
La historia de mi pelo es la historia de mi vida - invitada: Marcela García
29 de ene de 2025
Marcela García se enfrenta a los micrófonos por primera vez para compartir una historia profundamente personal, la relación con su pelo, que va mucho más allá de la mera estética. Su relato abarca desde su coronación como reina del Carnaval de Barranquilla hasta su lucha y recuperación de un trastorno alimenticio.
Capítulos
La importancia del pelo en la vida de Marcela
Marcela describe cómo su pelo fue percibido como una fuente primordial de belleza y autoestima desde temprana edad, siendo siempre el centro de atención y su carta de presentación, especialmente durante su etapa como reina del Carnaval de Barranquilla.
La lucha con la bulimia y el impacto en su vida
Marcela narra su experiencia con la bulimia, una enfermedad que afectó su relación con la comida y eventualmente tuvo un impacto devastador en su salud capilar, llevándola a esconder este aspecto de su vida por temor al juicio público.
El proceso de transformación y aceptación
Tras un episodio crítico de su vida, Marcela decide enfrentarse a su enfermedad, con un arduo proceso de terapia y autoaceptación, que finalmente la lleva a encontrar una forma de reconciliación con su pelo.
El descubrimiento del hair oiling y el lanzamiento de The Hair Generation
Junto con su hermana Laura, Marcela descubre los beneficios del hair oiling, lo que conlleva a la recuperación inesperada de su cabello y al posterior lanzamiento de su marca de cuidado capilar, The Hair Generation.
Impacto y propósito de vida
A través de su historia, Marcela cambia su enfoque en redes sociales, convirtiéndose en una fuente de inspiración, promoviendo la aceptación personal y el uso del cuidado capilar como vehículo para el empoderamiento.
Conclusión
La historia de Marcela no solo refleja un viaje de autodescubrimiento y aceptación personal, sino que también ilustra cómo convertir la adversidad en un propósito más grande. Hoy, su pelo no solo es una parte de su imagen, sino un símbolo de su transformación y su nuevo enfoque de vida.
Menciones
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Eso es CozyEarth.com. ¡Gracias! cara a la luz. pero yo me atrevo a asegurar que este es particularmente especial, porque la mujer que tengo enfrente llevaba un buen tiempo, yo no sé si la palabra correcta sea escondiéndose, pero sí viviendo una vida muy linda, muy sonada, muy reconocida en redes sociales, pero además de una manera que todo el mundo estaba acostumbrada a verla. Y hoy por primera vez se enfrenta a unos micrófonos a esta exposición pública tan grande, justo después de haber hecho un anuncio muy importante para su vida. Y sin más preámbulos, ella es Marcela García. Ustedes no se alcanzan a imaginar lo nerviosas que estoy. O sea, de verdad que antes de comenzar, Tatiana y yo nos agarrábamos porque yo he hecho esto. De la mano. O sea, agarrándome la mano. Como las reinas. Como las reinas, por favor. ¿Quién será? Primero que todo, para mí es un honor estar acá. Tati, como te lo dije antes de los micrófonos, qué orgullo lo que has logrado. Qué admiración tan grande, y gracias por tenerme aquí, sobre todo en un momento tan importante. A mí, Tatiana me escribió como en septiembre, fue, y Tatiana me dijo, mira, es que quiero que estés en Vox Podest, que además yo soy mega fan de este podcast, no fue como que, ah, no, déjame pensar, no, yo, sí, Tati, yo quiero estar. Sí, además que ella tenía como esa antesala, ese misterio, ¿no? Entonces yo, ok, aquí somos súper respetuosos de esto, ustedes saben que Vos Podés es un espacio seguro, y entonces yo decía, bueno, démosle el tiempo, y luego volví, ahí me escribía, y me decía, Tati, es que va a pasar, está pasando, hay algo, y me daba rodeos, ¿no? Hay algo por ahí cerca que se avecina, no te puedo hablar en este momento, luego te cuento y yo, ok, listo. No se me pasó por la cabeza, no se me pasó por la cabeza y tenerte aquí, yo diría al desnudo, pues te agradezco además, porque es un privilegio para mí tenerte como esa primera entrevista que das ya con esta nueva versión de Marce. Con mi pelo, literal. Pelo no, pelazo. Bueno, estamos en proceso, pero sí, lo amo mucho. No te imaginas como que todos los días que digo como, gracias pelo por contar todas mis historias y por esta historia que estás contando hoy. Y Tati, literal, fue así. O sea, yo le escribí a Tatiana y yo decía, esa mujer va a pensar que yo estoy loca. Porque además yo le decía algo que, es que sí quiero, pero espérate, pero es que espérate, ¿por qué estoy nerviosa en este momento? Es porque, como lo dices tú, es la primera vez que estoy en un micrófono, hablando, cada vez que conozco una nueva persona que ya me conoce sin la peluca, me siento, como dices tú, todavía estoy como acostumbrándome porque me siento todavía en cuera. Es como si estuviera, hola, salí en brasier, ¿cómo estás? Porque ya, digamos que yo tenía muchos años acostumbrada a eso, viviéndolo con mucha felicidad, la verdad, yo como te lo decía antes de, ya, yo había hecho mis pases con esto, y nunca me imaginé que esto iba a ser una posibilidad, entonces me da mucha emoción pero también también nerviosismo porque creo que de la emoción que tengo voy dando demasiada vuelta, así que por favor, téngame paciencia, que en este episodio yo sé que ustedes, la gente que me está viendo, que hace parte de mi gente linda ustedes me conocen desde otra versión en esta voy a comenzar un poquito más nerviosa de lo normal, pero yo sé que contigo hablando me voy a sentir como en casa. Sí, estás en casa. Que tú eres una vaca. Relájate. Vamos a empezar por hablar de ti, porque seguramente hay mucha gente que tampoco te conoce y dirá, bueno, ¿quién es esta mujer bella con ese pelazo que está ahí frente a Tatiana? Y ¿por qué esta historia es tan relevante en su vida. Entonces, ¿qué tal si empezamos a hablar de ese momento en que fuiste reina del Carnaval de Barranquilla, algo que es tan representativo, sobre todo acá para los colombianos? Sí, bueno, yo comencé en redes sociales en el 2016, 2015 en verdad, cuando me nombraron como reina del Carnaval de Barranquilla, que para las personas que son de Barranquilla eso es algo muy importante, muy importante, yo no lo puedo explicar por fuera de Colombia. Pero explícamelo, Marce, yo sí quiero entenderlo, porque yo como caleña veo desde afuera y digo, ok, es un reinado chévere, lindo, importante, pero siento que ustedes, o sea, esto es muy representativo, cuéntame un poquito de eso. Eso es un poquito como el lema del carnaval, de quien lo vive es quien lo besa. Difícil de entender por fuera, porque además cuando la gente me ve y alguien dice, no, es que ella fue reina del carnaval, me miran de arriba abajo, yo soy un metro cincuenta y siete. Y yo, no, no, es que no es nada que tenga que ver con certámenes de belleza, nada. Ni siquiera en verdad, o por lo menos en mi época, no era realmente, nunca ha sido un concurso como tal. Algunos años sí, pero la verdad no es. O sea, no es como que hay un jurado. No, es un nombramiento. Y es un nombramiento porque tú te postulas y hay una junta directiva que escoge. Pero no es como que tú pasas y, hola, esta es Marcela, se presenta, realmente no, y es una llamada que te hacen. Pero es un tema como muy generacional entre ustedes, ¿no? Sí, es un poco como también un tema social, o sea, la figura es muy social, de que haces mucho, digamos, como que te nombran para que tú cumplas el rol de representar una fiesta, también de representar todo lo que es la fiesta, los grupos folclóricos, el amor por el carnaval. Digamos que a ti te educan desde chiquita a amar el carnaval en Barranquilla. Sí. Y cuando tú vienes de casa de reina, por decirlo así, como es mi caso mío, de mi mamá fue reina del carnaval, tú creces viéndolo desde una óptica distinta. Yo crecí al igual que mi hermana, no fue de mi hermana, mi hermana fue de los niños, pero digamos que crecimos en ese universo, que es muy difícil explicar para la gente que está afuera. Pero cuando van al carnaval y se enamoran de esa fiesta, dicen como que guau, que chévere. Ya lo entienden. Sí, que chévere. Y digamos que hoy en día cuando yo tengo una hija, mi hija se llama Fátima, es el amor de mi vida. Cuando me dicen en Barranquilla y la ven por la calle y dicen, ¡ay, ella va a ser reina! No digo que no, simplemente que yo hoy en día pienso muy distinto frente a todo, como que quisiera que ella simplemente fuera feliz y que sea lo que quiera, pero sí fue algo con lo que yo crecí que me generaba mucha felicidad y cuando uno cerraba los ojos de chiquita y le preguntaban que qué quería hacer y uno decía, ¡reina del carnaval porque vivía en eso entiendo y si cuando en el 2015 me nombraron como reina digamos que tiene un poco que ver con todo mi vida pero fue un momento de mucha felicidad pero también de muchos retos en mi vida como porque fue la primera vez que ya me exponía al mundo y no mucha gente le parecía tan chévere al comienzo. Pero ahí fue como tu llegada fuerte a las redes sociales, ahí fue ya donde te empezaste a dar a conocer. Sí, yo, como digo, no sé qué hubiera sido mi vida si no hubiera sido reina del carnaval, no sé si yo hubiera seguido en temas de redes sociales, lo único que sé es que yo era comunicadora social y en ese momento la situación era diferente, uno pensaba como que no sabías que las redes sociales eran esta posibilidad que soy entonces yo ni siquiera lo tenía tanto en la cabeza, yo tenía un Instagram privado y el día que me nombraron yo me puse pública y ahí comenzó todo cuando se acaba el carnaval yo tenía 60.000 seguidores y a partir de ahí como que comenzó todo el camino hacia donde estamos hoy, o sea, nueve años después y todas las cosas que han pasado alrededor. Ahorita mencionabas algo como, no, pero es que miren, me mido, ¿uno qué? 1,57. Ajá, ajá. Yo ni siquiera, o sea, ni llevo al metro 60. Pero lo destacaste mucho como que te relacionaste ahí de una con el asunto de los estereotipos de belleza. Claro. ¿Qué relación ha tenido esta parte de la belleza, el concepto de belleza en tu vida, Marcela? Mira, yo vengo de una ciudad, Barranquilla es hermosa y Colombia es hermosa, pero es válido decir que aquí la belleza de la mujer es algo muy importante. Aquí, bueno, no voy a hablar de pronto de Colombia entera, pero por lo menos en Barranquilla, en la sociedad en la que yo crecí, ser bonita es muy importante. Estar bien puesta es muy importante. Lo que tú proyectes es muy importante. Pero es más allá que solo vanidad a veces. Yo creo que yo crecí en un mundo donde para donde es complicado ser mujer donde uno no solamente tiene que ser ahora inteligente y que te vaya bien y todas las cosas y súper poderosa pero también tienes que estar siempre bien puesta siempre perfecta o sea es algo con lo que uno creció y en tu caso y en mi caso mi mamá es una muy buena mamá mi mamá es una mujer que nos enseñó muchísimo y de muchísimos valores pero mi mamá también creció en ese mismo universo donde ella además fue una mujer que trabajó toda la vida porque le gustaba trabajar y porque quería digamos retarse a sí misma y mi papá también fue una persona que la apoyó mucho en muchas cosas. Pero mi mamá también viene de una familia y de un universo machista. Entonces, en ese universo machista, pues sí, tú puedes trabajar, claro que sí, puedes ser esta mujer empoderada, pero no se te olvide nunca que tienes que ser primero que todo mujer. Sí. Entonces tienes que tener tu casa divina y tienes que tener a tu esposo contento, tienes que tener a tu familia bien, y tú tienes que estar bonita siempre. Mi mamá es una mujer que igual ha amado siempre el arte de vestir, el arte de sentirte bien, cosa que yo hoy en día... Y uno la ve en esas redes guapísimas. Hoy en día, mira, yo no critico eso, al revés. Yo también saqué mucho de eso, ¿sabes? Hay algo muy lindo en cuidarse a uno mismo, en amarse a uno mismo, porque cuando uno se cuida, se ama. Eso está claro. Pero creo que hay como unas líneas. Es, digamos que me amo, me cuido, pero también entiendo hasta qué límites tengo. Y entiendo que no todo lo que veo aquí necesariamente es todo lo que veo aquí necesariamente es todo lo que yo llevo adentro. Pero sí crecí en un ambiente donde la belleza era importante. Donde ser buena en el colegio y buena en la universidad era importante y buena en todo era importante, pero también estar bien. Y no solamente estoy hablando de mi familia, estoy hablando de todo lo que me rodea. Estar delgado, por ejemplo, es algo que la gente relaciona con el éxito y relaciona con el éxito también de en el sentido contrario si la persona se sube de peso lo consideran como que no está siendo tan exitosa si la persona se sube de peso no estoy hablando solamente que aquí en colombia en el mundo hace poco y que a este resposito de las mujeres más divinas del mundo que ha de hecho que ha sido aplaudida por su belleza se la montaron porque se subió de peso cometió el pecado de subirse a peso y si te subes de peso entonces no es lo suficientemente exitosa entonces yo sí siento que todo el mundo ha crecido alrededor de eso. Barranquilla es una ciudad que además, donde tú no te tapas, es una ciudad de caliente. Uno siempre tiene que estar, mejor dicho, sin ropa casi, porque es que si no, tiene mucho calor. Entonces, había mucha más exigencia. Y todavía lo hay. Es una ciudad donde las mujeres siempre están bien puestas, la mayoría. Y eso está bien hasta un punto, hasta que no esté bien contigo mismo, ¿sabes? Hasta que sea algo que, hasta que sea una presión que tú no puedas controlar. Está bien que te enseñen a quererte, a cuidarte, a respetarte, pero tampoco a que tengas unos límites irracionales que tengas que siempre cumplir. Pero en algún momento de tu vida, Marce, eso caló muy hondo en tu corazón, en tu mente. En algún momento todas esas voces, todos esos estereotipos, todo eso que veías en tu sociedad, pues, ¿te importó? Sí, no. A ver, yo no recuerdo en qué momento esto empezó como a calar en mí. Pero yo sí siento que es que desde chiquita a uno se lo enseñan porque lo escucha yo nunca fui una mujer con sobrepeso yo siempre fui de contextura delgada, pero yo crecí pensando que uno no se podía subir de peso no podía subirte de unos límites porque es que si no está mal visto y no