pudiera ser más fácil, pero era yo. Pero además la presión de la sociedad. Que es muy fuerte. Y es muy fuerte, entonces digamos que a mí me llegaba el periodo cada mes y yo lloraba mucho. Yo lloraba y yo decía, Dios, ¿por qué? Que es muy fuerte. Porque yo le decía, ¿por qué tú le das pan al que no tiene diente? O sea, porque muchas personas pueden quedar embarazadas y a veces incluso prefieren abortar el bebé, y yo que quiero y anhelo y que somos una familia, pues, que lo amaríamos, tú no nos lo das a nosotros. De alguna manera estabas como de pelea con Dios. Muy peleada con Dios, muy peleada. Entonces, además mi madre, muy hermosa, que te amo, mamá, pero mi mamá me decía, ¿qué hubo ya? Ya. No, era muy duro, muy duro. Y hubo un momento donde yo a personas como muy cercanas les dije, calmémonos, va a llegar en el tiempo que el señor quiera pero internamente nosotros oramos o sea esto es de puertas para afuera no de puertas para adentro oramos mi esposo en este momento calmado y él me dijo a orar, vamos a ponerle esto al Señor, pero no había nada, entonces me dijo, mira, tenemos varias opciones, ¿no? En una conversación con nuestro cafecito y tal, y él me dice, tenemos opciones de hacer un in vitro, bueno, todas esas formas que se pueden, nunca fue una opción de como alquilar un vientre, porque pues digamos que ya eso es mucho para nosotros, o adoptar, y cuando él dice la palabra adoptar, yo dije, listo, aquí fue, porque yo tenía mucho miedo de hacer algo y perderlo. Claro. ¿Cierto? De ser mamá, pues, natural y perderlo. Entonces yo dije, adoptemos. Yo soy felicitad. Oreta, o sea, también ahí es cuando tú dices, una vez manipula la cosa. Sí, los deseos de su corazón. manipula la cosa. Sí, los deseos de su corazón. Además que yo me obsesioné con el tema, o sea, yo ya trataba de no estar peleada con Dios, pero yo me obsesioné. Con el cuento de ser mamá. Sí, yo era como, ya quiero ser mamá, ya, ahora, ahora, ahora, porque además soy vieja, entonces en mi cabeza era, no puedo ser mamá, pero soy vieja porque tengo 35 años, ¿no? Y muchas cosas pasaban por mi cabeza, además yo me acuerdo, mira, yo le escribí a una periodista famosa que trabaja como con cosas de ONG y tal, y le dije, porfa, auxíliame, ¿cómo puedo hacer para adoptar? Tú tienes, o sea, loca, loca, desesperada. Esto fue 2020, ¿no? O sea, loca. Claro, estabas desesperada por ser mamá. Desesperada. Esto fue 2020. ¿No? No, 2019. Loca, loca y tal. Llamé al ICBF y yo dije, nos vamos para el Congo y adoptamos allá. Es más fácil, no sé cuánto. O sea, llamé. Pero ya empeliculada con el tema. Sí, yo dije, este, este, o sea, mi esposo me dio vía libre y dije, aquí fue, nos vamos. ¿Soy mamá o soy mamá? Sí, y yo en tres meses me traigo a mi bebé. Ajá. Y claro, yo llamé pues a como unos lugares así para adoptar niños del Congo y tal y me dicen, claro, tú lo puedes hacer, tú puedes hacer todo el proceso, pero tienes que venir a vivir un año. Y le dije, mi amor, vamos a vivir un año al Congo. Todos por adoptar un niño de allá. Sí. Sin embargo, yo empecé obviamente a orar y mi esposo me dice, Yanis, en verdad ya estás en otra revolución, estás revolucionada al mil, necesito que le entregues ese sueño a Dios. Digamos que a nosotros nos han enseñado mucho de muere el sueño, ¿sí? Sí, como suéltalo. Suéltalo, sí, ponlo en el altar. Pero no es tan fácil para una mujer que quiere ser mamá. Exacto. Digamos que mi relación con Dios es particular porque yo soy la que le digo a Dios como, te odio. Porque es que yo creo que ese es nuestro Dios, un Dios cercano donde tú le puedes decir, estoy muy brava. Un amigo. Entonces, sí. Y yo le dije, Señor, estoy muy brava porque tú le das pan al que no tiene dientes, pero también estoy muy brava porque ¿dónde están tus promesas que me has dado acá? No me has hablado. ¿Cierto? Tú me has dicho, tú me has dicho que yo voy a ser madre, naciones, señor, y hoy no tengo nada. Ah, o sea, te había parecido como algún versículo de la Biblia con eso. Sí, sí, sí, yo lo tengo por acá señalado, lo voy a buscar mientras, pero sí, decía, o sea, Yo lo tengo