
En este episodio de Tercera Vuelta, Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero analizan cómo la política en Colombia se ha convertido en un espectáculo diario lleno de escándalos y dramatismo, contribuyendo a una cultura adicta al constante flujo de noticias y al entretenimiento mediático.
Capítulos
El drama constante de la política
Gaviria y Silva observan cómo los constantes escándalos políticos generan un ciclo interminable de noticias que lleva al público a sentirse alerta y ansioso por estar siempre informado. Discuten cómo esta vorágine de información puede llevar a un adormecimiento de los estándares y la normalización de situaciones que antes serían impensables.
Democracia como entretenimiento
La conversación gira hacia la idea de que la política se ha convertido en un espectáculo que busca alimentar la demanda pública de drama y escándalos. La falta de resolución de los problemas se percibe más como una telenovela interminable que como un proceso político eficaz.
Impacto en la percepción de la realidad
Se debate sobre cómo esta constante exposición a los escándalos políticos afecta la perspectiva del público, que puede considerar que algo grave está pasando siempre, aunque en última instancia se trate de una serie de situaciones que no cambian substancialmente. Esto contrasta con épocas pasadas donde los eventos significativos eran menos frecuentes y mejor desarrollados.
Propuestas para escapar del ciclo de drama
Finalmente, se sugiere la desconexión consciente como una forma de recobrar equilibrio, así como el retorno a la ficción y a narrativas más significativas para contrarrestar los efectos de la saturación mediática política.
Conclusión
La saturación de drama en la política termina erosionando la capacidad de discernimiento y juicio del público, creando una demanda perpetua de distracción y entretenimiento que distrae de importantes cuestiones de gobierno. Gaviria y Silva concluyen que es crucial reconocer el valor de la desconexión y la búsqueda de narrativas más genuinas fuera del ámbito político.
Menciones
- (Persona) Alejandro Gaviria
- (Persona) Ricardo Silva Romero
- (Persona) Juan Diego Quesada
- (Persona) Gustavo Petro
- (Persona) Donald Trump
- (Org) El Locutorio
- (Persona) Mario Vargas Llosa
- (Persona) Julio Sánchez Cristo
- (Persona) Carlos Lleras Restrepo
- (Persona) Daniel Galán
- (Persona) Márquez
- (Persona) Jorge Luis Borges
- (Persona) Julio Sánchez Cristo
- (Evento) Gobierno de Gustavo Petro
- (Evento) Consejo de Ministros de Colombia
Ryan Seacrest aquí. y vivan la vida de Chumba. y ahora pues fabricado por los propios líderes que eso es una cosa que no pasaba una de las críticas y los comentarios que yo más oigo también con todo lo que está pasando es que también la gente dice un escándalo otro escándalo y el escándalo y no pasa nada no pasa nada quiere decir no tiene consecuencias pero es que esa es la historia todo esto está hecho no sé por quién o así se está dando para que no pase Sí, uno va bajando sus estándares y le va apareciendo como normal una cantidad de cosas que no lo son. Pero uno no puede dejar que la política le quite el lugar a la ficción. Tercera Vuelta, el podcast con Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero Un podcast de El Locutorio arroba ellocutoriodc Hola Ricardo Hola Alejandro Tercera Vuelta tiene una segunda vuelta y es cuando empezamos a hablar del tema. Sí. Y hoy coincidimos que habíamos leído un pedazo de noticias sobre las noticias que nos llamó la atención. En las últimas 24 horas, yo no sé cuándo habrá tuiteado esto, Juan Diego Quesada, que es el corresponsal para la región andina del país de España, es un reportero muy bueno, tuiteó esto. en 2025. Ni una. Sigo España y no es así ni de lejos. Ni Ecuador, ni Perú. Hasta en Venezuela hay épocas en las que no pasa nada. Aquí con Petro pasa de todo, todo el tiempo. Solo se le mide Trump, he dicho. Dice él, ¿no? Parece interesante, Ricardo, porque es