1era mujer trans de las Fuerzas Armadas de Colombia - invitada: María José Vargas
15 de ene de 2025
En un episodio especial de "Vos Podés el Podcast", Tatiana Franco entrevista a María José, la primera oficial trans de las Fuerzas Armadas Colombianas. La conversación gira en torno a su valiente historia de autodescubrimiento y aceptación en una institución considerada tradicionalista y machista.
Capítulos
Presentación de María José y su Contexto
María José es la primera oficial trans de las Fuerzas Armadas Colombianas. La entrevista comienza con una introducción a su contexto personal y profesional, destacando su papel pionero en una institución tradicional.
La Evolución Personal de María José
María José narra su historia de vida, desde su infancia en una familia católica y de tradición policial, hasta su autodescubrimiento como mujer trans. Explica los desafíos enfrentados en su entorno personal y profesional.
La Experiencia en la Policía
María José comparte sus experiencias en la Policía Nacional, ilustrando las etapas de su vida dentro de la institución, su conflicto interno de identidad y las dificultades enfrentadas por su transición de género.
La Decisión de Ser Libre
Tras ser destituida de la policía por motivos más allá de su control, María José aborda su proceso de transición completa fuera de la institución, lo cual le permitió vivir libremente como el ser auténtico que siempre quiso ser.
Reintegro y Activismo Silencioso
Después de ganar una demanda, María José narra su decisión de reincorporarse a la fuerza policial. Habla sobre el simbolismo de su regreso y su deseo de ser un referente para otras personas trans y romper prejuicios.
Reflexión Final y Aspiraciones
Concluye compartiendo su gratitud por la aceptación que ha recibido en su segunda etapa dentro de la policía y expresar su deseo de seguir rompiendo barreras, aspirando incluso a ser la primera mujer trans general.
Conclusión
La historia de María José es inspiradora y desafiante. Refleja un camino de valentía, abierto por su lucha personal y su esfuerzo por desafiar los estereotipos institucionales, demostrando que el futuro es también para aquellos que se atreven a ser quienes son. Maria José aspira a seguir contribuyendo a un entorno más inclusivo dentro de las Fuerzas Armadas Colombianas.
Menciones
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Pues qué te puedo decir, más allá del tema de lo que representan sí ser la primera en algo es el tema también de abrir espacios y convertirse también con una inspiración a las personas que de pronto creen que el pertenecer a una fuerza armada y el ser una persona diversaa tal vez son cosas que son contradictorias. Es demostrar acá que realmente podemos estar en cualquier espacio y, ¿por qué no? También en las fuerzas armadas. ¿Cómo están conformadas las fuerzas armadas colombianas? Bueno, las fuerzas armadas de Colombia están conformadas por cuatro fuerzas, las tres fuerzas militares que son el ejército, la armada y la fuerza aérea y la policía nacional conformando la cuarta fuerza, que somos las que como tal estructuramos toda la parte de defensa y seguridad del país. Y tú eres una policía. Yo soy policía. ¡Orgullosa! ¡Orgullosa gente policía! Bueno, estamos hablando ya de tu estado actual, pero para llegar ahí pasaste por un sinnúmero de cosas y eso es lo que queremos conocer hoy porque verte aquí y escucharte sobre todo requiere valentía. Salir a contar abiertamente que eres una mujer trans y que además estás en este entorno que por lo general es tan machista, no es cualquier cosa. Es correcto. Digamos que el reto aquí, más allá de la diversidad en sí mismo, porque digamos que este es un tema que se ha movido en muchas esferas, sí es muy disruptivo en este contexto en específico, porque pues creo que para nadie es un secreto que la institución como tal, según la percepción que tienen las personas, porque también es una cosa que ha ido evolucionando, es que las fuerzas armadas y las fuerzas militares somos de un contexto muy tradicionalista, muy hasta cierto punto machista, y es también como venir