eres lo suficientemente exitosa ¿sabes? y cuando tú creces pensando en eso o más bien, cuando tú creces pensando que la belleza es tu valor más grande, ¿cierto? Que como tú te proyectes, que como tú te veas, es tu valor y como te van a medir frente al mundo, creas personas inseguras. Tú no puedes pasar la inseguridad, la seguridad de una persona, de una niña, de una mujer, de un hombre, de lo que sea, no puedes pasarlo en algo físico, porque no hay nada más efímero que la belleza. No hay nada más, además, subjetivo que la belleza. Entonces, el problema fue tú crecer creyendo que había cosas de ti, que eso es lo que me hace bella, esto es lo que me da valor, esto soy yo. Y llegaron inseguridades a tu vida. Claro, porque es que eso es muy efímero. Cuando eso se va, te quedas entonces con qué. En cambio, cuando tú construyes tu autoestima basado en otras cosas que sean más importantes que ser bonita o que estar de una determinada manera o que te miren de una determinada manera, entonces tú tienes una autoestima mucho más fuerte cuando tú tienes autoestima basado en qué tan buena soy o qué tanto me esfuerzo yo en las cosas que quiero conseguir en qué tan inteligente soy en qué tan buena persona soy en qué tan buena amiga soy cuando yo tengo esas como bases de autoestima esas no se quiebran no se quiebran con que alguien te diga no me parece que eres bonita. Ah, bueno, no me parece. El tipo está loco, la vieja está loca porque es que yo sí me siento bien conmigo misma por todas estas cosas que soy. Yo creo que la autoestima es un tema que uno puede ahondar mucho, pero que es lo más importante que uno tiene que tener en la vida. O sea, autoestima, que tú te estimes a ti mismo, que tú creas que tú vales por muchas cosas más que esta carácter lo que tienes por fuera y cuando tú te quieres mucho tú te cuidas mucho cuando tú te cuidas mucho tú proyectas eso a mí mucha gente hoy en día me dice tú proyecta algo diferente tú te ves diferente yo me estoy envejeciendo cada año. Mejor no me estoy poniendo. Porque así es la vida. Pero yo me siento hoy en día con que hay muchas cosas más que me dan valor a mí. Eso no significa que no me importe. Eso no significa que no me importa del tonto, que yo voy a salir como sea. No. Me gusta, me cuido, me siento chévere cuando me hago mis rituales, cuando me, ¿sabes? Cuando me trato bien, pero tampoco determino mi autoestima y mi personalidad en lo que al otro le parezca sobre mí, pero para llegar acá, pues ha sido todo un camino. Claro, es que uno te ve exactamente, eso es lo que proyectas, una mujer arrolladora, ahora con su pelazo así, doblemente arrolladora. Ahora sí que soy in así, doblemente arrolladora. Ahora sí que soy. Y en las redes sociales yo llegué a ti en pandemia, que fue donde siento yo que empezaste como a hacer bastante ruido en el tema de las redes sociales. Y claro, eso es lo que proyectas y sigues proyectando. Pero para llegar ahí pasaste por un proceso largo. ¿Qué cosas hiciste para encajar? Antes de esa Marcela segura de hoy, ¿qué cosas hiciste para decir, necesito parecerme, necesito cumplir con esto? Tati, yo creo que tú me ves a mí a los 15 años y no pensarías que yo era insegura. Yo creo que tú pensarías que soy igual que hoy, porque la inseguridad también es escandalosa, ¿sabes? La inseguridad, y eso es lo complicado, que hoy, porque la inseguridad también es escandalosa, ¿sabes? La inseguridad, y eso es lo complicado, que nadie se da cuenta. Yo fui como volviéndome una persona insegura con el tiempo, pero fue algo que eso iba dentro de mí, pero yo no lo proyectaba, yo era una persona, soy, sigo siendo una persona que tenía muchos amigos que tenía en ese momento también novio que me veía y tú me veías a mí, tú decías ella con su personalidad arrolladora y que tenía un pelo divino y yo si tú me veías a mí en la calle, tú nunca en la vida pensarías que yo era insegura, si yo era la que me montaba en las tarimas y bailaba, la sin pena para todo, la sin pena para todo y yo iba y hacía todo el show de lo que sea en el colegio, allá yo estaba montada pero era insegura yo me escondía detrás de cosas y yo por ejemplo proyectaba de mí que era esta persona como que más allá que todo me burlaba de cosas de mí, para que nadie se burlara de mí, ¿sabes? Y además también me utilizaba mis máscaras para hacerme ver un poco más segura de lo que, un poco no muy segura de mí misma sin serlo Mencionaste tu pelo, tenía ¿qué nivel de relevancia en aquel entonces, en tu vida? A ver, mi pelo, la historia de mi pelo es la historia de mi vida, Tatiana. Yo nací y todo el mundo tenía que ver con mi pelo. Yo nací mona, rubia para la gente que no es de Colombia. Y en una casa donde nadie era rubio, pues te podrás imaginar. La sensación. La sensación. La sensación. Mi mamá quería mostrarme así como, yo no sé, como cuando el Rey León lo muestra así. Mi mamá, miren, porque además que era un pelo dorado. Sí. Divino desde el día uno. Mi pelo fue mi fuente de autoestima durante mucho tiempo. Que ahí es donde voy. fuente de autoestima durante mucho tiempo que ahí es donde voy insegura era tan insegura los 15 y tan insegura en esos años más adelante que yo me atreví a decirle a la gente yo soy 70% pelo 30% actitud y lo decía como yo soy 70% pero 30% de actitud y yo sentía que mi pelo era mi todo mi mi fuente de belleza mi fuente todo el mundo tiene que ver con mi pelo yo era la que mi pelo era mi todo, mi fuente de belleza, mi fuente. Todo el mundo tenía que ver con mi pelo. Yo era la que votaban en el colegio Best Hair, la que tuviera el mejor pelo, Marcela García. Era un pelo... O sea, un tema de conversación. Era un pelo... No, es que yo no vengo de que, ah, es que yo más o menos tenía pelo. No, no, no. Mi pelo era de locos. Era largo, abundante. El color era dorado, un color que... La gente pensaba que mi mamá me tenía el pelo, que me hacía rayitos porque es que no parecía, o sea, era una mezcla de colores demasiado divina. Yo además, a mí me encanta bailar, no me importa si a la gente no le gusta cómo bailo, a mí me encanta bailar y yo bailaba con mi pelo. De hecho, yo nunca he contado esto, pero se me acaba de venir esta imagen a la mente. El primer novio que yo tuve en mi vida, el primer noviecito al que se enamoró a mí locamente, fue porque me vio bailar en una tarima y yo movía el pelo y me dice, qué lindo pelo tienes. O sea, ¿cómo te explico? Mi pelo era mi fuente de belleza. Y yo sé que eso también pasa para muchísimas mujeres. Claro. ¿Sabes? Como que tu pelo hace parte de ti. Te da una fuente de seguridad impresionante. Pero el problema es que esta era mi fuente de seguridad. No, además que... Ahí estaba todo. 70-30, o sea... O sea, no, ahí estaba mi todo. Mi todo no era ni qué tan inteligente era yo, ni qué tan buena amiga era yo, ni qué tan... Ni mi personalidad, lo arrolladora que era. Y que sigue siendo... No, no, eso no era más importante que mi pelo. Y eso también había sido como que inculcado un poco de mi familia. O sea, me lo decían tanto que yo me lo terminaba creyendo, tu pelo, tu pelo, tu pelo. Mi mamá además estaba obsesionada con el pelo. A ella no le gustaba su pelo. Siempre estuvo obsesionada con que ella tenía mal pelo, que no le gustaba, que era puyúo. Ella decía que era puyúo. Puyaba. Se enamoró de mi papá por el pelo de mi papá. Siempre hablaba de eso. Y a mi papá se le cayó todo, pero ese no es el punto. Se enamoró que lo primero que él vio en él fue el pelo. Cuando nacimos, nosotros era a buscar a ver si le habíamos salido con qué pelo. Si con el pelo de ella o con el pelo de mi papá. O sea, era una fijación familiar. Absoluta. Pero es que también venimos de eso. Mi abuela se murió con peluca. Mi bisabuela también. O sea, esto es una cosa que viene de generación en generación y el pelo nunca ha sido nada, digamos, no ha sido una conversación normal como de pronto en alguna familia. No, el pelo era un tema de conversación. Y mi pelo era un un tema de conversación. Y mi pelo era un gran tema de conversación. Yo era la del pelo más divino de mi casa, más divino de toda mi familia, o sea, primos y todos incluidos, yo era la del pelo. Y era conocida por mi pelo. Y ahí está el cuento basado en tu autoestima, en algo que, curiosamente, porque yo no pensaba en ese momento que era efímero lo es, o sea hay cosas que son efímeras todo lo que tenemos aquí todo esto puede irse, el empaque el empaque es lo más efímero que existe eso se va y yo pues sí, yo le puse digamos que toda esa importancia a algo que al final se fue. Y ahí se desmorona una versión tuya. A ver, para hablar de la historia de mi pelo, sí tengo que seguir como un poquito, como una línea de tiempo, sobre todo para las personas que no me siguen, para que puedan entender un poco. Yo era esa persona, como te digo yo, que iba como acumulando unas inseguridades y cuando yo me gradué del colegio, con todos los honores, con todo, una niña que no tenía, que además yo veo mis fotos y yo, no era nada fea y nada. Simplemente era insegura, y yo me voy a vivir a Europa, me voy a vivir a Madrid, porque mis papás, mis papás les salen un trabajo allá, se van, entonces dicen como que vegen 20, 20 un año, porque además no tenía muy claro que quería estudiar, no sabía que quería con mi vida y tuve esa inmensa oportunidad y privilegio, tengo claro que estoy hablando del inmenso privilegio de irme a vivir un año a Madrid, porque así fue como que de pronto te quedas y te gusta, etc. Y antes de yo irme, yo me enredé con alguien, lo que llamarían ahora una situationship, en esa época era enredé con alguien lo que llamarían ahora una situation ship en esa época era enredada o sea yo todavía tenía un noviecito todo bueno que mamó que me aburrí porque eso pasa en la vida eso pasa y después me enredé antes de irme con una persona que esto tampoco lo he contado nunca curioso con una persona que era mayor que yo yo estaba apenas graduándome del colegio ni siquiera me había graduado y la persona ya estaba entrando a trabajar, hay una diferencia de vida, de concepto y la persona era machista bastante y como te digo la primera vez que me enfrentaba a que no me quieren lo suficiente tengo que ser esta versión de una mujer mucho más pulida de lo que soy para que yo le guste a él esté esta persona grande mayor que yo que yo en ese momento mejor dicho veía como alguien claro guau y no ni siquiera culpo a nadie porque esto son cosas que pasan tendía a él a compararme con otras mujeres, con otras personas, yo creo que sin darse cuenta, porque eso es así. ¿Y con mujeres mayores, como de su entorno? No, como que no sé, como que hacerme sentir insegura porque yo creo que el mundo lo que hace en la vida es tratar de hacer a las mujeres inseguras para que nosotros podamos seguir en la línea. Total. Entonces no necesitan inseguras, si somos seguras de nosotras mismas, el mundo será diferente. Pero entonces no necesitan inseguras. Si somos seguras de nosotras mismas, el mundo sería diferente. Pero entonces no necesitan inseguras. Entonces vamos a quebrar a esta persona. Y como yo ya venía con un cóctel de inseguridad, disfrazada de cosas, pero la verdad es que no, no estaba siendo segura de mí misma. Y la persona era, a compararme con otras mujeres, cualquier cosa que yo dijera, pues, era más o menos así como tomada, criticada. ¿Pero llegaba a afectarte? No, no, no, llegó a afectarme, que eso es lo que tiene que ver con mi siguiente historia, y es porque antes de yo irme a Europa, él me dijo, cuidado, te vas a engordar. me dijo, cuidado, te vas a engordar. Porque, claro, esto hace parte del universo machista. Total. Nos necesitan perfectas. O sea, no podemos irnos así. Ve, disfruta, pero cuidado, te engordas, porque es que eso sí es un pecado horrible. Yo me fui como con eso. Yo no tenía, yo te voy a decir la verdad, yo hasta ese momento yo no tenía una mala relación con la comida. Jamás había tenido una mala relación con la comida. Yo podía ser insegura, lo que tú quieras, pero yo no tenía una mala relación con la comida, jamás había tenido una mala relación con la comida. Yo podía ser insegura, lo que tú quieras, pero yo no tenía una mala relación con la comida, yo desayunaba, almorzaba y comía normal. Yo no tenía un problema en lo absoluto con mi alimentación, comía con mis amigas normal, con una adolescente normal, no tengo recuerdo de haber contado una sola caloría estando en el colegio. Como te digo, yo era delgada o sea siempre fui de nunca a mí nunca fue un tema para mí vivía en un universo donde sabía que había que ser delgada si por un rato con la conversación pero era mi conversación porque yo no lo estaba viviendo cuando yo me voy a europa pues claro el cambio de comida el cambio de edad a mí me empieza a dar también mucha ansiedad y yo empiezo a comer de más nunca puedo, o sea, no estoy diciendo que es que yo me subí demasiado de peso pero me pude haber subido unos cuantos kilos tres, cuatro, cinco, una cosa así me subo de peso y la persona me lo recuerda, ¿sabes? claro, y yo estaba comiendo con ansiedad, entre más me acordara más comía con ansiedad y empieza como ese quiebre de mi alimentación. Yo con esa persona ya después ya nunca hablé, o sea, él no cumple un rol importante en mi vida, en el gran ámbito de mi vida, o sea, de los años, de fueron años, pero sí tuvo que ver en ese instante por todo lo que yo había estado cultivando en el tiempo para ser un detonante de algo. Sí, prendió ese campanazo ahí. No estoy hablando de, no sé si alguien más lo hubiera prendido. Estaba tan endeble, o sea, era tan, digamos, tan fácil de romper mi seguridad que yo creo que alguien más con cualquier cosa lo hubiera roto. Ok. tan fácil de romper mi seguridad, que yo creo que a alguien más con cualquier cosa lo hubiera roto. Pero eso fue lo que pasó y yo empiezo a comer con ansiedad, a comer con ansiedad. Y un día, como dos meses después de haberme ido a vivir a Madrid, estoy yo en el Parque El Retiro con dos amigas, con una amiga y su hermana, una amiga que es muy amiga mía hasta el sol de hoy, una amiga que no tiene ningún problema con su alimentación, ni tiene ningún problema de ningún tipo de TCA, nada. Es simplemente, porque simplemente fue, como te digo, un detonante. Estábamos en el retiro, estábamos en un picnic y yo me comí todo. O sea, cuando te digo todo es, yo me comí