[En el vagón] E3. Andrea Mejía

[En el vagón] E3. Andrea Mejía

21 de mar de 2025

En este episodio de "En el vagón", Santiago de Narváez, editor de Cero70, conversa con la escritora Andrea Mejía sobre su reciente novela "La sed se va con el río". El episodio explora cómo la naturaleza juega un papel fundamental en la obra de Mejía, y cómo temas como el yagé, la meditación y la flora y fauna se entrelazan en su narrativa.

Capítulos

Transformación en la obra de Mejía

Andrea Mejía discute el cambio significativo en su escritura con su reciente novela, enfocándose en la naturaleza como un entorno vivo y vibrante, liberada del drama humano que predominaba en sus obras anteriores.

El origen de 'La sed se va con el río'

La novela encuentra su germen en un aguardiente de Bejuco y una imagen vívida de persecución a través de cañones, inspirada por la experiencia personal y el contacto directo con paisajes naturales.

La influencia del yagé y la meditación

Mejía explica cómo su relación con el yagé y la meditación zen han influido en su proceso creativo, ampliando su percepción de sabiduría y conexión con la naturaleza.

Exploraciones geográficas y creativas

La búsqueda de un cañón real en Antioquia nutrió la geografía de la novela. La cercanía de Mejía con el paisaje rural y la montaña es fundamental para su escritura.

La taxonomía y la magia del detalle

Mejía describe su fascinación por la taxonomía, la distinción precisa entre plantas y animales, y cómo estos detalles enriquecen el mundo ficticio de sus novelas.

El rol de los animales y las plantas

Los animales son vistos como semidioses en su obra, mientras que las plantas aportan un catálogo detallado que resalta la relación íntima entre la flora y el entorno narrativo.

La voz narrativa como proceso racional

Mejía revela que la voz narrativa emerge a través de un proceso meticuloso de escritura y edición, donde la música del lenguaje y los ritmos se combinan para dar vida a la narrativa.

Silencio y risa: la comunicación en su obra

Se explora la idea de que el silencio y la risa pueden comunicar más profundamente que el discurso humano, una noción que Mejía también observa en la literatura japonesa y otras culturas.

El papel de las ideas y la filosofía

Aunque ahora se dedica más a la literatura, el trasfondo filosófico de Mejía sigue informando su escritura y su manera de ver el mundo, especialmente en relación a lo ilimitado y lo misterioso.

Conclusión

Andrea Mejía utiliza su conexión profunda con la naturaleza y su experiencia filosófica para desafiar las nociones tradicionales de escritura, invitando a sus lectores a un espacio donde la literatura es un camino hacia el no saber, el silencio y la unión con el entorno natural.

