
Fabio Valencia: la lucha amazónica por las Entidades Territoriales Indígenas
25 de jun de 2025
Este episodio del podcast explora la lucha de los pueblos indígenas de Colombia por el reconocimiento oficial de las Entidades Territoriales Indígenas (ETI) prometidas en la Constitución de 1991. Fabio Valencia, líder indígena del pueblo Macuna y representante legal del Consejo Indígena del Piraparaná, comparte su historia personal y política en la Amazonía colombiana, una región crucial para la biodiversidad y la estabilidad climática del planeta.
Capítulos
Introducción de la promesa de las ETI
El podcast comienza con una introducción a la promesa de las ETI en Colombia y presenta a Fabio Valencia, líder indígena del pueblo Macuna, quien lucha por el reconocimiento de estructuras de gobernanza indígena en el país.
La historia de Fabio Valencia
Se narra la vida de Fabio Valencia, desde su niñez inmersa en las tradiciones y política de su pueblo, hasta su rol actual como líder político en la Amazonía. Su formación se dio desde muy joven, asistiendo a asambleas comunitarias y asumiendo roles de liderazgo.
Lucha por el reconocimiento de las ETIs
El capítulo explora la lucha histórica de los pueblos indígenas por el reconocimiento de las ETIs, parte de la promesa incumplida de la Constitución de 1991. Se destacan las barreras legales, económicas y burocráticas que han enfrentado.
Proceso judicial y la cooperación internacional
Este apartado detalla las estrategias legales que han tenido que seguir los líderes indígenas para avanzar en el proceso de reconocimiento de las ETIs y la importancia de la cooperación internacional ante la escasa ayuda del gobierno colombiano.
Recientes desarrollos y esperanza
Se discuten los decretos recientes del gobierno de Gustavo Petro que han permitido avances en la formalización de las ETIs, ofreciendo nuevas esperanzas para el futuro de los pueblos indígenas y el reconocimiento estatal.
Conclusión
El episodio concluye señalando la urgencia de cumplir con la promesa de las ETIs para asegurar un futuro sostenible en Colombia. Sin estos reconocimientos, la autonomía y la conservación ambiental, vitales para el planeta, siguen en peligro.
Menciones
- (Persona) Fabio Valencia
- (Org) Consejo Indígena del Piraparaná
- (Lugar) Amazonía
- (Lugar) Baupés
- (Evento) Constitución de 1991
- (Fecha) mayo de 2025
- (Persona) Gustavo Petro
- (Org) Asociación de Capitanes y Autoridades Tradicionales Indígenas (ACAI-PI)
- (Org) ORISOP
- (Concepto) Entidades Territoriales Indígenas (ETI)
- (Org) Liga contra el Silencio
- (Org) Fundación Gaia Amazonas
- (Lugar) Alta Guajira
- (Org) Más Bosques
- (Concepto) macroterritorio de los jaguares del Yuruparí
- (Ley/regulación) decreto ley 632 de 2018
- (Ley/regulación) decreto 0482 de 2025
- (Ley/regulación) decreto 488 de 2025
que el mundo blanco entienda que ya hacemos parte del Estado y tenemos la misma responsabilidad nosotros con nuestras propias reglas, pero no depender que un solo gobierno haga bien para la vida del mundo, sino también acá haga la vida. La voz que escuchan es la de Fabio Valencia, líder indígena del pueblo Macuna y representante legal del Consejo Indígena del Piraparaná, un territorio ubicado en la Amazonía, en el departamento del Baupés. Para nosotros ser etis no es nuevo, porque el sistema de conocimiento para manejar y mantener la vida, todo está dado del origen, eso es lo que se ha venido haciendo. Cuando dice etis, Fabio se refiere a entidades territoriales indígenas, una promesa que el Estado colombiano le hizo en la Constitución del 91. No solo a los pueblos indígenas de este país, sino a toda la nación, pues significaba reconocer a Colombia como un país plural y diverso. Esto implicó que los territorios indígenas se sumarían a la estructura política y administrativa del país, o sea que estaban al mismo nivel que los municipios y los departamentos. Lo que necesitamos es sumar, sumar