El mirador del paraíso en Ciudad Bolívar: arte, gastronomía y comunidad
24 de dic de 2024
El episodio nos lleva a Ciudad Bolívar, una de las localidades más estigmatizadas de Bogotá, para explorar los cambios y proyectos que intentan desafiar y romper con los prejuicios que la rodean.
Capítulos
Una Mirada a Ciudad Bolívar
El capítulo inicia con una descripción de Ciudad Bolívar, destacando su ubicación, clima, y los prejuicios que enfrenta. Se pone de relieve la iniciativa de "Barrios Vivos" que busca ayudar a la comunidad local a salir adelante y combatir los estigmas.
El Recorrido del Transmicable
Se describe el recorrido en el Transmicable, un sistema de cable aéreo que ha servido para conectar a Ciudad Bolívar con el resto de Bogotá. Durante el trayecto, se observa el colorido urbanismo de la localidad, que incluye un gigantesco mural que simboliza una mariposa vista desde la Sabana de Bogotá.
Biblioteca Pública El Mirador
Nirsa Morales, directora de la biblioteca, explica cómo este espacio cultural ha sido apropiado por la comunidad, subrayando su importancia como un lugar de integración y aprendizaje.
La Revolución Cultural Urbana
Luisa Zabogal y el colectivo Bogotá Colors impulsan el arte urbano y el turismo cultural en Ciudad Bolívar. Su labor no solo embellece el área, sino que también rompe estigmas y genera un sentido de comunidad.
El Museo de Antigüedades de Alexander Hill
Alexander Hill, un ex reciclador, ha creado un museo en Ciudad Bolívar con objetos encontrados en su labor diaria. Su historia personal de superación inspira a otros sobre la importancia del reciclaje y el valor de la memoria.
Conclusión
La visita a Ciudad Bolívar ofrece una invaluable perspectiva para descubrir y valorar las dinámicas culturales y sociales que florecen en las zonas más olvidadas de la capital. Es un testimonio viviente de transformación, integración y resiliencia social.
Menciones
- (Lugar) Ciudad Bolívar
- (Org) Alcaldía de Bogotá
- (Org) Barrios Vivos
- (Producto) Transmicable
- (Persona) Nirsa Morales
- (Org) Biblioteca Pública El Mirador
- (Persona) Luisa Zabogal
- (Org) Bogotá Colors
- (Evento) Festival Bogotá Colors
- (Persona) Alexander Hill
- (Ley/regulación) Bogotá Sin Indiferencia
- (Persona) Diego Felipe Becerra
- (Persona) Lucho Garzón
- (Org) Cafam
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Un barrio popular hecho a pulso por la clase trabajadora de la ciudad que aporta con su mano de obra al desarrollo de la capital. Es el lugar también donde habitan los recicladores, Es el lugar también donde habitan los recicladores, que se han convertido en estigma que todavía cargan muchos de los habitantes que transitan y habitan estas calles empinadas. Un estigma que nace de prejuicios y de estereotipos aprendidos, según los cuales Ciudad Bolívar es la cueva de la delincuencia, de la ilegalidad y de la pobreza. Como uno de los objetivos de este podcast es romper esos prejuicios y estereotipos, pues nos fuimos a Ciudad Bolívar y llegamos hasta el mirador, el paraíso. Y lo hicimos de la mano de un programa nuevo que está impulsando la Alcaldía de Bogotá, Barrios Vivos, que busca precisamente ayudar a esa comunidad que se ha autoconstruido construido en la periferia de la capital para que pueda seguir progresando y pueda desafiar los estigmas, que es lo que más pesa en estas localidades de las que muchos colombianos deberíamos aprender. El equipo de a fondo llegó a eso de las 10, 10 y media al portar el tunel donde se toma el transmicable para ir a las diferentes estaciones del transmicable que termina como decimos en el mirador, el paraíso. La estación siempre está llena desde que se inició el transmicable en el 2019. Y en el recorrido uno puede ver desde la altura cómo Ciudad Bolívar ha ido creciendo y se ha ido desarrollando y transformando. En las primeras estaciones las casas tienen techos de cemento y en las terrazas uno puede ver cultivos hidropónicos. En la medida que uno va subiendo, los colores se intensifican. Hay casas amarillas, verdes, anaranjadas. Y alguien nos dice que estos colores así dispuestos forman parte de una de las alas de la figura de una mariposa que se puede ver desde la sabana de Bogotá y que de hecho uno ve desde abajo cuando uno entra al portal El Tunal. Este macromural hecho de las casas de Ciudad Bolívar es uno de los tantos proyectos que se hicieron en los años pasados con el objetivo precisamente de desmarginalizar el suroriente de Bogotá y de mostrar una cara distinta, llena de colores y de vida. colores y de vida. A medida que vamos subiendo, las casas se vuelven más precarias. Su techo es de zinc. A un lado vemos un anuncio. Se venden lotes a cinco millones. Nos dicen los que saben que esos son los tierreros, que venden esos lotes a personas que necesitan urgente tener una casa. Seguimos subiendo y evidentemente uno se pregunta, bueno, ¿y cómo hicieron estos fundadores de este barrio para llegar hasta donde llegaron, hasta lo más alto de la cima de estas montañas, que tocan ya casi que con la mano los frailejones. 