David Colmenares - Yo No Tengo Que Vivir El Guión De Nadie

David Colmenares - Yo No Tengo Que Vivir El Guión De Nadie

04 de dic de 2024

En el podcast "Los Hombres Sí Lloran", Juan Pablo Raba y Celia, una plataforma enfocada en la salud mental en Latinoamérica, crean un espacio seguro para abordar la salud mental y romper con los estigmas asociados. Este episodio se centra en la experiencia personal de atravesar una crisis de mediana edad y su impacto en el bienestar emocional, con entrevistas a amigos y expertos que ofrecen consejos prácticos para entender las complejidades de la salud mental.

Capítulos

Introducción a la temática y experiencias de vida

Juan Pablo Raba presenta el podcast junto a Celia, explicando su propósito de crear conciencia sobre la salud mental mediante historias personales y entrevistas.

El viaje personal de David

David comparte su vida de constantes mudanzas por trabajo, afectado por la crisis económica en Argentina y eventos naturales en Asia, lo que finalmente lo llevó a México. Habla sobre cómo su carrera en seguros catastróficos impactó su vida familiar.

La lucha con la adicción

David detalla su batalla con el alcoholismo y el momento crítico que lo llevó a buscar ayuda. Narra cómo su adicción se aceleró durante la pandemia.

Reconocer la vulnerabilidad

A través de su experiencia en grupos de AA, David aprende sobre la importancia de reconocer la vulnerabilidad y busca romper el tabú de hablar sobre la salud mental y las adicciones abiertamente.

El impacto del estigma social

Se discute cómo la sociedad estigmatiza la salud mental y las adicciones, haciendo que muchas personas lleven su sufrimiento en silencio por temor al juicio social.

Herramientas para una vida balanceada

David comparte las estrategias que le han ayudado a mantener la sobriedad y el equilibrio en su vida, incluyendo el apoyo de grupos de ayuda, terapia, y mantener ciertos límites personales con respecto al alcohol.

Conclusión

Este episodio de "Los Hombres Sí Lloran" busca desmitificar los estigmas alrededor de la salud mental y la vulnerabilidad masculina, mostrando que la valentía realmente reside en la capacidad de confrontar y compartir nuestras luchas internas. El testimonio de David revela la importancia de encontrar un equilibrio en la vida y la necesidad de apoyo comunitario para enfrentar las adicciones.

