La represión a la protesta en América Latina: un jugoso negocio para los vendedores de armas no letales.

La represión a la protesta en América Latina: un jugoso negocio para los vendedores de armas no letales.

05 de ago de 2024

Este episodio examina la tendencia de represión sistemática de las protestas sociales en América Latina, una narrativa que se ha fortalecido en la última década. A partir de 2017, Venezuela fue uno de los primeros escenarios de protestas masivas, seguidas por estallidos en Chile, Bolivia, y más recientemente en Colombia y México, entre otros países. A la luz de estos acontecimientos, el libro 'Humo en la calle' dirigido por María Teresa Ronderos ofrece una investigación profunda sobre el uso de armas no letales y la represión de la protesta en la región, destacando cómo estas acciones no solo han acallado voces disidentes sino también impulsado un lucrativo negocio para los fabricantes de armamento.

Capítulos

Origen de las protestas y represión en Venezuela

El episodio comienza contextualizando las protestas masivas iniciadas en Venezuela en 2017, relacionadas con la convocatoria de una nueva Asamblea Nacional Constituyente por parte del régimen de Nicolás Maduro. A partir de este punto, se desentraña un patrón de represión brutal que dejó cientos de muertos y denuncias de fraude electoral.

Protestas en América Latina y el papel de las armas no letales

La discusión se expande hacia otros países como Chile, Colombia, y México, en donde se usaron armas no letales para reprimir protestas sociales desde 2019 en adelante. Se profundiza en la descripción de cómo estas armas no letales, en muchos casos, se han convertido en letales debido a su uso indebido.

Investigación en el libro 'Humo en la calle'

Se introduce el libro 'Humo en la calle', coordinado por María Teresa Ronderos, que expone un amplio trabajo de investigación sobre el uso de las armas no letales en Latinoamérica. El libro identifica patrones comunes de represión y cuestiona la eficacia y ética de este tipo de violencia estatal.

El mercado de armas no letales

Se revelan detalles sobre el negocio de las armas no letales y los proveedores más destacados en la región. Se expone cómo estos negocios lucrativos han prosperado a expensas del sufrimiento de los manifestantes en América Latina. También se mencionan las conexiones y tránsito de armas entre países para apuntalar la represión.

Impunidad y desafíos legales

Finalmente, se aborda el tema de la impunidad que rodea al uso excesivo de la fuerza en las protestas. Se discuten los desafíos legales para responsabilizar a las fuerzas del orden y las empresas involucradas, subrayando la falta de justicia para las víctimas en la región.

Conclusión

La represión de las protestas en América Latina no solo evidencia una problemática social y política grave, sino que también destapa un negocio millonario de armamento. A pesar de ser armas consideradas no letales, su mal uso ha perpetuado la violencia y dejado numerosas víctimas mortales y personas con heridas permanentes. La falta de rendición de cuentas y la transparencia en el uso de estas herramientas es un reto que requiere atención urgente para garantizar los derechos de los manifestantes y promover la justicia social.

