El fantástico poder de las aves EP1: Colombia el país de las aves

El fantástico poder de las aves EP1: Colombia el país de las aves

29 de ago de 2024

Durante la pandemia del COVID-19, muchas personas descubrieron el poder calmante de las aves. El canto de los pájaros, visible y audible en medio del confinamiento, tuvo un impacto positivo en el estado de ánimo de las personas, lo que aumentó la conciencia sobre la conservación de la naturaleza. En Colombia, el interés por las aves ha crecido desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, permitiendo la exploración de áreas anteriormente inseguras. El país, conocido por su diversidad de aves, enfrenta amenazas que afectan estos ecosistemas vitales.

Capítulos

El cambio de percepción hacia las aves durante la pandemia

Durante la pandemia, muchas personas encontraron tranquilidad al observar y escuchar a las aves, lo cual tuvo efectos positivos en el estado de ánimo y ayudó a mitigar la depresión. Los estudios han mostrado que el contacto con las aves genera un impacto duradero en la tranquilidad de las personas.

Colombia: el país de las aves

Colombia es el país con la mayor cantidad de especies de aves gracias a su ubicación geográfica y diversidad de ecosistemas. Este privilegio está actualmente amenazado por prácticas agrícolas y ganaderas que no son compatibles con la conservación.

Amenazas a los ecosistemas de aves en Colombia

La frontera agrícola y la expansión de la ganadería afectan negativamente los ecosistemas vitales para las aves en Colombia. Es crucial desarrollar políticas públicas que ayuden a conservar estos ecosistemas.

Conservación y aviturismo en Colombia

El aviturismo se presenta como una opción para incentivar la conservación de aves al permitir que las comunidades se beneficien económicamente de esta actividad. Sin embargo, es necesario apoyar con inversión estas iniciativas para asegurar su éxito.

El impacto del cambio climático y la transformación del paisaje

El cambio climático y la transformación del paisaje están afectando las rutas migratorias y los hábitats de las aves. Colombia debe fortalecer iniciativas de conservación para mitigar estos efectos y proteger su biodiversidad.

Conclusión

Colombia alberga una de las mayores diversidades de aves del mundo, pero enfrenta desafíos significativos que amenazan estos valiosos ecosistemas. La conservación, la inversión en prácticas sostenibles y la participación comunitaria son esenciales para asegurar la sostenibilidad de estas aves y garantizar que continúen siendo un recurso valioso para el bienestar humano y la biodiversidad.

