Jaime Garzon, asesinado hace 25 años, ahora es contado y dibujado por su hermano Alfredo.

Jaime Garzon, asesinado hace 25 años, ahora es contado y dibujado por su hermano Alfredo.

13 de ago de 2024

El capítulo aborda el impactante asesinato del periodista y humorista colombiano Jaime Garzón, ocurrido hace 25 años, y la reciente publicación de una novela gráfica que relata la historia de su vida y su injusta muerte. Se esboza el contexto social y político de Colombia durante los años 90 y se exploran los esfuerzos por mantener viva su memoria.

Capítulos

Un crimen que marcó a Colombia

El episodio inicia relatando el asesinato de Jaime Garzón, cómico y periodista que se hizo famoso por su agudo sentido del humor y su crítica social. A pesar de su gran popularidad y respeto que ganó entre los colombianos, fue víctima de un atentado por parte de sicarios en 1999, lo que conmocionó al país entero.

Jaime Garzón: su legado y su lucha

Jaime Garzón fue una figura multifacética: abogado, periodista, político y defensor de la paz. Se destacó por su trabajo en la televisión, donde interpretó varios personajes satíricos que criticaban la política y la sociedad colombiana.

Investigación y justicia postergada

Desde su asesinato, la justicia ha tardado en obtener resultados concluyentes. La captura y condena de algunos implicados ha sido un proceso largo y dilatado, exponiendo las complicidades entre paramilitares y algunos militares corruptos de la época.

La novela gráfica como homenaje

Alfredo Garzón, hermano de Jaime, decidió crear una novela gráfica en homenaje a su vida y obra. Junto a Verónica Ochoa, la obra busca no solo narrar los hechos sino rendir tributo a las ideas y valores de su hermano.

Recuerdos y reflexiones de una época convulsa

A través de la novela gráfica, se exploran temas históricos y personales desde una perspectiva íntima, reflejando las luchas sociales de los 90 y el impacto que tuvieron figuras como Jaime en la sociedad.

Justicia poética y memoria

El proyecto también se convirtió en una forma de sanación y justicia poética, para continuar con el legado de Jaime y resignificar su historia de lucha por los derechos humanos y la paz en el país.

Conclusión

La presentación del libro 'Garzón, el duelo imposible', marca un esfuerzo significativo para honrar a Jaime Garzón y otros líderes sociales que, como él, buscaron cambiar las injusticias en Colombia. Estas iniciativas culturales no solo perpetúan la memoria de quienes lucharon por un país mejor, sino que también inspiran a nuevas generaciones a seguir sus pasos.