Menciones

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               Las protestas y los estallidos sociales vienen marcando la coyuntura política latinoamericana desde hace por lo menos seis años, siete años, incluso antes del COVID. La primera protesta que se sintió fuerte y dura comenzó en Venezuela, en el 2017, cuando miles de venezolanos salieron a protestar contra Nicolás Maduro por cuenta del anuncio del régimen de que iba a convocar a una nueva Asamblea Nacional Constituyente. La protesta se reprimió con represión. Se encarcelaron a muchos de los líderes opositores y el gobierno de Maduro mostró su cara más dura. su cara más dura. El 2017 significó para Venezuela un periodo que estremeció columnas sociales, políticas, económicas, un tiempo de protestas antigubernamentales que dejaron 120 muertos, elecciones ganadas por el oficialismo y calificadas de fraudulentas por la oposición, y un cierre con una hiperinflación nunca vivida. Pero no solamente las protestas fueron reprimidas en Venezuela. En Chile, en el 2019, cuando la gente joven salió a decir que ya no podía más y que quería un cambio, un cambio constitucional, también tuvo que sufrir la represión. Los enfrentamientos se han vuelto a repetir en Santiago de Chile, un día después de cumplirse un mes del estallido social más grave en casi tres décadas de democracia en el país. Los choques violentos entre fuerzas del orden y manifestantes se produjeron en las calles aledañas a la Plaza Italia, epicentro de las protestas. Los policías utilizaron agua a presión y dispararon bombas lacrimógenas y perdigones, mientras los manifestantes les lanzaban piedras. hemógenas y perdigones, mientras los manifestantes les lanzaban piedras. Después vino la América Latina post-COVID, que llenó de protestas las calles de varias de las ciudades más importantes de la región. Paraguay, México, donde los feminicidios hicieron que muchísimas mujeres salieran a denunciar ese atropello a las mujeres y a sus derechos sexuales y reproductivos. ¡Viva la Cheparo! ¡Viva la Cheparo! Para no hablar de lo que sucedió también en Bolivia, un país en el que desde el 2019 se viene protestando. Estallido de violentas protestas en Bolivia mientras el presidente Evo Morales se acercaba a una nueva reelección. El mandatario quedó el lunes a un paso de ganar en primera vuelta las elecciones en Bolivia, pero su rival, el expresidente Carlos Mesa, denunció un fraude. Miles de personas se manifestaron en La Paz y otras ciudades del país. ¡El pueblo, el pueblo, ¿dónde está? ¡Es un fraude total! ¡Está claro que no quieren a Evo Morales! Para no hablar de lo que sucedió en Colombia, que todos sabemos qué fue lo que ocurrió en el estallido social en el 2021. Las balas que disparaste van a volver. La sangre que derramaste la sacará. La sangre que derramaste La sacará Y el círculo se cierra otra vez con Venezuela. Hoy las calles de Venezuela están invadidas por la protesta y por miles de venezolanos que han salido a aupar a María Corina Machado, la líder de la oposición, que sigue exigiendo que se muestren las pruebas sobre las cuales el Consejo Nacional Electoral dictaminó que el nuevo presidente es Nicolás Maduro, porque ellos en la oposición tienen otros datos basados en actas y en sus actas el ganador es Edmundo González Urrutia, el candidato de la oposición. Venezolanos que consideran fraudulento el triunfo del presidente Nicolás Maduro en las elecciones del domingo han salido a las calles a protestar en diferentes puntos del país. En redes sociales circulan videos donde se observa grupos de manifestantes derribando estatuas del fallecido exmandatario Hugo Chávez. La protesta social es también un jugoso negocio que funciona sin ningún límite ético y del que se lucran empresas productoras de armas y las fuerzas militares y de policía de casi todos los países de América Latina. Esta es la gran conclusión del libro Humo en la calle, en el que trabajaron muchísimos periodistas de cerca de ocho países de América Latina en donde hubo protestas sociales. La directora de este proyecto, María Teresa Ronderos, está con nosotros aquí en Afondo. María Teresa es además directora de CLIP, otro proyecto regional de periodismo investigativo que busca encontrar las historias cruzadas en América Latina. El libro contó con la edición de otro gran periodista colombiano, Lorenzo Morales, fundador además de Cero70. Lorenzo Morales, fundadoraesta social es un delito. Pero también hay regímenes democráticos en donde se permite la protesta y los ciudadanos pueden salir, de hecho, a protestar. Eso también sucede. Sin embargo, lo curioso y lo que descubre este libro es que tanto en los regímenes que no son abiertamente democráticos como los que se dicen democráticos, la estrategia para contener la protesta social parece que es el cuerpo encargado de enfrentar las protestas, utiliza las armas no letales. Es decir, como el spray de pimienta, los bastones y defensas, el taser, ¿se acuerdan? El que le gustaba a Pacho Santos, la bola balística de goma y las lanzadoras de pimienta, entre otros. Lo que descubre esta investigación con este libro Humo en la calle es que estas armas no letales están produciendo la muerte de muchos de los