En este episodio de 'Cruzando el río', un podcast del proyecto More Than Human Life Moth, basado en el Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Universidad de Nueva York y 070 Podcast, conocemos la historia de Juma Shipaya, una líder indígena de Brasil. Juma, primera mujer cacique del pueblo Shipaya, nos comparte su visión sobre el papel crucial que tienen los pueblos indígenas en la protección del medio ambiente y cómo llevan solitariamente el peso de preservar el futuro de la humanidad.
Capítulos
El papel de los pueblos indígenas
Juma Shipaya utiliza la metáfora de cargar una olla llena de yuca para reflejar el rol de los pueblos indígenas como guardianes solitarios de la naturaleza y la vida. Ella cuestiona hasta cuándo estarán al margen de aquellos que viven consumiendo y desechando sin estar conscientes de su dependencia de la naturaleza.
Retos y luchas personales
Juma describe su camino en el activismo desde su adolescencia, enfrentándose a la construcción de la hidroeléctrica de Belomonte. A pesar de las amenazas y el exilio que sufrió, regresó a su comunidad para liderar, convirtiéndose en la primera mujer cacique del pueblo Shipaya.
El Ministerio de Pueblos Indígenas
Ahora, como secretaria de Articulación y Promoción de los Derechos Indígenas, Juma abraza un nuevo desafío en el gobierno brasileño. Su rol busca asegurar la protección y los derechos de los pueblos indígenas en el primer ministerio del país dedicado a esta causa.
Reflexiones sobre liderazgo y sacrificios
Juma comparte las dificultades de su liderazgo, el costo personal de estar lejos de su familia y cómo la lucha no se trata de beneficios personales sino del futuro de las generaciones.
Un llamado urgente a la acción
La visión de Juma es clara: el futuro se construye en el presente. Ella urge a que más personas se unan a la carga de cuidar el planeta, para que este peso no recaiga solo sobre los pueblos indígenas.
Conclusión
La historia de Juma Shipaya resalta la pertinencia de escuchar y apoyar a los líderes indígenas, cuyo conocimiento ancestral es esencial para la supervivencia de nuestro planeta. Su mensaje es claro: el cambio es ahora y es responsabilidad de todos unir esfuerzos por un futuro sostenible.
Menciones
- (Persona) Juma Shipaya
- (Org) Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York
- (Org) 070 Podcast
- (Persona) Lula da Silva
- (Org) Ministerio de Pueblos Indígenas
- (Persona) Sonia Guayayara
- (Lugar) Pará, Brasil
- (Lugar) Amazonía brasileña
- (Evento) Construcción de la hidroeléctrica de Belomonte
- (Persona) Dilma Rousseff
- (Persona) Ángela Cachuyana
- (Cita) Entonces, el futuro para nosotros no es algo distante. Lo que define el futuro es el presente, es el ahora.
Yo voy a dar un ejemplo, como en la aldea. Vamos a la rosa, colamos la mandioca para hacer farinha, enchemos el panero. Pero imagina si yo cargara este panero para hacer farinha para la aldea entera. Imagina a una mujer en la selva amazónica, una mujer que cosecha la yuca que ella plantó y cuidó, que ahora está lista para ser convertida en harina y alimentar a todo su pueblo. Imagina que esa mujer debe cargar toda esa yuca sola. Tiene que ser un panero gigante. Yo no conseguiría cargarlo solo. Esta es Juma Shipaya, activista y la primera mujer en ser cacique del pueblo Shipaya, en Brasil. Juma dice que sería imposible para ella cargar una olla con tanta yuca sola. Tres, cuatro veces más grande que cualquier persona, repleta de yuca, suficiente para alimentar a una aldea completa. Pero es eso que los pueblos, nosotros los pueblos, estamos haciendo. Estamos cargando este inmensa pan de la humanidad, lleno de maniocas, para alimentar al mundo, para sustentar al cielo, solos. Así es como Juma Shipaya describe el papel de los pueblos indígenas en el cuidado de la naturaleza y la vida misma. Lo hacen solos, cargan el cuenco que alimenta a la humanidad, que la cuida y la sostiene. Y Yuma se pregunta, ¿hasta cuándo seguirán solos? Las personas del otro lado del río. Así llaman a