Menciones

Ver transcripción
               Hola, soy Juan Pablo Raba y junto a Celia, plataforma líder en Latinoamérica para el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional, te damos la bienvenida a Los Hombres Si Lloran. Este es un espacio seguro dedicado a explorar un tema crucial y a menudo pasado por alto, la salud mental, mientras rompemos con los estigmas y estereotipos que la rodean. Acompáñame en este viaje personal mientras yo navego por una crisis de mediana edad y comparto el impacto que ha tenido en mi bienestar emocional Junto a Celia, cada miércoles traeremos conversaciones sinceras con amigos extraordinarios y entrevistas con expertos que nos ofrecerán consejos prácticos para profundizar en las complejidades de la salud mental y la importancia de levantar la mano y buscar ayuda Los hombres si lloran donde la vulnerabilidad es nuestra mayor fortaleza Gracias por estar aquí. Me acabas de decir que desde que te fuiste de Colombia, este viaje es el que más has estado. Y eso es lo único que me conmueve profundamente, porque imagino que habrás tenido mucho que hacer en tu corta estancia acá. ¿Hace cuánto te fuiste del país? Me fui, esta vez, me fui desde diciembre del año pasado. Ok. ¿Hace cuánto te fuiste del país? Me fui, esta vez me fui desde diciembre del año pasado. Ok. ¿Estás en México? Estoy en México. Ya, sin empezar, tenemos dos puntos en común. ACDC, que es una de mis bandas favoritas y que es parte de la banda sonora de mi vida, y usted mismo, señor, que también matea. Claro que sí. Porque vivió en Argentina. Viví en Argentina. ¿Cuándo viviste en Argentina? Viví en Argentina. Y lo voy a agarrar, como diría un porteño, como micrófono. Entonces lo mateo primero. Dale, dale, matea, matea. Está rico con coco, ¿no? No había probado así y está bueno. Está rico, ¿no? Le quita el amargo. Exactamente. Y el coco suelta un aceite además que es muy terapéutico. Suaviza, suaviza. Buenísimo. Entonces viviste en Buenos Aires también. Yo viví en Buenos Aires entre el 2003 y el 2011. O sea, te tocó el corralito. Me tocó. Yo llegué por el corralito. Claro. Yo trabajo en seguros. Yo me especialicé. He trabajado toda la vida en la industria de seguros. Y dentro de los seguros, mi especialidad durante muchos años fueron los siniestros. Y dentro de los siniestros, los siniestros catastróficos. Entonces me llevaban para terremotos, huracanes y a Argentina llegué porque tenían un quilombo con los siniestros del corralito del 2001, porque obviamente uno compraba una póliza uno a uno, un peso era un dólar y de repente le decían, tu peso ya no es un dólar, tu peso es la mitad o menos. Entonces había muchísimos siniestros de responsabilidad civil y básicamente la misión era un poco dar el apoyo a eso y un poco a la operación que había en Argentina. Entonces yo llegué a Argentina por eso. ¿Pero te quedaste mucho? Me quedé mucho. Yo llegué con una compañía, después cambié tres veces de compañía dentro de Argentina, ya con funciones regionales dentro de las compañías, pero me quedé hasta el 2011. Sí, dentro de las compañías, pero me quedé hasta el 2011. Sí, tengo un hijo argentino. ¿Tienes un hijo argentino? Tengo un hijo argentino. Tengo tres. Colombiano, hondureña y argentino. Espera, espera, espera. Ahí está. Espérate un segundo. A ver, a ver. Hijo colombiano, argentino y hondureña. Sí. Hazme un pequeño briefing de cómo sucede esa... Año 98 nace mi hijo menor, mi hijo mayor, perdón, Felipe. Vivíamos en Colombia con su madre. En ese momento, digamos, era una época muy tenaz de Colombia. Ponen una bomba a 500 metros del apartamento donde vivíamos y esa noche la decisión fue nos vamos de Colombia. Nos vamos de Colombia a donde sea, había otras situaciones con la familia de ella y la empresa para la que trabajaba me dijeron le ofrecemos un puesto en Honduras. Y dijeron Honduras y pues, como en el colegio, Honduras, Tegucigalpa, y de ahí para allá, no tengo idea más de Honduras. ¿En seguros igual? En seguros, sí, iba allá y el CEO de la época me dijo, o sea, necesitamos a alguien que nos dé apoyo con las situaciones que tenemos en la compañía, vaya allá tranquilo, necesitamos a una persona de confianza, no a nadie brillante. Y yo le dije, oiga, usted me va a entender fresco. Y la verdad lo entendí años después. Yo prefiero ser el de confianza que ser el brillante. Y los equipos los prefiero construir con personas buenas y de confianza que con estrellas brillantes fui a honduras fuimos a honduras allá nació camila en el año 2001 en san pedro sula que es como el medellín de honduras vivimos en san pedro hasta el año 2003 y de ahí fuimos a argentina y por eso llegó a argentina o sea todo lo de los siniestros del Corralito, ahí me cambio de compañía varias veces, hasta el año 2011, en el año 2011 voy a vivir a Hong Kong, trabajaba como regional de Asia-Pacífico de los siniestros, y estuve allá específicamente, me llamaron por lo del terremoto de Japón. The Great Northeastern Tsunami Earthquake y también en esos años estuvo el terremoto, los terremotos de Christchurch, las inundaciones de Tailandia, en fin, fueron años muy, muy, muy movidos. De Hong Kong paso a Brasil, en Brasil estoy casi cuatro años, de Brasil vuelvo a Colombia, después de casi 20 años, sintiéndome un outsider total de Colombia, vuelvo, estoy seis años y en diciembre del año pasado volví a vivir en México. ¿Cómo fue para tu tribu y pues para ti también todo ese movimiento? Yo con ellos me moví hasta el 2003 cuando llegamos a Argentina, 2007 nos separamos de la mamá y pues yo ya cuando fui a Hong Kong fui solo, pero ¿cómo fue la experiencia de movernos de Colombia a Honduras, de Honduras a Argentina? Yo creo que, si bien es cierto, yo soy hijo de una canadiense, de un colombiano, estudié en un colegio