¿Hablamos de Venezuela?

¿Hablamos de Venezuela?

11 de ago de 2024

En este episodio del podcast "Tercera vuelta", los anfitriones Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero abordan un análisis profundo sobre Venezuela, explorando sus diferencias históricas y culturales con Colombia y la evolución de su situación política actual. A través de una conversación amena y reflexiva, examinan temas como la migración, la influencia cultural y la transformación política del país vecino.

Capítulos

Introducción al tema de Venezuela

Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero introducen el episodio destacando la importancia de entender los matices de Venezuela, sus regiones, culturas y poetas. Inician este viaje a través del contexto histórico-político entre Colombia y Venezuela, planteando una conversación sobre sus diferencias y similitudes.

Historia y contexto cultural

La reflexión gira en torno al ensayo de Laureano García sobre la política del general Santander, resaltando las diferencias culturales y políticas entre Colombia y Venezuela desde el periodo colonial. Se aborda la migración y su impacto en la música y cultura de ambos países, recordando figuras como Franco de Vita y Ricardo Montaner en la escena musical venezolana.

Literatura venezolana

Ricardo comparte sus interacciones con la literatura venezolana, mencionando a autores como Arturo Uslar Pietri y Miguel Otero Silva. También se explora la representación de Venezuela en la literatura y cómo las novelas han capturado las complejidades del país.

Migración y sus efectos

Se analiza el impacto de la migración venezolana en Colombia, destacando su contribución en áreas como educación y la regeneración cultural. Alejandro y Ricardo reflexionan sobre las tensiones y las potencialidades de este fenómeno, subrayando la necesidad de una comprensión más profunda y solidaria.

Transformaciones políticas en Venezuela

Con un enfoque en la política, se discuten los cambios en Venezuela desde la llegada de Hugo Chávez al poder, su inclinación hacia el autoritarismo y el impacto devastador en la sociedad venezolana, llevándola hacia un estado casi totalitario con la gestión de Maduro.

Conclusión

El episodio cierra con un mensaje de solidaridad y aprecio hacia el pueblo venezolano, reconociendo su fortaleza ante las adversidades políticas y sociales. Alejandro y Ricardo destacan la importancia del entendimiento mutuo y la integración cultural que ha surgido a través de la migración.

