A Fondo prende el foco sobre un posible apagón. EP1: Nos quedamos sin gas
02 de sept de 2024
En este episodio de 'A Fondo', María Jimena Duzán aborda la inminente crisis energética que enfrenta Colombia, enmarcada por un déficit en el suministro de gas y la alta demanda de electricidad. La narrativa recapitula las raíces de esta problemática, recordando el apagón vivido en los años 90 y profundiza en los desafíos actuales del sector energético colombiano.
Capítulos
El apagón de los años 90: Una retrospectiva
Durante el gobierno de César Gaviria, Colombia experimentó un apagón de casi 10 meses debido a una severa crisis energética causada por el fenómeno del Niño y la falta de infraestructura adecuada. La sociedad se adaptó al desafío con cambios en sus hábitos y el surgimiento de la radio como medio predominante de entretenimiento y comunicación. El racionamiento fue extremo, con cortes de nueve a dieciocho horas en diferentes partes del país.
Reorganización del sector eléctrico
A raíz del apagón, se creó la Comisión de Regulación de Energía y de Gas (CREC) para reestructurar el sector eléctrico en Colombia, abriendo las puertas a la inversión privada. Proyectos hidroeléctricos como Urrá y Miel 2 se llevaron a cabo para ampliar la capacidad de generación de energía.
Crisis actual y déficit de gas
En la actualidad, Colombia enfrenta una crisis energética marcada por un déficit en el suministro de gas. El sistema está al borde del colapso debido a la alta demanda energética y la insuficiencia en la oferta. La dependencia de las plantas térmicas a gas, cruciales para sostener el sistema, se destaca como un problema crítico.
Políticas energéticas y transición energética
El gobierno de Gustavo Petro ha avanzado una agenda de transición energética que excluye nuevas exploraciones de petróleo y gas, buscando promover energías verdes. Sin embargo, esta política ha generado disensión entre expertos y sectores que advierten sobre la necesidad de gas para asegurar una transición efectiva.
Impacto social y económico de la crisis energética
La falta de gas y el aumento en las tarifas de energía ya afectan a la población, provocando protestas en regiones como Barranquilla. La importación de gas podría incrementar aún más los costos para los consumidores, erosionando la estabilidad económica de hogares y empresas.
Conclusión
Colombia se enfrenta a una encrucijada energética que requiere cuidadosa atención e intervención. La falta de inversión en exploración de gas y petróleo, sumada a una transición energética poco planificada, podría derivar en un nuevo apagón. Para evitar este escenario, es urgente mejorar la capacidad de generación de energía y adoptar estrategias realistas que garanticen la estabilidad del suministro eléctrico.
Menciones
- (Persona) María Jimena Duzán
- (Persona) Gustavo Petro
- (Persona) Ricardo Roa
- (Persona) Amílcar Acosta
- (Persona) Juan Manuel Santos
- (Org) Ecopetrol
- (Org) ISA
- (Org) CREC
- (Org) Naturgas
- (Lugar) Colombia
- (Evento) Fenómeno del Niño
- (Fecha) Años 90
- (Fecha) 2025
- (Corporación) ICE
- (Obra de arte) La Luciérnaga
- (Lugar) Bogotá
- (Lugar) Cali
- (Lugar) San Andrés y Providencia
- (Lugar) Brasil
- (Lugar) México
- (Concepto) Transición energética
- (Org) Aire
- (Org) Oxy
- (Org) ANLA
Si escuchas esto en tu Rolls Royce, entonces el plan de taxa de Donald Trump es para ti. ¡Estás rica como la mierda! ¿Nos vamos a dar un tax cut? Pero para todos los demás, hay el plan de Kamala Harris. En mi plan, más de 100 millones de americanos tendrán un tax cut. Porque ese chico en el Ferrari no necesita otro descanso. Pero Kamala Harris sabe que seguro que podrías usar uno. Pagado por FFPAC, FFPAC.org. No autorizado por ningún candidato o comité de candidatos. Si hay alguna incertidumbre en Colombia, es la que se ha generado en torno a la posibilidad de un apagón. Como el que vivimos en la época del gobierno de Gaviria, a comienzos de los 90, cuando Colombia se apagó por 10 meses, por cuenta de que el país sufrió una fuerte crisis energética provocada por un durísimo fenómeno del niño, que llevó al país a tener sequías sin precedentes, causando una reducción histórica en los niveles de embalses, que son los generadores de energía hidráulica. Buenas noticias. Reducción de un 40% en el racionamiento de energía decidió hoy el Comité Directivo del Sector Eléctrico. De ocho horas en promedio, pasaremos a cinco horas y media diarias. Amilcar Hernández nos trae la buena nueva. La medida que se tomó curiosamente cuando se suspendió el servicio de energía en las oficinas de ICE en Bogotá es temporal. Es decir, será una prueba que comienza hoy y termina el 16 de agosto. El Comité decidió reducir en un 40%... En esos 10 meses, los colombianos nos acostumbramos a