La muerte de mi mamá  hizo de mí lo que soy: Invitada - Manuela González

La muerte de mi mamá hizo de mí lo que soy: Invitada - Manuela González

28 de may de 2025

En este episodio del podcast, Tatiana Franco conversa con Manuela González sobre su vida personal, su relación con su madre y su experiencia como madre. Se aborda la vulnerabilidad, el legado familiar y el amor en sus diferentes formas.

Capítulos

La Relación con la Madre de Manuela

Manuela González reflexiona sobre su madre, Gloria Inés Das, quien dejó un profundo legado en su vida. La describe como una mujer fuerte, empoderada, y a pesar de las dificultades, una fuente de amor incondicional. Manuela reconoce la influencia de su madre en su vida y en su desarrollo personal.

La Vulnerabilidad como Fortaleza

Manuela comparte su viaje de vulnerabilidad y sanación emocional, abriéndose a la posibilidad de la terapia para enfrentar una depresión tras el COVID-19. Habla sobre su conexión profunda con su terapeuta y su autodescubrimiento durante el proceso.

Amor y Construcción de Pareja

El episodio profundiza en la relación de pareja de Manuela con Andrés Felipe Vasco, destacando cómo han construido una relación sólida y amorosa a pesar de las adversidades. Ella resalta la importancia de apoyar a la pareja y celebrar juntos las victorias.

La Maternidad y el Legado de Amor

Manuela habla con pasión sobre su maternidad, describiendo a sus hijos como su mayor logro y fuente de felicidad. Expone la importancia de ser un ejemplo para ellos y de enseñarles el valor de trabajar por lo que se quiere. Comparte su experiencia de ser madre y el aprendizaje que sus hijos le han brindado.

Conclusión

Manuela González ofrece una perspectiva íntima y honesta sobre su vida, desde el legado de su madre hasta su experiencia como madre y pareja. A través de sus historias, destaca la importancia de la vulnerabilidad, la construcción de relaciones sólidas y el amor incondicional como fuerzas transformadoras.

