
En este episodio de 'Tercera Vuelta', Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero abordan una conversación en profundidad sobre Bogotá, explorando su historia, cultura y las particularidades que la hacen tan única para sus habitantes y visitantes. Desde la percepción de ser una ciudad gris y sombría hasta el amor inesperado que sienten quienes llegan desde otros lugares, este episodio trata de entender la esencia bogotana.
Capítulos
La dualidad de Bogotá
Bogotá es descrita como una ciudad llena de encanto pero también de jartera. Su dualidad se refleja en su geografía, su clima y la diversidad de sus habitantes que provienen de todas partes de Colombia.
Historia y misterio
La historia de Bogotá está llena de curiosidades, desde su fundación lejos del mar hasta la percepción de ser un lugar gris y sombrío según García Márquez. Sin embargo, esta ciudad ha capturado la imaginación de cronistas y viajeros a lo largo del tiempo.
El esplín bogotano
Un término recurrente en la literatura bogotana, el esplín bogotano, describe una melancolía que transforma el desánimo en humor. Novelas y obras describen esta particularidad que ha sido parte de la identidad cultural de la ciudad.
Innovación y política
Bogotá ha sido el escenario de innovaciones políticas significativas en las últimas décadas. Figuras como Peñalosa y Mockus han llevado a cabo transformaciones urbanas y culturales que han servido de ejemplo en todo el país.
La Bogotá de hoy
Hoy en día, Bogotá es una ciudad vibrante donde convergen múltiples culturas y que enfrenta, al mismo tiempo, retos de segregación y renovación urbana. Su música, su arte y su capacidad de reinventarse constantemente son testimonio de su vitalidad.
Conclusión
Bogotá es una ciudad de contradicciones y encantos inesperados. Aunque es común maldecir su clima y sus desafíos urbanos, aquellos que la visitan pronto descubren su atractivo singular. La ciudad perdura como un centro de oportunidades y renovación constante, siempre llena de historias por contar.
Menciones
- (Persona) Alejandro Gaviria
- (Persona) Ricardo Silva Romero
- (Org) El Locutorio
- (Lugar) Bogotá
- (Persona) Gustavo Petro
- (Persona) Enrique Peñalosa
- (Persona) Antanas Mockus
- (Persona) Gabriel García Márquez
- (Persona) Alexander von Humboldt
- (Persona) Antonio Caballero
- (Persona) José Asunción Silva
- (Persona) Benjamín Villegas
- (Obra de arte) Sin Remedio
- (Obra de arte) Viernes 9
- (Persona) Tomás González
- (Evento) Bogotazo
- (Corporación) Villegas Editores
- (Concepto) Esplín bogotano
- (Persona) Lucas Caballero
- (Persona) Eduardo Caballero
- (Persona) Daniel Vinograd
- (Persona) Sergio Fajardo
- (Evento) Ola Verde
- (Obra de arte) Yo y Tú
- (Obra de arte) Don Chinche
- (Obra de arte) Dejémonos de vainas
- (Evento deportivo) Rock al Parque
- (Org) Los Aterciopelados
- (Org) Santa Fe
- (Org) Millonarios
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Y ahí la gente llega y a uno le sorprende que le guste, porque como uno está acostumbrado a la jartera y a pensar que esto no tiene nada especial. Hay gente que llega y dice, pero ustedes no se dan cuenta que tiene esas montañas y que este sector está lleno de verde. Tercera Vuelta, el podcast con Alejandro Gaviria y Ricardo Silva Romero. Un podcast de El Locutorio, arroba ellocutoriodc. Hola Ricardo. Hola Alejandro. Te propongo que hablemos de Bogotá. A propósito de que esta semana Bogotá figuró por primera vez en décadas de primero en una lista. Estaba en la lista de las ciudades que tenían más probabilidad de ser borradas por un meteorito, un asteroide en el año 2032 o 2034. de ser borradas por un meteorito, un asteroide en el año 2032 o 2034. Sí, qué bueno, yo me enteré cuando ya no era tan posible, pero creo que... Creo que la probabilidad era como el 3% o algo así, después cayó, creo. Fue bajando, ¿no? Fue bajando. Y ya no se sabe. Eso fue un día por la noche de esta