Menciones

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               El Cielo de la Tierra No sé si a ustedes les pasó, pero hubo un nuevo universo que apareció en la época del encierro que tuvimos en el mundo por el coronavirus. Hace tan solo cuatro años, la Sinfonía de los Pájaros, sus cantos, nos levantaban por la mañana y de alguna manera los mirábamos muy distinto. Mientras nosotros estábamos encerrados, ellos llegaban a nuestra ventana o nos cantaban en el balcón libremente, demostrándonos que la vida seguía, a pesar de las tristezas, de las incertidumbres y de los miedos. Si algo nos pasó en la pandemia es que después del encierro, la necesidad de conservar lo bello y la naturaleza, lo que nos daba la vida y lo que nos sostuvo durante esos momentos asiagos, se volvió más importante. Eso dicen todos los estudios que se han hecho sobre la influencia que tuvieron las aves en el estado de ánimo de la gente. se pudo probar que el hecho de que muchos humanos pudieron ver los pájaros durante el encierro y oír sus trinos y su música y ese contacto visual con sus colores, produjo en el cerebro un impacto de tranquilidad que, según el estudio, podía durar más de ocho horas. También el estudio concluyó que quienes más miraron las aves y las avistaron y se durmieron con sus cantos y se despertaron con ellos, fueron los que menos tuvieron depresión. Y a raíz de todos estos hallazgos es que se ha descubierto que los pájaros nos dan no solamente belleza, sino que nos inculcan ánimos y ganas de vivir. Y solo por escuchar su música por las mañanas. En Colombia también estamos aprendiendo de los cambios. Estamos aprendiendo de los cambios y no solo por cuenta de la pandemia, sino desde que se firmó el Acuerdo de Paz del 2016, cuando de pronto los colombianos pudimos ir a recorrer muchos de esos parajes hermosos que estuvieron por años en manos de las FARC. Eso permitió proyectos como la expedición BIO, que impulsó el Humboldt, en la que se descubrieron nuevas especies endémicas de Colombia. Y se produjo entonces la explosión. Y el conocimiento real de que Colombia era el país de las aves. Y el conocimiento real de que Colombia era el país de las aves. Y es que hoy sabemos que Colombia, oíganme bien, es el país en el mundo con el mayor número de especies endémicas, un privilegio y un tesoro que se deriva de nuestra ubicación geográfica y de la multiplicidad de ecosistemas que tenemos. Y que permiten que haya comida durante todo el año para las aves. Por eso es que a Colombia llegan cerca de 139 especies migratorias cada año y que vuelan desde el norte de los Estados Unidos y Canadá y que llegan también desde el extremo austral y convergen en Colombia. Y como bien nos lo dijo aquí en Afondo el biólogo Gustavo Londoño, esas ya no son aves del norte ni del sur, son aves nuestras, porque la mayoría del año se la pasan aquí, en Colombia, donde pueden estar hasta ocho meses. Este inmenso tesoro que tiene Colombia está hoy bajo amenaza por cuenta del avance de la frontera agrícola, que se va comiendo el bosque y que ha sido reemplazada por una ganadería que es incompatible con la conservación, como es la ganadería extensiva. Pero también con las prácticas agrícolas que tampoco ayudan a conservar los ecosistemas que son vitales para las aves, porque es ahí donde encuentran su sustento. donde encuentran su sustento. Por todas estas razones, iniciamos hoy una nueva serie en a fondo, en alianza con Audubon, una organización que lleva más de 120 años trabajando a favor de la conservación de las aves y de la biodiversidad en el continente americano. conservación de las aves y de la biodiversidad en el continente americano. La serie es una invitación a que entiendan la importancia de las aves para nuestra vida, nuestra salud mental y para la salud de nuestros ecosistemas. El fantástico poder de las aves. Fantástico Poder de las Aves. En cinco episodios, esta serie que busca poner el foco sobre el fantástico poder de las aves, abordará no solamente la riqueza que tiene Colombia como el primer país del mundo con mayor número de especies de aves. También hablará de la agricultura sostenible, de las prácticas que son amigables con la conservación de nuestros ecosistemas y de cómo las comunidades en Colombia se están movilizando ya para conservar las aves, para entenderlas y aprender de sus sinfonías y cantos, haciendo incluso del aviturismo una forma de vida. Hablaremos también de la necesidad de inversión, porque para conservar hay que invertir, porque si no nos quedaremos como pajaritos en el aire. Y por último, los introduciremos en el arte de pajarear, en el mundo maravilloso de los colores, de los sonidos, de la manera vertiginosa con que aletean colibrí y de cómo hay miles de personas en Colombia y en el mundo que de manera voluntaria hacen conteos para saber cuántos animales viajan atravesando el continente, porque de esa manera podemos saber cuáles son los ecosistemas que están siendo más afectados por el cambio climático, por la deforestación y por las prácticas de ganadería y agricultura no compatibles con la conservación. Hoy los invitamos a que escuchen nuestro primer episodio en alianza con Audubon. Colombia, el país de las aves. Está con nosotros Noemi Moreno, una muy importante bióloga con una maestría en conservación y uso de la biodiversidad. Es la gerente técnica de Audubon Américas en Colombia y llegó a esta organización en el 2018 como coordinadora de la Ruta de Abiturismo del Suroccidente Colombiano, una de las tantas rutas que se iniciaron en el gobierno del presidente Juan Manuel Santos, producto pues del acuerdo de paz, con la idea de salir a recorrer el país que no conocíamos. Actualmente lidera la implementación de la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves de Colombia, ENCA, que es nada más ni nada menos que la estrategia de política pública que se ha venido reforzando sobre todo desde el 2020 y que incluye ahora no sólo a los biólogos y a los científicos, sino que también está estableciendo conversaciones con los empresarios, con los ganaderos, con los agricultores y con las comunidades. Noemí Moreno nos va a explicar por qué Colombia es el país de las aves. Somos el país que tiene mayor número de especies de aves. ¿En el mundo? En el mundo, porque tenemos unos ecosistemas diferentes y tenemos diferentes regiones del país que hace que haya variedad de especies de aves. Eso por un lado, que digamos, no es que sean propias, pero sí tenemos esas aves que residen en Colombia. Pero también, además de tener esas especies residentes que están en nuestros ecosistemas, pues nos llegan, como mencionaba María Ángela, varias especies de aves, tanto del norte, que son migratorias, que viajan en algún momento del año cuando allá están en invierno, se vienen hacia acá a tener una mejor temperatura y también alimento y en algún momento del año los que vienen del sur, que vienen también a visitarnos porque también cambian sus condiciones. Entonces, al final sumando todo eso, tanto especies residentes como migratorias, nos da que somos el país con mayor número de especies de aves en el mundo. María Ángela Echeverry Galvis es profesora de Ecología de la Facultad de Estudios Ambientales y Rurales de la Universidad Javeriana. Es también doctora en ecología y biología, evolutiva de Princeton University. Por 20 años ha estado investigando la