de curas benedictinos de North Dakota, que teóricamente le muestran a uno el mundo muy amplio, le muestran a uno el mundo muy amplio. Cuando salí a Honduras me di cuenta que el mundo es, uno ve un pedacito del mundo supremamente pequeñito y que uno desconoce la vastedad del universo y la vastedad del mundo y toca vivir donde uno está viviendo. Eso me costó en Honduras, pero no me costó en Argentina, porque yo aterricé en Argentina dejando de leer el tiempo.com y comprando el Clarín y la Nación y adecuándome y oyendo rock nacional, cosa que me encanta en el rock en español, pero ya con una mente mucho más abierta de tratar de entender mi entorno en vez de tratar de vivir en un país donde no estoy viviendo. Entonces la adaptación en Argentina fue mucho más fácil, en Hong Kong también lo fue, salvo ciertos bemoles que tuve por ahí, y Brasil ya fue mucho más abierto, México también, entonces ya uno va agarrando espacios. Para mis hijos, Argentina, por ejemplo, Camila dejó de hablar. Camila había nacido en el 2001, nos movimos en el 2003, aterrizamos y ella hablaba, pero cuando ya llegamos a Argentina y empezó un poco la adaptación, dejó de hablar un tiempo y comenzó a hablar ya después porteño. Yo, verdad decía, automáticamente aterrizaron, hablaban porteño, como mecanismo de defensa. Uno no se da cuenta con los niños cómo es eso, cómo maneja uno de chiquito ciertas situaciones. Y ellos aterrizaron y a la semana casi hablaba ya porteño Felipe y poco a poco ella ya cuando habló, habló porteño. Es que a mí con Joaquín, a nosotros nos pasó que Joaquín nació en Estados Unidos y él empezó a ir, Joaquín además de que se tuvo que mover mucho con nosotros al principio, cambió mucho de colegios, desde guarderías hasta... Y claro, estás con el tema de tiene que hablar español, habla español, habla español, porque si no... Y en un momento me empecé a poner muy estricto con el tema, entonces no, yo solo hablo español, me tiene que contestar español. Y él me dejó de hablar. Me dejó de hablar, porque claro, me puse en su lugar y dije, o sea, este man, además de que lo cambiamos de ciudad, lo cambiamos de colegio, o sea, además le estoy diciendo que el idioma que él utiliza como supervivencia, que es el inglés, para todos los colegios americanos que ha habido, no lo puede hablar conmigo. Y ahí dije, tendría un hijo que habla así durante un tiempo, pero no tuve el corazón. No sé si hice bien, si hice mal, pero realmente... Es que cuando uno se va a mover de país o cuando le dicen ¿cuántos años tienen los chicos? No, tienen 6 y 7. Ah, qué bueno, en este momento es perfecto. Cuando uno dice no, tienen 13, 12. Uy, terrible, 15, los amigos. La realidad yo creo que es al revés. Cuando son de 3, 4 y 5 años, los niños no tienen mecanismos para asimilar lo que está pasando. Claro. Para saber lo que está pasando, cambia todo, de repente mi cuarto dejó de ser mi cuarto, mi casa dejó de ser mi casa, mis amigos. Y yo creo que es al contrario, al chiquito hay que darle mucha más contención porque él no puede ni siquiera expresar lo que está pasando. Tienes toda la razón y lo estamos viviendo ahora con Josefina, que ella sí ha vivido los primeros cinco años de su vida, vivió en Los Ángeles y tal, en un lugar con una mudanza nada más. A los seis años Joaquín había tenido ya como seis, siete mudanzas. Entonces para ella sí, para ella entiende además que aquí estamos de vacaciones. O sea, es como papá está aquí por trabajo, mamá está por trabajo, pero la casa es allá. Entonces hemos tenido que reenforsar mucho ese concepto de casa son ladrillos, hogar somos nosotros. Y bueno, veamos hasta dónde nos lleva. Pero bueno, yo siendo fiel a mi tradición de no investigar realmente, pues la razón principal por la que estás acá es porque Mónica me dijo, me habló de ti y cuando siempre que tenemos conversaciones sobre quién podría venir, quién podría resonar con la idea de este podcast que es hablar de salud mental masculina, me mostró lo que tú escribiste y dije, lo tenemos que tener aquí. Me encantaría que me contaras un poquito de dónde nace ese texto y por qué crees que tiene el impacto que tiene en este momento, que además sigue teniéndolo, ¿no? Decidiste hablar de algo muy personal y de repente se pasa como se pasa todo acá. ¿Cuándo salió ese texto? Ese texto salió el 7 de agosto, estamos ya en octubre. Y ese texto llevaba en diferentes versiones escribiéndose un año. Yo llevaba dándole vueltas a ese texto durante un año, quitándole y poniéndole cosas, pensando cada frase, porque si hay algo que ese texto tiene es que cada frase, cada palabra está muy pensada y viene del corazón. Entonces ese texto yo venía dándole vueltas, pero no me sentía listo para sacarlo, no me sentía listo para sacarlo porque es un texto supremamente personal. porque es un texto supremamente personal. Ese texto, y si está en la valla no lo voy a repetir, pero básicamente ese texto lo que dice es, soy alcohólico. Y reconoce ante el que lo lea y el que sea una aparente debilidad, como se le interpreta socialmente, del carácter del ser humano y básicamente reconoce que tuvo un problema de salud mental muy grave, que toqué fondo en algún momento de mi vida, eso fue el último fondo, porque siempre la gente dice, no, tocó fondo y fue, y los fondos es uno tras de otro y tras de otro, y uno se va acostumbrando a que va cayendo y en caída libre, y el último fondo fue el 3 de diciembre del 2021, y ahí fue cuando yo ya dije, no puedo más, no puedo más, y necesito ayuda, y que es una de las cosas terribles de tocar fondo, que es decir, necesito a otro, yo solo no puedo, es aterrador enfrentarse con un espejo que además el concepto de mirarse al espejo es real, yo ya no me podía mirar a un espejo y decir necesito ayuda, yo así no puedo más, no