vivir en medio de un durísimo racionamiento energético. Aparecieron entonces las estufas de gasolina, las pipetas de gas en los hogares. La televisión se volvió un hueco negro que nos acompañaba porque sólo había ese servicio durante muy pocas horas en la noche. Nos tocaba bañarnos con agua fría y como no había ni celulares, apareció un aparato que nos acompañó durante esos meses en que estuvimos presos de la oscuridad. La radio. En todas partes se oía la radio, al lado del ruido de las plantas que se escuchaban en los edificios y en los almacenes. Y fue precisamente un programa de radio que nos acompañó a lo largo de esos meses, La Luciérnaga, que precisamente se prendía creo que a las seis de la tarde. Y era la oportunidad que teníamos todos los colombianos como de conectarnos y de saber qué pasaba en el mundo, o en Bogotá, o en Cali, o en Medellín. La luz de la radio. La luciérnaga. El nuevo programa de Caracol que enfrenta el racionamiento de energía con un derroche de compañía. La luciérnaga. Datos. Consejos. Historias y noticias. Música. Humor. Amor. Invitados. Y colados. Premios y concursos. Deportes y pasatiempos. Lo mejor de Caracol para usted de 5 a 10 de la noche todos los días. Los colombianos cambiamos nuestros hábitos. Cambiamos la televisión por conversaciones entre las familias, por juegos de mesa, por el parqués, por el monopolio, a la espera de que a las seis se prendiera la luciérnaga. En Bogotá, por ejemplo, la falta de luz llegó a ser hasta de nueve horas diarias. En San Andrés y Providencia, que fue yo creo que el archipiélago más golpeado, ese racionamiento energético llegó a ser hasta de 18 horas. Empezamos a llenarnos de campañas de concientización. Es mejor prevenir que maldecir Para que no se te vayan las luces, ahorra energía En Cali se decretaron seis días de cárcel Para los que derrocharan el agua Las cifras no mejoraban Porque el niño seguía su curso, frenando las lluvias. Los embalses estaban casi vacíos y según Isaac, que era la empresa de interconexión eléctrica, que en ese momento era pública, le informó a Colombia que se necesitaban por lo menos 1.800 aguaceros fuertes para volver a la normalidad. Para contrarrestar los efectos negativos de los cortes de energía eléctrica, el entonces ministro de Comercio Exterior, así se llamaba esa cartera, Juan Manuel Santos, tomó la decisión de adelantar una hora los relojes del país, como se hace en los países donde hay una medida que duró hasta enero de 1993, es decir, casi 10 meses. Las causas del apagón no solamente tuvieron que ver con un fenómeno del niño inclemente que produjo la disminución en el nivel de los embalses. También se produjo por el retraso y los sobrecostos de un megaproyecto hidroeléctrico, el del Guavio, que estuvo acompañado de una crisis financiera por la devaluación del peso colombiano. Y eso se sumó a los problemas que ya traía ISA, la empresa dedicada al transporte eléctrico, que en ese momento era pública. El gobierno de Gaviria intentó paliar el problema importando inicialmente barcazas generadoras de energía, con un resultado desastroso, porque resultaron que estas barcazas no eran compatibles para el enlace con el sistema interconectado que tenía Colombia, que tenía ISA, un negocio que le costó, sin embargo, al país la suma de 9 millones de dólares. En febrero de 1993, por cuenta de la recuperación paulatina de los embalses, la situación mejoró y Colombia se volvió a aprender. Por cuenta de esta experiencia que se convirtió en noticia mundial, el Estado colombiano y el gobierno de Gaviria emprendió una reorganización del sector eléctrico y se creó la CREC, la Comisión de Regulación de Energía y de Gas, en 1994, que le abrió la puerta a la inversión privada. Se estableció entonces un sistema en el que se regulaba la generación, la interconexión y la transmisión de energía a través de la ley 143. Y Colombia emprendió un nuevo rumbo de la mano de nuevas hidroeléctricas que fueron entrando. Se terminó la obra del guavio y se pudo contar con las centrales de Urrá, Porce 2 y Miel 2. se pudo contar con las centrales de Urrá, Porce 2 y Miel 2. Este sistema, con todo y sus problemas, nos ha permitido a los colombianos que en los últimos 30 años no nos apaguemos y hayamos podido enfrentar niños difíciles y coyunturas complicadas. La mala noticia es que este sistema, por muchísimos factores que vamos a explicar aquí en a fondo, estuvo al borde de no poder generar la suficiente energía hace pocos meses. Cuando se juntaron una serie de factores, comenzando por un niño implacable que de nuevo nos azotó y que redujo sustancialmente el nivel de los embalses. Pero no solamente estuvimos al borde del colapso por el niño, sino también porque el sistema venía ya mostrando un desajuste