todo lo que estaba en el picnic. O sea, no podía pararte de comer. y comí tanto que me sentí muy mal, o sea, me sentía mal físicamente, o sea, como cuando tú comes y te sientes mal, dices, o sea, tengo ganas de vomitar, pero no podía vomitar porque mi cuerpo no me lo estaba pidiendo, simplemente era como que me siento demasiado mal que no me podía ni mover, y ella dice algo como que, pero si te sientes tan mal, ¿por qué no te metes el dedo y vomitas? Ella no lo estaba diciendo porque era algo que ella hacía, sino porque sí, cuando uno se siente mal, para dejarte sentirte mal, porque evidentemente comiste más, no sé, metete el dedo y vomita. Y yo llegué a mi apartamento, donde ellas también se estaban quedando, me metí en el baño, me metí el dedo, vomité, y fue el comienzo de mi problema, digamos, mi problema no, mi demonio que me acompañó durante muchos años de mi vida. No fue algo de la noche a la mañana, fue algo gradual, pero ese sí fue, digamos, esa fue mi primera vez. Yo tenía, yo no había cumplido 18 años y fue un camino demasiado largo donde estuvo, digamos, que fue una montaña rusa, como te digo, no fue algo de la noche a la mañana, no fue que entonces ya yo el día siguiente estaba haciéndolo todos los días, sino que fue subiendo, fue subiendo, fue subiendo, y además que fui encontrando en eso mi, digamos, mi manera o mi manera de liberar la ansiedad, mi manera de, cuando me siento perdida lo hago, cuando me siento muy feliz lo hago, cuando me siento aburrida lo hago, o sea, empecé como siempre a buscar excusas para hacerlo. Sí. Y ahí va, digamos, caer donde se enreda otra vez con el pelo Mi pelo, claramente con ese problema alimenticio que yo estaba teniendo Donde yo me restringía por semanas Donde no comía mucho Para después tener unos atracones muy grandes Donde era como una montaña rusa de cosas Y donde mi familia no se dio cuenta por mucho tiempo, porque cuando tú no tienes claro que eso existe, y menos en ese momento, creo que había menos información que hoy en día, pues tú no crees que eso pase. Y pensaban que si yo estaba en el baño metida, era porque yo estaba bailando en el baño, porque era algo que yo hacía. Ok. Yo todo el día había hecho, yo siempre me encantaba bailar en el baño. No le vieron como una alerta. No lo vieron como una alerta. Nadie usaba ese baño porque era algo que yo hacía. Entonces todo lo había hecho. Yo siempre me encantaba bailar en el baño. No le vieron como una alerta. No lo vieron como una alerta. Nadie usaba ese baño sino yo. Y no se dieron cuenta como temprano como para atajarlo, sino que cuando ya se dieron cuenta ya la cosa había escalado. Ya yo no tenía una buena relación con la comida. Y mi pelo empezó a sufrir mucho. A mí se me empieza a caer, se me empieza a caer, pero al igual que como fue esta enfermedad, esto fue gradual. No fue de la noche a la mañana. Yo lo que pasa es que yo tenía un pelo divino. Lo primero que perdí fue el brillo. Fue ese pelo que la gente miraba. Pero se me iba cayendo, se me iba cayendo. Y mi mamá decía, sí, el agua de Madrid, que claro, sí, el agua en España también te ayuda. O sea, no te ayuda en tu pelo, pero claramente eso no era. Y yo, digamos que en eso seguí, seguí, seguí hasta que se dieron cuenta, se dieron cuenta como al año, más o menos. La que se dio cuenta en verdad fue mi hermana. Mi hermana siempre ha tenido un papel, un rol muy protector en mi vida. Es la persona que más me conoce, creo que mucho más que mi esposo, o sea, mi hermana me conoce más. Qué lindo. Y mi hermana fue de vacaciones, ella no vivía en España, no se fue a vivir a España, ella se quedó estudiando en Bogotá. Y cuando fue a la primera vez que fue de vacaciones, al segundo día dijo, Marcela está haciendo esto. ¿De una? De una. Porque mi hermana, primero es muy inteligente, muy inteligente. Mi hermana es demasiado inteligente. Y mi hermana es esa mujer muy audaz. Y mi hermana es una persona que me quiere mucho y me conoce mucho también. Entonces ella se dio cuenta. Y empezó a notar como comportamiento. Empezó a notar el comportamiento en dos días. Dijo, ella tal, ella comió. El recorrido. El recorrido, hice tal, se metió. Ella está haciendo esto. Y ella no conocía mucho del tema. Pero ya uno tenía más o menos como información. No sabía de nadie que lo hiciera, pero tenía claro. Además, el baño pues quedaba oliendo. Ese fue el primer indicio. Entonces ella dijo, no, esto uno másaba oliendo. Sí. O sea, ese fue el primer indicio. Entonces ella dijo, no, esto uno más uno es dos. Pero, o sea, hablábamos de que no hay información y me imagino que tampoco para ti. O sea, al inicio como fue algo en medio de, voy a ponerlo así como en comillas, inocencia, ¿cierto? Lo empezaste a hacer, pero ya hubo un momento donde hubo una conciencia en tu cabeza y ya fue algo de ocultar. Esto no lo pueden ver, esto no lo pueden escuchar. A ver, yo empecé a hacer, todo lo que tú tengas que esconder en tu vida, eso es un mensaje para cualquier persona, lo que tú tengas que esconder está mal. O sea, si tú sientes que tienes que esconder algo, es malo para ti. O sea, tú sabes que es malo para ti. Y ese era mi caso. O sea, yo sabía que esto lo tenía que esconder porque no era un comportamiento normal en el universo pero la mente puede hacer muchas cosas la mente puede ser tu mejor amigo como tu mejor como tu peor enemigo mi mente pasé a pensar que eso era algo que yo pueda controlar que esto era algo a veces mío que esto no era yo no tenía una enfermedad yo no era o sea perdón yo no tenía bulimia yo no era eso esas cosas yo no tenía bulimia, yo no era eso, esas cosas yo no era. ¿Algo que dominabas? Yo esto era algo que hacía veces, esto no tiene nada que ver, me parece que están sacándolo de proporción, o sea, para mí era todo como que ustedes están sacando todo esto de proporción, cuando todo eso se, digamos, como que la bomba salió, yo esto lo puedo controlar, y yo al comienzo sí lo podía controlar, o sea, no era algo que tenía que hacer todos los días. No era algo que tenía que hacer todas las semanas. No era un problema, o sea, sí era un problema claramente. Pero no era un problema que era insostenible en el universo. O sea, yo podía seguir saliendo, podía seguir teniendo amigas, podía seguir haciendo de todo, estudiando, siendo muy inteligente. O sea, digamos que cumplía con todos los cheques. Entonces lo camuflaste con tu vida y ya. Yo era como que lo camuflo a veces, hago esto, a veces. Y además que yo era muy buena en la universidad, entonces yo le cumplía con todo lo que mis papás me pedían, yo ahí estaba. Yo era una mujer, siempre fui una mujer muy juiciosa. Estaba apuntada a que... Estaba apuntada y yo no me salía del verdad el carril yo tenía mis amigas yo tenía mi novio pero yo nunca tú no me veías a mí no que en la rumba y que se fue de rumba y que nada yo cumplía con todo y llega pero yo tenía no no yo cumplía con todo y por eso yo sentía que lo que yo estaba haciendo no era tan malo porque yo no Porque yo no le estaba haciendo nada, ningún daño a nadie. Yo no le hacía daño a nadie. Yo no, mi comportamiento con mi comida y lo que yo hice después con la comida no le estaba haciendo mal a nadie. Pero le estaba haciendo mal a mí. A ti. La persona más importante. La persona más importante. Y sí le estaba haciendo mucho daño a la gente que me quiere. Porque nadie te quiere ver haciendo daño. Y bueno, mi hermana se da cuenta y... Te confronta. Te confronta. Me confronta, se lo niego, tú estás loca, me lo vuelve y me lo confronta, lo paro a hacer mientras está al lado mío, ella es un avión, se huele todo, parecía, o sea, es muy buena en eso. Sí. Te lo juro que ese es su lenguaje del amor, pero como que preocuparse por uno. Y mi hermana, bueno, nos vamos a vivir a Bogotá juntas, cuando ya yo vuelvo de España después de un año. Y me voy a Bogotá y ahí sí fue como donde la cosa empezó a escalar. Como te digo, yo cumplía mucho con la universidad. Y yo no sentía que había dado razones para que me devolvieran. Y como yo te dije, esto fue gradual. Entonces, había semestres mejores que otros, había meses mejores que otros. Y a mí no me devolvían. O sea, sí sentían que tenía que yo enfrentarlo. Y yo tenía mi consulta de terapia. Pero era una consulta que yo iba donde yo básicamente pensaba que estaba bien y que en verdad estaban demasiado locos todo el mundo. Y con el tema del pelo, yo recuerdo mucho que mi mamá, o sea, en su rabia, porque ella sentía como eso pasa también con muchas mamás de personas que tienen desorden alimenticio, las mamás, las personas que los quieren, los papás, las personas que están alrededor, creen que esto es algo que uno se hace a propósito. No toman en cuenta que esto es una enfermedad, que esto es una cosa de la cabeza. O sea, que esto no es fácil de entender, ni siquiera de explicar. Y mi mamá pensaba que yo se lo estaba haciendo a ella. Como que, ¿tú por qué me haces esto a mí? Yo te di todo, yo te eduqué, yo te di todo en la vida y me estás haciendo esto a mí. ¿Por qué me haces esto a mí? Y la rabia que esto despertaba en mi mamá era muy grande. Y como ella veía que a mí el pelo se me estaba cayendo. Mi mamá decía, mira lo que te estás haciendo. Tu pelo es horrible ahora. Tu pelo es horrible, eso te lo estás haciendo tú. Deja de hacer esto que, mira, o sea, ten en cuenta por lo menos que el pelo que es lo lindo, lo más lindo que tú tienes se te va a ir por estar haciéndote eso, o sea, mi mamá me lo decía entre gritos, pero porque en verdad no sabía cómo más hacerme parar, porque no tenía las herramientas, porque también las personas que, digamos las mamás y los papás, de las personas que tienen estos problemas, deberían ir a terapia a saber cómo enfrentarlo, porque esto es una cosa que es en equipo. Y en ese momento pues ella no sabía, no tenía las herramientas que hoy tiene, no sabía, no tenía el conocimiento, y que ella sentía que era como que si yo le digo a ella, mira que se te está cayendo el pelo, mira que tu pelo que era lindo, mira lo que te está haciendo, ella va a parar, porque yo le estoy diciendo a ella que su pelo, que su fuente de autoestima de belleza, yo le estoy diciendo que se le está yendo, ella va a parar. Ella ahí para. Ella ahí para, y no paraba, al revés, me sentía peor, me daba más ansiedad. Claro, claro. Y mi pelo yo veía como poco a poco, se iba yendo, se iba yendo, se iba yendo. Y de hecho, ahorita que hablabas tú del reinado del carnaval, eso fue un tema, porque yo estaba enferma cuando a mí me nombraron como reinado del carnaval, eso fue un tema, porque yo estaba enferma cuando a mí me nombraron como reina del carnaval. Yo tenía bulimia cuando a mí me nombraron como reina del carnaval. Lo que pasa es que yo quería mucho ser reina del carnaval. Y yo, pues, les hice pensar a mis papás, porque además, como te digo, yo tenía meses buenos, meses no tan buenos. Yo les hice pensar a mis papás que no, no, yo tenía meses buenos meses no tan buenos yo les hice pensar a mis papás que no, no, no yo estoy perfecta estoy lista yo estoy lista para esto yo estoy lista para enfrentarme a todo porque es que yo me muero por esto yo me moría por ser reina del carnaval además en mi casa todo el mundo se había muerto por esto mi hermana lo habíamos luchado no se había podido porque como te digo esto es un tema esto es como la elección de un fiscal no preguntes entonces mi hermana no había podido perdióó tres años, entonces yo, entonces todo el mundo como que sí, ahora Marcela, y yo estaba súper emocionada, pero yo estaba enferma. Y uno no puede enfrentarse a algo así de enferma. No, y menos a esa exposición tan grande. Que allá voy, yo no sabía que esto era así, porque el año mío, Dios sabe cómo hacer las cosas y cuáles son los obstáculos que te pone, el año mío fue el primer año donde hubo Instagram realmente antes de eso era Facebook la gente no tenía ni dónde quejarse de la reina, uno no se, digamos como que no se enteraba si le gustó el vestido, si no le gustó si era bonita, si era fea, lo que sea no se enteró, y además en ese momento estaba, si no le gustó, si le gustó, si era bonita, si era fea, lo que sea, no se enteró. Y además, en ese momento, estaba pasando una cosa, una división con el carnaval, que había otro carnaval, un cuento así todo largo, donde nombraron otra reina, y había una reina, digamos, central del carnaval, y otra reina, y siempre había otras reinas, porque el carnaval son como varias organizaciones, sino que hay una que es la más grande, que es el carnaval ese. carnavales son como varias organizaciones, sino que hay una que es la más grande, que es el carnaval. Punto es, que nombran a esta otra pelada como reina muy chévere y digamos como que empieza una conversación que no tenía nada que ver conmigo, ni mis méritos o quien yo era, donde era como que ella no se lo merece, porque había como que una antesala de cosas que no tenían nada que ver conmigo. De personas que no, digamos como que no por alguna razón no querían que yo fuera, no voy a entrar en eso porque me da no estar importante, pero como que era antes de yo entrar, ya yo tenía gente que no me quería. Y eran personas que podían tener redes sociales, que podían tener otros accesos que antes no pasaba y cuando yo entro a mí me nombran en este imagínate el cuadro una persona que tenía esto que era insegura pero que aparentaba ser muy segura de mí misma porque siempre ha sido de una personalidad grande ya venías con tu cóctel más fuerte. Tenía mi cóctel, pero me meto a esto y desde el día uno fue tú no lo eres, o sea, tú no eres suficiente. Y a una persona con baja autoestima que le digan tú no eres suficiente, es una cosa muy crítica. A mí me tocó, a mí mi carnaval me enseñó demasiado, fue un año donde me retó mucho, donde yo me tuve que enfrentar a un mundo que yo no conocía, a que me dijeran en mi cara que no era bonita, que no tenía el pelo bonito, que no era lo suficiente, o sea, que no bailaba lo suficiente, que no era, que yo no era suficiente. Afortunadamente yo tengo una muy buena red de apoyo y Dios, porque Dios, porque es que no es algo que haya pasado distinto a gracias a Dios y también mi abuelo que se muere un poco antes de que a mí me, digamos de mi primera presentación como reina del carnal que fue el bando, yo estaba desmoralizada, o sea sea yo iba todo y daba lo