puedo vivir más y los pensamientos que rondan eso son muy duros. ¿Pensaste alguna vez en acabar? Sí. ¿Planificaste alguna vez para eso? Sí. ¿Ejecutaste de alguna manera? Llegué ahí al borde, llegué al borde de esto está acá y podría ser. Mi apartamento en Bogotá, durante un tiempo había un gato en mi casa. Entonces mi terraza tiene una reja para que no se tirara el gato. No obstante el gato se fue y yo dejé esa reja ahí. Y era como mi recordatorio de uff, hasta ahí va. ¿Por qué ese fondo fue diferente a los otros fondos? Porque ya no sabía qué más hacer, porque ya no sabía cómo darle vuelta a las cosas. Porque ya no sabía cómo darle vuelta a las cosas. Ya yo no podía, o sea, ya había aceptado el hecho de que no puedo dejar de tomar. Yo esa semana estuve bebiendo de sábado a viernes, el 3 de diciembre del 2021, a no ser que me falle la memoria, podría ser que me falle la memoria. Una lagunita por ahí. Un par de lagunas. Yo llevaba toda la semana bebiendo y pues obviamente había intermedios de de lucidez pero la realidad es yo en la mesa de noche ya en vez de tener un vaso de agua tenía una botella de vino. Y me despertaba, tomaba y seguía borracho. Y la verdad es que mi proceso de cómo llegué ahí fue extremadamente rápido. O sea, de estoy tomando a me fui al carajo, no pasó. Porque normalmente uno cuando va a grupos de AA o NA oye gente que dice, no, yo estoy chupando hace 45 años. Mi proceso fueron 3, 4 años en donde fue encrechendo, pero al final una de las cosas de la pandemia fue que eso fue así, eso fue algo exponencial durante la pandemia. Entonces yo ya llegué al punto en donde en mi mesa de noche había una botella de vino, yo no quería hacer nada más, quería dejar de tomar, pero no podía dejar de tomar y empieza la cabeza a decir y a negociar. Es un bargaining process constante. Voy a dejar de tomar, voy a hacer esto, voy a hacer ejercicio. Voy a intentar, la próxima vez no la voy a cagar. ¿Cagarla con otras personas? Con otras personas, o sea, sí, con otras personas, con amigos, y en donde le dicen a uno, oiga, weón, yo me despertaba y miraba el WhatsApp y decía, puta, ¿qué hice? la sigo cagando, cada vez la cago más salí de mi casa una vez a caminar bebido y lo siguiente que recuerdo es un policía diciéndome, mi teniente yo soy teniente profesional oficial de la reserva de la Reserva de la Policía Nacional de Colombia. Es un programa que cuando uno ya es de viejo, nunca, nunca, no presté servicio militar, no estuve en la policía, no fui policía activo, simplemente la policía te da un programa para invitar personas, digamos que tienen algún reconocimiento en la sociedad o que son empresarios, para que se unan a la policía como reservistas y den un apoyo estratégico a la policía. Entonces yo tengo el grado de teniente, ahora estoy haciendo el curso de ascenso a capitán, probablemente si cuento esto me van a decir, váyase, muchas gracias, pero la verdad... No, tenemos muchos amigos en la policía, tranquilo. Estamos bien, en general, permitido. Y entonces no sé cómo quedé dormido en la calle. Y me encontró un policía y seguro saqué la identificación y se dio cuenta que era teniente y me ayudó. Y pues no sé qué hubiera pasado si no era teniente, si me llevaban al calabozo o si terminaba acostado ahí o me atacaban o me mataban. Y yo creo que es el final y siempre se dice esto en toda la literatura de Alcohólicos Anónimos que es una enfermedad progresiva, curable y mortal. Entonces que el fin es o la cárcel, el loquero o la morgue. Y la realidad es, ya le tenía terror a eso, porque si bien es cierto, no quería seguir más, el alcohol lo que hace es anestesiar dolores, entonces uno quiere anestesiar dolores, pero lo único que hace es entrar en una espiral de dolor y de locura muy grande. Pero todo esto, y tal vez por eso es que tu texto tiene el impacto que tiene, desde una actividad profesional muy exitosa. Claro, la gran mayoría del mundo no se dio cuenta. O sea, si bien es cierto, yo sentía ya que era incontrolable, que ya era... y que es el primer paso. El primer paso es reconocer que éramos impotentes ante el alcohol y que nuestra vida se había vuelto ingobernable. Yo lo sentía así, pero yo seguía liderando equipos con un dolor inmenso y un hueco en el alma y con un peso terrible y creo que yo empiezo a hablar de salud mental no porque me preocupaba mi salud mental, porque era codependiente obviamente, entonces yo tengo un equipo, están todos los empleados de la compañía en pandemia y tenemos que tener salud mental todos y todo esto, y yo me vuelvo activista de la salud mental de otros y no de la mía. Y cuando toco fondo me doy cuenta que toda mi vida me había preocupado más por otros que por mí mismo. Que hay una cosa muy jodida, que por lo menos yo no la aprendí, que nadie me la enseñó, es primero usted, güey. A uno socialmente le dicen, no, hay que cuidar al prójimo y la vaina y cuídese acá y cuídese allá y nadie le dice bueno usted tiene que empezar a quererse a sí mismo si usted no se quiere cómo va a querer entonces me di cuenta en ese momento yo llegué por primera vez ese grupo al grupo donde donde estuve el 6 de diciembre del 2021 y esa noche yo dije hola soy David y soy un alcohólico y obviamente me quebré porque ese momento se llama la rendición y yo dije en ese momento soy un alcohólico pero ya los tres días después de haber empezado a hacer un par de lecturas que le dan a uno es yo soy un adicto, yo soy un adicto a la comida, al ejercicio, al trabajo, claro, el trabajo era ese área de vida que me funcionaba, entonces yo me dedicaba completamente a tener el trabajo y que funcionara eso, mientras tanto el resto de áreas de vida destrozadas, pero el trabajo iba bien, de áreas de vida destrozadas pero el trabajo iba bien adicto a relaciones consumir