comunidad de las aves, buscando entender los factores que determinan eventos importantes en sus ciclos. María Ángela nos trae una chiva. factores que determinan eventos importantes en sus ciclos. María Ángela nos trae una chiva sobre cuántas especies reales hay en Colombia y cuántas de esas provienen de aves residentes en Colombia y cuántas de aves migratorias. De aves migratorias. Hasta hace muy poco, hasta hace unos días, Colombia tenía 1.969 especies que eran registradas en su territorio, desde islas hasta sus condiciones marinas. De esas, alrededor de 161 eran de estas migratorias. Todas las demás son especies que viven en Colombia o de las cuales tenemos registro que habitan algún lugar de Colombia. Pero la ciencia no es estática y a medida que vamos encontrando más y más cosas como este vídeo en San Andrés, pues estos números van cambiando y estamos muy cerca de tener registros para poder decir que en Colombia podemos tener alrededor de 1980 especies de aves que viven tiempo completo o que nos visitan. Pero acuérdense que la visitica dura casi cinco meses, es medio año, entonces pues esto ya es tiempo mayúsculo. María Ángela nos va a explicar aquí en a fondo por qué las aves son un termómetro para establecer cuál es la salud de los ecosistemas y cómo están de amenazados Pues como tú decías María Jimena las aves en Colombia son de múltiples especies y cuando empezamos a ver muchas especies que hacen o que las podemos agrupar de manera similar, pero que no compiten entre ellas, quiere decir que realmente hay muchas formas de sobrevivir. Esto nos implica que haya aves, por ejemplo, de climas templados, de climas más húmedos, que tengan de pronto mayores requerimientos de alimentación, que sean más exclusivas o que coman un poco de todo. Esa gran variedad de especies que tenemos en Colombia nos representa en esa medida la gran variedad de formas diferentes que hay de sobrevivir. Y se vuelve en un termómetro esa metáfora que tú usas tan adecuada, porque nos empiezan a mostrar cuando cambian sus abundancias o cuando ya no las vemos que hay un cambio a nivel del ecosistema. Entonces no se vuelve el ave por el individuo. Eso entra en un segundo plano. Si recuerdan hace unos años cuando estábamos en pleno fenómeno de pandemia, surgió con mucha fuerza la idea de salud ecosistémica y de una salud o One Health. Y las aves se nos volvieron uno de esos indicadores de cómo cuando el agua está contaminada, pues ya las aves acuáticas no llegan a esos ríos, no llegan a esos humedales. O cuando tenemos, por ejemplo, problemas con el uso y la correcta disposición de nuestras basuras, hay otras que empiezan a aparecer de manera mucho más constante. Y entonces pensamos en los chulos, que empiezan a sobrevolar de pronto zonas donde no queremos que sobrevuelen en cercanía de aeropuertos. Pero las aves entonces se nos vuelven indicadores de lo que está ocurriendo en un sistema. Bien sea que el sistema está estable, que el sistema cambia, o que hemos hecho alteraciones donde ya el sistema dejó de ser lo que era y simplemente ya no están allí esas primeras aves. Entonces se nos vuelven también indicadores en la medida en que si dejamos de asociarlas con nuestra cotidianidad, se nos vuelve en ese paisaje que hay que ir a ver al Amazonas o que hay que ir a ver al Chocó y dejamos de lado que las aves están con nosotros en todo momento. Cualquiera de nosotros puede salir por la ventana del edificio de nuestra casa y es más probable que encuentre un ave a que encuentre cualquier otro mamífero. Entonces también se nos vuelven indicadores en términos de quiénes están, qué están haciendo y cuáles son sus abundancias y aportes en términos de las sociedades y comunidades con las que convivimos completamente sin darnos cuenta. Gracias a la ubicación estratégica que tiene Colombia, el país alberga toda la variedad de ecosistemas marino-costeros del trópico. Estos ambientes son claves para el desarrollo del ciclo de vida de alrededor de 246 especies de aves acuáticas, tanto migratorias como residentes. También Colombia tiene comunidades de aves insulares, que son las que más están sufriendo una afectación por cuenta de todos los avatares en materia de cambio climático, como el caso del vireo de San Andrés, un pajarito pequeño como un copetón, cuya población se vio seriamente afectada luego del paso del huracán Iota por el archipiélago de San Andrés y Providencia en el 2020. Colombia también tiene un sistema hidrográfico que está integrado por grandes extensiones de humedales internos. de estos ecosistemas estratégicos para obtener su alimento, su refugio y su reproducción, su construcción de nidos y sus sitios de provisión y de descanso para las rutas de migración, sobre todo si vienen del norte o del sur. En los últimos años, y yo diría en los últimos 50 o 60 años, esos humedales, esa riqueza hídrica que tenía Colombia de agua dulce, se ha ido mermando. Y no solo en sabanas como la de Bogotá, también en lugares como el Valle del Cauca, donde prácticamente los humedales en el Valle del Cauca han desaparecido. María Ángela Echeverry nos explica aquí en a fondo cómo en medio del calentamiento climático y de todas las amenazas a los ecosistemas que hay en el mundo pues Colombia no es la excepción Mira que ahí tenemos muchas cuestiones una, tal vez la principal amenaza que hay a nivel global y Colombia no es la excepción es la transformación de los hábitats. A medida que nosotros en diferentes actividades alteramos esos hábitats, pues a estos pajaritos les va quedando un poco más difícil, es más complicado. Pero encima de eso les botamos una sombrilla enorme, que es este cambio climático, en donde cada vez más hay que estar atentos que ya no hablamos de calentamiento global. Esto es un cambio integral. Y este cambio integral, en términos insulares y de costas, les está botando a estas especies una mayor variabilidad climática, igual que nos pasa en las montañas. Entonces, antes uno decía, abril lluvias mil y salga con sombrilla. No, ahora todos los días a cualquier hora te puede caer un aguacero. Es lo mismo a lo que están enfrentadas estas aves. Entonces están luchando por un lado por mantener los sitios donde viven, sus bosques, sus sabanas, sus humedales, pero al tiempo tienen que empezar a tal vez flexibilizar los momentos donde por ejemplo migraban o los momentos donde se reproducían. El problema es que ellas no cuentan con los datos que nosotros sí contamos. Así que una de las grandes preocupaciones en términos de conservación de aves es qué tan flexibles son. ¿Van a lograr hacer esos ajustes que nosotros ya sabemos que empezaron, pero no tenemos muy claro si todas las aves ya también se dieron cuenta que eso empezó. Según Noemí, los humedales son de esos ecosistemas que se han visto más afectados en los últimos 20, 30, 40 años en Colombia. Y eso debe ser un motivo de alarma para la formulación de las políticas públicas de conservación, porque el hecho de que ya no estén los humedales significa que hay aves que ya no vienen a Colombia, porque no encuentran el mismo paisaje y no encuentran el alimento que antes encontraban. Los humedales son de esos ecosistemas que se han visto muy afectados, como tú lo dices, porque definitivamente están en sitios donde a veces se ha hecho planificación de temas de desarrollo urbano y han tenido que desaparecer, pero digamos que al final esos