semana. Ese día por la tarde, el presidente Petro había dicho que Bogotá está muriendo, que las ciudades mueren. Y planteó una especie de escenario apocalíptico de una persona mirando por la ventana y el tren elevado pasa raudo, tiene muy ruido. Y esta persona va a tratar de bañarse y no hay agua porque estamos en racionamiento. Qué horror de imaginación. Entonces tenemos dos posibilidades, o el meteorito o la muerte lenta de Bogotá que plantea el señor presidente. No sabemos qué sea mejor, pero sí nos dejó muy preocupados el presidente. Pero yo creo, Ricardo, que podemos intentar una defensa de Bogotá. Yo sí creo. Yo creo que la merece y que no es usual. Yo voy a empezar de la siguiente manera con la defensa y es una extrañeza. Cuando yo estaba de ministro de Salud, el despacho quedaba en un piso 23, vista 360 grados. Había una vista muy bonita y se veía Bogotá en su magnitud. Llegaba alguien de afuera y subíamos a la terraza y le parecía increíble. La primera pregunta que surgía es cómo surgió esta ciudad tan grande, de más de 8 millones de habitantes, tan lejos del mar. Esa frase bonita que siempre me ha gustado, muy cerca de las estrellas, 2.600 metros más cerca de las estrellas, me ha parecido una forma de imaginación chévere del publicista, pero muy lejos del mar al mismo tiempo. Sí, tiene ese misterio, ¿no? Cómo a alguien se le ocurrió que aquí se podía montar semejante lugar y que después se les ocurriera que tenía que ser la capital y que haya sido siempre un lugar con cierta magia. Es decir, hay mucha gente que le tiene respeto, le tiene misterio, le tiene morbo a Bogotá. Y es muy curioso que haya tenido esa fuerza. El primer punto es ese, como los paisajes. Después los paisajistas de la sabana lo mostraron. Sí. El maestro Ariza, como los paisajes. Después los paisajistas de la sabana lo mostraron. Sí. El maestro Ariza también. La niebla que la caracteriza. Creo que fue Alexander von Humboldt que llegó aquí y dijo, aquí se puede tener una buena vida, pero esto queda muy lejos de todo el mundo. Muy lejos de todo. Siempre me pareció interesante esa frase de Alfonso López-Mikkelsen. Creo que hablaba de Colombia, pero aplica a Bogotá, del Tíbet de Sudamérica. Es lo primero, esta ciudad tan grande y tan lejos del mundo de alguna manera. Sí, Benjamín Villegas, o sea, Villegas Editores, cuando se cumplieron, creería yo que fueron 450 años de la fundación de Bogotá, sacó una biblioteca que es muy buena. Los libros cafés grandes, creo que estuvieron en mi casa. Un forro con las caricaturas de José María Espinosa, con todos los locos de Bogotá y los personajes de Bogotá. Eso es más o menos 1860 y pico, 62, 63. Eso es más o menos 1860 y pico, 62, 63. Y esa biblioteca tiene testimonios de muchas formas, tiene novelas bogotanas del siglo XIX de crónicas de viajeros alemanes, franceses, ingleses, que recorren Bogotá y la pintan y siempre están maravillados y siempre les parece muy extraña la gente y que se haya hecho esta ciudad aquí les parece rarísimo y que tenga esa vocación tan rara o como ese problema de identidad tan extraño de ser una ciudad como una isla en el centro de un país como con, no sé si ínfula sea injusta, pero como con vocación mundial, europea y gringa. Inglesa, había algo de eso. Eso para los viajeros era extrañísimo. Todos describen los encuentros en lo que se llamaba el altozano de la catedral. Es decir, donde es hoy la catedral en la plaza de Bolívar, una especie de pasarela de plaza dentro de la plaza en la que la gente se reunía a conversar y había como cierta cuestión cultural e intelectual muy fuerte, que yo creo que todavía hay algo de eso en medio de que ya no es una ciudad de 150 mil ciudadanos, de 150 mil personas que era la que encontraban esos cronistas, sino bueno, esto ya es otra cosa y ya es más una ciudad. Esa Bogotá era provinciana y era asustada y era muy llena de campanarios, llena de iglesias en todas