por acá señalado, lo voy a buscar mientras, pero sí decía, o sea, Tati, Tati obviamente está, lo puede ver más, pero, o sea, promesas con años y tal, y promesas que decían como tú vas a ser madre, y yo, pero madre, ¿dónde? ¿Cuándo? Entonces yo dije, listo, yo le ayudo a Dios. Y es impresionante. O sea, sentías que Dios no tenía el poder suficiente para resolverlo, sino que necesitaba una asistente que lo apoyara en el proceso. Yo fui la mejor asistente, no mentiras. Eso nos pasa, ¿no? Que a veces creemos que Dios necesita nuestra ayuda. Sí, sí. Y es impresionante porque yo fui la ayudadora de Dios. Pero, ¿quién soy yo? Si me entiendes, ¿quién soy yo para hacer el trabajo de Dios? Yo solo puedo hacer cosas naturales. Él hace las cosas naturales. O sea, yo hago lo que yo puedo, ¿cierto? Pero ahí es donde está ese paso de fe y donde tú debes entregarle esa carga. Pero para mí fue muy duro entregarle esa carga, fue muy duro y en la Biblia hay un versículo de una mujer que nos muestra eso, ella se llama Ana y es una mujer que ella era estéril, yo no era estéril, pero es una mujer donde ella se desgarra en la presencia de Dios y ella le dice, si tú me dieras un hijo, yo te lo entregaría, ya estás en otro nivel, o sea, en serio, ya estás muy obsesionada con el tema, entrégalo, y yo me acuerdo que estaba en mi cuarto, y yo le digo al Señor, este es el día, y yo hice esa oración, o sea, yo leí ese versículo, y yo le dije, Señor, yo te entrego la necesidad y el anhelo de ser mamá. Te lo entrego. Yo no lo puedo hacer, yo no lo puedo mover, porque además nosotros habíamos ido a un centro especializado. O sea, hicimos muchas cosas. Todo el proceso. especializado o sea hicimos muchas cosas y en el hacer el centro especializado era o él se hacía la reversión de la vasectomía o yo hacía todo el proceso de in vitro y de inseminación artificial todo eso pero cuando a nosotros nos dicen las cifras yo yo decía... Dios. O sea, era como... Además que no teníamos el dinero, porque en verdad es mucho dinero, la posibilidad no es tan alta, entonces en mi cabeza era como, ¿cómo vas a pagar todo ese montón? Si la posibilidad es como... En mi condición, es menos de la probabilidad normal. No muy complicado. Y claro, al ir al lugar, ¿cierto? Al ir a este centro especializado, yo salgo de allá y yo le digo, no, yo lloré y yo le decía, señor, no, o sea, ¡paila! Sí. y yo le decía, señor, no, o sea, ¡paila! Sí. ¡Paila! Para mí fue muy duro enfrentar esa realidad, de muchos no. No por acá, no por acá, no por el centro especializado, porque, listo, tú dices, pues hago un crédito, vendo el carro o hago algo, pero la probabilidad era, no sé, 20, 30%. Sí, muy baja. Muy baja, entonces yo dije, bueno, mi esposo me dice eso y yo en ese momento de oración así desgarradora le digo, Señor, solo tú puedes hacer algo, pero yo te lo entrego acá. Y en mi corazón yo sentía, vas a dejar de amarme, si tú no eres mamá, porque tengo hijos para que bendigas, pero de pronto no es la manera que tú piensas, entonces, al final, le dije muchas cosas al Señor, y le dije, Señor, no importa si sea un bebé de semáforo, o sea, yo insistía, si sea un bebé de semáforo, o sea, yo insistía si sea un bebé de semáforo yo lo recibo, Señor, yo lo recibo, pero obviamente mi oración, yo creo que pude pasar dos, tres horas en oración de entregar o sea, yo lloré y lloré y lloré tanto yo le dije, sí, Señor, yo te lo entrego te lo entrego. ¡Qué difícil! Fue muy difícil. ¿Y qué empezó a pasar ahí después de esa oración poderosa de entrega? Eso fue como en octubre, noviembre. Dios me da una palabra, esto es 2020 y vamos a entrar a pandemia. Y Él me da una palabra como febrero, marzo. Yo me voy de viaje con mi mamá porque queríamos estar como tiempo las dos, y el Señor me diceillo, cosas que yo había hecho en el pasado, Dios me dice, no quiero que vuelvas a tomar nunca más, y pues hay un versículo de eso, y él dice, es que si yo te doy un hijo, él va a ser entregado para mí, pero este niño no puede, pues, tomar nada de licor, ni vino, ni sidra, dice la palabra de Dios. Y yo le