a romper un poco esas barreras, demostrar que las luchas valen la pena y que no está bien uno encasillarse o limitarse a X o Y espacio únicamente por quién eres tú como persona. Lo que eres no te define, sino realmente los límites los pones tú. Pero tu historia en la Policía Nacional se parte en dos, porque tuviste dos etapas. ¿Qué tal si nos devolvemos un poco en el tiempo? Dos temporadas, lo llamo yo, como temporadas de Netflix. Mi primera temporada en la Policía, bueno, evidentemente el tema de mi transición y el tema de mi autodescubrimiento empezó desde que yo era muy pequeñita. Entonces, cuando yo ingresé a la policía, ingresé siendo otra persona. En ese entonces, pues era socialmente reconocida o reconocido en ese momento como un chico. Sí. Sí, sí, género, incluso heterosexual. No es por ser de pronto engreída, pero tenía lo mío. Y en ese proceso de descubrimiento y también digamos que siguiendo un poco el legado de mi familia, me enlisté, digámoslo así, para empezar a hacer el curso oficial en la Escuela General Santander. Sí, para empezar a hacer el curso oficial en la Escuela General Santander. De allí pues me gradué, también con la esperanza de que quizás esa formación castrense, que es como tan ruda y como tan de carácter fuerte para poder también afianzar tu personalidad de cara a lo que te vas a enfrentar cuando sales al mundo real. Sí. Creí que todo eso iba a pasiguar de pronto esos sentimientos que yo sentía dentro de mí. O sea, en pocas palabras yo decía, mejor dicho, ¿qué más macho que ser policía? Entonces, si aquí no me enderezo, no me enderezo con nada. Me metí durante el proceso de la escuela, digamos que mi mente estaba tan ocupada que no me daba mucho tiempo como de explorar realmente como el tema de mi identidad propia, hasta que me gradué de la policía y fue allí donde nuevamente empezó a resurgir dentro de mí este tema. Pero antes de entrar allá, porque ya vamos para ese lado, yo quisiera devolverme incluso un poco más, porque ahí estás hablando de la identidad, ¿cierto? Cuando estabas a muy temprana edad, tipo 5, 6, 7 años de edad, ¿tú ya empezabas a sentirte diferente, pensabas distinto a todos los niños, a todo tu entorno? Cuéntame un poquito de eso. Ok, en mi... Bueno, hago el contexto primero. Yo vengo de una familia católica, de un contexto muy tradicionalista. De hecho, mi papá también fue policía y mi abuelo también fue policía. Dios. Mi hermana es miembro de la Fuerza Aérea Colombiana. Entonces, digamos que ha sido una tradición familiar como tal tener este tema del servicio a la patria, digámoslo así. Y en estos círculos, pues obviamente, digamos que los temas de la diversidad no están tan bien vistos, o no lo estaban en ese momento, también hay que partir del hecho de que en el momento en el que yo nací, crecí y empecé pues todo mi proceso de transición, era otro contexto muy diferente al de ahora, yo digamos que ya soy vieja data en este tema de la transición, en este tema de la transición, y en el momento en el que yo empecé a notar realmente cuál era mi verdadera identidad, fue, o sea, yo digo que yo nací así, realmente siempre he sido yo, independientemente de cómo me viese de cara al mundo, porque mis recuerdos más tiernos, no puedo hablar de antes porque pues no tengo memoria clara sobre ello, pero Titu 7, 8 años, aproximadamente eran, por ejemplo, estaba yo con mis amiguitos, pasaba una estrella fugaz, y normalmente, entre la inocencia de los mismos niños, los deseos eran, ay, yo quiero ser Goku, o no, yo quiero jugar en la selección Colombia, o lo que sea. Mi deseo íntimo y siempre muy personal que yo le pedía a esa estrella fugacera, yo quiero despertar siendo una niña. Y te lo estoy diciendo a los tiernos ocho años. En ese entonces el concepto de las personas trans creo que ni siquiera estaba en mi radar porque era un término que no estaba como tan normalizado, como tan visibilizado como hoy en día. Era un tema que era mucho más tabú, que estaba reservado a temas muy... Sí, como más oscuros, digámoslo así. Y no me había dado la oportunidad de encontrarlos. Aparte que en ese