Fabian Vargas - "El Talento Siempre Será Superado Por La Disciplina"
23 de oct de 2024
En este episodio de "Los Hombres Sí Lloran", Juan Pablo Raba habla con Fabián Vargas sobre la importancia de romper los estigmas en torno a la salud mental, especialmente en el contexto del fútbol y la cultura machista. Exploramos la vulnerabilidad como una fortaleza y la necesidad de buscar ayuda emocional.
Capítulos
Introducción y contexto del fútbol
El episodio comienza con Juan Pablo Raba hablando sobre la importancia de crear un espacio seguro para dialogar sobre salud mental, enfocándose en las experiencias personales de Fabián Vargas. Fabián reflexiona sobre sus intereses actuales en el ciclismo y cómo el fútbol fue una parte importante de su vida que estuvo llena de presiones.
El estigma de la vulnerabilidad masculina
Raba y Vargas abordan el tema del llanto entre los hombres, especialmente en el ámbito deportivo, donde, aunque está estigmatizado socialmente, el fútbol es uno de los pocos entornos en los que los hombres pueden llorar abiertamente.
El impacto del estado mental en el fútbol
Vargas comparte sus experiencias sobre cómo el estado mental afecta el rendimiento en el juego. Describe que la presión y las emociones no manejadas pueden hacer que un jugador profesional sienta que se ha olvidado de cómo jugar.
La experiencia de Fabián con el fútbol
Vargas relata su tiempo en una pensión en Cali, donde enfrenta desafíos personales y profesionales. Comenta sobre las dificultades de adaptación, el bullying basado en las diferencias socioeconómicas y culturales, y cómo la familia juegan un papel fundamental en su fortaleza mental.
Suicidio de un compañero de equipo
Fabián narra el trágico suicidio de su compañero Carlos Montoya, resaltando la falta de consciencia y apoyo que existía en esos tiempos sobre la salud mental en el fútbol. Reflexiona sobre la importancia de tener psicólogos en los equipos para prevenir tragedias similares.
Retiro del fútbol y el día después
Fabián habla sobre la difícil transición que experimentan los jugadores al retirarse del fútbol y la necesidad de prepararse para este cambio. Comparte cómo se preparó académica y profesionalmente para enfrentar el final de su carrera como jugador.
La vida personal y el entorno familiar
Vargas describe su vida actual rodeado de mujeres, habiendo encontrado un balance entre su vida profesional y personal. Resalta el apoyo emocional que recibe de su familia, desmitificando la idea de la masculinidad tóxica.
Herramientas para el bienestar emocional
El episodio concluye con Fabián compartiendo herramientas que utiliza para su bienestar emocional, como el ejercicio físico, que considera fundamental para mantener la salud mental. También recalca la importancia de buscar ayuda profesional cuando es necesario.
Conclusión
El episodio destaca la relevancia de abrirse y hablar sobre la salud mental, especialmente entre los hombres. Vargas enfatiza la importancia del ejercicio como una herramienta clave para manejar las emociones y la necesidad de contar con una red de apoyo sólida.
Menciones
Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a Celia, plataforma líder en Latinoamérica para el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional, te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal mientras yo navego por una crisis de mediana edad y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional. Junto a Celia, cada miércoles traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda. Los hombres si lloran, donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza. Yo no soy seguidor de fútbol realmente y es curioso, la gente se muere de risa porque soy colombiano, papá argentino, criado en España. Ay, ¿no te gusta el fútbol? No, no es que no me guste, me gusta jugar, me gusta jugar, siempre fui arquero. ¿Y por qué necesitamos un arquero en el CNG? Sí, de verdad. ¿En serio? En serio. Bueno, después hablamos, después hablamos. Lo que pasa es que hoy en día me gusta demasiado montar en bicicleta. Ah, bueno, pero un domingo que de pronto no quieras, esté malo el día, es más fácil ir a jugar fútbol que montarte a la montaña. ¿Sabes qué pasa, Fabi? Que yo siempre digo que el fútbol después de los 30 es deporte extremo. Sí. Y es que uno siempre dice, yo siempre, o todos mis amigos, o sea, yo hago downhill, o sea, digamos que se puede decir que es un deporte arriesgado. De alto riesgo. Yo tengo más amigos lesionados por el fútbol después de los 30 que por montar en bicicleta. Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, señor. El menisco, que el ligamento cruzado, que el hombro, porque siempre todos dicen lo mismo. No, vamos a jugar suavecito, un pica. Nadie juega suave al fútbol. Para ellos eso, de hecho yo pocas veces voy a jugar, ahora después de retirado, por eso. Porque la gente, así sea su picadito, para ellos es su final del mundo. Entonces se la juegan como tal y quieren meter. Y entonces yo digo, levantarme un domingo a las seis de la mañana para que me vayan a pegar. Yo bien calentón que fui toda la vida. Irme a enojar, a pelearme con la gente. No, prefiero quedarme en mi casa con la familia. Bueno, pues, como te digo, a pesar de no ser seguidor, aunque claramente veo un mundial con mucha emoción y lo vemos en la casa, digamos que simplemente no tengo como un equipo que diga, bueno, es que este es mi equipo, ¿no? Sí tengo que decir que respeto y admiro la importancia del fútbol. La importancia que fútbol. La importancia que tiene un deporte que simplemente es mundial. Y admiro, no solamente a los futbolistas, yo en general admiro mucho al