Menciones

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               Si escuchas esto en tu Rolls Royce, entonces el plan de taxa de Donald Trump es para ti. ¡Estás rica como la mierda! ¿Nos vamos a dar un tax cut? Pero para todos los demás, hay el plan de Kamala Harris. En mi plan, más de 100 millones de americanos tendrán un tax cut. Porque ese chico en el Ferrari no necesita otro descanso. Pero Kamala Harris sabe que seguro que podrías usar uno. Pagado por FFPAC, FFPAC.org. No autorizado por ningún candidato o comité de candidatos. El 13 de agosto de 1999, es decir, hace 25 años, faltando 13 minutos para las 6 de la mañana de ese día, dos sicarios en una moto asesinaron a mi amigo Jaime Garzón. Dos sicarios silenciaron la risa y amordazaron la palabra. Jaime Garzón fue asesinado esta mañana. Muerta la inteligencia, acribillado el talento. No podemos decir buenas tardes. Nuestro amigo y colega Jaime Garzón fue vilmente asesinado esta madrugada cerca al recinto... Jaime se murió sin saber cuánto lo quería Colombia. Nunca se imaginó lo profundo que habían marcado a nuestros corazones sus personajes, su humor inteligente y su compromiso. Les tendremos las mejores entrevistas de Heriberto de la calle. Y hasta aquí los deportes. País de mierda. Así fue como empezó pintando su muerte, que tanto nos dolió, su hermano Alfredo Garzón, quien es un reconocidísimo dibujante y caricaturista, que incluso todavía tiene los cartones de Garzón en El Espectador. El libro es una novela gráfica de 560 páginas en donde su hermano Alfredo Garzón relata la historia de todo lo que vivió con su hermano Jaime Garzón. los que hemos perdido seres queridos entendemos y comprendemos que es el de cerrar una herida, una herida profunda que siempre deja el peso de la impunidad. Han pasado 25 años de su muerte y han sido muy pocas las condenas que se han logrado. Por el lado de los paramilitares, la justicia dictaminó que Carlos Castaño Gil, que ya no vive, había ordenado el asesinato de Jaime Garzón y que quienes habían disparado habían sido dos sicarios miembros de la banda La Terraza, miembros de la banda La Terraza, a quienes nunca se pudo capturar porque fueron ajusticiados por los propios paramilitares para no dejar rastros. Tuvieron que pasar muchos más años para que un civil, que en ese momento era el ideólogo de los militares, fuera condenado a 26 años de prisión por el asesinato de jaime garzón el ex jefe del das josé miguel narváez la corte suprema de justicia dejó en firme la condena a 26 años de cárcel impuesta al ex subdirector del das josé miguel narváez por el crimen del periodista y humorista jaime garzón perpetrado el 13 de agosto de 1999. Narváez interpuso un recurso para que se revisara su sentencia. Sin embargo, la Corte consideró que no reunía todos los requisitos para revisar su caso. El único militar que ha sido condenado por el homicidio de Jaime Garzón es el coronel Jorge Eliezer Plaza Acevedo, quien estuvo preso hasta que en el 2019 su caso pasó a la JEP. El otro militar vinculado, pero cuya investigación nada que prospera, es el general Ritualejo del Río, excomandante de la Brigada 13 del Ejército, quien fue además condenado a 25 años de cárcel, pero por el homicidio del líder chocuano Marino López. A falta de justicia, muchas víctimas nos ha tocado hacer lo que hizo Alfredo Garzón, que es empezar quitando capas de una cebolla hasta llegar a lo más profundo y poder saber qué pasó y hacer el duelo. Por eso este libro, que repito no es libro sino una novela gráfica, se llama Garzón, el duelo imposible, y se va a presentar hoy, 13 de agosto, en el Centro Nacional de las Artes, con el propósito de honrar la memoria de Jaime Garzón, 25 años después de su muerte. ¿Y quién era Jaime Garzón? Pues Jaime Garzón era todo. Fue periodista, fue abogado, defensor de la Constitución del 91, se metió a la política, fue alcalde de Sumapaz, en la alcaldía de Andrés Pastrana. Un político al que Jaime Garzón acompañó, a pesar de que era conservador, y él, Jaime Garzón, de izquierda. Luego está el Jaime que nos hizo reír, interpretando personajes en esa serie inolvidable de Cuac, donde creó estampas de la sociedad colombiana, como Godofredo Cínico Caspa, un representante de