25 minutos después de haber tomado el transmicable en el portal El Tunal, llegamos al mirador del Paraíso, la última estación. Cuando salimos, sentimos el bullicio, la gente por las calles y nos sorprendió el color, los volardos pintados de rosados, de azules claros, que es el color del mirador del paraíso. Aquí todo es hecho por la comunidad, pedido por la comunidad y peleado por la comunidad. Ese fue el caso precisamente de la biblioteca pública El Mirador, un proyecto que fue exigido y pedido por la propia comunidad al Consejo de Bogotá y a la alcaldía de entonces, luego de que se hizo el transmicable en el 2019. Esta biblioteca es el orgullo de la gente de Ciudad Oliver y así lo explica muy bien su directora Nirsa Morales quien nos recibió a nuestra llegada bueno yo creo que para empezar es importante mencionar que la biblioteca pública El Mirador es una realidad porque así lo quiso la comunidad cuando se inicia el proceso desde la Secretaría de Cultura de qué equipamientos iban a acompañar el transmicable, la comunidad de Mirador del Paradiso levanta la mano y pide una biblioteca. Eso sucedió alrededor del 2018 y la biblioteca inicia la construcción de este equipamiento cultural y abre sus puertas en noviembre del 2021. Al principio fue difícil empezar a atraer a la comunidad a que ingresara al espacio. Muchos consideraban que para poder entrar tenían que pagar. Y que le tocó hacer al equipo bibliotecario salir a recorrer el barrio y empezar a contar qué era lo que podía llegar a suceder dentro de la biblioteca, cuáles eran esos servicios bibliotecarios y cómo podíamos hacer uso de ellos. Hoy por hoy nosotros podemos dar testimonio de la gran apropiación que tiene este espacio por parte de la comunidad. Entonces no es un lugar donde únicamente venimos a hacer el uso de los equipos, el uso del internet, sino que además se tiene un gran movimiento de los diferentes servicios bibliotecarios, empezando por el préstamo externo del material bibliográfico y además por el uso del espacio. Y viene mucho por libros. Sí, viene mucho por libros y hacer partícipes de las actividades de la malla de programación cultural. Entonces, ¿quiénes nos visitan más? Los niños y las niñas. En un segundo renglón podríamos hablar de los adultos mayores. ¿Quiénes son un poco reacios, los adolescentes y jóvenes. Sin embargo, la programación es bien diversa y eso permite que tengamos las diversas franjas etarias en dos diferentes momentos del día y del mes. Cuando uno empieza a recorrer las calles del Mirador del Paraíso y empieza a ver cómo todas ellas están intervenidas por artistas, por grafiteros, y hay grandes murales que tienen que ver con su historia, con su vida, con el pasado y con su presente, uno entiende que detrás de todo este proyecto cultural debe haber gente, debe haber un grupo de jóvenes con ganas de cambiar el mundo. Y ahí es cuando uno se encuentra con este grupo, con este colectivo de Bogotá Colors, que promueve la cultura urbana, liderado por una líder comunitaria que tiene solo 25 años, Luisa Zabogal. Ella desde el 2016, es decir, desde que tenía 17 años, está impulsando la transformación de su territorio a través del arte, del muralismo y de la expresión cultural y le puso un nombre a su proyecto Bogotá Colors y desde entonces ha creado incluso un circuito turístico para atraer gente a que vea y conozca el mirador del paraíso. Durante los viernes, sábados y domingos es probable que suban hasta el Mirador del Paraíso cerca de 120 o 150 personas. Y cada vez más vienen turistas extranjeros. En la entrevista que le estamos haciendo estamos en el Corredor Ijimani, lleno de arte urbano. De un lado está la vista impresionante de Bogotá, vista casi desde el páramo, y del otro lado están las casas intervenidas, llenas de arte urbano. Y todo este corredor