deportista. Porque creo que es una carrera sumamente sacrificada, fugaz también, y que tiene muchos altibajos, por muchas razones diferentes que podemos ir hablando pero tal vez la principal razón por donde quiero empezar la conversación hoy contigo fabi en primer lugar agradecerte por estar acá por tomar el tiempo para venir sé que estás muy ocupado te agradezco muchísimo que saques el tiempo como todos estos invitados pues que realmente realmente algún momento decían sentarse en esa silla para hablar de algo que que probablemente no sea tan cómodo hablar o que sencillamente pocas veces lo han hecho. El nombre de ese podcast es Los hombres si lloran, justamente porque queremos resaltar la importancia de la acción de llorar, no solamente para los hombres sino para cualquiera, pero en los hombres, en esta sociedad latinoamericana, machista, del patriarcado, ¿cierto? Qué curioso que tal vez el deporte, que es considerado de las cosas más machas que hay, es tal vez uno de los únicos espacios en los que socialmente se permite, se acepta y hasta se ve bien que los hombres lloren. ¿Por qué crees que en nuestra sociedad, en este patriarcado, en el machismo, digamos, como se vive en algo tan importante para el hombre, en ese espacio sí puedan llorar o les parezca bien o normal que otro hombre llore? Bueno, Juan, primero muchas gracias por la invitación, de verdad que me parece un espacio importante para mostrarle a las personas cosas distintas en diferentes facetas. Y en este caso lo que me atañe a mí que es el fútbol, la gente piensa que nosotros jugamos fútbol con los pies. Los pies para nosotros son unas herramientas, pero realmente nosotros jugamos al fútbol con los pies. Los pies para nosotros son unas herramientas, pero realmente nosotros jugamos al fútbol con la cabeza. Si nosotros no estamos bien de la cabeza es difícil que las piernas respondan después. Entonces, manejar esas emociones del ser humano, muchas veces la gente piensa que es que el futbolista no es ser humano, sino que es un androide, es un robot y se olvida que puede tener problemas como todos los demás, que peleó con la esposa, que su hijo está enfermo, que tiene problemas económicos, hay muchas cantidades de cosas que te pueden afectar emocionalmente y eso hace que de pronto tu rendimiento no sea el mejor o de pronto no casi siempre hace que ese rendimiento caiga entonces la crítica de la prensa la crítica del hincha es a este es un vago se gana una cantidad de millones y no hace nada pero no saben que puede estar pasando en la cabeza de ese jugador. De hecho, yo ahora trabajo en los medios y parte de mi trabajo es tratar de hacerle entender qué puede estar pasando en la cabeza de esos jugadores, en qué momento están pasando. Uno se puede enterar de otras cosas a nivel personal y hacerles entender la situación de los jugadores. ¿Qué pasa en el fútbol? El fútbol, yo creo que lo define una palabra y es la pasión. Eso es lo que mueve a toda la gente. Y cuando vas a jugar, que hablamos que vas a jugar la recocha, lo haces por pasión, por amor a un deporte. Y resulta que esa pasión te lleva a generar muchos sentimientos. ¿Y por qué creo que lo aceptan cuando uno llora de hecho yo soy yo soy muy llorón yo lloro viendo el chavo y es porque dentro de esa pasión esos sentimientos que generan o es de alegría o es de frustración y esos sentimientos está bien que llores, genera que puedas llegar a llorar. Entonces creo que está permitido en esos instantes, porque si tú ves en otra situación o al mismo jugador en otra situación que esté llorando, la gente ya sale a decir, pero este es un llorón, pero este qué poco hombre es porque llora. ¿Te ha pasado en tu carrera? A mí no me pasó, pero sí hay muchos colegas que tuvieron esos problemas, esos inconvenientes y de hecho prefirieron guardárselos que salir a decirlo precisamente por esa presión social que podía llegar a generar una situación donde los vieran vulnerables fuera del terreno de juego, fuera de ese momento en que ganaste o perdiste que es válido, que es donde permiten que se llore, pero después tienes que ser un varón, un macho, el que muestras en la cancha, el que es bravo, el que tiene garra, el que tiene fortaleza, pero afuera ya como que no es permitido y está como mal visto por la sociedad. O sea, que tú, que además, lo sé porque lo hablamos, tú siempre fuiste además como un jugador duro, que los entrenadores utilizaron mucho para sentar como, como diríamos, como una base física del equipo. Sí, sí, presencia. Presencia, presencia. Te pasaba en la calle, o sea, no sé por qué me viene a la mente, sabes que hay como una leyenda urbana sobre Bruce Lee, o no me acuerdo si existía en la película, en Dragón, pero decían que una vez que él se empezó a hacer conocido con el Kung Fu, que cuando estaba en Hong Kong le decían que le buscaban pelea, como Camine, o hice una película con Liam Neeson, y me dice que un par de veces le pasó que tipo de la nada buscándole pelea. El tipo más tranquilo del mundo. La gente lo ve a uno y cuando estás en la cancha, llegas a ser un personaje. O sea, formas un personaje y dependiendo tu rol, a sí mismo es lo que vas a desarrollar. Entonces, en mi profesión, en mi posición, yo era el que tenía que ser la garra, la fuerza, el que se peleaba en ciertos momentos, de defender a sus compañeros, de que acá no vas a pasar, de mostrarle al rival que acá tienes a alguien que te va a poner las cosas difíciles. Entonces la gente empieza a verlo a uno con esa rudeza, con esa garra, y piensa que igual es fuera del campo. Lo que pasa es que nosotros termina el partido y ya, es otra cosa, entonces lo ven