protestantes, porque o bien no la saben utilizar, las unidades que tendrían que ser internadas para ese trabajo, o porque consideran que la protesta hay que reprimirla a como dé lugar. Esta investigación que lideró María Teresa Ronderos fue hecha en ocho países, comenzando por Colombia, Venezuela, Guatemala, Bolivia, Perú, Brasil, Ecuador y Argentina. Pues esta aventura comenzó hace como unos dos años, que nos juntamos varios de los colegas de América Latina, de distintos países, y varios decían, oye, aquí nadie ha investigado el tema de quién vendió esas armas, quién entregó esas armas, cómo la policía las usó. O sea, como que hubo una coincidencia de que eso era un tema. Y empezamos a escarbar, entonces nos juntamos como unos 15 periodistas, ya no me acuerdo exactamente la cifra, y empezamos a investigar y empezamos a descubrir primero quiénes eran los grandes proveedores de armas de la región, de armas no letales, por supuesto, las llamadas armas no letales o armas menos letales. ¿Cuáles son? Son los gases lacrimógenos, los balines de goma o de perdigón o de este tipo de balín que no mata, en teoría no mata, las armas de electroshock. Y hay varias otras, obviamente también están los tanques, están las cachiporras, están los chorros de agua, todo este tipo de, digamos, de gran parafernalia para contener manifestaciones. ¿Qué es lo que se supone que deben hacer? Y es bueno saber la teoría para saber cómo es que las venden y por qué las compramos en nuestros países y gastamos mucha plata en ello. La teoría es que cuando sale una manifestación furiosa, como decías tú, un montón de gente furiosa, protestando, etc., el gobierno tiene la obligación de contener, digamos, no de atacar ni de nada, porque si hay una democracia hay derecho a la protesta, entonces de contener para que no vaya a haber desmanes, para que no se afecten a otras personas que están por allí paradas y sobre todo para proteger a los mismos manifestantes. Se supone que es por su derecho, proteger su derecho a protestar pacíficamente y también a los policías que también salen a confrontar eso y muchas veces son muchachos que están allí a veces mal vestidos a tratar de defenderse de a veces hordas. Entonces, esa es la teoría. ¿Cuál es la práctica? Que la práctica, en lugar de contener lo que se demuestra en todas las protestas, desde México hasta Guatemala, hasta por todos lados, es que esos policías usan esas armas de manera muy violenta, las usan de manera equivocada, las compran los gobiernos supuestamente con entrenamiento incluido, pero los entrenamientos son de, haz de cuenta, ocho horas, diez horas, y en diez horas uno no aprende a manejar un arma como la Venom, por ejemplo, que se usó y que uno de los capítulos lo cuenta de una manera. Es un arma que ni siquiera debería poderse usar para represión civil, porque es un arma que se usa en las guerras abiertas. Es un arma peligrosísima, que es mal usada. Y lo que se vio acá, nosotros contamos con las… Acá lo vimos, yo tengo grabada entonces acá lo que nosotros con un, precisamente una persona que fue agente de algunas de estas empresas y vendió armas a la policía él miró muchos de estos videos y decía uy que horror, que horror, se agarraba la cabeza porque policías apuntándole a las personas a la cara, algunas de estas armas, por ejemplo, los lanzagranadas de humo no se pueden apuntar a la cara. Entonces, ahí estuvo el corazón del grave problema. Ese es uno de los grandes hallazgos. En el libro del humo en la calle hay todo un capítulo sobre un arma no letal que nunca debió ser utilizada contra los protestantes en Colombia, pero que se utilizó y que se sigue utilizando. El Venom. Según la investigación que fue hecha por Tania Tapia y Diego Forero de 070, el Venom es una caja de no más de 70 centímetros de alto y 40 de ancho, equipada con 30 proyectiles y originalmente diseñada como un arma de guerra, no como un arma no letal. como un arma de guerra, no como un arma no letal. La Policía Nacional de Colombia estrenó esta arma, según esta investigación de 070, durante la brutal represión a las protestas del 2021 y la utilizó el ESMAD. Y tuvieron la cachaza, como decimos popularmente, de rotularla como un arma no letal, cuando en realidad no lo era. Y dice más adelante la investigación que en el video promocional del dispositivo se presenta esta arma con una estética de videojuego bélico, ambientado incluso con guitarras y baterías del hard rock, y que los fabricantes la anuncian como si se tratara de una nueva solución no letal, un escalador de fuerza que le da a los cuerpos de la ley y al orden una mayor habilidad para controlar las situaciones a las que se enfrentan. Solamente un dato que lo trae también esta investigación. Solamente un dato que lo trae también esta investigación. cuando se estrenó el Vénum en Colombia, medios locales e internacionales dieron la noticia de que una nueva arma se estaba usando en las ciudades contra la protesta y que era un lanzador múltiple de proyectiles que escalaba los enfrentamientos a un escenario de guerra urbana y que había alarmado a manifestantes y ciudadanos ante lo que parecía una artillería pesada. Incluso el entonces director de America's Watch, José Miguel Vivanco, salió