la ultragodarria, o como el estudiante de la nacional, el compañero Lenin, que agitaba las masas. Después creó un personaje que fue, yo creo, de sus mejores logros, Heriberto de la Calle, un embolador, que le embolaba los zapatos a los grandes dueños del poder. A ver, a ver. Bueno. Oiga, doctor Don Pastrana, a ver si no se confunde y se cree una estrella de la tradición con toda esta gobernada. Oiga, doctor Don Pastrana, pues ya ve si no se confunde y se cree una estrella de la televisión con toda esta gobernada. Oiga, doctor Don Pastrana, ¿a usted no le da miedo que esta campaña también se le derrumbe como el relleño de Ollajuana y como el puente de la 93? Oiga, el único que se cayó en mi campaña, en mi alcaldía, ¿sabe quién fue? ¿Quién? El alcalde menor de Sumapaz, el único que me tocó destituir a mí hoy. ¿Qué? Fuimos pocos los que conocimos al Jaime que era serio, porque a veces se ponía serio, y al que sintió que la muerte se le acercaba. Porque ni los paramilitares ni los militares habían entendido su labor humanitaria que desarrolló llevando y trayendo cartas de familiares que tenían a sus hermanos, maridos o hijos secuestrados por las FARC. últimos días antes de su muerte, Jaime a un subversivo. Hoy estamos con Alfredo Garzón y Verónica Ochoa, quien es la editora del libro. Ella es literata de la Universidad de los Andes, paisa, y magíster en teatro y artes vivas de la Universidad Nacional. Ambos, Alfredo y Verónica, fundaron la asociación Rotundo Vagabundo, que es como se llama la editorial. Bienvenido Alfredo Garzón. Hace mucho que no lo veía. ¿Cómo comenzó esta aventura, esta novela gráfica, que tiene 560 páginas en las que hay miles de caricaturas? ¿Por qué decidió comenzar por la muerte de Jaime y recordar lo que sucedió el 13 de agosto de 1999, hace ya 25 años? María Jimena, este es un deseo que nació hace mucho tiempo, probablemente hace también 25 años, y que tiene que ver con que yo quería hacer algo con mi oficio de dibujante y con el tema de Jaime y con el duelo por Jaime quería procesar el dolor infinito que nos causó y nos causa la desaparición violenta de Jaime y que continúa causando dolor, pero que también ha sido motivo de mucha alegría. Yo me di cuenta que en este proceso de elaboración de la novela gráfica que Jaime siguió teniendo en mi vida una presencia diaria y que hacer el duelo para mí no significaba aceptar y pasar la página y continuar la vida, sino que significaba escuchar a Jaime, significaba escuchar a nuestros muertos, porque nos pueden iluminar el camino hacia adelante, como ha sucedido con él. Que en todos estos años, asistiendo a las conmemoraciones en las regiones, en Armenia, en Villavicencio, me encuentro con jóvenes inspirados por él, que han realizado obras, que han formado grupos. Hay colegios con el nombre de él, hay universidades que tienen cátedra Jaime Garzón, hay lugares que tienen su nombre calles, parques, etc y él sigue siendo una fuerza en una dirección que a mí me gusta que es un país más justo, más igualitario una mejor democracia porque Jaime era en últimas un demócrata, y allí nace la obra, en ese anhelo de hace muchos años. También está con nosotros Verónica Ochoa, la editora del libro. Ella conoció a Alfredo hace ya varios años precisamente por Jaime Garzón, porque ella había hecho una obra de teatro que recordaba a Jaime Garzón y que honraba su memoria. Ese encuentro fue el inicio de una historia de amor que ya produjo su primer retoño, este libro. Verónica, ¿cómo llegó usted a Jaime Garzón? Jaime llegó a mí porque, bueno, yo crecí un poco con él. Yo era muy joven, pero yo podía ver el efecto que Jaime tenía en los adultos que me rodeaban y como la felicidad y un poco como el, como eso que hacía Jaime que le decía a los poderosos en la cara lo que toda Colombia les quería decir, entonces eso generaba como un júbilo en esos adultos que me rodeaban. Luego ya pues digamos en los tiempos de Heriberto pues yo ya era una universitaria y vivía en la Macarena de hecho me vine a estudiar a Bogotá exactamente y pues la verdad es que digamos todo lo que Jaime representaba significaba para mí como que había una posibilidad, había una esperanza, ¿no? Y una vez él fue asesinado, un poco, siempre que este país me