verdad. Hay una especie de drama de todos los días. Incluso me pasa lo siguiente. Voy a una comida y Parece interesante, Ricardo, porque es verdad. Sí, a mí también me pareció muy... Hay una especie de drama de todos los días. Incluso me pasa lo siguiente, voy a una comida y dejo de ver las redes sociales o de mirar la noticia, es como si me estuviera perdiendo algo. Y uno habla con alguien y dice, ¿qué ha pasado? Sí, uno siente que estamos como acuartelados, como que estamos en estado de alerta, que todo tiene que... que mientras uno no está mirando, está cayéndose el mundo. Esta idea extraña de que todos los días tiene que pasar algo. Todos los días tiene que pasar algo. Creo que nos acostumbraron a eso y creo que es muy propio de esta época, de este gobierno sobre todo. Quiero, Ricardo, decir que en esta drama de todos los días hay como varios dimensiones y varias agentes. Primero los medios de comunicación. Ellos más que nadie están acostumbrados y creo que están felices. Es como la época de los periodistas porque Sí. Porque ellos disfrutan el drama. Viven de eso de alguna manera. Lo alimentan. Cierto. Los funcionarios están metidos en el drama todo el tiempo. Pero también nosotros, el público. Hay una oferta de escándalos que vimos por ahí. Sí, impresionante. Pero de una demanda. Es como si quisiéramos el escándalo. Nos hace falta. Impresionante, sí. Sí, hay muchas cosas apasionantes en este tema. Y es, por un lado, la vocación al drama es una vocación humana que una vez uno se da cuenta que el tiempo es irreversible, entonces toca capturarlo y toca tratar de encontrar historias interesantes y de registrarlo todo y eso pues está como en la base de todas las culturas pero en esta época que es un bombardeo de plataformas de los libros aumentan las películas aumentan las series aument... En las plataformas se habla de contenidos más que de películas o de series. Contenidos, sí. Y lo mismo en las páginas de internet de todos los tipos, de medios, de lo que antes era la prensa, ahora también son plataformas de contenido. Y yo creo que hay un afán muy grande para... Porque el público sí lo está pidiendo todo el tiempo. Lo que me parece distinto Ricardo es que claro que nos gusta el drama pero el drama lo probé a la literatura si íbamos a cine a ver el drama teníamos un drama en nuestras vidas privadas que hacía parte que yo creo que todos si hemos estado adictos al drama cuando tenemos un problema en nuestro matrimonio por ejemplo y pasamos tiempo como que nos quedamos ahí dando vuelta porque nos gusta esa atención nos gusta pero ahora el drama viene de la vida política de lo que podríamos llamar la democracia que aumenta en su valor de entretenimiento y disminuye en su eficacia para resolver los problemas diarios. Puede ser una interpretación cínica, pero es la democracia alimentando esta demanda por escándalos que se nos está volviendo una especie de adicción. Sí, convertida realmente en drama. Cualquier proyecto político, cualquier gobierno incluso, uno le puede encontrar la estructura dramática. El giro inicial que en el gobierno de Petro fue cuando echó a los ministros liberales, y ahí empezó a girar, ahí acabó el primer acto, podría decir, y empieza un segundo acto cuya pregunta es, ¿esto sobrevivirá? ¿Esta locura sobrevivirá sin un pacto político? Y bueno, ya estamos en lo que los dramaturgos llamarían un falso final, que es el momento en que uno se responde sí o no a esa pregunta. ese ser, no, vamos a ver si este último acto que le queda aclara este drama, que fue básicamente la incapacidad de hacer política. Este año, yo me acuerdo ese domingo, cuando fue lo de los Estados Unidos y este enfrentamiento, pues creímos que ese era el fin del mundo. Totalmente. Pero ya dos o tres días después teníamos otra noticia, el Consejo de Ministros, ahora la consulta, las reformas permanentes. Ahora que decías que cuando los funcionarios están dentro del drama, yo creo que sumabas a ese drama al