[Cruzar el río] E5. José Gualinga: Nuestra fuerza viene de la selva viviente

[Cruzar el río] E5. José Gualinga: Nuestra fuerza viene de la selva viviente

28 de nov de 2024

En este episodio exploramos la rica cosmovisión del pueblo Sarayaku, originario del Amazonas ecuatoriano, y su relación íntima con el concepto de "Kausaksacha" o "selva viviente". Esta filosofía no solo representa su conexión espiritual y cultural con la naturaleza, sino que también constituye su plataforma de defensa jurídica y social contra la explotación de su territorio.

Capítulos

Introducción a Sarayaku

José María Hualinga Montalvo, líder del pueblo Sarayaku, narra la importancia de la selva y cómo su filosofía Causaxacha promueve la protección del territorio y sus derechos.

La cosmovisión Sarayaku

La selva viviente es una fuente de sabiduría y conexión espiritual para los Sarayaku. Experiencias personales de José ilustran el profundo respeto y comunicación con la naturaleza.

Luchas y logros históricos

Desde la Marcha de 1992 hasta el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2012, se relatan los avances de Sarayaku en la protección de sus tierras y cultura.

Resistencia multifacética

Las diversas formas en que Sarayaku ha resistido la explotación incluyen iniciativas legales, campañas internacionales como la Canoa de la Vida y tácticas creativas.

Causaksacha, propuesta de futuro

La selva viviente se presenta como un modelo filosófico y práctico para la sostenibilidad y convivencia entre lo humano y lo no humano, con una convergencia entre sabiduría ancestral y conocimiento moderno.

Conclusión

José Gualinga enfatiza la necesidad de escuchar y aprender de los pueblos indígenas en el contexto de la crisis climática. Su lucha no solo defiende un territorio, sino que promueve una visión integrada para el futuro del planeta.