más bien y ser iguales y poder gobernar el mismo nivel. Sin embargo, el país ha incumplido esta promesa, aunque se han dado pasos para concretarla. Hace pocos días, en el mes de mayo, Petro firmó dos decretos, el 04-82 y el 04-88 de 2025, que ponen en marcha la primera ETI del país en la zona norte extrema de la Alta Guajira, y dictan normas para su funcionamiento, 34 años después de aprobada la Constitución. En la Amazonía, de donde viene Fabio, ningún territorio indígena se ha formalizado como ETI todavía, a pesar de que hoy existen cerca de 20 territorios indígenas en los departamentos de Amazonas, Baupés y Guainía, en proceso de serlo, y otros cinco que han expresado su interés en sumarse. Estos territorios son el hogar de más de 45 pueblos indígenas y representan el 36% de la Amazonía colombiana. Las comunidades que los habitan mantienen casi intactas las coberturas naturales. Por eso hablar de la formalización de las etis para fortalecer el gobierno de los pueblos indígenas en sus territorios es una conversación que nos atraviesa como país, pues garantiza la conservación de la Amazonía en un momento en el que la crisis climática está cambiando el mundo como lo entendíamos antes. ¿Por qué entonces, luego de tantos años, seguimos sin cumplirle la promesa de las etis a los pueblos indígenas? ¿Por qué eso del país plural y diverso sigue siendo un concepto en el papel? Los funcionarios son los que fraccionan sus compromisos políticos, son los que desconocen esos derechos fundamentales, son los que no dejan avanzar. Yo soy Natalia Guerrero, de 070, y hoy vamos a contar la historia de Fabio Valencia, su vida como líder político en la Amazonía y su lucha por el reconocimiento de las ETI, o Entidades Territoriales Indígenas. Todo hace parte de la misma historia, porque la tierra donde nació Fabio, la Amazonía, que es vital por su biodiversidad, su rol en el clima de la tierra y la regulación de los ciclos del agua, así como su sistema de creencias y su comunidad, se conservan gracias a la relación de interdependencia que su pueblo ha tejido con el territorio y la autonomía que han logrado mantener sobre éste, con sus sistemas de conocimiento y autoridades propias. Hoy, una de sus luchas es que se reconozca esa gobernanza como parte del Estado, que se cumpla por fin la promesa. Para Fabio Valencia, del pueblo indígena Macuna, en el inicio del mundo no existía la noche. Los creadores del origen del mundo, ellos pues eran desordenados, primero que todo. No había ni noche, solo día. La gente se cansaba de vivir así. Entonces, cuando ellos se cansaban, pues vieron que alguien, escucharon alguna información que ellos les contaba a los dueños del mundo, digamos, los Ayava, nosotros llamamos a ellos. Fabio me cuenta que los Ayava eran dioses que crearon la vida de los animales y los humanos, incluido su pueblo. Pero la noche sí tuvieron que traerla de otra tierra. Makuna traduce en lengua Makuna Herulia, la gente del agua, pues viven entre los ríos Apaporis, Piraparaná y Miritíparaná. Allí conviven con los pueblos Carijona, Cubeo, Matapí, Miraña, Tanimuca y Yucuna. Fabio Valencia es su nombre occidental. Mi nombre propio sí soy jino y deino. Entonces, soy de la comunidad indígena de Santa Isabel, del río Piraparaná, en el Caño Comeña, del departamento del Baupés. Hoy en día, Fabio representa legalmente al Consejo Indígena del Piraparaná y fue clave para la transición de ACAI-PI, la Asociación de Capitanes y Autor autoridades tradicionales indígenas de este territorio hacia la entidad territorial indígena. un voto más que yo y dijo, no, yo no puedo para eso. Yo siento que esta es la persona que va para eso. Yo ya hablé con los tradicionales y ellos ya apoyaron y designaron a mí de manera unánime. Fabio lleva 34 de sus 45 años haciendo parte de procesos organizativos y políticos en la Amazonía. En los últimos años ha ejercido como líder político de su comunidad, que va más