profundo, debido a que en los últimos años la demanda de energía se triplicó mientras que la oferta disminuyó. No solamente el país dejó en los últimos años de desarrollar nuevos proyectos hidroeléctricos, sino que el que estaba en mora de entrar al sistema, como el de Hidroituango, no lo ha hecho. Cuando vino este niño implacable, hace unos meses, el país no lo supo, pero Colombia estuvo a esto de apagarse. ¿Y quiénes fueron los que sostuvieron el sistema? Pues las generadoras térmicas, muchas de ellas a carbón, que se utilizan como respaldo del sistema, cuando las hidroeléctricas no pueden producir energía por el bajo nivel de los embalses. Y la gran paradoja, como nos van a explicar aquí en este podcast, los expertos que invitamos, es que fueron precisamente esas generadoras térmicas las que evitaron que Bogotá se apagara. Y es que además de que tenemos este desajuste en el sistema de energía eléctrica, hemos conocido la noticia revelada por el propio presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, de que para el año entrante vamos a tener un déficit de gas. Es decir, que Colombia va a tener que importar gas para el consumo nacional. Mire, lo que han dicho los diferentes gremios es que habría escasez de gas domiciliario en 2025 y este déficit solamente alcanzaría a cubrir el 7,5% de la demanda total para ese año. Sí, presidente, ¿es así? ¿Estamos en déficit de gas domiciliario? Pero Juan Roberto, primero debe ser muy claro, no son los gremios, es Ecopetrol el que ha levantado la mano y ha dicho, vamos a tener déficit de gas. ¿Por qué déficit? Porque Ecopetrol primero es el mayor consumidor de gas del país. El gas es fundamental también en el sistema de energía eléctrica, porque muchas generadoras térmicas funcionan a gas. Colombia viene importando desde hace rato ese gas para respaldar el sistema de energía, pero no importaba gas para consumo nacional. gas para consumo nacional. Si ahora hay que importar gas para consumo nacional, el impacto que eso va a tener en el bolsillo de los colombianos y en las tarifas de gas, que eran las más bajas en la canasta familiar, se va a producir. Para no hablar del inevitable aumento en las tarifas de energía que se va a venir, un fenómeno que ya está afectando específicamente a los usuarios de la costa caribe de Colombia. Más de 500 usuarios del servicio de energía eléctrica en Barranquilla salieron a las calles para protestar por las altas tarifas que pagan cada mes y que van en aumento. Anteriormente se pagaba mucho menos, ahorita se está pagando el triple de lo que se pagaba. Y no solamente en los locales, también en las casas nos hemos visto afectados con esas alzas de la luz. Gremios de comerciantes, organizaciones sindicales y hasta estudiantes acudieron a la movilización que partió de la plazoleta Estercita Forero hasta la sede de la empresa Aire de la calle 77. Con arengas y pancartas hicieron peticiones puntuales. Al gobierno nacional para que derogue el régimen tarifario y a la empresa como tal, a Aire y a Finia, para que empiecen a revisar una cantidad de atropellos que se están dando contra los usuarios. Los usuarios aseguran que tienen que decidir entre pagar facturas o hacer mercado. Para las personas que también ganan un mínimo, ¿cómo hacen para pagar arriendo, energías, los servicios en general y aparte eso para la comida, los estudios? A fondo comienza hoy una serie que pretende prender el foco sobre la posibilidad de que Colombia enfrente de nuevo un apagón. De la mano de los expertos les vamos a explicar cómo es que funciona el sistema que provee la energía eléctrica del país, qué papel juegan todos los protagonistas de ese sistema y cuáles son sus grandes desafíos? ¿Y cómo han impactado las últimas decisiones del gobierno de Gustavo Petro de decidir hacer una transición energética sin tener gas y frenando las exploraciones de petróleo que tengan que ver con fracking. Países como Brasil, que están gobernados por gobiernos de izquierda, como el de Lula da Silva, o en México, como sucedió con Andrés Manuel López Obrador, tienen claro que para hacer una transición energética se necesita gas y petróleo y están incentivando esa política. Gustavo Petro es el único gobernante de izquierda de ese grupo que ha decidido hacer una transición energética sin petróleo y sin gas. Hace unos días, el propio presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, le dijo en una entrevista de Noticias Caracol que efectivamente iba a haber un déficit el año entrante de gas y que tendría que importar el 14% del consumo nacional. Cuando el director de Noticias Caracol, Juan Roberto Vargas, le preguntó que a qué se debía esa falta de gas para el año entrante. Rojas respondió que no era una responsabilidad ni culpa de este gobierno, sino