partes, más bien sombría, porque bueno, eso no, esa Bogotá que describen estos cronistas era muy, sí, en sí misma, hay que decir que la que uno encuentra hoy es esa Bogotá, pero ya vuelta a ciudad, ya poco sombría, incluso a ratos me parece alegre. A ratos tiene eso. En el siglo XIX había esa lejura, no sé si la palabra aplica. Viene de la Medellín de mi infancia. Había la historia de cómo llegar aquí. Ese viaje por el río Magdalena. Después el ascenso desde Onda, en Mulas. Las historias repetidas de cómo traer un piano a Bogotá. Que eran épicas, sin duda. Yo creo que ahí es el primer tema de Bogotá, una ciudad tan lejos y después tan grande. Como economista, Ricardo, hay una especie de misterio. Cuando empieza la apertura económica, por ejemplo, en los años 90, siempre se dijo la preeminencia económica de Bogotá va a caer, porque el país se va a conectar con otras economías, vamos a tener una industria exportadora más grande y ciudades como Cali y Barranquilla van a aprovechar. No pasó tanto. O sea, Bogotá ha seguido acumulando capital humano, ha seguido siendo un centro muy importante. Su participación en la economía colombiana no ha disminuido de manera sustancial. Todo lo contrario, en algunas dimensiones ha crecido. Entonces Bogotá se resiste a perder su preeminencia de alguna manera y eso es lo reciente en buena parte de Colombia. La frase más repetida en la política es que hay que desbogotanizar a Colombia cuando lo que pasa es lo contrario, que Bogotá se colombianiza porque aquí está gente de todo el país. Sí, uno siente que Bogotá es como un lugar al que va a dar el país como casi que ríos que van a dar a Bogotá y aquí llegan mil historias de todo el mundo y es un lugar de la movilidad social aquí hay oportunidades, más que en cualquier otra parte hay oportunidades pues como nací aquí es para mi difícil comprender la experiencia pero sé que debe ser un golpe duro llegar, pero sé que también hay esas oportunidades y sé que comparado a cuando yo estaba chiquito, un circuito o una trinchera de cachacos, de esos cachacos famosos que hablaban con una R arrastrada y que decían palabras con Che a lo loco, sino que ahora es un sitio en el que uno escucha todos los acentos por todas partes, no solo de toda Colombia, sino muchos del mundo. Se volvió una ciudad abierta al mundo. Muchos del mundo. Del mundo. Se volvió una ciudad abierta al mundo. Debe ser muy duro llegar, pero yo creo que uno pronto puede ser bogotano. O sea, ya ser bogotano no es haber nacido acá, mejor dicho. Mi impresión comparada con Medellín es que es una ciudad mucho más abierta. Y hay una comparación que siempre me toca hacer. ¿Qué pasa cuando un paisa llega a Bogotá? ¿Y qué pasa cuando un rolo va a Medellín? El paisa que llega a Bogotá no tiene problemas. Nada. El rolo que va a Medellín sí los puede tener. Puede estar fuera de sitio. Claro, socialmente es mucho más difícil entrar. Aquí la ciudad es más abierta en ese sentido, más meritocrática. No hay abolengos ya, o pues hay roscas como en toda parte del mundo, pero es mucho menos cerrada en ese sentido. Sí, es una ciudad más abierta a la que en todo caso le ha costado contarse a sí misma y celebrarse a sí misma. Por eso pensaba en la biblioteca de Villegas Editores, que es una cosa muy bonita, muy bien hecha. Y Villegas ha hecho muchos libros de Bogotá, historias de Bogotá, una que escribió Alfredo Iriarte. Y han tenido esa vocación ahí de decir, bueno, es que Colombia toda chévere, pero Bogotá también. Es decir, los caleños viven felices de ser caleños, los paisas de ser paisas, los caribeños de ser caribeños, de Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, todo eso tiene, pues... Mucha celebración. Celebración y, bueno, merecida, uno ha aprendido desde las telenovelas hasta la música, querer a todas esas regiones y los libros también las han contado, hay grupo de Cali, desde Tomás Carrasquilla pues uno tiene