artístico es autogestionado, es un proyecto que ya lleva bastante tiempo trabajándose y que hoy podemos decir que es un punto que las personas vienen a visitar demasiado y que un día nos propusimos como meta fue que esto fuera un punto turístico de la ciudad de Bogotá, entonces ha sido un trabajo que se ha venido realizando con diferentes liderazgos y que desde Bogotá Colors también hemos tenido esta apuesta no solo de mostrar el tema del muralismo sino también todo lo que hay en el barrio que son diferentes líderes que hacen cosas muy chéveres, muy importantes y muy significativas para la comunidad. ¿Tú eres muralista? Yo soy diseñadora gráfica pero también muralista Pero a mí me gusta más el tema del trabajo con la comunidad Entonces me gusta más el tema de los talleres Como llevar el arte a otros espacios No solamente al mural como tal Y este espacio de acá, quiero que entremos un momentito rápido Bienvenidos Este espacio es la Galería de la Calle del Color, es un espacio que ha buscado mostrar diferentes emprendimientos no solo de la zona urbana sino también de la zona rural, en donde podemos encontrar por ejemplo la miel de Don Luis, que él hace parte de la ruralidad, entonces él también está retratado en un mural, porque nos parece muy importante que las personas se identifiquen y que podamos conectar nuestras raíces con el tema del campesinado y demás. También desde nosotros como Bogotá Colors realizamos pines con frases muy colombianas que nos identifican como por ejemplo que baila, me pateo de sereno, se prendió esta... ustedes ya sabrán la palabra. También diferentes pines y algo muy bonito también es que estamos aportando a los emprendimientos de los adultos mayores, como por ejemplo estas pequeñas bolirranas y estos tejitos que realiza a pequeña escala para que las personas se puedan llevar un recordatorio diferente. Y se les puede quitar, se les puede quitar el tejito. Entonces también cuando nosotros recibimos nuestros visitantes, pues les ofrecemos como este juego para que conozcan de antemano nuestra cultura también, ¿no? Porque como lo he mencionado anteriormente, en IRSA nosotros somos multiculturales, ¿no? Venimos desde el Tolima, desde el Santander, desde el Huila. Y algo también muy bonito, y es que estas billeteras son con bolsa, son tejidas con bolsa. billeteras son con bolsa, son tejidas con bolsa, entonces la intención de estos productos es darle una segunda vida a la bolsa y demás para que no se siga generando un impacto ambiental, entonces también se ven. Y ustedes ven acá estos aretes, estos aretes también son pintados y estos son de la semilla de la papaya, de la guanábana y de otras semillas y demás. Y en este espacio también hacemos un taller graffiti que lo hacemos con las personas visitantes porque no nos interesa solamente que vengan a ver el tema del muralismo, sino que vivan la experiencia de ser artista por un día. El segundo piso de este taller es un espacio amplio, lleno de colores, donde se ven unas canecas intervenidas y bombones de gasolina que se vuelven materas. El lugar es casi como un escenario para hacer artesanía del plástico y de la basura, para sacar arte de todo lo que creemos que es feo y no nos sirve. Es un espacio que se ha convertido en el epicentro de diferentes muestras culturales. Entonces acá hemos tenido también materas con bomboneras, ya las realizaron las comadres y la casa del adulto mayor, esos tótenes también los realizó la biblioteca comunitaria Violeta, esos cuadros que ustedes ven expuestos los realizaron también artistas de aquí del barrio Paraíso y Mirador, entonces la intención es que este espacio ha sido muy cambiante, cuando ustedes vuelvan a venir ya está ubicado de diferente manera, porque queremos que aquí no solamente sea el epicentro del arte, sino que en su máxima expresión podamos ver presentaciones de teatro, de música, también aquí hemos tenido shows de comedia, entonces pues es un espacio que ha sido muy significativo para la comunidad. ¿Y usted estudió? que ha sido muy significativo para la comunidad. ¿Y usted estudió? Sí señora, yo estudié en la Universidad Central, diseño gráfico, pero el trabajo comunitario me ha hecho ser lo que soy hoy en día y siento que el diseño gráfico es parte de mi vida obviamente, pero más todo el tema del trabajo con la comunidad, eso es lo que más me hace feliz. Pues vivo en otro barrio, pero es como si viviera acá porque me la paso todos los