a uno en la calle y le dicen a uno uy, pero yo pensé que usted se ve de una forma distinta en la calle y mira lo que me pasa un día ya estando retirado, jugando en el equipo de papás del colegio y estoy en una fiesta cumpleaños de una amiga y yo veía un señor que me saludaba, era una discoteca y me saludaba pero con una emoción y yo vi a un señor que me saludaba, era una discoteca y me saludaba, pero con una emoción y yo dije, un hincha y bacano, lo saludé. Estaba como en un palquito en un segundo piso y me saludaba y cada que me veía hasta que como a la media hora el señor llegó a la mesa donde yo estaba, hola Fabián y yo qué tal, mi señor, cómo está, yo soy fanático suyo, se sabía mi carrera desde que inicié yo. Bacano, para mí eso es muy emocionante y es muy gratificante recibir el cariño de la gente. Y me dice, yo juego en un colegio que es la contra del colegio de tus hijas y el día que me di cuenta que jugabas ahí me preparé, no salí esa noche, me concentré y tal. Estaba yo en mi casa pensando cómo iba a ser el partido y yo solo soñaba con encontrarte en la cancha y verte de frente y pegarte un puño. Y yo me quedé, le dije venga compa usted está bien de la cabeza y me dice, no, sí y yo quería pegarle un puño y que nos agarráramos y que usted me pegara un puño a mí también y yo poderle ir a decir a mis amigos que me había agarrado con Fabián Vargas y yo, o sea, yo quedé yo no lo podía, yo decía pero, ¿qué le pasa a este tipo? o sea, este tipo le falta le falta un tornillo, pero ¿cómo? y yo le decía compa usted, usted de verdad está bien me decía sí, es que mi sueño era poderme pelear con usted, es que yo lo veía a usted en la cancha todo guerrero y yo decía yo quiero ser así y yo, carajo yo decía, y le dije venga, compa de verdad usted está mal levantarse en un domingo a las 6 de la mañana supuestamente para ir a disfrutar pero pensando en que te vas a ir a pelear, de verdad, usted está mal levantarse en un domingo a las seis de la mañana supuestamente para ir a disfrutar, pero pensando en que te vas a ir a pelear, le dije eso no está bien, el fútbol no es para eso y me decía, no, pero es que era mi sueño, me decía el hombre y yo le dije primero que todo usted hubiera comprado una pelea muy mal comprada usted sabe a mí por qué me pagaban? O sea, le dije, de verdad que te podría haber hecho mucho daño. Y no es la idea, pero para que te des cuenta lo que genera ese personaje de cuando lo ven a uno en la televisión, en las canchas, y a lo que puede llegar a la gente pensar ya estando fuera. Entonces, perfecto. Qué bueno, porque eso nos da pie a esta pregunta. Y es, como bien me acabas de decir, me pasa mucho a mí también, obviamente, por mi trabajo, pero entonces tienes este personaje que de alguna forma se va creando con el tiempo y dices, ok, yo soy bueno para esto, es importante lo que hago y es como parte de una estrategia del equipo. ¿Qué pasa cuando ese personaje, que tiene que dejarlo todo en la cancha, que tiene que ser rudo, que tiene que defender, que tiene una posición tan importante a nivel psicológico y físico también, pero tanto a nivel psicológico, ¿qué pasa en esos días en los que comentaste antes, en los días en los que se murió alguien, no te sientes bien, peleaste con las postas, estás preocupado por tal, ¿cómo hace uno para entrar a esa cancha, a esas 60 mil personas que están esperando eso de ti? No es fácil, yo la verdad no tuve grandes problemas, pero hubo momentos en que estaba uno tan mal desde la parte mental que entrabas a la cancha y sentías que se te había olvidado jugar. ¿De verdad? Realmente, o sea, la pelota te rebotaba, pensabas algo, hacer un pase que generalmente lo hacías con los ojos cerrados y lo errabas, no lo podías hacer, entonces te llenabas de desconfianza y sabías que no iba a ser un buen día. Yo tenía una, entre todo, una posibilidad y era que yo me podía refugiar desde la parte física. ¿En qué sentido? En que la gente no iba a notar de pronto que yo estuviera tan mal, que si yo me ponía a correr, a meter, a tirar planchas, a recuperar la pelota, con eso bastaba como para cumplir en el partido, pero yo internamente sabía que no estaba bien, que las órdenes que le estaba mandando a mi cuerpo no eran las adecuadas, que me había llenado de esa desconfianza y me iba mal para la casa. Entonces empezaba a ver qué podía haber pasado y hubo momentos, digamos, de rupturas amorosas, que me peleaba con mi mujer y eso me podía llegar a afectar en mi rendimiento. Entonces yo empecé a tomar herramientas de diferentes momentos de mi vida, especialmente cuando yo me voy para Cali, yo me voy a Cali muy joven de 16 años, ya acababa de terminar el bachillerato y empecé la universidad y estando en la universidad conocí algo que fue el pnl la programación neurolingüística y me dieron ciertas herramientas para manejar en la universidad en cali en cali si yo yo estudié yo hice dos semestres en la javeriana en cali de administración de empresas y una de las clases tenía mucho conocimiento del PNL y nos hacía ejercicios que nos sirvieran a nosotros para manejar diferentes emociones. Dentro de esos ejercicios nos enseñó la respiración, cómo poner tu cerebro en un estado alfa, cómo resetearlo y eso me ayudaba muchísimo en diferentes momentos para manejar. En el fútbol hay presiones grandes, no son las presiones de la vida cotidiana, pero hay presiones fuertes que no todo el mundo sabe gestionarlas de la mejor manera, pero a mí lo que fue aprender a respirar, aprender a conocer mi cuerpo, aprender a relajarme, me ayudó muchísimo para manejar diferentes situaciones, especialmente cuando mi cabeza sentía