que eso se debía a una decisión de gobiernos anteriores que habían tomado la opción de no incentivar las exploraciones de gas. tomado la opción de no incentivar las exploraciones de gas. Siendo el mayor demandante de gas, pues tenemos que salir, y también el mayor productor de gas del país, pues tenemos que salir a anunciar este déficit, que seguramente en otros gobiernos, en otras administraciones nunca tuvieron el valor de decir, aquí vamos a tener un déficit, lo estamos anunciando desde ahora, es un déficit no generado por las decisiones de un año, año y medio atrás, es un déficit generado por las no decisiones tomadas hace 5 y 10 años. ¿Qué decisiones se hubieron tomado? Muchísimas, desde el año 2015 no se incorpora una reserva adicional de gas o una producción al consumo nacional de gas distinto al fracking de los Estados Unidos. consumo nacional de gas, distinto al fracking de los Estados Unidos. Está con nosotros aquí en Afondo Luz Estela Murgas, presidente de Naturgas. Ella nos va a dar la explicación que tiene Naturgas de por qué Ecopetrol va a tener que importar el año entrante gas. El año entrante, gas. Y lo que nos dijo aquí en Afondo es muy distinto a lo que planteó el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa. Es una realidad que no tenemos gas local suficiente para atender las necesidades de contratación de la demanda de hogares, de vehículos, de comercios y de industrias a partir del año 2025. Es una realidad porque no hemos producido el gas suficiente, la declinación de las reservas que nos ha llevado a tener unas reservas probadas de 5.7 terapias cúbicas a 2.3, tiene mucho que ver con la caída de la actividad exploratoria. No se están perforando lo suficiente número de pozos exploratorios que nos permita incorporar nuevas reservas. En la última década hemos perforado en promedio 39 pozos exploratorios por año. La década anterior perforábamos 120 pozos exploratorios por año. En el 2024 llevamos 11 pozos exploratorios. Así va a ser imposible poder restituir el gas que nos estamos consumiendo, incrementar reservas y poder tener mucho más gas para cubrir toda la demanda. Los yacimientos no convencionales tampoco se desarrollaron, que son los famosos proyectos de fracking. En su momento le adjudicamos esos contratos a compañías que tenían altos estándares técnicos, cubriendo todos los riesgos ambientales, músculos financieros, experiencias. No se desarrollaron esos proyectos. Se planteó la posibilidad de hacer los proyectos pilotos de investigación científica. No se expidieron las licencias ambientales a tiempo para desarrollar esos pilotos de investigación científica, no se expidieron las licencias ambientales a tiempos para desarrollar esos pilotos y llegamos a un gobierno que le puso la lápida al desarrollo de los proyectos del fracking. Esos proyectos tienen 10 veces las reservas probadas que tenemos hoy en Colombia. Y las señales de política pública, como decir que no se suscriben nuevos contratos de exploración y producción, no es que tenga sólo un efecto hacia el futuro, tiene un efecto en los contratos vigentes suscritos porque lo que hace es alejar el interés de nuevas inversiones en actividad exploratoria y los colombianos debemos entender que nosotros no competimos entre nosotros por atraer inversión en actividad exploratoria, competimos con los países de la región y con otros países del mundo que tienen condiciones favorables para la inversión, seguridad jurídica, que por supuesto priorizan los inversionistas antes de venir a Colombia, porque en este sector las inversiones tienen resultado en un largo plazo. Y cuando tú escuchas a un gobierno que dice no se van a suscribir nuevos contratos, es un gobierno que definitivamente no le apoya a esta industria en el largo plazo y prefieren llevar esas inversiones a otros países. El gobierno del presidente Gustavo Petro, desde que llegó al poder, planteó la necesidad de hacer una transición energética y cambiar para transformar el modelo extractor a un modelo distinto que fuera compatible con la preservación del medio ambiente y que estuviera impulsado por las energías verdes. Hay dos formas de hacer esa transición energética en el mundo. Una, como la que están haciendo países como la India, Brasil y México, estos dos últimos gobiernos dirigidos por presidentes de izquierda. La vía que escogieron es a través de la utilización del gas y de persistir en la exploración de petróleo con el propósito de ir cada vez más financiando energías verdes. La tesis es muy fácil. Es que si se quiere hacer una transición energética, se requiere inversión y se requiere energía fósil. Y que menos perturba el medio ambiente es precisamente el gas. Hay otros países, sobre todo los que no producen petróleo, que consideran