allá del pueblo Macuna. Río Pirá tiene seis territorios ancestrales. Empecé a decir Macuna, son de la base de los pueblos. Sube, llega al pueblo Itano, Muesena, Barazano, Eduria y Tatuyo. Ese es el pueblo que son ancestrales y ellos tienen su territorio ancestral. Ellos viven ahí. Y esas comunidades suman, de esos seis territorios, 17 comunidades. Que ese hace parte del territorio indígena del río Piraprana como territorio ancestral de los aguares yuruparí. Fabio se refiere al macro territorio de los jaguares del yuruparí, un enorme tejido territorial y cultural que se extiende por 8 millones de hectáreas en la Amazonía Oriental colombiana. Más de 30 pueblos indígenas lo componen, de las familias lingüísticas Tucano Oriental, Arawak y Makupuinabe, incluidos los Makuna. Su sistema de conocimientos tradicionales fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2011. En este macroterritorio se entrecruzan varios ríos, el río Tikie, que desemboca en el río Baupés, y el Piraparaná, que desemboca en el río Apaporis. Este, a su vez, desemboca en el río Caquetá, junto con el río Mirití Paraná. Estos serpentean entre tapetes verdes infinitos de selva que se conserva casi intacta gracias a la convivencia con estas comunidades, a su sabiduría holística, sus cuidados y su forma de entender los ciclos de la tierra. Antiguamente los viejos desde su pensamiento manejaban eso hasta donde iba su jurisdicción que tiene, que limita. Imagínense, hay un territorio ancestral que es Macuna y eso tiene una conectividad con otros territorios. Pero cuando vamos siguiendo, sumando, suma con otros pueblos. El macroterritorio de los jaguares del Yuruparí no solo conecta geográficamente áreas de las dos mayores cuencas hidrográficas del Amazonas, el Caquetá-Japurá y el Baupés o Río Negro. También fue una apuesta organizativa de sus cuatro gobiernos indígenas para fortalecer su autonomía. Y conecta todo un sistema cultural de conocimiento tradicional para el manejo del territorio ejercido por estos pueblos, los cuales tienen responsabilidades, rituales y prácticas socioambientales interdependientes. Y esos pueblos que viven ahí tienen ese conocimiento. Ellos son parte de portadores de este conocimiento de la jaguarayurupari. El conocimiento que nos dejaron a esos territorios, a esos pueblos para que manejen el territorio. Eso es lo que conforma el macroterritorio. Son territorios ancestrales. Fabio cuenta que estos territorios ancestrales no se ubican en la Amazonía por azar, sino que fueron asignados desde el inicio, con historias como la del origen de la noche. Así, historia a historia, se fue medio ordenando el día, la noche, la creación de la maloca, el alimento. Eso sí, era un orden imperfecto, como nuestra forma de vivir en el mundo. Para nosotros, desde el origen nos ordenaron para vivir ahí, para cuidar esos sitios sagrados, para cuidar el agua, para cuidar el bosque, para cuidar el sistema de conocimiento y sistema de alimentos. Por eso el alimento nunca nos acaba, porque así ya nos entregaron todo. Eso es lo que nosotros llamamos ordenamiento territorial. Fue ese ordenamiento, cuenta Fabio, el que eligió al macroterritorio como la tierra para albergar todo este conocimiento desde la creación del mundo. Las historias del origen de los jaguares del Yuruparí cuentan cómo sus ancestros andaron desde la desembocadura del río Amazonas en el océano Atlántico hasta sentarse en donde viven hoy. Ya entrando a Apaporis, en la libertad, un chorro de libertad, ahí es donde dejaron todo, es una puerta especial, límite. El chorro La Libertad o Yuisi se ubica en la cuenca baja del río, en el territorio indígena Yaicoge Apaporis, que también es parque Nacional Natural, y es uno de los puntos más sagrados del macroterritorio, porque allí, en la libertad, inició el mundo y su conocimiento. Entonces, todos desde el origen así recibieron ellos ese poder. El poder de ellos, la tarea de ellos es