relaciones y deje que me consumieran en las relaciones también por esa necesidad que tenía entonces al final del día mi personalidad es adictiva y lo que hay que hacer es buscar de alguna manera ese balance en la vida, integrar todo en una sola cosa. Porque hay una falacia que es decir, work-life balance. Work here, life here. No, viejo, la vida es una sola. La vida es una sola que se parte en áreas. Yo tengo un área afectiva, un área emocional, un área familiar, un área de pareja, un área con mis amigos, un área económica, un área académica, un área espiritual, un área, en fin, pero mi vida hay que integrarla. Y yo nunca supe cómo integrar la vida porque veía la vida a pedacitos. ¿Por qué decides escribir ese texto? Y publicarlo porque lo puedes escribir para ti. ¿Por qué decides hacerlo público de esa forma? Yo creo que es parte del proceso, el proceso de sanar. Yo, cuando estoy en Bogotá, yo voy a un grupo de AA AA y yo coordino el grupo. Yo lo estoy haciendo por mí y por los demás adictos, pero más por mí. Es parte del servicio. El decimosegundo paso es, habiendo encontrado el despertar espiritual, lo llevamos el mensaje y es el servicio y es parte de poder ayudar a otro o sea con que una persona haya leído ese texto y haya dicho necesito ayuda y sé dónde ir ya está lo mismo que ver este podcast pero un par de huevones llorando y diciendo reconocemos nuestras más íntimas vergüenzas con el solo objetivo uno de sanar y dos ayudar a alguien que alguien diga puta yo me siento así yo siento que estoy en una espiral que no salgo, que no y finalmente que lo aterrador es, yo solo no puedo. Entonces, empezó por eso, por parte del servicio, por decir, puta, cuando yo voy a un grupo, sea en Bogotá, en Sao Paulo, en Buenos Aires, y me siento con todos los loquitos, porque esa es mi forma de cariñosa, porque sí, estamos más locos que el carajo. Yo digo, puta, somos iguales. Somos igualiticos. Nuestra locura, nuestras necesidades, la necesidad de los dolores, esa necesidad de sentirse bien un ratico, de anestesia. Entonces yo fui escribiendo a eso y el objetivo era que le ayudara a alguien liberarme de una cosa que yo sentía que estaba ocultando. Porque parte del proceso y un principio fundamental del programa es honestidad brutal es ante usted y ante otros seres humanos usted va a reconocer toda la que es las cosas más íntimas más jodidas y no lo van a juzgar y es honestidad y si yo no soy honesto en mi proceso ¿para qué? entonces yo estaba ya aburrido David, ¿un trago? no, gracias, estoy tomando antibiótico uno empieza con esas David, ¿una? no, estoy como embuchado David un trago no no no no no hoy no hasta que yo dije ya me mamé decir medias verdades medias mentiras entonces yo empecé a responder David un trago no gracias no me hace bien David un trago no no no la verdad es que el alcohol no me hace bien oiga pero a usted no le gusta no weón me encanta claro ese es el problema me gusta mucho ese es el problema mi problema es que me gusta mucho hasta que yo dije ya ya no más obviamente es alcohólicos uno de los principios es el anonimato pero es porque la sociedad juzga tremendamente una adicción y hay como niveles de adicciones está la adicción al trabajo que le dicen, uy, es un berraco claro, bravo, bravo pero yo estuve tres días en la oficina sin salir. Eso ya no es ser un berraco. Adicto. Eso es un adicto. Y con todas las cosas así. Entonces yo finalmente decido, me mamó de decir mentiras o medias verdades. Eso no existe. Y digo, no más. Y lo hablo con mi jefa, le digo, ¿qué está pasando esto? Me dice, fresco. Fresco. Y ahí decido, ok, lo doy para adelante y publico y le cuento al mundo esto. Es interesante porque ese texto dio muchas vueltas, muchas vueltas por WhatsApp y la gente que lo leyó, inclusive estaba en un grupo y una persona dice, qué bueno que saliste de la debilidad y por dentro... Debilidad. Sí, sí, está bien. Aprendí a no juzgar, pero no leíste bien lo que estaba diciendo. Creo que hay muchos estigmas, demasiados estigmas. Hace unos años Alejandro Santos hizo un encuentro para la desestigmatización de la salud mental. Y había mucha gente y todo el mundo habla. O sea, eso sí, opinólogos de profesión existen. Y como dijo el gran filósofo del siglo XX, Bruce Willis, Opinions are like assholes, everybody's got one. Y todo el mundo opinando. Y yo dije, bueno, pero si estamos aquí para desestigmatizar la salud mental, levanten las manos los que van a terapia, levanten las manos los que han estado medicados o conocen a alguien que ha estado medicado, arranco yo. Y yo creo que todavía a la gente le cuesta mucho. Obviamente hubo un par de manitas, pero la realidad yo creo es que a la sociedad le cuesta mucho trabajo aceptar el tema de la salud mental en cualquiera de sus versiones. Decir necesito ir al psicólogo o estoy medicado o estoy ansioso, ya con decir uno estoy ansioso empiezan a huir, utilizó un término técnico, porque si no sería estoy estresado, estoy nervioso, pero ya hablar de ansiedad ya empiezan a decir, ¡pa! Entonces yo creo que en la sociedad necesitamos más espacios como estos, necesitamos espacios para poder hablar, digamos, de la realidad de lo que es ser humano. Ser humano. Y a mí el punto de los hombres si lloran me encanta porque a mí me chocó mucho la primera vez que oí los hombres no lloran y fue una profesora que me lo dijo en primero de primaria, porque lloré y los hombres no lloran, sea macho. Y a mí eso me chocó terriblemente, terriblemente porque nunca en mi casa me lo habían dicho, lo vi en el colegio. Y a mí, o sea, yo lloro viendo una propaganda, o lloro oyendo el himno nacional, lloro con cualquier cosa, ya he llorado en frente de mi equipo. Y lloré, estaba dándole una charla a una compañía hermana hace como un año, un año y medio, y