Menciones

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               Este episodio fue traído a ti por LifeLock. No todos son cuidadosos con su información personal, lo que podría explicar por qué hay una víctima de robos de identidad cada cinco segundos en los Estados Unidos. Afortunadamente, hay LifeLock. LifeLock monitora cientos de millones de puntos de datos por segundo para amenazar a tu identidad. Si tu identidad es robada, un especialista de restauración basada en Estados Unidos lo arreglará, garantizado, o tu dinero de vuelta. Sabe hasta 40% tu primer año visitando lifelock.com. Termos aplicados. Manuela González hizo un viaje íntimo de sanación de la relación con su mamá y descubrió que el verdadero amor, aunque no es perfecto, siempre deja huella. Este episodio llega a ustedes gracias a Milagros, la marca que transforma el cuidado capilar en resultados extraordinarios, Este episodio llega a ustedes gracias a Milagros, la marca que transforma el cuidado capilar en resultados extraordinarios. Porque sí, los milagros están en todas partes y muchas veces tienen forma de mujer. Esta es una cita que teníamos pactada hace mucho rato por cosas de la vida. Se había dado, habíamos cancelado, habíamos vuelto. Y yo siento que las cosas ocurren cuando tienen que ocurrir. Y Manuela, qué dicha tenerte acá. Muchas gracias, Tati. Sí, el tiempo de Dios es perfecto. Y además fuimos acumulando las ganas, lo cual es importante. Me dijiste, Dios mío, estoy temblando. Vos, una vieja que toda la vida ha estado expuesta a esto, ¿aquí te sentís como a corazón abierto de pronto? Claro, porque si bien como actriz uno trabaja con sus emociones, siempre tienes la coraza de un personaje, que tiene de ti, pero tiene también de una magia o de espíritus que vienen y lo poseen a uno, y uno desarrolla un personaje, y la vulnerabilidad de ser uno, porque ¿para qué vamos a hacer esto si no lo vamos a hacer así, ¿no? Entonces creo que eso genera eso, es la vulnerabilidad en su máxima expresión, pero amo la vulnerabilidad, entonces es no es ¡ay qué pereza! sino es como una emoción, pero si sudan las manos y todo. Amas tanto la vulnerabilidad que llegaste con un regalo tan especial, Manuel, y te lo quiero agradecer acá. No les voy a leer la dedicatoria completa porque es para mí, pero algo que me encanta. Y dice que este libro de poemas lo escribió una mujer cuya historia merecía ser contada. Eso está divino. Y aquí dice que es un libro que se llama Árbol Terreno de Gloria Inés Das, primero te agradezco por este regalo, muy especial leí completa la dedicatoria y me di cuenta que me estabas hablando de tu mamá wow, que especial gracias, ¿quién es Gloria Inés? no, ¿y los Kleenex? no, ¿sabes? es un regalo que te traigo con mucho amor porque soy tu fan realmente me parece que esta voz que has elevado de muchísimas mujeres que no han podido hacerlo antes es muy valioso y siempre he pensado que, bueno mi mamá ya falleció pero que me habría encantado quizás que ella tuviera un espacio donde hubiera podido contar algo de su vida. Porque hay historias que merecen ser contadas y escuchadas. Pero bueno, para eso estamos también, su legado, sus hijas, y llevamos de ella mucho, obviamente. Pero quise regalarte este libro porque yo siento que es una mujer que pese a la adversidad también podemos decir que pudo. Y realmente pues espero lo disfrutes y que a través de esas líneas la conozcas, la conozcas un poquito. Además que estás usando la palabra legado, me parece muy poderosa y muy especial. ¿Cuál es ese legado, Manu, que sientes que Gloria Inés dejó en la vida tuya y en la de tus hermanas? una mujer que desde muy temprana edad encontró su vocación, que es el arte, la cultura, y a sus 18 años ya estaba encontrando un espacio en El Espectador con una columna hablando de arte. Una mujer que obviamente a los 18 años no había hecho una carrera como periodista, pero era tal, su conocimiento es empírica absolutamente, Pero era tal, su conocimiento es empírica absolutamente y pues que le abrieron ese espacio ahí, en otros medios escritos. Una mujer que a pesar de saber que ese no era el camino más sencillo, si hablamos de estabilidad económica, si hablamos como de reconocimiento, porque muchas veces es estar como detrás de bambalinas intentando incluso hacer brillar una cultura en un país que realmente además, ahorita me estoy leyendo un libro divino, paréntesis, que se llama Los Nombres de Felisa, que es, que habla de esa época, ¿sabes? De tantos artistas que marcaron un antes y un después en el mundo a través de la cultura. Entonces, pues es una mujer que tuvo esa claridad, pero pues que también la vida le dio cuatro hijas y también ella tuvo que ser cabeza de familia y sacarla sola y ser mamá y trabajar. Y yo digo hoy en día, yo solo tengo dos hijos y ella tuvo cuatro. Además, cuatro de diez que la cuarta llegó como diez años después y con muchas dificultades porque no ninguna historia creo que sea color de rosa y por eso también es interesante entonces mi mamá es muchas cosas, es la demostración de que sí se puede, es la demostración de que el amor aunque no sea perfect, el amor se nota, el amor queda. Mi relación con mamá no fue tan poco fácil, fue una mujer muy fuerte, una mujer de armas tomar y una mujer que también sufrió mucho, y cuando una persona sufre mucho, pues eso se traduce en tu día a día, en el carácter, en el genio, en equivocaciones que uno como padre además comete, y eso que yo digo, soy tan privilegiada hoy en día, siento que estoy al lado de una pareja con la que hacemos equipo, que te podría nombrar y enumerar muchas cosas que si comparo con la vida de mi mamá, siento que soy muy privilegiada y aún así me equivoco entonces sí ¿no sentís que a veces uno culpa, te lo digo por mí que me ha pasado, en una época uno es, es que mi mamá me hizo, es que mi mamá me trató de esta manera, es que ¿por qué? y ya luego con el tiempo y con herramientas que uno va adquiriendo uno dice yo entiendo, o sea realmente hizo lo que hizo o más bien con lo que tuvo disponible con esas herramientas que tenía y uno empieza a comprender y cuando uno empieza a investigar a echar para atrás y a conocer la historia de esa persona sin justificarla porque hay cosas que no se justifican uno dice, ya comprendo, pero es que pasaste por eso cuando dices que ya tuviste una relación de pronto un poco difícil, compleja luego te pusiste como a revisar en su pasado y con qué te encontraste a ver, yo creo que mi relación con mi mamá siempre tuvo como dos facetas por un lado, al ser la cuarta hija con mi mamá siempre tuvo como dos facetas, ¿sí? Por un lado, al ser la cuarta hija, y después te contaré esta historia de la que ya he hablado un poquito, pero pues porque llegué un poquito de manera accidentada. Ya estaban separados tus papás. Ya estaban separados mis papás y demás. Pero yo creo que, aunque la situación era muy compleja para mi mamá en muchos aspectos, yo también fui como una luz para ella. Y una luz con la que compartió todo esto de lo que empezamos hablando. El arte, mi mamá me compartía desde muy chiquita. Me hacía partícipe de muchas cosas. Desde leerme una poesía y decirme cuál sería este título perfecto para este poema o mejor dicho, realmente yo me sentía incluida y tenida en cuenta en su universo de esa faceta que era maravillosa pero también por supuesto estaba el lado difícil de la cotidianidad, una mujer que sí era brava que era muy exigente que necesitaba también tener una red de apoyo que, éramos sus hijas entonces pues yo desde chiquita y eso con el tiempo claro que se agradece pero en el día a día pues era extraño yo tenía mis amigas que seguramente tenían una infancia distinta a la mía una infancia que pronto iba más acompañada o una infancia donde había más espacios bonitos de conv le tocaba durísimo, llegaba, como te digo, con esta carga emocional que se traducía en exigencia y en mal genio, esperando mucho de nosotros, nosotros éramos como unas hormiguitas todos los días para que la casa funcionara, realmente tenía que ser, pues había lista en la nevera como del oficio que hacía cada una, yo te estoy hablando chiquitica que me parece genial porque es un empoderamiento para la vida pero era diferente a lo que vivían mis amigos, ¿sí? era como un orden, yo llegaba al colegio, leía a mí me toca lavar toda la escalera listo, lavo la escalera, limpio el polvo, hago esto pero de verdad no pues, uy no, pobrecita cenicienta pues no, la casa es de todas, no había otra opción o sea, lo hacíamos todas, cocinábamos todas, aprendimos todas a tener que, como te digo, organizarnos para hacer funcionar esta vida, porque, te digo, Tati, ¿cómo más habría hecho una mamá con cuatro hijas para salir a trabajar, para dedicarse a tratar de, sí, de sacarnos adelante si no era así. Sí, realmente, pues hoy en día lo pienso y digo, es que pues tampoco había muchas alternativas. Pero a mí lo que me entristece a veces cuando recuerdo eso no es haber hecho el oficio, ¿no? Porque eso lo agradezco. Lo que me entristece son los pocos momentos de divertimiento con ella. Eran muy escasos. Te entiendo. momentos de divertimiento con ella, eran muy escasos, era el día a día pensando más sobre tantas cosas que me habría encantado conocer, además la tuve pocos años los Kleenex la tuve 18 años de mi vida y hoy en día digo gracias a esto, gracias a su poesía, gracias a que llegan personas a contarme cosas de ella, la puedo seguir conociendo en ese aspecto tan bonito, pero la cotidianidad nos robó también mucho, ese peso del diario vivir, esa realidad yo siento que eso es lo que me entristece a veces, como que siento que me habría encantado poder compartir mucho más de eso con ella pero pues, obvio que la entiendo cada vez más la entiendo siendo mamá, pues como no la voy a entender y porque a pesar de tantas dificultades siguió siendo una mamá presente, una mamá que porque a pesar de tantas dificultades, siguió siendo una mamá presente, una mamá que sí se sacrificó mucho por sus hijas, ¿sabes? En fin. ¿Te sentiste orgullosa de ella? Muy, muy orgullosa. Sí. Y muy orgullosa de tener parte de ella y de poderlo ahora ir dejando como a Alma y a Pedro, ¿no? Claro. Ven acá. ¿Hasta qué edad tenías cuando ella se fue? Dieciocho años. Sí. Claro, estabas en esa adolescencia pues donde uno tanta, uno necesita tanta comunicación y tanta conversación donde uno, esa presencia es súper clave. Sí, sí. Qué lindo, pero qué lindo además recordarla desde la gratitud, que es que esto que me escribiste acá, sobre todo la frase final, Manuela, donde dices que a pesar de la adversidad sí pudo, y me lo escribes en mayúscula, eso tiene un sentido. Claro, porque además es como lo que yo le quisiera decir a ella, que debe estar por acá, ¿sí? Porque además es como lo que yo le quisiera decir a ella, que debe estar por acá, ¿sí? Yo ahora que soy mamá, todos los días uno va y viene, como no sé si es la culpa, si es el estar demasiado en tu cabeza analizando si lo hiciste bien o no, reconociendo cuando te equivocas. de bien o no, reconociendo cuando te equivocas. Y a final de cuentas, pues mi mamá se fue