algunos pueblos indígenas a quienes vivimos desconectados, consumiendo, desechando, consumiendo. Hemos pasado demasiados años viviendo de espaldas al río y ahora es momento de cambiar. Los pueblos indígenas en distintas partes del mundo sostienen en sus conocimientos milenarios las claves para coexistir con la naturaleza, proteger el planeta y garantizar la vida humana y no humana. En esta serie vas a escuchar a quienes están en la primera línea contra la crisis climática, los líderes indígenas globales. Aquí comparten sus experiencias de vida, conocimientos únicos y consejos urgentes. Son ellos y ellas quienes están marcando el camino hacia un futuro posible. Es momento de escucharlos. Es el momento de cruzar el río. Cruzar el río es un podcast del proyecto More Than Human Life Moth, basado en el Centro de Derechos Humanos y Justicia Global de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York y 070 Podcast. Soy Juma Shipaya. Juma Shipaya es una prominente líder indígena de Brasil. Yo soy del estado de Pará, Altamira, tierra indígena Shipaya, aldea Karimá. Originaria del pueblo indígena Shipaya, una comunidad localizada en el territorio ancestral de Karimá, en el estado de Pará, en la Amazonía brasileña. Estoy actualmente como secretaria de Articulación y Promoción de Derechos Indígenas en el Ministerio de Pueblos Indígenas. Actualmente es la secretaria de Articulación y Promoción de los Derechos Indígenas en el Ministerio de Pueblos Indígenas, un ministerio nuevo inaugurado a inicios del 2023 en el nuevo gobierno de Lula da Silva y que marca un hito para los pueblos indígenas del país. El propósito del ministerio es garantizar el acceso a la educación y la salud de los pueblos indígenas, demarcar las tierras y combatir el genocidio del pueblo. Ryu mantiene su rol en el gobierno como parte de algo más grande. Así, en realidad, concibe todo su liderazgo. Para ella, esto se trata de luchar de forma colectiva, muchas veces lejos de su territorio. Esta vez, desde la Escuela de Leyes de la Universidad de Nueva York, en pleno Manhattan. En marzo de 2023, Juma Shipaya entra a una pequeña sala de conferencias, donde los ventanales dejan entrar el ruido de la ciudad. Está usando una corona de plumas altas y delgadas en su cabeza, unas rojas, otras azules. Su pelo largo y oscuro cubre toda su espalda. Como lideresa, parte de su trabajo es esto, dar entrevistas, discursos, hablar. Pero la verdad es que ella no quiere estar aquí, en esta ciudad, lejos de su pueblo, su familia y su bosque. Mientras habla, sostiene entre sus manos su barriga, un gesto de cuidado al bebé que entonces cargaba en su vientre. Sus ojos son oscuros y profundos. Su activismo inició en su adolescencia, cuando se unió al movimiento de pueblos indígenas que protestaban por la construcción de la represa de Belomonte, en Altamira, la ciudad más grande del estado de Pará, donde también está el bosque amazónico. Ellos cuestionan la construcción de la hidroeléctrica y amenazan retomar los protestos. retomar los protestos. Parte de su estrategia para resistir la construcción de la planta hidroeléctrica fue denunciar la corrupción dentro de la empresa que la financiaba. Hacer eso la convirtió en blanco de amenazas e incluso sufrió atentados contra su vida. Tuvo que vivir en el exilio en Suiza, donde llegó a presentarse ante las Naciones Unidas para denunciar la hidroeléctrica y sus peligros, siendo la primera persona shipaya en hablar frente a esta entidad. Después de un año en exilio, regresó a su comunidad para asumir el rol de cacique de su pueblo, con tan solo 24 años. La primera mujer en tomar ese cargo. Esto pasó hace seis años, y Juma dice que fue una de las peores decisiones de su vida. Ella regresó a su territorio a asumir el rol de cacique por primera vez. Pero tenía miedo de llevar a su hija por las amenazas que había recibido. Amenazas contra su vida y su familia, debido a su fuerte oposición a la construcción de la hidroeléctrica de Belomonte. Cuando de hecho, ya la construcción