mantener esa curación. tarea de ellos es mantener esa curación. Otra palabra lo llamamos la espiritualidad, el conocimiento inmaterial, que no se ve pero fuerte. Mantiene la vida, salva la vida, defiende la vida. Cuando yo hablo de la vida, hablo del territorio, hablo del bosque, hablo de la humanidad. Así como esa zona de la Amazonía estaba destinada desde el origen a ser el macroterritorio de los jaguares del Yuruparí, Fabio estaba destinado a ser un líder espiritual y político de su pueblo. Mi papá dedicaba a eso, pero mis abuelos todos dedicaban a eso, a la curación. Desde el origen de la humanidad, estos pueblos maconas son dueños de comida, dueños de la vida, dueños de curar el mundo. Pero para Fabio, este linaje espiritual de curadores que cargaban sus abuelos y sus padres se mezcló desde el inicio con el liderazgo político. Yo empecé realmente cuando tenía 11 años ya caminando solo, 11 años. Pero me acuerdo antes, dos años más, como desde los nueve, mi papá me llevaba. Y es que para Fabio el conocimiento espiritual no podía ir desligado de la lucha política. Cuando empezaron a hablar de un proceso político, siendo un sabedor, el Oriente hizo parte de los tradicionales, uno de los tradicionales fuertes en esa época del Pirá, cuando empezaron a hablar a procesos políticos. Entonces cuando yo tenía nueve añitos yo le empezaba a llevarme en esos espacios de la conversación, en esos espacios de la asamblea, asambleas de autoridades se llamaban. Desde los once años Fabio empezó a intervenir en las asambleas. Desde los 11 años Fabio empezó a intervenir en las asambleas. En ese entonces se hablaba de ORISOP, Organización Regional Indígena Zona Pirá, que ejecutaba las decisiones, Fabio hizo parte de la conformación de ACAIPI, Asociación de Capitanes y Autoridades Tradicionales Indígenas del río Piraparaná. Primera asociación en el departamento del López y en Amazonía. Esos son los recuerdos de infancia y adolescencia de Fabio. Estar en la maloca, entre asambleas y talleres con su papá, a quien perdió en 2001, entendiendo sobre la organización política que se hacía cada vez más fuerte en el Piraparaná. Yo iba entendiendo, yo le decía, wey, pucha, ¿qué será esto? Este plan de vida, ¿qué hay en el plan de vida? Hablaban de educación, salud, territorio y cultura. Entonces yo le dije, listo, si es eso, yo con el camino voy a entender. Entonces yo le dije, listo, si es eso yo con el camino voy a entender. Y en el camino Fabio iba aprendiendo, entendiendo y haciéndose preguntas que lo obsesionan hasta el día de hoy. Por ejemplo. Cuenta la historia, parte de la educación, del respeto, del valor, del relacionamiento, la naturaleza, el valor y el respeto con una otra persona, de la familiaridad. Todo eso hacía parte de una educación propia. El respeto a los lugares sagrados, las palmas, el monte, el árbol, el bejuco, la cacería, todo era respeto. Y eso es el principio de la educación. Escuchar las palabras. Por eso la cultura de nosotros es escuchar. Ver, escuchar y tocar. Ver es tire, tire. Escuchar, tore. Tocar, moer. Si yo toco, yo estoy diciendo, oiga, esto es tales cosas. Por eso nosotros, a nosotros los indígenas dicen, el indio no puede ver sin tocar. Desde ese entonces, hace más de 15 años, Fabio ya había entendido que hablar de temas como la educación indígena era necesariamente la pregunta por la identidad de su pueblo. Y así con tantos otros temas, tantas otras luchas. Lo que hay que decir a partir de este diagnóstico educativo es ¿Quiénes somos nosotros? ¿Qué estamos haciendo? ¿Y cómo queremos hacer, cómo queremos vivir? En esa lucha por el modelo educativo indígena, por ejemplo, Fabio lleva varios años en diferentes roles, desde maestro comunitario en su territorio el modelo educativo indígena, por ejemplo, Fabio lleva varios años en diferentes roles, desde maestro comunitario en su territorio hasta representante legal de la Administración de Educación por seis