Menciones

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               La literatura es negativa en ese sentido de que te quita, te quita argumentos, te quita lugares comunes, te quita respuestas, te quita construcciones. La buena literatura, porque hay otra buena literatura que te da respuestas, construye y construye y construye y es sólida y sabe y sabe mucho y muy bien, y es casi dogmática. Pero la buena literatura te quita, te quita el piso y te quita las construcciones mentales que son lo que te impide estar realmente en el mundo desnudo, sin ningún tipo de protección, y entonces estar dichoso porque no sabes nada. Creo que el no saber es un gozo, creo que el no saber es un gozo creo que el no saber es muy inspirador En este episodio el tema central es la naturaleza en la literatura conversaremos con la escritora Andrea Mejía a propósito de su más reciente novela La sed se va con el río será una conversación que pasará por temas como el yagé la meditación, el silencio las plantas y los animales esos semidioses como a ella le gusta decir. Soy Santiago de Narváez, editor de Cero70 y esto es En el vagón, un programa donde conversamos con personajes de la cultura y la academia sobre sus más recientes obsesiones. Bueno, Andrea Mejía, muchas gracias por aceptar esta invitación al vagón de Cero70, qué rico poder conversar contigo. Gracias a ti santi bueno tú acabas de publicar esta novela la sed se va con el río quiero empezar preguntándote esta es tu tercera novela y me parece que es evidente que acá hay un cambio en lo que has escrito en distintas cosas, creo que la trama es otro tipo de trama, los personajes también, son otro tipo de personajes, la geografía que construyes en la novela es muy específica, quiero preguntarte, ¿qué pasó acá? O sea, ¿qué pasó con esta novela? Pues yo misma no sé muy bien, pero sí siento que es bien diferente, igual que las otras están muy ancladas a un territorio, que es medio real, medio imaginario, pero el territorio es fundamental, y yo creo que eso pasa en todas, incluso en los cuentos primeros que son urbanos, y entonces el territorio es en parte la ciudad, pero una forma muy particular de estar en la ciudad, pero aquí sí pasó algo rarísimo, no sé, yo también me sorprendo, como que quizás necesitaba escribir todo lo que escribía antes para liberarme yo de mí misma, de lo que puede ser mi historia, mi mente, y entrar en otra cosa, como en otra dimensión, y entrar en otra cosa, como en otra dimensión. Entonces, no sé si consciente o inconscientemente, me aburrí también del drama. Me di cuenta que mis libros eran súper tristes, súper duros todos, y que el drama humano ya me estaba cansando un poco. Y acá siento que lo que hay es como no drama, casi que hay no humano, y es un libro tremendamente afirmativo que me llenó de vida, como escribir. ahí presentes este aguardiente de Bejuco y este personaje o estos personajes que lo destilan y que lo producen y hay como toda una tradición de, y lo que produce este aguardiente en esta geografía, que es un cañón también que tú construyes y que ya quiero que hablemos de eso más adelante, pero ¿cuál fue el germen de la novela? ¿Cómo llegaste a esta idea del aguardiente de Bejuco? Pues yo creo que el aguardiente de Bejuco es esencial y creo que en el fondo puede que sea como realmente el germen o la semilla, como tú dices. Pero bueno, tiene otros puntos de partida que ya he contado en algunas entrevistas y es como una imagen que tenía yo de una persecución, que es con la que inicia la no era, la persecución de dos hombres que estaban siguiendo un tercero por los cañones de un río. Yo vi esto, estaba despierta, como lúcida, pues normal, y vi esta imagen con mucha claridad, entonces fui a buscar un territorio que fuera parecido, y muy rápido encontré unos cañones, un río, y eso fue como un regalo, porque creo que sin ese recorrido por un río real y por unos cañones y una geografía como específica y muy viva, muy autónoma, como ella viva en ella misma y no a través de mi imaginación, no creo que hubiera podido escribir la novela. Pero El aguardiente de Juco es fundamental fundamental y pues ahí fue como también la imaginación haciendo lo suyo, una mezcla entre el yagé y el mezcal o algo así. Creo que sin mi experiencia con el yagé, que ha sido como un regalo también que he recibido, no hubiera podido escribir esto, no hubiera podido de ninguna manera entrar en algo que no es mío, que es más grande entonces yo creo que esa combinación de una imagen como una especie de visión, pero una visión como muy tranquila, más este territorio y toda la vida que hay en él y eso me traje, que es una medicina insondable, de verdad no hubiera podido escribir la novela. Háblame un poquito más de eso, o sea, la experiencia tuya con el yaje, me interesa sobre todo pensarlo en relación a tu proceso creativo, ¿eso ha venido recientemente? No, eso es algo muy viejo, que nunca he tratado de utilizar como un instrumento, de ninguna manera, ni siquiera una forma de ampliar la creación o nada, sino sólo como algo que recibo que que estudio, es como ir a la universidad, de verdad y que toma mucho tiempo y que no es una experiencia fugaz, ni como producto de la curiosidad, sino que es realmente recibir una sabiduría que es inmensa, que tiene otras fuentes, que es como la inteligencia de la vida, ¿me entiendes? Eso ya no es ningún libro que te está enseñando nada, ningún maestro, no es una experiencia ni siquiera, es como simplemente estar en contacto con algo que no tiene fondo o que no tiene límites. Y eso es un regalo al que tenemos nosotros acceso por estar más o menos cerca en el tiempo y en el espacio de una tradición ancestral que aquí está completamente viva, no sea ni siquiera convertido en algo como ya en otros lugares del mundo, que entonces hay retiros de ayahuasca y se vuelve toda una cosa, toda la sabiduría se va al traste con todo el aparataje de disque espimiento y más allá del conocimiento es pura apertura, pura apertura. Lo que busco también o lo que se busca también en la meditación zen es algo muy parecido y en algún momento todo esto confluyó y es como, wow, ¿sabes? Sí. Ahorita