había iniciado. Había miedo de sufrir las mismas violaciones que yo. Miedo de ser asesinada. Miedo de ser secuestrada. Porque era eso que yo recibía todos los días. Las amenazas no solamente a mí, sino a mi hija de tres años. Y yo volví al territorio. ¿Dónde estaba en el auge? En la construcción de Belomonte. La construcción de Belomonte continuó, de hecho, bajo el segundo gobierno de Lula da Silva y finalizó bajo la administración de Dilma Rousseff. Ambos parte del Partido de los Trabajadores. Hoy en día, Belomonte es la tercera hidroeléctrica más grande del mundo y un duro recordatorio de las decisiones no consultadas tomadas por el gobierno brasileño en contra de la voluntad de los pueblos indígenas de la Amazonía en la COP26. Yuma ahora tiene 30 años y sigue luchando por los derechos de los pueblos indígenas y el territorio. Ahora lo hace desde el propio gobierno, siendo parte del Ministerio de Pueblos Indígenas, un ministerio que además está encabezado por mujeres. La directora es Sonia Guayayara, una reconocida activista y política indígena. Yuma recibió la invitación para ser parte del ministerio directamente de Sonia y tuvo muchos sentimientos encontrados. y no estaba en mis planeamientos. Entonces, llevé un buen tiempo, yo lloré mucho, sentí raiva, sentí tristeza. Por otro lado, yo dije, voy a consultar a mi pueblo, voy a consultar a mi base, voy a ver otras liderazgas también que tengo como refugio, como mi punto de seguridad, de inspiración, de ejemplo, que me aconseje. Y todos decían, es un gran desafío, un inmenso desafío, pero necesitamos, es la primera vez que hay un Ministerio de los Pueblos Indígenas. Y cuando miramos en la línea del tiempo, no solamente del movimiento indígena, de la lucha, no solo reciente, no solo para los cuatro años del gobierno genocida, Bolsonaro, pero cuando vemos la línea del tiempo de Brasil, de esta guerra que hasta hoy nunca acabó, que es la invasión de los territorios, vemos que es el resultado de una lucha histórica. Sintió rabia, tristeza, lloró. Consultó a otros líderes que la inspiran y la aconsejan, y todos le dijeron, es un gran desafío, pero lo necesitamos. Sobre todo, después de experimentar el gobierno opresivo de Bolsonaro y reconocer que este ministerio es el resultado de una lucha histórica para los pueblos indígenas. Juma aceptó. la vida la dignidad humana el derecho de ser madre el derecho de ser libre de poder vivir por más que no pueda vivir todo lo que me gustaría hoy pero espero que mis hijos que las próximas generaciones puedan vivir. El liderazgo tiene un costo alto, dejar a quienes ama, estar lejos, en aviones y hoteles, con la esperanza de que su mensaje intensive a otros a actuar. Por eso, líderes como ella están en distintos tiempos y lugares por una razón. Juma dice que esa razón es vida, dignidad, el derecho a ser madre, a ser libre. Porque estos proyectos son para silenciar, son para torturar, son para matar, son para retirar nuestro territorio, nuestro modo de vida. Es para tirar nuestro territorio, nuestro modo de vida. Y espera que todo lo que ella ha tenido que renunciar sea para que sus hijos puedan vivir. Hoy estamos intentando construir, intentando aquí, segurar en el colo al bebé, que es el Ministerio de los Pueblos Indígenas, que necesita cuidado, que necesita ser amamantado. Juma cree en el ministerio, lo ve como un bebé, uno que debe sostener, que debe cuidar y amamantar para que crezca a ser un gran líder. Mientras ve a sus hijos crecer, también es madre en su liderazgo. Es un acto de cuidado colectivo. Y no es casualidad que ella sea parte del Ministerio de Pueblos Indígenas. Juma es parte de ese colectivo de mujeres defensoras de la vida, del medio ambiente y de sus territorios, mujeres indígenas que se llaman a sí mismas, mujeres tierra, mujeres semilla, que se conciben como guerreras de la ancestralidad y están organizadas para juntas reivindicar sus derechos. Ser mujer, ser líder, ser indígena. Nosotros defendemos la vida, defendemos la floresta. Y si ustedes