años. Nosotros ya llevamos desde 2007 efectivamente ya ejecutando nuestro modelo educativo hasta todavía hoy en día. A pesar de esto, Fabio cuenta que hacerle entender al gobierno lo que buscan con la lucha por el sistema educativo indígena no ha sido fácil. Muchas veces le ha pasado que, luego de quedarse hasta la madrugada en la maloca, presentando y concertando una propuesta educativa con el gobierno departamental y nacional, al otro día el departamento enviaba a docentes que no eran del territorio, pasando por encima de lo acordado, como si no entendieran sus derechos y la constitución. Fabio me dice que esta falta de comprensión histórica, este cortocircuito que a veces se presenta entre las autoridades indígenas y el resto de entidades del Estado, es algo con lo que le cuesta lidiar como líder político del Pirá Paraná. Uno cuando está en esta representación, en estos cargos, nunca mucha gente no le hablan bien. Porque todos dicen, yo estoy robando nombres de ellos, yo estoy viviendo nombres de ellos, estoy comiendo nombres de ellos. Eso también es un reto. Hacerle entender a su comunidad lo que se está haciendo y cómo están avanzando los líderes que vienen seguido a Bogotá a tener espacios de concertación con funcionarios públicos, con ministerios, con el presidente. Estas frustraciones o la nostalgia por su hogar cuando está en Bogotá o por fuera del país no le han impedido a Fabio continuar con su proceso político. Ha ocupado cargos como el de delegado del BAUPES de la Concertación de la Comisión Nacional de Trabajo y Concertación de la Educación para los Pueblos Indígenas, CONCEPI, que formula, sigue o evalúa las políticas educativas para los pueblos indígenas de Colombia. Por eso yo digo, mi universidad esta es eso. Aprendí a liderar, aprendí a organizar, aprendí a entender, aprendí a escuchar y también dialogar. Eso ha sido lo que me ha formado la gente. ¿Qué me ha enseñado la gente? ¿Dónde he entendido? La asesoría. Tradicionales, políticos y culturales. Ellos son mi asesoría. Esos son los que me orientan. En más de 30 años, Fabio sobre todo ha aprendido a ser puente entre su pueblo y el mundo blanco, el mundo occidental. Con los años fue entendiendo y aprendió a relacionarse estratégicamente entre ministerios y malocas, entre funcionarios y líderes tradicionales, con el objetivo de lograr avances para su comunidad y caminar el camino político trazado del macroterritorio de los jaguares del Yuruparí. Entendí varias cosas, entendí cómo concertar, cómo dialogar con el gobierno nacional, cómo dialogar entre otros pueblos indígenas, qué tema posicionar. Entre esos iba posicionando las incidencias legales de las afectaciones de la Amazonía en los territorios, contaminación por la minería, explotación de minería ilegales, formalizar los territorios indígenas, hacer esos pasos y construir entidades territoriales indígenas. Otra de las grandes luchas de Fabio como representante legal y líder político del Piraparaná ha sido el reconocimiento de las entidades territoriales indígenas o etis, mencionadas al inicio de este episodio. Estas incluyen en la Constitución colombiana de 1991, que, al reconocer la pluralidad y diversidad del país, planteó las etis como una forma de gobernanza territorial para los pueblos indígenas, más allá de los resguardos, que en cambio son los espacios de propiedad colectiva del territorio. En palabras de Fabio, las CETIs representaban un peldaño más en la escalera de la autonomía indígena y de un gobierno propio. Los artículos 286 y 329 de la Constitución las establecen como parte de la estructura político-administrativa del Estado, con la misma autonomía política, administrativa y fiscal que un municipio, gobernadas por los sistemas de conocimiento indígena y con consejos indígenas como su máxima autoridad, así como una alcaldía. Pero que esto esté en el papel desde hace 34 años no significa que la autonomía indígena sobre sus