que no estaba bien, sentía que tenía que ponerla a relajarse, a resetear para volver a iniciar. ¿Recuerdas algún momento en particular? O sea, algún día que realmente hayas dicho, no sé cómo voy a hacer esta vuelta, o sea, no sé cómo voy a salir. ¿Recuerdas algo que te haya pasado? Pues te puedo hablar más que todo de esa presión y del nerviosismo y del cagazo que realmente le puede llegar a generar a uno salir a representar un país. Y te voy a hablar de esta historia que fue de las pocas veces que no pude, o que me costó muchísimo trabajo llegar a ese nivel de focalización, de concentración para poder salir tranquilo a una cancha. Y fue en la final de la Copa América del 2001. Estábamos jugando acá en Bogotá, jugábamos la final contra México y lo que yo te decía, cuando yo estaba nervioso, cuando tenía esa ansiedad normal que te genera un compromiso importante, lograba con los ejercicios que ya había hecho, que había aprendido en la vida con diferentes personas, lograba poner ese foco rápidamente. Y ese día fue muy difícil para mí. La noche anterior estábamos concentrados acá en Bogotá y no lograba conciliar el sueño. Estaba ese miedo al fracaso, que es algo que muchas veces paraliza a la gente y no lo deja conseguir grandes cosas. Y empecé a hacer los trabajos que conocía y no lograba calmar mi corazón, las pulsaciones a mil pensando en lo que iba a pasar, la cabeza, muchos pensamientos negativos y haga los ejercicios, y yo haciendo una autogestión, visualizando lo que podía llegar a ser el partido, pero ya poniendo pensamientos en positivo. Y yo me acuerdo que no podía dormir, no podía dormir y volteé a mirar a mi compañero, que era el Tigre Castillo, Jairo Fernando, y le digo, Jairo, ¿cómo estás? Y me dijo, estoy cagado. Entonces para mí fue también como un alivio porque dije, bueno, no soy el único. Este tipo es mucho más grande que yo, tiene mucha más experiencia y también está sintiéndose igual. Entonces yo creo que ese fue uno de los días que sentí muchísimo esa presión, pero que bueno, al final la pude manejar, pero que sentí ese miedo en el cuerpo y realmente fue difícil. Tú lo sabes y pues lo sabemos. Gente con talento hay un montón. Y supongo que en el mundo del fútbol debe haber tantos, porque además al ser un deporte tan popular, es como que todo el mundo quiere jugar fútbol. Y que todo el mundo lo puede practicar. Y que todo el mundo puede practicar. Todo el mundo sueña. Si tú tienes dos jugadores de las mismas características físicas, mismos talentos, ¿crees que el componente mental juega un factor importante a la hora de quién consigue realmente triunfar en la carrera? Muchísimo. Y eso lo detecté yo muy joven. Te contaba que yo me fui de acá. Yo soy de Bogotá y me fui para Cali a probar al América a los 16 años y yo llego a algo que se llama una casa hogar, una pensión y es que muchos equipos en el mundo tienen esa posibilidad y abren una casa, un espacio donde pueden vivir muchos jóvenes y que ellos traen de diferentes partes del país, que fue lo que me pasó a mí, jugadores que tienen un scouting, que viaja por todo lado detectando posibles talentos y los llevan a esa casa y los meten ahí y tiene uno que empezar a cumplir ciertas normas de convivencia, te dan la alimentación ahí, tienes tu techo asegurado. Te dan la alimentación ahí, tienes tu techo asegurado. Muchos de esos jóvenes no tienen eso en su casa. O sea, no tienen los alimentos diarios porque vienen de unas condiciones sociales bastante complejas. Y ahí llegaba el mejor talento de todo el país. Eran 20 cupos que abrían y eran los más talentosos del país. Ahí fue que entendí que la cabeza era muy importante si yo quería triunfar, porque muchos de ellos eran más talentosos que el talento que yo podía tener, pero su cabeza era muy frágil. El nivel de logros o de objetivos que tenían era mínimo y me di cuenta, y esto yo lo hablo mucho en mis charlas, que el talento siempre se va a ver superado por la disciplina, siempre. Si ese talento no tiene disciplina, está condenado a desaparecer. Porque la constancia, el trabajo, el seguir mejorando tus facultades hace que crezcas. En cambio, cuando eres talentoso estás acá, pero no lo trabajas, empiezas a decaer y el otro con el trabajo empieza a subir y lo termina superando. Vi muchos amigos, de hecho, muchos de esos me los encuentro ahora y me dicen Fabi, si yo hubiera tenido la disciplina tuya. Esos me los encuentro ahora y me dicen, Fabi, si yo hubiera tenido la disciplina tuya. Pero ya lo dicen arrepentidos porque en su momento no tuvieron esa constancia para decir, no, no quiero ir a esa rumba, tengo que cuidarme, no puedo estar tomando trago porque va a ir en contra de lo que quiero hacer. en contra de lo que quiero hacer. Una cantidad de factores que terminaron dejando en simplemente un recuerdo de la gente decir qué talento tenía ese tipo, lo que hubiera llegado a ser si hubiera tenido disciplina. Entonces la cabeza sí es un factor importantísimo y determinante para lograr éxitos en la vida. ¿Cómo te das cuenta de dónde vienes tú a los 16 años a tenerla como tan clara, como tan joven? O sea, yo pienso en mis 16 y mis 16 no fueron así de claros, digamos, pero ¿de dónde te viene a ti esa claridad? Yo creo que de mi familia. Conocer la historia de mi familia para mí fue fundamental. Una familia que, como muchas en este país, fue desplazada del campo por la violencia. ¿De dónde? Del Tolima. Del Tolima y de Cundinamarca son mi familia. Parte de Apulo y de Suárez Tolima, que llegaron a Bogotá con sus hijos, con una mano adelante y otra atrás, sin un techo, o sea, perdieron absolutamente todo lo que