dejando una hija de 18 años, sabiendo que quizás era demasiado pronto. Y yo me puedo imaginar que se debió angustiar también por eso. Ella murió de cáncer, entonces digamos que su enfermedad fue desde mis 16 años hasta los 18. Hubo tiempo de procesarlo de alguna manera, hubo tiempo de... Gracias. Hubo tiempo de despedirnos, pero eso no le quita que una mamá diga, no voy a perder de tantas cosas, de mis hijas, de todas, pero bueno, hoy estoy acá yo sentada y pues era la menor, o soy la menor. Y es por eso, yo quisiera decirle pudiste. El tiempo fue perfecto. Haber perdido a mi mamá a los 18 años marcó mi vida. Pero, no sé, yo siempre pienso que no es lo que te pasa, sino lo que haces con lo que te pasa. No es el trauma el que te genera algo, es el impacto de esa situación, de lo que sea, el que te genera un trauma, ¿sabes? No es, tú hiciste un accidente de carro, ese es tu trauma, no, es qué pasó cuando tuviste ese accidente de carro, y ahí se traduce en tu trauma. Y, pues, trauma o no, herramientas o trauma, lo que a mí me sucedió con la muerte de mi mamá, pues también hace de mí lo que soy. Claro. Entonces, sumas, restas, obvio que la extraño y obvio que ella seguramente, como te digo, debió pensar y angustiarse como dejando este plano tan pronto y hoy sí le digo con total convicción que sí pudo y que dejó lo que tenía que dejar y creo que eso es muy valioso tenaz porque mira que te escucho y estoy recordando una mujer que entrevisté y me hablaba de su mamá que también la perdió cuando estaba muy jovencita, y me decía, es que esas conversaciones, Tati, donde la persona es consciente de que se va, digamos, no es un accidente, que no estás preparado, uno no sabe qué es peor, ¿no? Porque uno se pone a comparar y uno dice, no, es que esta conversación no terminaría nunca, y, ¿sabes? Y uno dice, no, no, pues es que no pues que si fuera accidente fue repentino al menos te alcanzaste a despedir pues tampoco es tan chévere tener ese esa claridad que si bien todos nos vamos a ver en algún momento ya cuando hay una enfermedad latente es como si ese reloj estuviera jugando en tu contra y estuviera marcando entonces yo poniéndome en los zapatos de una persona que es consciente de eso como tan cercano y tan latente pues tener que despedirse tiene que ser horrible, o sea, esa conversación es un regalo y también es difícil, porque si el regalo es la conciencia, la conciencia que deberíamos tener todos los días al despertarnos y saber que hoy se puede acabar, que nada tienes asegurado. Y cuando tienes cerca la muerte a través de una enfermedad, indefectiblemente haces conciencia, ¿sí? Cada segundo hasta que eso ocurre. En mi caso personal Fue muy duro verla tan enferma Fue muy duro ver una mujer Como la hemos descrito acá Y la hemos nombrado Fuerte Capaz Empoderadísima Si vamos a usar esa palabra Y verla en los huesos Verla Con tantos analgésicos que ni siquiera estaba presente, de hecho ya tuvo una última lucecita de conciencia con algo tan bonito que pasó, que pronto ahora te lo cuento, pero eso fue muy duro, llegar y, yo estaba en California, yo terminé colegio en California, entonces de los 16 a los 18 además la enfermedad de mi mamá la viví a distancia, nos vimos un par de veces pero fue a distancia y gracias a esa distancia todo ese aspecto que te digo que era tan lindo se intensificó porque estaban las cartas, los poemas todo ese lado que no tenía esa cotidianidad y eso fue también un regalo pero cuando yo regreso y poemas, todo ese lado que no tenía esa cotidianidad ¿sí? y eso fue también un regalo pero cuando yo regreso y la veo, pues casi no la reconozco, casi no la reconozco y como te digo yo me acababa de graduar del colegio en Estados Unidos regreso y además regreso y coincidía con el grado del que había sido mi colegio toda la vida. Yo no sabía si ir a la fiesta de grado, pues porque mi mamá estaba muriéndose. Lo hablé con mis hermanas, ella no hablaba, mi mamá ya no estaba hablando, estaba como con una enfermera que obviamente nos ayudaba. estaba como con una enfermera que obviamente nos ayudaba y seguí mi impulso como visceral y dije, yo creo que sí debo ir, también es un momento importante. Me cambié, me puse un vestido como turquesa, me acuerdo, que me había regalado mi hermana mayor. Me arreglé, llegaron por mí, y en esa época era un tercer piso y uno no contestaba al citófono, sino que uno se asomaba y decía, ¡ya voy! Y corriendo, timbraron, me asomé, ¡ya voy! Y de pronto oigo una voz que surgió, no sé de dónde, de mi mamá, y le dice a la enfermera, ¿no es divina mi muchachita? donde de mi mamá y le dice a la enfermera no es divina muchachita y en ese momento dije esto es un regalo también para ella ella no no se fue sin antes saber que me gradué no se fue sin antes verme un día arreglada para una fiesta Perdón, Dios mío, esto está... No, pidas perdón. Y yo siempre pienso que en medio de las situaciones más complejas y dolorosas también hay mucha belleza. Nunca sería correcto decir es más fácil un accidente, es más fácil una despedida, porque todo tiene su luz y su sombra. Claro. Pero bueno, así fue para mí. Y son esos pequeños momentos que son un regalo de por vida. Qué bello eso. Qué regalo. Qué regalo además, porque cuentas que ya no se estaba comunicando y me imagino esa... Pucha, eso es una vaina... Es del alma. Tú te imaginas el amor de una madre. Estoy tratando de imaginarme la escena, aparte del esfuerzo. El esfuerzo. Es que ya no hablaba. Ah, claro. Es que fue su última frase, Tati. No es divina mi muchachita. O sea, le salió del alma. Y yo, bueno, obviamente me fui tranquila. Ella murió al poquitico tiempo. Pero sí, realmente yo agradezco aunque fue muy duro ver su enfermedad sí agradezco poder haber estado más presente en el momento en que ella fallece, por eso mi relación con la muerte ha sido muy íntima desde muy joven y también eso me ha ayudado a procesarla y no porque no vaya a ser difícil el día que vuelva a tener una pérdida en mi vida pero si siento que de todas formas esto no se queda acá y ya siento que la energía sigue estando de alguna manera Te conocí personalmente hace muy poco estábamos en el lanzamiento mucha publicidad para nuestra terapeuta Ya haberiga Rocío ya me hubieras dicho, Rocío acá tiene una patrocinadora oficial tan hermosa, se merece eso y más ay sí, Rocío la queremos muchísimo, además que fue muy chistoso porque coincidí con Manuela en un evento del lanzamiento del libro de nuestra terapeuta que tampoco sabía que hacías terapia con ella, de hecho ese día te confesé, te pregunté ni siquiera te confesé ay Rocío, esto no te va a gustar te dije como ay no, yo no iba a terapia yo realmente, pues esto es como nuevo para mí, de hecho me preguntaste como, ay hace cuánto la conoces y yo, no sé si notaste que yo te estaba tanteando. Claro, ok, sí. Como un servicio al cliente. Oiga, bueno, pero, o sea, Tati llegó, me vio, trató de analizar qué tan cuerda estaba. Y yo, esta está loquita, o no tanto. ¿Cuánto tiempo hiciste terapia con Rocío? Ok. Entonces, claro, claro, pero es porque cuando uno ha entrado tan profundo a ese mundo de terapia y de introspección y de revisarse, y que yo, y Rocío lo sabe, que para mí eso era un tema como súper distante, y te encuentro a vos y yo dije, yo necesito hacer control de calidad. Y me acerco, me recibiste muy querida además, y además súper emocionada, como, ¿hace cuánto hace Terapi? Y yo, no, hace muy poco realmente, pero cuéntame tú. Y me pienso yo, ay, ¿te acordás? Y entonces me vas contando de que hace mucho tiempo y que desde pandemia me contaste la historia. Y yo decía, guau, es increíble. De hecho, hace muy reciente, hace muy poco, hablaba con ella y ella me decía, Tati, estoy orgullosa. Pudiste abrir una puerta a un espacio que yo tenía cerrado. Y sí, yo ya lo he dicho abiertamente. O sea, yo pensaba antes que la terapia era para gente que estaba loca, pedazo muy distante psicólogo, pero al final siento que sí influye mucho la persona con la que conectes pero por supuesto es importantísimo, en mi caso hice click con Rocío y en tu caso ¿cómo fue esto? y cuéntame si ella fue como esa primera persona o ya habías tenido esa oportunidad como de revisar esa parte mental que es tan importante. Pues mira, Tati, primero es súper respetable que uno, o que algunas personas puedan sentir que no están preparadas o para decir que han hecho terapia o que han necesitado terapia, o que al no conocer cómo es este proceso tengan como una preconcepción de lo que es hacer una terapia. Entonces, pues, no entremos ni a juzgar ni a nada, porque yo creo que mucha gente sigue teniendo como esa... Claro, claro. Yo sí creo que desde... Te voy a decir. La primera, primera vez que yo recuerdo haber hecho como una terapia fue cuando, de hecho, murió mi mamá. Al poco tiempo hicimos una terapia con mis hermanas, con un psiquiatra de familia que nos ayudó en ese momento un montón para poder como organizar la casa, ¿sí? Porque, bueno, justamente una situación de esas, pues, es como quitarle no sé cuántas patas a la mesa. Pero eso fue, te digo, hicimos tres tres como sesiones y sentí en ese momento que fue necesario y que fue maravilloso luego en otro momento de mi vida me acuerdo de haber trabajado también con un terapeuta que es maravilloso pero que también me pasó que para mí, yo sentía como un gran esfuerzo cada vez que tenía que ir y yo pensaba, de pronto es porque estoy confrontando cosas o quizás yo no estaba lista, Tati también eso puede pasar, también era un momento en mi vida donde no tenía como como donde no era el momento, como si me pasó con Rocío y con Rocío me pasó porque además no tenía de otra, o sea, realmente ahí sí fue como que era casi que de vida o muerte, o sea, yo llegué a un punto yo nunca había estado deprimida y de verdad, aunque creo que pude atravesar momentos en mi vida muy duros y quizás ansiosos, que hoy en día entiendo que pudieron ser pero yo no los pude clasificar no creo nunca haber estado deprimida como lo que me pasó cuando yo ya tuve que alzar el teléfono y buscar a Rocío. Y eso fue después de pandemia, no, ¿cuál después de pandemia? Fue en el 2020, post-COVID, nos dio COVID, ponle en noviembre, fue súper duro, fue súper duro. Y a mí el COVID me dejó ciertas secuelas. Una tos insoportable que era como tener un algodoncito ahí que no se quitaba. Pero además era muy raro porque este fenómeno del COVID era como tan incierto. Nadie sabía realmente. Es que fue tan nuevo para todo el mundo. Sí, nadie sabía como, mire, es normal que le pase esto o le va a pasar esto y se le va a quitar acá. No, no, no. Todo era como prueba y error. eso y se le va a quitar acá, no, no, no, todo era como prueba y error pues y además, tristemente también como se manejaron muchos casos, muchas personas que intubaron sin tener que intubar bueno, tantas perdidas que hubo, tantas cosas tan tristes que hubo el caso es que pues me doy por bien servida porque aunque sí fue muy duro, o sea Andrés estuvo muy mal pues estábamos a medias pero estábamos sobreviviendo a este virus. Y a mí me pasó que mi cabeza o mi cerebro, lo que yo consideraba como mi manera de