ecosistemas son unos grandes reservorios de agua que nos benefician a nosotros también, a los humanos. Y claramente hay unas especies de aves que dependen de esos ecosistemas. Muchas especies que, como lo mencionaba María Ángela, que son endémicas y que si tú le quitas ese ecosistema, pues se va a desaparecer, va a empezar a disminuir su población y luego ya después desaparece, porque depende definitivamente ese ecosistema, en particular te voy a hablar de una especie que me gusta mucho y que quizás fue como esas primeras aves que conocí cuando empecé a estudiar biología le dicen la tingua bogotana yo estudié biología acá en Bogotá y era el logo de una organización la cual yo me vinculé, entonces era la tingua bogotana y uno la podía ver solamente en los humedales de Bogotá, y era para mí como persona que estudiaba biología y que vivía en Bogotá, como así que hay un pájaro que solo se ve en los humedales de Bogotá, y así es, y aún se puede ver, tú puedes visitar algunas humedales en Bogotá y que tiene toda esta administración y puedes conocerla, es muy difícil de ver porque ella es muy escondidiza, pero la puedes escuchar. Tiene como un canto así de una matraquita y uno la puede registrar. Y especies como esta y otras especies de este tipo de ecosistemas en otras regiones del país también se encuentran. Y son esas aves como que algunas que tienen patas largas, les decimos tingüas o también hay algunos tipos de garzas, también hay otras especies que son algunos patos también que encontramos en esos humedales, y básicamente necesitamos, yo creo que un poco esta conversación de ir conociendo las aves y algunas especies simbólicas de esos ecosistemas, es realmente identificar el por qué es necesario el ecosistema y la especie y cómo los humanos nos beneficiamos de esta relación que hay. El ecosistema sin el ave y el ave sin el ecosistema, de alguna manera. Entonces, nada, esta especie se ha visto muy afectada por todo el desarrollo, por todos estos cambios que han pasado en la ciudad, pero también ha sido interesante que gracias a esos eslogan y tomar a esas especies como símbolo, muchas organizaciones comunitarias, la academia, entidades han empezado a tener acciones de conservación y han empezado también a buscar a recuperar ese ecosistema. Entonces algunos humedales que por ejemplo necesitan cierta vegetación, que es importante para estas aves, se empiezan a recuperar, se empieza a introducir algún tipo de especie de planta acuática que ayude un poco a recuperar ese hábitat y que de alguna manera podamos vivir tanto un desarrollo cierto de ciudad, con edificios, con un tema de infraestructura para las personas, pero también que haya una estructura ecosistémica para esta especie. Como lo dice María Ángela, las aves nos indican también la calidad del agua, de los ríos, de las quebradas. Cuando uno ve que hay humedales con aves, es que esos humedales están sanos. Cuando uno no ve aves sobre esas aguas, es un indicador de que esas aguas están contaminadas. Ahí hay unos casos lindísimos. Imagínense entonces dentro de los humedales, no solamente de alta montaña, sino también de tierras bajas hacia las ciénagas, incluso por ejemplo hacia la zona de la Mojana y Zapatoca. Estamos hablando de garzas, ¿cierto? Aves acuáticas. Entonces cuando uno se piensa, estas aves acuáticas, ¿cómo nos ayudan o qué nos pueden indicar? Nos están indicando de primeracitas y todas estas aves de humedal dependen de esas pequeñas larvas de insectos. Y al principio uno diría, qué pereza puedes tener toda esta cantidad de insecticos y son estas garzas y estas tinguas y los patos quienes nos controlan esa población. A medida que el agua empieza a contaminarse, la mayoría de insectos, como dato curioso, no ponen sus larvas en aguas sucias. Ellos requieren de aguas que tengan cierto movimiento, que tengan cierta corriente. Y cuando las larvas están, pues llegan las garzas, los patos, y se alimentan de ellas sin ningún problema. Cuando las aguas se contaminan, los pocos insectos que sí hacen uso de esas aguas contaminadas empiezan a ser súper abundantes. Y ahí es donde nos aparece el zancudos o de estos invertebrados que no queremos. Pero también dentro de estos sistemas tenemos tal vez una de las relaciones más reconocidas por todos y es la idea de la polinización y el consumo de frutos. Entonces estos pajaritos más que todo colibrís, que además están asociados en una cantidad de cantos y de mitología a nivel de Latinoamérica, que tienen unos colores pues alucinantes, pues ellos nos están indicando, si están ahí, es porque allí encuentran su alimento, allí encuentran flores para poder alimentarse y mantener unas demandas energéticas, cosa bárbara. mantener unas demandas energéticas, cosa bárbara. Porque eso sí, como... Exacto. Imagínate lo que es mover tus brazos alrededor de 80 veces en un segundo. Esto es algo de otro mundo, ¿no? Es una máquina completa. Pero dentro de ese proceso de alimentarse, pues nos proveen una tensión muy fácil y es la polinización. Hay unos cálculos que se hicieron en Japón en donde encerraron todo un cultivo de manzanas, donde no podía entrar ningún pájaro y ninguna abeja. Esto era una cosa monstruosa. varía en términos de costos, pagarle a unas cuantas personas para que se fueran flor por flor, con un pincel polinizándolas. Y para una sola cosecha esto alcanza más o menos 80 millones de dólares por cosecha. Y los colibrís no lo hacen gratis. Las abejas no lo dan de gratis. Entonces empezamos a tener estas relaciones, como decía Noemí, donde los pájaros nos ofrecen una cantidad de beneficios que muchas veces ignoramos. Lo mismo nos pasa con la dispersión de semillas. Entonces piénsense un aguacate bien delicioso, un maracuyá, una curuba. esos frutos, claro, aquí hay que empezar a mediar un poquito porque a veces consumen mucho y a los agricultores pues esto les puede afectar. Pero también nos están ayudando a dispersar semillas por diferentes lugares. Y en esa dispersión también aumentan la variación genética de esas poblaciones. Recordemos que si todos somos clones igualitos, no es tan bueno porque si le da gripa a uno, a todos nos va a dar gripa por igual. Entonces queremos mantener esa variación y los pájaros nos ayudan a este tipo de cosas, pero fenomenalmente. Y hay otros casos que estamos empezando a ver en Colombia, de pronto con un poquito más de fuerza en algunos lugares a nivel mundial. Esto ya lleva mucha más tradición y es utilizar aves rapaces para hacer nuestros vuelos más seguros. ¿Cómo así? Imagínate, en muchas ciudades, de pronto muchos pueden ubicar dónde está el aeropuerto de su ciudad y estos suelen estar en las zonas de la periferia de las ciudades, cerca de aguas o cerca de cultivos o cerca de botaderos de basura. Y lo que se está haciendo es volver a una tradición milenaria que se llama la cetrería. El entrenar halcones de ciertas características para que patrullen las pistas antes de que salgan algunos vuelos particulares cuando hay aviso que en las cercanías hay demasiados pájaros. cuando hay aviso que en las cercanías hay demasiados pájaros. Entonces los mandan a volar, hacen su patrullaje, alertan a todo el mundo para que se vaya y el vuelo puede despegar sin ningún problema. Los colibrís. Los colibrís son aves que se encuentran en América. Pero resulta que Colombia es el país de toda América que tiene la mayor cantidad de