rompía el corazón, que era día por medio más o menos, yo volví a la conferencia de Cali de Jaime, como una práctica, como un ejercicio de no dejar de caer la esperanza y de tener una mirada amplia, Heidi Abderhalden, que era mi tutora, me habló del corruptur. El corruptur era un formato que se había creado en la República Checa, que era una cosa muy sencilla, que consistía en contar un caso de corrupción itinerando por la ciudad y hablando de eso. Y me encantó un poco como el subtítulo del corruptur, que era queremos vivir honestamente de la deshonestidad estatal. Y yo dije, eso es lo que yo quiero hacer en mi vida. Entonces empecé a fraguar el propio corruptur colombiano y fue muy fácil llegar a Jaime porque yo me hice la pregunta, bueno, ¿cuál es un tema del que yo nunca jamás me cansaría? Y ese tema era Jaime Garzón, entonces el corruptur estaba centrado en su caso, o sea que nosotros tomábamos ese bus e íbamos a visitar a los autores materiales, a los intelectuales y a los ideológicos del crimen. Entonces pasábamos por el Cantón Norte, por el Club El Nogal y terminábamos en el Antiguo Daz, que para esa época ya no existía, el de él el de dibujar y pues claro, la cosa más obvia era que de ahí iba a salir una novela gráfica, entonces así fue que nos montamos en el bus, literal. Alfredo y entonces, ¿cuál fue su idea de contar desde la visión del hermano, que no es fácil, con ese dolor que uno tiene y que encarna la impunidad en Colombia, porque hay que decir que usted comenzó esta historia teniendo en cuenta que todavía el crimen de Jaime sigue en gran parte impune. ¿Por qué no nos explica si eso pesó en la decisión? Sí, claro que sí. Originalmente mi idea era hacer casi que una novela policiaca, pues basado en los contenidos del expediente, en donde hay toda clase de aventuras, de acción, de coroneles del ejército recibiendo a los sicarios en la brigada, después de camiones recogiendo la moto que acaba de asesinar a Jaime Garzón y llevándola de nuevo a la brigada, desde el DAS de Antioquia, bueno, había una cantidad de historias de cómo opera ese crimen organizado contra defensores de derechos humanos, contra periodistas, y esa fue como mi idea inicial. Pero luego fue evolucionando y yo me di cuenta que lo que empezó a suceder es que recordar a Jaime, recordar la infancia juntos, recordar la juventud juntos, todo lo que nos formó y nos hizo militantes de izquierda, soñadores de un país diferente. Era un encuentro no solamente con él, sino conmigo y con otros, con otros líderes que también fueron amigos, que también fueron asesinados. el libro o la idea por lo menos tomó otro rumbo y luego en el encuentro con Verónica que había hecho esta obra el proceso comenzó con unas conversaciones extensas que nos hicieron inicialmente nos hicieron abordar unas reflexiones sobre la muerte, por ejemplo. Entonces me doy cuenta yo que yo me enteré de que la vida humana se terminaba cuando se murió mi papá. Y yo tenía, iba a cumplir nueve años. Y entonces hacemos una reflexión acerca de la muerte, acerca de la muerte de mi papá, de lo que significó. Su papá muere muy joven, ¿no? Sí, muere de 38 años. De acuerdo. Y quedaron con su mamá, que era una mujer muy especial. Sí, una mujer muy especial que fue. Una influencia enorme en todos nosotros y en Jaime también, claro. Alfredo, ¿por qué comienza usted esta novela gráfica en el sepelio de Jaime Garzón, que fue apoteósico. Bogotá llena de gente y el cementerio central a reventar. La gente lloraba. Usted, Alfredo Garzón, decide comenzar esta novela gráfica ahí en ese momento, en ese sepelio. ¿Por qué? El libro realmente comienza con el asesinato de Jaime y luego con el desmoronamiento mío y el desmoronamiento, digamos, del sentido total. Un momento tremendo y luego esta reflexión sobre la muerte. Entonces, esas conversaciones, decía, después se convirtieron en unos textos que escribió Verónica y que comenzábamos a trabajar, a comentar y que luego fueron el guión de la novela y luego bocetos, muchísimos bocetos porque el libro tiene más de tres mil ilustraciones finalizadas o sea que podemos estar hablando fácilmente de nueve mil dibujos, es un trabajo enorme. Y empezó a formarse este libro que yo considero que desde el punto de