mencionaste que cuando te llegó la imagen de este cañón decidiste ir a buscarlo. ¿Cómo fue esa búsqueda de ese lugar? O sea, ¿fue una búsqueda literalmente una búsqueda física o fue una búsqueda de la imaginación? Y entonces empecemos a hablarer este cañón, que además es un cañón en el que hay todos los pisos térmicos desde el páramo hasta el fondo del cañón en el río Nauyaca? ¿Cómo fue esa construcción de ese espacio donde ocurre la novela? ¿Real? Pues real en el sentido como de fáctico, lo recorrí en un tiempo específico, dormía en las casas de los campesinos y el cañón es más o menos como lo describo ahí, son paredes muy verticales, el río circula con mucha fuerza, con unas corrientes de luz allá abajo, cambia, cambia dependiendo de la hora del día, de la luz, estos animales están más o menos, creo que yo exageré un poco, como la exuberancia y la profusión ahí, tanto de la fauna como de la flora, pero era un poco así, lo único que sí me inventé es que el páramo estaba arriba, porque en estas montañas de las que te estoy hablando no hay un páramo, pero yo, por mi cuenta, vivo muy no hay un páramo, pero yo por mi cuenta vivo muy cerca a un páramo y ese ascenso del páramo a la tierra que pues para mí es caliente, más o menos caliente que es Chochí, es algo que hago a menudo y me fascina como cambia la vegetación, es algo que conozco muy bien, entonces lo disfruté muchísimo al escribirlo. Entonces el río es un poco así, ese territorio es de verdad así, es un territorio bellísimo, bellísimo, te recomiendo mucho, si puedes ir. El río Santo Domingo, que queda en Antioquia, y es un río que yo creo que se preservó mucho porque fue, todos los ejércitos cayeron bajo todas las, todos los bandos, los pobres campesinos asoleados, y eso preservó el lugar como la naturaleza del sitio. Y sí, ese es el territorio. Ahora toda la ficción, toda la historia, los personajes, eso es pu un invento ¿cuál es el paisaje o el territorio o háblame del lugar que tiene para ti la montaña en la que vives, que sé que es importante y tus otras novelas y cuentos, la presencia de la montaña es especial ¿cómo es la relación del lugar en el que vives, cómo es ese paisaje ese territorio y qué lugar tiene eso a la hora de escribir tus novelas, tus textos. Pues yo creo que tiene todo el lugar, porque es el lugar en el que vivo, y pues es como el lugar en el que vivo es el lugar en el que escribo. No hay ninguna diferencia, no sé si yo pudiera ahorita vivir en la ciudad cuando vengo acá no puedo dormir pensando que hay una persona en la pared de justo atrás y que estoy en un piso que no estoy tocando la tierra y es muy raro es muy distinto, no lo digo como romantizando la vida ya ni nada sino que de verdad es una vida que con los años se ha vuelto pues para mí muy normal pero cada vez que va alguien a hacerme visita, se cae por los precipicios, porque es un terreno muy irregular y muy agresto también, entonces me doy cuenta que no es tan natural, natural en el sentido de que es un paisaje para alguien de ciudad diferente, como un extraño, pero ese es el sitio en el que vivo, es también muy... un espacio muy campesino. No hay casi gringos, como nos llaman. ¿En qué piso térmico está? ¿Es en Páramo? Es Bosque Alto Andino, 2700. Igual que Bogotá, pero como más húmedo, es bosque de niebla. Entonces, está justo frente a Chingaza, donde están todos los osos de anteojo, dos venados, ¿ves Chingaza enfrente? veo Chingaza enfrente y me queda muy cerca y estoy esperando al oso estoy esperando a los tigrillos pero ellos les cortaron los corredores, entonces es imposible que lleguen, pero muy cerca han visto oso y muy cerca han visto eso, tigrillos, que es como, imagínate, imagínate, así sea solo un sueño, estar rodeada de tigrillos y de osos. que ahorita decías que hubo como también una exageración en la fauna y la flora que habitan y pueblan ese lugar, y a mí también me pareció que, al menos con las plantas, como que en tus otros libros sí hay, evidentemente la vida vegetal está ahí, la vida animal, pero en este en particular creo que sí hay casi que un catálogo de plantas, entonces por nombrar los que alcancé a rescatar de las primeras 20 páginas. Tú nombras, angregados, siete cueros, robles, arrayanes, cedros, pimientos, plátanos, ayuelos, helechos, guayacanes, cámbulos, naranjos, laureles, higuerones, y esas son las primeras, como te digo, 20 páginas. O sea, háblame de la razón por la que escoges ya cómo nombrar este catálogo de flora. Sí, eso me fascina porque, bueno, eso lo aprendí de mi abuelo, que sabía mucho, era ecólogo y medio botánico, y me enseñó los nombres, o por lo menos como que eso era posible, era posible distinguir en un árbol miles de árboles, es decir, y ahí la experiencia de la realidad se diversifica mucho si tú conoces o haces distinciones. Entonces, en algo que es como una sola fuerza, la naturaleza que es una y es como indistinguible de alguna manera, lo vivo, establecer distinciones a través de las, como de la percepción, pero además a través de los nombres, es algo que me fascina, es decir, me fascina la taxonomía, la adoro, y la taxonomía como, por lo menos la de las plantas, pero me imagino que en todos los campos pasa eso, que uno goza tanto la indistinción, como el sentir que hay una sola cosa, una sola fuerza, una sola realidad, como la distinción a través de las categorías o de los nombres, y además los nombres de las plantas que son bellísimos entonces ahí hay árboles que efectivamente estaban en el territorio y árboles que yo quiero mucho y que me han que se me han atravesado en la vida entonces los pongo ahí también sin ningún problema siempre tengo a mi abuelo ahí porque él sí sabía eso como de las alturas y de entonces su fantasma ahí me está siempre como vigilando para que no vaya a ser burrada. Ok, bueno, ¿con los animales es lo mismo o cuál es la diferencia con...? Los animales creo que son presencias, aunque bueno, las plantas también son presencias súper mágicas y sagradas, los animales sí son semidioses y en ese sentido hay que tratarlos como diferente, no animal, cada aparición de un animal no es cualquier cosa. Cuando se