especies de colibrí. Pero que sea Noemí la que nos explique cómo es que ecosistemas como los páramos tienen mucho que ver con el hecho de que Colombia sea el país que más especies tiene de colibríes. Sí, los colibríes tenemos colibríes de diferentes regiones y ecosistemas. Entonces podemos tener colibríes en páramos. Por ejemplo, hay una especie muy bonita que tiene un pico muy chiquitico y es un colibrí morado que tú puedes ver en el páramo a 3000 metros de altura imagínate, pero también puedes ver uno mucho más costero hacia las zonas Caribe, hacia las partes costeras donde puedes también ver hacia el Pacífico también puedes ver especies de colibríes, es decir que sí ¿Y migran de un lado a otro los colibríes o no? Con semejante energía no creo. Pues sí. O sea, son impresionantes, Mara Jiménez. Estas son unas pequeñas máquinas en donde tenemos registradas pocas especies que hacen una migración altitudinal. Eso quiere decir que se van de las zonas medias de la montaña a la parte alta o de la parte bien alta abajo. Si ponen mucho cuidado, en la región andina en general, más o menos entre marzo y abril es muy constante, incluso en las ciudades, escuchar como un quejidito, un chip, chip, chip, chip, chip, tiempo completo. Pero más o menos después de mayo hay un silencio absoluto y es que hay unas tres especies que bajan y se van a buscar flores a tierras más calienticas porque en esos lugares donde hay más flores hay también menos depredadores y es el punto ideal para empezar a reproducirse pero básicamente si estos colibrís están persiguiendo las flores que son su comida, pues hay que moverse a donde haya flores. se localizan principalmente en la región Caribe y en la Orinoquía, con algunas coberturas en los valles del Magdalena y del Cauca. Gran parte de estos ecosistemas son más complejos de lo que parece. Por ejemplo, las sabanas y llanuras de la Orinoquía representan un sistema de sabanas inundables, con dinámicas bastante marcadas por la estacionalidad de las lluvias que forman lagunas temporales y esteros. Noemí Moreno nos va a explicar cuáles son las aves que albergan estos ecosistemas que también hoy están bajo amenaza, por la ganadería extensiva y por los inmensos cultivos de palma. Estos ecosistemas albergan una gran cantidad de especies de aves acuáticas, que son asociadas como las iguazas o los patos, pero también podemos ver, por ejemplo, en las zonas hacia la Orinoquía, todas esas corocoras que les decimos, o los ibis, que son de varios colores, unas blancas, unas rosadas, unas negras, y también zonas de garceros. Como garzas. También, exacto, hay garzas, que son algunos grupos, y las corocoras, entonces cantos de las zonas de esta región las mencionan en sus cantos, en sus canciones. Entonces, esto te estoy hablando como un grupo muy general y que representan, además, para las personas que trabajan en estos territorios, porque tienen unas tendencias de precipitación, ¿no? Muchas veces estamos donde están inundadas esas esas sabanas pero también esas sabanas a veces se secan y ahí tiene que ver mucho también todo lo que sucede en cómo el humano interviene en esos ecosistemas ya en una especie en particular, no sé si María Ángela quieras hablar de alguna especie Claro, porque en esas zonas que son las sabanas de la Orinoquía y también que es como esta zona que comienza por un lado en la Amazonas y las sabanas de la Orinoquía, ¿sí? En esas hay un proceso de forestación muy fuerte que yo creo que sí está afectando devolvámonos a las sabanas, a nuestros llanos orientales, son sabanas naturales. Pero estamos viendo allí un proceso que se llama de aforestación. Le estamos montando un bosque en un lugar donde nunca ha habido. Eucaliptus le están poniendo. Eucaliptus. Y estamos ahora haciendo cultivos de teca, cultivo de caña, arroz y cultivo de palma de aceite. Entonces tenemos unos procesos productivos que nos están alterando muchísimo el panorama. Pero amarrado de esto yo rescataría dos cosas, porque no todo es terrible, ¿cierto? Por un lado, como decía Noemí, el habernos sentado a plantear una estrategia nacional de conservación de las aves incluyó gente de las regiones. Y cuando salía a colación, oigan, ¿se acuerdan de esa canción del Alcarabán Compañero? Esa canción... O las cosas de Coracora. Vestida de garza blanca, son canciones clásicas de los llanos, donde todo el referente está hacia las aves. Y era recuperar un poco ese valor que tienen, como decías tú al inicio, en ser un termómetro. Y ya no es solamente un termómetro, digamos, en situaciones de alteraciones, sino es un termómetro que marca cuál es la época para sembrar. Es que están llegando las garzas blancas, llegó el momento de empezar a preparar la tierra, tenemos que alimentarnos. Como seres humanos, como sociedad, estamos generando unas demandas altísimas sobre nuestros recursos naturales. Y si seguimos por el camino de ocurre uno u ocurre lo otro, pues no estamos llegando realmente a buen término. En esa medida, dentro de la estrategia, por ejemplo, se planteó cómo la producción de arroz, de estas millones y millones de hectáreas de arroz, puede empezar a ser más amigable con las aves. ¿Hay formas? ¿Será que esto no puede ser blanco y negro, sino que tenemos unos grises, hay unos matices donde sea factible? Y nos hemos dado cuenta que sí, realmente dentro de los procesos agrológicos hay una oportunidad enorme para la conservación. Colombia no solamente es el país de las aves, sino especial, de los bosques y matorrales secos, que se encuentran especialmente a mil metros del nivel del mar. Este ecosistema se encuentra principalmente en los valles del río Cauca, del Magdalena y del Patía, además de la región del Caribe y de la cordillera oriental y la Orinoquía. Según la investigación que ha hecho Audubon, este es uno de los ecosistemas más amenazados y por ende pues las aves que se nutren de estos bosques y de estos matorrales secos pues también, como bien lo explica aquí Noemi Moreno. estos matorrales secos pues también, como bien lo explica aquí Noemi Moreno. Pues el bosque es el ecosistema más amenazado y de los que menos tenemos en Colombia y seguramente en el mundo, pues porque hoy ha tenido una desaparición paulatina y muy fuerte de ese ecosistema y claramente como lo hemos venido mencionando y es que si no tenemos ese ecosistema, pues muchos de los organismos que dependen de ese ecosistema pues se van a ir disminuyendo y en su momento desapareciendo pero digamos que como queremos también siempre tener un aliciente y eso es lo rescatable la estrategia es reconocer esos ecosistemas que aún tenemos en Colombia y cómo poder generar acciones de conservación en esos ecosistemas que aún nos quedan de esos ecosistemas que aún nos quedan. De matorrales secos, ¿no? De esos ecosistemas secos. Hay que decir que es el bosque que es bajo, el bosque que era el bosque de nosotros en el fondo, o sea, ¿cómo no es? No, realmente los bosques secos y los matorrales secos están, en la mayoría de casos, por debajo de los mil metros de altura. O sea, no son bosques que habitan montañas, sino sobre todo los valles, tanto del Magdalena como del Cauca. Exacto. Entonces, ubíquense mucho de pronto como hacia Santander, el Cañón del Chicamocha, eso es el matorral seco, tal vez de lo poquito grande que nos queda, y hacia la zona del Caribe, muy lo que está hacia Santa Marta, Barranquilla, Guajira, son