vista biográfico y de una reflexión acerca de este país, del duelo colectivo por Jaime y por todos los líderes sociales, es muy profundo y es muy serio y es muy bello además. Además, es un recuento de esas muertes que se fueron produciendo en esa Colombia de los 90 y que el propio Jaime había registrado, como por ejemplo el asesinato de Eduardo Umaña Mendoza, un abogado defensor de los derechos humanos, hecho aquí en Bogotá, en su edificio donde vivía. hecho aquí en Bogotá, en su edificio donde vivía. Tuve el asesinato de Mario Calderón y Elsa Alvarado, sucedido en mayo de 1997. Una pareja que estaba peleando por la defensa del páramo de Sumapaz y que formaba parte del equipo de investigadores del CINEP. En el 2021, es decir, muchos años después de la muerte de Jaime, se descubrió que tanto los asesinos de Eduardo Umaña Mendoza como los de Mario Calderón y Elsa Alvarado habían sido asesinados por la misma banda de la terraza. Ese modus operandi lo describe muy bien esta novela gráfica de Alfredo Garzón y Verónica Ochoa. Alfredo, usted también fue investigador del CINEP y hay que decirle a ustedes dos, eran y son de izquierda ¿qué sintió cuando estaba pintando este modus operandi con el que se mató a tanta gente en la década del 90? Asesinan a Mario, ecolog y a Elsa su esposa comunicadora ambos también trabajaban en el CINEP los mismos asesinos que asesinaron a Jaime en los expedientes está igual la terraza, don Berna toda esa misma cadena igual pasó con Eduardo Maña y con Jesús María Valle. Entonces, por eso nosotros en el libro, que no se quiere centrar en los victimarios, sino en las vidas de estos líderes y en sus ideas, nosotros les rendimos como un homenaje a sus ideas, a sus acciones, porque eso es, digamos, lo que ilumina. Y cuando usted dice que fue el mismo engranaje malevo que hizo esos asesinatos, ¿cuál era ese engranaje? Pues mira, la fiscal 13 que tuvo el caso de Jaime mucho tiempo y con la cual yo tuve alguna cercanía un día me cuenta que había declarado el asesinato de Jaime como de lesa humanidad al leer el expediente de Eduardo Umaña y darse cuenta que eran los mismos asesinos y que esto hacía parte de una operación digamos contra defensores de derechos humanos, periodistas. Entonces, ¿cuál es ese entramado? Los autores materiales son criminales de poca monta, en este caso los de la terraza, que fueron todos asesinados. Por la misma justicia de ellos para militar. Sí, exactamente. Es que desde Gaitán para acá, el mecanismo de tener unos sicarios que van a asesinar a los sicarios está en funcionamiento y de esa manera empezar a garantizar la impunidad. Y así sucedió en este caso, los de la terraza alcanzaron a llegar a la antigua revista semana y fueron portada y me acuerdo que la portada dice nosotros asesinamos a Jaime Garzón porque empezaron a asesinarlos a todos entonces los que quedaban fueron a tratar de salvarse pero no lo lograron y luego sigue Don Berna, y hacia arriba pues Carlos Castaño, la conexión Narváez con el ejército, en este caso Ritualejo del Río, Jorge Plaza Sasevedo, Santoyo también, y en la desviación de la investigación, en Miros Rojas, cuando dirigía el DAS de Antioquia, y 10 agentes con nombre propio, todos ellos andan campantes por la calle y no se ha hecho absolutamente nada. Cuando fracasó el primer proceso penal, en el 2004-2005, se ordenó la investigación de la desviación de la investigación no ha pasado absolutamente nada entonces un poco nosotros al darnos cuenta de que ahí no hay justicia decidimos como decía Verónica darle una justicia poética a Jaime y este es nuestro regalo que es más bien al revés, es un regalo de él a nosotros porque nosotros continuamos, digamos, en este plano y los jóvenes que se han sentido inspirados por él continúan actuando. Cuando estábamos en la novela narrando el paro cívico del 77 y nuestra participación en ese paro, la participación mía y de Jaime en ese paro, sucede el estallido social. Y entonces lo integramos a la novela y empezamos a narrarlo. ¿Por qué? Porque apareció la figura de Jaime de una manera increíble. Hemos hablado de su padre, pero no hemos hablado de su madre, Doña Ana, que sé, pues por el propio Jaime, que tuvo una influencia profunda en todo lo que hizo, Garzón, y