Menciones

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               tercera vuelta el podcast con alejandro gaviria y ricardo silva romero un podcast del locutorio arroba el locutorio dc a uno le faltan los matices de todas las regiones que hay allí, de todas las clases de personas, de toda la cultura que hay allí, todos los poetas que ha habido. Uno es realmente ignorante de todo el contexto y todo lo que pasa allí. Yo habiendo crecido en Medellín, volviendo, haciendo este pequeño paréntesis de la arepa, allá se resolvió el tema diciendo, sí, hay una arepa venezolana que genera la gente con cosas. Con cosas adentro. Bueno, no vamos a pelearnos de la cuenta por ese tema. Hola Ricardo, nos encontramos nuevamente Hola Alejandro, sí, qué bueno Hemos sido como hablábamos un poco detrás de cámaras o detrás de micrófonos testigos impávidos, un poquito de la fragilidad humana luchando contra eso estos días y no nos habíamos podido encontrar Quiero que hablemos de un tema coyuntural pero tengamos una perspectiva un poco más amplia de Venezuela. Sí, me parece un buen tema realmente. Por esas conexiones de la vida y anticipando que íbamos a hablar de Venezuela me acordé que yo tenía en mi biblioteca un libro extraño publicado en 1955. Es una antología por un intelectual de la época Jaime Tello y allí a su vez hay un ensayo de una persona que yo no conozco un intelectual ya decimonónico Laureano García y es un ensayo que se llama la política del general Santander que tiene este lugar común que es sobre Colombia y Venezuela que yo creo que ha sido usado muchas veces, pero valdría la pena traerlo a cuento. Dice el ensayo de este señor García. Un fenómeno social significativo de la historia granadina sería la insurrección de los comuneros del socorro. Allá el caudillo, acá la colectividad. En la Venezuela anterior a la independencia, la vida pastoril, la vida llanera, a caballos de inmenso horizonte. En la nueva Granada de entonces, la vida agrícola o industrial. El trabajador socorrano, el jornalero cundinamarqués, el campesino antioqueño. El hombre prominente de Venezuela es general. El hombre prominente de esta Colombia es doctor. ¡Qué fantástico! Esa diferenciación entre Bolívar y Santander. Sí, totalmente. Allá los generales, aquí los abogados. Los abogados. Para bien y Santander. Sí, totalmente. Allá lo general es aquí los abogados. Los abogados. Para bien y para mal. Es un lugar común, pero yo creo que es un lugar común. Una caricatura que alguna esencia captura. Sirve, sirve. Es esclarecedor y sí da como luces sobre la... ¿Por qué somos tan diferentes siendo así de vecinos? Es como si fuera el mismo país. Y sin embargo sí es otra cultura. Detrás de esta historia hay como una suerte de determinismo geográfico. Allá las llanuras abiertas, aquí un poco los andes más encerrados. Y yo creo que otra diferencia, Ricardo, me parece a mí, es que nosotros hemos sido históricamente al menos más provincianos más ensimismados, menos abiertos a la migración, ellos más conectados o así lo fueron con el mundo totalmente eso es muy claro incluso en las formas de ser más libres, aquí si hay una reserva mayor y bueno aquí hay muchos mundos disímiles el caribeño el pacífico geografía fragmentada ellos con más migración europea, italianos españoles, incluso portugueses que llevaron muchas cosas, entre ellas alguien preguntó en una red social hace poco Ricardo, ¿por qué Colombia nunca tuvo éxito en las baladas ochenteras o setenteras? No fue lo mejor, el mejor momento de la música colombiana no fue Y Venezuela sí, nosotros estuvimos a Fausto solamente. Sí, teníamos Raúl Santi como unos intentos meritorios, honrosos, pero nada de esos éxitos. ¿Franco de Vita le gustaba? A mí me gustaba, me parecía divertido. Esas emisoras, quiero confesar que todavía me enganchan a ratos esa plancha. Y me parecía que Franco de Vita y... Ricardo Montaner. Más de Vita que Montaner, aunque después mi hija Inés se enganchó al reality de los Montaner y no me cayeron mal los Montaner. Es un momento difícil. Es una confesión complicada. Sonaba por todas partes montaner, era pegajoso, era banda sonora de telenovelas usualmente, pero no me enganchaba tanto como Evita que me parecía mejor, un poco mejor. Y mejor aún, Jordán, el que estábamos hablando, era más