Menciones

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               Está viva, tiene conciencia, se comunica, siente Tiene facetas psicológicas, físicas, espirituales Y por eso debe ser sujeto de derechos. Le gusta el aire limpio, el suelo fértil, las lluvias pasajeras, los ríos afluentes y por eso debe ser protegida. Está viva y tiene voz y nombre. La llaman selva, jungla. En quichua le dicen sacha, causac sacha, que significa selva viviente. Causac sacha es una filosofía, es un modo de vida, una forma, digamos, un sistema de educación milenaria. El pueblo sarayaku, originario del Amazonas ecuatoriano, usa su conocimiento ancestral en una herramienta única para construir una plataforma de defensa por el territorio llamada Kausaksacha. Kausaksacha es la conexión intrínseca que vivimos con la Pachamama, con el bosque vivo, con los seres que protegen, con todo lo que rodea. Causaxacha tiene significados profundos. Nos habla de la conexión entre humano y territorio, entre animales y otros seres místicos, pero también para los Sarayaku tiene un propósito fundamental en la lucha por el territorio, que se reconozca de forma jurídica y práctica que la naturaleza y todos los seres que la habitan debe ser protegida y resguardada. Desde el activismo en territorio hasta cortes internacionales, el Cáusaxacha es la voz de la selva y es la apuesta de un pueblo indígena dispuesto a usar múltiples herramientas para proteger su territorio. Las personas del otro lado del río. Así llaman a algunos pueblos indígenas a quienes vivimos desconectados, consumiendo, desechando, consumiendo. Hemos pasado demasiados años viviendo de espaldas al río y ahora es momento de cambiar. Los pueblos indígenas en distintas partes del mundo sostienen en sus conocimientos milenarios las claves para coexistir con la naturaleza, proteger el planeta y garantizar la vida humana y no humana. En esta serie vas a escuchar a quienes están en la primera línea contra la crisis climática, los líderes indígenas globales. Aquí comparten sus experiencias de vida, conocimientos únicos y consejos urgentes. Son ellos y ellas quienes están marcando el camino hacia un futuro posible. Es momento de escucharlos. Es el momento de cruzar el río. Cruzar el río es un podcast del proyecto More Than Human Life Moth, basado en el Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York y 070 Podcast. Mi nombre es José María Hualinga Montalvo. Soy originario del pueblo quichua de Sarayac, en la Amazonía ecuatoriana, en la provincia de Pastaza. Yo soy uno de los asesores del Consejo de Gobierno de Taihá, Zaruta. José Hualinga hoy tiene 59 años. Desde joven ha ocupado puestos de liderazgo en su comunidad. Fue presidente, Taihá Capu, del Consejo de Gobierno Sarayaku, el puesto más alto de liderazgo en su comunidad, y ahora trabaja como asesor de ese mismo consejo. Para José, su vida y liderazgo han sido marcados por el Causaxacha, lo que es ahora una apuesta multifacética de incidencia jurídica y social. Para él, empezó como una experiencia íntima, una noche donde sintió la selva viviente. José lo recuerda así. Estábamos varios hombres, mis hermanos pequeños, en una zona de casa donde estuvimos, digamos ahí tenemos como unos 30 lagunas negras. Son una de las lagunas más grandes. Y para nosotros esas lagunas son... Ahí están las casas, la morada de los seres protectores. Es vivo. Sucedió una madrugada cuando fue junto con otros hombres a cazar en una zona retirada del bosque, donde según la cosmovisión de Sarayaku, es una zona donde hay una fuerte energía espiritual. Nuestros antepasados están ahí, nuestros abuelos, es el hábitat de nuestros abuelos, de ahí viene la sabiduría y la energía, de ahí nos conectamos. José lideraba el grupo de hombres. Eran alrededor de las cuatro de la mañana y todavía estaba oscuro. El grupo caminaba de noche por el bosque para cazar pavas, un ave que los arayacu llaman gallinas del bosque. Cada hombre se ubicaba en un lugar distinto para poder cazar mejor. Y no nos dimos cuenta en la oscuridad que habíamos estado cerca de esa laguna y muchas pavas estaban cantando. Mientras el grupo avanzaba buscando las pavas, siguiendo su canto para ubicarlas, José se tuvo que regresar atrás, como dice. Es decir, devolverse por el camino por el que venía. José explica que en la conmovisión Sarayaku esta acción de regresar atrás se relaciona con una energía negativa. Sintió miedo, se preocupó, pero su