me imagino que en usted también. Mi mamá era una enfermera de una familia de Onda Tolima, una familia numerosa, que muy joven se fue para Barranquilla a trabajar como enfermera y luego en Bogotá y trabajó en la clínica Palermo, en la Marley, donde nacimos todos nosotros, en la Central, que fue estas calles de Bogotá, del centro de Bogotá, en dónde habían sucedido estas cosas y qué significado tenían. y ese fue la casa donde nosotros crecimos, una casa donde toda la vida llegó el espectador y donde ella tempranísimo marcaba, le ponía unas marcas al periódico y cuando uno cogía el periódico más tarde, pues claro, iba donde estaban esos señalamientos escritos por ella, y el periódico y la casa y ese ambiente en donde era bienvenida la crítica. En la soledad, era su casa. Fue el sitio donde nosotros crecimos, donde estaba bien ser crítico, donde se leía la prensa, donde los que estaban ahí se mantenían informados. Ella no era de izquierda, pero ustedes sí. Usted tiene una hermana. Y tres hermanos. Y tres hermanos, ¿no? Sí. ¿La mayoría de izquierda? La hermana, pues, es monja. Sí, Marisol Leff estuvo en la comunidad de las Hermanas de la Paz, precisamente, donde nosotros estudiamos por 10 años. Ya no lo es, y es la persona, digamos, que se ha encargado de mantener la memoria y la vigencia de Jaime después, durante todos estos años, lo ha hecho de una manera increíble, y todos estamos muy agradecidos con ella por esa labor. Yo vivía por fuera en esa época y pues no tenía la posibilidad de esa presencia. Y mi hermano mayor vive en Arizona desde hace muchos años, es profesor universitario. Bueno, todo esto está en el libro. Lo que también me gustaría saber es por qué ustedes decidieron ponerle a su editorial que publica esta novela, esta novelaón, el rotundo vagabundo, que era una manera de mamarle gallo a la política y de también acercar a gente que era amiga de él para que todos nos conociéramos. Me imagino que esa fue la razón, ¿no es verdad, Alfredo? Por el grupo que formó Jaime, que se llamaba Rotundo Vagabundo, que formó Jaime, que se llamaba Rotundo Vagabundo, al cual yo en alguna ocasión, en alguna visita, pues visité y conocí a algunos de los personajes que eran parte del Rotundo Vagabundo y sobre todo por la historia de fondo que hay en el Rotundo Vagabundo, que la contamos en la novela también, que es el hecho de, que es la historia de no servir para nada, que es, bueno, en el libro contamos bien en qué consiste eso, pero es no servirle, digamos, a este sistema que en últimas termina frustrándolo a uno y no dejándolo vivir, etcétera, sino dedicarse, digamos, a lo que le gusta, a lo que lo apasiona, al juego, a crear. Y por eso le pusimos el rotundo vagabundo, por ese grupo. ¿Qué sensación tienen ya, una vez terminada, cómo fue esa sensación? Después de 500 páginas de ilustración tras ilustración, de investigación, de mirar, ¿cómo quedan? ¿Cuál es el resultado final desde sus almas, digámoslo así si se puede decir hay una yo pensaba en eso esta mañana un poco nosotros apenas estamos haciendo distancia digamos de haber finalizado esta obra entonces es que es impresionante hay que decir aquí que esta obra cuando nosotros nos dimos cuenta de la magnitud de lo que queríamos hacer, pues formamos un equipo. Y en ese equipo está Laura Nepta, investigadora y, bueno, una persona increíble sin la cual yo creo esto no hubiera sido posible. Felipe Rivera, que es diseñador y colorista, y Adelaida Pardo, digamos, en el grupo en donde creamos y en donde decidíamos, bueno, cómo vamos a contar esta parte del guión, cómo la vamos a convertir en imágenes y en donde se recogían todas las referencias del cine, de la literatura, etc. Y en el grupo de dibujantes, pues un maestro absoluto, Álvaro Duarte, Sergio Palacio, Lucía Duarte, Alejandro Guarín y Daniel Martín. Ellos hicieron parte fundamental de este equipo y sin ellos obviamente no hubiera sido posible llegar hasta este momento. Yo siento que nosotros ahora vamos como a presenciar un poco la alquimia de esta obra, ¿no? Y es cuando el público, el lector se encuentre con ella y ahí vamos a entender un poco qué fue lo que hicimos, en qué estuvimos trabajando, cuál es la conversación pública o las conversaciones públicas