lloré, y venía de 15 minutos de decir, es que uno no, o sea, hay que ser genuino, uno puede llorar, y uno no puede pedir perdón por llorar, y empecé a llorar y le dije, perdón, estoy llorando, pedir perdón por llorar y empecé a llorar y les dije, perdón, estoy llorando. ¿No? Es jodidísimo, es jodidísimo eso. Y todavía la gente también ve a alguien llorar como una señal de debilidad. Sea un hombre o una mujer, si usted en el lugar de trabajo, uno puede llorar por mil razones, o sea, mil sentimientos. Por rabia pura uno llora de la rabia o porque siente una injusticia uno llora por eso pero obviamente si lo ven llorar viene el juicio velado de he is emotional él es emocional o ella es emocional y vienen todos los juicios que trae todo eso y entonces todo el mundo lo juzga porque además todos se sienten con el derecho a juzgar peor a alguien que está llorando o peor a alguien que diga, tengo un problema, soy David y soy alcohólico, soy David y soy adicto, y todo el mundo se siente con derecho a juzgar o a interpretar o a decir, ah claro, con razón, tal cosa o tal otra. de decir, ah, claro, con razón, tal cosa o tal otra. ¿Cómo ha cambiado o ha cambiado en algo tu vida personal y laboral después de salir del clóset? Yo siento que puedo hablar del tema. Me quité la mochila de encima, me quité el piano, la nevera me la quité de encima de alguna manera, porque yo lo publiqué pero no lo difundí, pasó como un mes y medio y yo ahí sí lo difundí, como parte de un post que hice en Instagram y en LinkedIn, hablé mucho y al final dije, como lo escribí hace unas semanas, ahí va, y decía semanas ahí va y decía solo por hoy solo por hoy que es este tatuaje es el lema que tenemos los adictos vivo solo el día vivo solo por hoy lo que fue fue lo que viene vendrá yo solo respondo por lo que soy hoy solo por hoy sé que no voy a tomar un trago, no sé mañana qué pase, obviamente uno proyecta la vida hacia el futuro, pero el solo por hoy es supremamente poderoso, que va acompañado de la oración de la serenidad, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar que era cuando yo vivía en el pasado lamentando todas las cosas que había hecho fuerza para enfrentar las cosas que puedo y sabiduría para distinguirlas y la realidad, yo siento que puedo hablar hace dos días me paré enfrente de 14 mil jóvenes en el Beast Fest y dije, eso. Reconocí mi adicción con la intención de decirle a los jóvenes, usted puede ver una cosa del carajo, o usted lo puede ver a usted, del putas es un actor, está en Hollywood ha salido, viene, va son putas pero en algún momento cayó tuvo una depresión y es mi forma de decir todos necesitamos ayuda todos podemos levantar la mano todos somos sujetos de tener un problema, pero volviendo a la pregunta, sí, he hablado de eso, se me han acercado personas que son adictos, que no lo han compartido públicamente, o también hijos de adictos, que es un pedazo muy doloroso porque pues tengo hijos, entonces se me acercan hijos de adictos y yo veo pues esto es un poco lo que le pasó a mis hijos, aunque mis hijos no vivieron digamos de cerca la adicción, pero por lo menos la del alcohol, entonces yo siento que lo puedo hablar lo que me estoy encontrando es que es tan tabú el tema que lo hablo y no me preguntan y no me dicen nada y que fui con parte de mi equipo al Movistar Arena en esa charla y volví y le dije a mi equipo ¿cómo les pareció? bien, muy chévere y bien no saben qué decir. Y cuando digo enfrente de unos equipos, no, pues tal, es como, mucha, lo está diciendo, pero no sé qué decirle. Y eso es lo que me está animando es a seguir trabajando en esto y seguir escribiendo y seguir hablando en decir, quitémosle el tabú. O sea, esto es un tema muy jodido de salud. Cuando yo voy a grupos, hay gente de 80 años y hay niños de 15 años, de 14 años, que ya tocaron fondo. Y uno ve historias que son estremecedoras y si uno no está consciente de eso y si los papás no estamos conscientes de eso, el resto de las personas, tal vez perdamos la oportunidad de salvar una vida, de decirle a alguien, necesitas ayuda, de no estar alerta a ciertas señales. Muchas veces los papás negamos, negamos que los hijos tengan problemas, negamos porque confrontar las vainas es muy jodido. Entonces hay gente que vive en negación y yo creo que ha sido liberador, pero también hablar más de esto, pregúntame tranquilo, no es una, no sé, y además que no se me ocurre que puede ser una enfermedad avergonzante, no, no, no, está mal que me lo preguntes, si estoy abierto a hablar de esto enfrente tuyo, pregúntame, obviamente si hay cosas supremamente íntimas no las responderé, obviamente si hay cosas supremamente íntimas no las responderé pero sí me he encontrado con eso que es un tabú bravísimo Has hablado mucho de esos pesos, esas tristezas hoy en día las tienes identificadas porque muchas veces ni siquiera sabemos bien qué es y no es sino a través de la terapia y confrontarnos que las empezamos a entender ¿Tú crees que las tienes identificadas de alguna manera? Yo creo que la gran mayoría sí, yo creo que la gran mayoría vienen desde la infancia, yo creo que he logrado identificar un par de cosas y de hechos que sucedieron en mi infancia en donde yo en vez de poder procesar que no eran cosas que eran posiblemente culpa mía, la más fácil es decir es mi culpa y empiezo yo a decir el problema soy yo, la culpa es mía, de las cosas que pasan y empieza uno a cargarse la mochila de culpas. ¿Puedes dar un ejemplo? ¿Puedes compartir algo que quisieras? No, tal vez hechos que me pasaron y que fui tal vez a decirle a mi mamá, me pasó esto y mi mamá decía, no, no pudo ser, eso no es así, o cosas así, entonces fui yo el que me lo, o sea, soy yo el que está mal, no la situación, entonces tal vez es empezar desde muy chiquito