poder razonar y funcionar, empezó a cambiar, aparte de que también tuve una pérdida de pelo, o sea, fue como un 30% en 15 días. Y que hubo ha sido la vieja del pelazo, toda la vida. Ni con los embarazos se cayó el pelo, entonces yo no sabía que era eso, y era de verdad de hacer así, y caían bolas de pelo, y yo cada vez me sentía peor, entonces yo no sabía si me estaba entristeciendo por el pelo, o por qué era, pero lo más difícil de entender era lo que me estaba pasando realmente en mi cabeza. Pero qué escena, algo que recuerdes. Sí, yo olvidaba, olvidaba las cosas. Eran, eran simultánea todo. Primero estaba como incapacitada. Me echó, toca echarle el bloqueador a Alma. Y yo decía, uy, ¿cómo voy a hacer eso? Increíble, ¿no? Toca pararme. O sea, te hacía una tarea gigante. Buscar el bloqueador, no me sentía capaz. Entonces empiezas, me volví perezosa, o sea, o perdí las ganas de vivir, o el ánimo, pero todo tratas de explicarlo desde un lugar como que también te latigas a ti, ¿no? Como, no sé, estaré mal en mi relación, ya no tengo como entusiasmo por nada. Iba a la cocina por algo y se me olvidaba, decía yo, ¿a qué vine? Me devolví a tres pasos el vaso de agua. ¿Estabas rabia? Volvía, claro, me empecé a desesperar porque no era yo, es que ese era el punto, no era yo. Y tener dos chiquitines divinos, ¿sí? Que acababan de además de atravesar seis meses encerrados en un apartamento, pero estoicamente en que todos nos volvimos hiper creativos. Yo me acuerdo de, esto te estoy hablando antes de que nos diera el COVID, la vida era compleja, encerrados como para todo el mundo, pero también la hicimos divina y estaba esa Manuela que yo conocía, ¿sí? divina y estaba esa Manuela que yo conocía, ¿sí? Y después de esto, pues, no estaba ahí, era como que yo no estaba ahí, olvidaba las cosas, no podía hacer casi nada y, bueno, Alejo Montoya, que es un médico ginecólogo que hoy en día tengo la fortuna de decir que es mi amigo, fue la persona que durante esos meses, ¿sí? Me mandaba como a hacerme exámenes para tratar de descubrir qué me podía estar pasando, ¿no? Y me mandaba también artículos y tratábamos de entender cómo este COVID podría estarme afectando, qué podíamos hacer. ¿Qué desespero? Horrible. No tener un diagnóstico es horrible. Un día me acuerdo acuerdo estar hablando con Alejo y me ataqué a llorar y todos acaban de decir ay, pero es que usted llora muy fácil. Sí, soy lágrima floja, sí, hay que decirlo, soy una mujer sensible, pero esto no era esa sensibilidad que es bonita. Que es natural en vos además. Sí, esto no era la sensibilidad de vi los pájaros pasar y me emocioné, o el atardecer, y esto era un poco una agonía, y era algo que no podía empezar a controlar, y él me oyó, y me oyó llorar, y yo alejó, estoy desesperada, pero todo era como, estoy desesperada de no saber qué tengo, estoy desesperada de lo que me está pasando, pero yo empecé a llorar y a llorar y a llorar, y él me dijo tú vas a llamar a una persona, pero ya, o sea, me das media hora, yo le voy a avisar, y tú vas a llamar a Rocío Barrios, porque no está bien normalizar estar tan triste, lo que tienes no es normal, no te acostumbres, no te juzgues, dame media hora, a la media hora logré hablar con Rocío y al otro día, a las 10 de la mañana, tenía mi primera terapia virtual. Que con Rocío, pues las terapias son virtuales porque ya no está en Colombia, y pues además yo estaba en Santa Marta en ese momento. Y fue una hora necesaria para tener el diagnóstico absolutamente certero, claro de lo que me estaba sucediendo. Y como yo ya estaba tan ahí en ese borde del abismo, que no tuve opción ni de meditar ni de pensarlo. Yo simplemente, sí, yo le dije, yo le hago caso. Yo le hago caso porque yo no me quiero sentir más así, porque no soy yo. Le hice caso. Fue un año de tratamiento, pero además de terapia semanal, juiciosa, que nunca había hecho en mi vida. Entonces, para mí el regalo que me dio este COVID, esta enfermedad, estos efectos secundarios, fue el regalo de mi vida. Fue el darme la oportunidad de conocerme como nunca antes, de reconocer muchas herramientas que durante toda mi vida pude haber tenido y que yo ni siquiera era consciente que tenía. Pude entender muchas cosas que me pasaban. Entonces no solo fue salir de esa depresión, que fue a través, que fue a raíz de esta inflamación que me dejó el COVID, sino fue este regalo que pudimos hacer. Y ella además fue, es tan impresionante, Rocío, que ella me dijo, yo le pregunté, claro, obviamente me puso a tomar, me tuve que tomar una droga, o sea, tuve que hacer, de verdad, un tratamiento de verdad, esto, como te digo, no pude ni siquiera dudar, como de, ay, Dios míos mío qué angustia me voy a tomar un antidepresivo y yo como se lo voy a contar a mi marido no no esto fue me mandó esto me lo va a tomar el otro tampoco chisto dijo si esto es bueno para ti o sea aquí nadie dudó nada porque era evidente que necesitaba ayuda sí sí y qué maravilloso también tener una pareja que me conoce y que es como es, y que pudo decirme, aquí estamos juntos, tranquila. Y vamos para adelante con esto. No hubo espacio a duda. Y ella es tan certera, Rocío, que me dijo, tranquila, porque yo le pregunté, ¿cómo así? ¿Será que de pronto me voy a tener que tomar eso toda la vida? Porque uno tiene estas predisposiciones, como, ah, tener que tomar algo para sentirse bien. Entonces, de verdad, me dijo, es un año. Porque es que a ti se te han desconectado, ¿sí? Como unos cablecitos. Sí, es como unos cablecitos. Que necesitamos reconectar. Esto ya está inventado. Fue un año preciso. Ni un día más, ni un día menos. Yo me acuerdo cuando dejé ese tratamiento, también me angustié un poco, le dije ¿y qué tal? ¿qué tal que yo ya no? me dijo, confía, sí, confía esto está, o sea, y tal cual y bueno, habrá personas que no pueden dejar el tratamiento y también está bien, porque es que cada caso es único irrepetible y pues yo puedo hablar desde el mío y para mí fue un regalo. Pero mira que acabaste de decir o sea, yo fui de frente y le dije la vaina, ta ta ta ta ta y comparando tu caso con el mío que si bien no estoy pasando por esa situación, a mí me cuesta demasiado o me costaba hablar en pasado entrar a esos espacios siempre has sido así de abierta, de sensible para todo este tipo de cosas? Pues Tati, justamente como te digo, yo intenté terapia antes cuando me estaba separando yo estuve casada antes y me costaba trabajo me costaba trabajo abrirme más que decir si es fácil abrirse porque uno es así, puede ser el momento de la vida, porque yo sí creo que eso es también la madurez, si podemos hablar de madurez, es que, gracias a Dios, yo no soy la misma que hace 20 años o 15 años. Yo te veo igualita. Ay, que se va a tomar tata y también ella. No, mira, come años y ella. Tan linda. Y eso que este no es mi perfil, pero no importa. Entonces, siento que nunca he visto nada malo en poder decir la verdad de mi vida, si pudiéramos, porque primero siento que todas las personas traen una historia, y esto lo he podido saber gracias a mis personajes, yo creo que la actuación a mí me ha sido muy terapéutica, y cuando tú realmente tienes que interpretar a alguien más, o ponerte en los zapatos de alguien más, así sea un personaje inexistente, abro comillas pues porque yo tengo toda una teoría respecto a mi oficio. ¿Sí? Donde sí, donde de verdad... ¿Qué crees? Porque yo pienso que decir que son personajes inexistentes no es tan cierto. Sí. Porque yo, cuando la magia ocurre entre un guión, entre una dirección y entre la interpretación, yo sí siento que a veces no es uno y pueden venir, aquí van a decir que estoy loca, pero yo siento que muchas veces son como energías que vienen de otro lado que realmente calzan muy bien ese personaje, ni siquiera solamente uno, la investigación que hiciste tú puedes hacer mentalmente todo el trabajo, pero yo siento que justamente la magia de este oficio viene de algo que no puedes explicar, como no puedes explicar muchas cosas en la vida pero bueno, ese fue un gran paréntesis volviendo al tema, creo que se me fue la paloma es que está muy chévere lo que estás contando, no te me salgas Manuela, no te me salgas a ver, a ver yo estaba diciendo que la actuación me ha servido para para entrar en las fauces de seres humanos de personajes lejanos a mí, donde realmente tienes que hacer una labor de apertura y también de investigación. Claro, total. Entonces, digamos que, claro, esa apertura la puedes tener, el poder saber que a través de los personajes ya tú sabes o analizas psicológicamente otros seres para construir un personaje, como lo quieras llamar la historia de cada persona es compleja y en ese sentido nunca me he sentido como como como limitada desde la inseguridad de que van a pensar de que mi vida sea imperfecta, porque estoy por hecho que todos los seres humanos somos imperfectos. Claro. Sí, eso es un poco de muchas vueltas, pero eso sí puedo tenerlo, como que en ese sentido soy un libro abierto. No me, ni me acomplejo, ni me avergüenzo de mi historia por querer mostrar que mi vida ha sido perfecta porque obviamente no lo es y porque asumo que la de nadie lo es, ¿sí? Y creo además que ahí está la belleza, actores que he escuchado a lo largo del tiempo, muchos hablan de que hay algunos personajes con los que se quedan para siempre. Algo así como lo que estás mencionando, como que no solamente se trata de un libreto, de una cosa ajena que alguien escribió, sino que realmente sienten que ese personaje los permea de una manera tan profunda. ¿Hay alguno de esos como que tú lo lleves permanente? Pues Tati, yo creo que eso puede suceder. Pues de hecho, la anécdota de Gerard Depardieu, cuando se quedó con Cyrano Berger por años, esas cosas pueden pasar. Y también de golpe pueden pasar por lo que dije antes, por más de que sea difícil de racionalizar es como si uno le prestara su cuerpo también a vuelvo y digo a un personaje creo que la manera de hablar creo que la manera de caminar creo que la manera en que el personaje toma ciertas decisiones de alguna manera afectan en tu día a día eso, a mí yo sí trato de hacer una clausura un cierre por muchas razones, no sólo para no quedarme, imagínate yo con Ángela Ferrer pegada en mi vida pues sería difícil pero también pues porque con Ángela Ferrer pegada en mi vida, pues sería difícil. Pero también pues porque son trabajos hermosos, intensos, donde tú estás 24-7 casi con un grupo de gente compartiendo tu energía, tus días buenos, tus días no tan buenos, y llega un día donde te tienes que despedir y donde difícilmente ese mismo equipo igualito, con el mismo camarógrafo, el mismo sonidista, y la misma maquilladora, y tus mismos compañeros, se va a repetir, entonces hay que hacerle el duelo, hay que hacerle la despedida, eso de mi trabajo es extraño, es difícil, yo soy de las que, cuando te digo que hago cierre, a mí me gusta poder despedir el proyecto, si se puede con una fiesta soy la primera que está ahí como organizándolo me gusta poderme despedir del proyecto de la gente, del personaje, hacerle como ese honor y ese duelo y eso me ayuda a soltar me ayuda a soltar, si no lo hiciera