elaborado. Pero en todo caso no era mi música favorita. Pero esa diferencia era que ellos tenían a los migrantes. Sí, claro, ahí está. Los nombres nomás. Exacto. Esa mayor conexión con el mundo, nosotros no, pues la balada tiene esa conexión italiana. Claro, es italiana. Es italiana, ellos la tenían y nosotros no y por eso teníamos nuestra versión distinta, ¿no? Raúl Santi. Raúl Santi, nosotros éramos más tropicales, más tropicales, con música más hacia el lado del grupo Nietzsche, el vallenato, y ya luego Vives, que lo volvió un poco más para todo el mundo. Pero ahí nos juntábamos en esas orquestas de esa época, en los melódicos y todo. Ahí está la conexión. Ahí había una conexión muy grande. Ahí nos juntábamos en ese espíritu caribeño. Ahí nos encontrábamos. Que sí nos unía más. Y en los llanos también nos encontramos, ¿no? Es el otro lugar. Yo leí una vez un libro de viajes del poeta Nicolás Guillén, que hizo un viaje en carretera por Venezuela y Colombia. Y decía lo siguiente que me llamó la atención, decía en mi viaje, la ciudad más colombiana que encontré fue San Cristóbal y la ciudad más venezolana fue Cúcuta. Claro, ese cruce. Entonces ahí está ese cruce donde se confunde una cosa con la otra. Sí, ahí sí es una especie de solo país que se ha sentido cuando cuando se cortó el paso por la frontera. Era ridículo cerrar esa frontera porque esa frontera no existe en ese punto. pelea no resuelta sobre el origen de la arepa venezolana colombiana. Sí, no, eso yo creo que los venezolanos lo reclamaría totalmente. Ellos son muy, muy orgullosos. Me parece su gastronomía. Eso se los he sentido un par de amigos a María Gabriela Méndez y a Sinar Alvarado, que son periodistas, periodistas muy, muy brillantes. Además, ellos, cuando cada vez que uno arranca a hablar de Venezuela uno se da cuenta que uno a uno le faltan los matices de todas las regiones que hay allí de todas las clases de personas de toda la cultura que hay allí, todos los poetas que ha habido uno es realmente ignorante de todo el contexto de todo lo que pasa allí yo habiendo crecido en Medellín volviendo, haciendo ese pequeño paréntesis de la arepa, allá se resolvió el tema diciendo, si hay una arepa venezolana que genera la gente con cosas con cosas adentro y la otra, bueno, no vamos a pelearnos de la cuenta por ese tema ¿Tu contacto con la literatura venezolana, Ricardo? Pues ha sido relativo, los poetas que conocemos tú conoces mucho mejor a esos poetas por ejemplo pero algo, he parado bolas a los novelistas, sobre todo tengo claros a Otero Silva y a Arturo Uslar Pietri porque me tocó leerlos en especial me parece que para Colombia es interesante Otero Silva porque escribió la novela sobre la que se basan los victorinos, la telenovela colombiana, que es Cuando Quiero Llorar No Lloro. Y de Arturo Slar Pietri yo tuve que leer una novela que fue un placer de leer, que es La Visita en el Tiempo, que estábamos comentando. La leí yo también, la leí yo también. Eso fue hace, Ricardo, más de 30 años. Por lo menos, creo que es del 90 o el 91 esa novela. La publicó Norma en esta, la otra orilla. La tengo clarísima, la edición. La edición, sí. Era sobre Don Juan de Austria, una novela histórica, no se llamaban así, la novela histórica en ese momento no se llamaba así. Muy buena novela. Sobre el poder también. Sobre el poder. Muy bien escrita, muy... Alcanzaba a tener guiños con el Quijote. La batalla de Lepanto creo que sale. Estaba ahí narrada. Era... Me acuerdo que uno quedaba con un documento sobre cómo funcionaba ese mundo y que estaba muy bien escrito. Luego él vino y fue al colegio en el que yo estudiaba porque le dieron una condecoración o algo así en el colegio. Y fue muy interesante lo que dijo, lo que habló, un tipo realmente interesante y serio. Yo hice mi tesis de doctorado sobre hidrología, una cosa que se llama hidrograma unitario, no quiero aburrir a nuestros oyentes con detalles técnicos, pero mi principal fuente fue un artículo escrito por un profesor venezolano, que era en ese momento profesor en MIT. Y eso me generó como una curiosidad sobre esa comunidad científica venezolana. Y puedo decirlo que en eso nos llevaba a una ventaja impresionante. Una comunidad científica mucho más consolidada, mejores universidades por mucho tiempo. En muchas áreas, incluía