entonces, pues digamos que el acceso a internet era una cosa muy limitada, que tú tenías que conectarte por teléfono y si levantaban la bocina se desconectaba el internet. Claro. Entonces digamos que el acceso a la información realmente era bastante limitado, pero desde ese entonces fue cuando yo ya empecé a encontrar mi camino. Ok. Empecé a encontrarme a mí misma. A eso de ponle tú los 12, 13 años aproximadamente, fue cuando por fin encontré esta definición de lo que era una persona trans y fue allí donde yo dije, ok, primero ya no me sentí tan sola en este mundo porque dije, no soy la única hay otras personas que también han pasado por esto y lo segundo fue que dije, o sea si hay un camino, y al haber un camino para mí se abrió un mar de posibilidades se abrió un mar de opciones que de pronto yo podía tomar, pero volvemos al mismo punto, era otro contexto social. Y en ese entonces yo sentía que el dar ese paso, obviamente me iba a condenar o me iba a limitar a ciertos aspectos de mi vida. Digamos, el tema de el estereotipo, la percepción que la gente mayormente tiene de las personas trans es la estilista, la persona así que bota pluma por todos lados, sin obviamente demeritar a las personas que son extremadamente femeninas, que se dedican a la prostitución o temas de estos, y yo eso no lo quería para mi vida. Digamos que es muy chistoso porque yo, aún siendo una persona diversa, tengo un pensamiento muy tradicional. Yo siempre soñaba con tener mi familia, hijos y todo, pero obviamente en el rol en el que yo me sentía cómoda y con el que siempre me había identificado. Pero ven, en esa infancia, cuando tenías todavía esos sueños que pasaba la estrella fugaz y que seguramente en tu intimidad anhelabas con verte de otra manera, ¿lo hablabas en tu casa o esto era un secreto? ¿Esto era algo, una comunicación interna contigo? Era una comunicación interna únicamente conmigo. También por el contexto en el que crecí no era un tema fácil de compartir. O sea, donde yo en ese momento me hubiese abierto con mi familia o bueno, no sé, todo esto parte del what if, de suposiciones. Sí. Pero yo siento que tal vez la recepción por parte de mi familia habría sido muy hostil. De pronto al punto tal de que habrían tratado de pronto de tomar acción para corregirme o reenrutarme. Sí. Y eso me parece que es algo muy violento y más de pronto en esas tiernas edades yo en ese entonces me identificaba mucho con un anime que ahorita pues relanzaron nuevamente que es Rando y Media que era de un chico que cuando... esto revela nuestras edades sí, ya somos viejas todo como el vino, entre más viejas más sabrosas muy bien y te identificabas con... me identific el vino, entre más viejas más sabrosas. Muy bien. ¿Y te identificabas con...? Me identificaba completamente. De hecho, yo soñaba con ir a China, encontrar los estanques de Yusenkyo y meterme ahí de cabeza. Ajá, ajá. Ese era mi sueño. Obviamente, eso era una cosa que yo manejaba muy internamente, también por, digamos, las etapas de este proceso de descubrimiento. Porque no fue, digamos, como hoy en día que de pronto una persona se encuentra, encuentra aceptación, encuentra de pronto unos círculos de apoyo que le ayudan un poco más a empoderarse en ese proceso de autodescubrimiento, sino que a mí me tocó pasar todas las etapas como las etapas del duelo. Primero venía la etapa de negación, en la que yo me decía a mí mismo no, tú no puedes ser así esto está mal no puedes ser así luego viene la etapa de duda ¿por qué soy así? ¿por qué me pasa esto? luego viene la etapa como de culpa yo no debería ser así luego viene una etapa incluso hasta de rabia en la que yo decía ¿pero por qué yo soy así? y me preguntaba y me cuestionaba a mí misma en la soledad o incluso a veces cuestionaba también al cielo y decía como que ¿por qué yo salí así? Porque realmente era tanta la percepción negativa que yo tenía de lo que yo misma era, que yo misma me autodiscriminaba y yo misma me autonegaba mi identidad, al punto tal de que yo me sentía culpable. Ya obviamente después el proceso, como el duelo, luego llegó la