días acá, entonces acá está mi trabajo, mi proyecto, entonces como que sí, normalmente pertenezco al barrio, pero sí soy de la localidad de Ciudad Bolívar. ¿Cuántos años tiene? Yo tengo 25. ¿25? Sí. Yo tengo 25. Cuando inicié el proyecto tenía 17 años y fue algo muy bacano, siento que ha sido una experiencia muy gratificante y que me ha diferentes comunidades me ha hecho entender que vivía en una burbuja y que si puedo enseñar y si puedo dar lo mejor de mí, pues por qué no hacerlo. Por eso decidí empezar a tener un proyecto comunitario, social, artístico, turístico, porque siento que vale la pena reconocer este tipo de espacios y este tipo de barrios, porque siento que acá hay gente muy emprendedora, gente verga, gente que todos los días se levanta pues para tener una vida diferente, entonces por esa razón quise apostarle al bar. Para atraer turistas Luisa montó todo una operación de turismo y se convirtió en turoperadora. Bueno, normalmente nosotros empezamos a tener una estrategia de invitar diferentes medios de comunicación desde el año 2017 y 2018. Antes de que llegara el transmicable nosotros hacíamos turismo, pero a través de las rutas alimentadoras, no desde el transmicable. Pero ustedes se podrían imaginar que era demasiado, demasiado tiempo en llegar acá. Era demasiado, demasiado tiempo en llegar acá. Entonces pues empezamos a decir como bueno, empezamos a llamar amigos de otras partes de la ciudad de Bogotá a que vinieran y ellos les contaban a los demás. Entonces todo se empezó a generar un voz a voz y las personas empezaron a llegar. Cuando llegó el transmicable también dio la pauta para que las personas quisieran venir a conocer el transmicable pero también a venir a conocer el transmisible, pero también a venir a conocer lo que se estaba haciendo aquí en el bar. Cuando nosotros iniciamos, iniciamos con el corredor, circuito parte alta de la calle El Color, eran aproximadamente seis murales, que pues no fue fácil porque todo ha sido autogestionado, entonces siempre era como mirar cómo se conseguían los recursos, entonces May tenía pues de su pintura y demás, entonces venía y pues lo que nosotros hacemos es regalar los muros al barrio. Antes de que nosotros lleguemos a pintar un mural, lo que hacemos es venir a hablar con los dueños de las casas para ver ellos también qué quieren ver plasmados en sus murales, pero también hacemos laboratorios de co-creación para entender qué es lo que quieren ver en cada mural. Pasamos por una casa donde está pintado Gabriel García Márquez, pasamos por otra donde está pintado el jugador número 10 de la selección colombiana de fútbol, James Rodríguez. Al lado se veía un mural donde estaba pintada la cara de la jugadora de la selección colombia Linda Caicedo. Y pasamos por otro donde vimos la imagen de Darío Gómez y Alcy Acosta. Pues acá está pintado Darío Gómez y así acosta. Son dos personajes que a las personas les gusta demasiado aquí en la comunidad y que cuando están bebiendo, bueno, tomando, les gusta escuchar La Copa Rota, sí señora, y pues Nadie es Eterno en el Mundo de Darío Gómez. Sí, son las canciones predilectas para una buena borrachera. Como nos lo cuenta Luisa, todos estos murales que uno ve han sido pintados por artistas reconocidos que han venido hasta acá gracias a la insistencia de Luisa y de sus compañeros. Han sido tan activos y tan exitosos que ya tienen desde hace años su propio festival y se llama el Festival Bogotá Colors, que celebra la multiculturalidad y la riqueza del arte urbano. Un evento que les ha permitido traer no solamente artistas locales y nacionales, sino internacionales. Sin embargo, muchos de los grafitis, sobre todo los que están sobre el callejón Iyimani, son hechos por grafiteros y artistas de Ciudad Bolívar, que viven en el barrio y que son empíricos. Buenos días, mi nombre es John Madrigal, mi seudónimo es MAP, yo soy como MAPA. Estamos en el corredor artístico Iyimani, el cual fue intervenido este año, a mediados de este año, en el primer semestre. ¿Cuál fue la idea? Evocar un poco sobre la línea del tiempo del presente, pasado y futuro. ¿Para qué? Para evocar un poco sobre la memoria que se pierde mucho. De una u otra manera, cada uno de estos grafitis fueron intervenidos por artistas locales, los cuales participaron dentro de unos talleres que se realizaron con las comunidades y pues cada obra viene desde lo que la comunidad requería o quería dentro de su