dije, listo, señor, trato hecho. Lo que sea, pero dame el hijo. Pero yo ya le había entregado mi anhelo al señor. Sí. Esto es marzo, tuve un tiempo de restauración con mi mamá especial, porque Dios fue así, así como cuando viví en Estados Unidos con mi mamá especial porque Dios fue así así como cuando viví en Estados Unidos con mi papá y marzo, abril, mayo ya estábamos en pandemia y es impresionante porque yo normalmente le digo a Dios, Dios, yo quiero un regalo especial, mi cumpleaños es el 21 de junio, yo empiezo a orar como un mes, un mes y medio antes. Señor, quiero algo especial para este año, quiero ser tu consentida, quiero tal, pero ese año le dije, yo sé que yo te entregué, pero yo quiero ser mamá. Y mi oración, si tú dices, ¿qué quieres de regalo de cumpleaños? Es ser mamá. ¡Wow! Como llegue, un bebé de semáforo, como llegue, una persona que me diga... Cuídamelo. Sé la tía política, pero lo voy a tratar como mi hijo, así lo voy a hacer. Obviamente, mi esposo tiene hijos, ¿no? Y los amo. De hecho, amo a la mamá de ellos, nos llevamos súper bien pero pues ya ellos son grandes, ellos tienen 26 años, claro, querías tu muñeco, tu bebecito entonces y yo me acuerdo que en ese momento de la oración, cuando yo le estoy pidiendo por mi cumpleaños, yo le dije, es que tú le habías prometido esta visión a mi esposo en su encuentro, la visión de haber visto un hijo prometido para él, y de hecho yo tengo acá como varios versículos de esos, y dice, está en Isaías 54, 1, y dice, está en Isaías 54.1 y dice, regocíjate estéril la que no daba a luz, eleva una canción y da voces de júbilo la que nunca estuvo de parto, porque más son los hijos de la desamparada que los de la casa ha dicho Jehová, ensancha el sitio de tu tienda y las cortinas de tu habitación serán extendidas y no sean extendidas, no seas apacada, y bueno, él dice otra cosa, y lo más cherro es que mi esposo también recibe esta misma palabra pero él no me dice y él compró una lavadora de esas que son grandes, que son... O sea, él ensanchó la tienda. Él ensanchó la tienda, y yo cuando veo la lavadora... ¿Qué pasó? Y me dice, no, aquí para lavar la ropa, pues la ropa de bebé o algo así, porque yo sé. Y yo como, ok, o sea, yo no entendía, pero él sí. Ven, hablas de encuentro, la gente que de pronto no ent pero él sí ven, hablas de encuentro la gente que de pronto no entiende este término es como un encuentro con Dios ¿cierto? al que uno va cuando hace parte de una iglesia, en el caso la tuya y es como un espacio de oración un espacio espiritual donde se encuentran con Dios cara a cara sí, digamos que específicamente el encuentro del lugar de su presencia es un tiempo de sanidad. Tenemos 12 pasos de sanidad donde sanan tus emociones, hacen unas oraciones específicas para sanar esas emociones, sanar tu vida, sanar tu pasado y demás. Y es ese encuentro con Dios, ese primer cara a cara con Dios donde tú vas a hacer clara que el que te va a sanar ahí es el Señor. Y ahí fue donde tu esposo recibe la misma palabra que tú recibiste por otro lado. Sí. Ya, había que ensanchar la tienda, mujer. Él ensanchó la tienda, pero muy charro porque estamos pandemia, o sea, nadie sale. Sí, raro. nadie sale, pero fíjate que esas son las cosas que uno dice, Dios y Dencia, Dios, o pues como tú lo llames, que estás ahí escuchando, pero él compra la lavadora, llega, cierran pandemia, o sea, nos encierran, no teníamos cómo conectar la lavadora, se me daña la lavadora que yo tenía antes. Ay, no. Él la conecta, y bueno, esas cosas pasan, tal, en medio de la loquera de la pandemia, nosotros empezamos a hacer ejercicio dos veces por día, todos los días. ¿Y eso qué hizo? Empezar a condicionar el cuerpo. Sin darte cuenta. No, yo decía, me voy a poner fit, porque yo no jamás. Va a aprovechar la pandemia. O sea, que salga de aquí fit. Y entonces empezamos a hacer mucho, mucho ejercicio, tanto que yo tengo una foto del antes y después, y ya tenía cuadritos marcados, o sea, fue impresionante, pero hizo algo muy especial en mi salud y fue fortalecer los músculos. Claro. ¿No? Entonces sí tenía la condición de