que la transición energética se puede hacer sin gas ni petróleo. En ese club está Colombia y está Gustavo Petro. ¿Cuáles son las implicaciones de que Colombia esté en ese club y no en el otro? Lo explica muy bien aquí Amil Caracosta, exministro de Minas y Energía de Juan Manuel Santos y un político avesado que estuvo mucho tiempo en el Congreso y que siempre lideró todos los temas mineroenergéticos del país. El gobierno desde que se inició, incluso con la anterior ministra, fue claro en que no se suscribirían nuevos contratos, descartados. Pero en la COP 28 de noviembre del año pasado, mientras el resto del mundo, por consenso, llegaron a la conclusión de que había que tomar distancia de los combustibles fósiles, el presidente Petro se apartó del consenso y resolvió firmar un tratado de no proliferación de los combustibles fósiles que literalmente dice que no más exploración ni producción. O sea, fue más lejos, no solamente que no se suscriban nuevos contratos, sino que aún los contratos que están vigentes, la señal que les está dando es, no exploren, no exploten. ¿Qué empresa petrolera va a ir a un país donde no lo quieren cuando hay otros países como Guyana, como Argentina y como Brasil que los están llamando y los están atrayendo? Para allá se están yendo los taladros que están dejando de operar aquí en Colombia. Pero, Amílcar, ¿quién firmó ese acuerdo? El acuerdo que dices tú que se firmó en la anterior COP. Se adhirió el presidente Gustavo Petro a nombre de Colombia. Unos países que no son productores de petróleo. La mayoría de los países que hacen parte de ese acuerdo, de ese tratado, que es un tratado, no son países petroleros. El proyecto de exploración petrolera de la Oxy en el Mar Caribe, del que habla Luz Estela, es el famoso proyecto Oslo. Un proyecto que debía ser aprobado por la Junta Directiva de Ecopetrol en estos días y que fue rechazado, hecho que produjo la salida de dos miembros de la Junta de Ecopetrol, Luis Alberto Zuleta y Juan José Echavarría. El proyecto Oslo que se estaba estudiando consistía en evaluar si la empresa tenía derecho a comprar una parte de los activos del proyecto Crown Rock, que era de propiedad de la Oxy, en la cuenca de Permian, en Estados Unidos. Ese fue el acuerdo que resultó cancelado por exigencia del presidente Gustavo Petro, porque se trataba de un proyecto que buscaba más petróleo y gas a través del fracking. Y Gustavo Petro ha dicho que en su gobierno no habrá fracking. En su carta de renuncia, los exmiembros de la Junta de Ecopetrol argumentan que este proyecto que acaba de ser negado aumentaría significativamente las utilidades, la producción y las reservas de la empresa de Ecopetrol a bajo costo ambiental y sostuvieron que el nivel de endeudamiento era alto pero manejable y que además era una promesa que se incumplía porque ya se había aprobado en mayo del 2024 adquirir el 30% de este proyecto, por lo que desde el 17 de julio se había informado al mercado que se estaban adelantando todas las negociaciones con la Oxy. El presidente de Ecopetrol ha dicho que las decisiones que lo llevaron a negar ese proyecto no fueron ideológicas, como muchos insisten, sino pragmáticas, porque en el fondo no era un negocio que le conviniera, debido al alto nivel de endeudamiento que suponía. No era cualquier negocio. Estamos hablando de un negocio de 3.63 billones de dólares, Juan Roberto, eso fue lo mismo que le valió el 51% de participación de la acción. 3.630 millones de dólares. Eso fue lo que costó el 51.4% de la participación de la nación que tenía en ISA y que adquirió Ecopetrol desde hace unos par de años. Prácticamente estamos hablando de la mitad de lo que costó Reficar y estamos hablando de prácticamente dos veces lo que pagó quien compró a Isagen. No son cifras menores. Entonces, cuando se compra el 51% de la nación, 3.7 billones, estamos hablando de un negocio en un modelo económico y financiero prácticamente a perpetuidad, pero se evalúa sobre unas ventanas de tiempo de 30 años. Aquí estamos hablando de un proyecto a cinco años. Esa explotación, esa adquisición era para cinco años asegurados esos económicos, pero esos económicos se hacen bajo supuestos del precio del crudo, de una TRM, y entonces esos supuestos nos estaban llevando a un nivel de endeudamiento mucho más alto. Está también con nosotros Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo de Energía de Bogotá. Él, que es también un experto en estos temas, tiene una opinión muy distinta a la del presidente de Ecopetrol sobre el proyecto Oslo. Para él, sí fue una oportunidad perdida. Sí fue una oportunidad perdida. Esto, según los geólogos, puede ser el prospecto de mayor potencial en la historia de Colombia, inclusive de la región. Esto podría ser un cambio de