en la vida de decir, esto es culpa mía, esto es culpa mía o las cosas que van pasando son culpa mía y llenarse de culpas es extremadamente fácil de hacerse responsable de cosas que no son responsabilidad de uno, de cuando uno le embarra echarse esa mochila y dársela y la apoyla, la apoyla, la apoyla y decir la apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoyla, apoy lindo, duro, como el berraco, porque además cuando uno empieza a escribir empiezan a salir cosas que uno dice, puta, yo no me acordaba que había pasado eso, yo no me acordaba que a los 14 años había hecho eso, yo no me acord a papá, mamá, a pareja, expareja, amigos y después uno lee parte de eso después de terminar el proceso y al final en un acto simbólico que es supremamente profundo uno quema eso. Es su pasado. es uno quema eso, es su pasado, hace unas lecturas sobre la vida y la muerte y cierra, cierra su primer paso y arranca otra vez a vivirlo, porque la verdad yo siento que ahora si estoy viviendo y disfrutando las cosas. Antes yo vivía preocupado por todo, preocupado por el qué me dijo, qué no dijo, preocupado por hacer, hacer, no tener, tener o no tener y también de no preocuparme por lo que la gente piense de uno. Hay una frase y se la oía un compañero en grupo hace mucho tiempo que es, perdí el ignoble temor a desagradar, que traducido al español sería me importa un culo. Y ese me importa no es obviamente voy a hacer lo que se me dé la gana, porque yo creo que la gente a veces se confunde con eso. Ser genuino es irrespetar a los demás, ser genuino es poder insultar y pensar que no esté hiriendo a nadie. Yo creo que uno lo que tiene que preocuparse es por ser un buen ser humano, por ser una buena persona. Cuando mis hijos eran chiquitos, yo alguna vez les pregunté qué quieren ser cuando grandes. Y cuando me empezaron, mi hijo mayor me dijo, no sé. Pero rápidamente me di cuenta como uno lo vienen programando y chipeando en la vida con el guión desde chiquitico que quieres ser cuando grande en la cuando grande hay que hacer algo hay que ser hay que ser algo y entonces desde chiquito uno lo vienen guiando a eso entonces yo tomé muy temprano en ellos la decisión de no preguntarles que querían ser cuando grandes, sino de decirles, cuando grandes tienes que hacer algo que te apasione, tienes que tratar bien a la gente, y si logras transformar vidas en el camino, la lograste, la rompiste, la sacaste del estadio, pero la verdad es, la vida venía guionada para mí y fue parte de mi proceso de darme cuenta que yo no tengo que vivir el guión de nadie. O esos cuentos de mamá de, es que hay que sufrir, es que en las relaciones hay que aguantar, es que la vida es demasiado corta para vivir amargado. Uno además también viene en conceptos como el amor de pareja, también vienen unos conceptos supremamente errados para mí, pueden ser correctos para otro, en donde decir somos almas gemelas, él sabe todo lo que yo pienso cuando me ve y no tengo que decirle nada y me acepta tal como soy. Y es que somos perfectos porque somos el único para el otro. Es una huevonada atómica. Y cuando uno empieza a leer y ve conceptos como el de los griegos de yo quiero que tú cambies porque quiero que seas mejor ser humano y que uno en la vida, en el el camino se encontró con alguien para ser mejor para uno, para el otro y para la sociedad y que precisamente eso es todo lo que hay que integrar y entonces ese delirio de es que me quiere cambiar es un maldito hay que ver para qué quiero que cambies estás sufriendo ver las vainas así te jode todo esto que uno dice, se toma todo personal. Y es poderle decir a alguien, fresco, no eres tú, así son las cosas, deja de tomarte lo personal, fluye. Y poder enfrentar la vida de una manera diferente, entender el amor de una manera diferente. Además que también aprendimos en la literatura y en el cine que esto era una vaina increíble y que todo iba a fluir de una manera loca y no. Y que toca además, ¿no? Al amor de pareja hay que invertirle tiempo y hay que saber entender y hay una cosa que he visto es, yo no te puedo querer todas las semanas de la misma manera, y tú no me puedes querer todas las semanas de la misma manera, porque mi vida va cambiando esta semana, viene mi jefa de Nueva York, voy a estar estresado, y si no te pongo atención, y si no te mando un mensaje, estresado y si no te pongo atención y si no te mando un mensaje y si tal vez te respondo con algo de estrés no eres tú es que estoy viviendo una situación distinta entonces mira te aviso esta semana va a venir mi jefe va a estar estresado entonces no pienses que eres tú y es como enfrentar uno el amor de una manera distinta y cómo enfrentar la vida cambiando, porque esa es la otra. Tengo la humildad para decir no sé, tengo la humildad para enfrentar situaciones que desconozco y decir necesito un experto que venga y nos ayude y tengo la humildad para decir tengo que aprender, tengo que cambiar y tengo que hacer las cosas distintas porque hay mejores maneras de hacerlo. ¿Cómo fue, aunque me dices que no vivieron tan directamente tu proceso, cómo fue para ellos ese momento? ¿Cómo fue para ellos cuando aceptas públicamente que eres alcohólico? Yo veníamos dentro de todo y por el mismo consumo de alcohol y por la misma locura del trabajo y esto y aquello, nos fuimos distanciando con el tiempo o sea, yo los iba a visitar en ese momento, ellos vivían en Panamá, y tal vez de los cuatro días que los veía, los veía solo uno. A los días de haber salido de mi primer paso, yo los llamé a los tres, individualmente les dije, te tengo que contar una cosa. les dije, te tengo que contar una cosa. Y obviamente era la primera vez que aceptaba eso enfrente de alguien que no hubiera estado en un grupo o que no fuera mi terapeuta. Y eran mis