la economía. Mi primer jefe después de que terminé mi doctorado, Ricardo Hausmann, venezolano también, migrante, de tipo que una cultura universal. O sea, es un país que tenía talento por toda parte. Y hemos tenido necesariamente contacto, más allá de la literatura ya en estos años, pues he terminado cruzándome con escritores muy buenos de allá, con Alberto Barrera alguna vez. Escribió una biografía de Chávez también. Patria o muerte, ¿no? Y una biografía de Chávez. Patria o muerte, una novela. Tuve como la fortuna de verme alguna vez con un libretista fantástico de Tenerlo. Él hace un tipo fantástico que se llama Humberto Olivieri, que le dicen Kiko. Él ha sido un tipo fantástico que se llama Humberto Olivieri, que le dicen Kiko, y es una especie de decano de la escritura de televisión en Venezuela y me pareció un tipo fantástico. Slapko Zupsik, un escritor muy bueno de libros de jóvenes y de otros libros que conocí. Y además, en la familia de Carolina, de mi esposa, hay una cantidad de gente de Venezuela porque ellos se fueron a vivir allá y se casaron con venezolanos. Entonces ella tiene una cantidad de primos de Venezuela que además lo están poniendo uno al día constantemente en qué está pasando por allá. Y entonces el contacto es mucho más del que uno se da cuenta, pero no sé si por ochenteros o porque uno siente que son dos mundos muy separados. Las telenovelas también fueron muy buenas, muy fuertes. Fueron esa especie de imperialismo cultural en América Latina. Totalmente. Se metieron por todos lados. Topacio y Lonela. Sí, a unas muy fuertes. Topacio era de la... Era una ciega. Ciega, sí, sí. Una ciega que salía adelante en todo caso. Me acuerdo de verla en blanco y negro. Toda esta historia que estamos contando, Ricardo, que quiere insinuar que Venezuela no lleva una gran ventaja, tiene como un punto de inflexión y es el caracazo y lo que comienza a pasar por allá. Sí, eso cambia todo. que escribió este libro, ¿Por qué fracasan las naciones? Y él escribió alguna vez una especie de artículo que tenía un título provocador, controvertido, era ¿Fue Chávez o era Chávez inevitable? Mostraba cómo antes del ascenso de Chávez, el golpe, lo que pasó, su encarcelamiento y después su irrupción, había estado precedida de cierto estancamiento. Por algunos años los áreos reales no crecían, la economía estancada y ese sistema bipartidista lleno de corrupción, básicamente decidiendo cómo se distribuía entre camarillas la gran renta petrolera. Y ahí vino como el comienzo de esta historia de las últimas tres décadas, que ha sido la desilusión, la sociedad descorazonada, el mundo empobrecido, la gente harta de los políticos y de las promesas que no se cumplen. Cómo se va creando ese clima de tal modo que Chávez no es un aparecido ni un giro fantástico, sino un fenómeno engendrado en la cultura, en la sociedad. Sí, siempre se tiene la fantasía la que los mismos venezolanos que han estudiado su historia se sienten incómodos cuando aquí en Colombia decimos que ojalá no nos volvamos a otra Venezuela. A los venezolanos que han estudiado su tierra, por ejemplo a los exiliados que han llegado acá. ¿Les parece ridícula esa frase? Que Colombia se vuelva otra Venezuela porque cada nación tiene su trama, digamos. Su historia y volvamos a la comparación inicial. Sí, claro, exacto. Desde el siglo XIX han sido dos culturas políticas distintas, por decirlo de alguna manera. En el texto se habla de caudillos versus colectividad. Yo creo que quizás es un poco exagerado y es una especie de romantizar a Colombia. Sí, con ese estilo decimonónico. Aquí ha habido caudillos que la verdad usualmente han pegado en el palo como se diría en fútbol como que han creado su culto casi como su grupo de gente que los sigue y los venera pero no se ha tomado nunca del todo con el uribismo tuvimos un momento que pareció muy fuerte, pero luego fue bajando afortunadamente. No nos pasó este, por ejemplo, un peronismo de medio siglo. Y Venezuela se ha tenido muchos episodios de cadullas, no solo Chávez, sino muchos, muy repetidos, historia política del siglo, sí, muchos momentos. Fue así. Viene Chávez y yo creo que la primera parte hubo una coincidencia muy grande entre ese ascenso del chavismo y una etapa muy particular de las economías latinoamericanas y mundiales. Y