dicen que es la Amazonía del Brasil, ¿por qué no están luchando para defender la Amazonía es Brasil, ¿por qué no luchan para defenderla? Es eso, ser mujer, ser líder, ser indígena. Como dice Ángela Cachuyana, son tres desafíos inmensos. Ser mujer, ser líder, ser indígena. Y yo concuerdo plenamente. Juma cita a Angela Cachullana, diciendo que ser mujer, cargamos a nuestros hijos en la tipoya, hay menstruación, hay dolor. A veces nos quedamos abdicando de los propios, no solo de los derechos, sino de las necesidades. Y que a veces no tenemos tiempo para llorar. Que a veces se cuida de todo y de todos. Pero se llora sola. Y estar lejos de los hijos, creo que es la peor cosa. Porque nada se compara a estar lejos de los hijos. Abandonar tus propias necesidades a sentirse sola. Sin embargo, Juma sabe que esto es temporal. Y que su propósito como vocera de su pueblo es más grande. La mueve la injusticia, la negligencia, la necesidad de actuar ahora. No fue por el salario, no fue por nada de eso. Fue la injusticia, fue la ausencia del derecho, fue la negligencia, fue el silenciamiento forzado, no solamente con las mujeres, con los jóvenes, principalmente la condenación del futuro de las niñas. No es material, no es dinero, no es Estado, no es gobierno. Estoy hablando de un futuro en el que podamos dormir con tranquilidad, en el que podamos beber una agua sin tener miedo de morir, donde podamos alimentar con seguridad, donde podamos ver a unas niñas corriendo libremente y decir, esta es la infancia que quiero, no solo para mis hijos, sino para la humanidad. El liderazgo no se trata del reconocimiento ni de ganar algo material. Por eso, aunque Juma no quiere estar ahí, en Nueva York o en cualquier otra ciudad del mundo, hablando frente a tantas personas, lo hace, y lo hace con toda su fuerza, a pesar del cansancio que carga. Un cansancio que tampoco es solamente suyo, es un cansancio colectivo, el agotamiento de los pueblos indígenas, por cargar solos la olla de yuca que alimenta la humanidad. y histórico, sobre todo mental. Porque hablar de todo esto no son solo palabras, no estoy aquí contando historia. Estoy pasando energía, estoy transmitiendo, estoy saliendo de dentro de mí. Y causa dolor. Lembranzas, remorso, maldades, raiva. Hablar sobre la lucha del pueblo indígena, representar a un colectivo, cargar el peso. Hablar no es simplemente hablar, es transmitir energía. No es solo de ustedes, también es nuestro. Por eso tenemos un mínimo, un respeto y aprender a convivir. Y si no respetar, no me voy a ir para la opinión de ustedes. Conocimiento, memoria, remordimiento, tristeza, furia. Juma dice que es como parir. Entonces es como si fuera un parto. Y duele. Y duele. Duele porque nada cambia porque pocos escuchan y porque todo lo que han logrado los pueblos indígenas es el resultado de una lucha pero siempre digo nada fue dado todo fue conquistado entonces qué bueno que tenemos un gobierno actualmente parceiro que tiene ese compromiso no solo con los pueblos indígenas conquistado. Qué bueno que tenemos un gobierno actualmente parcero, que tiene este compromiso no solo con los pueblos indígenas, sino con la diversidad existente en Brasil, pero que también es pasajero, este gobierno. Entonces, creo que tenemos poco tiempo y necesitamos ver para más allá del gobierno, porque este gobierno, tenemos duración de cuatro años, que ya no tenemos más cuatro años, son tres años. Entonces, procuro no mirar los cuatro años, no solamente para el gobierno, sino que de hecho la sociedad y los pueblos necesitan, a lo largo del tiempo. Por la óptica de los pueblos y no de gobierno. Nada ha sido dado, todo ha sido conquistado, dice Juma. El hecho de que el ministerio exista es prueba de eso. Ella explica que actualmente Brasil tiene un presidente que dice apoyar a los pueblos indígenas. Sin embargo, su lucha no dura cuatro años y se trata de trabajar más allá de la duración de un gobierno. Se trata de actuar desde las necesidades de las personas. Pero la gente es lenta, dice