Detalles de un debate que puede cambiar una elección

Detalles de un debate que puede cambiar una elección

11 de sept de 2024

El último debate entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, presentado por la cadena ABC, se perfila como un hito en la historia política de Estados Unidos. El análisis comprende desde el contexto político previo hasta el impacto potencial de este enfrentamiento en las elecciones.

Capítulos

Contexto del Debate

El contexto político previo al debate estaba marcado por las dudas sobre la capacidad del presidente Joe Biden y la creciente popularidad de Trump tras un atentado que lo consolidó en su partido. Kamala Harris llegaba al debate con la necesidad de demostrar su valía tras una convención demócrata que no logró elevar sus números en las encuestas.

El Desempeño de Kamala Harris

Durante el debate, Kamala Harris se mostró segura y bien preparada, revirtiendo las bajas expectativas que había generado su campaña. Sus intervenciones fueron consistentes y repletas de datos, contrastando con un Trump que se vio inseguro y a la defensiva. Harris logró descalificar los ataques de su oponente con un uso estratégico del lenguaje corporal.

Impacto del Debate

El resultado del debate fue sorprendente: una encuesta de CNN mostró que el 63% de los participantes consideró que Harris ganó el debate, frente al 27% que apoyó a Trump. Esta performance podría influir significativamente en las elecciones, sobre todo en estados clave como Wisconsin y Georgia.

Conclusión

El debate entre Kamala Harris y Donald Trump, lejos de ser un trámite, podría redefinir el curso de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Harris no sólo logró superar las expectativas, sino que también presentó una imagen renovada de su liderazgo, lo que podría darle un impulso determinante en la contienda electoral.