territorios no existiera desde antes. Para nosotros Sereti no es nuevo, porque el sistema de conocimiento para manejar y mantener la vida, todo está dado del origen, eso es lo que se ha venido haciendo. Pero para formalizar la entidad territorial, ya para que el mundo blanco entienda que ya hacemos parte del Estado y tenemos la misma responsabilidad nosotros con nuestras propias reglas, pero no depender que un solo gobierno haga bien para la vida del mundo, sino también acá haga la vida. Más simple imposible. Las CETIs formalizan lo que vienen haciendo desde siempre los pueblos indígenas en sus territorios. Gobernarlos, gestionar los intereses de sus pueblos, tener autonomía sobre ellos y cuidarlos basándose no en las lógicas del mundo blanco, como lo llama Fabio, sino en sus sistemas de conocimiento. Sin embargo, el hecho de que lo vengan haciendo desde siempre no significa que los pueblos indígenas puedan prescindir de esa formalización de las ETIs, sobre todo con un Estado construido a partir de una lógica que aún concibe a los pueblos indígenas como menos. Si son vistas como iguales, al nivel de un municipio, por ejemplo, las ETIs también podrían manejar un presupuesto estatal o participar de rentas nacionales, por ejemplo. Sin embargo, 34 años después, ningún pueblo indígena se ha constituido como ETI en la Amazonía colombiana. Lo que pasa es que este país, a pesar de que ese reconocimiento está en la reforma de ley, ese reconocimiento se quedó en el banco, se quedó en la constitución, pero no hay efectivas prácticas. Otro logro histórico que se ha quedado en el papel. ¿Por qué ha pasado esto? O más bien, ¿por qué ha dejado de pasar este reconocimiento? O sea, aquí, al no entender los que desconocen esos derechos. Ellos son los que no dejan que esto se materialice desde su gobierno, como gobierno. Los funcionarios son los que fraccionan sus compromisos políticos, son los que desconocen esos derechos fundamentales, son los que no dejan avanzar. La falta de recursos económicos también ha sido una traba importante, que han intentado superar sin ayuda del gobierno, más bien con ayuda de cooperación internacional, por ejemplo. Para llegar allá tiene un costo muy alto, pagar pasaje para llegar a Mitú, muy alto pagar pasaje para llegar a Mitú y de ahí para allá las avionetas expresas para recorrer combustibles, remesas, material de intercambios, bueno recursos efectivos para pago, señores, servicios, un montón de cosas que pasa para esos detalles el gobierno no pone ni un solo peso el gobierno de Colombia nosotros para implementar eso no ha puesto ni un solo peso. El gobierno de Colombia, nosotros, para implementar eso, no ha puesto ni un solo peso. No queremos solamente para hacer ese título el nombre de la ETI formalizada, sino seguir defendiendo estos territorios para la vida del mundo, como reconocido como un gobierno, con unos criterios claros, cuál es la tarea realmente que hacemos, cómo coordinamos para mantener esta vida, no para seguir explotando, dañando la vida, la naturaleza, la biodiversidad, la vida humana, el conocimiento y terminar acabando con la vida. Y eso es lo que nos busca. acabando con la vida. Y eso es lo que nos busca. Lo que necesitamos es sumar, sumar más bien, y ser iguales y poder gobernar el mismo nivel. Ese desconocimiento, esa falta de voluntad política y esa falta de recursos, como menciona Fabio, ha hecho que la deuda se mantenga por más de 30 años. Ante esto, líderes del macroterritorio como él han hecho del derecho su principal herramienta política. Entonces, por eso, la única manera nosotros es buscar la estrategia de acciones judiciales y lo único que hemos logrado es por la demanda. Nosotros, a punta de demanda, nosotros no vamos en la calle, nosotros no cerramos en la calle, en las carreteras, vías principales. Todo lo que tenemos hasta en este momento ha sido a punta de acciones judiciales. Eso hacemos sin ciencias legales. Todo