mejor de mí pero yo nunca era suficiente y me acuerdo que mi abuelo antes de morir, él se muere un 22 de diciembre y todas las cosas de carnaval comienzan en enero y como que ese show que ya yo iba a hacer, enfrentarme a la gente y mi abuelo me dijo como que yo tú baila que yo te voy a ver bailar no sé por qué me está dando esto, en fin tú baila porque yo te voy a ver bailar desde arriba así me despido de él y yo siento que a mí eso a mí me dio una fuerza muy grande para yo poder enfrentar ese mes y medio ese mes y medio, ese mes donde yo tenía que acomodar, Marcela, tú tienes que volverte a esta persona, volverte a esta persona que en el fondo soy, o sea, que yo era esta persona que tenía tantas ganas de mostrar esa parte de mí que también se enfrentaba que era diferente, que no le temía nada, como que yo tenía una parte de mí que vivía ahí alrededor de toda esta inseguridad y todo este problema que yo tenía con mi alimentación y con la forma como me veía en el espejo y yo saqué las fuerzas y yo hice un carnaval donde yo volteé a la gente no todo el mundo, no importa pero yo volteé a la gente y yo hice un carnaval donde yo volteé a la gente. No todo el mundo, no importa, pero yo volteé a la gente. Y salí del carnaval con 60.000 seguidores donde hice un carnaval que demostró algo, que era a alguien le pueden dar palo y ella se vuelve y se para. Ese fui yo. A mí yo me, digamos como que como el ave fénix de las cenizas pero lo que pasa es que eso todo fue efímero eso era nada más un mes ya eso no era mi vida real al día siguiente yo volvía a lo que volvía y de hecho dos días antes de que se acabara el carnaval el día que me puse uno de los vestidos que la gente más me recuerda que era yo de pavo real por ahí el pavo real siempre me acompañaba en todas mis conversaciones en todo el día que yo que era yo de pavo real, por ahí el de pavo real siempre me acompañaba en todas mis conversaciones en todo, el día que yo me vestí de pavo real y que fui todo y que viví toda esta experiencia y que la gente aclamaba mi nombre y que era todo lo que quería en mi cabeza, ese día volví a vomitar, después de un tiempo de no haberlo hecho, entonces para mí yo siempre sentí que el carnaval fue como una etapa de mi vida donde yo aprendí mucho, pero donde yo también sufrí mucho. Donde también fui feliz, pero también fui infeliz. Fueron como muchas emociones al tiempo. Pero también gracias a que me pasó eso en mi vida, a que pude tener esa oportunidad que también me dejó tantas cosas lindas y tantos recuerdos. Gracias a eso y a esos tropiezos que yo tuve ahí, me permitieron a mí estar en redes sociales. Me permitieron a mí comenzar como con esa curiosidad que yo tenía, tan grande por esto, que a la final lo que me terminó fue enfrentando a que yo tuviera que tomar una decisión de vida o muerte. A mí las redes sociales me expusieron, es como si tú tuvieras un aprendizaje rápido, si tú fueras un curso rápido de, ok, así es la vida, tú te enfrentas, o sea, o nadas o te ahogas, porque te enfrentas al mundo. Yo literalmente dije, yo quiero hacer esto, yo quiero, a mí me gusta conectar con la gente. ¿Pero qué te motivaba? ¿Qué querías mostrar? ¿Tu vida? ¿Tu intimidad? No, en ese momento nada de eso. Sobre todo, mira, mi entorno social era muy mal visto. Que uno tuviera redes sociales como yo las tenía. O sea, a menos de que fueras fashionista y como que pusieras tu fotito ahí bien y tal, con la pintica, no estaba bien visto. y como que pusieras tu fotito ahí bien y tal, con la pintica, no estaba bien visto. Lo que yo empecé a hacer, como ese canal de expresarme, de poder expresarme, poder ser esta persona que yo había cogido como un pedacito en el carnaval, como que me había liberado un poco. Como que eso yo lo quería seguir haciendo y hice de todo, videítos de esos que supuestamente daban risa, que hoy en día me dan cringe, pero en ese momento me daban risa o hoy en día me dan cringe pero en ese momento me daban risa o me parecía una buena idea y comencé a hacer esto no pensando conectar con la gente me pareció me gustó poder tener una voz yo siempre yo estoy de comunicación social porque a mí me gustaba tener una voz yo quería tener una voz con eco para lo que sea en la vida yo quería tener una voz con eco entonces yo dije a mí esto me gusta. Pero no es como hoy en día que tú dices, ah, es que esto me puede dar esto. En esa época no era nada. Era la gente loca que se filma. Esa era yo. La gente loca que se firma y como que hacía cosas. Pero digamos que yo también tenía un trabajo de verdad. Tenía un trabajo de verdad. Yo tenía un trabajo de verdad porque yo todavía no había soltado esa parte de mí que es como, ok, voy a hacer esto cuando realmente como... ¿Y qué hacía hacer ese trabajo de verdad, yo tenía un trabajo de verdad porque yo todavía no había soltado esa parte de mí que es como, ok, voy a hacer esto cuando realmente como, o sea, soy de una ¿Y qué hacía hacer ese trabajo de verdad? A ver, yo fui directora de comunicaciones de Rappi en verdad no siento que lo hice bien porque estaba siempre pendiente de mi celular, o sea, estaba siempre pendiente de los videos, me adoraron sí, súper bien, mi trabajo lo hice bien, pero cuando yo me apasiono con algo es cuando lo hago increíble. Y yo, la verdad, estaba todo el tiempo pensando y nadie entendía por qué pensaba yo todo el tiempo en esto. Porque además esto no me estaba dando nada, no me daba un solo peso, nada. Era simplemente como que amor al arte. Me encantó encontrar ese espacio, pero así como me encantó encontrar ese espacio, pues también me enfrenté a que todo el mundo tuviera una opinión sobre mí. Y en una persona que estaba todavía en una enfermedad, pues eso no está bien. Al revés. Aceleró todo. Aceleró mi problema del pelo, aceleró mi digamos, mi enfermedad. Sí. Porque yo pasé de ser una persona que a veces lo hacía, cuando me sentía ansiosa a sentir ansiedad todos los días, entonces hacerlo todos los días a pasar a hacerlo nueve veces en un día o sea, no era una cosa ya que tú, o sea, como te dije, yo antes sentía que lo podía controlar hasta que simplemente no lo pude se salió de control y no lo pude controlar y yo digamos comencé mi relación con quien hoy es mi esposo Sergio cuando yo por favor digámosle Checho. Sí, Checho. Yo salí de... Digamos, yo conozco a Checho... No, lo voy a decir serio. Yo me refiero a él cuando estoy hablando de él, serio. Yo lo conozco en el... Bueno, ya sabía quién era, su familia, eso, pero él me lleva 10 años. Yo lo conozco en el carnaval. Y yo salgo del carnaval y empiezo a salir con él. Y la verdad, una relación súper tranquila, súper chévere. Él no tenía ni idea. Yo esto lo contaba en mi podcast. Él no tenía ni que tengo con mi mamá. No tenía ni idea. Duró como dos, tres años sin tener idea de que yo tenía esto porque es que esto era algo que yo ¿cómo te digo? Yo no vivía con él. Entonces no era él el que lo tenía que vivir. Sí. Pero bueno, el punto es que esto lo aceleró a un momento donde ya fue de quiebre, de ya, o sea, esto estaba acabando con mi vida. Yo tuve incluso un, como, no voy a decir como que intento de suicidio, exactamente, pero sí tuve un episodio donde por pastillas que a mí me daban, por el psiquiatra, tuve como un quiebre psicótico y hice algo que me llevó a la clínica y que yo terminé en la clínica. Pero en tu mente estaba... O sea, yo al día siguiente me levanté y todo el mundo estaba llorando porque pensaron que yo... Sí, o sea, yo creo que mi subconsciente sí se quería ir de este mundo. Estaba tan cansada, estaba tan agotada, tan cansada de esto que me estaba haciendo, de esta vida, donde yo todo el tiempo, o sea, mi vida se basaba en, ya llegó a basarse en, yo me levanto, yo digo, más nunca lo voy a volver a hacer, y lo volví a hacer, y volví a hacerlo, y volví a hacerlo, y volví a hacerlo, y eso era mi vida. Sí. Y me paraba, y entonces hacía los videos en la mañana, porque se ve que en la tarde ya le iba a embarrar. O sea, era una cosa que ya estaba cansada. O sea, esto no es sostenible. Entonces yo siento que también mi subconsciente dijo que no quiero más. Pero yo me levanté y cuando yo me levanté y vi todas esas personas mirándome a los ojos con esta... con este miedo, yo dije como, no, yo tengo que tomar una decisión y hoy tomo la decisión de que quiero salir hacia adelante. ¿Y llegaste al punto de despedirte de tus familiares? Sí, yo me despedí. Ese ataque psicótico, porque es que no es más nada. Sí. Me dieron una, me recetaron una cosa que no me debía haber recetado. Entonces, en ese, como que yo me tenía que dormir y si no me dormía, entonces podía pasar eso. La verdad, ni lo entiendo. O sea, tú me preguntas, no lo entiendo, no me acuerdo. Pero me acuerdo que dormir y si no me dormía, entonces podía pasar eso. La verdad, ni lo entiendo. O sea, tú me preguntas, no lo entiendo, no me acuerdo. Pero me acuerdo que yo escribí cartas en una pared. Y yo escribía, tal, tal, tal, tal, escribía cartas despedidas y claro, cuando entraron, me encontraron dormida, con cartas en la pared. No se fue. Y me llevaron y como que me había tomado unas pastillas, pero no me había tomado unas pastillas que fueron lo suficiente. O sea... Afortunadamente. No, yo no siento, ni había. O sea pastillas pero no me había tomado unas pastillas que fueron lo suficiente o sea afortunadamente no yo no siento ni había o sea no fue algo premeditado es a lo que voy si hubiese sido algo premeditado tú lo logras sí pero esto no había sido premeditado simplemente fue un lo que fue pero yo en ese momento yo dije como que bueno yo tengo que tomar una decisión de vida o sea ya estabas en tu límite ya ya esto fue yo la próxima vez que pase ya yo no voy a tomar una decisión de vida, o sea, esto no. Ya, estabas en tu límite. Ya, ya, esto fue este, yo la próxima vez que pase ya, yo no voy a tener una segunda oportunidad de esto. Sí. Y empecé a trabajar de verdad en mí, yo había tenido terapias, yo había ido a psicólogo, yo había ido a psiquiatra, yo tenía claramente, yo tenía un problema muy grande de bulimia, o sea, yo tenía un problema de mulimento, yo había ido a todos los terapeutas, pero yo siento en el fondo de mi alma que no estaba lista todavía para enfrentar el problema de verdad ahora no te voy a decir, y eso quiero que quede públicamente, esto no es un tema de voluntad ay, si tú tienes la voluntad de salir de ahí, sales de ahí no, no, porque yo ahí tenía toda la voluntad del mundo de salir hacia adelante y aún así fue difícil tuve recaídas, pero eran recaídas distintas porque todos los días de verdad me levantaba intentándolo y fui entendiendo, digamos como Tuve recaídas, pero eran recaídas distintas, porque todos los días de verdad me levantaba intentándolo. Y fui entendiendo, digamos, como reconstruyendo mi relación con la comida, reconstruyéndome a mí misma, levantándome de cero, entendiendo como cuál era mi valor en el mundo. Tuve una terapeuta, la tengo todavía, que me ayudó muchísimo a verme, a volverme a reconocer a mí misma. Y en todo este proceso, el pelo también contó mi historia. Digamos que yo, como te digo, yo ya tenía mi pelo era básicamente se había caído mucho y se había caído mucho y yo tenía extensiones y pasé a otras extensiones y pasé a otro tipo de extensiones. ¿Eras consciente de que ya estoy quedándome con muy poco pelo? Sí, no, no, no era consciente. Ese era el pelo, si bien me generaba mucha ansiedad perderlo, yo estaba tan perdida con mi vida y estaba tan metida hasta en esta enfermedad, yo estaba tan enferma, hay que usar la palabra, era una enfermedad que cuando tú estás en una enfermedad ni porque quieras, o sea te toca tomarlo como lo que es, es una enfermedad y te toca seguir hacia adelante, te toca seguir al doctor y te toca seguir lo que haya y toca enfrentar la lucha y hacerla hasta llegar al otro lado, lo que pasa es que en este caso, a diferencia de que si yo tuve un problema en el corazón, siempre se va a ver como que yo me lo busqué y yo estoy ahí y tú estás ahí porque tú quieres y yo no estaba ahí porque yo quería pero mi pelo contaba esta historia muy triste sobre mí y yo pasé de exensión en extensión en extensiones pero ya cuando ya estaba mucho más sana mucho ya más como ok Marcela, tenemos que soltar todas estas cosas, vamos a tener que soltar el pelo también, o sea tienes que soltar todo, tienes que comenzar de cero, o sea vamos a comenzar de cero, pero como era algo tan triste para mí, no quería que me lo recordaran a mí una persona llegó con una solución y fue mira, ya las extensiones no te dan porque es que el problema ser de cero. Pero como era algo tan triste para mí, no quería que me lo recordaran. A mí una persona llegó con una solución y fue, mira, ya las extensiones no te dan porque es que el problema ya no es solamente, ya las extensiones se te ven. El problema ya es de acá, yo tenía huecos acá, huecos acá. O sea, ya se veía, ya no había forma de ocultarlo. Yo me pintaba de todo y como que yo medio hacía como que el amague, pero ya se estaba volviendo muy complicado. Y a mí eso me generaba también como que el amague, pero ya se estaba volviendo muy complicado. Y a mí eso me generaba también como que mucha intranquilidad. Y la persona me dijo, ¿por qué no te pones esto? Yo no era una peluca completa, era como si fuera un tupe, una extensión frontal. Era un pedacito acá, te lo amarrabas, o sea, te lo, con clips acá, así como las extensiones, y la parte de acá era tuya pero la parte toda encima ya no y yo sí tenía algunas extensiones acá pero ya después se fueron yendo cuando ya lo empecé a usar pero el punto es que cuando yo me pongo eso por primera vez y yo me miro en el espejo yo no hice sino llorar o sea, como que porque además yo había o sea, era una guerra conmigo yo llevaba en años con guerra y no me había vuelto como a reconocer al espejo. Y me puse a llorar de la felicidad. O sea, fue un momento demasiado lindo de mi vida. Y me acuerdo de yo haber ido donde Sergio y mostrarle lo que me había puesto. Y él enseguida me sonrió. O sea, como que tú te ves feliz. Tú es con lo que te veas feliz. Pero lo más increíble de todo es que yo me pongo esto y yo pensé, todo el mundo se va a dar cuenta. Nadie se dio cuenta. Yo llegué al día siguiente, no se me olvida, yo me lo puse en Bogotá, aquí en Bogotá. Y yo llegué a