aceptación de, bueno, ya soy así. Pero eso cuesta, o sea, llegar a ese punto. Te estoy hablando de años, y años en un periodo de tiempo que es en el que te estás desarrollando que es la infancia y la adolescencia. Entonces realmente fue un proceso que generó un gran conflicto en ese entonces no de cara a la sociedad ni a las personas de mi familia sino era un conflicto interno ok, ¿cómo te veía la gente de afuera ya en esa adolescencia? ¿o cómo sentías que te percibían? ¿tu entorno, tus amigos, tu círculo? ¿quiénes eran además? bueno, en el colegio yo siempre era el niño raro Siempre fui un niño nerd Me encantaban los cómics Los videojuegos Las cartas de Yu-Gi-Oh! Coleccionaba tazas de Pokémon y todo Entonces yo era el niño raro, el niño raro mechudo del colegio Dios Entonces siempre me gustó la música Era el niño bohemio y todo, pero yo creo que Todo eso era también en parte de lo que estaba Construyendo yo como identidad. Entonces, en ese entonces, viniendo yo de un entorno policial, yo incluso estudié en un colegio de la policía. O sea, todo así. Yo me empecé a dejar crecer el cabello, pero pues precisamente, digamos, así que como para no levantar sospechas, entonces yo vendía esta imagen de ser el niño rockero, así. Como rebelde. Rebeldede tal cual entonces digamos que pasé por esas etapas así en las que era full emo así con el copete y todo pero realmente eran formas de explorar mi feminidad sin que las otras personas lo notaran porque yo misma no me había aceptado y cuando tú no te has aceptado pues como que no te das rienda suelta como tan que sea lo que sea. Claro. Y entonces ya ese círculo te veía, o sea, un niño. Un niño raro. Igual como también aquí entra el tema, entra a jugar también el tema de la diferencia entre las preferencias sexuales y la identidad, pues yo desde que comencé como tal con mi vida romántico sexual, afectiva, siempre he sido bisexual siempre, entonces al ser siempre bisexual, digamos que esa dualidad me permitía moverme con cierta libertad sin que las demás personas llegaran a intuir nada, entonces yo tuve muchas novias y tuve mis parejas y como te digo incluso siendo ya policía tenía lo mío y el uniforme llama y eras ya policía tenía lo mío y el uniforme llama. Y eras el policía hombre, mejor dicho, así que te veían y Dios mío, así, botando la baba. Totalmente, y como también digamos que, y eso es algo que conservo hoy en día, no es como que en ese momento lo hacía como por aparentar o que fuese mi máscara o mi disfraz, sino que es parte de mi parte de mi identidad, pues yo realmente no es que sea la persona así como más amanerada del mundo, yo soy una persona como muy descomplicada. Entonces, claro, en ese entonces nadie intuía nada, al punto tal de que cuando yo esto se lo revelé a mis compañeros de curso, a las personas con las que yo trabajaba, tanto subalternos como jefes, todo el mundo estaba shockeado. No, no, no, no, pero espérate que te me estás adelantando, yo también estoy shockeada. Claro, sobre todo por la institución, es que ese es el punto, es ok, el entorno en el que te estabas moviendo, que era más difícil para ti, asumo yo. ¿Cómo fue entonces ese proceso? ¿Recuerdas cuando llegaste por primera vez a la policía? Ahí sentías que te ibas a seguir bajo esa misma línea, siendo un hombre, o estoy equivocada. Como te digo, estaba tan conflictuada en ese entonces y como todavía estaba en esa etapa de culpa que yo sentía que tenía que corregirme. O sea, lo más tenaz es que hoy en día se habla mucho de estas terapias de conversión, de que le cosiegue y todos estos temas y entonces yo no necesitaba nadie que intentara hacerme una conversión era yo misma la que me estaba autoviolentando. Te estabas haciendo tu autoterapia Yo misma me estaba tratando de auto hackear la cabeza como para tratar de encajar en lo que se supone que debería ser, Que bueno, yo entré a la policía y en parte siento que también entré como bueno, primero porque siempre he tenido complejo de superhéroe el tema de los cómics y la ñoñería me ha acompañado toda mi vida se me metió a un punto tal de que yo siempre soñaba