pistas de la cultura en Antioquia y así, pero la cosa bogotana que tiene tanta cultura no se promociona. Por lo menos secundario. Es ensimismada la cultura bogotana, le da vergüenza promoverse, promocionarse, mostrarse y eso me parece un fenómeno que podría uno revisar, porque ese ensimismamiento termina casi que en un complejo de presentarse al mundo. Hace poquito tuve una conversación con Daniel Vinograd, que ha estado en el tema de la publicidad y ha hecho telenovelas. Y me dijo una cosa que yo no sabía, y es que las grandes historias en telenovelas. Y me dijo una cosa que yo no sabía y es que las grandes historias en telenovelas han sido paisas como Café y Costeñas. Y me dijo, los colombianos en general tienden a admirar los paisas y a simpatizar con los costeños. Y ahí estaba Bogotá como en la mitad. ¿Qué es eso? ¿Todavía los caleños también tuvieron sus telenovelas? Tienen su tema. Pero Bogotá, definida, es de todos y es de nadie de alguna manera. Como lo kundi boyacense, lo bogotano, lo boyacense. Nunca ha tenido mucha defensa y ha dado cosas magníficas, sobre todo comedias en el caso bogotano. Ya habíamos hablado antes de empezar de Yo y Tú en televisión, digamos y del Chinche, Don Chinche Dejémonos de vainas que ha explotado una cosa que incluso los cronistas del siglo XIX notaban y era una especie de jartera, de misantropía que acababa en humor, que tiene cierta... El spleen bogotano. El spleen bogotano. El spleen bogotano que ha estado parte, ha hecho parte de la literatura. Había una novela ya perdida, no sé por qué, nunca fue muy conocida, de Tomás González, se llama Para antes del olvido. Es como de las primeras. De las primeras, creo que ganó un premio incluso de novela Plaza y Janés, ya ha desaparecido es un personaje antioqueño que viene a Bogotá y se mete en ese tema del spleen bogotano de la melancolía y le escribe una carta a su papá que está por allá en una loma antioqueña y la mamá le pregunta papá bueno, ¿qué escribió nuestro hijo? y dice, escribió que está muy contento porque está triste. Eso es fantástico. Se había metido en el splín bogotano. ¿Y Bogotá ha tenido eso? Ha tenido esa tradición. Uno lo puede ver desde... Hay una historia de la literatura de la Nueva Granada que escribe José María Vergara y Vergara. También creo que es 1865 o algo. Eso pues tocaría mirarlo, pero además el libro se consigue en las redes, en las redes, en internet, uno puede buscar esa historia de la literatura en el Nueva Granada y eso tiene como unas 600 páginas ya para 1860 y es una búsqueda de todo lo que se ha escrito pues en colombia pero mucho en bogotá y es impresionante porque esa tradición de la jartera del splint y del humor ya está ahí clara y luego se va heredando uno vea viendo que los del Club del Mosaico, donde estaba entre otras el papá de José Asunción Silva, que se llamaba Ricardo Silva, y otros más, José María Vergara y Vergara, todos estos tipos de ese caicedo, bueno, una cantidad de escritores, Díaz Castro, había una cantidad de novelistas. Todos tenían eso. De escritores, Díaz Castro, había una cantidad de novelistas. Todos tenían eso. del hastío humano que llega a su cumbre a los hermanos Caballero, a Lucas Caballero y a Eduardo Caballero, que Lucas Caballero entró a ser famoso por estar en pijama todo el día. Todo el día, sí. Y hereda Antonio Caballero. Antonio Caballero, sí. En Sin Remedio ese es el tema. Que es quizás la novela bogotana más famosa. La cumbre además porque su objeto es retratar ese esplín bogotano. Hay otra, Ignacio Gómez Daula, que mencionaba Malcom Diz, que se llama Viernes Mueve, también una novela muy bogotana que describe ese ambiente, pero lo de Antonio Caballero, creo que es esa novela. Es esa novela. Hay una escritora, profesora de la Universidad de los Andes, que es muy buena escritora y muy buena profesora, que es María Mercedes Andrade, que tiene varios libros de poemas y cuentos y tiene