bosques secos, pero no nos quedan sino esos parchesitos por aquí, por allá, no nos queda más. ¿Había más? Había muchísimo más. Hoy en día, para Colombia, solamente tenemos el 8% del bosque seco tropical y de las zonas de matorrales secas. ¿Y cuándo se nos acabó tan rápido? Pues en el transcurso, en el transcurso de la vida, porque si nos ubicamos hacia los mil metros, es una zona muy buena donde está la mayoría de procesos productivos humanos. Ok. ¿La ganadería extensiva se los llevó? Sí, esa ha sido una amenaza muy fuerte, la ganadería extensiva y también la ganadería que no ha sido controlada también, como esa ganadería en la cual, o esas prácticas que no fueron compatibles en su momento con todo ese ecosistema. Sí, como lo estaba diciendo aquí María, pero vamos, ¿qué aves sobreviven? Lo estaba diciendo aquí María, pero vamos, ¿qué aves sobreviven? Pues aquí tenemos una en particular de la cual voy a mencionar que es un colibrí precisamente, es un hombre común, es Amaxilia ventricastaño o castaña, y su nombre científico es Amaxilia cansteiniventris, y precisamente es una de esas especies que es polinizadora, ¿cierto? Y que nos ayuda a seguir manteniendo y diversificando esos ecosistemas. Y que también, en su momento, no recuerdo muy bien las organizaciones, pero hace un par de años se tomó esta especie simbólica para conservar ciertas regiones donde se encontraba esta especie y cómo la comunidad empezó a hacer un monitoreo de esos individuos que van en este territorio para empezar a conservarla. Entonces esta especie se ha vuelto un símbolo también para este tipo de ecosistema y cómo de alguna manera lo que poco que queda en estos territorios se puede seguir conservando y esta es como la especie bandera básicamente de estas regiones donde se encuentra esta maxilia. especie de bandera, básicamente, de estas regiones donde se encuentra esta maxilia. Hay otro ecosistema que yo creo que es el ecosistema que más tiene que ofrecer y el que más tenemos que preservar también, y que tiene que ver con los bosques húmedos de tierras bajas, las selvas, las selvas del Pacífico, las selvas de la Amazonía. María Ángela nos explica qué pasa con estas aves de bosques húmedos de tierras bajas en Colombia. Ahí ya nos vamos a toda nuestra Amazonía y al Chocó biogeográfico. Entonces hay que acordarnos que el Chocó biogeográfico no es sólo el departamento del Chocó, ¿cierto? Cauca, Nariño, Valle, estamos hablando de una gran extensión. Y aquí sí, como dicen, para dar y convidar. Yo les cuento de un pájaro, de un grupo en general muy particular, que son los que se llaman los hormigueros o los seguidores de hormigas. Eso resulta que son unos pajaritos nuevamente como del tamaño de un copetón, un poco más pequeños que un copetón, que tienen un comportamiento muy particular y es seguir a las hormigas cuando éstas salen a hacer sus redadas de cacería. Entonces ve uno las hormigas que son legionarias, que tienen, exacto, arman unos caminos gigantes y son unas hormigas que alcanzan a ser del tamaño de un pulgar. Y los pájaros, estos hormigueros, se van detrás de ellas. Y por mucho tiempo pensamos que los pájaros se iban comiendo a las hormigas. Pues, craso error. Lo que pasa es que cuando se arman estos frentes de hormigas, estos frentes de batalla, todos los grillos, polillas, mosquitas, todo lo que hay, sale despavorido huyendo de las hormigas. Y para los pájaros es mucho más fácil capturarlos. Entonces, arman estas relaciones. de las hormigas y para los pájaros es mucho más fácil capturarlos. Entonces arman estas relaciones, eso que armamos, que denominamos simbiosis, donde nuevamente los pájaros nos empiezan a dar señales sobre qué está pasando en el ecosistema. Si no encontramos a estos hormigueros en las zonas de Amazonía, muy probablemente es porque las hormigas no están presentes. Y si no están presentes hay problemas, porque las hormigas no están presentes. Y si no están presentes, hay problemas. Porque las hormigas requieren plantas particulares para poder generar todo su proceso de alimentación. Entonces, retomando esta idea del termómetro y de la simbología, los hormigueros nos muestran el estado de salud de nuestros bosques, tanto amazónicos como de las zonas del Chocó. Noemí Moreno nos va a explicar cuáles son también las aves de bosques premontanos y montanos, es decir, el bosque andino, es el bosque de Bogotá, por ejemplo. Estos ecosistemas son el hábitat de una altísima variedad de especies vegetales, animales, pero que se enfrentan hoy a las amenazas que supone el cambio climático y a la transformación del paisaje, acelerada sobre todo por el aumento de la población colombiana, que se ubica precisamente en el trapecio andino. Noemí Moreno nos va a dar su diagnóstico sobre lo que pasa con las aves de estos bosques andinos. Bueno, estos podemos hablar que están aproximadamente entre los 1.000 a 2.200 metros hasta los 2.800. Entonces, más o menos nos podemos ubicar como en ese gradiente altitudinal, ¿cierto? Esos son como este tipo de bosques, ecosistemas que encontramos. Y claramente, si tú te pones a pensar, también son unos ecosistemas altamente amenazados, ¿cierto? Porque también son unos sistemas productivos, también son sistemas donde hay muchos asentamientos humanos, ¿cierto? Es el sitio donde más población colombiana. Claramente. Y ahí de qué podemos hablar de algunos grupos. Yo estaba pensando en los tucanes o los terlaques también, que en algunas regiones del país les dicen. Y tenemos gran variedad de tucanes en estos gradientes. En particular, por ejemplo, hay uno que nosotros encontramos, yo no sé si estoy hablando de, sí, del, ¿cómo se llama? Se me olvidó. Andígena. El andígena, pero quería saber si me acordaba del nombre. La minirrostris. La minirrostris. Ese es el nombre científico, pero no me acuerdo de su nombre común. Y es una especie de tucán que tú puedes registrar hacia la parte suroccidental colombiana, todo lo que es un poco hacia Nariño. Estos registros, y seguramente lo hablaremos ahorita más adelante en los otros tipos de ecosistemas, que es el aviturismo, pero este tipo de especie, por ejemplo, llama mucho a los observadores de aves porque es un registro que solo vemos en esa región de Colombia además porque es una especie endémica, claramente, y que nos dice muchas cosas de cómo está ese ecosistema, ¿cierto? Entonces, en particular te puedo hablar de ese tucán, pero para este ecosistema tenemos una gran variedad de especies de tucanes y que particularmente a mucha gente le llama mucho la atención estas especies, pero también la relación que tienen los tucanes con las personas. Si hay una relación muy fuerte y a su pico gigante, y algo que te voy a contar y es que los tucanes también son carnívoros. Se comen otros pájaros, ahí en los bosques, entonces la gente siempre cree, ay no, los tucanes comen frutos, tan bellos porque comen frutos y frutos, no, nosotros hemos visto tucanes comiéndose tortolitas o palomas, y es como en serio, pero eso es interesante también saberlo, ellos también son carnívoros. María Ángela Echeverry nos explica esa condición impresionante que tiene Colombia de ser la sede de tantas especies únicas en el mundo. Un privilegio que debemos entender para poder preservar y conservar. La razón de los endemismos es todavía todo un misterio, María Jiménez. Eso está todavía bajo mucho estudio, pero está muy