otra dimensión del futuro de Colombia desde el punto de vista energético para las próximas décadas y de no resolverse el tema de esa licencia ambiental, ese barco que cuesta 200 millones de dólares, la taladrada para poder saber si ese sí era el tesoro que parece que es, se va a ir de Colombia quién sabe por cuántos años. Entonces hay un riesgo gigantesco de que se pierda la mayor oportunidad de generar ingresos para Colombia para poder hacer todo el desarrollo industrial todas las mejoras que la población espera en educación en infraestructura para poder tener un activo que no tenía precedentes en la historia de Colombia o sea esa sería como que nos hubiéramos ganado la lotería pero nos vamos a quedar sin saber porque no van a dejar perforar y Y lo otro, María Jiménez, que sí hay otros proyectos más cercanos a la costa, pero en aguas profundas todavía, que opera Petrobras, que es un descubrimiento que se llama Uchuba, y hay otros que opera Shell, que está ya más en el sur del Mar Caribe, hacia Antioquia y Panamá, que opera Shell y que lo llamamos KGG. Y hay un tercer proyecto que se llama Orca, que opera Shell y que lo llamamos KGG. Y hay un tercer proyecto que se llama Orca, que está cerca de La Guajira, cerca de Chuchupi, Ballena. Entonces, adicional a este proyecto, cuya licencia ambiental y trámite se suspendió por parte de la ministra Muamato, lo cierto es que de manera temprana, el proyecto que opera Petrobras, que está como en la mitad del mar Caribe, también tiene un potencial de gas natural que nos permitiría retomar lo que yo digo, la pérdida de la autosuficiencia para la demanda esencial e industrial. Porque los hogares colombianos, los comercios, los vehículos, las industrias, siempre hemos consumido gas producido en Colombia. Y a partir del año 2025, que nos vemos obligados a importar gas para completar esas fuentes, que hoy no son suficientes, hemos perdido la autosuficiencia. Ese proyecto de Petrobras nos permitiría retomar la autosuficiencia, pero el cronograma que tiene Petrobras para la obtención de la licencia ambiental y las consultas previas es de tres años. Es decir, mucho más allá de los tiempos establecidos en la ley para la obtención de la licencia ambiental. Entonces el gobierno señala, teniendo ese cronograma, ese proyecto va a agregar gas hasta el 2029. ¿Cómo hoy, ante un escenario de escasez como el que tenemos, y ahorita recordamos las cifras de quienes consumen hoy gas ¿Cómo hoy ante ese escenario el ministro no define ese proyecto como un proyecto de interés nacional y estratégico al que hay que darle prioridad en los trámites ante el ANLA prioridad en la consulta previa, el acompañamiento del gobierno y anticipar la ejecución del proyecto que ya no sea en el 2029 sino por lo menos en el 2028, así sea, teniendo los términos de ley. Yo quisiera recordarle un poco a la audiencia quienes consumen gas. 36 millones de colombianos hoy tenemos gas natural en nuestras casas. 87 mil taxistas usan gas natural y se cambiaron a gas natural para tener un alivio económico frente a los incrementos de la gasolina. El 100% de los buses de Valledupar y de Cartagena funcionan con gas natural. El 30% del sistema integrado de transporte público de Bogotá funciona con gas natural. 1.400 pequeños transportadores tomaron la decisión de cambiar sus camiones de diésel a gas natural. Esto realmente tiene un impacto social y amerita que se le dé toda una prioridad en la toma de decisiones para garantizar suministro a precios que sean asequibles para toda esta demanda y todos estos consumidores. ¿Cómo hacer la transición energética? Yo creo que la gran pregunta ahí está. En el fondo, de la manera como podemos salir o no de esta tempestad que se nos está armando y que nos tiene al borde de un apagón, Hay ya un consenso muy ganado en torno a la necesidad de hacer una transición energética, pero todavía no lo hay en el cómo. Así lo explica Juan Ricardo Ortega. Yo te comparo con lo que está pasando aquí en Perú. O sea, en Perú tienen claridad absoluta que el gas es la oportunidad de disminuir la pobreza y de generar una transformación en el país y tú lo ves, o sea, lo que ha avanzado Perú en los últimos años desde camisea de verdad es alucinante tanto en infraestructura como en condiciones de vida acá pagan 1.5 dólares el millón de BTUs Colombia, si vamos a terminar dependiendo en un porcentaje importante de ese gas importado, vas a terminar subiendo a precios donde vas a llegar a 11 y 12 dólares el millón de BTU. Vamos a terminar pagando 10 veces lo que paga un hogar peruano porque hemos perdido la autosuficiencia. Y entendiendo que ese es un producto de transición, el gas que se queda enterrado se va a quedar enterrado. En países que jamás contaminamos nada, que nuestra huella