un estudio de las novelas del 9 de abril. Y ahí está la de Gómez Dávila Viernes 9, creo que es el título pero esto es que a los dos años del Bogotazo ya había 10 novelas sobre el Bogotazo y todas tienen su interés, Laguna Libros la editorial independiente que tiene pues un catálogo magnífico, tiene toda una vertiente sobre el Bogotazo. El Bogotazo, yo creo que fue un hito en la historia de Bogotá. Un hito. Toma el audiocurso de escritura Ficcionario en ellocutorio.com slash ficcionario con Ricardo Silva Romero. Hay otra figura en la historia de Bogotá que es Gabriel García Márquez, que yo creo que tuvo mucho que ver con esa imagen de Bogotá en el resto del país. Siempre ese contraste que está en vivir para contarla del Caribe que llega a Bogotá. Y aparece esta ciudad gris, gélida, que le roba el espíritu. Ha estado ahí. Es un lugar común. Un lugar común que ha sido infinita veces repetido, pero yo creo que García Márquez lo repitió también una y otra vez. Incluso una hora le sale un reel por ahí. le ha impresionado en el mundo? Creo que las conozco casi todas y siempre contesto lo mismo a Bogotá. Es la ciudad que más me ha impresionado y que más me ha marcado mi llegada a Bogotá esa tarde. Fue una ciudad gris, una ciudad cenicienta, con lluvia, con unos tranvías que cuando cruzaban por las esquinas echaban chispas y iba todo el mundo colgado de ellos. Todos los hombres estaban vestidos de negro con sombrero y no había una sola mujer noche que me metí en las cobijas me dio la impresión de que alguien por hacer una broma había mojado las que yo tuve la impresión de que estaban mojadas y pegué un grito terrible no es que es así es que hay que aprender un coste está la que aprender a dormir en bogotá es tenerlo bien es una cosa muy dura es un curso que hacer al cual hay que aprender, con costeño está la vida, hay que aprender a dormir en Bogotá, esto no es lo mismo, es una cosa muy dura, es un curso que hay que hacer al cual hay que resignarse. En el que le preguntan, o él se contesta más bien, dice, me han preguntado mucho cuál es la ciudad que más me impresionó en la vida, y dice, yo siempre digo Bogotá, porque llegué y esto era gris y blanco y negro todo, que llegué y esto era gris y blanco y negro todo, todos con sombreros y guantes y frío, que había sido una experiencia que yo creo que él ha contribuido a propagar. Sí, la gabardina, no la gabardina. A él le gustaban las gabardinas, pero se quejaba de ellos. Sí, a mí debo decir que esa imagen de esa Bogotá de años 40. Voy a asociar al 9 de abril también, por eso lo trajimos a cuento. Esa Bogotá a mí me parece que tiene algo como cinematográfico, como de película de los 40, de los 50, todo el mundo con sombrero, y gabardinas y medio oscuro. Hay una película colombiana de Livia Estela Gómez que se llama La historia del baúl rosado, que es una historia policiaca hecha en esa época del 9 de abril y uno ve, claro, es que esa época es perfecta para el cine negro o la novela negra. para el cine negro o la novela negra? Yo desde Medellín veía la cultura bogotana por la televisión cuando estaba en el colegio. ¿Y qué te imaginabas de eso? No, me impresionó. Ahora me acordé cuando estábamos empezando a hablar de Animalandia. Entonces en Animalandia había una fila grande, ahí estaba Pacheco. Sí, sí, sí. Y llegaba alguien y le decía, ¿usted dónde nació? Y entonces la gente decía en cualquier parte, en Medellín, en Bucaramanga en Cartagena, y decía Bogotá me impresionaba eso como el lugar común otro de Bogotá, no salga de la fila que necesitamos un poquito más de diversidad a mí me parece muy gracioso ahora que todo estalló con las redes ya no hay voz a voz sino altavoz a altavoz. ¿Cómo hay una imagen de los rolos, los cachacos que se han preservado cuando ahora Bogotá no es todo el mundo? Yo soy testigo de que eso sí que cambió. Ya uno no puede decir es que hay unos cachacazos. No, ahora eso es otra cosa. Pero