tenían. ¿Tus papás o tus abuelos? Mis abuelos, mis abuelos, entonces creo que eso fue determinante conocer eso, Entonces creo que eso fue determinante conocer eso, ver todo lo que consiguieron, que mi abuelo siendo pescador asfáltica, ahí era donde se metían todos a dormir. Y ver cómo con trabajo, con dedicación, lograron darle estudio, lograron darles unas enseñanzas, unos valores, donde a base de trabajo empezaron a conseguir ciertas cosas. Y ver esa perseverancia de mis papás para sacarme adelante de un barrio complejo con muchas problemáticas y a base de enseñanzas, de lucha, de educación, me mostraron el camino que debía seguir. de educación me mostraron el camino que debía seguir. Muchos de mis amigos terminaron o presos o muertos o se les acabó la vida por las drogas y ver cómo esos ejemplos de mis papás, de levantarse todos los días a trabajar independiente de los problemas, seguir adelante, de darme un estudio, de inculcarme esos valores, creo que eso fue lo que a mí me hizo tener muy claro cómo debía yo trabajar mis sueños, porque ese era mi sueño, ser futbolista profesional. años que llega esa oportunidad, mis papás me dicen, mijo, ¿usted qué quiere hacer? Yo les dije, este es mi sueño, yo quiero ir detrás de él. Y el apoyo total de ellos siempre, seguramente tuvieron que cohibirse de muchas cosas para comprarme unos guayos, para darme los viajes cuando teníamos que viajar y estar ese acompañante para mí, ellos fueron el pilar y les agradezco muchísimo porque creo que ese carácter que tengo y que demostren en mi vida y en la cancha fue gracias a esas enseñanzas que ellos me dieron llegar a cali a los 16 años no es fácil encontrarme con esos talentos a época además si cali compleja obvio una cali compleja. Obvio, una Cali compleja y encontrarme con una realidad que vive la persona que es nacida acá en Bogotá, fuera de Bogotá, es muy duro. Ya me habían estigmatizado por el hecho de ser rolo y los rolos son malas personas y los rolos se creen más que los demás y una cantidad de cosas que me tocó vivir, con las que me tocó luchar y mostrar que yo era una persona distinta y que iba y estaba allá detrás de mis sueños. Y pasa algo, Juan, que es muy extraño. En el fútbol hay un bullying hacia las personas que tienen más oportunidades en la vida. Convivir con eso fue muy difícil. Yo llego a Cali con otros dos compañeros, llego a una pensión donde la mayoría de compañeros tenían unas carencias grandísimas en su casa, entonces en la casa había un televisor y en el cuarto de nosotros teníamos televisor, teníamos VHS, había nevera, teníamos unas comodidades que para ellos no eran normales y eso empezó a generar también un conflicto con ellos. A uno de mis compañeros le dieron carro con 16 años, su papá tenía una posibilidad distinta y le dieron carro, entonces nos empezaron a odiar simplemente por el hecho que nosotros teníamos otras posibilidades, simplemente por el hecho que nosotros teníamos otras posibilidades. Entonces nos tocó batallar contra eso. No era fácil. Eran noches interminables donde los tres rolitos estábamos en esa habitación llorando toda la noche. ¿De verdad? Toda la noche. Imagínate salir de tu casa a los 16 años, enfrentarte a... Aunque sea acá mismo en el país, es una cultura distinta. La cultura de Cali es diferente, los jóvenes que estaban ahí, había gente del Chocó, había gente del Pacífico, había gente del Atlántico, o sea, había gente de muchas partes del país, entonces eran muchas culturas conviviendo en un mismo sitio y era difícil. Y nosotros, yo me acuerdo que esas noches a veces eran interminables y nos poníamos a llorar porque extrañaba a uno su casa y era como que los tres, yo estaba con Kilian Virviescas, Andrés Pérez, que también llegaron a ser grandes profesionales y tuvieron carreras muy bonitas y nos dábamos el apoyo yo tenía un carácter un poco más fuerte, entonces yo como que era el papá de ellos y los arropaba pero éramos los tres que nos dábamos ese ánimo y tocaba pasar las noches llorando y al otro día que tocaba levantarse a ir a agarrar el bus y a llegar a entrenar y a seguir peleando por nuestros sueños, pero creo que ese apoyo que tuvimos entre los tres fue fundamental para haber podido llegar al fútbol profesional. Qué belleza. Sí, fue muy bonito. De hecho tenemos una amistad hermosa todavía compartimos Kilian es un hermano de la vida Andrés también seguimos haciendo cosas juntos porque nos une algo muy fuerte y es que estar allá y entonces ver a Andrés me quiero ir, me voy y convencerlo no, marica, no te vas ¿cómo te vas a ir? ya llevamos tiempo acá tenemos que seguirla luchando y al otro día era el otro el que flaqueaba, entonces fue muy bonito, es un recuerdo muy bonito porque la verdad nos ayudó a madurar muchísimo y a entender que realmente eso era lo que amábamos y eso era lo que queríamos hacer y que lo hacíamos por pasión, que para mí es el motor más grande que hay en la vida y no por necesidad la necesidad se acaba y creo que ahí termina esa fortaleza, en cambio la pasión no se apaga nunca la red de apoyo, que importante importantísimo tener a alguien a quien contarle tus cosas si te sientes mal y no sentirte mal porque te querías ir o porque estabas... ¿Puedes llamar en este momento si un día te sientes mal? ¿Todavía se llaman y dices, hermano, no está pasando eso? Todavía llamamos y si tenemos algún problema lo comentamos y buscamos ayuda y hablamos y si tienes que llorar, acá está el hombro para que llores o si te tengo que decir algo que no veo que está bien, no lo decimos sin ningún problema. Espectacular. Sí, sí. Dicen los militares, yo en un showcase en Estados