público, eso sí es una novedad. Antes los funcionarios sufrían el triple lo que pasaba en un gobierno y eran los que sabían que estaba pasando por dentro y los que sabían que, por ejemplo, los misiles en esos 13 días entre Estados Unidos y Rusia, los misiles en Cuba, iban a acabar el mundo y lo sabían los funcionarios en los pasillos de la Casa Blanca y en el Kremlin o donde fuera. el Kremlin o donde fuera, ahora todo el mundo sabe porque parece que las paredes no existieran. Todo el mundo sabe que el mundo se puede acabar en cualquier momento y el suspenso nos llegó a todos como funcionarios, como si fuéramos todos funcionarios o todos fuéramos público. Veo como hay alguna contradicción, Ricardo, porque decía Juan Diego Quezada que pasan cosas todos los días. Sí. Pero si uno asume la perspectiva correcta, estemos un año, vámonos un año hacia adelante en el futuro y viremos esta época, quizás nos daremos cuenta que no ha pasado nada. Que se repitió la misma noticia. Es un escándalo. En el presente observamos la vida como con una intensidad de la vida política, pero en el fondo está pasando poco es como si fuera una telenovela que le pegó, como Betty la fea, que uno ve que le pegó de pronto y entonces dicen bueno hay que alargarla un año y entonces hay una con una habilidad que uno que solo tiene ese tipo como sabe crear suspensos y alargar una cosa que ya se podría haber resuelto, prolongarla en el tiempo. Y es lo que creo que el libretista Petro de pronto intuyó esta historia no va para ninguna parte. Entonces hay que volverla a mandar a una discusión de las calles y pública y a las urnas otra vez. ¿Por qué? Porque ¿cuál es el relato finalmente del gobierno? Es obvio que el de Santos fue sobre la paz, que el de Duque terminó siendo sobre la pandemia cuando tampoco tenía así mucho relato. que terminó siendo sobre la pandemia, cuando tampoco tenía así mucho relato. Y ahora este... No, es supuestamente el cambio, pero el cambio es esto. El cambio es el drama permanente. Exacto. Había una palabra de otra época, no sé si te tocó, Ricardo. El biorritmo, ¿no? El biorritmo. No se usa, no. Es como ese biorritmo, ¿no? Claro, había una columna en las flores de Francia sobre el biorritmo. Esa vaina se aceleró, ¿no? El biorritmo, vamosa vaina se aceleró, ¿no? El biorritmo. Vamos a... No, estamos a mil. Pero del otro lado está la inercia de los asuntos humanos. Sí. Donde pues poco pasa, ¿no? Poco pasa. Uno sale al barrio y la gente está sacando al perro y ahorita está haciendo sol. Los niños llegan al colegio, se sientan en la misma silla, el profesor da la misma clase. Los colegios no dependen de nada de lo que esté pasando con el gobierno, salvo si hay una protesta y entonces los buses no pueden llegar, pero el mundo sucede mucho más allá de esta trama, de estos contenidos que son la política, se volvió contenido también. Es la civilización del espectáculo de la que habló Vargas Llosa, pero yo creo que él ni siquiera se imaginaba este nivel, esta intensidad permanente, esa contradicción entre nuestra adicción al melodrama de la política, pero en el fondo la vida transcurre por otro canal. pero en el fondo la vida transcurre por otro canal. Hubo un aparatico noventero que era muy popular, que se llamaba Los Tamagotchis, que eran unos robotcitos chiquitos que le pedían a los dueños cosas constantemente, entonces como que los alimentaran o que los bañaran, hay hoy en día aplicaciones así, el gatito que hay que bañar porque está con hambrembre como un aparato que le está pidiendo a uno todo el tiempo que lo use, que lo actúe que lo ponga a funcionar y yo creo que en eso nos hemos convertido todos, somos como una raza de tamagotchis que estamos pidiendo atención y que nos estén dando noticias y nos estén tuiteando. Y yo tengo la maña que a mí me angustia un poco de que si cojo el celular, abro las redes. Completamente. Inmediatamente. Como a ver qué está pasando. Y como tú decías, ¿qué me estoy perdiendo? Cuando, vamos