a denunciar la utilización de esta arma de guerra como un arma no letal y dijo que esto era algo que nunca se había presentado en América Latina. Sí, que es terrorífico porque produce ruido, estruendo, bota chorros de humo y al mismo tiempo luces que encandalizan. Entonces tú sientes que se te vino el juicio final encima. Pero es increíble, yo no vi el Venom, no lo vi en Chile, pero de pronto estuvo en Chile. Hasta donde pudimos averiguar nosotros, no, Colombia es el único país que compró Venom para estas protestas. En la investigación se logra saber que fue una empresa colombiana, Indicol SAS, de propiedad de Víctor Hugo Fajardo, la que proveyó al ESMAD del Venom, además de otras armas letales como las tanquetas, granadas y cartuchos de distintos tipos de armas no letales. distintos tipos de armas no letales. En cuanto al Venom, dice la investigación, solo por ese equipo y por los cartuchos que dispara la Venom, Indicol ha obtenido contratos por 3 millones 900 mil dólares entre 2016 y el 2022. Aquí María Teresa Ronderos nos explica qué encontró la investigación de humo en la calle sobre este proveedor colombiano. Y lo que encontró es que el dueño de esa compañía tiene incluso una investigación. Pues la Policía Nacional tiene una empresa particularmente importante en el abastecimiento de armas no lecales que se llama Indicol, que ha sido incluso varias veces la han sancionado porque, por ejemplo, se han presentado licitaciones con empresas con nombres distintos para ganar igual la licitación. Y sin embargo, pues ha sido, digamos, investigada, pero no importa, sigue ganando licitaciones y no tiene ningún problema. La otra cosa que descubrimos de Colombia es el cero entrenamiento a los policías. O sea, no hay suficiente entrenamiento en cómo usar estas armas, o por lo menos no en las circunstancias que las tienen que usar. Es muy, muy malo el entrenamiento. Acá se vieron, bueno, usted misma lo ha dicho. ¿Qué tal la manera como murió el estudiante Cruz? Cientos de videos de los policías es que con la Venom, semejante aparato tan complejo que se tiene que poner encima de una camioneta para poderlo usar precisamente para evitar que vaya a atacar a la gente usted lo ve en los videos con una pata, el video que hizo 070, un policía con la pata teniendo el pie, teniendo el aparato y disparándolo directamente a la cara de la gente, una cosa peligrosísima. La otra cosa que hubo en reportería en territorio, en terreno, es que en algunas zonas los policías, sobre todo en Cali, que fue lo más terrible que vivió Colombia en elreno, es que en algunas zonas los policías, sobre todo en Cali, que fue lo más terrible que vivió Colombia en el 21, ahí lo que se constató es que a la policía la sacaron sin, a veces, 36 horas sin comer. A los policías a veces no les dieron, no los dejaron dormir, los tenían uno, otro. Entonces, claro, una persona paranoica, angustiada, con tanta gente armada, de verdad, con armas de fuego, infiltrados entre la marcha, porque hubo y los vimos también. Una cosa muy tenebrosa, sacar a estos policías en ese estado de exaltación y desacervación, por supuesto, ahí no hay entrenamiento que valga, aunque tampoco lo tenían, pero obviamente causaron desmanes, porque salieron con una agresividad. Lo que sí hemos descubierto, y es clarísima la conclusión de este libro, es que las armas no letales lo que hacen es subirle el nivel de agresión a la protesta. Casi que en todos los casos que investigamos, la protesta tenía un tono relativamente pacífico, tranquilo. Digamos, la protesta tenía un tono relativamente pacífico, tranquilo. Y cuando sale la policía a botar chorros y a tirar gases, la gente reacciona con más furia, con más violencia. Y sobre todo cuando hieren a alguien o le sacan un ojo a alguien, ahí sí que se enardece. Y en Colombia eso lo vimos, Clarice. Fíjate que en México está prohibido el gas lacrimógeno, usarlo en las protestas de la Ciudad de México, está prohibido. Y sin embargo, lo usaron, porque eso es parte de lo que documentaron los periodistas, pero de una manera casi artesanal y escondida. O sea, las policías lo llevaban, sobre todo en las marchas feministas, lo sacan como en bolsitas y lo esparcen, pero no es una cosa oficial. Y vimos que en México el nivel de heridos graves, y eso fue mucho menor. Como hay una contención y una prohibición de qué armas se usan, y más se usa es como bolillo y la cosa más de pura, ¿cómo se llaman estos? Escudos. Entonces, en México la cosa fue menos brutal. Hay otras historias de México que son tenebrosas, que son el secuestro de manifestantes que se las llevan a casas… En las protestas feministas. Se las llevan a casas aparte, donde las, digamos, manosean o en algunos casos las intimidan o en algunos casos las amenazan con desaparecerlas, que en México, el país de los 100 mil desaparecidos, pues no es una amenaza liviana que nadie se tome. Es otro tipo de, pero por lo menos en esto de la represión de las armas no letales, algo se ha avanzado y uno ve que hay menos violencia en las manifestaciones. Y uno ve que hay menos violencia en las manifestaciones. Indicol es solamente una de las tantas empresas que venden en América Latina las armas no letales a las fuerzas militares y