Yuma, y esto cansa. Ella se pregunta cuándo van a entender, cuándo van a hacer algo real. Pero las personas son lentas. Eso también cansa, porque vivimos preguntánd preguntando, ¿cuándo van a entender? ¿Cuándo van a empezar a hacer alguna cosa realmente? No solamente pensar, ¡nosa! ¡Cortado de los pueblos indígenas! ¡Mi Dios! ¡El Brasil! ¡Nosa! ¡Amazonia! En este lado del río, todos piensan en los pobres indígenas, en el pobre Amazonas, como si no estuviese conectado a nosotros. Todos subsistimos de esa misma olla de yuca. Todos somos la misma aldea, pero lo olvidamos. Lo olvidamos y lo negamos, y por eso cree Juma que en este lado del río las personas están esperando a un superhéroe que venga a salvarlos. una sociedad, un mundo, y el mundo está allí viviendo su vida. Y no shopping, y no parque, compra, compra, compra, come, come, come, y duerme, acontece un problema, ay, a gente precisa ser salvo, y está allí, esperando ser salvo. Al otro lado del río nadie piensa cuánto pesa cargar esa olla de yuca que nos alimenta a todos. Nadie piensa en cómo se siente el superhéroe. Todos continúan con su vida esperando a ser salvados, comprando y esperando, comprando y esperando. Y por eso Yuma está aquí, repitiendo ideas que deberían ser obvias y que las personas al otro lado del río siguen ignorando. Los mensajes que los pueblos indígenas y sus organizaciones llevan repitiendo por años. Tratamos al territorio como si no fuésemos parte de ello. Al otro lado del río olvidamos que deforestar un bosque es como deforestar nuestro propio cuerpo. Y son las mentes humanas, dice Juma, las que necesitan con urgencia ser reforestadas, plantadas y protegidas. Las mentes y los corazones. Por eso que yo digo, la mayor destrucción, la mayor degradación, desmatamiento, es en la mente humana. Esa sí, necesita y necesita urgentemente ser reflorestada, semillada, protegida. Necesitamos reflorestar, no solo las mentes, sino los corazones. Porque son estas mentes, estos corazones fríos que están comiendo, Y porque cuando se trata de nuestro planeta, de los derechos de la naturaleza, de la supervivencia, no se trata de tener esperanza, no se trata de esperar que alguien nos venga a salvar, mucho menos se trata de esperar que alguien nos venga a salvar. Mucho menos, se trata de pensar en el futuro. Porque para Yuma, el futuro es ahora. Es hoy. Entonces, el futuro para nosotros no es algo distante. Lo que define el futuro es el presente, es el ahora. No sirve de nada pensar en un futuro con árboles, agua limpia y comida si no se lucha por lograr ese futuro ahora mismo, dice Jumo. Y es por eso que nos movimos, porque no es necesario pensar en un futuro lindo y maravilloso, lleno de árboles, lleno de agua limpia, lleno de alimentación. Si no combatemos el garimpo ahora, lleno de árboles, lleno de agua limpia, lleno de alimentación. Si no combatemos el garimpo ahora, si no demarquemos los territorios ahora, si no cuidamos a aquellos que están siendo explorados, engañados, usurpados, violentados. Entonces el futuro es ahora. Y si no fuera ahora, ¿qué futuro sería ese? Pesaría menos cargar esta olla de yuca. Dolería mucho menos. Sería menos difícil. Si más personas y pueblos se unieran, no tendríamos que imaginarnos a una mujer sola en la selva cargando esa olla. Si en nuestra imaginación también se sembrara el futuro de forma colectiva. Sería menos pesado cargar este panero, sería menos difícil. No me dolería tanto. No causaría tanto sufrimiento. Gracias. 070 Podcast. La producción y el guión fueron hechos por mí, Goldie Levy, con el apoyo de Carlos Andrés Vaquero Díaz, quien ha sido el investigador principal de este proyecto. Fue editado por Natalia Arenas, de 070, y comentado por César Rodríguez Garavito, de NYU Moth. La música es de Cosmo Sheldrake. Gracias a Shuma Shipaya por aceptar esta entrevista y por compartir tu tiempo y lecciones con nosotros. Y a tiuma Shipaya por aceptar esta entrevista y por compartir tu tiempo y lecciones con nosotros. Y a ti, gracias por escuchar.