posición de liderazgo lo obligaba. Tenía que darse la vuelta y recorrer de nuevo el camino que ya había avanzado. Pasó una hora, quizás más. José sintió que pronto iba a amanecer. En el camino de regreso, José pudo cazar cuatro pavas. Todo estaba tranquilo. La selva cantaba sus sonidos habituales. Los trinos de las águilas, el cri-cri de los grillos, el croar de las ranas, los chillidos de los monos nocturnos. Una madrugada común, hasta que de repente escuchó algo distinto. Entonces, se escucharon un montón de sonidos, sonidos que habíamos escuchado alguna vez pero un poco lejos y sabíamos que esos sonidos, Yaxingo es un ser humano pequeño con pelo largo con un bastón de mando dentro de nuestra cosmovisión José se puso nervioso intentó amarrar a las pavas que había casado con unas dianas pero los nervios lo hicieron amarrar las mal y los animales lograron soltarse. Tuvo que volverlo a hacer mientras sentía el sonido cada vez más fuerte retumbando a su alrededor. Parecía un tambor enorme, gigante, y el sonido retumbaba por todos lados. Ya no era uno solo, dos, tres, cuatro, sino había como más de 100 sonidos que vino así a unos 10 metros, a 50 metros, a mil metros, por todos lados. Sentía la vibración en el piso, la pulsación potente de la selva. Mientras tanto, él estaba solo con las pavas, rodeado por la oscuridad y los seres que la habitan. rodeado por la oscuridad y los seres que la habitan. En ese momento vino un poco de pánico, porque jamás había enfrentado este tipo de sonido. Y ya vino el día, entonces todo se calmó. Todo se calmó. El sonido de la selva volvió a la normalidad, pero José seguía sintiendo el pulso temeroso de aquel misterio que lo rodeaba. Al tratar de buscar al resto de los hombres, perdió su camino y se desesperó, hasta que finalmente se encontró con el sabio que iba con su grupo. Y el sabio le dijo, tenemos que irnos de aquí rápido. Entonces la pregunta quedó, no estuve soñando, no estuve en las visiones, estuve en un momento real. Era algo físico, es algo que existe. Y cuando regresamos al pueblo conversando con muchos ancianos y con toda la familia y población, esa experiencia, dijeron, la selva es un ser vivo, es causa de Sáchar. Sarayaku es una comunidad indígena conocida tanto por sus resistencias sin precedentes contra la explotación petrolera, como por su lucha por la preservación de su territorio y su cultura. Sarayaku es modelo y referente para otras comunidades, tanto de organización como incidencia a nivel político, legal y cultural, elevando la resistencia desde el territorio hasta el escenario global. La historia del pueblo Sarayaku es una historia de lucha, una historia que en las últimas décadas se ha cultivado entre muchas personas y varias de ellas hacen parte de la familia de José, de los Gualinga. Como ya sabemos, José fue el presidente del Consejo de Gobierno Sarayaku y ahora lidera la plataforma de Kausak Sacha. El padre de José fue Sabino Gualinga, líder espiritual y reconocido sabio, quien se dedicó a enseñar sobre el Kausak Sacha a su comunidad y el resto del mundo. y el resto del mundo. Para José, su vida ha sido definida por el causaxacha o selva viviente, porque hoy en día causaxacha es muchas cosas, es una filosofía, un modo de vida, pero es también una apuesta para defender el territorio. Causaxacha propone un reconocimiento jurídico de reivindicación al derecho al y del territorio, y una apuesta política para reconocer a la naturaleza y los seres no humanos como seres vivos iguales a los seres humanos. Pero claro, todo tiene un inicio. Antes de que Kausak Sacha se transformara en una estrategia tan multifacética de defensa, era una parte esencial y misteriosa de la sabiduría sarayaku. José recuerda cómo su padre, el sabio Sabino, solía enseñarle sobre la importancia de cada ser de la naturaleza, desde las lagunas, las abejas y las hormigas, hasta las flores. De lo que yo recuerdo de mi niñez y de mi juventud, o sea, había ciertas normas y reglas que se debía respetar para no interrumpir la fragilidad de este espacio de los seres protectores. Por eso, desde aquella madrugada donde escuchó los tambores, esas voces de la selva, José se dedicó por más de 10 años a reunir conocimiento y escribir al respecto, para desarrollar esta idea como un método de protección y defensa. Entonces, no simplemente una idea, un pensamiento romantizado o superstición, son cosas hechas que nosotros vivimos, las reglas, son parte de