mi astenia, pero fue fortalecerlos, fortalecer la espalda, que es lo que más hoy en día me duele, y preparar el cuerpo. Sin darte cuenta. Sin darme cuenta, porque mi objetivo era ser fit. Ok. Bueno, oración hecha, pero yo nunca más durante ese mes y medio oré por eso. Yo le dije, señor, ahí te entrego mi oración. Dame mi regalito y ya. Pero ahí te la puse en tu cajón, ¿sí? Ok. Tú verás si la sacas, no la sacas, ahí te la entrego. Pero ojalá la saques. No, no, no, yo... Ya estabas en serio, la soltaste. No, yo la verdad le dije, señor, o sea, si tú me preguntas, esa es mi oración. Ok. Y ahí te la entrego, y yo seguí mi vida normal y tal. Toda la pandemia, o sea, todo ese mes de mayo, bien, pero justo de los primeros días de junio empiezo como con el colon inflamado, yo le decía es que me parece raro porque estamos comiendo bien, y él me decía si nos va a tocar mirar como pedimos una cita porque el colon estaba inflamado y me molestaba y yo pero estamos haciendo comida saludable, todo, o sea en verdad estábamos teniendo una vida fit así como pues como todas las que son fit y muestran y cosas o sea juiciosa contra la alimentación y osos con o menos 15 de junio colon así, o sea una flor en mi colon y yo no y claro, mi esposo me dijo baila el colon, listo 17 de junio me tenía que llegar la regla nunca llegó, 18 19, 20 y yo, ok señor yo miré y yo dije, no voy a decir nada, y no le voy a decir nada a él. 21 de junio es mi cumpleaños, y dije, estoy embarazada, estoy embarazada, o sea, yo soy muy regular, pues por obviamente todo mi tema, y yo soy súper regular, y yo le dije, yo me acuerdo que entré al baño y yo le dije dios estamos embarazados en serio señor no me vas a no me vas a poner a desilusionar el señor estoy embarazada y yo salgo y él me mira como y está esposo esta señora está hablando sola en el baño con quien está hablando como ok yo no digo nada y yo solo solté una lágrima y le dije, yo creo, o sea, así temblando, es que me acuerdo y me da como mucha emoción. Y le dije, estamos embarazados. ¿qué dices eso? Pero él me dice, es que es raro, a mí no me han dado como rebotes, porque a él lo más charro de la vida es que cuando a mí me va a llegar el periodo, a él le dan rebotes. ¡Ay, qué loco! Y me dice, sí, tan raro, yo estoy como bien, y yo, pero es que tengo el colon inflamado, y me dijo, pues, ya, pidamos la cita, entonces había que esperar, porque eso no era una prioridad de COVID ni nada, pidamos la cita virtual y tal, pero no te vas a hacer una prueba de esas caseras, no la voy a ir a comprar, no nada de nada. ¿Por qué? No, él me dijo, no, vamos a confiar en Dios. ¡Ay! Punto. Y oramos, digamos que ahí ya era cuando tú podías como medio salir. Sí. Y oramos, y fuimos donde mi suegra, que además pues era la más. Fuimos donde mi suegra y estaba la hermana de mi esposo y ella me dice, ay, ¿quieres un pedacito de torta? Y yo, sí. Yo sabía, nadie sabía. Y yo como, y pues ella me dio mi torta y tal y yo, ay tan rica esta torta me das otro pedacito y ella dijo, esta está muy rara y ella me ofreció pues ellos no son tomadores pero ella me ofreció como una copita de vino y yo, no gracias, no voy a tomar ¿por qué? y yo, pues ¿por qué no? porque Dios me dijo que no y no voy a tomar y ahí dije nunca más entonces bueno para ellos fue como bueno como raro en ese momento yo no era comedora de dulce o sea yo amo el chocolate lo amo mal pero yo decía chocolate no que perez y ahí si recibiste normal no era una torta como Amo el chocolate, lo amo mal, pero yo decía, ay, chocolate no, que pereza. Y ahí sí recibiste normal. No, era una torta como de mora y eso. Y yo, bueno, me comí dos pedazos de torta y todos como, pero si Diana no come esto. Bueno, listo, los días pasaron, pedimos la cita. El primero o el 2 de julio me dan la cita virtual. Yo le digo a la doctora como mira doc, es que en verdad me estoy sintiendo muy como como muy incómoda y ella me dice pues listo, y yo le dije pero además, bueno, te hacen las preguntas de rutina, tu regla y no sé qué, le dije no, llevo como una semana sin nada y me dice pues hagamos la