así, quizás se queda uno como con, no sé si es por la nostalgia que te puedes quedar por ahí, pero no me ha pasado con ningún personaje que yo diga, no, durante años me quedé con tal cosa, no. Pero eso es como un ritual personal, o sea, quisiera entenderlo, no sé cómo funciona esto, un ritual personal, tienes como alguna conversación. No, yo me siento, hablo con el personaje. Yo me hago acá,lo con el personaje. Explícamelo, es mi tati. Yo me hago acá, actúo, me miro. Y es que si mira, yo me siento, yo tengo un closet donde voy metiendo todos mis personajes. Yo a veces lo abro, saco alguno, lo traigo, charlo. No, tati, no. No, no, pero, pero, sí, fíjate que bañarse, hacer un baño, de pronto con sal marina, como ayudar energéticamente desde lo que creas. Yo no tengo un ritual puntual, pero para mí, ¿qué ayuda? Vuelvo y digo. como una reunión en donde estás con tu gente, con la que compartiste tanto, en un escenario de disfrute diferente, donde vas a poder agradecer. Yo vivo mucho desde la gratitud y yo visibilizo muchísimo las personas que hacen realidad a lo que yo me dedico y muchas veces esas personas nunca tienen esa visibilidad. Qué lindo es. Y cada una de esas personas es vital para que esto salga adelante. Y para mí, poder reconocerles eso, sea con un gesto, un cariño, la fiesta, un regalo, la rifa, pero sobre todo es con el abrazo, con las palabras, es que cada uno de esos seres es demasiado impresionante. Y además, porque uno no puede perder nunca de vista que esa pasión que uno tiene también la tienen ellos, pero además la tienen teniendo que madrugar a veces mil horas antes, viviendo en la miércoles, dejando también a sus familias realmente para mí ese es el cierre es poder tener un espacio diferente al laboral, para poder dar esos abrazos, para poder agradecer y para poder también llorar un ratico, yo soy cierreta pero llorar y despedir porque no es solo el personaje, es el proyecto, es la gente es todo, entonces eso me ayuda y si puedo llegar a mi casa y me puedo echar el bañito y la salecita que tú sabes pero no es ese realmente para mí el ritual que hace. Has tenido tus momentos de fama, muchos, y como en el arte y sobre todo cuando estás expuesta a medios de comunicación, que es completamente natural, está el momento donde está el personaje y todo el mundo me reconoce, hay momentos donde baja un poquito más la cosa, en estos momentos estás pegada, pegada, con perfil falso. Pero hoy quiero preguntarte por el ego. Ahorita estabas hablando de, es que soy diferente, he madurado. ¿En algún momento el ego, de pronto años atrás, cuando tuviste alguno de tus personajes muy reconocidos, donde sentías que todo el mundo te adulaba? ¿Eso es una adulación? ¿Eso te jugó malas pasadas? Chaves, que no, Tati, y te voy a explicar por qué, porque justamente mis raíces son un polo a tierra muy impresionante, porque si bien habría podido suceder que pasé de tener muchas dificultades en mi niñez, económicamente hablando, y de pronto ese salto, ese cambio de vida me habrían podido hacer, no sé, cambiar, o mi modo de ser, o que se me subieran los humos a la cabeza, como dicen. Por el contrario, siempre tuve una enorme gratitud, porque justamente supe lo que era carecer de muchas cosas, y aún así haber sido feliz. Yo nunca me sentí desdichada. ser de muchas cosas y aún así haber sido feliz. Yo nunca me sentí desdichada. Hoy en día, en retrospectiva, digo porque es que ese fueguito interno lo tuve siempre, porque logré rescatarme de muchas situaciones desde chiquita que eran bien adversas y difíciles. Cuando yo entro a este medio y empiezo a irme bien y porque he sido muy afortunada y muy juiciosa, yo nunca sentí nunca, nunca, nunca sentí que era más que nadie, nunca sentí que me las había todas por el contrario, me enamoré de esta profesión porque sentía que no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba haciendo y quería poder un día sentirme más cómoda siendo actriz, quería aprender eso que veía en muchos colegas tan maravilloso, yo decía pero lo hacen como si fuera tan fácil y qué difícil fue comenzar y siempre agradecí agradecí ese cambio, ese giro del destino Tati, lo agradecí y lo agradezco cada día de mi vida. Y sé que aunque me cambiara la vida 10 mil veces, así como pude tener ese fueguito desde chiquita en situaciones tan difíciles y lo logré, lo volvería a lograr una y mil veces. Es muy diferente tener esa confianza en ti mismo que tener un ego que te nuble la la el caminar, que te nuble la vida o que te haga pensar que tú estás acá y el resto está acá es muy distinto sentir que uno puede es maravilloso pero nada tiene que ver con con pasar por encima de nadie nada tiene que ver con pasar por encima de nadie, nada tiene que ver con menospreciar de dónde vienes, nada tiene que ver con lo otro. Entonces yo diría, considero, es difícil de pronto hacer ese análisis uno solo, uno mismo. Sí, claro. Pero puedo decirlo porque mis mejores amigas, que son mis amigas del alma, que me conocen desde Pipiolina, si hay algo lindo que a mí me pueden decir, es, Manuelita, tú sigues siendo la misma. Y me conocen. Entonces, siento que no, pero también, claro, te digo, ha habido momentos, yo he hecho una carrera constante, pero ha habido muchos proyectos que salen a la luz y que no les va bien, y eso es un duelo también difícil, porque es muy fácil estar uno desde fuera con el dedito, criticando todo, y todos lo hemos hecho en algún momento, ¿sabes? Como, uy, no, qué vaina tan mala, o qué cosa tan mal hecha, pues, ¿cómo se les ocurrió? Pero realmente el mérito no está en el que critica y sabe alzar el dedo, el mérito está en el que se atrevió a hacer algo que, independientemente del resultado, se atrevió. Y solo por eso ya vale la pena, ¿sí? Y yo te puedo decir que no todas las cosas que he hecho han sido exitosas, pero el día a día y todo eso que mencioné ahorita, el grupo de gente los que madrugamos todos los días a hacerlo los que tuvimos que conocernos de manera intensa durante meses que además antes cuando yo empecé esto no eran solo meses eran años de proyectos se hizo con el mismo amor con la misma pasión. Entonces, pues ya lo que sucede después es como incierto y no es con lo que uno se tiene que quedar. Pero aprender a manejar eso sí requiere un trabajo. Porque ahí sí te podría decir que el ego juega un papel importante, porque, claro, uno hace las cosas esperando que el resultado siempre sea fantástico, y cuando eso no pasa, tienes que hacer un trabajo, un trabajo de ¿qué es realmente lo que me queda a mí de esto? Ese momentico gratificante de ¡ah, qué ché, mamá! ¡qué bueno! ¡el mejor proyecto de todos! y tu personaje, etc. O, como yo llegué a lograr ese personaje, lo que tuve que hacer, el esfuerzo que di, el conocerme más para poder llegar a hacerlo. Y eso es con lo que realmente te vas a quedar para el resto de la vida. No es con esa celebración y el aplauso. Eso realmente es chévere, pero eso no es. Y ahí es donde uno tiene que domesticar ese ego y donde realmente tienes que hacer un trabajo te toca, sí, sí, como entender pero yo sí creo que me atrevería a decir que nunca fue como, ay no yo me volví creidísima y entonces más o menos ya pues mi vida, pues yo no me veo y nunca me he visto así, qué bueno hablemos de un tema que te encanta y lo hablo desde el desconocimiento por lo que muestras en redes tu familia, esa familia que construiste, te veo muy mamá muy mamá uno mira lo que comunicas a través de de Instagram sobre todo y se ve esa Manuela mamá, que ama a su familia que está tragada además de ese hombre que mejor dicho abiertamente papacito es que me encanta me fascina, lo conocí y tal además eso se me hace muy cool ¿cuánto tiempo llevas ya con tu amor? llevamos 13 años y como vamos para 5 meses celebramos 2 meses así, o sea, vosotros celebró natal, aniversario, mes pero más que el mega evento, además de hecho tenemos un concurso, es los 7, ¿no? ¿Concurso? Es concurso porque le pasa y le pasaba mucho que yo siempre me le adelantaba. Felices meses. Pucha, mary, que es cierto que hoy es 7. Vamos por el alarma. Abre ese lojo. Es que yo le llevo ventaja porque yo tomo un remedio para la tiroides que es diario y yo tengo que marcar los días. Eso nunca se lo había contado a Andresa. Yo pongo la lágrima. Entonces cada que yo, esto tiene que ser en ayunas, me tengo que tomar la pastillita, entonces digo ¡Felices meses! Y no me lo dijiste. Pero sí, somos románticos. Somos románticos, sí. Y te estrenaste como mamá, además desde un rol distinto pero sí, somos románticos, somos románticos, sí. Y te estrenaste como mamá, además, desde un rol distinto, y me gustaría que nos compartieras eso, porque encontrar una pareja que ya es papá, que ya ha hecho familia, no es tan fácil, hablo desde mi experiencia, he tenido relaciones con personas que son papás, eran papás, tal, ¿cómo fue en el caso tuyo esa estrenada de tu corazón desde otra óptica? Bueno, yo siento que uno en la vida, consciente o inconscientemente, yo creo que en mí fue muy consciente, cuando pides algo al universo, el universo te escucha, Tati. Yo estuve casada antes, como lo dije, y pues una relación de varios años. ¿Cuánto tiempo duraste? Fueron como siete años de matrimonio y uno y pico de noviazgo. Una persona fabulosa, con quien además, claro que hablamos muchas veces de tener hijos también sí pero eso no como que no no se dio y no se dio en simultánea de otras cosas que pues por algo no estamos juntos realmente tú puedes tener así como dicen el zapato más fino el más caro pero no te calza bien no tienes que buscar lo que te calce bien y cuando yo salgo esa relación, que eso no pasa de un día para otro, eso fue un proceso, yo me acuerdo íntimamente de pensar, de mirar al cielo, de decir, yo podría quedarme acá porque quizás en muchos aspectos es cómodo, además para la gente era como una relación que era hermosa y como que todo funcionaba y nos veíamos bellos juntos y vuelvo y digo, él además es una persona muy chévere, o sea, era un buen partido, ¿qué llaman? un montón de casillas chuleadas pero no estoy feliz y siento que le quiero apostar a buscar como esa felicidad, y para mí esa felicidad tenía que ver también como con el sentimiento de estar enloquecida por el otro en términos de pareja. Tú puedes ser muy buen compañero, muy buen amigo, y esas siguen siendo cosas o ingredientes importantes de la receta para una buena relación, pero para mí también el ser pareja, la química, eso... Lo manifiestas todo el tiempo. Y para cada persona es distinto. Yo creo que habrá personas que de pronto eso no sea tan importante, y para mí lo era. Lo era, y yo ya me estaba como equivocando en cosas en mi relación porque no estaba feliz. Ok. Y yo una vez viendo al cielo, le hablé a Dios, al universo, y le dije, mire, yo sí creo que yo me merezco sentir todo. Yo no, porque hay una vocecita que dice, ay, juepucha, usted va a dejar a este tipo que es súper chévere, que tiene todo chuleado, y va a ver, sí, puede que llegue a alguien que le va a gustar, pero va a ser el hijo de madre, y se va a acordar de mí, sí, es como una voz nefasta. Es horrible que no te