nuestra evolución de conocimiento y sabiduría. En 2018, Sarayaku hizo pública la declaración donde explican el concepto de causa axacha o selva viviente, la propuesta vanguardia con la que buscan reivindicar los derechos de su territorio, pero también transformar la percepción que tenemos los humanos de la naturaleza. mundo globalizado de incomprensión, donde no conocen y desvalorizan la sabiduría y el conocimiento de los pueblos originarios, era necesario lanzar. Por eso uno de nuestros abogados en Quito dijo, una vez me preguntó y dijo, ustedes eran cerrados herméticamente a la sabiduría de ustedes, del pueblo quichua de Cerrallá. ¿Por qué ahora se abrieron? Nos abrimos justamente porque en algún momento, en un ritual de las plantas maestras, mi padre dijo, hay que enseñar al extraño. El extraño no sabe. Por eso destruye. ¿Qué ha hecho y qué ha logrado Sarayaku para defender la selva viviente? Lo que ellos llaman Kausaksacha El primer gran hito de la lucha Sarayaku ocurrió en 1992 Después de un proceso de organización y resistencia que empezó a finales de la década de los 80 En el 92 hicimos una marcha desde Sarayacu y otros pueblos, sumándose casi 15.000, 20.000 personas, llegamos a Quito y ahí se obtuvo los títulos de propiedad. La marcha fue histórica, sumando multitudes que al llegar a Quito, la capital de Ecuador, se manifestaron por más de 20 días. Así, obtuvieron la titulación del territorio, la titulación de tierras para los pueblos quichua. Dieron una parte de los títulos de propiedad, en el cual Sarayacu tiene como aproximadamente 140 mil hectáreas de territorio. Poco después de obtener los títulos, en 1996, elio sarayaku fue amenazado de forma tajante. El gobierno de Ecuador le entregó en concesión un bloque petrolero a la empresa argentina CGC, donde básicamente les daban permiso de explorar el 65% del territorio titulado al pueblo sarayaku. Por supuesto, esto ocurrió sin consultar al pueblo sarayaku. Mientras tanto, Sarayaku no se quedó quieto. Le apostó a la colaboración y se articuló con otros pueblos indígenas nacionales para presionar al gobierno ecuatoriano. Así lograron otro granito, que se reconozcan los derechos de la naturaleza dentro de la constitución del país en el 2008. Esto es un logro inmenso. Es la primera constitución en el mundo en reconocer los derechos de la naturaleza de manera explícita. La constitución de Ecuador es única y está plasmado en los derechos de la naturaleza constitucionalmente. Sin embargo, es un papel, un papel escrito que no se cumple, se deshace y hay leyes que realmente borran el poder de la Constitución. En Sarayacu, sus habitantes vivieron un día especial, calificado como histórico. Se convirtió en la primera comunidad indígena de América Latina en recibir a una comitiva del más alto nivel de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA. En el 2012, Sarayaku celebró un tercer hito histórico. La Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió un fallo a favor de la comunidad Sarayaku, reconociendo que el gobierno ecuatoriano violó sus derechos al permitir la entrada de empresas petroleras en su territorio sin consultar previamente a la comunidad. El pasado 25 de julio la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció a favor de los sarayaku en una demanda presentada contra un proyecto petrolero otorgado a una empresa argentina. Esas empresas petroleras que habían ingresado al territorio desde 1996. Este caso estableció un precedente histórico para la protección de los derechos de los pueblos indígenas en América Latina, resultado de la organización y liderazgo sarayaco. Sin embargo, todos estos avances en realidad no han sido cumplidos. El Ecuador es un estado plurinacional, pero no se ejerce ese verdadero estado plurinacional. No hay herramientas, no hay normas, no hay leyes que nos permitan ejercer ese derecho de un Estado plurinacional. Pero la resistencia continúa. Una década después, a finales del 2023, lograron otra gran victoria. La Corte Constitucional de Ecuador ordenó que el Estado cumpla con las órdenes de la Corte Interamericana de Derechos. Es decir, que el Estado de Ecuador limite la explotación del territorio sarayaku y respete el derecho a la consulta previa. En términos legales, los sarayakus siempre han pedido eso, que se respete el derecho a la consulta previa, libre e informada. Es decir, que las instituciones estatales reconozcan que los sarayaku deben ser