con salvar a las personas y en mi concepto yo decía, bueno, ¿qué es lo más cercano a un superhéroes, policía. Salva gente, tiene hasta un batiz cinturón con todos sus gadgets. Me monté en la película. Y por otro lado, el tema de lo que te decía, de que yo decía, bueno, como me estoy yo haciendo mi propia terapia de autoconversión, digámoslo así, con esto o se me quita o se me quita. Y en ese periodo de tiempo en el que yo estuve en la escuela, o sea, me fui para el otro lado. Y antes intenté hipermasculinizarme, al punto tal de que yo era el tipazo, tumba loca, súper macho maracho y todo, pero también tratando como de, bueno, esto lo ahogo porque lo ahogo. ¿Cómo te llamabas en ese entonces? Reserva del sumario. Ok, no hay ningún problema. Pero entonces estabas así en ese, en una rebeldía como de autocastigo, autocorrección. Digamos que también mucho de lo que aprende uno también por las religiones, cualquier religión es el tema del autolimitarte. ¿Por qué? Porque con eso juega la religión, con venderte a ti un concepto moral que hace que tú te sientas culpable por lo que estás haciendo. Y es lo que nos enseñan desde chiquitos. Cuando te dicen, no haga esto porque Diosito lo está viendo. No haga esto porque Diosito se va a enterar. Tú te sientes culpable y al yo sentirme culpable, yo sentía que estaba haciendo algo mal. Sentía que iba a defraudar a mi familia, sentía que iba a defraudarme a mí misma, sentí que me iba a limitar en condiciones de vida a, no sé, X espacios únicamente. En ese entonces, digamos que referentes trans no existían mucho. Me acuerdo mucho de Laisa, el personaje que hacía, de Andri Cardenio, que si bien es cierto fue un personaje emblemático en su momento, no dejaba de ser el alivio cómico de la novela. Yo decía como que, no, yo quiero que la gente me tome en serio. Quiero que la gente me vea y me respete y me trate con la dignidad que siento que merezco como la persona que soy. No quería ser ni el chiste, ni la persona rara, ni que me identificaran únicamente por eso, y que eso se convirtiera como en mi etiqueta para ser identificada. Siempre he estado muy en contra de las etiquetas. Total. Y para esa época tu familia estaba en qué tónica contigo, pues por lo que estabas mencionando, que todos vienen también como de ese mismo entorno, de institución y no sé qué, te veían de qué manera. Eras como el orgullo de la casa. Es lo más curioso, porque yo inicialmente decía, no, yo no voy a ser policía, porque en el colegio vendía la imagen de ser el niño hippie, así, todo rebelde, Kurt Cobain. Y cuando salí de la escuela, pues obviamente mi papá, al haber sido policía, me veía y me referenciaba como su orgullo, que eso también fue un tema que para él fue complejo. La transición, tú sabes que no es un tema único, sino es un tema que afecta a todo tu entorno, y en este caso en particular, pues yo me convertí como en en el referente de orgullo de mi papá, tanto que cuando él hablaba con sus amigos, sí, literal era, este es mi muchacho, y qué oficial, y que no sé qué, y qué tal, claro, él cargaba las expectativas de lo que él anhelaba para su hijo. Obviamente, sé que lo hacía. Se vio en ti, de alguna manera, ¿no? Total. Pero él me visualizaba como un hombre oficial, ojalá que llegase a ser general, con su esposa, hijos, perro, o sea, lo más tradicionalista del mundo. Qué loco cuando las personas de afuera tenemos expectativas sobre otro, ¿cierto? Entonces uno, pues, es muy de los papás. Ay, yo espero que mi hija, que mi hijo sea médico, yo sea no sé qué. Y mira cómo luego la vida le va mostrando a cada persona el camino. Pero esas expectativas son delicadas porque también, de alguna forma, generan como una responsabilidad en el niño o en el adolescente en tu caso que estabas ya en una edad como un poquito más avanzada no sentías de pronto esa responsabilidad de yo no puedo defraudar en casa me están viendo de esta forma ¿qué hago? Totalmente, y siento que ese tema de lo de las expectativas es bilateralmente contraproducente, bilateralmente dañino porque como tú decías, tanto para el niño que siente que