Menciones

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               En la W, el reporte coronel. Daniel, el debate, ¿cómo lo vio? Buenos días, Julio. Este es el reporte coronel. El debate de anoche entre el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris, presentado por la cadena ABC, probablemente se convertirá en un clásico de la historia política. un clásico de la historia política. Estados Unidos venía de un debate anterior en donde el presidente Joe Biden, distraído y debilitado, acabó con las escasas posibilidades del Partido Demócrata frente a un contendor enérgico que no tuvo siquiera necesidad de atacarlo. El atentado y la imagen icónica de Trump levantándose herido con el puño en alto habían convertido la elección en un mero trámite. Ya nadie dudaba quién ganaría. En política no hay nada escrito. La Convención Nacional Republicana empezó dos días después del atentado en el momento de mayor proyección política del expresidente Trump. Cuando sus números debían llegar a su punto más alto, la atención no estaba puesta en él, sino concentrada en la posibilidad de que Biden se retirara. Eso terminó ocurriendo el domingo siguiente a la convención. Pasar de la inviabilidad total a la esperanza le dio a los demócratas un impulso inesperado y Kamala Harris llegó a la convención demócrata convertida en ese símbolo de esperanza frente a lo que días antes parecía inevitable. Esa convención fue de principio a fin una clase de manejo político. Cada orador fue construyendo un mensaje de lo que ella era y de lo que su contendor no. Los discursos más brillantes fueron los de la ex primera dama Michelle Obama y su esposo Barack. Sin embargo, los más conmovedores corrieron por cuenta del segundo caballero Douglas Emhoff y de las sobrinas nietas de la vicepresidenta que explicaron con gracia cómo se pronunciaba Kamala en contraste con la pronunciación Kamala que usaba su contendor para descalificarla. La convención fue un ballet político, pero, increíblemente, el discurso menos impresionante fue el de la candidata. Quizás con la preocupación de no parecer débil o vulnerable, la vicepresidenta hizo un discurso racional, bien, pero con pocas concesiones a lo emocional o familiar. Desde ese momento entró en un silencio con los medios que se convirtió en sospecha. ¿Por qué no quería dar una entrevista? ¿Tenía miedo de la confrontación? ¿No se sentía en la capacidad de responder preguntas difíciles? Ante la creciente presión, le concedió una corta entrevista a la cadena CNN. Tan corta que se vieron a gatas para rendirla en una hora de programación de televisión. Pero además, no salió sola, sino acompañada por su compañero de fórmula, el gobernador de Minnesota, Tim Walz. La forma de la entrevista tampoco fue la mejor para ella. El lugar escogido fue una cafetería. El encuadre hacía ver a Walz gigantesco y bien iluminado frente a una cámara pequeña con un vasito de plástico desechable debajo de la mesa, lo menos presidencial del mundo. La espuma de la convención empezó a bajar y a bajar y los números antes del debate estaban mostrando que la ventaja que la vicepresidenta llegó a tener se había diluido hasta llegar a un angustioso empate dentro del margen de error. tenía ayer 48.9% frente al 46.7% de Donald Trump. Esto de por sí era grave. Hace cuatro años, por esta misma época, Biden le llevaba seis puntos de ventaja a Trump en la encuesta nacional. Hace ocho años, también en estas fechas, Hillary Clinton aventajaba a Biden por cuatro puntos, por más de lo que tenía Kamala ayer. Las encuestas en los estados péndulo, que son los que realmente deciden la elección en Estados Unidos, mostraban ayer que Harris estaba perdiendo por casi dos puntos en Arizona y por siete décimas en Georgia. Están prácticamente empatados en Pensilvania, Carolina del Norte y Nevada. La vicepresidenta solo obtiene una ventaja considerable en Wisconsin, todo dentro de márgenes de error, según Nate Silver, quizás el más prestigioso analista de encuestas políticas de Estados Unidos. Así es que el desazón estaba de vuelta en las filas demócratas y con ese viento en contra empezaba el debate de anoche en donde había muy bajas expectativas por el desempeño de Kamala. Ella, que supuestamente era la campeona, la incumbente, llegaba reducida a ser la retadora. Trump tenía poco que ganar. Todos lo conocían. Ella era la que tenía que demostrar su capacidad. Pero hay que ver y ver y ver. era la que tenía que demostrar su capacidad. Pero hay que ver y ver y ver. Kamala Harris, ataviada de manera sencilla y elegante, llegó como si fuera la dueña de la plaza. Caminó hasta el podio del expresidente Trump, que se vio por primera vez en años cortado e inseguro cuando ella le extendió la mano mientras le decía, mucho gusto, Kamala Harris. Ella estaba preparada. Sus intervenciones fueron articuladas, llenas de datos, Decía mucho gusto Kamala Harris. Ella estaba preparada. Sus intervenciones fueron articuladas, llenas de datos, mientras Trump solo buscaba descalificarla. Él, acostumbrado a ser el protagonista de estos encuentros, terminó convertido en actor de reparto y a la defensiva la mayor parte del tiempo. Hubo tres momentos en los que el hombre que más debates presidenciales ha hecho en la vida se vio disminuido. Primero, cuando le recordaron que había perdido la elección frente a Biden. Trump, que lleva casi cuatro años negando el resultado, diciendo que hubo fraude y que realmente ganó por una gran diferencia, recientemente, en los últimos días, ha aceptado que perdió, pero por poquito. Recordarle esa reversa en medio del debate definitivamente lo descolocó. El segundo momento tuvo lugar cuando le preguntaron si realmente tenía un plan distinto al ObamaCare que tanto critica para el sistema de salud. Un confundido Trump terminó afirmando, no, no, es que yo no soy el presidente en este momento. Y el tercero, cuando le preguntaron por sus afirmaciones, según las cuales Kamala Harris solo ahora había dicho que era negra. El expresidente dijo, no sé, no sé. Ella dijo otra cosa antes, dijo después otra. A mí no me importa, lo que sea, lo que quiera. Después leí que era negra. En fin. En contraste, Kamala lució segura todo el tiempo. Pudo exponer puntos de su programa de gobierno sobre economía, derechos reproductivos y política internacional más allá del enfrentamiento con Trump. También pudo ridiculizar desinformaciones como una que se puso de moda en las últimas 48 horas impulsadas por miembros del Partido Republicano, según la cual los inmigrantes haitianos secuestran los mascotas, perros y gatos para comérselos. Kamala se rió con gracia. Usó el código gestual para descalificar a su oponente en la pantalla partida y la decisión de él de no mirarla en ningún momento terminó viéndose como debilidad. terminó viéndose como debilidad. Hacia la medianoche, la cadena CNN publicó una encuesta según la cual el 63% de los participantes considera que ella ganó el debate frente al 27% que le otorgaba la victoria al hasta ahora invencible Donald Trump. La cara de asombro del reportero da el resultado. Ustedes pueden ver la foto en la página de la W, es un discurso completo. Hasta ahora no hay más debates pactados, pero como están las cosas, es probable que el invencible campeón quiera una revancha. a la Harris, pero anoche dominó. Quizás haber derrotado la expectativa en contra. O quizás haber un Trump viejo y confundido le concedió una victoria que muchos republicanos reconocen a esta hora a regañadientes. El debate, que podría haber sido intrascendente, ahora puede cambiar el rumbo de esta elección. Empezaremos a ver los números al final de esta semana. Este fue el reporte coronel de hoy. Muchas gracias. Daniel, voy a saludar al señor ministro de Hacienda, pero tengo una sola curiosidad. Una mujer que anoche nos demostró que es muy buena en el cara a cara con periodistas, con el contrincante, ¿por qué no ha dado una entrevista? Con excepción del tema ese que salió tan mal de CNN. Pues resulta, Julio, que sí dio una entrevista, y se la dio a una joven locutora de Univisión en Arizona. Ella se llama Edna Chapa, pero todo el mundo la conoce como Angel Baby. Es una comentarista deportiva y de espectáculo en la 100.3, la estación de radio KTVK de Univision Arizona y Euphoria. le hizo una, todo el mundo esperaba que fuera una entrevista sobre temas ligeros y de entretenimiento, ella se preparó y le hizo una entrevista impecable sobre economía que sorprendió a la misma vicepresidenta Harris y que terminó mostrando lo bien preparada que estaba para esos temas, para los temas de inmigración es decir, para los puntos débiles yo creo que esa joven locutora de Arizona le tomó el pulso a lo que vendría en este debate