aparecen en las visiones cada animal es una visión muy específica y... Pero no es que tengan un significado, no significan otra cosa y no los vas entonces a traducir a presencias venéolas o maleolas o entonces esto que me quiere decir, sino que son presencias en la fuerza de su aparición. Es bien distinto que se te aparezca una serpiente, que se te aparezcajaros que por estos cañones había bandadas inmensas de esos pájaros que tienen el pecho negro y las alas, perdón, el pecho rojo y las alas negras. Cantidades de pájaros, pero también los animales, las serpientes, había muchas. Carmen de Viboral, que es el pueblo donde se inicia este recorrido, donde lo inicié yo en realidad, tenía ese nombre porque había muchas víboras antes, pero yo no vi ni una sola serpiente, entonces ahí yo creo que metí todo el imaginario de la selva, que es un imaginario que me fascina, me fascina, y lo exageré y exageré su vida interior prestándole como la vida de la selva a estos cañones. Pero también es verdad que yo ahí oí que había pumas, que se estaban comiendo los terneros, tal cual. Es decir... Conejos. Conejos. Los conejos dicen... Los conejos viven cerca a donde vivo yo sí, es muy raro lo que uno hace al escribir es como una gran aspiradora que toma de todas partes bueno, quiero pasar a este tema que es un poco el mismo pero con otro nombre que es lo de la naturaleza y esto a veces se puede poner metafísico pero entonces para tratar de que no sea tan metafísico o si en una entrevista que tu diste a propósito de tu segunda novela de antes de que el mar cierre los caminos tu decías una cosa que me llamó la atención y es que prefieres que la naturaleza en tus libros hable por sí misma porque tiene una voz mucho más profunda que la tuya como se deja hablar a la naturaleza cuando uno escribe o habla por sí misma porque tiene una voz mucho más profunda que la tuya. ¿Cómo se deja hablar a la naturaleza cuando uno escribe o cómo es ese proceso en tu escritura? Sí, es una buena pregunta. Pues estando ahí, estando ahí de manera diferente a como está alguien que cree que tiene algo enfrente y está ahí más bien hundiéndose en algo. Es muy diferente si tú crees que la naturaleza la tienes enfrente y la describes como con... y la atraviesas además de pensamientos humanos y la describes con ojos muy humanos, así estás inmerso. Entonces, para decirte algo más concreto, yo siento que Esther, por ejemplo, es la encarnación de ese saber o dejar hablar la naturaleza, porque ella llega y al principio oye sus pensamientos y siente que esos pensamientos son extraños en ese lugar, porque ese lugar no tiene pensamientos, o por lo menos no ese tipo de pensamientos que tenemos nosotros, que tendríamos tú y yo si íbamos a caminar por ese río, tendríamos ese tipo de pensamientos, como humanos, urbanos, yo qué sé. Y de repente Esther, gracias también al poder liberador del Bejucu, va abandonando sus pensamientos y se siente que se va quedando vacía y que se va desapareciendo. Entonces lo que aparece al desaparecer ella es la naturaleza, con su voz, que voz pues sí es una metáfora, pero la naturaleza tiene sonidos, tiene formas, tiene ritmos, esa es la voz de la naturaleza y eso es lo que dejamos aparecer cuando acallamos nuestra voz, nuestra propia voz, que es una voz bien tenue, si consideramos las dimensiones del cosmos, pero es fuertísima porque no nos deja oír nada más y creemos que eso es lo que habla, que la realidad es así, como nuestra voz, pero eso es una parte ínfima de la realidad. Siguiendo con lo de la naturaleza, ¿cómo ves tú cómo esta vuelta o esta moda podría ser también que hay no sólo en la literatura, sino como este volcamiento que tenemos y esta fijación que hay hacia lo de la naturaleza y en la literatura específicamente. ¿Cómo lo ves primero? Y a partir de ahí podemos conversar. Pues me imagino que lo celebro, porque más allá de que sea una moda y que se instrumentalice y que se vuelva una mercancía más, que seguramente es lo que también pasa creo que ahí hay una necesidad que es súper honda ahora en este tiempo de volver a esa fuente sanadora y quizás no hay otra salida entonces por eso más si se manifiesta como una moda y si entonces todo el mundo empieza a escribir así o todo el mundo empieza a hablar así o todo el mundo empieza a pensar así no es porque seamos tan tontos y siempre hagamos lo que todo el mundo hace o no solamente sino que hay una necesidad muy profunda ahí en esa especie como en esa especie de movimiento y de no sé una sabiduría, un despertar. Hemos hecho tanto daño con este ruido interior que es hora de buscar otros caminos. Pero es una salida a la que nos vimos como casi que nos llevó el momento en el que estamos, acorralados. Un despertar, tardío, pero pues era el momento, era el momento, no había otro, no iba a pasar antes cuando todo estuviera intacto. botánico, pero bueno, divulgador de plantas, italiano, y le preguntan por el yagé justamente, por el bejuco, pues por la planta de yagé, y entonces él dice también como tratar de dejar de pensar cómo somos los humanos los que usamos esta planta, la planta también está como valiéndose y como usándonos a nosotros para como este despertar de que hubo parces estamos acabando con el planeta están acabando con con la con con el planeta no es como mirarlo desde el otro lado al revés y yo creo que ni siquiera es una un quien usa a quien sino que es una conexión conexión es una palabra que parece como tan débil como tan usada y tan manida pero es de verdad la es la sabiduría que viene de saber que solo hay una cosa de que ni siquiera te pueden usar ni tú puedes usar a los otros seres sino que solo hay una cosa y es esa la sabiduría que la planta sagrada despierta enata, es también lo que busca el budismo, es también lo que buscan muchas tradiciones espirituales súper antiguas. Entonces es por algo que en la no dualidad hay una especie de sanación profunda, de reconciliación profunda, que no es moral, que no es de entonces tienes que ser una buena persona y cuidar la naturaleza, sino hay una sanación profunda en comprender, pero no en comprender intelectualmente, sino en tener la experiencia de