Unidos, tuve que compartir mucho con militares, tuvimos un entrenamiento, una semana que, mejor dicho, para hacerte la corta, el último día fueron 36 horas seguidas haciendo ejercicio. Buenísimo. Con el único objeto de que nos sintiéramos como familia. Porque lo que ellos dicen es lo único que tienen en común todas las familias del mundo es que comparten dolor y alegría. Entonces tú hiciste ahí una familia. Esa hermandad es una familia que hiciste fuera de tu casa. Y parece que importante que es poder tener esas redes de apoyo, esa persona a la que puedes levantar la mano y decir, parce, me está quedando grande. Juan, mira, si algo buscan en el fútbol es algo muy parecido con lo que los militares, de hecho, en el fútbol lo primero que me dijeron a mí cuando estaba empezando es o las jerarquías se respetan o la milicia se acaba. Precisamente por eso, porque hay un mando y sigue uno órdenes de esa persona, pero se empieza a armar un grupo, una piña, dicen en España, esa familia, y que la defiendes como tu familia. Mira que yo creo que es importantísimo y especialmente en el fútbol porque pocas veces vi que buscaran esa ayuda. A mí me pasó algo que fue muy duro para esa familia y es perder uno de esos hermanos. Y esos hermanos muchas veces no buscaron la ayuda de los demás. Por pena, por lo que estábamos hablando al principio, de que van a decir que yo tengo algún problema, que me estoy sintiendo mal y no busco ayuda a tiempo y terminó mal la situación, fue un golpe durísimo para todo el grupo, eso fue año 99, estábamos disputando finales del torneo colombiano yo estaba en América y tuvimos un compañero que empezó a tener comportamientos raros se le veía raro, las cosas que hablaba había perdido el interés por por todo y los más cercanos le hablaban y lo que hacían era, ellos le hacían una especie de bullying para, ay no seas marica, deja la bobada. Siento que fue también parte de no tener ese conocimiento, de no tener ese espacio para poder hablar este tipo de situaciones, cuando te sientes mal, que pierdes, que te llegas a desinterés por absolutamente todo y que mucha gente no entiende. O sea, un tipo que tenía una buena familia, que tenía reconocimiento, que tenía dinero, que tenía un buen auto, que tenía una buena casa, ¿qué le podría faltar? Pero siento que él no habló en su momento y empezó a tragarse todo eso que estaba pasando por su cabeza. Los que estábamos al lado tampoco sabíamos cómo identificar qué le estaba pasando, qué le estaba sucediendo. Él empezó a no querer ir a los entrenamientos, los comportamientos de él no eran los mejores. Un día yo me acuerdo que estábamos entrenando y de un momento a otro se tiró al piso y empezó a gritarle a Dios, quítame esto por favor, ¿qué es lo que tengo? Y todos quedamos, carajo, ¿qué está pasando con nuestro compañero? No sabíamos y no teníamos las herramientas para de pronto haber detectado, haberlo ayudado. Él tampoco tenía ese conocimiento y tampoco tuvo de pronto esa fortaleza para hablar. Lo sacaron del entrenamiento, trataron de llevarlo con el médico, Lo sacaron del entrenamiento, trataron de llevarlo con el médico, que podía tener un conocimiento más a profundidad de lo que le estuviera pasando. Salió del entreno, a los días le dieron dos días de descanso y volvió a entrenar otra vez como si nada. Y uno lo veía cabizbajo, no hablaba. La gente le preguntaba y él decía no, todo bien, y estando concentrados un día, el médico le recomendó que fuera a un sitio de reposo para tranquilizarlo, para que estuviera bien, estuvo dos días nomás, y un día estábamos en la concentración cuando nos llaman que Carlitos se había suicidado. El hombre no aguantó más y tomó esa decisión y como grupo fue durísimo lo que te digo, o sea, que un hermano se te vaya de esa forma fue durísimo, fue durísimo para todo el grupo y siento que no se le puso el cuidado adecuado a una situación tan grave como esa, porque pasó y nosotros al final, yo te digo, yo tenía 19 años y como que no supimos qué pasó, simplemente se suicidó y ya. Pero no entendimos las causas de fondo de esa situación y si se hubiera podido haber hecho algo teniendo conocimiento de lo que estaba pasando. Yo te estoy hablando del año 99 y todavía hay muchos equipos que no tienen psicólogos en sus staff. Creo que te iba a preguntar, ¿hoy ha cambiado algo? Ha cambiado muchísimo, ha cambiado muchísimo porque ya han habido muchos más protagonistas que han salido a decirlo. Uno de los más famosos, Andrés Iniesta, que lo ganó absolutamente todo y tuvo esa fortaleza que creo que es importantísimo y por eso te decía que gracias por este espacio de donde pueda salir a decir a mí me pasó yo lo viví y eso fue lo que hizo andrés iniesta decía que le iba entrenaba porque le tocaba pero llegaba a su casa y su cabeza estaba lo ganó todo lo había ganado todo y económicamente estaba muy bien y era conocido en todo el mundo, o sea cualquiera podría decir pero este tipo... ¿Qué le va a faltar? ¿Qué le va a faltar? Y resulta que hay cosas al interno, en la cabeza, que te pueden carcomer y que si no tienes quien te ayude, quien te oriente, pueden terminar en lo que terminó Carlos Montoya. Y mira que eso fue en el año 99 y yo estuve cinco años más en América y la parte psicológica, ese apoyo, nunca estuvo. No apareció. Después lo empezaron a implementar porque se dieron cuenta, por eso yo te decía que nosotros jugamos es con la cabeza, empezaron a entender mucho más qué estaba pasando, tuvieron que pasar muchísimos casos de estos especialmente en los arqueros, si te das cuenta el mayor índice de suicidios de futbolistas ha sido de arqueros. ¿De verdad? Sí. No