lado. Esta promesa ha incluido muy pocos avances. El más significativo ha sido el decreto ley 632 de 2018, que se expidió durante el gobierno de Juan Manuel Santos tras años de organización y voluntad por parte de varios líderes indígenas de la Amazonía. Este aterriza los procesos concretos necesarios para la formalización de las CETIs. Por ejemplo, conformar un consejo indígena y que se reconozca ante las entidades nacionales, que la comunidad registre y sistematice su plan de vida, o sea, su documento de autodeterminación del pueblo. También que se den los diálogos y acuerdos interculturales con diferentes ministerios e instituciones para formalizar la existencia de la ETI. Fabio cuenta que estos pasos, a su vez, han tenido también trabas, demoras, falta de coordinación entre entidades, falta de voluntad para legislar y otra vez falta de dinero para ejecutar los procesos necesarios. Al no conocer, no se avanza los procesos. Solo, por ejemplo, solo registrar el Consejo de Indígenas ante el Ministerio del Interior. empiezan a verificar cosas que no está diciendo en el decreto ley 632. Empiezan a decir, aunque no le corresponde o no le compete tener en cuenta, espere uno a ver cuándo sale la resolución, porque en el decreto dice que son, una vez se hace revista, revisa y en menos de 45 días sale la resolución. Menos. Pero eso no ha sucedido. O sea, aquí, al no entender lo que estamos queriendo hacer nosotros, es lo que no avanza en los ministerios. De los cerca de 20 territorios que buscan formalizarse como ETI, unos se encuentran en proceso de conformar y registrar su consejo indígena. y algunos más ya pasaron su solicitud para que empiece a funcionar una ETI. Todos se han tenido que enfrentar a los escenarios de espera que plantea Fabio. Mientras esperan, se han sumado más obstáculos, como las empresas que promueven bonos de carbono. El mejor ejemplo es el de la sentencia reciente del caso del Pirá Paraná, en la que Fabio fue central como representante legal. En esta sentencia, la Corte señaló que la empresa Más Bosques pasó por encima de la autoridad del Consejo Indígena y cerró el acuerdo para imponerle el proyecto a la comunidad del Pirá con una persona que no los representaba. Se ha cambiado un poco con aquellas personas que tienen forma ante avanzar. con aquellas personas que tienen forma de avanzar. Porque en primer lugar el gobierno pide el decreto y apoya con el decreto, pero no pone recursos. Al no tener recursos, pues cómo se va a implementar. A pesar de que la demora pasa de gobierno a gobierno, Fabio sí siente una diferencia, o al menos una ventana de posibilidad con el gobierno actual para el proceso de formalización, que ha tenido avances. El pasado 9 de abril, la Corte volvió a pronunciarse sobre la urgencia de reconocer a las CETIs en una sentencia que reconoció la vulneración de derechos fundamentales de 30 comunidades del macroterritorio de los jaguares del Yuruparí por la minería ilegal de oro y la contaminación por mercurio en la Amazonía. Y el 1 de mayo se expidió el decreto 0482 de 2025, con el cual el gobierno de Gustavo Petro puso a funcionar el territorio indígena Zona Extrema de la Alta Guajira, que vendría a ser la primera ETI reconocida. Otro paso que se considera un avance es el decreto 488, expedido cuatro días después, en el que por primera vez se desarrolla de manera integral las fuentes de financiamiento de los territorios indígenas como entidades territoriales, precisando con claridad su participación en el Sistema General de Participaciones y el Sistema General de Regalías. Es decir, hablar de dinero, un tema que siempre es espinoso, pero que en últimas permitirá materializar las etis. Aquí solo es, no porque no quieran, sino que acá hay una cosa de intereses económicos, o sentirse o decir que los pueblos indígenas son incapaces de manejar. Para Fabio, lo más difícil de esta lucha por las ETIs ha sido la frustración que