relacionado con cuáles son sus relaciones ecológicas. Si se vuelven muy especialistas en un fruto, solamente donde esté ese fruto van a poder estar. Los pájaros, como los mamíferos, también regulan su temperatura, pero no les gusta estar a cualquier temperatura. Son también quisquillosos como nosotros los mamíferos. Entonces, empiezan a tener estas preferencias para estar en un lugar y no en el otro, que también puede ir acompañado a recluirme en sitios donde no me toque pelear tanto, donde la competencia por ese alimento y por ese espacio sea menor y yo le pueda más bien dedicar energía a reproducirme y no dedicar energía a tener que estar peleando con todos. En Colombia reconocemos alrededor ya de 84 especies de aves exclusivas del país. Quiere decir que los colombianos tenemos la responsabilidad sobre 84 especies de aves que van, como ya decíamos, desde las islas de San Andrés y Providencia a La Guajira, hasta Tucanes en Nariño. Esos Tucanes de los que estamos hablando pueden llegar hasta 4.000 metros de altura, es decir, hasta los páramos. Un ecosistema que también es muy único en el mundo y que hoy también está bajo amenaza. Somos el país que tiene más páramo en extensión y somos el país que tiene una muy buena política de conservación de nuestros páramos. Y aquí creo que yo, que el rey de todo este ecosistema es la Sierra Nevada de Santa Marta. Tenemos no solamente, no por extensión realmente, porque la zona de páramo en la sierra no es tan grande, pero sí es el centro de endemismos. Como decía Noemí, en la elaboración de la Estrategia Nacional de Conservación de Aves, un punto que salía repetidamente es cómo hacemos que esta riqueza de aves también se vuelva una riqueza para las personas. pecho y de creernos pues lo máximo cada vez que llegan los amigos extranjeros y les presumimos esta diversidad tan espectacular que tenemos como hacemos que esto vaya más allá y aparece la idea del aviturismo como una de esas opciones y la Sierra Nevada de Santa Marta como el punto caliente para ir a ver aves endémicas porque de esas 84 que tenemos en el país 12 están en la Sierra Nevada de Santa Marta. Te puedes caminar de la zona de playa a la zona de montaña y las puedes ver todas. No va a ser sencillo, no va a ser fácil, esto no son promesas, pero sí nos muestran cómo estas aves de alta montaña están pasando por unos procesos muy especiales, únicos. ¿Cómo, por ejemplo, cuáles? ¿Cómo es una? ¿Una especie? Pues por ejemplo tenemos, de este ecosistema de la sierra, estaba pensando en algún lorito. Allá está el bolborrinco, tenemos allá uno que se llama el Periquito de los Nevados, y eso es algo también increíble, ¿quién se imagina que en un páramo o en una zona tan alta hayan loros, cierto, hayan tipos de loros, la gente siempre se imagina los loros y las guacamayas y todo este tipo de grupos que se ven más hacia zonas más cosas o más amazónicas, que es como los sueños de muchas personas, pero por ejemplo en la sierra tú puedes encontrar al Periqu más amazónicas, que es como los sueños de muchas personas. Pero, por ejemplo, en la sierra tú puedes encontrar al periquito de los nevados, que es una especie endémica y que muchas personas quieren ir a ver y conocer, porque solo lo ves allá, solo lo puedes encontrar allá. Entonces, eso es como una de esas especies simbólicas. Y finalmente llegamos a las aves que más conocemos, o por lo menos las aves que más conocía yo antes de iniciar esta serie. Las aves urbanas, las que me despiertan por la mañana y con las que me acuesto. Aunque ustedes no lo crean, y a pesar de todo lo que pasa en las ciudades y el cemento, pues las zonas urbanas también son espacios que albergan una gran cantidad de organismos y de hábitats que ofrecen beneficios a las aves. Como nos lo dice aquí Noemí Moreno, pues las ciudades albergan una considerable cantidad de especies de aves y que uno incluso puede ir a pajarear a los parques, como el Parque de la 87 en Bogotá o tantos otros parques en Cali. Claro, pues, por ejemplo, las ciudades albergan una cantidad de especies de aves. Nosotros creemos que la diversidad y las aves en particular solamente están en los bosques o en la ruralidad o tenemos que ir a la selva para ir a encontrarlas. Pero, por ejemplo, Bogotá tiene más de 250 especies de aves. Bogotá. Yo te hablo de Bogotá porque vivo en Bogotá, pero Cali, por ejemplo, tiene también una, tiene como más o menos tres, cuatrocientas, es más o menos cuatrocientos cincuenta especies de aves o un poco más, que se registran en la ciudad. Y es que las especies que uno puede ver en la ciudad son especies que se han adaptado también a las condiciones, ¿no? Claro, como cual. Pues no sé, si yo te hablo aquí de Bogotá en particular, pues tenemos especies muy generalistas, no es una especie endémica, pero por ejemplo la mirla o el copetón, ¿cierto? Que es como tan icónico para muchas de las personas que vivimos en Bogotá o en ciudades. Tenemos al copetón que lo podemos ver muchas veces en nuestro jardín, lo podemos ver en un parque, pero también a veces lo podemos ver en un separador donde pasa muchos vehículos y se ha adaptado a la condición del ruido, se ha adaptado a la contaminación que puede tener una ciudad y también se ha adaptado a consumir seguramente el alimento que puede encontrar en una ciudad. por un tema socioeconómico, pero que también vivimos con esas especies y que de alguna manera nos aportan a nosotros los humanos una cantidad de servicios y es como reconocer también que están y como nosotros también hacemos algo para que esas especies con las que vivimos diariamente, como tú dices, podemos también tener una, podemos convivir con ellas y conservar esos sitios. Algo también que me gustaría que mencionara María Ángela es que en las ciudades también tenemos unos conteos y unos censos que se hacen y que las comunidades, las personas han logrado también llevar y quizás María Ángela nos puede contar un poco más sobre todo eso que se viene haciendo en la ciencia ciudadana. Sí, eso es todavía un trabajo en proceso y es uno de esos agradecimientos enormes a todas las personas que salen a pajarear, como nosotros decimos. Y es que a nivel mundial se empezó una iniciativa para contar pájaros en Navidad. Eso tiene una historia detrás de ello, pero en Colombia los venimos realizando puntualmente en Bogotá y la zona de la sabana ya casi por 30 años, en donde año tras año una cantidad de desocupados felices de la vida madrugamos un día en diciembre y nos vamos a contar pájaros en unos puntos determinados. ¿Y cómo se cuentan pájaros? Es una delicia, tú no vas sino caminando y caminando y mirando, eso es todo lo que hay que hacer. Entonces, por ejemplo, en los humedales, tú llegas a la entrada del humedal muy de mañanita, eso sí, tal vez cuatro y media, cinco de la mañana, y a esas horas es difícil que puedas ver algo, pero escuchas mucho. Como tú comentabas, los cantos los delatan. Entonces, por el canto uno empieza a aprenderlos y decir, aquí está cantando esta especie, aquí más adelante cantó otro. Y ya luego, cuando empiezan a moverse, pues es más fácil identificar quiénes son. y ya luego cuando empiezan a moverse, pues es más fácil identificar quiénes son. Se hace el conteo por 24 horas, no tienen que ser continuas, y sacamos el listado de cuáles fueron todas las especies que se observaron y ojalá algunos números de cuáles eran sus abundancias. Como