que solo somos una cosa. Entonces, lo de hacer daño y destruir es algo muy absurdo. Bueno, hay un cuento tuyo en tu primer libro de cuentos de la naturaleza que seguía propagándose en la oscuridad, que además es un nombre que a mí siempre me ha intrigado, como ese nombre. Bueno, hablemos de ese nombre porque tengo curiosidad y es ese nombre, ya que estamos hablando de la naturaleza, quiero que me hables del nombre por chisme y curiosidad. No tengo ni idea, pero estaba escribiendo el tercer el tercer cuento, el segundo cuento de ese libro, que se llama Zorros Salvajes, y al final la voz narrativa da con esa frase como que las niñas se están acostando los papás habían tenido una pelea muy violenta y ellas se refugian como en el mundo de los de unos cómics en el que aparece es que monjes en que se transforman zorro bueno y se hace de noche y los siete cueros como los árboles rodean esa casa rodean esas niñas y esa frase bien casi que de esa noche de esas niñas, y esa frase viene, casi que de esa noche, viene de ahí, del cuento, no de afuera, no es mi mente ahí como, oh sí, llegué a la conclusión de que la naturaleza sigue propagando oscuridad, y es eso, es la verdad, la naturaleza no se detiene cuando nosotros dormimos, ni se detiene cuando no la estamos observando, y se detiene cuando no la estamos observando, y sigue en la oscuridad, es como, no sé, es una idea muy intuitiva y muy clara para mí, que ella es lo que nos cesa. Bueno, en ese libro hay un cuento que se llama Entierro, donde uno de los personajes le dice a otra y la voy a citar, un día escribirás un cuento hay una escena y entonces le dice un día vas a escribir un cuento de esto, vas a usarnos a Ana y a mí como nos usaste en tu novela vas a contar esta escena, a escribir esta escalera es una buena idea para un cuento hasta ahí va lo que dicen los personajes y entonces quiero preguntarte por cuáles son los materiales que usas, o los materiales de la realidad que usas con los que trabajas para elaborar tus ficciones. Ya un poco me dijiste, con relación a esta novela, cómo ahora la imaginación tuvo como una mayor participación, pero pues si me puedes hablar de eso. de eso? Sí, yo creo que eso es algo que no escojo yo, no lo puedo escoger no puedo decir como voy a hay experiencias o situaciones que son demasiado literarias y cualquiera diría, no, pues ya lo tienes, y no lo puedo escribir, no sé por qué, y no sé por qué hay otras cosas que parecen completamente insignificantes que incluso olvido y aparecen después como brotando ahí de la memoria o en los sueños y esas son. No sé por qué pasa, no sé quién escoge. Por ejemplo, ¿qué escoges? Por ejemplo, la construcción de la narradora, porque en este libro también hay una narración muy especial que creo que, no sé si se separa mucho de los anteriores tipos de narradoras o narradores, pero ¿cómo construyes los narradores? Por ejemplo, ¿eso es algo que también pasa como más orgánicamente o... Esa es una pregunta muy linda porque claro, como la materia es completamente intuitiva e intuitivamente se canta, se elige y yo solo obedezco y sigo por ejemplo esta imagen y me voy a un río también tengo que tener mucha confianza en que eso me va a llevar a alguna parte y pero hasta ahora me ha funcionado, pero por otra parte la escritura que yo creo que es ahí donde surge la voz narrativa o algo así como una voz narrativa que es difícil de definir y de aprender con claridad y como racionalmente, pero sí creo que es algo mucho más racional, es en la escritura en donde sucede eso. Hay varios factores ahí. Uno es el oído. Es como empezar a tener un oído para que lo que se está escribiendo suena de cierta manera en ti y sabes que está sonando bien o mal o más o menos, entonces súper importante para que esa voz vaya cobrando cuerpo y realidad. Entonces, el ritmo, la música y algo que es como la forma de ver de la escritura. La escritura ya va viendo y se va moviendo y eso es puro trabajo, es decir, eso es como reescribir, reescribir, hasta que sientes que realmente hay una voz que está viva, que está viendo, que suena bien, y es decir, no te podría dar reglas como cómo hacerlo, pero sí siento que es algo más consciente y más racional y más controlado, en el sentido de que es estar frente a la página muchas, muchas veces frente a la misma página, transformándose incesantemente y reescribiéndose, y creo que así es que surge una voz narrativa. Ok. En el caso de esta novela en particular, por ejemplo, el hecho de que esté narrada mayoritariamente en presente, ¿tiene que ver con eso? ¿C como con que se sepa que ese es el sonido Sí, también es como eso lo fui descubriendo en los cuentos de quietud como las bondades de narrar en presente y de alternar con narraciones en pasado porque como que todo adquiere de repente una nueva luz es muy raro pero sí, todo eso tendría que sentarme, es decir si me toca dar un curso de escritura tendría que sentarme a ver qué es lo que constituye una voz narrativa que me parece una pregunta súper interesante y es diferente a qué constituye un personaje, qué constituye una historia, o una escena o un párrafo, pero una voz, cómo dar con esa voz y es algo muy muy difícil de describir, pero creo que se puede, es decir, se pueden dar como unas especificaciones ahí Listo, otra cosa, porque están estas cosas que acabas de mencionar, personajes, la voz las escenas, pero una que me parece que como que en esta novela en particular también tiene su destello es los diálogos, cómo hablan los personajes, qué tiene que ver con los personajes mismos. Y entonces ya para ir como redondeando esta parte del proceso creativo, te quiero preguntar por la construcción de los personajes. Hablaste de Esther, pero está también Jeremías y está su nieta, Lidia. ¿Lidia? Sí. Lidia. Patas de mirlo. Bueno, hay unos personajes como muy chéveres y como muy... con muchos matices. Quiero preguntarte por los personajes. Bueno, eso es algo que es como... una de las cosas más bonitas de escribir es como los personajes van cobrando vida y como al principio van siendo caboncitos vacíos muy inclenques y muy artificiales y de repente ellos van cobrando vida propia