hijos. Entonces fue un momento brutal de decirle a mis hijos, soy un adicto. Y me perdí mil cosas. Me perdí mil cosas de tu vida, no van a volver, solo te puedo decir, aquí estoy y démosle para adelante y aquí estaré y sé que tendrás las broncas conmigo. Sé que me querrás putear, pero acá estoy. Y así fue con los tres. Uno de ellos me decía, era más evidente que eras borracho, el único que no se dio cuenta eras tú. Camila me preguntaba más por cómo es un grupo, porque yo creo que las representaciones cinematográficas de cómo es un grupo varían, pero hay cosas muy íntimas que suceden en el grupo y al final es ese abrazo final que se da en un grupo y se hacen los pedidos y se dice esta silla está para un edicto esperándolo. y cuando llega uno nuevo al grupo para mí es un momento sobrecogedor porque me recuerda que yo estuve ahí y es ese principio de humildad de decir yo sé lo que usted está sintiendo sé que a usted se le está cayendo el mundo a pedazos. Pero fresco. Aquí entre todos estos loquitos lo vamos a ayudar. Y no hay nada de lo que usted nos diga que no nos espante. Que nos espante. O sea, fresco, dígalo. Lo hemos oído todo, lo hemos vivido, lo hicimos. O lo pensamos todo. ¿Lo hemos oído todo? ¿Lo hemos vivido? ¿Lo hicimos? ¿O lo pensamos todo? Pues compadre, yo... Como te decía, yo lloro hoy en día más de agradecimiento que de otra cosa. Y solo puedo agradecerte de corazón tu historia, tus cojones, que la compartas, porque si algo estamos aprendiendo con esto es que estamos ayudando a la gente, a que por lo menos, por lo menos, no se sientan tan solos. Y ya. Habemos otros loquitos. Habemos otros loquitos. Habemos otros que lloramos. No tiene nada de malo. Ser vulnerable es una gran fortaleza. No tiene nada que ver con debilidad. Todo lo contrario. Y ser vulnerable no afecta. Y no atenta contra la hombría. Todo lo contrario. Y si logramos que desarmar estas, despresurizar estas ollas a presión que somos los hombres por esta cantidad de informaciones que nos han metido, las que hablas, el chip, el disco duro, que nos han dicho que tenemos que ser así, si logramos quitar un poquito esa presión, tal vez estemos evitando violencias, depresiones, tristezas, tragedias. ¿Tienes hoy en día identificadas tus herramientas? hoy en día identificadas tus herramientas? Yo sé que gatillos digamos de mi comportamiento me dan ira, yo sé que gatillos, yo sé pensamientos de consumo afortunadamente no tengo muchos, hay cosas que por ejemplo no hago, yo no volví a servirle un trago a nadie, hasta le puedo llegar a la comida con una botella de vino. Y es más, le recomiendo el vino y pásenme la carta de vino y le digo, este está buenísimo. Pero yo no le voy a servir un trago a nadie. O sea, tengo límites que son mis límites. Trato de evitar cosas que yo pienso que me puedan gatillar, tal vez, me voy más temprano de la fiesta, pero digamos mis herramientas son mi grupo de apoyo, mi grupo de apoyo, amigos, los grupos a los que voy, yo aterricé en México, inclusive antes de ir a vivir, un mes antes, aterricé y busqué y llegué al grupo. Y tengo mi grupo en México y tengo mis conocidos acá en Colombia y en cualquier lugar donde uno va, gracias al poder superior hay loquitos en todas partes del mundo, eso no sobramos. Entonces siempre habrá y donde hay tres ya hay un grupo, entonces uno puede hacer un grupo también con dos más, hacemos un grupo y hacemos nuestras lecturas y compartimos y enfrentamos el mundo un día a la vez y sí, tengo mi terapeuta, mis amigos y ahí voy. Te paso una pregunta que me acaba de ocurrir, ya que has conocido tantos grupos, ¿cuál es el porcentaje entre hombres y mujeres? Normalmente somos ocho, ocho a dos, nueve a uno. ¿Ocho hombres a dos mujeres? Sí. Tú sabes que la cifra de suicidio es esa, ¿no? Sí. Sí. Los hombres llevamos una procesión por dentro muy dura y es gran parte de todos esos estigmas de la sociedad. Y lo menciono en el artículo. En el artículo yo escribo diciendo eso. Las estadísticas varían, pero aproximadamente el 70% de los adictos o de los que vamos al grupo decimos somos hombres, 70, 80%. Los suicidios son inclusive más alto el porcentaje y hay muchas cosas de enfermedad mental en donde los hombres, los homicidios, o sea una cantidad de cosas precisamente porque se esperan cosas de uno y porque la gente espera cosas de uno. Yo soy el líder, yo no puedo ser vulnerable, yo soy el líder, yo no puedo quejarme, yo soy el líder, yo no puedo mostrar debilidad y precisamente es lo que decías hace un rato, mostrar la debilidad no es debilidad, mostrar la debilidad es además para mí más que una señal de fortaleza, es una señal de inteligencia. Yo tengo que saber mostrar, Además hay que a la gente decirle, y es precisamente lo que hacía en el Movistar Arena hace unos días. Yo tengo debilidad, yo lloro, la voz se me quebró un poquitico. Sentir no es un problema, el problema es el que no siente. El problema es el que no siente o el que no le importa, creo que sentir y hay que aprender a trabajar los sentimientos, a entender sus sentimientos, yo creo que uno en un proceso como este entiende, usted está estresado, no, estoy ansioso, estoy intranquilo, estoy feliz, estoy eufórico, tengo ira, no me siento a gusto. O sea, yo creo que uno tiene que aprender a entender todas esas sensaciones y sentimientos y de esa manera entiende un poco más el mundo afuera. Gracias. Gracias. Uy, carajo. Gracias. Gracias. solo. Celia te conecta con más de 350 profesionales en salud mental y bienestar emocional que pueden guiarte y apoyarte en cada paso del camino. Además te ofrece recursos gratuitos como meditaciones guiadas, ejercicios de respiración, diarios de emociones y mucho más. Visita celia.com o descárgate la app y encuentra el camino hacia una vida más feliz y conectada.