de policía de las diferentes naciones de la región. María Teresa Ronderos nos explica cuáles fueron y son las empresas que más le venden a los gobiernos de América Latina estas armas no letales y cómo detrás de todo esto hay un gran negocio. Son tres las grandes empresas, básicamente. Defense Technologies Combined Systems, que son dos empresas americanas, y la otra gran proveedora de armas no letales a la región es Condor, que es brasileña. Y allí también investigamos muy en detalle la provisión de cómo funciona, a pesar de que hay mucho secreto, esto no fue fácil, los investigadores tuvieron que meterse realmente a veces con mucha dificultad a conseguir esta información, se consiguió en casi todos los países, por ejemplo, en Ecuador se considera de seguridad nacional, lo cual es absurdo, porque las armas no letales, la información sobre armas no letales se considera seguridad nacional, lo cual es absurdo, entonces, porque obviamente estos son armas que afectan a la ciudadanía común y corriente información sobre armas no letales se considera seguridad nacional, lo cual no, es absurdo. ¿No? Entonces, porque obviamente estos son armas que afectan a la ciudadanía común y corriente y deberían ser totalmente públicas. Entonces, uno de los hallazgos son estas tres empresas que tuvimos que hacer mucha escarbada para ver quiénes eran los dueños. El otro de los hallazgos es el oportunismo, María Jimena. ¿Qué son? ¿Quiénes? Son gente que en Chile, por ejemplo, salieron, vieron que había protestas, vieron que empezó la represión y dijeron, esta es la mía. Y entonces una persona que vendía audífonos, al otro día se volvió vendedor de armas no letales, un señor que era antropólogo, no sé lo que era, también empezó a vender armas no letales y no había como reglas de juego, cualquiera le podía vender a la policía lo que se le ocurriera. Y entonces son una cantidad de empresas que aparecen solamente como cuando hay partido de fútbol y la gente vende banderitas, ¿sí? Lo mismo pasa en otros países, en cambio es una sola empresa la que termina siendo el gran proveedor, el intermediario. Siempre le compran a esa empresa. Imagínese el lobby que tiene que hacer esa empresa para que siempre le estén comprando. Tanto es así que sucede incluso en, porque también lo investigamos, los colegas de Telemundo lo hicieron en los organismos que trancan a los migrantes, el HOME, la patrulla fronteriza y todas estas de los Estados Unidos ellos compran Homeland Security compran esas armas también armas no letales de una misma empresa que es la que les ha vendido millones y también hay todo tipo de denuncias sobre que las usan mal. Allá no pudimos registrar ningún muerto, pero sí están usándolas. Lo que sí podemos registrar en estos siete países, ocho países que investigamos, sin contar Venezuela, fueron 170 personas con heridas graves de por vida, que quedaron lesionadas de por vida, o sea, perdieron el olfato o el ojo o una pierna o una mano o la cara desfigurada, etc. Y 33 muertos, pero esto parece poquito, pero en realidad son, entre el 2019 y el 2021, que fueron las grandes, grandes protestas. Pero también documentamos casos individuales de personas que incluso terminaron heridas gravemente, como Fabiola Campilla ahí en Chile, que no estaba ni siquiera protestando, estaba parada en la calle y le cayó un arma de estas, un disparo de una de estas, de las granadas de humo, la hirieron gravemente, ella quedó ciega, quedó sin olfato, ella se convirtió en un símbolo en las protestas en Chile y se volvió senadora de la República, hoy es senadora. Y lo interesante que descubrimos al hacer este trabajo transfronterizo es que esa arma con que a ella la atacaron venía de Cóndor, la vendió Brasil. Y cuando fuimos a ver el número de serie y todo esto, lo que descubrió la periodista en Brasil, Juliana Dalpiba, que trabaja con el clip que yo dirijo, encontró que esa Cóndor le había vendido un montón de esa serie, de esa munición a la policía de Sao Pablo y la policía las había devuelto por defectuosas y sin embargo después las terminaron exportando a Chile y uno de los alegatos de la defensa era que una de esas armas fue la que terminó atacando a Fabiola Campilla. Entonces, estas historias son absolutamente dramáticas en Venezuela. Una de esas empresas, tal vez si no de las más importantes, que están vendiendo armas no letales en América Latina, es Condor Technologies de Brasil. Una empresa que fue fundada, según la investigación de UMA en la calle, en 1985 y que en su página web señala que es una de las empresas líderes globales especializadas en armamento y equipo no letal. Los países que más compran sus armas son Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Venezuela. Es una de las principales proveedoras de balas de goma, de gas lacrimógeno, de gas pimienta, granadas de impacto, entre otros productos no letales. Productos no letales. María Teresa Ronderos nos explica qué fue lo que descubrieron de esta empresa Condor de Brasil. Y cómo las armas que vende esta empresa han sido la causa de muchos muertos que salieron a protestar en Brasil. En el caso de Brasil lo que descubrimos es que hay muchas pequeñas protestas en muchos sitios del país por todo tipoizaciones y ha