de carbono ha sido mínima y que tenemos la oportunidad, como lo está haciendo Perú inteligentemente, de no usar diésel, que es carísimo y que contamina al doble, para moverse a gas. Reduce 50% de las emisiones y le baja el costo al hogar de la gente a una quinta y en unos casos hasta una décima parte, liberándoles ingresos para poder tener más para alimentos y para vivir mejor. Eso es lo que implica tener gas autosuficiente en cantidades grandes y poderlo vender a un precio razonable como lo reguló el Perú en 1.5 dólares. La realidad en Colombia para el próximo año es que no vamos a tener gas y que nos va a tocar importar cerca del 14% del consumo nacional, como dijo el presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa. Eso va a tener una incidencia directa en la tarifa de gas domiciliario del que le llega a usted a su casa, que era de todas las facturas la más barata. Así lo plantea y así lo avisora la presidenta de NaturGas, Luz Estela Morgas. El servicio público domiciliario de gas natural es el más barato de todos. María Jimena, ¿cuánto pagas tú en tu casa? Yo pago 10 mil pesos. Yo pago 10 mil pesos al mes. Mientras que la cuenta de la luz es 300 mil. Precisamente ha sido barato por lo que dice Juan Ricardo, porque hemos sido autosuficientes en gas natural. De hecho, en hogares pobres, el DNP ha señalado que representa menos del 1% del costo total de la canasta de consumo de un hogar pobre. El servicio de energía eléctrica representa en un hogar pobre el 13%. Agua y alcantarillado 4.6, 0.8 el gas natural. Y el otro dato importante que quiero agregar a lo que decía Juan Ricardo en términos del impacto ambiental, es que el gas natural es un recurso de bajas emisiones. Nosotros medimos en el año 2022 nuestra huella de carbono, las industrias, las compañías que pertenecen a Naturgas, que es de toda la cadena de valor, de producción, transporte y distribución, y representamos o somos responsables del 1% del total de emisiones de gases de efecto invernadero del país. De las 279 millones de toneladas que se emiten anualmente en Colombia, neto, sin absorciones, la industria emite 2.8 millones de toneladas. Sin embargo, Juan Ricardo Ortenega opina que en el caso del gas, si bien es uno de los minerales fósiles menos contaminantes, sí tiene un problema que hay que trabajar, como bien lo ha advertido la propia ministra del Medio, porque estos debates son útiles cuando uno reconoce también los aspectos, y el gas tiene un reto muy grande, y es que las emisiones de metano sí contaminan 80 veces lo que contamina el carbón, desde el punto de vista de calentamiento global. Entonces el control a las emisiones fugitivas de metano debe ser una prioridad nacional y en eso nosotros más que invitamos y damos la bienvenida a que se ponga un impuesto a las emisiones de metano y que se controle. Esa es una forma de garantizarle al gobierno y a la ministra que la industria tiene la seriedad y el compromiso de que la parte que es altamente contaminante, que es el metano, se controla y se maneja de forma tal que eso se minimice ideal a un cero pero ese punto es una realidad del sector de gas que en europa ha generado una polémica importante porque en países como polonia no se controlaba lo suficiente las emisiones y el impacto es muy muy importante el presidente del copetrol Ricardo Roa, cuando anunció que iba a haber un déficit de gas el próximo año, dijo que no había que afanarse porque en Colombia se ha venido importando gas desde hace mucho tiempo y como que le bajó la temperatura al tema de que Colombia no puede ser autosostenible en materia de gas. Aquí el experto, exministro Amílcar Acosta, nos explica los efectos que puede tener para Colombia no ser autosuficiente en gas después de 45 años y cómo esta importación de gas que vamos a hacer el año entrante sí cambia el panorama en materia de seguridad energética para el país. Y a propósito de lo que dice Juan Ricardo y Luz Estela, hay dos aspectos que son relevantes y hay que tener en cuenta. En la medida en que para satisfacer la demandauficiencia después de 45 años, nos dicen que Colombia desde el año 2016 está importando gas. Eso es verdad. Pero ese gas que se ha venido importando es para cubrir un déficit coyuntural que obedece fundamentalmente a las necesidades del parque térmico de generación como acaba de ocurrir con el fenómeno del niño. Pero eso es para cubrir una demanda que sobrepasa la capacidad de la producción nacional de satisfacerla. Eso es muy distinto y para esa importación de gas tenemos una regasificadora instalada en Barú, en Cartagena. Pero esas importaciones y la misma regasificadora nos sirven es de respaldo. En cambio, lo que ya se ve venir para el año entrante, sí o sí, que vamos a tener que importar para