Barranquilla y llegué a la casa de mis suegros con mis cuñadas que tienen ese pelo tan divino, todas, mi suegra, todo el mundo, ya pelo lindo. Y yo dije, se van a dar cuenta, no se dieron cuenta y luego me vi con mis amigas mis amigas no se dieron cuenta y nadie se dio cuenta que yo tenía una vaina puesta lo que es que uno cree que todo el mundo está mirando, pero en verdad, nadie está tan pendiente de tu vida, nadie está tan pendiente de ti y yo dije como que no, la verdad que era solucionado además como que ya yo venía, ya en un proceso donde yo me sentía mucho más fuerte ya yo estaba mucho más sana, ya yo tenía una mejor relación con la comida siempre era como un tema porque es que esto es, fueron tantos años de lucha pues salir de la lucha también cuesta pero me acuerdo que me dio mucha felicidad. Y yo, la verdad, yo amaba ponerme esa vaina. Yo amaba ponerme eso y yo sentía que bien, que yo tenía mi problema solucionado. Y yo cogí, en verdad, todo ese tema de mi pelo y lo que había representado y lo metí en un baúl. Y ya yo soy más que mi pelo, ya yo estaba en toda esa conversación, mi contenido también estaba cambiando. Sí, yo hacía reír yo soy más que mi pelo, ya yo estaba en toda esa conversación mi contenido también estaba cambiando, sí, yo hacía reír a la gente con mi familia, que era tan particular y mi personalidad y tal, pero ya yo por lo menos sentía que no era una hipócrita conmigo misma ya yo lo que decía era verdad, de hecho yo tenía un saludo, que yo ese saludo todo el tiempo me lo decía era mí, era mi terapia, yo se lo decía a la gente pero yo me decía, mi gente linda, espero que hayan comenzado el día con buena actitud, que la rompan, que tomen buenas decisiones y que comiencen el día haciendo ejercicio. No me preguntes. Te volvió tu sello. ¿Por qué? Pero era mi mantra. Era mi mantra, ya no lo tengo. Pero en ese momento que yo lo necesitaba mucho, era mi mantra. Y yo me levanté y decía, voy a tomar buenas decisiones hoy, por mí, porque yo me quiero, porque yo me cuido. Pero bueno, el tema del pelo es que, pues yo me puse a eso, y al final, bueno, yo me quiero, porque yo me cuido pero bueno, el tema del pelo es que, pues yo me puse a eso y al final, bueno yo me caso en un matrimonio que casi no me puedo casar, porque es que pasaba una cosa y pasaba la otra, y una pandemia y una cosa y Sergio y yo, bueno, ahí, casi se acaba el mundo, y eso fue un tema de conversación en mis redes sociales, como que yo lo volví un tema, como que no nos podemos casar, y yo también pedí el anillo un poco de tiempo, cosas que no nos podemos casar y yo también pedí el anillo un poco de tiempo cosas que no nos debería hacer en la vida, pero digamos que era curioso para la gente esta vieja que se quiere casar y no se ha podido casar que bueno, cuando me casé que me casé con 20 personas en República Dominicana solamente mi familia, ni siquiera mis amigas porque estábamos en plena pandemia no había nadie, ni vacunación ni nada, o sea, estábamos en plena pandemia, no había nadie, ni vacunación, ni nada, o sea, estábamos en pleno pico, en abril del 2021. 20 personas en tu vida real, pero en el mundo virtual. No, claro, ya voy, 20 personas en mi vida real, y lo que yo no me imaginé en la vida, que fue este nivel de boom y de viralidad y de locura que se convirtió ese matrimonio de 20 personas. Yo me casé y yo me casé un sábado y el domingo me amanecí con 100.000 seguidores más. Yo en esto no entendía lo que estaba pasando. Claro, y lo hicieron público en redes. Lo hicimos online. Un live. Yo lo había pensado, era como mi gente linda que me ha acompañado, más porque yo mi crecimiento en redes, me ha vencido, digamos, yo siempre había creído en lento, pero seguro yo no me voy a poner a hacer locuras para crecer en seguidores. Yo quiero una comunidad que me quiera porque me quiere. Como que yo estoy bien como estoy y vamos creciendo poquito a poquito. Y digamos que se fue la primera vez, o sea, yo, a ver, yo tenía como 400 mil seguidores, no estoy diciendo que era una comunidad pequeña, pero no era tan expuesta. Tenía un muy buen engagement siempre. O sea, la verdad yo había hecho las cosas y las hago muy bien en ese sentido. Pero eso sí fue como un boom loco. Amanecí con 100 mil señores más. Machecho, que era nuestro hashtag, fue tendencia como cinco días. Porque además las cosas se prestaron para eso, todo el mundo estaba encerrado. Claro. Mi gente linda, mi comunidad se vistió, se puso ropa. Era la televisión del momento. Ya sacaron champaña, yo hice lives y yo dije, vamos a compartir esto con el mundo, porque además mis amigas no habían podido estar, entonces yo como que, de alguna manera quiero que estén. Y toda la gente que me quiere, como que quiero que estén. Pero ¿qué pasa? Cuando tú abres la esté pero que pasa cuando tú abres la puerta Tatiana, tú abres la puerta para lo bueno y para lo malo también y esos son los aprendizajes que a mi me han dejado todo en mi vida y en redes sociales y en no redes sociales tú abres la puerta para todo y abrí la puerta y apenas yo me casé como después de la luna de miel que no me dejaron entrar a Hawaii porque no tenía el permiso de la vacuna que era, que me había traído otra vacuna, mejor dicho, o sea, todo el show, yo la verdad les di un buen reality les di contenido gratis, no tuvieron que pagar un peso y se los di y me lo gocé en su momento, la verdad pero eso permitió que entrara una gente que no me quiere y que me pusiera como en el ojo del huracán a mí de repente me empiezan a llegar mensajes de varias cuentas, de estas cuentas de personas que se dedican a esto a dañar a dañar, porque es lo único que tienen porque una persona con una vida muy llena no se dedica a dañar a otros y fue como, ella tiene algo en el pelo ella tiene algo en el pelo ponía como las pruebas de que ella tenía algo en el pelo, ella tenía algo en el pelo, ponía como las pruebas de que yo tenía algo en el pelo, gente que hablaba de que yo tenía algo en el pelo. Ahí es donde te das cuenta como que, wow, yo pensaba que confiaba en unas personas que quizás no debía haber confiado. Pero digamos que yo al principio no le presté mucha atención al comienzo de ese primer ruido primeras dos semanas lo que sea pero luego cuando esto se fue creciendo creciendo creciendo creciendo la conversación fue si ella dice mentiras sobre esto ella dice mentiras sobre todo entonces que todo lo que yo era era una mentira que todo lo que yo decía era una mentira y mira se estaba metiendo con algo que era tan íntimo para mí. Era mi secreto, o sea, era algo mío, era mi historia, era mi dolor, era mi todo. Y yo sentía que yo tenía derecho a mi intimidad. Y yo la pensé mucho. De hecho, mi hermana, que ya les dije que es mi protectora, mi hermana me sentó y cuando yo le dije como que no sé si hablar, me decía, no tienes por qué hablar. Tú no te vas a mostrar débil. Tú has luchado mucho por ser fuerte, no te vas a mostrar débil. Pero ven, antes de que avances ahí, hablas de que eso era tu secreto y efectivamente todos tenemos derecho. Eso es un derecho que todos tenemos. Claro. A guardar nuestra intimidad, nuestra privacidad, por más personaje público, redes, no tiene que ver esto con que tu vida absolutamente el 100% de ella sea pública pero en tu caso hablas de un secreto y, es decir ¿cuántas personas ya tenían ese conocimiento, o más bien, ¿quienes tenían ese conocimiento absoluto de lo que te pasaba? A ver, en el momento sobre lo de que yo fui, o sea, no fui, yo tuve bulimia, mi familia y algunas amigas. No era algo muy conocido, o sea, la verdad, yo nunca había hablado de eso porque también yo lo manejé, por más que yo era pública, yo manejé mi dolor y mi enfermedad y todo en privado. Yo, lo que sí tenía muy claro era como que yo no hablaba de, oye, tómate esto para la dieta, porque yo no tocaba ese tema. Yo no hablaba mucho de la comida en general. Yo daba como unas pesquisas, como que yo tuve un problema con la comida, pero no como, no daba información, no abría esa puerta. Y al no abrir esa puerta también me permitió también sanar mejor porque sané en privado claro sané como tenía que sanar yo creo que yo no no sé si hubiera sanado bien con tantas opiniones enfrente o si recaía yo tenía que estar explicándole a la gente una recaída o sea era muy duro hubiera sido muy duro yo lo tomé en privado yo me sané en privado pero cuando ya se empezaron como que ya todo empieza a crecer empieza a crecer y empiezan a decir todas estas cosas de mí. Yo además, yo veía, porque es la verdad, ese pedacito que yo tenía aquí, que se conectaba con mi pelo, que era de verdad, esto también era mi pelo. Esta era mi historia, mi pelo. Yo esto, que era pelo natural de alguien más, que Dios hizo todo para que también llegara a mí, porque yo veo todo como nos conectamos y el pelo cuenta tantas historias que a veces historias del pelo de otras personas pueden llegar a ti de esa manera yo lo cuidaba como el mío, yo todo lo trataba, mi pelo de acá, lo trataba como el de acá y yo lo veía conectado o sea, si aparte de mí, mi intimidad yo no sabía, yo no sentía por qué tenía que hablar al comienzo pero fueron tantos ataques donde ya más que todo empezaron ya a hablar sobre quién yo era y quién yo no era. Todo por el pelo. ¿Qué si ella tiene eso en el pelo? Es que todo tiene que ser mentira sobre ella. Y ya digamos como que la copa, la gota que rebosó el vaso fue cuando una persona me amenazó con contar también lo de mi desorden alimenticio a cambio de plata. ¿Alguien conocido? No, como te digo, uno nunca sabe quién termina contando las cosas de uno. También quizás personas alrededor que vieron, no tengo ni idea. ¿Y eso te llega a través de un mensaje? A través de mensajes. Es que esto todo fue muy... En el momento era como si tú estuvieras en la mitad de un huracán y está todo el mundo alrededor. Y eso era mensaje y mensaje y ataque y ataque. Y una cosa que yo sentía que era como que yo era el centro del mundo y todo el mundo estaba en contra. Porque así es como tú sientes ese bullying cibernético, que hoy ya yo lo sé manejar muy bien. Ya sí. Ya tengo mucho cuero. Pero en ese momento que era algo, digamos que yo había construido un cuero para otras cosas, que si no le gustaba como bailaba, que si no le gustaba como era, ya digamos que yo tenía cuero para eso, pero esto era mi como mi pedacito de como de nada más, o sea, como que mi secreto más grande grande este era mi pedacito de mí y yo sentía que yo en la vida no lo iba a tener por qué contar en mayo decía porque voy a tener que contarlo de mi desorden alimenticio tampoco lo tenía por contar porque yo no quería que me vieran así y mi hermano también decía tú no no dejes que te dan débil tú no tienes por qué contarlo porque esto es tuyo también y simplemente déjalos pasar, déjalos que digan y que hablen y que digan lo que quieran. Pero yo un día dije como, mira, cuando tú no cuentas tu historia, alguien más la va a contar mal por ti. Y mal. Y muy mal contada. Y esa era la historia que estaban contando. Entonces yo de repente era esta persona que yo era todo esto malo, porque es que tú habías decidido que eso que yo tenía en mi cabeza, además, era símbolo de vergüenza para mí, que yo me tenía que sentir avergonzada cuando a mí solamente me había dado felicidad, y empecé a verlo ahí, y la verdad, esto a mí me ha dado felicidad en la vida, la verdad, yo no tengo por qué esconderme más, La verdad que si ellos lo que tienen o esas personas que tienen ese poder sobre mí no lo van a tener más. Y yo hice mi video donde yo conté y dije, bueno, que sea lo que Dios quiera. O sea, tú un día te paraste frente a cámaras. Fue un 26 de junio del 2021. Yo saqué un video que yo había grabado dos días antes. Yo llamé a un amigo que es el que a veces me graba. Le dije, ven, vas a grabar un video y tú no te vas a imaginar lo que voy a decir. Y yo me senté en una cama y dije, sí, yo tengo esto en la cabeza y te voy a contar por qué. Y cuento todo de por qué tengo yo esto, de qué fue lo que me pasó a mí en la vida, de cómo me he podido reconstruir en el camino y esto terminó siendo así. Porque además lo que sí pasó fue que a otras personas ya una vez se sanan, les vuelve a salir el pelo, yo tenía también alopecia, que yo simplemente había acelerado con no cuidarme a mí misma si yo me hubiera cuidado a mí misma yo hubiera cuidado también bueno, hoy en día lo sé, pero ya más adelante vamos para allá si hoy en día hubiera tenido las herramientas para cuidarme quizás de pronto no hubiera sido tan drástico el cambio. Pero fue lo que fue. Marce, ven, para tú llegar a ese punto, de tomar una decisión, de grabar un video, se necesita. Se necesita mucho Dios. Yo no sé si me escuchan las personas que me están escuchando, en quién crean, en qué crean, si el universo, lo que quieran llamar. Yo le llamo Dios y se necesita Dios para ese momento. Yo me iba a enfrentar en ese momento a 500.000 personas y a muchas más que hoy no me seguían. A contar una historia de mí que pensé que yo nunca iba a tener que contar y que sí me vi contra la espalda y la pared para contar. Entonces no fue una cosa que yo, ay, qué lindo que decidí contar esto porque es que siento que voy a ayudar a mucha gente. No, esto, yo cuando lo conté yo dije que sea lo que Dios quiera y que pase lo que tenga que pasar lo veías como un acto de liberación yo sentía que ya no quería que tuvieran ese poder sobre mí, ya no quería que contaran esas historias sobre mí, ya yo quería como recobrar eso y no dejar que tuvieran eso sobre mí y cuando yo conté la historia yo tenía mucho miedo de que como yo me iba a mostrar muy vulnerable eso fuera todo lo que iba a ver la gente como ay es ella que le tocó esto que no tiene el pelo como tenía que fue esto que se hizo esto o sea yo tenía en mi cabeza como que mil historias que podían salir de ahí y quizás en un momento pensé como que bueno, si me deja de seguir la gente, me dejo de seguir, porque ya no soy esta ni pelada que los hace reír con esta vida tan chévere y su familia, ¿no? Sino que ya es otra cosa. como vas hablando y vas hilando la historia, pero al final el hilo conductor siempre fue eso, desde el inicio, desde mi pelo 70-30, 70% pelo, 30% actitud. Aunque hubiera mucho, hubiera poco, hubiera salido o como fuera, ahí estaba ese pensamiento en tu cabeza. Yo