prueba pero lo más probable es que sea algo negativo, pues, por obviamente tu condición, tu situación, bueno, en fin. Yo, bueno, está bien, voy, me hago la prueba en el centro, tal, y esperando, ¿no? Y yo espero la prueba, creo que me la hice a las ocho de la mañana y a las cuatro de la tarde me entregan el resultado. No, qué estrés. Y yo le digo a mi esposo, listo, ábrelo tú. No. Y él abre y me dice, yo no sé leer esto. Cuando dice positivo, seis semanas. Ay, no. Estábamos embarazados con seis semanas de embarazo. No. Y fue una cosa que yo decía, o sea, muchas mujeres como han tenido y han experimentado pérdidas, pues prefieren no decirlo hasta los 12, hasta las 12 semanas y ese tipo de cosas. Yo dije, esto hay que comunicarlo ya. ¿Al mundo? Sí, esto hay que decirlo, y entonces yo cogí, preparé como una fotico y tal, y a todo el mundo que conocía, que sabían que estaban orando por nosotros, como, vas a ser tío, vas a ser tía. Ah, qué lindo. Y sí, esa es nuestra historia. Pero impresionante, porque es que claro, uno te escucha acá, ya después de haber pasado por eso, y uno dice, qué linda historia. Pero el proceso para llegar allá tuvo que haber sido muy duro, muy difícil. Y entonces cuando ya te confirman y todo, ¿qué hablaste con Dios? No, pues obvio, súper agradecida y todo. Y yo le dije, listo, señor, treinta y seis años y estoy embarazada. Bon bilebrán, miastenia, vasectomía, pero estamos embarazados, gracias Dios, y bueno, fue como esa fiesta. ¿Cuándo nació tu bebé? Entonces, David nace él, ah, bueno, siempre tenemos esa intención de, es que queremos que sea parto natural, y yo empecé a orar por ese parto natural, y ahí es como, en verdad, no iba a ser así, y el doctor me dijo, no va a ser así, porque por tu condición hay que ponerte un medicamento para evitar que te desangres. Ah, claro. Sí, además que no es sólo cuando te hacen el proceso de abrirte y demás, sino que es, puedes tener una hemorragia interna. Entonces yo dije, bueno, David nunca se dejó, bueno, es niño, nunca se dejó ver ni su corazón ni su cara. O sea, realmente él no. Y yo siempre oré por Dios, por favor, toma el control del cordón umbilical. Porque el chino lo veíamos como bien intenso, jugando y tal, y se chupaba su cordón umbilical y tal. Y yo oraba mucho por eso. Pero espérate, ¿no tenías el deseo de saber si iba a ser niño o niña? Sí, y en algún momento, digamos que de la familia de mi mamá, todas eran niñas, entonces yo dije, va a ser niño. No, mentira, será niño. Ajá. En el examen nos dan ese resultado y el resultado era pues Davidid o sea un bebé saludable en todo el sentido sin mi condición cierto porque pues también era para evaluar eso sin mi condición y revelaba el sexo del bebé y claro cuando me dicen, a mí me dio como una... no sabía mi emoción, porque para mí, en ese momento, pensar criar un niño era una responsabilidad muy fuerte, muy fuerte. Pero cuando me voy a la historia de Ana, ella le pidió un niño para dedicárselo a Dios, o sea, un varón. Y yo le dije, señor, por algo me estás dando un niño. entonces claro para mí fue como hacer ese proceso de es tu hijo ayúdame tú porque quiero ser una buena mamá mi esposo en todo el proceso ya había sido papá entonces me decía, ay fresca, relajada no sé qué, pero uno de mamá primerizo es otro nivel entonces sí me compartiste en algún momento tuve la oportunidad de ver esa ecografía que te hicieron que realmente me impactó. ¿Qué viste ahí? Sí, esa creo que es como la última ecografía. Todo este proceso fue de mucha mucha oración de parte de toda la familia, aunque hay muchos que no son cristianos ni nada hay gente que en verdad pero sé que alrededor de ese nacimiento había mucha oración y en esa última ecografía y tenemos un versículo ahí que dice yo lo sostengo de mi mano. Y cuando toman la ecografía, yo quedé impactada porque la ecografía es una manito, se ve la manito del bebé, y se ve una mano grande sosteniendo al bebé. Y yo, o sea, esa es como mi insignia de, esto es un milagro. ¿Sientes que es la mano de Dios? Sí, totalmente. Eso no tengo duda. Y de hecho yo puse un post en