satisfacer la demanda esencial, ya estamos hablando es de un déficit estructural. Y lo que es peor, ya no vamos a tener esas importaciones como respaldo, sino que vamos a depender de las importaciones. Que además el precio, a propósito de lo que tú decías, el precio internacional del gas es supremamente volátil. Y lo que es peor, una de las enseñanzas que nos está dejando la crisis energética en Europa, es que tan importante como la seguridad energética es la soberanía energética. Aquí está en juego tanto la seguridad energética como la soberanía energética del país. seguridad energética como la soberanía energética del país. El año pasado y a principios de este año, el gobierno de Gustavo Petro planteó la posibilidad de importar gas desde Venezuela, reviviendo un proyecto que se había firmado en la época de Álvaro Uribe en su último mandato y que fue firmado también por el entonces presidente Hugo Chávez de Venezuela. El proyecto consistía en que cuatro años Colombia le daba gas a Venezuela. En los cuatro años siguientes se invertían las cosas y era Venezuela la que nos proveía de gas. Este proyecto se llamó Antonio Ricaurte. Funcionó los primeros cuatro años que Colombia le dio gas a Venezuela, pero cuando fue a empezar a operar la otra vía, la de que Venezuela nos mandara el gas, se empezaron a agregar las relaciones entre Colombia y Venezuela. Y finalmente el proyecto terminó en nada cuando se rompieron las relaciones en el gobierno de Iván Duque. A pesar de que es prácticamente imposible, como lo ha investigado bien a fondo, volver a revivir este proyecto porque hay una parte del oleoducto que habría que reconstruir. El gobierno de Gustavo Petro ha abierto esa ventana, que desde luego no tiene muchas bases, porque hoy Venezuela no tiene plata a través de PDVSA para reconstruir ese gasoducto. O sea que esto de que vamos a importar gas de Venezuela, hoy, como dicen los expertos que invitamos hoy aquí en Afondo, pues no es posible. Escuchemos lo que dice aquí en Afondo Juan Ricardo Ortega. Mira, Venezuela tiene un hallazgo que son La Perla y Cardón 4, que quedan en la península de Coro, que son de Repsol y de Chevron y de EMI, que puede tener hasta 16 teras. El total de lo que tiene Colombia es 2.3. O sea, Colombia está literalmente en las ruinas. Cuando se hizo el acuerdo Chávez-Uribe, Venezuela tiene unas reservas más grandes del mundo de gas en el oriente, por Puerto Ordaz, que son como 200 teras. Pero ese gasoducto transvenezolano nunca se construyó y obviamente no se va a construir. Ahorita tienen el reto de construir el que va de la península de Coro a Mérida, que son más de 150 millones de dólares, y no es evidente quién lo va a hacer, y PDVSA no tiene un centavo, y las sanciones sobre Venezuela obviamente son obvias e inminentes. Además, la infraestructura que atraviesa el lago de Maracaibo para poder traer ese gas, si tú pasas por el mar, se ven las burbujitas. Es una infraestructura que desde el año 2015 no se usa, que claramente tiene que estar en un estado de óxido y deterioro muy importante y que requiere unas inversiones que no es claro quién las puede hacer en territorio venezolano y quién esté dispuesto a correr el riesgo de que alguien le paga lo que invierta allá. Entonces, hasta que no haya infraestructura para transportar y Venezuela no resuelva uno de sus pequeños problemas, yo creo que esa opción que el gas existe, que podría tener un precio muy bajo no se va a dar tanto por inviabilidad política como inviabilidad por infraestructura. Bueno, pero ya el ministro dijo que las uvas están verdes. ¿Y eso qué significa? Que ante la realidad incontrastable de que eso no es viable ni económicamente, ni técnicamente, ni políticamente, terminó por reconocer que eso no es posible hacerlo. Igual que la fábula del que no podía alcanzar las uvas, entonces eso no es que las uvas están verdes, están amargas. sobre un posible apagón en Colombia, abordaremos el impacto que va a tener en un sistema que provee la energía eléctrica del país ya sobrecargado, con muchísimos problemas que tienen que ver con un aumento exagerado de la demanda y una baja en la oferta, el hecho de que no vayamos a tener gas, que es un hidrocarburo clave para el funcionamiento del sistema, porque muchas de las plantas térmicas que sirven de respaldo del sistema y que nos mantuvieron con luz en la última emergencia que tuvimos, que fue hace tan solo unas semanas, necesitan gas para funcionar. Esto es A Fondo. Mi nombre es María Jimena Duzán. A Fondo es un podcast producido por Mafialand. Postproducción de audio, Daniel Cháávez Mora Gestora de audiencias Beatriz Acevedo Música original del maestro Oscar Acevedo Nos pueden escuchar también en mi canal de YouTube Gracias por escuchar Soy María Jimena Duzano