tiene que cumplir unas expectativas, como para el padre también, que al cargar esas expectativas a su hijo, se está poniendo o se está arriesgando a defraudarse. Sí. Y a sentir como esa frustración, porque siempre una expectativa no cumplida genera frustración. Total. Y eso pasa siempre al generar esas expectativas y es digamos que un trabajo también que yo he tratado de hacer con las personas a mi alrededor y es de decirles a las personas hay que dejarlas ser y quererlas como son. Porque si tú pretendes que una... y pasan las relaciones de pareja. Claro. Si tú te casas con o te novias con una persona, no por lo que es, sino por el potencial de lo que puede llegar a ser según tu perspectiva, te vas a frustrar. Me ha pasado. Yo, este es un diamante en bruto y lo voy a pulir. No. No, no funciona. Créeme que se puede uno desgastar. Desgastar vida, tiempo, esfuerzo, recursos en tratar de hacer cambiar a una persona. Total. Pero si esa persona no quiere cambiar, no va a cambiar. Ni por ti, ni por nadie. La única persona que te puede hacer cambiar a ti eres tú mismo. Y eso parte de un tema muy profundo y muy interno de cada quien. Ahorita lo llamabas, eras el macho, el chacho, ¿cómo era que te decías? El macho maracho, no, yo era un playboy. Y en qué momento ese chico playboy empieza a cambiar su configuración dentro de la policía. Bueno, ya estando dentro de la policía, como te dije, después de que me gradué, digamos que estando yo en la escuela, yo dije, bueno, la cosa está controlada, pero realmente era porque no me daba tiempo de nada. Para los que no lo saben, realmente la formación en las escuelas de formación de la policía es... ¿Son duras? Complejas, duras, en la época en la que me tocó a mí. Y eso que eso no es nada, antes era mucho más complejo y ese es un tema en el que la policía ha ido trabajando y mejorando a fin de, digamos, centrarse más en una capacitación más humana, más de cara al humanismo también, partiendo de que detrás del uniforme hay un ser humano, pero digamos que siempre al venir de una naturaleza y de una raíz muy castrense sigue siendo un tema que te exige un carácter duro. Me imagino. Y es más, en la misma escuela nos decían, nos decían, es que usted tiene que tener un carácter fuerte porque es que usted va a salir a la calle y nos lo van a bajar de tombo y juetantas, no sé qué. Y si tú eres una persona que no tienes inteligencia emocional, o te pones a llorar o te pones a pelear. Y tú no puedes rebajarte al mismo nivel a que se me dijeron tombo y juetantas, entonces venga, nos vamos a dar porque pues es la naturaleza del servicio. Sí. Y también nosotros tenemos que entender que nosotros somos la autoridad que está para llamar al orden. Me da mal no tener uniformada porque me recojo. Tengo mis dos facetas. Es muy chistoso porque mira que yo en el trabajo soy la persona, una persona muy, digamos así que, y Mandy llegaba a decir que inspiro un poco, que hasta intimido. Porque soy una persona que tengo cara de brava, pero las personas cercanas a mí saben que yo llego a mi casa, cuelgo el uniforme y soy un merengue completo. Soy llorona, consentida, una niña grande completamente. Ay, me encanta eso. Bueno, te he hecho una pregunta, me salí de la conversación, pero te decía que en qué momento ya empezó a transformarse ese chico playboy, como lo decías. Cuando salí de la escuela y me di cuenta que ese sentimiento realmente no se había ido, sino que solamente lo había puesto en stand-by, empezaron nuevamente a surgir todos estos temas. Yo en ese momento tuve una pareja, una chica también de la policía, la amé muchísimo, fue un gran amor para mí. Uf, yo... lágrimas, risas, de todo, tengo recuerdos muy bonitos por lo intensa que fue esa relación, pero también llegó el momento en el que ya mi identidad fue superior a lo que yo quería ser para ella, porque yo, mira hasta dónde había llegado a mí el punto de sentirme culpable, que yo sentía que tenía que ser el hombre que ella se merecía. Entonces yo misma me restringía, pero obviamente eso fue inflándose, y como una olla a presión llegó un momento en el que