Instagram y decía es que este, o sea, como en verdad es un milagro de Dios y el que lo sostiene es él. A todas estas, pues, nos dimos cuenta porque él lo estaba sosteniendo. A todas estas, pues, nos dimos cuenta por qué él lo estaba sosteniendo, y es que cuando a mí me hacen el proceso de detener a David, hacen, digamos, mi esposo pudo entrar, y hacen la incisión y demás, todo programado, a las casi 11 me tienen que poner el medicamento porque debían esperar dos horas, dos horas exactas, entrar a cirugíaía o sea, rajar para, o sea, para contener muchas cosas, poner proteína poner, bueno, todo eso yo preparé mucho ese momento mucho, y yo empecé el anestesiólogo me decía como lo que tú estés haciendo, síguelo haciendo, y yo estaba orando en lenguas. Ay, no. Y yo decía, Dios mío, acompáñenos, o sea, sé tú sobre la mano de cada uno de los médicos, Señor, porque claro, entró un equipo grande a atenderme, entonces mientras el doctor sacaba al bebé, tenían que contener que yo no me fuera a desangrar. Claro, difícil. tenían que contener que yo no me fuera a desangrar. Claro, difícil. Yo me acuerdo que por este lado yo veía a mi esposo, así diagonal veía un reloj, en el reloj marcaron la 1 y 6 cuando sacan al bebé, ¿cierto? Y después yo digo, en mi razón, que yo salí como a los 40 minutos, mi parecer. Entonces, bueno, hacen todo el proceso, sacan la bolsita porque literal tenían que sacar todo, sacan la bolsita, abren, mi esposo está ahí adentro, y cuando él hace así, y el doctor le dice como, no vaya a mirar, a decir nada, se dan cuenta que David estaba enredado en el cordón umbilical dos veces y ya se estaba poniendo morado. Ay, qué susto. Y él empieza a hacerle masaje al bebé. Yo no sentí eso, yo nunca percibí eso, yo pensé que todo fue así, pum, salió, cortaron tal y me lo presentaron. No. Mi esposo vio una película súper diferente. No te lo puedo creer. Entonces, claro, ahí entendí por qué Dios tenía sostenida su mano. Y para mí fue como una confirmación de mi enfermedad, él la usó para bien, para salvar la vida de David, porque si yo lo hubiera tenido por parto natural, se muere. Uy, claro. Sí, o sea, no es lo mismo que una vez a dos veces, o sea, cuando tú haces la puja, sabes, como que se estira el cordón y... Entonces, o sea, fue impresionante. Salen, limpian al bebé y tal, me lo presentan y yo dije, igualito a mi papá. O sea, yo no lloré yo solo quedé como, hijua, y para mí fue risa y la verdad es que para mí, o sea este tiempo no ha sido sino de risa porque David es lo máximo ha sido ese tiempo donde tú ves esa misericordia de Dios y él dice, vos podés. Ay, qué lindo. Vos podés con esto, vos podés sacar un niño valiente, guerrero, esforzado, pero también puedes ser una mujer valiente y esforzada, ¿no? Entonces, bueno, sacan a David y lo organizan tal, mi esposo se va. ¿no? Entonces, bueno, sacan a David, lo organizan tal, mi esposo se va, él después me cuenta que él esperó muchas horas para que me sacaran a mí del proceso, yo para mí fueron 40 minutos, él dice pasaron 4 horas y él ya se angustió y él dijo, aquí pasa algo porque la probabilidad era 50 y 50, 50 se queda, 50 se muere y él dijo, él oraba era como, Dios, no me vayas a dejar sin ella. No, claro. Yo estaba tranquila, relajada, pero claro, el proceso, él era muy diferente. Cada uno estaba viviendo su película diferente. Sí, sí, por eso yo amo a mi esposo, porque él es de verdad un valiente guerrero, o sea, es impresionante, ha sido un proceso de mucho aprendizaje, digamos que yo no viví una maternidad natural de los vómitos, la cosa, o incluso después del parto, ese dolor, ¿no? que muestran cuando están lactando, que es súper difícil, para mí todo ha sido un disfrute. Claro, además porque tenías ese anhelo tan gigante en tu corazón. ¿Y cuánto tiene tu muñeco ya? Bueno, David tiene tres años y medio. Hoy tengo 42, mi esposo 50, y ha sido una bendición. De hecho, la palabra que Dios nos dio en ese tiempo fue el Salmo 3, que habla que él es nuestro escudo y él fue mi escudo, él ha sido mi escudero. Pero con respecto a David, él nos dio Hechos 13, 