todavía hay la cosa de los rolos. Cuando yo vine a ir a Bogotá por allá en los años 90, 91, compramos una leña, que había una chimeneita por ahí en el apartamento. Antes de la Pagón. Sí, estamos en esa época. Sí, en esos meses después fue la Pagón. Y yo me acuerdo que ahí en ese se vino un escorpión. Y yo le dije a mi jefe, descubrí un escorpión en la casa y ahora sí se acabó Bogotá. Elementos del desastre. Esto es el fin, si ya hay escorpiones en Bogotá y llegaron todos estos países aquí es porque esta vaina se acabó del todo. El otro día le oía decir a alguien, no de Bogotá, en algún almuerzo o algo, que lo que más le había gustado de Bogotá es que no había bichos. Me pareció que uno nunca lo piensa. Yo siempre lo pensé, siempre lo pensé porque no hay hormigas. No. No hay las cucarachas comiéndose la crema de dientes. No, claro. Vorazmente todos los días. Sí, los bichos huyen. Hay unas chapolas negras. Horribles. Sí, horribles, pero bueno, puede uno vivir con ellas. Son más o menos inmóviles, no se mueven. No saben si están muertas o vivas. Y están siempre listas para el chancletazo. No se mueven, entonces ahí quedan listos. ¿Te tiene escrúpulos animalistas a la hora de matar chapolas? No, yo les tengo mucho miedo y me casé con mi esposa porque es capaz de sacarlas. Esa fue la razón de fondo de haberme casado con ella. Fue porque ella es capaz de agarrarlas con los dedos y sacarlas por la ventana. Yo veo una chapola negra y me voy, cerro con seguro y espero a que muera. Hay otra cima de Bogotá que llama la atención y es una ciudad muy grande, muy segregada espacialmente. Esas diferencias entre el sur y el norte definen mucho la ciudad. Sí. Y esta idea, esta tensión entre los gomelos y los mieros, ¿no? Sí. Que existe en todas las ciudades de Colombia y todas las ciudades del mundo tienen formas de segregación espacial. Pues la Bogotá es muy evidente, muy grande, muy definitivo. Y siempre está esta historia interesante de dónde se juntan los yeros y los gomelos, cuáles son los puntos de contacto. Para mí Medellín eso era más obvio. Aquí es más difícil. Más difícil, sí. Don Gediando, que es un tipo maravilloso, descubrió que el doctor Casas, que es un tipo también de muy buen humor hay que decirlo, que habla como un chinche yo creo que el doctor Casas es el primero en reírse de que lo imita como si fuera don chinche y uno va a ver y hay un arrastrado bogotano que comparten el chinche y el doctor Casas ahí está, hay un arrastrado todavía en el acento que es menos fuerte el acento bogotano, sin duda, que los demás acentos colombianos. Pero tiene esa R y esa cosa todavía por ahí. Que es interesante. Como ese michino que empiezan a decir todo el mundo y uno dice, pero... En Medellín había, por ejemplo, con los equipos de fútbol con Nacional y Medellín una distinción clara en Bogotá no tanto no tanto, no? Santa Fe y Millonarios es de ambos Santa Fe es un poco más popular pero no tanto a ratos me da la impresión que son más de la élite hay mucha gente de la élite santafereño Millonarios me parece que se volvió más del pueblo bogotano porque además Santa Fe tiene una cosa romántica que no se note que no es mi equipo pero es una cosa romántica como la que tenían los del Medellín la vocación de la derrota el placer un poco de perder yo también lo he encontrado en la política con ciertos políticos colombianos eso lo tienen hay un momento pensando en esto de celebrar a Bogotá bogotano que es el que tú dices cuando tú llegaste yo creo que ahí hubo un intento de orgullo bogotano que tiene que ver con los aterciopelados los noventas el mismo Carlos Vives que había llegado a Bogotá hace rato, tiene un amor por Bogotá que es increíble y entonces apoyó unas bandas que son el Distrito, que es el Bloque de Búsqueda, que hicieron un rock bogotano que era interesante. El mismo Eduardo Arias y Troller, que tenían hora local, tienen un rock bogotano que era