le causa que los funcionarios no entiendan este proceso. Cuando le conviene se pega de ley, cuando no le conviene también no se pegan. Y eso es lo que no se ha podido avanzar. Me ha costado mucho, mucho entender. Hemos manviado, hemos conversado con muchos líderes. Yo termino el día de la noche o no de la noche, la actividad formal, de ahí para adelante. Sentamos analizando hasta las 1, 2 de la mañana, a veces analizamos, amanecemos, pero no hemos encontrado la razón donde a uno más le duele, que más le preocupa. Es que el Estado, los funcionarios no entienden lo que queremos hacer. Eso y la distancia de su territorio. Me ha costado mucho también como familiar personal dejarle aislar esto de la familia, aislar esto de la familia, el hijo, la mujer, la mamá, mis hermanos, mis prácticas culturales, cada una de estas épocas, no he podido participar. Ahorita está en curación y yo aquí. Y eso, yo estoy incumpliendo la regla. Pero gracias a los tradicionales que me han dicho, la regla, pero gracias a los tradicionales que me han dicho Fabio, tranquilo, nosotros curamos desde aquí, está cumpliendo porque nosotros ya le designamos esa función. Yo no estoy aquí tranquilo, uno ausenta un mes, 15 días, y acá pasa un montón de cosas. Viajes internacionales, difícil entender el idioma de cada país, diferentes países, poder conversar tranquilamente. Estas dificultades cansan a Fabio, pero lo que más lo cansa es quedarle mal a su gente siendo líder político. Decirles que un tema se demora un mes y luego demorarse años por cuenta de un sistema estatal con el que tiene que lidiar a diario. A pesar de esto, Fabio tiene que lidiar a diario. A pesar de esto, Fabio tiene todas las ganas para seguir. No me siento cansado, porque lo cierto es lograr esto. Queremos dejarlo, tenemos que terminar todo lo que ya avanzamos. Hace parte de la formalización de territorios indígenas, requisitos, ya hemos cumplido todo. Lo que estamos es materializando qué detalle que hace falta. Y de ese ímpetu, de esas ganas por seguirse organizando hasta cumplir con el objetivo de la formalización de las CETIs, no solo ganan los pueblos indígenas de la Amazonía, sino que gana todo el país. El triunfo de las CETIs es entender que los sistemas de conocimiento de los pueblos indígenas deberían ser la base para la conservación. Y si hay conservación, hay garantía de un futuro más esperanzador para todos. No es solo para los pueblos indígenas, sino como ser parte del Estado y es gobernador igual. Y más bien coordinémonos. Eso es lo que busca esto. Es para seguir manteniendo esto más formalizado, que el gobierno nacional, que el mundo y la sociedad entiendan esto. No solamente decir, ustedes incapaces solamente teniendo en cuenta sobre el manejo del billete, pero no lo han dicho nosotros, ustedes son incapaces cuando toda la vida hemos manejado todo el territorio para mantener la vida del mundo, eso sí no lo han dicho, solo han dicho que no, son incapaces, no pueden porque hablan solo términos de peso, ese pensamiento, esa forma de pensar es lo que ha limitado dialogar y creer, confiar. Acá no hay confianza. Al ver eso, estos pueblos indígenas, nosotros, donde yo lidero, hemos avanzado, buscar construir cómo, de qué manera se dialoga. Fabio, junto a otros líderes políticos del macroterritorio de los jaguares del Yuruparí, tienen la esperanza de que las CETI sean una realidad antes de que finalice este periodo presidencial. La incertidumbre sobre el gobierno que venga les hace sentir esa urgencia. Por eso vienen exigiendo que el Estado no llegue a 35 años de promesas incumplidas con las comunidades indígenas de este país. indígenas de este país. Este podcast fue producido por Cero70 en alianza con la Liga contra el Silencio y la Fundación Gaia Amazonas, que acompaña a 10 territorios indígenas en el proceso de formalización de las ETI, incluidos los que integran el macroterritorio de jaguares Guares del Yuruparí.