fue ese precio de las materias primas tan alto, Esa gran bonanza petrolera. Claro. Ese caudal de petrodólares, como lo llamaban en algún momento. Sí. Y yo creo que eso le permitió a Chávez esa riqueza que sí cayó un poco del cielo. Sí. Cooptar todos los espacios de la sociedad. En Venezuela tiene su hora y es que llegó la hora del pueblo impresionante desde Colombia, desde los élites intelectuales de izquierda se le veía con mucho cariño y parecía un tipo simpático y carismático cuando subió y eso, los periodistas colombianos iban y lo entrevistaban y se sentían como ante una figura importante. Debo decir que desde que subió me pareció siniestro, nunca me atrajo esa figura y ese carisma, siempre me pareció que era una simulación, una simulación que había allí algo que no era que no tenía vocación política sino vocación de poder más que otra cosa pero entiendo ese momento es decir fue un primer momento de Chávez que parecía entrar en algo parecido a una democracia aunque era un personal que venía de intentar un golpe Alberto Barrera en esa biografía que escribió de Chávez cuando aunque era un personal que venía de intentar un golpe. Alberto Barrera en esa biografía que escribió de Chávez, cuando se pregunta al final, bueno, ¿qué quiere Chávez? ¿Qué es lo que desea? ¿Qué es lo que aspira? Y termina diciendo, el poder. Claro. Él ya había cogido por ese camino. Sí. Uno no puede dudar plenamente de sus intenciones iniciales, pero con el tiempo, con el trasegar, Venezuela fue convirtiéndose primero en un gobierno autoritario y después hoy ya consolidados estos tintes totalitarismo. Yo recuerdo que hubo un escándalo grande cuando comenzaron a sacar de la lista. Empezaron a aparecer estos comandos aquí y allá. Y yo creo que Chávez se acercó a esa forma de ejercer el poder cubana, o sea, en un estado policial. Totalmente, totalmente. Me acuerdo de mi tío Guillermo que murió en el 2014 y que era un tipo que estudiaba todo. Tenía un apartamento que era una biblioteca con calles y todo y carreras. Todo el apartamento era una bibli así con mi papá y con él y ese tema le apasionaba el de Chávez y la última vez que lo vi a mi tío que ya estaba muy enfermo fui a ese apartamento de biblioteca y estaban transmitiendo la muerte de Chávez en el televisor él estaba ahí en la cama y estábamos viendo la transmisión y él decía, no, pobre país, ese país cayó en esa trampa. Y este Chávez, que parecía una figura histórica, era un tipo atornillado al poder. Una gran capacidad retórica. Sí. Esos programas a lo presidente eran entretenidos. Claro, es que el tipo era simpático. El tipo tenía un histrionismo muy particular, era simpático. Yo recuerdo que ya en esos últimos años, cuando el presidente Juan Manuel Santos dijo mi mejor amigo. Él ha dicho antier que yo soy su nuevo mejor amigo. Digo lo mismo. El presidente Santos es mi nuevo mejor amigo. Digo lo mismo. El presidente Santos es mi nuevo mejor amigo. Mi nuevo mejor amigo. Esa es su habilidad también. Que estuvieron por allá, creo que fue en Santa Marta, en la quinta de San Pedro de Alejandrino, y él habló con los periodistas. Y yo me recuerdo en esa época a Ricardo María Jiménez Duzán. Encantado. Me encantaba. O sea, si yo me recuerdo en esa época a Ricardo María Jimena Duzán, encantado, encantado, porque tenía una personalidad magnética y simpático. Sí, era cálido, era cálido, un carisma natural. Sí, pero ya hubo un punto porque él duró en el poder muchos años en el que era claro que eso no era una democracia, sino que era un dictador. en el que era claro que eso no era una democracia, sino que era un dictador. Podía parecer menos violento que otros dictadores, pero lo era. Y ya era un poco indignante, por ejemplo, Oliver Stone haciendo documentales ensalzando la epopeya de Chávez y era ya muy propio de cierta, repito, Y era ya muy propio de cierta, repito, élite intelectual antiimperialista. Pues ya era medio indignante que siguieran celebrando eso como Roger Waters, el Pink Floyd que uno no entiende qué lentes usa para ver el mundo. Hay un momento en la vida política de las naciones donde todo se puteó y es cuando Roger Waters lo elogia eso me parece ominoso completamente yo creo que ya hemos respondido esa pregunta a veces en qué momento se puteó un país cuando Roger Waters decidió