espacio. Como esa co-creación con la comunidad. ¿Usted es artista también? Sí, yo soy artista urbano, graffiti. Sí, señora. De acá del territorio, yo soy de acá del barrio El Paraíso, uno de los artistas de acá, como lo es May, como lo es Imprudente, como lo es Mamarracho, que también pintaron dentro de este corredor. ¿Y usted estudió? No, lo mío es empírico. ¿Sí? Sí, igualmente pues la historia de por qué estoy en el grafiti, pues el cual la oro también, es desde pequeño siempre me ha gustado el arte. ¿Por qué? Porque veía muralismo dentro de mi casa, porque un artista de acá del territorio pues hacía muralismo en los jardines comunitarios, y desde allí pues me gustó como todo el tema del arte. Empecé como a dibujar en hojas y todo todo eso y ya cuando era más grande en el colegio por la cultura hip hop, como tal evoqué un poco sobre el grafiti y pues desde allí entonces he venido haciendo. Al principio el grafiti era muy difícil en el 2010 hasta que pasó lo de Diego Félix Pérez Serra que un poco ya tenían los derechos los artistas. Diego Felipe Becerra murió el 19 de agosto del 2011 cuando el patrullero Wilmer Alarcón le disparó en momentos en que él estaba pintando un grafitti. Diego Felipe era un estudiante que tenía 16 años y amaba el arte urbano. Diego Felipe, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante de graffiti, estudiante hacia el graffiti y hacia los grafiteros, porque ya no se evoca solamente que es el hip hop, sino que el graffiti ya es otra rama muy aparte del hip hop y que de una u otra manera hay punkeros, hay rockeros, hay toda clase de artistas de multiculturalidad dentro de este arte. ¿Pero cómo es el barrio? ¿Es tranquilo? ¿Pero cómo es el barrio? ¿Es tranquilo? Sí, el barrio, pues todo barrio es tranquilo, ¿sí? Supongamos, algo que decimos acá es que en todo lado vemos inseguridad, vemos robos y todo eso. Acá pasa igual, ¿sí? Pero pues no es, es más estigmatizado porque es el sur y siempre hemos tenido el estigma de que el sur es donde roban, donde matan, donde todo eso, sí, tristemente sí tuvimos una historia de que pasaron sucesos dentro del barrio que marcaron mucho a familias y a personas, pero siempre hemos tenido como ese pensamiento de que son más los buenos que los malos y que siempre la comunidad ha estado haciendo acciones culturales para cambiar ese estigma. Sí, porque antes tú ibas a una empresa y pedías trabajo y te preguntaban de dónde eres, de paraíso. De Ciudad Bolívar. Ay, hijo de madre, no, no. Entonces era como ese estigma. Ahora ha cambiado bastante. Gracias a toda la infraestructura que se ha hecho acá. Los cambios del transmisible también ha tenido mucho ese apalancamiento hacia que la institución también vea esos escenarios como que también se pueden ser turísticos. Y pues nuestro pensamiento siempre ha sido que de una u otra manera el turismo no sea enfocado hacia el centro, que siempre lo vemos, el centro y ya, sino que también se salga un poco de esa zona de confort y que las personas visiten otros espacios. un poco de esa zona de confort y que las personas visiten otros espacios. Nuestra guía, Luisa Zabogal, nos dice que la próxima parada es en el Museo de Antigüedades. Así como lo oyen, aquí en el mundo del reciclaje. Hoy es un chatarrero y decidió hacer un museo con todo lo que fue consiguiendo en sus años como reciclador. Entrar a este lugar, que se conoce como Museo Café, el Rincón del Paraíso, es precisamente entrar a otro mundo completamente distinto, donde no hay murales, donde no hay arte urbano, pero en cambio hay memoria, hay pasado y hay una atmósfera tremendamente acogedora, como la que dan las bibliotecas o los jardines zen. El dueño de este museo se llama Alexander Hill, tiene 51 años, y desde los 8 llegó a este territorio, luego de que salieron del barrio Quiroga, porque su mamá se separó de su papá, y se vinieron con sus jotos a estas colinas, en busca de una oportunidad de vivienda de eso hace 41 años cuando pues ciudad bolívar no era lo que es hoy y muchas de las laderas de estas lomas estaban deshabitadas y a los que menos tenían les tocaba ir cada vez más arriba cuando Cuando llegaron, no había ni luz, ni agua, ni nada. Pero en estas lomas, Paramunas fue donde Alexander pasó su adolescencia. Conociendo la flora, la fauna y los pájaros, sobre todo los copetones. Se acostumbra a oírlos. sobre todo los copetones. Se acostumbra a oírlos. Ahí creció hasta los 16 años, cuando empezó, como