creo que el pelo cuenta historias para todas. O sea, el pelo es una manera, el pelo cuenta las cosas. El pelo cuenta cómo te sientes, el pelo cuenta cómoias para todas. O sea, el pelo es una manera, el pelo cuenta las cosas. El pelo cuenta cómo te sientes. El pelo cuenta cómo te tratas. El pelo también atraviesa distintos momentos de tu vida. A veces las mujeres se cortan el pelo porque lo dejó alguien. Claro. Y esa es su manera de catarse. El pelo es mucho más que algo superficial. Cuando me dicen como que, ay, pero es solo pelo. No, no es solo pelo. Historia. Y para mí ha sido la historia de mi vida hilada a través del pelo y cuando yo cuento eso yo pensé que yo me iba a enfrentar a muchas cosas y lo que yo terminé haciendo fue abrir una puerta que me llevó a otra parte yo abrí una puerta que me llevó a todas las bendiciones de mi vida a las bendiciones que me faltaban en mi vida yo conté esto me quité un peso de encima todas las bendiciones de mi vida, a las bendiciones que me faltaban en mi vida. Yo conté esto, me quité un peso de encima y conecté de una manera diferente con mi público, con mi gente linda, con mi comunidad. Yo hasta el momento había dado, como te digo, un reality. Qué bacano, qué familia tan curiosa, chistosa, esta pelada con esta personalidad, que sí sigo siendo. Y lo puedes seguir encontrando en muchos momentos de mi vida, hace parte de mí. Pero no era el propósito del contenido. O sea, la comunidad cambió porque el propósito de a dónde voy yo en mi vida cambió. ¿Por qué estoy haciendo esto? Cambió. Porque Dios me dio a mí el canal para contar algo, es por esto. A mí me dio el voz con eco para yo poder mandar estos mensajes en mi vida y todo lo que yo había aprendido alguien lo tiene que escuchar yo abrí una puerta donde a mí me permitió conectar de una manera diferente y además también llegar a muchísima más gente pero cuando tengo muchísima más gente es muchísima más gente. Pero cuando te digo muchísima más gente, es muchísima más gente. Y de una manera que realmente es sostenible en el tiempo. Sí. Yo no le voy a dar las gracias a nadie que no quiso nada bueno para mí. Yo no le voy a dar las gracias a ninguna cuenta, a ninguna persona que quiso destruirme. Pero yo les voy a decir algo. A mí me intentaron destruir y me terminaron dando una escalera. Y yo empecé a subir a partir de ahí de muchas maneras. No estoy hablando solamente que es que el número de seguidores es el tipo de gente. Y el tipo de gente que me acompaña a partir de ese momento del 2021, desde antes también, porque fue también gente que migró a eso. A hoy es esa gente y fue también por ese propósito. ¿Con qué te encontraste, Marce? Yo me encontré con gente que se identificó con mi historia. Yo me encontré con la responsabilidad también de yo tener un micrófono para poder decirle y ser una voz de aliento para personas que estuvieron en mis zapatos. Yo me encontré con la posibilidad de, oye, yo me caí pero me levanté y yo quiero que tú conozcas mi historia porque yo quiero que te inspires con mi historia. Mi comunidad no está basada en la aspiración. Yo no quiero que nadie sea como yo. Porque antes, porque era insegura, entonces sentía que no era lo suficiente. Y hoy porque ya yo sé lo que es estar en los zapatos de otra persona que se siente insegura, y yo no quiero estarle mostrando todo el tiempo una vida perfecta para que se sienta menos, yo quiero al revés, que cuando vea a través de mi vida, a través de mi contenido, sea porque le di felicidad por alguna historia, lo que sea, dentro de todo eso se encuentre con un mensaje que le recuerde, yo quiero que tú seas como tú, yo quiero que tú te inspires con mi historia para que tú te levantes y te bajes en esas pedidas, wow, qué increíble soy, gracias Dios por esto que tengo, por mis brazos, por mis piernas, por esto que soy, gracias porque yo puedo hoy en día contar mi historia sin importar si las cosas cambian. A mí me permitió también jugar con las pelucas yo hasta hasta ese momento había tenido mi tupe cuando hablé yo dije no nos vamos y me puse mi primera peluca y ese fue un vídeo que también llegó a mucha gente porque yo me hice así me eché para atrás el pelo por primera vez porque yo con el tupe no lo podía hacer, ahora mismo no lo hago porque tengo mucha lacacha aquí, pero no pero lo que te digo es como que yo me pude hacer así me pude levantar el pelo acá y me pude levantar el pelo acá y no tenía huecos y podía hacer cosas que yo antes no podía hacer y yo decía, Dios mío algo que es tan normal y lloré cuando me puse esa peluca, lloré porque me pude reconocer a esa Marcela que cuando se veía en el espejo amaba su pelo a pesar de no amarse a sí misma. Y yo me podía ver en el espejo en ese momento y yo me amo a mí misma, pero gracias también por esto. Y salí de ese baño y llorando la felicidad serio también con una sonrisa oreja, se volvió súper viral, pero más allá que se volvió viral, es como que llegó a la gente que era, que tenía que ver eso. Yo pensaba que yo valía por ese pelo que yo tenía en mi pasado, en el pasado. Y yo hoy en día digo, yo sí valgo por mi pelo, pero por la historia que ese pelo ha contado. Y la vida, o sea, Dios es tan increíble, y ojalá, crean en verdad mucho en él, Dios es tan increíble que a ti muchas veces te pone obstáculos, para que tú entiendas el para qué. Yo me acostaba iracunda con Dios. Si existes Dios, ¿por qué me vas a quitar lo único que me autoestima a mí? O sea, tú me ves que yo estoy vomitando y yo lo único que amo es mi pelo y tú me lo vas a quitar. ¿Por qué me quitas mi pelo? ¿Por qué me quitas mi fuente de belleza, mi autoestima, mi todo? Lo que yo le daba esta importancia muy grande. Y yo hoy entiendo que no es porque, es para qué. Claro, ¿para qué me lo tenía que quitar? Para que yo valorara quién era yo. Para que yo me pudiera mirar en el espejo y viera como que tú eres esto, tú no eres tu pelo, tú eres mil millones de cosas más. Y para que yo pudiera realmente sentirme segura para poder ser lo que hoy soy. que se siente ser segura. O sea, no lo puedo explicar a una persona que ha estado en los zapatos de la inseguridad que estuve yo, pero es una cosa como que tú ves el mundo diferente. Como que no estoy diciendo que no tengas todo el tiempo, vas a tener tu inseguridad, pero el todo y cómo ves el mundo y ese pensamiento de que todo es posible para mí, porque claro que sí. Yo pensaba, cuando estudiaba comunicación, yo le decía al profesor que yo no quería ser presentadora. En ese momento eso era lo que había, como que era presentadora y tal, que yo quería estar en radio, porque es que yo para ser presentadora necesitaba pelo. O sea, mi pelo era tan importante, yo decía, uff, si yo no me hubiera quedado sin pelo, yo hubiera podido ser presentadora, yo hubiera podido ser algo mejor, pero es que yo me quedé sin pelo. Y yo le daba esa importancia a mi pelo y yo decía como que, por ejemplo, en el camino, yo decía que rico sería como trabajar en Netflix, una cosa así, pero es que yo no puedo porque yo no tengo pelo. Y yo de pronto no voy a ser tan exitosa en redes porque es que yo no puedo porque yo no tengo el pelo. No, claro, una fijación absoluta. Y hoy en día te digo que es que yo estaba con la historia mal. Yo tenía que entender todo este para qué, para que yo entendiera, sí, sí, sí es por tu pelo que vas a llegar a mucha gente, pero no como tú crees, no con el pelo perfecto que tú crees, no echando del pasado tú vas a contar una historia muy grande por tu pelo y aquí es donde viene la parte más impresionante Tati, yo cuando ya yo empecé a jugar con las pelucas, yo dije, yo voy a ser la tía peluca con todo y me olvidé de todo, empecé a jugar y empecé a hacerme todos mis peinados. Y todo el mundo apoyándote en redes. Colas, no podía, pero digamos como que podía verme diferente todos los días. Y hoy me tengo con el pelo largo y tengo el pelo corto y empecé a sacarle lo bonito de la vida con eso. Empecé a conectar de una manera muy diferente también con gente que tenía problemas que le habían tumbado el pelo o estaban atravesando enfermedades que le iban a quitar el pelo. Sí. Y pude conectar con ella de una manera tan impresionante. Mira, los mensajes que me llegan hoy en día de mujeres que me escriben, me acaban de dar una noticia, tengo cáncer, y no sé por qué solo estoy pensando en que se me acabe el pelo pero porque te sientes mal el pelo se parte de ti entonces te enseña en toda la vida que tu pelo es fuente de belleza, el pelo es tan importante que en religiones hay todo un tema alrededor del pelo entonces tú tienes que ser como que no mi pelo no importa, sino que en ese primer instante lo que importa es mi vida, no, es normal se entiende, claro y fue también una manera linda de ellas también escribirme gracias por normalizar esto. Sin querer queriendo, porque yo no fue que yo hice toda una idea para yo normalizar esto, ¿no? Lo normalicé, lo normalicé en mi vida y se lo normalicé a los otros. Sí, soy, ay, qué lindo tienes el pelo, ahí sí es peluca. Y se quedan como, ay, qué chévere. ¿Y cómo es eso? No, sí, yo las compro y se las compro a una judía que es ortodoxa allá en Chicago y me hace el pelo como yo quiera. Se volvió una historia. Se volvió una historia y se volvió parte de mí como que la capacidad que tú tienes que tener en la vida para no tomar obstáculos y quedarte ahí, sino, hey, ya, esto me pasó. Y a menos de que sea la muerte, para todo hay solución, para todo tiene que haber solución. Y yo ya había hecho mis pases. Y paralelamente, que esta parte es importante de la historia, mi hermana vuelve a tener un papel muy importante en toda mi historia y en toda la historia del pelo. Como yo les conté y yo les contaba, para mi familia el pelo era muy importante. Sí. Pero mi hermana siempre tuvo una relación como mala con su pelo, no le gustaba, nunca lo tuvo como protagonista y a diferencia de mí, ella sí basó, toda, digamos, ella basó su autoestima sobre las cosas que sí son importantes. Ella puso ese tema del pelo en un baúl y ella se echaba lo que sea, ella no le importaba el pelo, no tenía ningún tipo de protagonismo en su vida y ella se basó en, digamos ella basó su personalidad en otras cosas, en ser esa mujer berraca, inteligente capaz mi hermana es la mujer más segura de sí misma que yo conozco, o sea, era a mí yo decía, yo chiquita yo como que yo quiero ser como Laura, pero yo quiero ser como Laura porque es que Laura es muy segura, y es la verdad o sea, ella tiene sus momentos de inseguridad como cualquiera, pero mi hermana es una mujer muy segura de sí misma y capaz a morir. Y todo lo que quiere lo consigue porque es una mujer muy, muy berrante. El pelo no era tema de conversación en la vida de ella. A ella no lo era, a diferencia del mío. Ella dijo como que sí, mi hermana es la del pelo divino y tal, buenísimo. Yo soy otra cosa. Pero a medida que fue pasando el tiempo y digamos como que esta parte es importante de cosa. Pero a medida que fue pasando el tiempo y digamos como que esta parte es importante de la historia, porque a medida que fue pasando el tiempo, con los años ella se fue dando cuenta que su pelo se fue adelgazando, que se fue volviendo opaco y eso que no le prestaba atención, dijo, oye, mi pelo ya no... Notó cambios. Notó muchos cambios que se pasan en la vida de todas las mujeres y como que ciclos de la vida. Y mi hermana es esa mujer que cuando se le mete un tema llega hasta el final. Mi hermana es abogada, tiene MBA, es socia de su propia consultora porque es que mi hermana es esa mujer, además de mamá y de esposa y es esa mujer. Es una mujer que investiga todo. No, cuando se propone algo digo, como que yo voy a llegar hasta el final. Entonces yo quiero hacer esto, yo voy a hacer esto. Esa mujer. Y cuando dijo como que me voy a interesar sobre final. Entonces, yo quiero hacer esto, yo voy a hacer esto. O sea, esa mujer. Y cuando dijo como que, ok, me voy a interesar sobre el tema del pelo, simplemente porque se iba a interesar con el tema del pelo. Pero eso no tenía nada que ver contigo. No, no tuvo nada que ver conmigo. Ella en su camino como que dijo, no, yo quiero recuperar mi pelo. Ya. Y empezó a buscar todo lo que había en el mercado, pero Laura es estudiosa ñoña a morir. A investigar. Entonces, investigar qué había, compró todo, se echaba de todo, y de las cosas que a ella más empezó como que a gustarle y que fue una de las cosas que más, lo que más le generó cambios inmediatos fue el hair oiling. O sea, ella entró en este mundo del hair oil, que había de toda información, pero había que entender la información, que esto es algo ancestral que hacen en la India generación tras generación y no tiene nada que ver con caída de pelo, nada, sino para tener el pelo divino, para que pudiera crecer un pelo fortalecido, que había que nutrir el cuero cabelludo como es y hay unos aceites especiales para eso, para que tú puedas tener tu pelo como es. Pero ella en ese camino empezó a probar y a unos le gustaba, a otros le faltaba una cosa, a otros le faltaba otra y ella, muy ella, porque esto hace parte, o sea, tú la conoces y tú dices esto es muy Laura. Ella se fue a buscar laboratorios, uno que le encantara, hablar con expertos, yo quiero un aceite que tenga todo esto. Y ella empezó en ese camino de buscar qué era lo mejor, ella quería algo, aceites naturales, pero también con biotecnología. Importó, o sea, la mujer importó ingredientes. O sea, todavía estamos solamente hablando de una persona que quería su tema con su pelo. Ingredientes que eran los que tenían estudios que realmente certificaban que esto funcionaba y empieza en su camino el hair oil y mi hermana de repente empieza a tener un pelo tan espectacular que empieza a pasar lo que nunca le había pasado en la vida, porque siempre la del pelo bonito era yo la empezaron a halagar por su pelo, que te estás está haciendo el pelo? Tiene el pelo divino. ¿Qué es esto? Tu pelo, tu pelo, tu pelo. Todo alrededor del pelo. Y yo paralelamente, porque es que ahí es donde, digamos que las historias del pelo de las dos se juntan. Yo había quedado embarazada de Fátima. Poco antes ya estaba en todo su cuento de la serie, pero la verdad, como yo te digo, yo había puesto toda esa historia en un baúl. O sea, yo ya había hecho mis pases. Me engancho esa peluca y soy feliz con