les decía, en Bogotá llevamos 30 años, a nivel de Colombia llevamos ya 23, A nivel de Colombia llevamos ya 23, desde el 2006 iniciaron los conteos, no, perdón, 20 años. Y esto ocurre en cualquier lugar de Colombia, Cali, Medellín, Santa Marta, Intermedios, Yopal, donde quieras. Y podemos hacer evaluaciones de cómo va variando esa cantidad de pájaros de año a año. Con alguna de esa información, que toda es 100% voluntaria, es que nos hemos dado cuenta, por ejemplo, que muchas de las aves que emigran de Estados Unidos al trópico, cada vez sus abundancias son menores. Están llegando menos y menos individuos. Hace unos años se prendió la alarma porque hablaban de una pérdida total de aves de Norteamérica de alrededor de 3 billones de individuos. Y es a partir de lo que cuentan allá y lo que cuentan acá, año a año cómo va cambiando. Y las poblaciones cambian todos los años de manera natural. Puede haber enfermedades natural naturales hay depredadores, pero cuando observas esta caída en números año tras año tras año, ahí algo está pasando y vuelven a ser estos sentinelas estas alarmas como alguna vez se utilizaron los canarios en las minas y son ahora esos primeros en darnos el campanazo y decir aquí hay procesos que en el ciclo de vida completo no se están cumpliendo. ¿Dónde está el problema? ¿Está el problema en las zonas de reproducción? No, allá están conservados, los tienen más o menos cuidados. ¿Las zonas de reproducción dónde quedan? Para los pájaros de Norteamérica sería todo lo que es Estados Unidos y Canadá. Pero también hay que tener en cuenta que aquí a Colombia llegan pájaros migrantes de Argentina, de Brasil y de Chile. Entonces nosotros tenemos casi que en nuestro territorio visitantes todo el tiempo, de un lado o del otro del hemisferio. Puede haber problemas en estas rutas de migración donde ustedes se pueden imaginar hay rutas de vuelos 7000 kilómetros. Hay que llegar a algún momento y parar. Hay que tomar una pausa, hay que hacer un descanso. Y si esos sitios donde llego ya no están disponibles, ahora son ambientes muy urbanizados o ambientes con cultivos que ya no me ofrecen lo que yo necesito, hasta ahí llegó mi viaje. No lo emprendo. No vuelven a volar. Ahora, llegan por fin a Colombia. Algunas de ellas se quedan en Colombia todo el tiempo. Pasan acá tal vez hasta cuatro o cinco meses. Podríamos pensar que hasta son nuestras aves más tiempo. Y les toca devolverse. Pero como todo viaje hay que prepararse. Colombia tiene, como ya dijimos, 139 especies de aves migrantes que llegan a Colombia todos los años y que vienen del norte y del sur. Hacen viajes extenuantes. Hay aves que vuelan tan rápido que pueden llegar a Colombia proveniendo del norte en sólo 72 horas. María Ángela Echeverry nos explica cómo son esas aves migrantes que nos visitan y que, como ya dicen muchos científicos, hay veces son más colombianas que del norte o del sur porque pasan mucho tiempo en este país. Esas son las aves migrantes, las agrupamos aquí de las que llegan mucho a Colombia dentro de un grupo que llamamos las reinitas, que son más delgaditas que un copetón, más flaquitas que un copetón, llegan bastante a águilas y halcones, a veces es posible ver sobre las montañas hacia Antioquia, hacia la zona del Tolima y hacia la zona también de Bogotá, unos grupos que pueden ser, María Gemena, fácil de 5.000, 10.000 individuos al tiempo volando. México, si ustedes ponen en su mente el mapa de Estados Unidos, cuando se mete a Centroamérica se forma un embudo y es justamente en ese punto donde en cada año se cuentan más de un millón de individuos de águilas y halcones viajando. ¿A dónde? Al trópico. Llegan, pasan Panamá, entran a Colombia y aquí se les abre una cantidad de terreno espectacular. Algunos se van para Venezuela, otros siguen hacia la Amazonía, algunos pueden bajar por el Pacífico hacia Ecuador y Perú. Pero muchos de ellos llegan a Colombia y se dispersan dentro del territorio, se quedan aquí cuatro o cinco meses viviendo la vida tropical sabrosa y preparándose para devolverse. Y hay algunas especies migratorias que tenemos registros que están teniendo comportamientos reproductivos en Colombia. O sea, sí, exacto. Entonces, eso es poco, pero sí se tienen algunos registros donde algunos, por ejemplo, algunos patos migratorios. Que sean peores, no sean como los hipopótamos. No, no, no. Pero mira, además, que hay una diferencia bien importante, ¿no? Las migratorias, ese es su ciclo de vida natural. Ellas van y vienen por su propia cuenta. Las especies como los hipopótamos que son invasores es cuando nosotros los hemos movido de un lado para el otro. Sí, pobrecito. Y sí hay que tener cuidado porque hay en estos momentos dos especies de aves que están en Colombia, que no llegaron aquí por su cuenta propia y que tienen un altísimo potencial invasor. ¿Quién es o cuál es? Uno de esos se llama el gorrión doméstico, originario de Europa, sobre todo con altas concentraciones en el Reino Unido, que llegó a la parte de Norteamérica con la colonia. Estamos hablando de 1500, 1600. Lo trajeron los colonos ingleses como parte de ese sentimiento de caza. Pero este pajarito le ha ido divinamente. En Estados Unidos es considerada la causa número uno de pérdida de especies de aves. Y él empezó a alargar y alargar su distribución. ¿Por qué? Porque él se alimenta más que todo de cultivos y a él no le gustan los bosques ni las sabanas. Le gusta como que haya matorral, pero no mucho, como que haya unas maticas, pero pocos. Y eso es lo que le hemos dejado por todos lados. Y hay otro grupo de ese mismo que entró por Chile. Estos colonos alemanes, con las grandes colonias entre Chile y Alemania, llevaron esos grupos y este pajarito ha empezado a extender su distribución. Y en Colombia tenemos reportes reproducen muy lentamente, es muy paulatina su reproducción, dos, tres huevitos India, que el macho, toda su cabecita es negra, tiene el pico como azul y el cuerpo es café. Y en algunos lugares le llaman el chafí diamante. Y tiene otra particularidad, es que canta durísimo, fuertísimo. Entonces, dentro de estos procesos de tráfico ilegal, otra de las grandes amenazas para nuestra biodiversidad, los llevan para vender en diferentes jaulas. Y se ha escapado ya de varias jaulas. Y en estos momentos, en el Tolima, tienen un problema gigante con este pajarito porque también se reproduce por cantidades y le fascina el arroz. En el Tolima. Es puro arroz. En el Tolima. Es puro arroz. Bueno, yo creo que hemos llegado ya al final de un inicio, porque esto no es todo, hasta ahora estamos, pero esta es la primera introducción de lo que es, porque ya queda muy claro aquí que sin pájaros no podemos vivir, básicamente, sin pájaros no podemos vivir. Y muchísimas gracias a ustedes por empezarnos a abrir este mundo de las aves. Vamos a quedar aquí todos. Muchas gracias y que se animen a buscar sus propias aves. Si ya me dice cómo contar las aves. Y en el año hay una cantidad de conteos a los cuales uno puede asistir. Conocer a muchos amigos y salir a pajar. Conocer a muchos amigos y salir a pajar. Esto es A Fondo. Mi nombre producido por Mafialand. Postproducción de audio, Daniel Chávez Mora. Gestora de audiencias, Beatriz Acevedo. Música original del maestro Oscar Acevedo. Nos pueden escuchar también en mi canal de YouTube Gracias por escuchar Soy María Jimena Duzano ¡Gracias por ver el video!