a ver, a los años 70, yo creo que había noticieros de televisión solo en la noche. Las 7, después empezaron a las 7. Los 80 ya eran... Pero los 70 creo que había uno. Sí, una hora. Y eran los noticieros tranquilos, donde sí, pasaba lo del día. Después empezaron 7, 9 a mediodía. Y después con CNN y esto vinieron los canales donde había noticias permanentemente. Todo el tiempo, sí. Y ahora con las plataformas esto llegó al milisegundo, o sea, cada minuto, cada minuto. Estos días estaba viendo la cuenta de X de la revista Semana y creo que hay un tuit cada dos minutos o tres minutos. No para. Es interminable. Sí. Yo no sé si eso se llama noticias. Noticias eran eventos que iban a tener alguna significancia sobre algo. Ahora no,, ya se podía contar una historia hasta el final. Hoy en día se cuenta el comienzo de la historia, no se cuenta una historia desarrollada, que ya llegó a su resolución. Ahora está el fenómeno de la noticia en desarrollo, que lo hemos comentado otras veces, y empezamos con el titular, es como estar viendo el Word del periodista, como estar atendiendo a cómo va construyendo la historia. Mientras tanto, todo es en vivo y en directo, como los consejos de ministros y como el gobierno, que a mí me ha parecido como un colapso nervioso en vivo y en directo, como ver cómo está colapsando una cabeza y uno lo va siguiendo poco a poco, como se va perdiendo en sus propias lógicas. El último consejo de ministros, no lo vi todo, pero vi un pedacito, alcancé a ver la dialéctica maya. Ese me parece un concepto muy novedoso. Sí, del presidente, él tenía como un lápiz, el lápiz golpeaba la mesa. Entonces la explicación de la dialéctica maya tenía esos golpes enfáticos. tenía como un lápiz, el lápiz golpeaba la mesa. Sí, estaba enfático. Entonces la explicación de la dialéctica maya tenía esos golpes enfáticos. A mí me parece que es preocupante ese momento. Ese momento es maravilloso porque hay un momento que, yo no sé si la frase entera, si es pegarse como un moco y volar como un águila. Sí. Que es un concepto que nadie había dicho, eso sí hay que reconocerlo. Sí, yo me acordaba de ese mito de la serpiente y el águila, pero el moco no lo conocía. El moco nunca había oído hablar de eso. Otro momento que es maravilloso allí es cuando empieza el presidente a decir que él no quiere generales gorditos. Por supuesto, la corrección política le obliga, incluso a él, a decir que él no tiene nada contra los gordos, que lo hace todavía más maravillosa la frase. Después se queja de los guerrilleros gordos también, pero lo mejor de todo este momento es el ministro de defensa haciendo cara de póker tratando de no reaccionar a ninguna de esas frases. es impresionante porque si se ríe de los militares gorditos pues se está riendo de su jefe todo el tiempo ese señor es un mago si uno usara sombrero se lo quitaría pues porque el tipo logra no tener gestos durante todo ese monólogo en el que uno le pueda dar ataque de risa uno puede decirle si señor o, puede llevarle la cuerda, este señor es impasible durante todo ese discurso, y realmente es admirable cómo domina esa situación. Valor de entretenimiento de la democracia, amadamente. Tengo esta preocupación, Ricardo, a veces algunos comentaristas y columnistas dicen ojalá tengamos un gobierno aburrido. Sí. Y las grandes ventajas de losamos un gobierno aburrido. Sí. Y las grandes ventajas de los gobiernos aburridos. Cuando leí eso hace poco me acordé de una anécdota que había leído sobre el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, que los documentos compes los leían todos en el Consejo de Ministros. Uy, es durísimo. Sí, aburridísimo. Sí. Un exceso, cierta fascinación tecnocrática de otros tiempos. Pero qué tal que venga un gobierno donde no pase lo de la dialéctica maya y no tengamos este drama de todos los días y no pase nada yo creo que la gente va a extrañar el drama sí y el aburrimiento no se va a confundir o la falta de intensidad con