mi peluca. Y ya, yo me moriré con peluca. Me hacen el favor y llaman al peluquero y que me pongan la peluca. Y ahí ver a esa persona. Yo estaba mentalizada para eso. Pero yo quedaba embarazada de Fátima. Y empieza a salir alguito de pelo. Donde dijeron que ya no iba a salir. Ok. No era mucho, pero yo, sabes que tú ves como, wow, está saliendo otra vez. Pero las mujeres que son mamás se van a identificar conmigo en el posparto, pues ya, o sea, eso se fue. Yo volví a quedar muy decepcionada porque es que, ay, no hay nada peor que la ilusión. Claro. Y uno se desilusiona y uno, ay, ¿para qué me ilusioné? Porque ya yo había cerrado esa puerta. Ay, ¿para qué abrí esa puerta? Y decía, ay, ya pa' que me ilusionen, porque ya yo había cerrado esa puerta, ay, pa' que abrí esa puerta, ya había hecho mis pasos y volví a ilusionarme y esta vaina se cae, ya, mejor me quedo con mis pelucas. Y mi hermana me dice como que, ¿por qué no intentas esto? Yo sé que esto no es necesario, o sea, que tu tema es otro tema, o sea, que es un tema más drástico, puede que no te sirva, pero ¿por qué no lo intentas? Y me hace una pregunta que a mí no se me olvida y es, ¿qué tienes para perder? Me encanta. ¿Qué tienes para perder? Échatelo. Y yo me empiezo a poner ese aceite. Todos los días, o sea, el nivel de constancia fue ok, lo voy a intentar. Y de repente yo empiezo a ver que a mí me empieza a salir pelo. Y yo me miré al espejo y yo no lo podía creer. Yo me tomaba fotos y así me veía yo antes, así me estoy viendo ahora. Me hacía videos porque yo no lo podía ni creer. Y empieza esto a pasar, y empieza esto a pasar a través de los meses. Y yo, o sea, cuando ya la abre y yo vemos esto, nos atacamos a llorar primero porque es que ya esto es como un fin poético, o más bien como un comienzo poético de la historia de mi pelo de una manera diferente. O sea, esto me va a decir que Dios no existe. O sea, ¿cómo me puedes decir que esto pasa y que yo tengo toda esta historia y que yo hago mis pases y que yo tal? Y de repente me llega esto. Y a mi hermana y a mí, cuando ya nos miramos y decimos como que no, o sea, esto lo vamos a compartir con el mundo porque es que esto es muy grande. La historia de mi pelo es más grande que yo. La historia de esto es más grande que yo. Y yo, ahí sí cuando me uno con mi hermana, empezamos a trabajar en esta marca que se llama The Hair Generation. Podemos ahorita andar en el nombre, pero lo importante es que la creamos y dijimos, vamos a hacer una marca que nos refleje. Una marca que, si bien es un producto de belleza, una marca que hable sobre lo que importa en esta vida y es si tú las cosas las tratas desde la raíz van a crecer bien, si tú te hablas bien desde la raíz van a crecer bien si tú te tratas bien desde la raíz todo lo que tú hagas desde la raíz esté bien sedimentado, eso crece bien o sea, esta comienza siendo un aceite pero es toda una línea de cuidado de pelo. O sea, nosotros dijimos, no, no, no, nos vamos a ir all in. Con toda. Con toda. O sea, esto es una señal de Dios de la vida. Esto comienza con esto, pero ya pues claramente empezamos a trabajar y ya tenemos pues todo un camino andando. Sí. Pero vamos a hacer algo que sea desde el comienzo, desde la raíz, bien hecho. ¿Cuánto tiempo duraste tú, Marce, en ese juicio? Los primeros tres meses, o sea, que para yo poder ver realmente unos cambios impresionantes fueron los primeros tres meses. Sí. O sea, que los tres meses, ya yo empecé a ver, ya en los primeros tres meses, yo no lo podía ni creer, yo dije, si esto es en los tres meses, ya mi hermana tenía ya su buen tiempo. Claro. Pero si esto es en los tres meses, yo, imagínate cómo va a ver al año no no no no usted lo que ven aquí es casi un año y esto para mí era un impensable o sea yo a veces me miro en el espejo de guau qué historia de mi pelo tan increíble y empezamos a hacer esta marca que si tenía que verse elegante como es mi hermana como yo veo a mi hermana y que todo lo hace muy bien pero que también tenía que tener ese discurso de lo que soy yo y ese discurso es que si que si tú, que no hay acto de revolución más grande en esta vida que amarte a ti misma cuando te cuidas ese discurso que es no tienes que ser como nadie tú tienes que amar quien eres tú y cuidarte a ti y quería que se viera reflejado en todo y toda nuestra comunicación y todo eso hay corazón en todas partes una marca que nace desde una raíz que más allá que la historia es de una raíz que más allá que la historia es de una raíz de amor más si tú lo ves desde afuera es como las mujeres cuando nos unimos, creamos cosas increíbles que esa fue la otra cuando nosotros teníamos ya como bueno dos meses creando todo mi hermana, nuevamente mi hermana llega y dice pero no nosotros cuando lancemos vamos a lanzar solo con tu historia y la mía y yo le dije como o sea que tienes en mente me dice tú siempre hablas de que si uno se junta con las mujeres pasan cosas grandes yo sí la verdad sí ¿por qué no le decimos? escojamos 50 personas aparte de todos los estudPor qué no le decimos? Escojamos 50 personas. Aparte de todos los estudios que ya había, pero no, escojamos 50 personas que sintamos que su criterio es importante, que puedan estar en redes o no. Y presentémosles este proyecto. O sea, nosotros íbamos a presentar antes de salir. ¿Tú sabes cuánta gente cuenta las cosas antes de que salen? Todo el mundo siempre dice, no cuentes que se te sale, no cuentes, y las personas son envidiosas. No. Nosotros escogimos y dijimos, yo creo profundamente, yo soy de las personas que creo que cuando las mujeres se juntan pasan cosas impresionantes. Y nosotros le dijimos a 50 mujeres, mírate, tenemos una invitación. No te voy a decir para qué es. Y entonces, no, bueno. Diles que vayan a la casa. Y ellas todas como que misterio porque no éramos la mayoría yo no las conocía yo simplemente había visto como una persona que me había gustado su discurso durante mucho tiempo en redes o sea que no necesariamente tenían que ser grandes había personas que no estaban en redes en lo absoluto y que me gustaba como pensaban y así sucesivamente también para mi hermana e hicimos dos eventos uno en Bogotá y uno en Barranquilla en la casa de mi hermana en Bogotá y en Barranquilla. En la casa de mi hermana en Bogotá y en Barranquilla también, en la casa de mis papás. Y cuando llegaron, todo el mundo pensaba que era una marca de ropa. Estaba bien, no me va a presentar una marca de ropa que no tiene nada malo, pero como que claro, este misterio, bueno, tiene que ser. Era lo esperado, sí. Y de repente yo la siento y empiezo a hablar y empiezo a hacer este discurso. Entonces yo le empiezo a contar, así como hemos hablado, navegación de la historia del pelo de nosotras. Y yo de repente ahí me voy. Y hubo una de las que me dijo, yo pensé que te habías ido porque no querías ver las fotos de tú antes, porque empiezan a salir las fotos de cómo yo estaba a principios de año. Y yo me quito la peluca por fuera y cuando aparezco otra vez, salí con mi pelo completo. Esta era la primera vez que yo realmente me mostraba frente a personas que eran más allá de mi círculo cercano. Y todo el mundo terminó llorando. O sea, eso fue una vaina, como una conexión con una energía tan divina. Terminé llorando mi hermana, terminé llorando yo. Bueno, todo el mundo lloró y fue una conexión demasiado grande. ¿Ves esto como una reconciliación? Veo esto como la reconciliación más increíble que yo he podido tener con mi pelo en la vida. Ya yo había tenido mi reconciliación con Dios, ya yo había tenido mi reconciliación con el pelo que yo tenía, pero yo no podía ver mi pelo como algo lindo, o sea, yo decía como que eran, para parecen todas las pelucas y ya, o como que yo simplemente tapé el tema, yo hoy en día me siento orgulloso y amo este pelo que tengo aquí si, no se ve como el de antes, pero qué historia es la que cuenta este pelo es mucho más poderoso y te voy a decir algo, yo tengo una comunidad hoy en día que está basada sobre cosas que no son efímeras, y esto también lo es a mí la gente que me sigue no me sigue porque soy bonita, o porque una comunidad de hoy en día que está basada sobre cosas que no son efímeras. Y esto también lo es. A mí la gente que me sigue no me sigue porque soy bonita, o porque tengo el pelo así, o porque tengo el cuerpo así, o porque tengo el último grito de la moda porque viajo a no sé qué, o porque hago lo que, o sea, puedo dárselo. Yo puedo tenerlo dentro de mi comunicación, claro que sí, yo puedo darle un día la que se pone el vestido tal y la que hace claro pero la raíz la base de mi comunidad y de lo que yo he construido durante los últimos nueve años no está basado en cosas que son efímeras, no estoy diciendo que no se baje estoy diciendo que por lo menos no está basado en eso yo me puedo envejecer yo me puedo engordar yo puedo cambiar de vida y yo sé que sigo siendo yo y porque soy yo y porque yo lo que le he mostrado a la gente que me sigue es esa yo, entonces eso no va a morir, porque no le estoy mostrando nada que no sea real mostrando una parte de mi vida, por supuesto como lo digo a todo el mundo, es una parte de tu vida pero es una parte que es real todo lo que ves me has visto en mis peores momentos me has visto caerme y hoy me estás viendo arriba, pero me has visto lucharla y quiero que te inspires, no que quieras ser, sino que tú digas, yo también puedo. Mira, si a mí me salió pelo, tú puedes hacer muchas cosas en la vida. Si yo pude tomar de lo que yo pensaba que era como una tragedia en mi vida que me había dado tanto dolor, que si yo pude del dolor sacar una oportunidad y convertirla en lo que soy muchas cosas son posibles es como una historia más que cualquier cosa, yo aquí no me estoy sentando a venderte un aceite yo quiero que tú escuches esta historia de días, yo puedo sacar adelante eso que creo que no puedo hacer porque algo físico me lo impide. Es ahí donde yo voy. No en todos los casos, porque no voy a hablar por todos los casos, pero en la gran mayoría de los casos nos limitamos porque no nos vemos de una manera. Y creemos que sí nos tenemos que ver de una manera o ser de una manera para poder ser exitosos. Yo crecí con eso, esa fue la primera conversación. Para ser exitoso yo tengo que verme de una manera. Para nada. Soy mucho más exitosa hoy en mi vida y no tengo el pelo de antes. Soy mucho más exitosa en mi vida y no soy tan joven como en mis veintitantos. soy mucho más exitoso en mi vida y no soy tan joven como en mis veintitantos y voy a ser mucho más exitoso en mi vida porque tengo claro que el éxito más grande que yo tengo que tener es ser segura de mí misma cuando yo soy segura de mí misma, yo puedo ser feliz a los demás porque soy feliz yo y mi vida hoy en día me sonríe porque yo tomé la decisión en mi vida de que fuera así y eso es lo más increíble de todo yo, no te alcanzas a imaginar lo que esto ha representado para mí, yo cada vez que me siento a hacer un video con mi pelo, yo digo, wow el mundo, o sea, Dios, eres maravilloso, y lo que yo voy a poder contar de aquí en adelante, esto va a ser increíble, ahora, lo voy a dejar claro yo no voy a dejar las pelucas ¡Ah, no! No, porque es que las pelucas yo siento que la gente sí, la gente la ve como algo, ¡ay, pobrecita, usa peluca! ¿Qué? Si a mí me dio tanta felicidad, si a mí me dio tanta alegría, yo la voy a seguir usando. La voy a usar como uso los tacones. O sea, sí, hay días que me quiero poner tacones. Y hay días que me quiero poner tenis. Y hay días que me quiero poner aretes. Y hay días que no. Y así voy a seguir jugando con las pelucas y me voy a sentir orgullosa de ellas porque además como yo te dije yo lo normalicé para mí y sin querer lo normalicé para el resto yo no voy ahora a decir ah bueno entonces ya me salió el pelo y ya me voy a olvidar de las pelucas y tú allá si te toca bueno usa las pelucas no mi vida tú usa tus pelucas con orgullo que yo las voy a seguir usando y yo voy a seguir apareciendo hoy quiero ser con mi pelo súper largo súper rubio y mañana quiero ser pelirroja porque acabo de pedir una peluca pelirroja y mañana quiero ser pelirroja porque quiero, porque quiero jugar porque es un accesorio para mí y porque mi pelo cuenta historias incluso en el pelo que compro Marcia, ha pasado poco tiempo desde que estás luciendo tu pelo de manera pública desde que estás ya expuesta en tus redes sociales y mejor dicho ha sido el boom y la locura que todo el mundo está viendo esta nueva versión de Marce y ya hablas con mucha seguridad porque estás del otro lado pero en ese proceso cuando ya empezaste a verte ese pelo cuando ya estabas en tu intimidad, que seguro tuviste tu momento de intimidad, donde decías, wow, al principio era como solo un poquito, otro pelito, luego más, pero ¿cuál fue ese momento que realmente fue determinante para ti? Que tú digas, esto ya es otro tema o sea, yo las fotos yo no me tomaba fotos el problema que fue para toda esta historia conseguir fotos de mí antes yo no me tomaba fotos yo para mí era como que ya, no quiero ver eso yo me tomaba mis fotos así y yo no quería ver eso porque para mí era como muy duro estoy hablando de muy en el pasado y ya después como ya yo sigo jugando con las pelucas no le prestaba ni atención o sea lo dejaba a un lado y cuando yo de repente empiezo a ver y empiezo a ver pero como eso de que tú no lo ves todos los días el cambio sino como ya al mes ya a los dos meses y veo ese cambio a mí se me aguardaron yo he llorado varias veces con esto de felicidad, o sea, yo decía, yo, yo le decía a una amiga mía, yo quiero que tú pienses en tu sueño más grande, o sea, en tu sueño que tú digas como que, no sé, me quiero casar con Messi, o sea, no tengo ni idea cuál es tu sueño, o sea, el sueño más irreal que tú tengas, yo sentía ese como mi sueño irreal, como cuando yo estaba en mi completa intimidad, durmiendo antes de dormirme, entre las oraciones que le pedía a Dios, le metía ahí siempre como que bueno, o sea si de pronto me puedes devolver un ratito el pelo, como que te lo agradecería pero o sea, tampoco lo estoy pidiendo, no te preocupes, hay cosas más importantes pero era como mi uff, era mi sueño más grande y yo hoy lo estoy viviendo, o sea mi sueño más grande era poder hoy lo estoy viviendo o sea, mi sueño más grande era poder tocarme el pelo y hacer