dice él, a distinguir a su esposa. Porque pasaba por su ranchito, camino al de ella. Él tenía 17 y ella 15 años. Y entonces repitió la misma historia que había hecho con su mamá. Cuando llegó por primera vez a esas lomas, compró tela asfáltica, que se conoce con el nombre de paroi. Plantó cuatro palos en la tierra y los cubrió. Esa fue su segunda casa de papel, como él mismo la llama. Paroi es un tipo de material como digamos una casa de papel, como él mismo la llama. Para hoy es un tipo de material como digamos una casa de papel, era una tela negra, que en ese entonces pues era las personas de bajo recurso pues era con lo que podían recurrir, comprar cuatro palos, poner cuatro palos y literalmente hacer una casita de papel, techo, paredes, todo, así se comenzó Ciudad Oliver. Entonces cogimos y repetimos la historia, compramos cuatro palos, compramos un rollo de paro, hicimos nuestro nido de amor y bueno, ya después de estar construido todo, ya quedé embarazada, ya es madre a los 16 años, yo a los 18 años soy padre y bueno, comienza la historia, ¿qué me voy a poner a hacer? Pues no tengo ninguna experiencia laboral, no tengo parientes, ni familiares. Y sobre todo lo más importante, no tenía estudio. 10 minutos de lecciones, handcraftadas por más de 200 expertos de idiomas. Babbel te lleva a hablar una nueva lengua en solo unos días. Con más de 16 millones de suscripciones vendidas y una garantía de ganas de 20 días, solo empieza a hablar otra lengua con Babbel. Ahora mismo, hasta 55% de tu suscripción a babbel.com. Espele B-A-B-B-E-L.com. Las reglas y restricciones pueden aplicarse. Fue entonces cuando no le tocó más remedio que reciclar. Y todo porque su madre ya venía trabajando en ese mundo desde tiempo atrás. Y lo hizo casi que a regañadientes, sabiendo que iba a ser estigmatizado hasta por sus propios amigos. Fue de esa manera como empezó a conocer las primeras organizaciones de recicladores y a entender la importancia de ese trabajo. Así pasaron 14 años. la recolectaba y volvía como a las 6, 7 de la mañana. Dormía de día y trabajaba de noche. Su vida cambió de pronto una noche, cuando estaba reciclando en el barrio Quiroga. 14 años después de estar ejerciendo una labor que no quería, una labor que no era muy reconocida, una noche reciclando en el barrio Quiroga, siempre lo digo, me suelo encontrar un libro, un libro pequeño, pequeño libro que en vez de echarlo a la carreta, pues como que decido echarlo al bolsillo porque me parece que es algo interesante, que es algo como que tema de Dios y pues lo guardo. Entonces esa noche pues no lo pude leer porque es de noche, entonces esperé que fuera la madrugada y 5 no porque como reciclada noche pues uno que sea poner a leer de noche no entonces al otro me levanto como cinco y media de la mañana aquí estaba al lado de santa lucia y quería y bueno era recibir reciclando san jorge pero se me viene el pensamiento cuando ya había arrancado con la cara también el pensamiento del librito entonces hago lo que está sumercido así, entonces más bien me quedo, me relajo me siento en el andén y abro el librito así como está este entonces lo cojo y lo trato de leer, es un libro similar a este, entonces digo, ay tan chévere chévere yo supiera leer y escribir para saber que hice acá entonces por primera vez tenía 33 años de mi vida y reflexiono de qué he hecho en mi vida. O sea, yo tengo 33 años, mira la localidad donde vivo, mira las condiciones que vivo. Este trabajo que ejerzo no es nuevo, ningún futuro. No tengo nada, no soy nadie. Y me lamentaba el no poder hacer otra cosa que me gustara, que algo que digo y esto me gusta, estoy haciendo algo que me gusta, entonces se me dio nostalgia, se me lagrimaron los ojos y alzo los ojos al creador de todo esto, y le digo, ay Dios, como me gustaría aprender a leer y escribir Señor para saber que dice acá porque la verdad no entiendo nada entonces pues dios contesta porque a los 15 días por primera vez vemos en la ciudad de bogotá en una alcaldía que un alcalde bueno tuviera la iniciativa de sacar un programa enfocado a que los recicladores recibieran dos herramientas muy importantes que yo las adquirí una noche estaba reciclando cuando una camioneta blanca me aborda como a los 15 días después de hablar con dios y me dice oiga muchachos quiere mogolla caliente perdón guapanela caliente como goya negra me dice me dicen ellos y yo pues como a las 11 de la noche pues uno está