apoyarlo cuando grabó un video cuando manda un video diciendo vamos muy bien es que eso está además es un video desde quién sabe qué mansión en qué país del mundo este tipo apoya esas causas pues que son autoritarias realmente eso no es izquierda ni nada pero yo creo que ellos presumen que lo es yo creo que en esto hubo Ricardo un tránsito que es más o menos predecible. Una democracia se va convirtiendo en una democracia y liberal, donde se capturan todos los poderes, ya no hay independencia judicial, no hay congreso, se reforma la constitución, hay reelección indefinida. Entonces ya ese elemento liberal de la democracia desaparece. Esa democracia y liberal se va convirtiendo en una autocracia. Sí, una sola rama. Y ya esa autocracia va degenerando lo que estamos viendo durante estos últimos días y es un sistema ya casi totalitario. No hay redes sociales donde básicamente cualquier persona que opine privadamente puede ser metida a la cárcel. Totalmente. Y con una tinte de siglo XXI, un tinte distópico, que es ya la lucha no tanto contra el imperialismo yanqui, sino contra Whatsapp, contra el Musk, Zuckerberg, que ya son como naciones, no contra las multinacionales. También es bien caótico todo y ya sin argumentos. O escucharle a Maduro hablar de las sectas diabólicas. Ya es la parodia de la parodia. Y es muy triste que la impotencia que uno siente, hablábamos de cómo van llegando los videos de la gente que secuestra, de los opositores que secuestran, las cifras las pruebas de cómo eso es una dictadura o una tiranía como lo queramos dejar y cómo eso no tiene consecuencias porque no solo es el fraude electoral que es evidente sino lo que ha ocurrido estas dos últimas semanas que es terrible terrible, si terrible y en el fondo tiene que es difícil de opinar sobre eso porque tiene un componente absurdo y ridículo si es difícil, pero detrás de esas ridícules que sería motivo de burla? Hay un gran sufrimiento humano. Sí, uno podría hablar del dictador bananero y parodiarlo y reírse de las bobadas que alcanza a decir ese señor, pero es siniestro realmente. El tipo parece chistoso, pero ese sí que no es chistoso. Y todo lo que uno alcanza a escucharle del empobrecimiento y la violencia, pues eso no se lo merece ninguna sociedad. Esa frase de que las sociedades se merecen a sus líderes, a mí no me parece que sea cierta. Esto es una estafa a la gente y es terrible. No lo hemos dicho, pero en esta historia que tratamos de contar ya de esos últimos años de Chávez y la llegada de Maduro y esta especie de consolidación de un sistema autoritario, ahora siniestro, vino la migración. Claro. autoritario, ahora siniestro, vino la migración y vino y la migración yo creo que le dio a Venezuela a ese país, a su historia, a su tragedia por lo menos en América Latina y en buena parte del mundo como ese tinte fuimos testigos todos en las calles todos los días que están tenemos una tragedia humanitaria trabajamos con gente venezolana además gente pues la gente que uno se cruza es fantástica y decía pues ese cruce si se dio eran dos mundos aparte y ahora uno siente que si hacen parte del mismo mundo, hacemos parte del mismo mundo por esa migración yo creo que para ellos ha sido lo que tú dices, todo un relato. Pero para nosotros también, porque aquí yo creo que la cifra es 3 millones. Puede haber 3 millones en Colombia, 2 millones y medio. Me tocó a mí vivirlo en dos momentos. Primero, las tensiones en el sistema de salud para la atención de los migrantes venezolanos. Muy concentrada en un asunto primero la salud materno infantil claro había municipios en Colombia donde el 30-40% de los nacimientos eran de migrantes venezolanos y después el tema del sector educativo donde comencé a percibir estuve poco tiempo Ricardo por razones que ya hemos contado en el Ministerio de Educación que había en colegios en Colombia donde la llegada de la inmigrante venezolana nos había revitalizado la educación y ahí me contaban historias de que los personeros son venezolanos que llegaron con una fuerza también, o algo. Revitalizan esta cultura. Que es una historia que no se ha contado y que es una historia que muestra que esta especie de estigmatización que hemos hecho o que ha hecho la sociedad ha sido absurda y terrible de alguna manera. Sí, porque sí ha