logrado fallos judiciales que se demoraron muchos años, pero que por lo menos algo de justicia hicieron en las personas que fueron atacadas. Ahora el gobierno defiende mucho su industria de producción de armamento porque prácticamente emplea a millones de miles de personas, entonces pues les ha dado subsidios, les ha dado apoyos, etcétera, etcétera, y no hay demasiado control a quien le vende las armas. Humo en la calle también habla sobre la manera como se reprimen las protestas en Venezuela, un país que como sabemos, pues tiene en el poder desde hace 25 años al régimen chavista. El domingo pasado, después de un largo proceso de negociación con la oposición, fueron elecciones. Y aunque el Consejo Nacional Electoral de Venezuela declaró como ganadora a Nicolás Maduro, la oposición, hasta el sol de hoy, insiste en que no hay pruebas de que el ganador es Maduro y que, en cambio, todas las actas que ellos mismos han revelado sostienen que el ganador es Edmundo González, el candidato de la oposición. Las protestas arrecian día a día. arrecian día a día. Según este informe, durante los ciclos de protesta entre 2014 y 2019 se hizo habitual la presencia de extravagantes vehículos blindados con los que las fuerzas del orden público controlaron las manifestaciones ciudadanas. Uno de esos vehículos se le conoce como la ballena. Hay otro que se le conoce bajo el nombre del rinoceronte. Así fue como muchos de los manifestantes bautizaron a estos intimidantes vehículos y que no han sido utilizados en ningún otro país de América Latina. Según esta investigación, hecha por el efecto Cocuyo, Venezuela parece haberse convertido en un laboratorio para desarrollar arsenales de represión únicos. Y en el caso de Venezuela, los principales proveedores no son los americanos, porque sobre Venezuela hay sanciones, sanciones impuestas por los Estados Unidos. Quienes proveen de armas no letales a Venezuela son China y Rusia. Pues en Venezuela fue muy difícil conseguir la información porque obviamente allá información oficial no hay. Entonces lo que pudimos establecer con base en los observatorios civiles que ha habido y ha habido gente muy valiente que incluso se salió a la calle a recoger los cartuchos para poder saber de dónde venían las armas y ahí fue donde se descubrió que una de las grandes proveedoras es Norinco, que es una empresa china, que les incluso les vendió unos tanques de represión, unos tanques de estas tanquetas que salen en las que salen los que hemos visto acá en la nacional, en todas partes, pero estas son diseñadas especialmente para que sean especialmente feroces, las llaman los venezolanos las ballenas, los rinocerontes, los murciélagos, por eso es que hablamos de la fauna de la represión, en Venezuela las cifras son monumentales, no se saben las cifras de gasto público en armas público en este tipo de armas de contención o represión civil, pero lo que se tiene más o menos claro por una de las declaraciones de un ministro que se le fue la boca es que le habían comprado a Norinco en un solo año 30 millones de dólares que fue lo que gastaron los otros siete países que analizamos, entonces para que veas la dimensión de lo que gastó Venezuela en esta represión. También se exponen aquí los colegas de Efecto Cocuyo, todos los planes de contención que desarrollaron, los planes militares de contención, que fueron planes tremendos, tenían nombres como Plan Zamora y otros planes. El resultado fue que en Venezuela en 2017 mataron a 160 personas. Es muy difícil saber si fue con armas letales o no letales, pues porque muchas fueron con armas, con comandos que asesinan gente en la calle. Pero obviamente se entiende, y eso nos hace a nosotros entender hoy, el miedo que la gente tiene de volver a pasar hoy, que la gente tiene de volver a pasar una cosa así, porque ya se sabe que la represión es sin ningún límite, allá se hace lo que haya que hacer, ¿no? Para María Teresa Ronderos, a pesar de que el mundo está viendo con un ojo muy crítico lo que está sucediendo en Venezuela, es claro que ya la represión ha sido una táctica que ha utilizado el gobierno de Maduro para acallar las voces del descontento. Es muy peligroso, es muy peligroso. Claro, ahorita en este momento hay demasiados ojos sobre Venezuela y hay toda la fuerza internacional, etc. Y presión muy grande, económicas y tal, pero ya lo hicieron y lo hicieron de una manera brutal. Pero ya lo hicieron y lo hicieron de una manera brutal. Eso es cierto. Aquí dice usted que no solamente China, sino que Rusia también nutren de armas no letales a Venezuela. También se entiende que eso fue así. Lo que pasa es que fue muy difícil constatarlo en los primeros años de las primeras movilizaciones y protestas en la época más chavista. Los europeos estaban también proveyendo de armas a Venezuela, le estaban vendiendo muchas armas, pero de armas no letales, pero después con las sanciones americanas, claro, quedó prohibido que nadie le venda nada a Venezuela, entonces estos países se plegaron y ya no le volvieron a vender armas. Por eso entraron los chinos, básicamente. La conclusión que revela esta investigación de humo en la calle es que detrás de la represión de las protestas en América Latina hay un