22, que habla acerca de que él ha escogido a David, un hombre conforme a su corazón, y Él realizará todo lo que Él quiera. Sin embargo, digamos que en medio de todo esto, cuando yo miro hacia atrás, y a todo ese pasado, en los primeros días, o antes de nosotros casarnos, Dios nos había dado una palabra que se llama, bueno, que está en Jeremías 29.11, que dice, mis planes son de bendición para darte un futuro y una esperanza. Y él ha sido mi esperanza. ¡Qué divino! ¡Qué lindo eso! Seguramente hay muchas mamás escuchándote, incluso mujeres que no han podido ser mamás, que es más complicado, o fue tu caso en algún momento, y quisiera que le regalaras ese mensaje de esperanza a esas mujeres que de pronto ya dieron por perdido la ilusión y el deseo de ser mamás, que han luchado con todas sus fuerzas, que han hecho hasta lo imposible como fue tu caso y que ya dijeron como, esto no es para mí. Yo creo que mamá puede ser cualquier persona que anhele ser mamá, ¿sí? Yo hoy en día no descarto la posibilidad de adoptar, de verdad. O sea, si Dios nos da otro bebé, pues si tengo como la cosa y mi médico me dice, es como la edad para Dios no hay nada imposible y es nuestro caso y hoy en día yo digo y tú me lo preguntaste antes y yo decía, ay, ¿será que puedo ser mamá? es que David hace como por tres entonces es, o sea no hay nada imposible para Dios, ¿sí? Dios puede usar muchos métodos. En mi caso, yo decidí, y nosotros con mi esposo como pareja decidimos no buscar fuentes externas, como la medicina tradicional de vasectomía, pues in vitro y todo ese tipo de cosas, sino que decidimos creer y confiar en que Dios iba a ser, entonces tú puedes ser mamá bendiciendo niños de afuera, que fue nuestro caso antes de ser papás, digamos naturales, decidimos confiar en el Señor, pero mi oración, y hoy en día yo oro por mujeres que de pronto, me dicen Diana, es que a mí me diagnosticaron que soy estéril, a mí me, o sea, llevo mucho tiempo con mi esposo, quiero ser mamá y no puedo, yo, amiga, ahí te tengo en mi pared y oro por ti. ¡Oro por ti! Sí, de hecho, yo conozco dos personas de la iglesia que, de hecho, son visibles y están en la alabanza. Chicas, estoy orando por ustedes. Esta historia es súper poderosa, y no solo la tuya, Diana, mira que Lili Pink piensa que detrás de todas las historias de las mujeres hay un superpoder. Y aquí te tengo una pregunta que te la envía Lili Pink para que la leas y la respondas. Ok, esto sí es una sorpresa. ¿Cómo enfrentaste y superaste un desafío que parecía imposible? Corchada, pero no quiero ser corchada. corchada, pero no quiero ser corchada hay muchos desafíos que uno piensa que son tan imposibles pero en mi caso este desafío era tan imposible a los ojos de la humanidad que yo se lo decidí entregar al Señor y Él hizo de la nada algo posible para mí es Dios Jesús es mi refugio y cuando yo tengo algo imposible se lo entrego a él. Yo hago mi parte, pero decidí no hacer la parte de ayudarle y ser la asistente de él, sino de creer que él me decía, vos podés, pero lo conquistas todo en oración, y ahí es cuando yo veo esa grandeza, y a veces puede que no, la respuesta no llegue como tú quieres, a veces puede que la respuesta no sea lo que tú quieres, Pero Él dice, yo te voy a mostrar después que me voy a glorificar en esto. Entonces, es así en mi caso. Jesús es la respuesta. Me encanta. Y espero que sea la respuesta de muchas mujeres y muchas personas que nos están escuchando en este momento. Hay algo muy especial de todo lo que has dicho, Diana, en este episodio tan lindo, que me queda a mí en el corazón y tiene que ver con los tiempos. A veces estamos muy encasillados en que las cosas tienen que ocurrir en nuestro tiempo, a nuestra hora, cuando nosotros queremos, y el hecho de que no ocurran en nuestro tiempo no significa que no van a pasar. Entonces, para todas esas personas que de pronto están no solamente esperando un bebé o anhelando un bebé, sino anhelando el cumplimiento de un sueño, un trabajo, un viaje, una relación y quieren que eso sea ya, pues aquí enfrente tenemos una mujer que en el tiempo de