y tú sabes ya llega un punto en que un personaje ya oficiales, y de repente ellos van cobrando vida propia, y tú sabes, ya llega un punto en que un personaje ya no puede hablar así. O sea, si tú quieras hacerle decir eso a ese personaje, él no lo va a decir. Y tú lo sabes, tú sabes que es un atropello con patas de mirlo, no lo va a hacerle decir X o Y, y que Lidia jamás va, no le pertenece a ella. Y eso es como una sensibilidad que se adquiere gracias a los personajes mismos. Tú aprendes a escucharlos y aprendes a obedecerlos y aprendes a seguir el camino real de cada personaje y no el que tú quisieras que tuviera. Y te conmueves con ellos. Entonces, por ejemplo, con Patas de Mirlo, cuando él se muere y yo lloré cuando estaba escribiendo esa escena, yo dije no, pues este man ya está vivo, pero él se está muriendo ¿cómo puede ser eso? pero es así ¿te había pasado antes algo así? sí, me pasa que me conmovo mucho con mis personajes me creo completamente en ellos no sé si se pudiera escribir sin hacer eso, sin creer en los personajes, como se incluso más que como se creen otros seres humanos que nos rodean, o deberíamos aprender a creer en los seres humanos que nos rodean igual que como creemos en los personajes que creamos, seríamos mejores personas ok bueno bueno, vamos por acá. Hay una entrevista que te hizo Felipe Sánchez a propósito de tu primera novela, La carretera será un final terrible. Y entonces hay un momento donde hablan de literatura japonesa y voy a citar una respuesta que tú diste y siéntete libre de decir, pues yo ya no pienso así, pero quiero traer a colación eso que dijiste para preguntarte una cosa tú decías, nos movemos en una tradición que es básicamente discursiva, racional explicativa, que agota el sentido eso incluso en nuestra literatura tú lees a tipos como Tomás Manu Adostoyevsky que me tiene fascinada ahorita, y son palabras y palabras y palabras y un torrente de palabras. Me parece que por el contrario los japoneses tienen otra manera de dejar fluir el lenguaje entre el silencio, de decir poco. Para mí es una tradición de literatura muy clara, muy transparente, que fluye con poco, que fluye ligera. Hasta ahí va tu respuesta. Entonces, ¿cómo ha afectado y sigue afectando, si lo sigue haciendo la tradición japonesa en tu escritura? Sí, yo creo que estoy más o menos de acuerdo conmigo misma y es una tradición que ha dejado que sea el silencio el que hable más que el exceso de palabras, pero eso se puede ver en muchas otras, por ejemplo en Juan Rulfo, o por ejemplo si tú vas a la selva y te quedas en una comunidad indígena una noche con la comunidad, la gente habla muy poco y si hablas para hacer un chiste, entonces eso también me parece genial como en vez de hablar tan en serio dejar que sea la risa la que hable porque la risa es la sabiduría suprema más que el silencio hay que pasar por el silencio para llegar a la risa o algo así entonces no creo que sea exclusivo de una tradición creo que ahora en este momento no le daría tanto peso a la tradición japonesa, sino a todas las formas de comunicación que dejan hablar o el silencio o el estar, como la pura presencia, o la risa que es una forma muy liberadora de comunicar, que ya no quiere comunicar nada, sino que quiere como expresar la alegría de vivir y solo quiere, no sé, gozar. Entonces, eso no pertenece solo a los japoneses, eso es lo que quiero decir. Pero cada vez estoy más en, cada vez me cuesta más, lo que me decías ahorita, agarrar a Heidegger y empezar a leerlo. Sería también muy difícil volver a meterme como en una cosa de, en primer lugar, hay un discurso, en segundo lugar hay una verdad y hay un argumento y hay como una sola cosa en la que se cree, eso me parece muy raro del discurso, que el discurso siempre es sesgado y limitado en el sentido de que solo va a defender un lado de lo real, eso me parece muy raro. es un personaje muy chato antes de que el mar cierre los caminos, decías, me interesa como que se produzcan, sobre todo en este presente en el que estamos, que la sociedad logre producir espacios no de ruido, sino de silencio, y que lo que tú quieres hacer con tu literatura es eso, pero me produce eso, como un asombro de cómo se produce el silencio con lenguaje. Sí, a mí también. Es muy misterioso. Y creo que eso nos salva también de tener que entender el silencio de forma literal, como no voy a hablar, no voy a escribir, no me voy a pronunciar, que es una forma que puede ser también peligrosa de vanidad, de no me voy a contaminar con ninguna parcialidad del lenguaje, ni con, no voy a hacer ruido de ninguna manera, entonces prefiero desaparecer. Y ahí pues se pierde también el gozo de decir, o de hablar, o de escribir. Entonces, por alguna razón, el lenguaje tiene esa propiedad oculta y misteriosa que es producir silencio. Eso se hace en la poesía o, no sé, hay veces que si tú lees un poema entras en un silencio más profundo que si estás en un silencio literal, como de no estar oyendo ruido. Menor ruido, de ausencia de ruido. Entonces como si el silencio fuera una cualidad positiva, no es ausencia de ruido como tú dijiste, sino es algo más, es una forma más intensa de lo presente y a lo mejor por eso el lenguaje sí lo puede hacer, pero es difícil. Bueno, Moira, otro texto que tú publicaste en El Mal Pensante en 2021 sobre Carson McCullers, donde tú hablas que sé que es alguien a quien tú... Adoro. Adoras. ¿Por qué la adoras? No sé, me gusta mucho, me parece tan genuina, tan fresca, su imaginación me parece tan oscura en el sentido de no ver lo evidente, de personajes como chuecoscos sombríos y los redime, me encanta bueno a propósito de Carson McCullers tú decías, y voy a volverte a citar perdóname por citarte pero puedo hacerlo decías, estás hablando ahí como de dos, no sé si dos escuelas pero como de dos fuerzas de la literatura, una que podría estar representada por ejemplo por Dostoyevsky como por cómo él tiene una mirada sobre la condición humana, voy a decirlo de manera muy general, y otra como, digamos, como abanderada por Nabokov, por ejemplo, que está como en la línea del estilismo y como de la frase bien hecha. Pero entonces tú