sido, yo creo que esa es la palabra, una revitalización y nos ha obligado también a la solidaridad y a mayor interés en lo que está pasando allá. Claro, hay unas líneas ahí que son importantes de notar y es lo que decíamos antes, a uno le faltan los matices, le falta mucho del contexto, le falta enterarse mejor. Nosotros tenemos la suerte de estar en contacto con gente que está allá o gente que ha venido de allá, pero igual nos ha obligado a redoblar nuestra atención a esa sociedad y lo que sabemos, a cuidar lo que decimos y a no caer en las trampas que, vuelvo a decir, por ejemplo en estos días ha caído tanta gente por razones ideológicas y es pues hasta diplomacia de doble rasero ha habido en estos días y ha sido increíble que una cosa en blanco y negro que es unas elecciones robadas pero a la vista de todos pues uno las disculpe nadie está diciendo que haya que romper relaciones, ni contarle las horas a Maduro como se hizo. Ni cerrar la frontera. Nada de eso. Pero que no podemos jugar a que haya una negociación por venir entre los que ganaron y los que se lo robaron. Eso sí creo que todos debíamos despojarnos de ideologías, de agendas de amistades, es decir, a mí me cae muy bien mucha gente izquierda mi familia siempre lo ha sido y esa intelectual de izquierda yo lo conozco y me gusta esa gente pero uno no puede terminar pues diciendo que qué bueno Putin y que qué bueno Maduro en nombre de de unas ideas de los años 70 me ha parecido interesante Ricardo como tú lo dices bueno viene el 28 de julio yo creo que las evidencias de Frado están ahí para quien las quiera ver yo creo que son irrefutables me parece a mí cada día que pasa me parece que es una evidencia más. Y yo he querido, a pesar de que en redes sociales se ha opinado en contra de todo lo que ha ocurrido y la posición del gobierno de Colombia, que me ha parecido a veces timorata, a veces medio cómplice, pero he mantenido una reflexión diciendo, ¿será que hay algo que no sabemos? Sí, claro. ¿Será que hay una gran estrategia? ¿Qué es lo que está pasando? La conexión con Brasil, con México, que Estados Unidos los apoye. Pero no sé. Yo creo que este tema de intelectuales de izquierda y opinadores que se convierten en básicamente ¿cómo decirlo? En Henry Kissinger. Sí, de pronto son unos diplomáticos increíbles. No hay principios, todo es intereses. Tenemos que pensar eso. Es increíble. Sí, entonces... Eran Kissinger, yo no lo sabía. Sí, cuando todos están diciendo que Netanyahu es un genocida, yo estoy de acuerdo con que allá hay un genocidio, pero con tanta claridad se opina sobre otros países y aquí… No, y aquí se olvidan los principios, ya nadie tiene principios, ya nada se puede decir, ya todo es un cálculo utilitario. Tengan cuidado con exacerbar esto. En otros países no han tenido nada de cuidado con exacerbar. Y por ejemplo, la posición de Boric me ha parecido una posición. A mí me ha encantado. Alguien dirá, sí, es que no comparte dos mil kilómetros de frontera Chile con Venezuela. Pero en todo caso, de poner cualquier principio y refugiarse en ese exceso de realismo. Sí. El exceso de realismo, Ricardo, comienza a parecerse al cinismo. Totalmente. Y cuando yo vi el último comunicado de los tres países, el último me pareció más de lo mismo. Igualito. Más de lo mismo. Y ya como robándonos tiempo a todos, porque llevamos 15 días en esto, se alarga y se alarga. Tiempo a todos, porque llevamos 15 días en esto, se alarga y se alarga. Y mientras tanto, el régimen está violando los derechos humanos, está haciendo cosas que fueron condenadas con razón por el presidente Petro, de forma vehemente reiterativa, a veces obsesiva. Y este silencio es extraño, es contradictorio. veces es obsesiva y este silencio es extraño, es contradictorio. Claro, es muy contradictorio y desanima mucho pues ver, sí, una diplomacia de doble rasero ya es una contradicción total. Yo tengo una buena idea de Murillo, me parece un tipo, un buen tipo, un tipo decente. Yo creo que él está tratando de hacer lo mejor que se puede y entiendo que nuestra diplomacia va por un lado y a veces el presidente va por otra porque él tuitea lo que quiere y después los diplomáticos tratan de enmendar las embarradas pero en este caso sí parece una política unificada el silencio del presidente que nunca se calla, el