¿Así cuidamos a nuestros primates?: Una historia de conservación y tráfico ilegal

¿Así cuidamos a nuestros primates?: Una historia de conservación y tráfico ilegal

09 de oct de 2021

"Ahora como excazador soy un poco consciente que dejar algo para los que vienen atrás es pensar en el futuro. Primero hacía 'pum, pum, pum', y ahora lo que hago es contar a los animales: 'uno, dos, tres'". -Casimiro del Águila, excazador. Esta es la historia de Matías, un mono churuco que fue rescatado del tráfico ilegal y, tras años de rehabilitación, tuvo la fortuna de poder ser reintegrado a su hábitat natural en el Vaupés. Pero no todos los primates cuentan con la misma suerte. Entre las principales amenazas para los primates en Colombia se encuentra la deforestación. De hecho, en el 2020 se deforestaron 109 mil hectáreas de bosque en Colombia, de acuerdo a las cifras entregadas por el Ministerio de Ambiente y el IDEAM. Esto equivale a un poco más de la mitad de Bogotá. Estas pérdidas anuales podrían ser un agravante de otros riesgos para los primates, como el tráfico ilegal de fauna silvestre. En Colombia, el 18 % de los animales traficados son mamíferos y entre las especies preferidas están los monos araña y los tití, según la Asociación de Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible. Además, el comercio ilegal de fauna y flora equivale al cuarto tipo de comercio ilegal más importante del mundo, de acuerdo a un informe de la Interpol publicado en 2020. En Colombia, el tráfico recoge la cacería irresponsable para el mascotismo, el turismo masivo y para el alimento de personas ajenas a las comunidades.