dices esto, no es la experimentación técnica y estética la que la atrae, por portentosa que sea, sino la conmoción con la que lo humano, esa especie de choque ético que representa el joven Daedalus en el retrato del artista adolescente, o sea, hay como que por ejemplo, en el Ulises está el retrato de un artista adolescente y está el, en Joyce está el retrato de un artista adolescente y el Ulises como en estos dos polos y dices, las iluminaciones que tiene Macul sobre sus personajes y sobre las ideas que animan el corazón, es un cazador solitario son una prueba de que en la literatura no solo hay un lugar para las ideas sino que quizás es su tierra natal. Y entonces te quiero preguntar por las ideas. Tú eres filósofa, tú eres doctora en filosofía, y quiero preguntarte por las ideas y el lugar de las ideas en la literatura y cómo lo ves hoy. Y quiero preguntarte por las ideas y el lugar de las ideas en la literatura y cómo lo ves hoy. Sí, yo creo que ahí estaba pensando, menos mal tú también eres filósofo, y más o menos, creo que no lo sabemos muy bien, ni siquiera los que supuestamente estudiamos filosofía, pero no sabemos que es una idea pero platón o kant cuando hablan de ideas están hablando de cosas muy diferentes a lo que entendemos nosotros como por una representación mental de un objeto de una persona un concepto no sé entonces las ideas tienden más bien Entonces las ideas tienden más bien a, bueno, no sé cómo existen ni dónde existen, no podemos discutir, lo podemos como poner en palabras y lo podemos poner en términos conceptuales, pero las ideas no. Kant creía que había tres ideas que eran el mundo, solo tres ideas. El mundo, yo y el alma, Dios y el mundo. Esas tres ideas, o yo, el mundo y Dios. Y después cree que hay un millón de ideas. En la crítica del juicio cree que hay un estallido de ideas, entonces tú, bueno, quedas perdido, fascinado también, como qué es una idea entonces, pero donde estallan las ideas como en el cielo estrellado es en la crítica del juicio, que es justamente el texto que Kant le dedica a la estética. Entonces, la literatura, digamos que si hay que meterla en alguno de los tres libros, sería ese. Y creo que las ideas son intuiciones profundas de la realidad, como entonces por eso se vuelven las ideas, como Dios, el alma, el mundo, lo más básico, lo primero y lo último. Y eso no se puede decir con conceptos. La palabra Dios, el concepto Dios no dice nada, el alma menos, yo pues el mundo, ¿sabes? Todos esos son conceptos vacíos. de cosas muy difíciles de expresar, pero que si hay algo que las puede expresar, es como las imágenes, la literatura, esta belleza del lenguaje, la emoción en el lenguaje. Tal vez por eso dije eso, tratando de dar cuenta. ¿A ti te interesa el terror en la literatura de terror sino la conmoción algo que se parece mucho al asombro, al vacío al, no sé entonces sí me interesa es que lo pregunto porque recuerdo que en la presentación de Quietud, tu otro libro de cuentos, tú dijiste una cosa y es que el terror y el éxtasis están como emparentados y creo que tiene que ver con eso, pero ¿cómo es eso? La disolución del yo, bueno, sé que hay gente que la disolución del yo es algo demasiado fuerte para querer buscar esa experiencia y si llega a suceder es una experiencia que se percibe como terrorífica. Terrorífica en el sentido de no placentera y de algo que da mucho miedo, da mucho miedo a desaparecer y que aparezca algo así como el todo, como Dios. Entonces, de pronto en ese sentido, pero también creo que el terror puede ser placentero, puede que sea un gozo justamente esa desaparición y esa disolución del yo, del límite, pero lo ilimitado es aterrador, ¿no? Eso es como la elegida de Rilke y eso es un tema tan viejo en la literatura y en la filosofía Kierkegaard habla del éxtasis como de temor y temblor pero creo que está hablando del éxtasis creo que no son dos experiencias distintas sino son dos caras de la misma experiencia que es la experiencia de la disolución del yo en el todo o de la confrontación de lo limitado con lo ilimitado que es lo mismo y no poder romper ese límite entonces ahí también aparece el terror y si el límite se cruza aparece el placer o al revés mientras se mantenga el límite se mantiene como un cierto gozo de esta soy yo y este es el resto y si ese límite se disuelve se entra en lo terrorífico pero es lo mismo, los dos nombres para lo mismo, o maneras de vivir la misma experiencia. Te quiero preguntar por tu relación con el trabajo filosófico, porque tú durante un tiempo fuiste profesora y como profesional en la filosofía, se puede decir, pero ¿cómo es esa relación hoy en día con la filosofía? No, es como de gratitud, no tengo ninguna pretensión académica ahora me siento muy libre de eso pero pero no es algo que haya dejado atrás o que como una carga que haya arrojado por el camino sino algo que agradezco muchísimo muchísimo haber leído los textos que leía leídas cantar la emisora platón espinosa yo no sé si hubiera sido Platón, Spinoza, yo no sé si hubiera sido mi vida igual si no hubiera leído Spinoza, y eso que ahorita que me preguntaste que estaba leyendo y que lo olvidé, dije wow, increíble, y recuerdo que me marcó y lo acabo de olvidar, eso dice mucho de mi mala memoria, pero también dice mucho de lo fugaz que puede ser la experiencia, cierta experiencia literaria. Ahora, hay otros textos literarios que también me conmocionan y jamás los voy a olvidar. Pero estas lecturas de filosofía creo que le dejan aún una huella para siempre. Y eso solo se puede agradecer. Bueno, voy a traer a colación, yo trayendo a colación cosas y gente diciendo cosas. En una entrevista a Juan Cárdenas, él decía una cosa sobre la literatura, estábamos hablando sobre la inteligencia artificial y cómo la inteligencia artificial o la máquina, a pesar de todo, es incapaz de hacer literatura. Y entonces lo que él decía, y lo voy a citar a él para no... Él decía, la literatura es la gran máquina de no saber, para eso sirve. La literatura te enfrenta a una determinada manera de no saber en un juego de descubrimiento. Es muy loco porque es una paradoja. Vas descubriendo cosas a través