sabía. Dice que yo fui arquero, lo poco que hice fue de arquero. Sí, pero ¿sabes qué pasa? Por la posición. Porque es una posición donde todo lo haces solo, estás aislado. El arquero llega y se entrena diferenciado, entrena con sus otros dos compañeros y el entrenador de arqueros, pero lejos del equipo. Después se integra cuando ya se va a hacer un trabajo de fútbol que se necesita, pero casi siempre llega, está solo, es una posición que en el campo tú estás rodeado de mucha gente, pero ellos están allá atrás, solos, la presión de ellos es muchísimo más grande porque yo me puedo equivocar, pero si yo me equivoco sé que tengo a alguien atrás que puede corregir mi error. Los errores de los arqueros generalmente no tienen... es gol y saque desde la mitad,, creo que ha sido importante que empezaron a detectar toda esa cantidad de situaciones y le han puesto muchísimo más cuidado y mucha más importancia y abrirle esos espacios. Ya los equipos, cuando yo llego a Argentina, en Boca, estaba el psicólogo y empezó a ayudarles a los jóvenes y a los más grandes. A los jóvenes en ese manejo de presión y a los grandes fue algo muy bonito que empecé a ver también y es algo que yo he tratado de trabajar desde el gremio nuestro y es darle ese apoyo a los que están de salida porque dijiste que era una profesión que era corta, efímera que se va muy rápida y generalmente uno termina su profesión, yo terminé a los 38 años y tienes toda la vida por delante y resulta que de la noche a la mañana ya no tienes ya no tienes nada que hacer. Te levantas y miras para el techo y ¿qué me pongo? Y 38 años, uno es muy joven todavía. Claro, y ese día después cuesta muchísimo. Cuéntame ese día después. Cuesta muchísimo. ¿Cuál fue tu último día? ¿Lo recuerdas? Sí, lo recuerdo, pero como yo ya había empezado a vivenciar todo esto, yo me empecé a preparar para ese día después, para que no me agarrara así, entonces yo hablaba con los compañeros, muchos de ellos terminaron en depresión, casi todos, le pasa a la mayoría, o sea, no es solo a los futbolistas, sino a la mayoría de jubilados, después de 40 años haciendo lo mismo y un día te levantas y no tienes, o sea, tu rutina ya se acabó y terminas en divorcios porque empiezas a convivir con tu mujer después de 20 años. Claro, estás viajando, estás concentrado y de un momento a otro empiezas en el día a día con tu mujer. Ella tiene una rutina, tus hijos tienen una rutina y tú no tienes nada que hacer. Empiezas a desesperar a todo el mundo y termina mal. La mayoría termina quebrados en menos de un año, separados, con problemáticas de alcohol o drogadicción. Es un tema bastante complejo. Que estando yo en el gremio empecé a ver eso. Yo fui el presidente de la gremiación de fútbol durante ocho años y empecé a ver toda esa situación de compañeros que estaban pasándola así y les dije a las personas que yo estaba al mando del gremio, les dije, tenemos que hacer algo para preparar a estos seres humanos para ese día después. Entonces, yo tenía que dar ejemplo y lo primero que hice fue ponerme a estudiar. Dije, tengo que ponerme a estudiar mientras juego para que cuando llegue ese momento, por lo menos yo ya tenga una base académica que me dé la posibilidad de ir a pedir trabajo, de montar una escuela de una forma estructural, de hacer muchas cosas, pero ya con un respaldo desde la academia. Tenemos que empezar a preparar a nuestros jugadores para cuando llegue ese día, porque te digo que no tengo el número exacto, pero debe ser un 98% que entra en depresión, y en una depresión profunda que es mucho más difícil de tratar, porque ya no tienes un respaldo de un equipo que te pueda poner a personas preparadas para que te orienten quedas prácticamente el jugador termina de jugar y prácticamente queda en el olvido ya no haces parte de un equipo ya no me corresponde esa responsabilidad ya defiéndase como usted pueda a mi que me pasó? Yo hice un empalme muy bonito y es que ya estaba trabajando en los medios. O sea, antes de terminar mi carrera, yo ya había empezado a trabajar en ESPN y en Caracol, televisión y radio. Entonces, yo termino mi carrera como futbolista, me lo disfruté hasta el último día porque ya sabía, o sea, yo ya me había venido preparando para ese momento, pero terminé acá y al otro día me levanté, agarré otra rutina, me fui a hacer ejercicio, que era lo que había hecho toda la vida, ya de otra forma, y en la tarde ya tenía, o sea, me iba, preparaba mi programa y me iba a hacerlo. Entonces, ese empalme para mí no fue tan fuerte, tan duro, pero porque lo preparé. O sea, tuve la claridad de haber visto muchos ejemplos y empezar a prepararme para ese momento. para ese momento? Un personaje en la cancha, personaje en tu vida y claramente pues una historia rodeada de muchos hombres, de hermandades, de tu papá, que claramente fue importante para ti y ahora estás rodeado de mujeres. Sí. Y ahora estás rodeado de mujeres, compadre. Sé que tienes un matrimonio bonito que son muy parceros ¿cómo es eso? ¿cómo es pasar de estar de esa masculinidad tóxica toda tu vida? es lindo de verdad que yo soy un agradecido de la pareja que tengo porque creo que todo lo que hice ¿cuánto tiempo de matrimonio? cumplimos, vamos a cumplir la otra semana, no, esta semana. No sé cuándo salga el programa, pero mañana cumplimos 25 años. ¿25 años? 25 años. O sea que además te casaste en pleno apogeo de carácter profesional. Sí, sí, sí. Yo la conocí a ella cuando tenía 19 años. un apogeo de carrera profesional. Sí, sí, sí. Yo la conocí a ella cuando tenía 19 años. Una gran mujer, una mujer que ha sido un apoyo importantísimo, que hemos construido