deja de más. Entonces no te deja avanzar, pero yo decía, pero no, yo creo que quiero y me merezco y puedo tener todo. Puedo tener una persona que me encante y también una persona con la que vaya a construir. Y pues para resumir el cuento, cuando finalmente aparece Andrés en mi vida, aparece con un montón de circunstancias que para esa tabla de Excel eran súper difíciles. O sea, era como... Pues miraba el universo y la tabla. A ver, ¿en qué quedamos? O sea, ¿en qué quedamos? Yo soy un buen ser humano. En fin, pero pasa el tiempo. Entonces, claro, bueno, yo me voy a tomar el atrevimiento de hablar de cosas de Andresito porque él también ya lo ha hecho, pero Andrés, él y yo nos conocimos en un momento donde después de él trabajar durante no sé cuántos años en una multinacional, lo despiden, le dan el ácido, ha sido un gusto. Tenía un hijo chiquito de dos años y pico, en unas circunstancias también difíciles, donde él estaba a cargo de ese chiquito, y el panorama no era alentador. el panorama no era alentador. Ok. O sea, el panorama era, yo me estoy lanzando de cabeza, pero realmente te puedo decir que amigos cercanos que me aman y que siguen siendo amigos hoy en día, en ese momento me decían, ¿qué estás haciendo? Mira esto, esto es complicado. Pero ahí sí, como dicen, no solo es el amor que está está acá en el pecho, el corazón, en todo esto, sino vuelvo a hablar como de ese instinto que nace desde lo, como desde el intestino. Como esa intuición profunda. nunca dudé que era el papá de mis hijos. Es que cuando por fin él y yo tuvimos una cita, porque nuestra historia de amor también, pues aquí nos podemos quedar cuatro horas hablando, pero cuando por fin tuvimos una cita y nos conocimos y el restaurante, la gente era el restaurante a la una de la mañana, como estos cuándo se van a ir y hablábamos y hablábamos y hablábamos. Sí, no, esto era entre que no nos callábamos y derretida. Yo siempre supe con absolutamente claridad lo que te estoy diciendo. Al otro día que yo me veo con María Paz, una amiga, nos vimos y le dije, conocí, es el papá de mis hijos. Es el papá de mis hijos. Y es el papá de mis hijos, Tati. Entonces, ¿a qué voy? Claro, había muchas circunstancias que me habrían podido hacer recular. Fue difícil. Muchas cosas fueron difíciles, pero gracias a esa dificultad, primero, Andrés y yo conocernos en esa vulnerabilidad de la cual vuelvo a hablar, es realmente conocerse con alguien. Claro. Ver su... Ese don que tiene de ser papá pues también eso enamora y parte de eso que yo le había pedido al universo fue yo claro que quiero ser mamá y pues en estos años eso no se me había dado yo antes de conocer a Andrés yo ya me había congelado mis óvulos, o sea yo iba a ser mamá fuera adoptando el chino haciendo in vitro robándom, o sea, yo iba a ser mamá fuera adoptando el chino haciendo in vitro, robándomelo ¿no? pero, porque no se puede decir pero yo sabía que quería ser mamá de cualquier manera, el caso es que yo tenía ese deseo cuando conozco a Andrés, que además yo fui mamá con Andrés, pero pasaron unos varios años, no tuve que usar mis óvulos de hecho deben seguir ahí congelados eso va a tocar averiguar pero cuando conozco a Andrés tenía a su chiquito y hay algo en mi corazón que se estrenó ahora que soy mamá de mis propios hijos, lo único que puedo decirte es nadie le quita lo bailado, ¿a qué voy? que yo sí ya puedo saber con conocimiento de causa el amor de verdad incondicional sin tener un vínculo que te asegure nada a cambio y cómo puedes llegar y comparar porque eso se lo piensa mucha gente ¿cómo será el amor hacia un hijo? si es un hijo tuyo, si es más amor, pero si no entonces es menos amor yo siento que cuando tú en tu corazón tienes el don o la intención o la voluntad de ser cuidador de alguien, más allá de que haya una consanguinidad esa la voluntad de ser cuidador de alguien, más allá de que haya una consanguinidad. Esa es la expresión cuidador. Claro, claro para mí fue natural, pero fue como que mi corazón hizo así, ¡pah! ¿Cómo no enamorarme de ese chiquitín y cómo no sentir que queríamos o quería desarrollar un vínculo donde pudiera cuidarlo, protegerlo, enseñarle, pues lo que hace uno cuando cuida a alguien. Entonces Andrés llegó, sí, con un Excel diferente, pero llegó con una vida que no estaba ahí porque sí, que tenía que ser tal cual así y que hoy en día agradezco porque Jerónimo ha sido de mis mayores maestros por todo lo que ha implicado, lo bonito y lo difícil, ¿no? Porque las dificultades económicas que podía estar viviendo Andrés fueron las que hicieron que nosotros entendiéramos que debíamos hacer equipo y que juntos íbamos a llegar a donde quisiéramos. mundo machista donde muchas veces el hombre siente que tiene que ser claramente el proveedor el que nada le afecta pues que de hecho lo hablabas también con Juanpa cuando hicieron esto que me parece bellísimo lo que Juan Pablo Raba estaba haciendo de visibilizar eso no, fue poder ver un hombre que visiblemente estaba afectado por muchas cosas que estaban ocurriendo en su vida pero no por eso no creí en él. Yo le vi el potencial a ese tipo desde que lo conocí. Eso es muy difícil. Y acá estamos. Y cada uno de los pasos que hemos dado, ¿cómo no celebrarlos, Tati? Si nos han costado realmente. Por eso los disfrutamos tanto. Hace poco vi que estabas viendo en redes que uno de tus muñecos tiene un corazón en su pie entonces ahora pasamos a los hijos, claro empecemos con la derretición, por favor entonces la vida me estrena el corazón antes de tiempo de mamá pero luego, pese a todas mis dudas Andrés me decía, usted, obvio que va a ser mamá. Pero luego, pese a todas mis dudas, Andrés me decía, usted, obvio que va a ser mamá. Pues ya podía ver cómo, como, como. Me dijo, es que claro que vas a ser mamá. Esa maternidad. Y eso sucede de repente y sucede con Pedro. A mis 39 años quedó embarazada cuando menos estaba ya pensando en el tema. Yo estaba trepada en un camión grabando una novela que se llamaba Tormenta de Amor, que era como un realismo mágico, como una cosa temporal yo hacía de mala en este proyecto se grababa en Cachipay en la miércoles, y yo me acuerdo que había una escena donde yo estaba montada en un camión con 30 tipos que eran soldados y con Lorna con Lorna Cepeda. Y le digo a Lorna, Lorna, me estoy sintiendo como mareada. Me huele mucho a hombre. ¡Ay, no! Que ya tú sabes, no sé si conoces a Lorna, pero es lo más fantástico que... Y Lorna me mira así. Además, me mira las... Es que claro, ahí cuando me las miró, me las miré y dije, estaba un poco más tía, y me está oliendo a hombre o sea, no huele a hombre, no nunca hice eso, entonces yo dije, esto está un poco extraño y Lorna me dijo esto está como particular y yo ese día me aguanté el regreso desde Cachipá y la carretera la cosa, Andrés no estaba en ese momento, ni siquiera en Bogotá, ya vivíamos juntos, pero te estoy diciendo que esto ya fue como los cuatro años de relación. Sí. Y entonces compré una prueba de embarazo y lo mismo yo dije, ay Dios mío. ¿Vos compraste la prueba? Yo sola. Ay, no. Me hago esa prueba, Tati, y estaba embarazada. ¿Tú quieres saber yo cuántos años de mi vida pensé en querer ser mamá, en imaginarme las dos rayitas, en que eso mil veces no pasó, ni en mi matrimonio anterior, ni muchas veces con Andrés, y yo ya estaba pensando en usar mis huevitos en el in vitro, en la cosa, y de repente tengo esa prueba de embarazo en mis manos. No, no. Entonces yo empecé a pensar cómo le dio la noticia. Bueno, entonces todo, cada milímetro de esta historia es, la recuerdo como si fuera ayer. Y llega Pedro a mi vida. El chino, bueno, qué mamá no está enamorada de sus hijos, pero es eso, es un corazón con patas, es un chino absolutamente... Ay, amo como lo describís. Sensible, creativo, inventor, muy humano, muy sensible a la naturaleza, a la música, es músico. Cada etapa de mis hijos ha sido maravillosa y cada vez lo que llega, por más de que también tiene un grado de dificultad, cada vez lo que llega, por más de que también tiene un grado de dificultad, como niño chiquito, pero nada chiquito, niño grande y así, eso es verdad, pero ha sido un disfrute y un goce, Tati, o sea, mis hijos y alma, por Dios, o sea, es que, no, pues realmente. Estás siendo consciente de cómo se te pone la cara, el ojo, la pestaña. Es que ellos, es que vuelvo y te digo, es que ellos son nuestros maestros es que ellos son la prueba de que si bien uno no viene con un manual de instrucciones uno expande su espíritu y sus capacidades a otro nivel cuando se convierte en padre o en madre es ver la vida dejar de ver la vida desde aquí para entender que realmente lo más maravilloso es cuando empiezas a estar más acá, ¿no? Como en ese amor que está muy bien, por supuesto está muy bien pensar en nosotros mismos y claro que tiene que suceder, pero es que cuando tú sientes lo que sientes por un hijo, ¿sí? O por un ser que desarrolla ese apego contigo desde el lugar más honesto y auténtico, eso es indescriptible, es indescriptible. Es que puedo notar la manera. Yo digo, uno, si uno no es papá. Uno no extraña lo que no tiene al final. Puedes tener la vida más feliz, pero es que una vez conoces esto, es difícil imaginarse cómo pude ser tan feliz sin ser mamá. Es real. Ay, no, amo, esa frase. Que has descubierto de Manuela, la que no era mamá, ahora que te estrenas? Pues hace rato, eres mamá. Pero, ¿qué empezaste a descubrir que no pensabas que hacía parte de tu paquete? Pues Tati, yo siento que antes uno la vida la veía como con una lupa como de este tamaño, ¿sí? Ok. Y asimismo, paradójicamente, los problemas que no me ameritan tanto bololo, pues eran como gravísimos, ¿no? En eso ando yo, sin hijos, viendo pequeños problemas gigantes. Los hijos te dan perspectiva, es como que ponen las cosas en su lugar. La vida es muy corta, el tiempo es lo más preciado que tenemos, y entender que el camino de verdad a la felicidad es poder ser auténtico, es atreverse, es gozar como goza un niño, es que un niño es auténtico, es vulnerable, Gozar como goza un niño, es que un niño es auténtico, es vulnerable, no tiene tantas cosas mentales de tener que encajar en ningún lado. Eso pasa después. Entonces es una oportunidad casi que para retroceder, para que esa lupa que era así se expanda, y para que entiendas que la vida de verdad es muchísimo más, y que tienes una enorme responsabilidad, porque eso sí, es una enorme responsabilidad que, como dije al principio, te cuestionas, haces sumas, restas, piensas, piensas mucho. a la fragilidad de poder estar presente ¿sí? de dar el amor lo mejor que lo puedas dar de acompañar, de respetar que esos seres, por más de que sean tus hijos pues no son tuyos ¿sí? que van a tener una vida, que obviamente yo quisiera no perderme de nada, pero también ya lo sé por mi propia experiencia que si es así, estaré en algún lugar viéndolos que obviamente yo quisiera no perderme de nada, pero también ya lo sé por mi propia experiencia, que si es así, estaré en algún lugar viéndolos. Y con lo que veo hoy, pues Alma tiene seis y Pedro tiene ocho, ya van a cumplir siete y nueve. Se te crecieron tus enanos. Se