consultados sobre cualquier intervención que afecte sus vidas y territorio. Pero claro, este derecho a la consulta es una manera de fortalecer la defensa del territorio y la protección de la selva viviente. Si los sarayaku tienen el derecho de consulta, ellos tomarán decisiones a favor del territorio y no permitirán ningún tipo de explotación. Nuestro antepasado resistía. Nos decían que somos el pueblo del mediodía, que por ser el pueblo de la mitad, cuando el sol se para en la mitad y que nuestra imagen solo queda en un solo punto, Sarayaku se define como un pueblo que resistirá hasta el final mientras otros pueblos se hayan sucumbido y no caerá. Ser el pueblo del mediodía, Sarayaku carga ese legado como bandera frente a la adversidad y como modo de resistencia. Una resistencia creativa, organizada, multifacética. Se han expandido más allá de la parte jurídica. A través de los años, Sarayaku ha organizado marchas y manifestaciones, creado campañas por redes sociales, documentales, entrevistas, han liderado movimientos ambientales, tomado acciones creativas y llamativas para que los ojos del mundo miraran hacia el Amazonas. Todos los sin nacionalidades estamos convocando a la solidaridad global. La nueva ronda petrolera es una ronda de muerte. La selva tiene derechos. Uno de los ejemplos que mejor ilustra esta resistencia fue en 2015, con la Canoa de la Vida, cuando construyeron una canoa tradicional en territorio sarayaku y la llevaron hasta París. En vísperas de la cumbre de cambio climático de 2015. Y también crearon en su territorio la propuesta de Sisa Nyampi, el camino viviente de las flores. Otras palabras se llaman frontera de vida. Y pusimos como estrategia el símbolo de la flor para a través de esta propuesta del camino viviente de las flores y la flor pueda llamar la atención a la opinión pública nacional e internacional. Considerando que los pueblos originarios solamente cuando hay masacres por ahí sale un pequeño artículo, antes ni aparecía. Es una muestra del compromiso sarayaku por defender la selva viviente. Actualmente llega a los 100 kilómetros y tomará décadas por completar, con la meta de bordear todo el territorio sarayaku, que se extiende 135.000 hectáreas. Esta frontera viva es también un gesto hacia un futuro posible, un futuro donde se proteja la selva. Yo tengo 59 años, y si hoy plantamos un árbol, y si hoy nació un niño 40 años ya no ya no voy a existir pero el niño tendrá 40 años y al final llegamos al mismo punto del círculo de la existencia y eso lo diseñamos para abrir esos espacios donde podíamos sembrar las flores los árboles a flores para que de aquí a unos 50 a 100 años pueda florecer. Es una propuesta de, no es de 3, 4, 5 años, es una propuesta de 50 a 100 años. Muchos no vamos a ver, pero las otras generaciones que vienen han de ver, que simboliza la vida y la resistencia pacífica. Sin embargo, el camino de resistencia muchas veces es largo, difícil, cansa. Cansa seguir repitiendo ideas que deberían ser obvias. Que necesitamos la naturaleza para sobrevivir, que no debemos explotar el territorio, que no tomemos más de lo que necesitamos. Y hoy en día, ser un líder indígena en Latinoamérica implica enfrentarse constantemente a amenazas contra tu vida y tu territorio. Muchas veces nos sentimos muy agotados, cansados, incomprendidos. Y eso es muy duro. Cuando quieres avanzar, quieres lograr las metas y te encuentras con barreras de incomprensión de mentalidad, barreras jurídicas, legales, sistemas que ya prácticamente controlan, pero la perseverancia o sea la fuerza para continuar viene del bosque, viene de la selva de ahí nos alimenta por eso en territorio nosotros cuando nos sentimos cansados nos retiramos, nos vamos a la selva más profunda para entrar en contacto con este otro mundo del pluriverso. Te sientes muy pequeño frente a la selva viviente. No somos nada. Eso nos fortalece y al regresar a la comunidad, donde la familia, donde los amigos, volvemos a reunirnos, venimos con el espíritu todavía más fuerte, por eso defendemos nuestro territorio, todos los pueblos defendemos el territorio porque ahí está toda la vida, ahí está la fuerza de nuestros antepasados de nuestros abuelos están las lagunas en las montañas en los árboles en las cascadas y ellos también nos alimentan nos dan a través de nuestros músculos y visiones no están fortaleciendo y con eso avanzamos y por eso no nos cansamos. Canta la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la