juntos, que ha estado ahí a mi lado para todos, creo que ya era. Cuando tenía problemas con ella, ahí era que yo tenía inconvenientes, claro, porque me tocaba resolverlo solo, gestionarlo solo. O sea, cuando tenía esos problemas de pareja, era difícil, porque cualquier otro problema, ella era mi confidente, era con la que hablaba, pero acá no. Acá me tocaba buscar a Kilian o ver cómo hacía para resolver pero ha sido lindo mira que tengo dos hijas la nana que nosotros tenemos fue nana de mi esposa y es nana de mis hijos ahora entonces es parte de la familia, tenemos dos perritas, o sea todos son un matriarcado ahí total y es llenarse de paciencia creo que si algo me sirvió el fútbol y conocer tantas maneras de pensar y comportamientos me ayudó a aprender a conocer a las personas y a cómo tratarlas a cada uno dependiendo como identificara yo cuál era su carácter entonces eso me sirvió mucho para tener paciencia porque son tercas, todas son tercas. Afortunadamente. No, sí, está muy bien. Entonces, lo que aprendí fue a darles la razón. Ok, tú tienes la razón. Me gusta debatir y, de hecho trabajo en debatiendo, me gusta mucho, entonces con mis hijas me gusta que piensen y me encanta porque tienen una personalidad abrumadora y toman decisiones y son propias y las hemos criado para eso, porque creo que eso es el mundo y las hemos criado para que huelen, para que conozcan, para que salgan de la casa. Va a ser muy duro el día que se vayan, pero creo que ha sido una experiencia muy bonita estar rodeado de tantas mujeres porque también te llenan de mucho amor. Entre hombres es mucho más difícil demostrar el cariño porque se puede pensar mal cuando demuestras cariño entre hombres. En cambio entre mujeres son tiernas, son dedicadas, son especiales, me cuidan, me apachachean. O sea, es una experiencia muy linda en ese día a día porque disfruto y me llenan de mucho amor. ¿Te han visto llorar? Sí, me han visto llorar. Les encanta verme llorar, les encanta hacerme llorar, te lo juro. Les encanta hacerme llorar. Ellas, nosotros, los detalles que tratamos de darnos, hay algo muy importante y que creo que es donde uno demuestra el amor y el cariño, es cuando dedicas tiempo a una persona. en festividades que fueran hechos por nosotros. A mí me encantan las manualidades, entonces tratamos de hacer la cartica, de hacer cosas distintas, de hacer la flor con origami, de hacer con globos algún detalle especial. Entonces ellas en fechas especiales, en mi cumpleaños, el Día del Padre, me hacen unos escritos espectaculares y son así mirándome a los ojos a qué horas empiezan a salir las lágrimas y son felices cuando me ven llorar porque sienten que su regalo caló, que me llegó a lo más profundo del corazón. Entonces es especial para ellas cuando me ven llorar por algo que hicieron ellas muy bien hecho y buscando darme una alegría. Compadre, muchas gracias. Para dejarte ya ir, que sé que estás ocupado, es uno de nuestros sueños en este espacio, de alguna forma poder compartir herramientas, herramientas que están al alcance de todos, de todas también, para cuidar y para trabajar en esta salud mental. Si hoy por hoy tuvieras que decir, este es como mi juego de herramientas, y cuando realmente siento que las cosas no están yendo por donde creo que deberían, o me siento down, o realmente no me quisiera levantar, ¿cuáles dirías tú que al día de hoy son esas herramientas que utilizas para seguir en pie? Mira, yo detecté una de las herramientas más poderosas y ha sido parte de toda mi vida y es el ejercicio. El ejercicio, mucha gente piensa que uno hace ejercicio simplemente por un tema de belleza, de verse bien, que también hace parte, pero no es el fondo del hacer el ejercicio. Yo detecté que con el ejercicio, cuando estaba de mal genio, iba y me daba una paliza en bicicleta o corriendo, llegaba a mi casa de una forma totalmente distinta, se me había olvidado los problemas que tuviera, entonces entendí que el ejercicio segrega unas sustancias en el cerebro que te hacen ser feliz, te genera dopamina, te genera endorfinas, te genera una cantidad de sustancias que hacen que tu estado de ánimo inmediatamente cambie. Entonces creo que es, y he visto muchos amigos que han estado en problemáticas complejas, que han entrado en problemas de depresión, de ansiedad, y han encontrado un refugio importantísimo en el deporte, independiente el deporte que hagas. O sea, el deporte en general creo del deporte que hagas. O sea, el deporte en general creo que es una herramienta poderosísima, poderosísima y que la tienes al alcance, porque puedes salir y correr. Hasta caminar. Hasta caminar, o sea, una cantidad de cosas que te llevan la cabeza a otro lugar y que te generan esas sustancias que van a hacer que tu cuerpo se sienta de una forma distinta. Entonces creo que si tuviera que darle un consejo a la gente sería eso, empiecen por hacer deporte. Creo que les puede ayudar muchísimo, creo que los puede por lo menos empezar a orientar hacia dónde quieres ir. Obviamente que después hay profesionales, hay gente que se ha preparado para orientar de una mejor forma, pero algo que tienes a la mano y que lo puedes hacer ya, que puedes empezar hoy, es el deporte. Creo que es importantísimo y fundamental para la vida de cualquier persona. Fabián Vargas, gracias, parceo. Juan, gracias a ti por la invitación. Muy bonito este espacio. Gracias, parceo. De verdad, qué bacano. Si te sientes abrumado o perdido en tu camino hacia el bienestar emocional o simplemente quieres trabajar en ti, en alcanzar tu mejor versión, tranquilo, no estás solo. 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