inmenso negocio que está llenando de dinero a muchos fabricantes de armas, pero que está dejando sin ojos a muchos jóvenes y a muchas madres sin sus hijos en América Latina. Un negocio que es mundial y un negocio que según todos los analistas que entrevistamos va creciendo en el mundo entero. O sea, se calcula de miles de millones de dólares para el año que viene. Ya como de 6 mil millones de dólares. Es un negocio que ha ido creciendo en el mundo entero. Porque cada vez los gobiernos están más frustrados, que no le pueden responder a la gente con soluciones, entonces la reprimen, porque qué más hace cuando protestan. Y en América Latina, pues también ha ido creciendo enormemente. Lo que nosotros pudimos demostrar acá es relativamente limitado porque estamos limitados a los contratos oficiales. También, por ejemplo, en Bolivia pudimos documentar muy bien un soborno monumental a un ministro para comprar armas no letales a un amigote del ministro de su juventud, que incluyó a varios empresarios, etc. En Guatemala igual, otro casi siempre el mismo, el mismo vendedor de armas no letales con las mismas fallas. Pero lo que sí encontramos bastante interesante, cosa que nosotros no sabíamos y ahora ya lo pudimos constatar, que hasta el final del libro usted ve que hay una caricatura y en la caricatura cuenta y reconstruye cómo fue el préstamo de armas no letales, porque descubrimos que los países se prestan armas no letales unos a otros, depende de donde hay que reprimir, cuando no tienen suficientes armas. Entonces cuando el famoso caída de Evo Morales y subió Janine Añez en Bolivia, Argentina de Macri le presta armas no letales a Bolivia y también en el caso de Ecuador, en un momento crítico Colombia le presta armas no letales a Ecuador, después Ecuador se quece, después Colombia las necesita porque ahora tiene que reprimir Colombia, entonces se queja de que Ecuador le devuelve unas armas que no era, etc. Es como una práctica bastante normal entre policías y sin embargo los contratos con las empresas proveedoras de armas no letales prohíben este tipo de cosas. Porque ellos, que se presten las armas porque ellos tienen unas restricciones en sus países de origen. estrictísima de que las empresas europeas no le pueden vender armas no letales a países donde haya represión indiscriminada, donde se considere que hay autoritarismo, etcétera etcétera. Y una pregunta ustedes llegaron a hablar con estos empresas como las dos norteamericanas ¿hablaron con ellos? No, hablamos con uno de estos vendedores intermediarios representantes de una de estas empresas que fue muy abierto y nos contó muchos de los problemas. De hecho, hay una entrevista muy completa con él aquí. Pero las empresas, nosotros les mandamos cuestionarios y todo eso, pero no pudimos directamente hablar con ellos. Condor tampoco. Contestaron a cuestionarios en algunos casos y en otros casos no contestaron. Lo más grave de todo este hallazgo y de esta investigación es que los jóvenes y los ciudadanos que han sido víctimas de las armas no letales, siguen sometidos al peso de la impunidad, desde la Patagonia hasta Guatemala. En el caso de Colombia, la impunidad es dramática. En Colombia, se investigó después del estallido social a varios de los agentes del ESMAD por extralimitación violenta contra los protestantes, sobre todo en las marchas de septiembre del 2020 y los meses del paro nacional que siguieron durante el 2021. Sin embargo, esas investigaciones solamente han producido unas cuantas decisiones, todas ellas consideradas como blandas por parte de las víctimas. Se decidió la inhabilidad de un patrullero, pero se decretó solamente por un año. El policía que fue objeto de esa sanción fue uno de los 32 uniformados que estaba adscrito a la policía de Engativá en el momento en que se dispararon 153 balas contra la comunidad, seis de los cuales los habría producido el revólver del propio patrullero sancionado. Lo mismo sucedió contra otro mayor activo, quien fue sancionado solo con una multa de 18 millones de pesos, a pesar de ser declarado disciplinariamente responsable del homicidio de Bayron Niño en el paro nacional del 2021. María Teresa Ronderos nos cuenta aquí cómo otro de los hallazgos de esta investigación es que la impunidad campea en toda América Latina a la hora de impartir justicia a los responsables del uso excesivo de la fuerza contra los protestantes. los protestantes. Como te digo, solamente con algunos casos en Brasil y algunos casos en Chile, en los demás países impunidad total. Es increíble que los gobiernos tengan plata para comprar todas esas armas, pero si una persona sale herida no tengan manera de resarcirle el daño y son muchachos jóvenes que quedaron con su vida destrozada. Hay unos relatos a lo largo de todo el libro para que no se nos olvide de que estamos hablando, de estos jóvenes que cuentan su historia de como o salieron a apoyar un gobierno o salieron a protestar porque un muchacho de Venezuela que no tenía agua, otro que no se que o que no tenía luz, no cosas básicas de la vida que le cueste a uno un ojo, literalmente un ojo de la cara y que nadie te lo te lo devuelva, te echan cuentos lo que sea pero nadie te lo nadie te lo va a devolver, en Bolivia