me están creciendo. Veo dos seres fascinantes y felices, sobre todo eso, felices, son los chinos que quieren jugar todo el día, que se divierten con las mínimas cosas, que no tienen unos papás perfectos, pero que tienen unos papás que pueden reconocer sus errores y que desde ahí estamos construyendo juntos, que todos los días aprendemos juntos. Que a veces es dificilísimo ser papá o ser mamá. Es muy difícil. Que hay días en que te sientes incapaz. Pero como todo, la luz sin la sombra no podría apreciarse igual. Entonces, para mí, la maternidad ha sido el regalo más maravilloso ¿es como tu mejor título? si pudiéramos rotularte de alguna manera no sé, no sé porque yo creo que uno es muchas cosas y cuando uno se pone esos rótulos, Tati, de actriz mamá pero pues a la larga todos seguimos siendo mucho más que esas facetas. Yo no me imagino siendo la mamá que soy si no pudiera ejercer lo que tanto amo, que es ser actriz, y esa pasión me nutre y me permite ser la mamá que soy. Entonces, tampoco podría ser la actriz que soy hoy en día si no se me hubiera expandido el corazón con estas historias que te cuento, con mis hijos, con estrenar el corazón de mamá cuando conocí a Andrés, ¿sabes? Entonces, me queda difícil decir qué me define. estás abierta a todo, porque al final todo es un complemento. Y te lo preguntaba, es porque hay muchas mujeres que sí se bautizan y se autorreconocen, yo soy mamá por encima de cualquier cosa. Manuela, el tema del amor me llamó mucho la atención, sobre todo como lo percibes, no del amor, sino de la relación de pareja, sobre todo ahorita cuando hablabas de, hay muchas personas que ellas pueden entender o disfrutar más bien de una relación de pareja, estando desde la comodidad, que creo yo es lo más común, sobre todo cuando hay tanto tiempo en una relación, pero a juzgar por lo que muestras en redes, que no te conozco, se ve esa chispa y ese enamoramiento que he escuchado de expertos que se pierde a los no sé cuántos meses, años, entonces vos llegaste y desbarataste todo ese concepto de que el enamoramiento tiene una caducidad y de que las mariposas y no sé qué, porque es que yo te veo las mariposas. Pues Tati, mira primero, como yo sí viví justamente una relación donde esas mariposas se ahogaron se volaron se volaron al más allá muy pronto yo decía el día que encuentre alguien tiene que producirme algo sobrenatural que me dure más tiempo yo pensaba eso, que me dure más tiempo yo sí creo que Andrés me generó eso. Eso está clarísimo. O sea, de verdad que nunca estuve enamorada varias veces en mi vida y me gustaron personas y me pudieron gustar mucho, pero a mí nunca, nunca nadie me había gustado de la manera que me gustó Andrés Felipe Vasco. Nunca. Y pues yo tampoco era una culicagasa, yo ya había vivido muchas cosas. Pero era el amor platónico de él, pero parecía al revés. Exacto, exacto. A mí me... Sí, yo sentí algo muy, muy, muy fuerte, pero también, como te digo, esa vocecita me hacía temer que fuera absolutamente superficial y que yo me quedara como en ese impulso sin analizar un montón de otras cosas con las que, pues finalmente es la realidad de la vida, con quién vas a construir, cómo piensa, qué tienes en común, cuáles son sus valores o qué está dispuesto a hacer, que no, o sea, realmente es un acto de fe, es un acto de fe. Un salto de fe más bien. Entonces, yo lo que siento es que, claro, Andrés y yo tenemos mucha química y tenemos un vínculo que, aunque obviamente que eso cambia, yo no te voy a decir que a los tres meses estamos como estamos a los 13 años porque, pues, además la vida misma y todos sus pormenores y la cotidianidad y las responsabilidades y todo, pues, a veces disipan muchas cosas. Pero yo sí te puedo decir que yo veo todos los días a un hombre que me gusta, que lo veo, le echo flores, él me echa flores. Y además siento que va más allá de como de lo físico únicamente, porque cambiamos, o sea, mi cuerpo no es el mismo después de ser mamá, aunque él me eche muchas flores, habrá cosas que están distintas, pero desde el olfato, desde la piel, desde la voz, siento que estamos muy conectados. Sin embargo, pues eso no alcanzaría si no hubiera todo lo otro que hemos construido. Entonces, yo lo que siento es que no hemos descuidado a Andrés y a Manuela como pareja, somos muy conscientes que los hijos sí se van, y somos muy conscientes de tener espacios que son sagrados para nosotros, que no son tan frecuentes, ¿sabes? Pero ocurren. Pero sí, por ejemplo, nuestros viernes por la noche son sagrados, es nuestro... Arman como date. viaje juntos, a veces la logística pues no es fácil, digamos que esa red de apoyo no la tenemos como tan resuelta, yo ya no tengo a mis papás, los papás de Andresito están en Medellín, pero la logramos, logramos a veces acomodar las cosas y eso ha sido lo que nos ha permitido, yo siento que después de 13 años, tener una conexión muy bella, que no es, insisto, no es perfecta. Y obviamente que en redes uno muestra lo que uno quiere mostrar. Y uno quiere mostrar el lado bonito de la vida. Pero obviamente que es mucho más complejo que lo que se ve en Instagram, ¿sabes? O sea, todas las parejas han atravesado por crisis, todas las parejas tienen días buenos y días donde se quieren ahorcar, todas las parejas se equivocan el uno, se equivocan el otro, se autorregulan. La pareja es la decisión más importante de tu vida. Claro. Es la persona que te va a mostrar quién eres a un nivel absolutamente visceral. Y puedes tener al lado a la persona que le hace eco solamente como a lo que tienes malo, que es cuando una relación se empieza a volver supremamente tóxica, horrible, o puedes tener a la persona que te muestra cómo resolver cosas, que te muestra también las otras posibilidades de tu ser, y yo con Andrés, yo siento que de verdad, o sea, yo me siento muy orgullosa de lo que hemos construido como pareja, vuelvo y digo no por lo perfecto sino porque sí hemos atravesado muchos momentos difíciles y complejos porque también hemos tenido proyectos juntos que eso a mí me parece divino de tener en pareja de hecho nosotros tenemos una charla que no hemos hecho tantas veces pero que por ahí se puede ir cosiendo algo a raíz de esto y es cómo emprender en pareja y no morir en el intento. Eso es durísimo. Sí, porque siempre está ese mito, ¿no? Como, ay, no, si usted va a hacer algo, va a emprender, va a armar una empresa, chao familia o chao pareja o chao, porque son como limitantes que nos han puesto y que no necesariamente son ciertos. Sí, sí, mira, de las cosas que yo siento que más fortalecieron esta historia de amor fue pasar de estar en la situación económica más dura, donde yo tuve que ayudarle incluso a un hombre a pagar el colegio de su hijo, que eso emocionalmente es durísimo para una persona, tener que alzar la mano y decir, estoy jodido. Sobre todo para un hombre. Por eso. Y haber dicho, aquí estoy, listo, yo lo voy a apoyar. Pero, ¿qué hubo siempre? Yo veía a un tipo que madrugaba, que estaba todo el tiempo curioso, investigando qué podíamos hacer, qué podíamos inventar. No el tipo vago que se sentó, pues, y estoy fregado a quejarse. Y no porque no lo hubiera podido hacer si emocionalmente lo necesitaba. Pero era un tipo que tenía las ganas, tenía la berraquera, tenía la berraquera. Y ahí es donde yo digo que le vi el potencial. Y yo siento que para nosotros haber pasado de esa circunstancia, que no duró dos minutos, fue un momento, y haber de pronto, de hecho, surgió la idea, que hoy tenemos nuestra empresa que es A de Coco en Colombia, y surge esta idea porque yo un día vi un puestico de cocos en un Price Mart o en un supermercado en México, yo estaba grabando El Señor de los Cielos y tenía todos los beneficios del coco y exprimían o le sacaban el jugo al coco ahí con una máquina y yo le mandé a Andrés el cartel de los beneficios del coco. Todo eso lo guardamos nosotros porque hace parte como de nuestra historia, de nuestra charla, de hecho. Y le mando yo eso a Andrés, que como te digo, estaba en Colombia, estábamos además a distancia, él estaba pariendo piñas en su vida por muchas razones. Le mando yo y le digo, ay, ¿cómo es que no tiene el puestico de cocos? Si el agua de coco es... ¡Me la agroza, mi amor! ¿Cómo puede...? O sea, a mí, él dice que yo soy más paisa que él y sí yo creo que eso yo lo llevo entonces le dije no eso sería todo el tiempo estábamos pensando en posibles negocios y cosas bastó esa foto y este hombre pues no te voy a contar toda la historia pero pues voy a saltar un poquito salto cuántico pero por esa foto este tipo tomó una serie de decisiones que se tradujeron a que hoy en día tenemos esta empresa maravillosa que se tradujeron a que hoy en día tenemos esta empresa maravillosa que se llama Cocolmex ya llevamos 10 años con esto y fue divino, y yo te digo que nosotros no seríamos lo que somos si no hubiéramos construido en pareja y si no tuviéramos empresa en pareja y si no tuviéramos este otro hijo que es Coc el Mex. Entonces, hay muchos mitos y muchos limitantes que nosotros mismos nos ponemos en la vida. Pero yo creo que si uno sabe explotar esas cosas, tú con una pareja puedes llegar a donde quieras. Yo te escucho y se me vienen como muchos cuestionamientos a la cabeza. Aquí he tenido cualquier cantidad de mujeres con miles de pensamientos y de ideologías y respeto profundamente como cada una lleva su vida, como entiende el amor, como descubre el tema de pareja, pero sí creo que has abierto una conversación que además está muy latente por este tiempo donde las mujeres somos súper mujeres y además queremos que los hombres lleguen con todo resuelto. Y no, yo necesito un hombre que ya esté hecho y derecho, o está ese discurso también, lo he usado en algún momento de la vida. No, es que yo no estoy para arriar, o es que yo necesito un hombre que ya esté hecho, que ya esté resuelto y por qué ayudar ¿sabes? está ahí esa conversación eterna machismo, feminismo, igual desde el respeto siempre toda esta conversación pero si abres un tema que es muy indebatible que es ese en el que la mujer ve a esa persona no del presente sino del futuro y eso que estás diciendo yo viene el algo tal, y seguramente para muchas mujeres esto es como, ¿cómo lo hiciste? ¿Cómo puede ser? O sea, que el amor sí se construye, Manuela, es... día tras día. Y yo simplemente creo que es una decisión también muy personal, pero te voy a poner como un ejemplo distinto. Hay personas que sueñan con la casa de sus sueños. Y entonces bien pueden decir yo quiero un día, abrir una puerta y que ya estén los sofás, la cojinería, las lámparas la cocina, tal cual mejor dicho me la imagino y disfrutar de esa casa o hay otras personas que dicen yo quiero esa casa pero es que yo quiero escoger el sofá y yo quiero escoger la lámpara y no solo la quiero escoger yo yo quiero que la otra persona me diga, oiga, chévere pero ¿qué tal esta otra lámpara? Y que uno diga, oiga, sí, ¿posedo en esto o no? Y esa casa un día va a ser ese resultado de ese trabajo y de esas decisiones y de esos pequeños detalles que se dieron sobre la marcha. porque la satisfacción de hacer las cosas uno desde