que se van a poner sobre la mesa que va a reverberar que va a revelar en la gente, nosotros tenemos mucho deseo de llevar esta obra a los territorios y sobre todo a los territorios en donde estos líderes que nosotros aquí invocamos la misma asociación de trabajadores y campesinos del Carare que tiene también varias páginas en esta novela. Eso también me impresiona, quería hacerle esa, porque bueno, yo tengo mucho que ver también con eso, porque ese es un proyecto que estábamos haciendo con Silvia, Por razones que todo terminó patas arriba, ella terminó haciendo ese proyecto y ella fue asesinada junto con los líderes. Sí, cómo no. Alfredo la conocía y ustedes hacen una referencia a ese caso que sucedió siete u ocho años antes de la muerte de Jaime. ¿Por qué hacen esa reflexión sobre eso también? Pues, bueno, yo era amigo de Silvia en Bogotá y en una ocasión en que ella visitó Nueva York con Salomón nos encontramos y en la novela narramos ese encuentro y aprovechamos para hablar del proyecto de los campesinos y por qué hablamos de eso porque con Jaime durante mucho tiempo estuvimos pensando, bueno, en qué consiste esto de pensar un país diferente, cómo es que eso se materializa y iba uno a ver lo que querían los campesinos la asociación de campesinos trabajadores y lo que querían era una utopía tan sencilla que uno se queda aterrado de que hayan sido asesinados por eso y de que como país no hayamos sido capaces de llegar a una sociedad así, tan sencilla, tan solidaria, tan con oportunidades para todos, etc. esa conversación con Silvia y luego lo que sucedió con ellos y pues narramos y fue un momento durísimo decidir cómo vamos a contar esto tan doloroso. Lo que fue pasando en el transcurso de la escritura de la novela María Jimena es que nosotros también entendimos que debíamos desplazar un poco como el lugar de enunciación o el lugar donde estamos poniendo nuestra narración, porque sentimos que hemos sido un país que ha insistido en contar esta historia a partir de la figura de los verdugos. Y que estas personas que fueron eliminadas, estas potencias vitales, son como unos figurantes en este relato que los grandes medios han querido configurar. Y esta novela es un no más, no más. Realmente son estos líderes quienes tenían las claves para transformar realidades, para transformar comunidades, para transformar territorios. para transformar comunidades, para transformar territorios, entonces la decisión de evocarlos y un poco de sostenernos en sus propias obras e ideas fue pues como nuestro anhelo, un cambio narrativo puntual y que hiciera justamente justicia, entonces claro nuestro anhelo con la novela es llevar esta novela a esos lugares donde estos líderes pusieron su energía vital, dejaron un legado, por que los asesinos que tienen series de televisión, que tienen todos los libros del mundo, que tienen todo el foco y que tienen toda la hinchada y la fanaticada, pues realmente los queremos ya eliminar del relato, porque no construyen, sino que destruyen y nos llenan de desesperanza, de miedo y de no futuro. Este libro se va a presentar hoy en el Centro Nacional de las Artes y se va a poder comprar a través de un distribuidor que se llama el colectivo Huracán, que se dedica a ayudar precisamente a editoriales independientes como esta de rotundo vagabundo para que estos libros y en este caso esta novela gráfica pues llegue a las librerías no solamente de bogotá sino de mellín cali bucaramanga y pasto en donde también se va a poder comprar a través de la plataforma Busca Libre. Lo hermoso de todo este proyecto, así sea doloroso y haya sido parte de un duelo que se tiene que atravesar, es que al contar la historia de Jaime Garzón, de su asesinato, de su impunidad, pues está también honrando la memoria de tantos otros crímenes que están en las mismas. Ojalá este libro sirva para mitigar ese dolor de las víctimas que todavía viven en la impunidad en Colombia. Esto es A Fondo. Mi nombre es María Jimena Duzán. Producción general, Juan Diego Barrera. Gestora de audiencias, Beatriz Acevedo. Postproducción de audio, Daniel Chávez Mora. Música original, del maestro Oscar Acevedo. Nos pueden escuchar también en mi canal de YouTube. Gracias por escuchar. Soy María Jimena Dussal