inacción si la como que esto fuera a generar una tendencia permanente, una adicción, y el síndrome de abstinencia va a ser muy duro y va a terminar afectando la forma como nos relacionamos con la democracia. Sí, y el problema de los gobiernos grises, que son los responsables y los que simplemente están haciendo su tarea, están como resignados a que funcione el gobierno, que es lo que tienen que hacer. El problema es que les exprimen problemas que les agrandan los problemas. Un poco uno podría decir eso de la alcaldía de Galán, que es una alcaldía competente, seria, los funcionarios son serios, pero entonces cualquier cosa que pase parece pues el horror. Esos pobres gobiernos siempre les sobredimensionan. Les sobredimensionan los problemas porque no están alimentando el drama y entonces alguien les tiene que buscar algo por aquí o por allá. No se le deben a su público como otros gobiernos y entonces ese es un problema. Que Galán yo creo que tiene la tendencia a pegarse al drama de Petro de vez en cuando porque es la única forma de estar ahí en la opinión pública. Sí, eso lo he notado también y me parece que no es el mejor momento de Galán. La demanda por entretenimiento, queremos que un gobierno entretenga y nos deme los dramas. Sí, y la otra salida sería, y creo que eso sí le toca hacer en general a los gobiernos, es tener un relato que, repito, en el caso de Santos fue lo de lao una oposición tan brutal como esa de ese gobierno. Ahora los, el petrismo dice que la oposición de esta vez ha sido brutal, a mí me parece que ha sido. Fue dura también, fue dura, a mí me tocó al interior y fue dura. De lo de Santos. Sí, pero todos los gobiernos y los presidentes, puedo decirlo, siempre se quejan de los medios de comunicación. Sí, siempre piensan que les están dando más duro que a los otros. Exacto, y que todo es injusto y que todo es una conspiración, eso me parece más normal. Lo que me parece más complejo es lo de ahora, ¿no? Sí. Ese tema que uno deja de mirar el celular cuatro horas y cree que se perdió una parte grande de la realidad cuando en realidad no está pasando nada. Hay un cuento, no recuerdo cuál, de Jorge Luis Borges, donde él decía irónicamente eso, es decir, pobres los ciudadanos de mi tiempo que creían que todos los días había una noticia. Es muy bueno. No la hay, la gran mayoría de los días esto que llamamos noticias no es nada, es un ruido de fondo. Es un ruido de fondo. Y ahora, pues, fabricado por los propios líderes, que eso es una cosa que no pasaba, era unos narradores, los periodistas estaban atentos a lo que pasaba y lo contaban y lo editaban y le daban una dirección, digamos que podía uno estar de acuerdo o no, pero no había la fábrica de noticias desde los mismos líderes, esas posverdades o las noticias falsas. Sí, la capacidad de redirigir la historia, eso es muy impresionante de esta época. Hay otro síntoma de lo que está ocurriendo que me ha parecido interesante de este año también, el año del drama en la política, el que mencionaba Quesada. en la política, el que mencionaba Quesada. Y es que ahora he visto que los periodistas, sobre todo los importantes de los programas de radio por la mañana, graban un video por la noche, anunciando las noticias que vienen al día siguiente. Como el escándalo. Entonces hay una especie de anuncio. Entonces, Julio Sánchez graba un video diciendo tenemos esta revelación mañana es un nuevo el mundo cree que se tiene que levantar las seis de la mañana porque hay algo que va a cambiarlo todo si eso es nuevo y cada vez es más fuerte como que la radio además se está volviendo con imágenes y con vídeo o dicen por redes sociales pero en mañana el gran anuncio que si crean los días se va a acabar el mundo, que era como en las telenovelas de verdad, porque el mismo capítulo esperen estas escenas escenas del próximo capítulo eso estoy viendo Ricardo como esta conversación lo de Betty la fea me parece como la analogía como tenemos rating, que hacemos que