cero eso es para mí fascinante y porque en mi vida con todo lo que ya te he contado pues así me ha pasado yo nunca tuve nada así yo lo fui construyendo y la satisfacción me la ha dado es eso tampoco sabría cómo sería si un día, no sé llego y abro la puerta y ya está la casa. Quizás también es chévere. Pero mi modo de ser me lleva a escoger la segunda opción. Porque siento que es en ese camino de las pequeñas dificultades, elecciones, dudas, aciertos, desaciertos, donde está la historia que vas a contar después y a mis hijos, si junto esto con mi maternidad es algo que me cuestiono siempre, son muy privilegiados, tienen una vida que yo jamás tuve y tienen oportunidades que yo jamás tuve, ¿cómo haces para que sean apreciativos y cómo haces para que realmente ellos entiendan que las cosas tienen un trabajo detrás. Y, ¿sabes? No sé, de aquí a 10 años o 20 años, cómo vayan a ser ellos, ¿no? Pero hay una cosa que me da como un buen hint de que vamos igual por buen camino. Ellos son unos negociantes. No. Lo que se le da no se hurta. Mi alma es la artista más maravillosa, y no es solo amor de madre, es una china con una virtud. Artista de dibujar. Y créeme que la motivación no es solo por el placer del arte, ella ya también dice, yo podría vender mis dibujos. Y los ha vendido. ¡Ay, no! Entonces, bueno, yo les incentivo eso porque además ellos ya saben qué es poder tener unos ahorros, poder invitar al amigo al helado. Pedro también lo hace, se inventan cosas. Ellos tienen ya en esa necesidad de construir algo por ellos. No es lo mismo el helado que la mamá le dio, vea para que invite a su amiguito al helado que él dijo, te estoy invitando yo porque vendí tres pendejadas y es mi plata entonces ellos son unas esponjas por más de que son privilegiados y que tienen digamos un montón de cosas que quizás son más fáciles ellos ven unos papás que trabajan, ven una mamá que vibra con su pasión más grande que es actuar, que sacrifica también tiempo con ellos, pero que también ven una mamá feliz, que llega a contarles cosas, que les comparte por qué la emociona tanto lo que hace, que no es fácil. Eso inspira, Tati. Y yo no tengo otra opción. Yo no voy a dejar de darles todo lo que pueda darles por ese miedo pero sí puedo darles en simultánea toda mi historia y todo lo que hemos construido con Andrés y eso es para mí muy valioso muy muy valioso Te has sentado con Andrés ya viendo desde esta etapa o este presente donde todo está digamos ya construido, ya ese árbol está un poco más fuerte a mirar en retrospectiva como pareja porque a veces uno se mira uno solito pero como pareja han tenido esa conversación de decir, pucha, ¿esto valió la pena? Sí En esos dates que nos damos los viernes, que a veces sí los hacemos con amigos, pues por supuesto también tenemos momentos solos, pues uno habla de eso, de la vida, de los hijos, de cómo es el hijo, de lo que tiene que mejorar y demás. Pero siempre va a caber un brindis por nosotros, por lo que hemos logrado. Pero sobre todo porque hay muchos momentos muy difíciles y muy tristes, Tati. Claro. Que a veces no son ni justos, que te pueden cuestionar muchas cosas, pero como dice Andrés, acostarse uno por la noche, poner la cabeza sobre la almohada y dormir tranquilo, sabiendo que lo que has dado ha sido lo mejor, por más de que a veces salga bien, otras veces no tan bien, eso no tiene precio. Y nosotros lo que hemos sido como personas, desde lo imperfectos que somos como seres humanos, hemos metido todo el corazón y nos celebramos eso. Porque hace 13 años, cuando empezamos y cuando las cosas eran muy distintas, yo creí en él, pero yo no me imaginé que fuéramos a tener tantas bendiciones como las que tenemos hoy en día. Eso es como cuando, vuelvo y pongo el ejemplo, papá arquitecto, hermana mayor arquitecta ¿entendían? eso es como cuando compras un predio y te muestran un render y el render es muy lindo claro, tú te lo puedes imaginar, pero de pronto un día ya es real y dices superó el render wow que sé que es esto, que divino te escucho y me dan ganas de creer en el amor. Mentiras, creo mucho en el amor. Claro, hay que creer en el amor, hay que creer en el amor. Y en ese amor de pareja y en esa versión de la mujer que construye y entendiendo siempre que hay muchas formas y muchas maneras y todos respetamos la manera en que la gente ve el amor y la relación. Me gusta apostarle a eso, a la construcción. Y me parece muy cool tener enfrente a una mujer que sin miedo a nada dice, sí yo estuve ahí yo apoyé, yo ayudé y también muy bonito no sé si te ocurre, asumo que sí tener al lado a ese hombre que te lo reconozca no solo me lo reconoce a mí, Tatiana, o sea es un hombre que delante de, o sea, nunca ha dudado en reconocer lo que Manuela González ha sido en su vida. Qué lindo. Nunca ha dudado de su hombría, de su capacidad, por decir, hubo un momento donde yo no tenía ni para el colegio de mi hijo y ella me apoyó y eso habla ya de quien es Andrés no es el tipo de apariencias de tengo que ser putas de aguadas no que ahora yo lo vea y diga aplaudete muchas cosas, es un tipo que sigue estudiando, que le interesan temas, que es una persona que se ama mucho y que cree en él, pero es una persona que reconoce su trayecto. Y me lo reconoce, sí. ¿Cómo te ves ahorita? ¿Cómo te ves en retrospectiva? Sí. ¿Cómo te ves ahorita? ¿Cómo te ves en retrospectiva? Yo me veo, Tati, me gusta lo que veo porque el otro día me invitaron a un conversatorio de mujeres súper bonito. Y uno de los regalos era un espejo y pasaron, éramos poquitas, y uno tenía que mirarse al espejo y como hablarse y ver uno qué veía. que mirarse al espejo y como hablarse y ver uno que veía. Entonces tengo fresquito ese ejercicio porque fue muy lindo ver en un instante a la misma Manuela de 6, 7 años que a veces se encerraba en un baño y se miraba por horas en el espejo, pero no por vanidad, se miraba porque se preguntaba qué hay detrás de ese espejo, quizás al fondo estaba alguien peleando, el ruido de esta cotidianidad que era a veces tan compleja, los problemas, pero ella estaba con ella en ese espejo imaginándose tantas cosas a futuro. La pude ver, la pude reconocer siendo la misma Manuela. Me vi y me vi ahí, en ese momento. Pero volviendo a lo del render, poder luego tomar un poco de distancia y ver ese paso de tiempo en lo que me he convertido y saber que no lo he hecho sola, por supuesto. He tenido personas que me han ayudado a llegar a donde estoy pero que ese fueguito del que yo hablo lo tuve desde chiquita y logré estar donde estoy hoy y eso es como, wow como no, y no hablo ni de lo profesional, digo de la persona que soy hoy del amor que puedo sentir, del amor que puedo dar sin temor a lo que venga en retribución o no, del amor que puedo dar sabiendo que la muerte hace parte de la vida, de, sí, me gusta esa persona, me gusta mi sentido del humor, me gusta como la alegría con la que veo la vida, me gusta creer que siempre el diálogo y la compasión pueden ayudarnos a mejorar las relaciones en nuestra vida, con personas con las que a veces de pronto nos podemos haber alejado. Yo ahorita estoy teniendo un momento muy especial con una de mis hermanas, yo tengo tres hermanas, estamos jugando tenis juntas, charlamos, el poder seguir dándome cuenta que vamos cambiando, pero vamos evolucionando, pero seguimos teniendo esa oportunidad de conectar, es también gracias a lo que uno ha ido evolucionando como persona, ¿sí me entiendes? Entonces yo, yo, yo, sí, yo me veo y yo me doy una palmadita y me celebro, me celebro lo que he logrado. pues es una vieja con la que uno quisiera quedarse hablando mucho tiempo que angustia que nunca antes visto dos, tres, cuatro horas y media ya te lo han dicho, obvio si, buena conversadora pues si, es que charlar es muy rico charlar de verdad es muy rico soy malísima para las relaciones que se quedan panditas por eso vuelvo y digo los amigos, y que he hecho amigos recientes pero mis amigos, los que se vuelven amigos son personas que tienen que estar dispuestas a como incomodarse también y a que uno sea de verdad porque para lo otro no hay tiempo ya hemos conocido a la actriz por todo lado, pero esta Manuela con esa alma abierta y tan dispuesta pocas veces has compartido. Vea, estamos aquí. ¿Dolió? No, liberó. ¡Qué lindo! ¡Qué lindo! Manuela, me encantó conocerte, me encantó conversar, además de cosas que normalmente no hablas con todo el mundo. Hay que una magia especial en este espacio, pero además me has dejado como una cátedra. Y yo sé que muchas de las mujeres, que además esta comunidad está compuesta sobre todo por mujeres también, los hombres son bienvenidos, seguramente se están cuestionando. Estoy segura, estoy muy segura. Qué chévere eso. En esos temas del amor, en esos temas de la construcción, me quedo, sabes que me quedo mucho con ese mensaje así te veo, como una persona que construye bacano, me encanta sí, me encanta construir, total gracias, ay gracias a ti perdón que me sudan las manos de verdad te felicito por este espacio, que rico dicen que uno no puede o sea, que el pasado se recuerda es hablando de él ¿sabes? entonces esto para mí es un regalo es un regalo porque siento a mi mamá más presente que nunca, es un regalo porque pues hablar de la vida tiene esa virtud, es como volverla a vivir un poquito y te agradezco y por ser la voz para tantas mujeres Tati, tantas mujeres y cada una de las historias tiene valor. Sí. Las historias tienen valor y aprovecho para hacer la cuña y recordarles una invitación muy poderosa. También estás invitada. Vamos a estar de gira nacional en 10 ciudades. Bogotá, Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla, Villavicencio. Me olvidé la lista, pero aquí en este banner que están viendo pueden comprar sus boletas. No va a ser un podcast. Mucha gente me pregunta, ¿ viendo, pueden comprar sus boletas. No va a ser un podcast. Mucha gente me pregunta, ¿a quién vas a entrevistar? No va a ser un podcast. Ok. Va a ser un encuentro íntimo de inspiración donde van a conocer la versión mía más humana, más real, no tan periodista. Y además se van a conocer, no me gusta hacer tanto spoiler, pero preparen el alma, preparen el corazón, porque realmente las mujeres, sobre todo, necesitamos darnos esos espacios que en medio de tanto afán no nos damos, y sacar esa horita, esas dos horitas, para nosotras mismas, para mirarnos hacia adentro, como lo hicimos hoy, por ejemplo. Exacto, exacto. Que nos miramos hacia adentro, y me invitaste a mirarme hacia adentro. Manuela, yo quiero cerrar con algo que encontré aquí de casualidad, no creo en las casualidades, de este libro precioso que me regalaste de Gloria Inés Daza, que siento que esta conversación de hoy va en memoria de ella. No será hoy, será cuando el aire desactive las nubes cargadas de presagios, cuando fluya nítida el agua, cuando la luz que alimenta el capullo sea en mi acto de amor. Guau. Qué divino. Te agradezco por este regalo. Con todo el amor, Tati. Gracias. Disfrútalo. Muchachita linda. Linda. Esto es Vos Podés, el podcast. Muchas gracias. Soy Tatiana Franco y esto es Vos Podés, el podcast. Vos Podés, el podcast.