silencio casi de dos días ante lo que estaba pasando. Eso fue muy... Ha sido extraño, ha sido triste, me parece a mí. Y es imposible no pensar que hay una suerte de... Yo no sé si llamarlo complicidad, pero sí decir hay una afinidad ideológica que no me permite hacer lo que yo debería hacer de poner el deber ser por una afinidad ideológica. Sí, yo no sé qué pasa pero independiente de las fronteras y todo eso, yo sí creo que lo de Boric es una elección Boric no es un tibio, Boric no es un tipo que no haya venido de la calle, de la protesta, de la lucha social. Simplemente es un presidente de izquierda dentro de una democracia liberal. Es un tipo que sí se le está apostando a esas instituciones, a creer en el sistema de las naciones, de la vigilancia de los tribunales internacionales, no sé, la ONU, la OEA, todo este sistema internacional que fue el resultado de tantas luchas, pues este es un tipo que cree en eso, es un presidente de izquierda con énfasis en la izquierda, en lo social, que sin embargo, pues se entiende que ya, ya lo dijimos, totalitarias, que además está encerrado en ese palacio. Está comportando casi como un energúmeno. Sí. Está al borde de una suerte de locura, ¿no? Sí, totalmente. No es fácil, tenemos que aceptarlo. No, hay que reconocer que eso es del gobierno. Pero yo creo que simplemente esta estrategia de tratar de no decir nada, no sé. Hay algo que se está perdiendo ahí, hay algo que... Hay un dedo que hay que poner en la llaga, hay cosas que hay que decirse en los momentos de ignominia que uno no puede ignorar simplemente por pragmatismo. Soy de acuerdo, yo creo que ser claro, ser fiel, ser leal a unos principios, a la democracia por ejemplo, no tiene por qué ser violento contra nadie. Uno puede ser claro y no estar siendo... no estar en guerra con nadie. Hay un... siendo no estar en guerra con nadie hay un mi opinión volviendo a la primera parte de la conversación Ricardo un símbolo de la resistencia venezolana es un poeta Rafael Cadenas nació en el año 30 tiene ya 94 años recibió el premio Cervantes en el año 2002 vive todavía en Venezuela y algunos de sus últimos poemas tienen que ver con lo que pasa en este país son clarividentes como tanta de la poesía hay uno que se llama inquisidores van de un sitio a otro midiendo anotando mordiendo aquí más allá llenos de baba de pasado muecas rótulos ahí dicen está el culpable por el mundo siempre con sus libros de cuentas sus lápices perversos sus estos y esto no sus autos de fe sus pócimas veng, ahí está el que nos traicionó, dice escupamos que ahí viene espiémolo con un solo ojo fantástico eso es lo que está haciendo el régimen eso es, es una inquisición contra quienes se atreven simplemente a decir que no están de acuerdo y es un lugar común de alguna manera porque ha pasado en la historia de la humanidad tantas veces pero es lamentable que gente uno por uno familia por familia, persona por persona les toque vivir pues un mundo tan en contra tan vigilándolos, tan violento, como vivir sitiado. Es muy triste para tanta gente tan entrañable. Pues hemos conocido tantos venezolanos que están aquí y si uno lamenta que haya tenido esa vida, que hayan tenido que buscar la vida de otra manera, la alegría de otra manera yo también trabajé con una editora venezolana en Planeta con Mariana Marzocco yo creo que podríamos terminar con eso Ricardo, no sé si tengamos nosotros oyentes venezolanos ojalá, si los tenemos a ellos un abrazo fuerte de solidaridad y aprecio, si un abrazo fuerte de solidaridad y de aprecio. Sí, un abrazo enorme. Ricardo, gracias hermano. Igual. No es claro que todos podemos escribir. Es claro que todos con suerte y con vocación podemos dedicarnos al oficio de escribir. Pero últimamente pienso que no solo podemos, sino que debemos escribir. Escribir es la mejor terapia que tenemos a la mano. Bienvenidos a Ficcionario, un curso en audio sobre cómo y por qué escribir. Toma el audiocurso de escritura Ficcionario en ellocutorio.com slash ficcionario con Ricardo Silva Romero. Elige siempre un buen rato. Elige siempre una buena conversación. Tercera vuelta, el podcast. Suscríbete ahora y escúchalo cada semana en tu plataforma favorita. Un podcast producido por El Locutorio, ellocutorio.com Síguenos como arroba ellocutoriodc en redes sociales.