así, yo me toco el pelo largo, esto no pasaba en mi vida yo no sé cuándo fue la última vez que hice esto me hago una cola y ahora mi problema es que se me salen unos pelitos aquí a los lados ese es mi problema ahora, no lo puedo creer y empezar a cambiarle la vida a la gente con algo que tiene una historia tan linda, me hace pensar que el propósito de mi vida, si yo antes pensaba que era uno, ahora es todavía más grande. Nosotros desde el día uno dijimos, ok, vamos a donar un porcentaje de la utilidad a una fundación que es importante para mí. Me encantaría haber comenzado con una fundación yo, pero la verdad es que no estamos todavía comenzando. Pero desde el principio teníamos eso, desde la raíz tiene que estar sedimentada sobre algo mucho más grande. Hay una fundación que se llama la Fundación Casabar Andrea, que es importante para mí porque es de la mamá de una gran amiga mía que perdió una hija, mi amiga perdió a su hermana. Y ella se dedicó su vida a hacer esta fundación para ayudar a niños a batallar el cáncer infantil. ¿Y por qué es importante para mí? Porque me acuerdo, esto toca mi vida en todos los sentidos, cuando yo estaba teniendo una crisis porque se me estaba cayendo mucho el pelo y estaba en un momento difícil de mi vida con la alimentación y todo y se me estaba cayendo, a mí me escriben, me dicen, mira, acá hay una niña que ya está en sus últimos días, no sabemos cuánto tiempo le quede, puede que sean dos meses, no sé, tiene cuatro años y quiere ser reina. Y ya yo no era reina, pues yo voy, claro, yo la corono. Y fui y la vi sin su pelito y dije, a veces el pelo se tiene que caer. Para enfrentar luchas hay gente que sale a esas luchas hay gente que no pero que también tiene un propósito que es enseñar algo y yo te voy a decir algo yo conocí a esa niñita y a los dos meses me llamaron que ya se estaba muriendo y estaba solita que sus papás no tenían los medios para ir. Y yo me acuerdo, yo la acompañé a despedirme de ella para que no estuviera sola. Y yo dije como, perdón, esta niñita sin conocerme, sin yo conocerla, me está enseñando algo a mí. Yo preocupándome en ese momento por perder mi pelo, yo al revés, yo tengo que preocuparme por mejorarme, por enfrentar mi vida y por usar eso, por usar esa fuerza y eso que soy. Areva no meaje mucho más grande. Y yo dije, cuando yo tenga algo que yo sienta que va a ser muy, muy grande y que yo lo tenga yo, o sea, que yo pueda tener como una posibilidad de tomar decisión, yo esto lo voy a hacer. Y cuando yo le dije a Laura, yo quiero dar un porcentaje a que estos niños que están enfrentando una batalla, los puedan enfrentar de mejor manera y que puedan contar un nuevo capítulo en sus vidas. Y todo esto está conectado nuevamente con el pelo. El pelo no es solo pelo para mí ni para nadie. El pelo cuenta muchísimas historias. Y este para mí apenas está empezando. O sea, no sabes la felicidad que tengo de que haya tanta gente. Perdón por haber llorado. Tranquila. No me veo tan bonita llorando. Pero ni me iba a cortar, ni sabía que me iba a cortar de ese episodio pero lo que te digo es esto que que nació y la razón por la que yo quería hacer este podcast contigo ya una vez habiendo lanzado esto era porque yo quería que en un lugar así en un espacio así quien escuchara esta historia entendiera que lo que llevamos por fuera es tan solamente es tan solamente el barco que te lleva a un lugar ¿sabes? que tú eres mucho más que todo esto y que tú tienes mucho más por dar, pero que tú también en el camino te vas a dar cuenta cuál es la también en el camino te vas a dar cuenta cuál es la enseñanza que eso te va a dar. Hay obstáculos que van a llegar. Del cielo caen limones. Hay limones más ácidos que otros. Pero también depende de tú, de ti, de qué vas a hacer con esos limones. Hay muchos limones con los que puedes hacer limonada. Yo hoy soy la prueba, soy testimonio de que del cielo caen limones y que puedes hacer limonada. Yo hoy soy la prueba, soy testimonio de que al cielo caen limones y tú puedes hacer limonada. Y quiero que te inspires con eso para ver qué es lo que vas a hacer tú. Y punto. Marce, qué bello mensaje, qué historia. Efectivamente. Me vi bien llorando. Hermosa. Efectivamente, tu pelo cuenta tu historia. Es que todo gira alrededor y me encanta cómo te comunicas sobre todo porque siento que eres una mujer que manifiesta todo, ¿no? Entonces ya estás planeando tu éxito, ya estás planeando lo grande que va a ser tu empresa, tus sueños y todo. Después de haber recibido, como llamamos, esa bendición tan gigante en la que estás transitando hoy, uno diría, ya, ya ella tocó el techo, ya está en el lugar donde quiere estar. Pero estoy segura que por tu cabeza hay más y más y más y más y más. Cuando tú te vuelves segura de ti misma, de verdad que tú empiezas a pensar que los límites no existen. O sea, yo hoy en día pienso, este es el comienzo de muchas cosas, estamos trabajando arduamente y muy responsablemente para dar siempre lo mejor, pero dar también algo que tenga un mensaje importante. Cada una de las cosas, y lo vas a ver durante toda la comunicación en todas las partes que va a ver la esencia de quienes somos y no solamente hablo de este proyecto hablo de mi vida personal, hablo de lo que quiero para la vida, yo siento que tengo la capacidad hoy en día de poder enfrentar la vida con lo que venga, o sea yo sé que nada es color de rosas que no lo va a ser, pero hay algo diferente entre la Marcela Dante y la Marcela de hoy es la Marcela de hoy sabe de que es capaz yo sé de que soy capaz yo sé que estoy hecha yo sé que la historia que yo cuente de mí es la historia que yo cuente de mí no lo que otros cuenten de mí es la historia que yo cuente de mí. No lo que otros cuenten de mí. No la percepción ajena sobre mí. Y cuando uno tiene esa seguridad, esa certeza de lo que uno es, uno puede enfrentar el mundo mejor. Yo un día hice un video que era, y lo repito porque es que para mí es literalmente esa mi vida. Cuando tú eres segura de ti misma es como si te dijeran tú tienes el pelo azul. Y yo te digo, Tatiana, ¿tienes el pelo azul? pero tú dices, no, tengo el pelo azul, tengo el pelo rojo, ¿cómo así? tengo el pelo como tal, marroncito con rojo, no, tú tienes el pelo azul y tú, esta vieja está loca yo no tengo el pelo azul y tú te vas con la plena certeza que no tienes el pelo azul porque no tienes el pelo azul entonces para mí ese soy yo hoy no, Marcela, que es que eso es difícil porque es que tú no eres capaz no, claro que soy, claro que soy capaz. Claro que soy capaz, yo soy capaz. Y yo tengo una meta muy clara y metas muy claras, pero también no estoy definida por las metas, sino por el proceso. Mira todo esto. La historia de mis pelos, el proceso, el proceso es lo que me enseñó a dónde llegué, lo que logré sin querer, cosas que se abrieron sin querer, porque simplemente estaba en el camino de, ok, me voy a querer a mí misma con lo que soy y voy a seguir hacia adelante y voy a tomar esa escalera y voy a seguir para arriba. Entonces, allá es donde voy. Yo tengo metas claras, pero también las metas pueden cambiar. Y también lo que importa es que yo siga siendo esta persona para poder llegar ahí y que tenga como prioridad de mi vida ser feliz, seguir siendo segura y ser feliz. Yo amo mucho mi vida y yo miro hacia atrás y digo como que wow, casi la pierdo, casi pierdo todo esto, casi pierdo poder estar hoy en este proceso, en este momento de mi vida. este momento de mi vida. Así que para aquellas personas que estén de pronto en ese momento que se quieran rendir, que crean que no pueden, aquí estoy yo para decirles que ojalá no desistan y que sigan hacia adelante. No conozco su historia, así como quizás tú tampoco conoces la mía, pero te puedo decir con certeza que cuando tienes a Dios en tu vida, cuando todo lo que haces está guiado por Dios, tú nunca estás solo, nunca yo tengo una relación muy bonita hoy en día con Dios y trato de ser mejor persona siempre para que a mí cuando yo esté al final de mi vida yo pueda terminar mi vida como mi abuela mi abuela se murió en el antes de que naciera Fátima. Tuve un milagro gracias a ella.ros por darle a su familia, porque era una mujer muy creyente, una mujer que vivió Dios de verdad, no de la boca para afuera, que era esa persona y yo sentía que era la mejor persona del mundo. Y mi abuela fue la mujer de las pelucas, y mi abuela, yo a mi abuela le aprendí todo, le aprendí mucho. Y mi abuela me llevó, o sea, la historia de todo esto que se remonta para mí, de mi abuela le aprendí todo, le aprendí mucho, y mi abuela me llevó, o sea, la historia de todo esto que se remonta para mí, de mi abuela antes, pero para mí es mi abuela, hoy en día tiene este final, a lo que voy viviendo, no sé si he dado mucha vuelta, pero yo quiero terminar mi vida como ella, rodeada de la gente que me ama, que me quiere de vuelta, o sea, que yo quiero, rodeada de la gente que yo ama, que me quiere de vuelta, o sea que yo quiero, rodeada de la gente que yo quiero y que me quiere de vuelta, tranquila con Dios de que hice todas mis cosas bien, de que fui una buena persona, de que di lo mejor de mí y al final como que con eso es lo que me voy a quedar, hoy veo la vida diferente, o sea, yo tengo una capacidad de ver la vida diferente porque también pasé por lo que pasé. Y ya no me doy palo. Ya no me doy palo, gente. No me doy palo. No me doy palo por el pelo que perdí. No me doy palo por lo que fui. No me doy palo por mis errores. No me doy palo porque todo eso me llevó a estar aquí hoy. Frente a ti, contándote esta historia. Y con tantos sueños por cumplir. Y el pelo mío no es el pelo de antes. Y te puedo contar algo. Yo que decía que, ay, ojalá, yo algún día trabaje con Netflix, pero no puedo trabajar con Netflix porque, ajá, mi pelo. Trabajé con Netflix. Fui y estuve en la alfombra roja y entrevisté a una cantidad de gente y estuve con Sofía Vergara y yo decía, wow. Y trabajé con Netflix. Increíble. Y nada de lo que yo pensaba, nada de las cosas que yo pensaba que eran imposibles para mí era verdad y hoy en día por ende cuando tú dices cuáles son las metas nada es imposible vamos a ver a dónde llegamos te aviso en 10 años me encanta que hagas mensajes divinos e inspiradores que conectan con la gente pero me encantaría para finalizar un mensaje tuyo para ti, que hablas mucho para los demás, das mensajes inspiradores, compartes un mensaje de aliento que yo estoy segura va a tocar corazones, y ya los está tocando, pero ¿cuál es ese mensaje que te dices a ti, a la Marcela de hoy? A la Marcela de hoy, que nunca des nada por sentado, yo hablo mucho de eso, nunca des nada por sentado, a veces se me olvida, ¿sabes? Porque hay días que uno cree como que, ay, porque es normal, que uno esté mirando para el lado y, ay, hay otra persona que está haciendo, Es normal que uno esté mirando para el lado y hay otra persona que está haciendo. Claro. Marcela, o sea, mírate, mira lo que has logrado. De dónde vienes y a dónde vas. No des nada por sentado. Por eso de verdad que el mensaje más bonito que yo tengo para darme a mí es que estoy orgullosa de mí. De orgullosa de la mujer que soy. De orgullosa de la mujer que ha logrado las cosas que ha logrado. A mí a veces me dicen como, no, es que tú lo tuviste todo y a ti te lo han dado todo. Es verdad, yo fui una mujer muy privilegiada, yo vengo de una familia muy unida y he tenido privilegios. Pero a mí el cariño de la gente no se compra. Yo esto lo he construido y todo esto ha sido por un propósito más grande. Entonces, nada, yo en verdad a la Marcela de hoy le digo, estoy orgullosa de ti y nunca des nada por sentado. Cuando se te olvide, mira para atrás todo lo que has logrado, todo lo que has enfrentado y dónde estás. Y si hoy estás viviendo esto, o sea, este es el gran sueño de tu vida, imagínate todo lo que puedes conseguir más adelante. Te desdivinas con ese pelo. Gracias, me siento divina, que es lo más importante. Pero, ¿sabes algo? Yo me siento divina con mis pelucas, me siento divina con el pelo así, me siento divina de verdad. O sea, yo, fue como si yo hubiera cogido el espejo y antes hubiera estado como empañado. Sí. Y lo hubiera hecho así. Yo hoy en día me siento divina y tengo 33, no soy tan joven o sea, no soy como a los 23 y no tengo muchas cosas que antes tenía y tengo otras cosas nuevas que antes no tenía pero me siento más divina que nunca porque literalmente me siento y eso que yo siento lo proyecto y me gusta estar rodeada de gente que es así como yo nadie tiene que... Mira, la belleza es lo más subjetivo de la vida. Yo hoy, veniendo para acá, Sergio se volteó y me dice que, mi amor, hoy te ves divina con el pelo así. Y decía, gracias. Y antes yo pensaba como que nunca me van a ver bien con este pelo así. O sea, no sé. La verdad, estoy tan emocionada que estoy dando vueltas y hablando y hablando porque la verdad yo no me creo esto en mi vida, o sea, yo creo yo a veces estoy como ayer y me pellizco Dios mío, me salió un pelo e hice una empresa alrededor de eso y me sané y no, estuve tirada en un inodoro 200 mil años y no fui esa mujer toda la vida y como que eché para adelante y hoy tengo a un mundo de gente que le importa lo que tengo para decir, que cosas tan impresionantes, que impresionantes que esto es a mi vida y aunque me lo traje, le doy muchas gracias a Dios porque me ha dado la fortaleza en todos los momentos que lo necesite para seguir hacia adelante Marce, gracias. Gracias también por tu pelo, porque él hace parte de tu historia, cuenta tu historia. Gracias por ese mensaje inspirador y te auguro muchos éxitos con esa empresa, pero sobre todo con ese corazón, que es lo más importante, porque nos dejaste clarísimo ese mensaje. Todo esto se va, incluido la empresa, incluido el dinero, incluido todo lo que has construido, pero lo que realmente queda y permanece es eso que hay en ti y te ves muy guapa, muy bella, que sigas brillando y que sigas conquistando todos esos sueños que hay ahí en ese corazón. Gracias, Tati. Yo sabía que iba a terminar llorando. No quería, pero ahí estamos, ahí estás, dando tu primera entrevista, con tu pelo nuevo, te felicito, lo has logrado, me siento muy feliz, esto es Vos Podés, el podcast. Soy Tatiana Franco, y esto es Vos Podés, el podcast. Vos Podés, el podcast. Vos Podés, el podcast.