hacemos para no perder al no creo que sea deliberado por parte de Petro, pero es eso, es eso. Es en todo caso un instinto humano que es el instinto del narrador, que uno puede que no le guste a uno la narración de Petro, pero él es sobre todo eso, más que un gobernante. Es un relato que se va quedando sin escenas, sin giros, y entonces hay que ver por dónde más echarlo a andar. Es claro que todos podemos escribir. Es claro que todos, con suerte y con vocación, podemos dedicarnos al oficio de escribir. Pero últimamente pienso que no solo podemos, sino que debemos escribir. Escribir es la mejor terapia que tenemos a la mano. Bienvenidos a Ficcionario, un curso en audio sobre cómo y por qué escribir. Tú, Ricardo, que eres narrador también y te gusta el drama, ¿cómo se maneja eso? los picos de la narración uno lleva uno tiene que construir uno siguiente pero eso puede empezar a escalar de tal manera que ya sea insostenible y la historia tiene que caer y aquí lo que estamos es en el espiral donde no se deja caer por eso la estructura es más de telenovela, porque la estructura del drama tiene por ahí unos cuatro giros, que es el giro en el que termina el primer acto, que es cuando lo que se nos presentó durante media hora en las películas, por ejemplo, la cotidianidad que se nos presentó, pues es rota, se ve atacada por un accidente, puede ser una catástrofe, puede ser una historia de amor, puede ser una historia de suspenso. Esa cotidianidad entra en un segundo acto que tiene que resolver lo que se rompió la cotidianidad. El segundo acto es tratar de recomponerla o tratar de resolverla. ¿Quién es el asesino? O si esa historia de amor va a aguantar o si esa catástrofe va a acabar con todos. Bueno, hay un segundo giro en la mitad del segundo acto, que es cuando los personajes que sufrieron el ataque empiezan a recapacitar y decir, pero estamos reaccionando y ahora tenemos que asumir las riendas de la vida. Siempre pasan todas las películas en la mitad del segundo acto, o sea, en la mitad de la película incluso, que los personajes dicen, no, voy a coger las riendas de mi destino, no me voy a dejar. Entonces el fugitivo que es Harrison Ford, en la mitad de la película dice, no, yo no solo voy a huir, sino que voy a demostrar que soy inocente. Eso siempre pasa en la mitad. Luego entonces hay un tercer giro que es lo que se llama el falso final. La película llega al final del segundo acto y entonces en las tragedias la gente piensa que Hamlet se va a salir con la suya o que Edipo se va a salir con la suya. que Hamlet se va a salir con la suya o que Edipo se va a salir con la suya. Es como un falso final feliz en las tragedias. En las comedias es como un falso final triste. Y eso es al final del segundo acto. Es el final del segundo acto. ¿Y el tercero? Y el tercero tiene un giro que sería el cuarto, que es lo que se llama el clímax de la historia. Claro. Que es la respuesta a la pregunta con la que terminó el primer acto. Y es, estos dos van a terminar juntos, están enamorados, pero van a terminar juntos y entonces la respuesta en las comedias románticas es sí. O estos van a sobrevivir a la catástrofe y usualmente sobreviven los protagonistas, los actores que les pagaron más, se salvan de la catástrofe. O en la historia policiaca, pues el clímax es cuando se sabe quién era el asesino ese es el cuarto giro y el problema con estos gobiernos o el problema con las telenovelas es que dependen de si tuvieron éxito y entonces hay 7 mil giros, les toca girar y girar girar y girar en redondo para crear un clima artificioso de alguna manera y el público lo sabe porque el público está acostumbrado a los cuatro giros. Porque está dentro de su mente, ni siquiera han sido aleccionados, sino que interiormente uno sabe que así funcionan las historias. Uno nace con ese instinto, digamos. El público lo sabe pero el público sigue adicto, que es lo que está ocurriendo. Claro, a la basura. Es a la telebasura, digamos. A