también hay varios casos que relataron los colegas del deber, muy muy completos y muy tristes de personas que les costó la vida o les costó, cercenaron el futuro, un muchacho de 20 años, 18 años, ¿por qué? Por haber salido a decir, no estoy de acuerdo o lo que sea, eso en países que se supone que son democráticos. Nosotros al principio teníamos de colegas también en esta alianza, a los colegas de confidencial en Nicaragua, pero lo de Nicaragua se convirtió muy difícil, primero porque casi los medios están todos exiliados, entonces muy difícil, pero además porque es que allá la matazón sí fue toda con armas letales, entonces prácticamente era muy difícil encontrar casi con el hilo de una aguja quienes eran los de las armas no letales, entonces prácticamente era muy difícil encontrar casi con el hilo de una aguja quienes eran los de las armas no letales y ya esa historia se había contado muy completa, precisamente los mismos colegas de Confidencial. Sí, lo contaron. Y creo que ahí María Jimena, un gobierno, los gobiernos que se dicen más progresistas, que fueron digamos las víctimas de esta represión, como el gobierno de Petro hoy en el poder, o el gobierno de Boric en Chile, etcétera, que surgieron de las primeras líneas, por decirlo así, de los países, deberían haber cambiado totalmente la legislación y la reglamentación, o sea, no deberían haberse suspendido la compra de Benem, eso ya es algo que ya la policía colombiana lo ha debido hacer hace tiempos. Y no lo ha hecho. Pues hasta donde sabemos, no, no sé, en los últimos meses, pero no hay reglamentación nueva sobre el entrenamiento. Sí, Gustavo Petro dijo que iba a acabar con el ESMAD y no lo acabó. Bueno, y el entrenamiento de la gente, el entrenamiento de la gente tiene que ser un entrenamiento de mucho más largo plazo. Y es que veamos, en muchos países ya no se pueden usar gases lacrimógenos. En Inglaterra no se pueden usar gases lacrimógenos. Gustavo Petro prometió en la campaña electoral que iba a cambiar el ESMAD y que iba a reformar la manera como la fuerza pública se relaciona con la protesta. Sin embargo, lo que estamos viendo es que en esa materia, a pesar de que se cambió el nombre del ESMAD por el de unidad de diálogo y mantenimiento del orden, pues las cosas no han cambiado mucho. Porque las protestas que se están llevando a cabo, por ejemplo, en la Universidad Nacional, están siendo reprimidas con las mismas armas no letales de siempre. Gas pimienta, gas lacrimógeno, bolillos, aturdidores y demás juguetes. Fíjate, y no se entrena, debería haber ya un manual de entrenamiento de la policía muchísimo más estricto. Las compras, aquí no cualquiera puede comprar armas. Mira lo que descubre uno de los periodistas del equipo de CLIP, Andrés Bermúdez, en esta investigación. Descubrió que con base en una investigación que había hecho antes la Fundación Idas para la Paz, con base en una investigación que había hecho antes la Fundación Unidas para la Paz, se trajeron, ya no me acuerdo la cifra, pero fueron miles de armas que supuestamente eran para deportivas, armas deportivas que también disparan balines y cosas así de Turquía, pero estos son de no sé cuántas, 60 empresas. de Turquía, pero estos son de no sé cuántas, 60 empresas. Y cuando fue a ver, se investigó, todos eran almacenes de los sanandrecitos los que habían traído estas armas deportivas. Y cuando se fue a descubrir, estas armas las estaban transformando en armas letales muy fácilmente. Parece que con un par de adaptaciones ya se podían usar como pistolas de... No sé si usted se acuerda en Cali, cuando en plena manifestación salió un tipo con un par de adaptaciones ya se podían usar como pistolas de... No sé si usted se acuerda en Cali cuando en plena manifestación salió un tipo con un arma. Era una de esas armas transformadas. Y ahí sí se cambió la legislación porque fue escandaloso. Estaban trayendo miles de armas, como armas deportivas, y resulta que eran armas letales, armas que se podían transformar muy fácilmente. Y resulta que eran armas letales, armas que se podían transformar muy fácilmente. Este libro deja claras muchas cosas. Primero, que hay un negocio muy, muy lucrativo detrás de las ventas de las armas no letales, porque la protesta en América Latina se está convirtiendo en una papa caliente que ni los estados que se dicen democráticos saben cómo manejar. Pero también esta investigación pone de presente la importancia que tiene en una democracia que se pueda protestar y que eso sea considerado un derecho y no un delito. Como bien lo resume aquí, en su reflexión final, María Teresa Ronderos. Sí, ellos tienen todo el derecho a la protesta pacífica y el 90% o más de las protestas que nosotros documentamos fueron protestas pacíficas, que empezaron pacíficas. Y fue la reacción de la policía la que le subió el nivel, digamos, y la injusticia de atacar personas desarmadas que estaban simplemente protestando. Esto es A Fondo. Mi nombre es María Jimena Duzán. Producción General Juan Diego Barrera Gestora de Audiencias Beatriz Acevedo Postproducción de Audio Daniel Chávez Mora Música Original del Maestro Oscar Acevedo Nos pueden escuchar también en mi canal de YouTube Gracias por escuchar Soy María Jimena Duzán.