de la lectura, pero finalmente cuando llegas al final de esa experiencia de lectura es un hueco, un vacío, una ausencia. Es un no sé. ¿Cómo defines el argumento de la montaña mágica? Hans Castor tiene tuberculosis y se va a la montaña y no sé qué, pero ¿eso es la montaña mágica? No. La montaña mágica es toda esa experiencia de descubrimientos y el hueco que te queda al final, el placer literario es ese vacío, ese no saber. ¿Qué opinas? Sí, estoy de acuerdo. Creo que la literatura es negativa en ese sentido de que te quita, te quita argumentos, te quita lugares comunes, te quita respuestas, te quita construcciones, la buena literatura, porque hay otra buena literatura que te da respuestas, construye y construye y construye, y es sólida, y sabe, y sabe mucho, mucho y sabe muy bien y es casi dogmática. Pero la buena literatura te quita, te quita el piso y te quita las construcciones mentales que son lo que te impide estar realmente en el mundo desnudo, sin ningún tipo de protección y entonces estar dichoso porque no sabes nada. Creo que el no saber es un gozo creo que el no saber es muy inspirador mucho más que el saber mucho más que todas las cosas que creemos saber porque cuando buscamos construir si creemos que escribir literatura o leer literatura que es puede ser igual lo mismo si creemos que escribir o leer es como construir artificialmente algo, es pura restricción, ¿me entiendes? Porque tienes que construir con ciertas reglas, obedecer un patrón, obedecer como unas premisas, y en ese sentido no eres nada libre, pero si descubres que escribir o leer es profundizar el no saber, lo único que estás haciendo es liberándote porque cada vez vas a tener más espacio para hacer más espacio más espacio ok, listo a ti te o sea, tú cómo ves el panorama de la literatura en habla hispana, tú te mueves en eso, estás desconectada, desconectada? ¿Hay autoras o autores que te llamen la atención de que estén escribiendo en este momento? Pues creo que hay una especie como de bonanza, que me parece una delicia que haya tantas, tantas voces surgiendo en Latinoamérica. Ahora, no sé si en todo el mundo esté pasando esto, hay tantas cosas en tantos ámbitos, en tantos lugares. La escritura también seitoras correctos y correctas como buenos, quiero decir muy buenos y publicables entonces también hay un mar ahí en el que se pierde lo que podría ser importante pero no, me parece una felicidad ¿Estás pensando en alguien en este momento mientras me dices eso? Estoy pensando en Natalia García, que escribió la... Natalia García Freire, que me parece una voz muy cercana, como que reconozco algo en ella. Es ecuatoriana, no sé si la has leído, la recomiendo mucho. ¿Qué escribe ella? Escribe una novela que se llama Llegaste con el viento o algo así, y es como si de repente a través de todos estos escritores, estas escritores estuvieran hablando algo que sí verdaderamente pertenece a nuestro territorio y eso es muy si muy esperanzador porque entonces el escritor ya no es ese ego súper como que tiene algo que contar y un drama que sino que es un canal para que pase la voz de un territorio o no sé, algo mucho más viejo y más grande. Y eso creo que está pasando, pues no leo mucho y no estoy para nada actualizada, pero creo que está pasando ahora. porque ya quedan pocas preguntas pero antes de terminar te quiero preguntar la escritura de artículos de opinión, ¿eso se detuvo? ¿por qué? No, fue muy en primer lugar siempre creí que no eran de opinión sino que lo que yo trataba de hacer era no opinar, sino decir que no había que opinar tanto y bueno pero escribí en Arcadia y escribí en un diario que se llamaba Diario Criterio y supongo que eso convertía mi escritura en una escritura periodística que me fascinaba porque era leída como por todo tipo de personas y eso me llenaba de alegría. Pero se interrumpió por maneras completamente coyunturales, como que la revista se acabó y el periódico se murió, entonces yo me quedé sin una estación de escrigría, pero se interrumpió por maneras completamente coyunturales, como que la revista se acabó y el periódico se murió, entonces yo me quedé sin espacio donde escribir eso, pero eso es una escritura que disfrutaba mucho Bueno, acá en 070 está el espacio cuando quieras, para que lo consideres, bueno, dos últimas preguntas en la nota de agradecimiento de la segunda novela, antes de que el mar cierre los caminos, tú tienes en esa nota, dices, sin las personas que leen esta novela, no sería nada. A quienes tienen la generosidad de leer, en primer lugar, gracias. Me parece raro que un autor le agradezca y por escrito a esos lectores al final de una novela. Creo que no me he encontrado tanto con ese tipo de notas. Porque agradezco, o sea sí. Me parece increíble que alguien lea y que me lea es como ¿por qué? De verdad siento que es un acto de generosidad y de confianza porque le vas a entregar tú tu tiempo a alguien a una voz, a un libro como ese voto de confianza ya después tú te tienes que ganar esa confianza, como si alguien depositó sus ojos ahí, su tiempo ahí, bueno, hay que responder, entonces pues intentar no aburrir, intentar decir algo, lo que sea, pero que alguien tenga como solo la, no sé, generosidad, es que no se me ocurre otra palabra, para empezar a leer algo tuyo es milagroso no me parece para nada evidente me parece que aunque solo ahí lo haya hecho explícito siempre deberíamos agradecer a quien nos lee es como agradecer a quien nos escucha no es normal que alguien escuche bueno, porque esta novela salió en Alfaguara? Las anteriores habían salido en tus kits de Planeta. Bueno, porque me fui de Planeta, como que se dio una serie de cosas ahí, se juntaron, Juan David, que había sido mi editor en Planeta, se fue. Yo me fui un poco por solidaridad pero pero pues para bien porque aquí en alfaguara carolina lópez su editora hizo un trabajo extraordinario con la novela conmigo entonces fue para mí un premio como tenerla a ella tan cerca entonces fue así fue como pasó ¿y qué estás escribiendo ahorita? ¿estás escribiendo algo? sí, estoy escribiendo otra novela ahí voy que Dios me ampare bueno, Andrea, muchas gracias gracias a ti