elección a la telebasura. Sí. Bueno, esa es una buena definición de la democracia. Sí, eso puede ser lo que está pasando. Es que el caso de Trump es muy semejante. Semejante, sí, es semejante. Lo que dice que es avasallante y de alguna manera, ya desde un punto de vista más de psicología colectiva y más serio, va afectando nuestro mecanismo de defensa colectivo en contra de eso. O sea, comienza a minar o a socavar por dentro. Si uno va bajando sus estándares y le va apareciendo como normal una cantidad de cosas que no lo son. No es normal uno tener que ver esos pantallazos de Reyes, del ministro Reyes. Pantallazos de Reyes del ministro Reyes pantallazos de hace un año y medio, de hace dos años si, la dialéctica maya es demasiado es una luz de verdad, es como cae y cae y uno empieza a normalizar que eso de los pantallazos sería el fin de un gobierno de hace 30 años si, que el hijo del presidente se fue con la suegra del ministro del interior Eso de los pantallazos sería el fin de un gobierno de hace 30 años. Sí, que el hijo del presidente se fue con la suegra del ministro del Interior a pedir unos puestos. Eso de hace 30 años sería como el fin de todos ellos. Una de las críticas y los comentarios que yo más oigo también con todo lo que está pasando es que también la gente dice un escándalo, otro escándalo, otro escándalo y no pasa nada. No pasa nada quiere decir no tiene consecuencias, pero es que esa es la historia. Todo esto está hecho, no sé por quién o así se está dando para que no pase nada. Para que no pase nada y es una falla narrativa, digamos, porque las historias buenas siempre tienen causas y efectos y eso funciona como una bola de nieve, pues una historia. Aquí esto es escándalos y escándalos que no llevan a nada. Otra definición de la democracia, una mala historia con fallas narrativas. Es una historia llena de huecos narrativos, de cabos que no han atado. ¿Qué hace Ricardo? ¿Desconectarse de vez en cuando? ¿Qué hace Ricardo? ¿Desconectarse de vez en cuando? Yo creo que hay que desconectarse y hay que redoblar la ficción. Yo creo que uno sí, si ve más series de televisión buenas y más películas buenas, incluso telenovelas buenas, no alargadas, se da cuenta que esta es una historia muy mal contada, muy mal hecha, muy forzada. Pero uno no puede dejar que la política le quite el lugar a la ficción. Hay que defender la ficción de la política porque se está metiendo. Sí, estamos encontrando el melodrama en la política y es buscarlo donde debe estar y en las historias mejor contadas de alguna manera. Volver a esa esencia. Exacto. Ahí estaban las historias mejor contadas de alguna manera, volver a esa esencia. Exacto. Ahí estaban las historias. Claro, incluso lo que tú decías del drama personal tiene que ser más importante que el drama que le están contando a uno allí en Twitter. Interesante. Interesante. Está curioso. También podemos recomendarles a nuestros oyentes Tercera Vuelta como antídoto. Claro, eso es un alivioentes Tercera Vuelta como antídoto. Claro, eso es un alivio. Tercera Vuelta es como salir a pasear el perro. A mí sí me parece que le recuerda a uno que no nos debemos dejar meter ese cuento de que el mundo se está a punto de acabar todo el tiempo. Bueno, Ricardo, aquí seguimos. Y el mundo sigue. El mundo sigue. El mundo sigue y la vida sigue. Tercera Vuelta no para así. Elige siempre un buen rato. Elige siempre una buena conversación. Tercera vuelta, el podcast. Suscríbete ahora y escúchalo cada semana en tu plataforma favorita. Un podcast producido por El Locutorio. Ellocutorio.com Síguenos como arroba ellocutoriodc en redes sociales. ¿Coincidencia? Creo que no. Todos aman divertirse con ello. Chumba Casino es la casa de cientos de juegos de estilo casino que puedes jugar gratis, en cualquier momento, en cualquier lugar, incluso a 30.000 pies. Así que síganse ahora en chumbacasino.com para reclamar su bonus de bienvenida gratis. Es chumbacasino.com y viva la vida de Chumba.