bueno con hambre y deseando algo, pero uno siempre está a la defensiva, no hay si tan chévere, hágale, sino cuando dicen que tal, este muchacho en la camioneta por ahí, tengan otra intención, y yo no, tranquilo que somos de la alcaldía mayor de Bogotá, nos traen el carnet y pues lo que queremos es lo que nos mandó a hacer el alcalde, en un programa que se llama Bogotá sin indiferencia, y lo que queremos es invitar a unos talleres de reciclaje. Queremos inscribirte, mira, la alcaldía te va a pagar 70 mil pesos, imagínense, 70 mil pesos, quincenales. ¿Qué era la alcaldía? Lucho Garzón, Luis Eduardo Garzón. Entonces, 70 mil pesos para ese entonces era algo así como 350 mil pesos hoy, pues digamos que servía. Me hice, invité a muchos compañeros, invité a gente, si conoces muchos recicladores, invítalos, invítalos a los talleres. Pues claro, me puse a la tarea y invité por ejemplo a mi cuñada, cuñados, compañeros, amigos del barrio, mi esposa, mi mamá. Digamos que el vínculo o el parche era mucho más grande en ese entonces y fuimos, y fue un programa a nivel nacional, en el cual pues primero nos enseñan la importancia del reciclaje, a conocer cada uno de los materiales, su composición, cómo se llama cada uno de ellos a clasificarlo a lo mejor aprovechamiento y sobre todo a sobre todo nos nos nos enfocaron a que podemos ser nosotros empresarios de que tú puedes poner ponencia poner amor el plástico poder procesar el cartón el archivo y también nos dan el regalo que yo quería y dicen bueno oiga muchachos en una sala muy grande nos dicen oiga muchachos hicimos un convenio con el colegio cafán entonces si algo usted sabe de pronto quiere terminar su bachillerato pues de la oportunidad de una beca o si alguno de ustedes pues ya terminó la primaria y bachillerato y quiere tener una carrera pues hay una beca también para ellos y también hay una beca para si alguno de ustedes no sabe leer ni escribir digamos que toda la gente dice entonces que reciclamos estábamos en la misma circunstancias mamá aún no sabe leer digamos si hay muchos compañeros no sabían leer y escribir nos dan esa oportunidad de aprender a leer y escribir con el Colegio Cafán, y ahí es donde viene esa explosión de conocimiento, porque aprendí a leer y escribir, y inmediatamente lo que hice fue ponerme a leer la Biblia, yo le dije a Dios, ¿cómo me gustaría aprender a leer y escribir? para saber qué hice ahí, entonces me di esa tarea y digamos que eso me enriqueció mucho intelectualmente, nunca pues ya había leído, entonces empecé a leer esos libros fascinantes, 66 libros y me fui como empapando la historia y me fascinó y digamos que ya después empiezo como a tener amor por las cosas, por los objetos, por las cosas que ustedes recogen, correcto, entonces digamos que empiezo como a recoger parte de nuestra historia, nuestras generaciones Y parte, me encontré digamos muchos tesoros Que 14 años pues en mi ignorancia los vacacé a venderlos Pero después de que aprendí a leerlo como que Vaya esto es esto, esto es esto, esto es esto Y veamos que esas dos herramientas nos sirvió muchísimo porque ya después que aprendo a leer y a conocer mucho más a profundidad el tema el reciclaje mi esposa me dice para todos aprendido harto así como les está hablando ustedes yo les hablaba les puedo hablar de materiales de jeepa te aprendiste a toda la porque no ponemos una chatarrería entonces dije no pero con qué plata de dónde yo tengo 110 mil pesos ahorrados pongamos las pongamos las historias de buenas listo y fue muy lindo porque nos mejoró mucho la calidad de decir empezamos como a tener otra explosión de otra mentalidad como que cambieses chieses de podretón de que vive una localidad pobre que no tenemos nada que soy y no soy nada, que el trabajo que hago no es importante y empecé a cambiar ese chi y por ejemplo esos 14 años teníamos las colchonetas que nos íbamos a encontrar en la calle, en nuestra cama, todo era reciclado y empecé como a cambiar ese chi y vamos a botar todas esas cosas y vamos a empezar a sacar el jugo a esto, vamos a empezar a comprar un nuevo a darnos buena vida, a pasear a salir, a comprar una moto la pasamos paseando después me compré un camión y después empezamos a expandirnos, a poner otras bodegas entonces aquí lo que estamos pisando era una bodega de reciclaje, hace 20 años me vine para acá y compré un lote, ven en este barrio digamos un barrio, un lote mejor ubicado, que esto era más