cancion de la resistencia sarayaku está la vida, la vida humana y no humana, un buen vivir para todos los seres. Y por eso, José cree que es necesario lograr una convergencia entre los conocimientos ancestrales y los conocimientos occidentales. Creo que tiene que haber una convergencia importante entre la ciencia y el conocimiento ancestral. el conocimiento ancestral, valorar también estos conocimientos orales, estos conocimientos de sabiduría, fortalecer, respaldar, para que nosotros también tengamos oportunidades en el tiempo para juntos mantener lo que nosotros llamamos el suma causa, el buen vivir. Causa Xacha es una propuesta profunda e integral. Es una filosofía que propone un cambio de perspectiva. Un cambio de perspectiva que atraviesa cómo concebimos nuestro lugar en el mundo, como humanos, y cómo eso afecta todo aquello que hemos construido, nuestras leyes, economía, política, infraestructuras. Aquí toca realmente volver a una transformación interna para mirar con otra mirada, pensar y sentir. Eso es importante. Pero si no sientes, si no piensas, y solo piensas que la tecnología es la máxima avanzada, entonces estamos perdidos. Es el problema. Es un problema que con la crisis climática se vuelve cada vez más evidente. Y por eso, la resistencia de Sarayaku se trata de proteger su territorio y su cultura ancestral, pero también de enseñar a los otros. Se trata de marcar el camino para trazar relaciones sanas y sostenibles con nuestro planeta. grupo humano, cada cultura, estamos asentados en diferentes formas y modos de vida. Entonces, la ciencia, la tecnología, que es muy importante, ha avanzado muchísimo, pero se descuidaron lo esencial de que somos naturaleza misma, entonces hay una separación. La ciencia y la tecnología como que nos transforman en otro ser y luego le vemos que la naturaleza es allá, la naturaleza es el bosque, la naturaleza es el árbol, la naturaleza es la mont la naturaleza es el bosque, la naturaleza es el árbol, la naturaleza es la montaña, es el río, así lo sentimos, le apartamos, sin darnos cuenta que yo soy río, yo soy árbol, yo soy montaña, Yo soy árbol, yo soy montaña, yo soy ballena, yo soy biodiversidad. O sea, somos uno en tantos naturaleza. Solo que somos una naturaleza pensante, o sea, tenemos razonamiento y todo. Pero somos naturaleza en la tierra. Nosotros tratamos de enseñarles a los otros pueblos que desconocen Como no conocen, por eso destruyen, atentan la vida, pero nosotros queremos educar, queremos alfabetizar en todos los estamentos, en todos los niveles, que es un desafío. Es un desafío y que hay que tener una perseverancia, no fatigarse, no cansarse. Caemos, nos levantamos y seguimos. Para José Gualinga, hablar sobre la selva viviente es una apuesta por modos de vida profundos y complejos, que las sociedades del otro lado del río se han roto. Es un llamado para tejer conocimientos, para cooperar, para reconectar entre lo humano y lo no humano. El Khaosak Sacha es un ejemplo vibrante de cómo la sabiduría ancestral de los Sarayaku se entrelaza con las necesidades del mundo moderno. Han utilizado esta plataforma como un faro de cambio, influenciando la creación de leyes que protegen sus tierras y recursos naturales. Así defienden su territorio, pero también defienden la integridad de su cultura y la biodiversidad de la selva amazónica, abriendo el camino para que otros sigan sus pasos. Toda esta crisis mundial del fenómeno del clima, crisis social, estamos proponiendo soluciones y deben escucharnos, porque nosotros venimos del corazón de la tierra y no estamos hablando en vano, estamos hablando porque estamos en conexión, coexistiendo con el mundo de los seres vivientes, de los seres vivientes intrínsecamente y estamos también cogobernando porque ellos nos necesitan a nosotros y nosotros los necesitamos de ellos para poder coexistir y vivir Gracias. sede en el Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York y 070 Podcast. La producción y el guión fueron realizados por mí, Goldie Levy. Fue editado por Carlos Andrés Vaquero Díaz, quien también es el investigador principal de este proyecto, y Natalia Arenas, directora de 070. El apoyo en el montaje es de Juan Felipe Rojas. Este episodio fue comentado por César Rodríguez Garavito, de NYU Era. La música es de Cosmo Sheldrake. Gracias a José Hualinga por aceptar esta entrevista, por tu tiempo y disposición. Y a ti, gracias por escuchar.