botó el pito. Y ya en ese momento, digamos que cuando yo me sinceré con ella, ella en un principio no se lo tomó nada bien. Luego simplemente lo tomó como... Como que no le paró muchas balas, bolas. Creo que entró en una etapa de negación. Ella misma también como que se decía, esto es una etapa, esto dejémoslo que siga con su vaina y normal. Pero, ¿qué le dijiste? O sea, ¿ahí ya estabas clara? Sí, claro, totalmente. Ella ya sabía que yo era una persona bi. Pero no sabía el tema de mi identidad. Sí. ¿Qué pasó? Y esto es muy chistoso porque yo no salí del clóset. A mí me sacaron del clóset. ¿Cómo así? Y fue porque en alguna ocasión, estando yo sola, creo que es una práctica que es muy común entre todas las personas con experiencia de vida trans, es que yo en soledad, digamos que me ponía ropa de mujer. Y en una de esas ella me pilló unas fotos en el celular. Dios. Y ella me las pilló y se las mostró a mis papás. Ay, no. Dijo como que mira lo que está haciendo, no sé qué, qué tal. Y fue ese el punto de coyuntura en el que yo tuve que decir. O sea, mi mamá me llamó, me dijo está pasando esto y esto y esto, ven a la casa que tenemos que hablar. Ay. Yo todo ese día tenía la cabeza dándome vuelta. A punto de explotar. Te estoy hablando que en ese entonces tendría que veintipocos años, veintiuno, veintidós y ese tenemos que hablar asusta, tenemos que hablar yo ya sabía por dónde iba la cosa entonces yo en mi cabeza yo decía, aquí solo tengo dos salidas o lo niego hasta la muerte y y pues nada, me toca arreglarme como sea, que era lo que venía haciendo durante este tiempo. O ya, me voy de frente. Ya me pillaron, ya qué más da. Si ya me pillaron, ya hagámoslo realidad. Y así fue. Me confrontó mi papá, me confrontó mi mamá. Me dijeron, ¿qué está pasando acá? No, no, no. Esta persona, esta chica nos mostró esto y esto y esto. Obviamente para ellos fue un choque porque una cosa es que te saquen del clóset diciendo, ay, esta persona tal, otra, a que te lo muestren así directamente. Claro, la foto. Pues obviamente para mis papás fue un choque visual complejo. En su momento tengo que decir que no obtuve la respuesta que quise porque yo me las paré en la raya y les dije, pues la verdad es que sí, eso es lo que está pasando. Viene desde siempre. Yo, de hecho, ya había adelantado un poquito el tema psicológico y... pero por mi cuenta. Sí. Full privado, porque digamos que era un tema que yo misma lo tenía tan... tan tabú que me daba pena compartirlo con otras personas, pero ya lo tenía un poco adelantado. Y cuando ya me vi de cara a enfrentar a mis papás y a decirles sí, yo les dije sí, la verdad es que pasa esto, esto y esto. Y van a haber cambios. ¡Wow! Lo que se viene aquí para adelante son cambios. Y esto es lo que va a pasar. Te paraste en la raya. En la raya. Dije, no, ya. ¿Quiénes estaban ahí en ese momento? Mi papá y mi mamá, únicamente. Yo creí que iba a estar la chica con la que estaba en ese entonces, pero no, no, ya. ¿Quiénes estaban ahí en ese momento? Mi papá y mi mamá, únicamente. Yo creí que iba a estar la chica con la que estaba en ese entonces, pero no. Afortunadamente, porque siento que eso tal vez me hubiera acudido un poco, tal vez. Pero así fue. ¿Y qué te dijeron? ¿Recuerdas qué te dijeron en ese momento? Uf, fueron palabras muy crueles. La verdad, sé que mis papás me aman. En este momento tenemos una relación espectacular, pero es una relación a la que llegamos después de muchos altibajos, mucho sufrimiento y muchas lágrimas. Claro. Mi papá me dijo cosas crueles, densas, cosas las típicas de personas así súper conservadoras, como que varoniembra los creó y que xy y xx y la la la, mi mamá también, súper decepcionados. Mi papá es una persona que es poco expresiva realmente. Yo puedo contar un par de veces, yo creo que dos veces en la vida, le he escuchado a mi papá un te amo. En la vida. No porque no me ame, sino porque su lenguaje del amor es diferente. Sí. Él siempre ha estado para mí, pero él no se expresa. Le cuesta expresarlo. Muchísimo. Y más sabiendo que él también, pues, es policía y viene de la vieja escuela en