interesante, el mismo Eduardo Arias y Troller que tenían Hora Local, tienen un rock bogotano que es, a mí me gusta mucho todo lo que ellos hacían, y eso terminó en Rock al Parque, que también es un lugar de orgullo bogotano, eso existe, y los Aterciopelados que hablan en bogotano, sinvergüenza, y cantan en bogotano en el mundo. Eso me pareció como una señal de cordura y de quitarse complejos. Cuando yo empecé a sacar novelas había gente que me decía que no escribieran bogotano, que a mí me impresionaba mucho porque hay unas palabras bogotanas a las que uno acudirá pero había esa intención de de volver como descafeinarlo todo como de que todo fuera un español un español neutro que no existe y me gustaba mucho y me gusta mucho lo de los aterciopelados por eso, porque es muy orgulloso de Bogotá En un tema ya más de innovaciones institucionales, y si se quiere político, en esos años 90, después de la constitución del 91, cuando en Colombia comienza a darse algo que fue interesante, y es que las entidades territoriales, ciudades grandes comienzan a innovar, Bogotá también fue pionero, un precursor, y dos figuras hoy polémicas, pero Enrique Peñalosa y Antanas Mocos fueron dos innovadores en temas diferentes. Y de alguna manera yo creo que transmitieron al país político dos ideas, el de la cultura ciudadana de un lado, que hay unas normas sociales que hay que respetar y que eso tiene que ver con la labor del gobierno. Y esta idea de Peñalosa es que uno puede de alguna forma en una sociedad segregada espacialmente igualar algo de bienestar con bienes públicos de buena calidad. Sí, a mí ese tema también me gusta porque en este momento es muy difícil discutirlo porque está muy cargado. Está muy cargado, pero si uno asume con la perspectiva correcta, hay una innovación ahí. Y fueron dos figuras que marcaron un derrotero en todo el país. Fueron un ejemplo para todo el país. Sí, es una influencia muy fuerte y lo que hicieron es muy difícil de negar. Es decir, ahí sí hubo una innovación y fue muy inesperado. Y lo que ocurre con Sergio Fajardo en Medellín y en Barranquilla después tuvo esa semilla primero. Lo de Fajardo uno siente que es mocusiano de alguna manera o también peñalocista, como un enfoque en buscar equidad y buscar igualdad a través de lo que no se creería pero la combinación entre los dos era era interesante yo creo que buena parte del éxito de la Ola Verde era ver cómo sumaba Mocos a Peñalosa y a Lucho Garzón, como que formaban Fajardo también metido ahí pero estaban Mocos, Peñalosa y Lucho Garzón que habían sido tres alcaldes Garzón con un énfasis social Mocos en la cultura ciudadana, Peñalosa en la transformación urbana y eran como la historia política de Colombia más interesante en ese momento, en la primera década de este siglo eran originales, cada uno jugándosela por algo sin desbaratar lo que hacía el otro Lucho Garzón ahí siguió haciendo los transmilenios y en este momento pues claro, todo lo han cargado de mucha hasta de ideológico se ha vuelto, aunque ya la ideología uno no entiende si es lo que está primando, si es un juego de poderes, pero si desde lejos uno puede reconocer que ahí había algo novedoso en lo que estaba pasando Hay otro tema interesante Ricardo y es el mapa o la geografía de la última elección, donde ganó Gustavo Petro. Ganó en la periferia del país y en Bogotá. Sí. Yo creo que tiene que ver algo con esa segregación espacial, pero también que Bogotá es Colombia. Y que Bogotá recogía ese otro sentimiento. Sí. Hay una historia en el centro de Colombia conservadora, asociada a ciertos valores que vienen de la colonización antioqueña, en mi opinión. Pero Bogotá es el promedio de todo. Sí. Y las elecciones de alcalde siempre han sido interesantes. Siempre han sido a muerte y siempre han sido inesperadas y siempre hay un mensaje ahí que es importante pues nomás cuando ganó Mocus era muy extraño que ganara Mocus era un tipo