Dios recibió su milagro. Así es. Y hace poco tú tuviste a Paula Andrea Betancourt. Sí, hablábamos de lo mismo tuyo. Digamos que ella pues obviamente es mucho más adulta, pero ella también tuvo ese tiempo de conexión con el Señor, ¿cierto? Total. Y recibió un milagro que además su princesa es linda, es una muñeca. Yo creo que lo he experimentado y te lo contaba antes, tuvimos que esperar un año para que mi esposo hoy tenga un trabajo maravilloso tiempo, cierto tuve que esperar 35 años para casarme con el hombre de mi vida, tiempo cierto, y yo creo que ahí es cuando tú debes decir cierro mis oídos a la voz de afuera y prefiero decir me preparo como mujer para recibir y empezar a conquistar esos milagros, ¿sí? Ese sueño, si tú quieres irte de viaje, ahorra, así sea de 100 en 100, algún día vas a tener, ¿cierto? para ser una mujer profesional porque a veces estamos viendo todas esas mujeres increíbles en Instagram y en las redes pero ellas tuvieron un comienzo y yo creo que es ahí cuando no podemos desperdiciar ese comienzo tú en este momento como mujer podés hacer como el podcast, vos podés hacer que ese milagro se cumpla, pero tenés también que entregar, ¿sí? Y en esa entrega es, yo tengo que entregar la pereza, yo tengo que entregar la conformidad de que mi vida es así, yo no voy para nada, porque esto solo le pasa a esas, ¿cierto? Y yo creo que ahí encontramos la respuesta que que dijimos al principio ¿no? Como yo sí puedo y Dios me escogió para un tiempo como este porque yo en el secreto lo busqué y él me o sea, y él me sacó a la luz de recompensa en público de recompensa en público pero hay muchos milagros O sea, y él me sacó a la luz. De recompensa en público. De recompensa en público. Pero hay muchos milagros. A ver, ¿querés ser una mujer fit? Pues cierra un piquis el pico. Sí, claro. ¿Cierto? Y hace ejercicio tres veces a la semana. ¿Querés ser una mujer emprendedora? Empezada desde cero, ¿cierto? Y hace pasitos, un día a la vez. Algo que nosotros y que yo hoy en día que sirvo con mujeres y estoy en una... Digamos que mi servicio es como psicólogo voluntario porque yo les conté que era psicólogo, pero hay un ministerio en la iglesia que es hermoso y es un ministerio que ayuda a personas con diferentes adicciones, pero no solo la adicción normal, sino adicción a la aprobación, adicción a la codependencia y demás. Y yo les digo, y es una oración que nosotros hacemos y es como, vive hoy. Sobre el pasado tuya no puedes hacer nada. Yo no puedo cambiar mi condición de bombi, lebrán y todo lo demás, pero yo le puedo decir, señora, salgo de acá, ¿cierto? Pero no me voy a estar llorando sobre tengo esto, sino como, Dios, hoy yo puedo decir de eso, de esa nada, de la nada de mi esposo, porque no había nada, de la nada de la enfermedad, tú hiciste a David, ¿sí? Y yo decidí creer eso, y hoy tú puedes hacer, y el mañana es incierto, mañana no sabemos, mañana puede que, no sé, la condición cambie, pero no lo sé, ese no es el control que yo tengo, entonces de hoy yo puedo tomar una acción, y algo que creo que tú dijiste hace poco también, es como yo tengo que ser agradecida, yo tengo que agradecer este momento, o sea, hoy además lo he disfrutado muchísimo pero es como, gracias Dios por esto, o sea, gracias porque en verdad es como esto no lo vamos a volver a repetir o sea, a menos de que yo sea la que te entreviste después, pueden pasar las cosas así pero no, nunca más o sea, nunca vamos a volver a hablar de esto, entonces yo tengo la acción sobre hoy, y te reto a ti mujer, da gracias hoy por tu condición, independiente del sueño y el anhelo que estás buscando, y echa para adelante sabiendo que eres una mujer que puede, vos podés hacer algo hoy. Diana, qué mensaje tan lindo, gracias por compartir tu testimonio, y espero haya sido de mucha inspiración y de mucha fe y esperanza para todas esas mujeres, sobre todo esas que quieren ser mamás, para que no desistan y oren, oren mucho, porque Dios realmente hace milagros. Esto es Vos Podés, el podcast. Soy Tatiana Franco y esto es Vos Podés, el podcast. Vos Podés, el podcast.