planito y me di a la tarea de construirlo, ya lo construí y lo estoy construyendo, que probablemente si Dios lo permite, probablemente este espacio sería allá en mi casa, entonces estamos trabajando duro por ello. En el museo uno puede encontrar casi toda la colección del Dragon Ball Z. Hay una colección impresionante de acetatos, donde están desde las canciones de oro de los Panchos, hasta televisores antiguos, grandes y pequeños, máquinas de escribir antiguas y cámaras de fotografía de gran calado. Se me ocurre la famosa idea de decir, mami, quiero acabar con la chatarrería y hasta aquí cueste el ciclo. El reciclador pasará a una bodega 14 años después y después ahí yo también duraré otros 14 años. Entonces le digo a mi esposa, ya llevo 27 años en este cuento, como que ya estoy cansado. Que quiero, mami, quiero crear un museo. Entonces ya le suena loco y dice, no, pero cómo ha sido acá la chatarrería, se volvió loco, se le corrió el champú. Y dije, no mami, quiero hacer como un museo y crear y mostrarle, mostrarle los tesoros que puede encontrar un reciclador en la calle hasta donde puede llegar uno a través de este arte la importancia de reciclar y sobre todo la memoria que tiene el barrio no la memoria de cómo como digamos un barrio o esta generación que vivimos en este entonces como como a pulso y con guerreros hemos sobresalido, le hemos metido ganas y con lo que ha habido hemos sobresalido, entonces es muy importante decir que las entidades públicas nos han dado la mano al contrario, entonces agradecerle a Luisita, a May, que me ha dado la oportunidad de conocerlos, y a muchos compañeros como Carlos, y bueno, los que van a visitar hoy, yo pienso que también a Irene de Carlitos, a personas que de una u otra forma las hemos conocido, que también han vivido en el barrio, digamos que es otra generación que se ha levantado, y que también conocen un poco la problemática del barrio, que también le han metido ganas en cambiar esa perspectiva que se tiene hacia Ciudad de Bolívar y que vean más bien la otra cara, la cara de talento, de los artistas, de los músicos, de los muralistas, bueno, infinidad de personas que, digamos, por este espacio me ha dado la oportunidad de conocer y que uno dice, vaya, tremendo, tremendo talento que está acá en Ciudad de Bolívar. tremendo talento que está Cancio Bolivar. Fue por Luisa Sabogal que todo este proyecto cultural de los murales y del turismo que le da cabida a proyectos como el Museo Café de Alexander terminó también resaltando la riqueza gastronómica que hay en Ciudad Bolívar y especialmente en el Mirador del Paraíso. No solamente hay buenas empanadas, sino que hay un restaurante de comida del Pacífico que se llama Guaguancó Chocuano, en el que según la chef Leo Espinosa, cuya fundación también ayuda a promover este tipo de emprendimientos gastronómicos, se hace la mejor cazuela de mariscos. Y también pueden pasar por la Estación del Sabor para tomar una de las sopas de Doña Magda, un restaurante que queda ahí a la salida de Transmicable. ¿Con cilantro? Sí, con cilantro. Hay que tenerlo, por ejemplo, y que hay que irlo a la cera. ¿Ustedes quieren comer algo mientras hacemos la entrevista? Casi siempre yo hago las topas de arroz diferente, pero hoy le tocó con el huesito. ¿Qué le dice a usted a las personas que van a escuchar esto? Dicen, vengan acá a comer, ¿qué? ¿Qué es lo que usted es mejor? Pues que el sazón solamente lo da la mano, no más. O sea, yo no hago nada, solo mi manito y ya. Hasta si se agua con sal me queda rico. La verdad es que la visita al Mirador del Paraíso es también una oportunidad para destrozar arquetipos, derribar prejuicios y descubrir nuevas realidades que viven en nuestra propia ciudad, pero que no conocemos. que viven en nuestra propia ciudad, pero que no conocemos. Péguense la subidita al mirador del paraíso para que entiendan un poco de lo que se trata Bogotá. Se empapen de cultura urbana y descubran lo que hay dentro de esta mariposa que uno ve desde abajo, desde la sabana. Y entiendan quiénes son los que habitan esas casas, quiénes pintaron esos colores y por qué lo hicieron. A fondo les desea una muy feliz navidad a fondo es un podcast producido por mafia land producción general beatriz acevedo producción Producción de audio, Daniel Chávez Mora. Música original del maestro Oscar Acevedo. Nos pueden escuchar también en mi canal de YouTube. Gracias por escuchar. Soy María Jimena Dussan.