muy venido de otro lugar bueno también cuando ganó Lucho Garzón bueno todos los que han el mío Peñalosa gana de una manera muy extraña muy extraña se acuerda Moreno de Caro claro, además Peñalosa no ganaba una manera muy extraña. Muy extraña. Sí, con, ¿se acuerdan? Moreno de Caro. Claro. Además Peñalosa no ganaba. Era imposible que ganara. Y casi que le tocó lucharla con Moreno de Caro. Vamos a tener quizás metro en Bogotá en los próximos años. Estamos sorprendidos. Si no viene el meteorito, creo que... Yo tenía una apuesta con mi hermano Pafcual de que iba a ser primero si la vacuna de Patarroyo, que en paz descanse o el Metro Metro Bogotá. Y había unas maquetas todas espectaculares de cómo iban a ser el Metro. Los italianos, todos los países habían propuesto un Metro. Y yo la verdad veía imposible que nos pusiéramos de acuerdo. Hay un teórico del siglo XIX, que siempre se me olvida el nombre, que habla de las viceversas de Bogotá, que es la incapacidad que tiene la ciudad de construir sin destruir antes todo. Esa idea me gusta, Ricardo, porque yo creo que toda esta conversación es esa viceversa, ¿no? Sí. Esta ciudad donde hay mucho amor y odio. Sí. Donde la gente se queja, pero siempre quiere volver. En particular los que vienen de Medellín siempre se amañan en Bogotá. Sí. Quieren volver de alguna manera, pero encuentran aquí algo. Algo especial. Y lo de Ciudad Grande también, donde nada llega, todo está. Todo está. donde nada llega, todo está. Todo está, hay que decir que está todo lo que uno quiera de cine, de comida, es un lugar que sí es completo. Y la gente llega y a uno le sorprende que le guste, porque como uno está acostumbrado a la jartera y a pensar que esto no tiene nada especial, hay gente que llega y dice, pero ustedes no se dan cuenta que tiene esas montañas y que este sector está lleno de verde. Yo tengo una cuñada de otro país y siempre llega fascinada con lo verde que es Bogotá. Uno ya ni se da cuenta. Y la temperatura a veces es agradable. Sí, es tranquila. Pero maldecir a Bogotá es parte de lo que es Bogotá. Es parte de la identidad. Y es como el lugar común y la gente lo maldice, pero en el fondo lo está queriendo. Sí, es tranquila. un programa de parodias gringas y sátiras gringas que es una cosa muy interesante, muy bien hecha y en la mitad del programa había un musical sobre esos 50 años en Nueva York y partían de que un político famoso, yo no sé si era el presidente o un alcalde, se me escapa el nombre era el tipo decía esta ciudad está muerta, Nueva York está muerta, igual a lo que acaba de decir el presidente y entonces eran 50 años de lucha neoyorquina y como una victoria a largo plazo de la ciudad diciendo que va a estar muerta esto está cada vez más vivo, puede tener momentos oscuros pero revive y me parece que a Bogotá tendría que hacer eso. Yo creo que las grandes ciudades tienen eso, un renacer continuo. Y aquí hay mucha innovación y hay muchas historias y esas historias están siendo recogidas y Bogotá no está muriendo. No, hay una cosa que a mí me impresiona mucho y que uno la ve cada vez más, por ejemplo, en redes. Y es la cantidad de cosas nuevas hechas acá de ropa de innovación impresionante de restaurantes de negocios es impresionante lo sofisticado que se ha vuelto todo iba a decir Bogotá está viva y coleando pero no hay una contradicción entre fondo y forma porque culebras por aquí no hay muchas sí aquí la cosa de colear no ha pegado pero Bogotá tiene muchas historias muchas historias y aquí seguiremos acá estamos aquí seguiremos abrazo Ricardo abrazo Aquí seguiremos. Acá estamos. Aquí seguiremos. Abrazo, Ricardo. Abrazo. Elige siempre un buen rato. Elige siempre una buena conversación. Tercera vuelta, el podcast. Suscríbete ahora y escúchalo cada semana en tu plataforma favorita. Un podcast producido por El Locutorio. Ellocutorio.com Síguenos como arrobaellocutoriodc en redes sociales. Chumba Casino.