la que solían ser muy personas demasiado rígidas. Estoy imaginando esta escena y claro, muy duro. Imagínate, mi papá que no expresaba absolutamente nada, lo vi llorando. No, a mí se me partió el corazón. Yo entré en una crisis tenaz porque yo sentía mucha culpa. Porque yo decía, mi papá no llora con nada. Lo hice llorar. Y yo lo hice llorar. Lo lastimé. Lo sentía muy defraudado de mí. Y así fue, al punto tal de que cuando yo ya empecé mis procesos de cambio físico como tal, mi papá me dijo de lejitos, no quiero que me vean con usted. ¿Por qué? Porque literal así me lo dijo. Y vuelvo y reitero, fueron palabras muy, muy crueles en su momento, pero que hoy en día, digamos que entiendo que fue parte de su proceso de duelo, pero me decía, es que me da vergüenza que me vean con usted. Bueno, así empecé. yo me fui de la casa también bueno la relación con esta chica no siguió por el ente de molestarse obviamente por lo que mira que no yo sí estaba muy defraudada y todo por la forma en la que lo hizo, pero yo estaba muy enamorada. Demasiado. Yo quería seguir con ella. Yo le decía, pero mira que... ¡Eres chismosa! ¡Pero me gustas! Cuando tú estás enamorada, te pegan y tú dices, ¡ay, me pega porque me quiere! Sí, no hay nada que hacer. Tristemente. Y yo era una sardina. Entonces, pues digamos que no entendía la madurez de pronto de que una relación hay que llevarla también con ciertos límites para que no rayía la madurez de pronto de que una relación hay que llevarla también con ciertos límites para que no rayen la toxicidad bueno, yo ahí estaba con ella. Pero bueno, o sea, tú saliste a buscarla y le dijiste, mira, ya hablé en la casa gracias a las fotos que vimos. Vivíamos juntas. Ah, ok. Entonces yo llegué por la noche a la casa y ella bueno, no llevábamos mucho en esas, pero llegué a la casa, ella me dijo que no, o sea, que realmente ella no podía seguir con eso, nunca se me olvidará la frase que me dijo, pero en su momento la frase la tengo aquí grabada, que me decía mira, fulanito la verdad es que a mí me gustan los hombres y yo en ti ya no veo un hombre así, tal cual en su momento yo la odiaba, yo decía no, es que el amor no sé qué, qué tal soy una enamorada del amor soy muy romántica y soy súper cursi siempre he tenido este concepto como de que... Romántica. Muy Disney Channel. Pero hoy en día entiendo y digo, pues sí, realmente eran sus gustos. Yo no podía forzarla a que ella le empezara a gustar algo que realmente nunca le había gustado. Porque ella es muy heterosexual. Demasiado. Hoy en día ella tiene un niño. Está casada. Es feliz. Y me encanta verla feliz porque se lo merece. Sí. Pero me dijo esa frase. Te dolió un montón. Para mí fue un golpe tenaz porque, bueno, tuve que irme de mi casa también. Porque en mi casa me limitaban. Mi papá, lo que te decían, no me podía ver. Llegó un momento en el que cuando yo ya empecé a que mis cambios fueran muy evidentes, un momento en el que cuando yo ya empecé a que mis cambios fueran muy evidentes, yo salía de la casa con mi ropa, pues digamos muy andrógina, porque yo nunca he sido como a andar con vestidos y esas cosas, pero encima me ponía una de estas chaquetas como rompeviento, esas para montar en bicicleta grandotota, y llegaba y salía a la calle y me la quita, porque mi papá decía que ni Pueyrxiras podía ni entrar ni salir de la casa que me vieran los vecinos así, entonces de cara a esa situación que me estaban limitando ante mi proceso de autodescubrimiento y de autoconstrucción como persona también, porque al final una transición es prácticamente como volver otra vez a tu adolescencia y volver a construir una persona que si bien es cierto ya trae unas bases, tiene una identidad diferente y me estaba sintiendo limitada. Así que en ese entonces me fui de la casa. Pero ahí seguías todavía en la policía. Sí. Estando con... cuando empecé todo mi proceso de tránsito, est en la policía tuve una situación con un jefe en ese entonces ojo hago aquí la claridad la policía es una excelente institución pero no todos los policías son excelentes personas y creo que para nadie es un secreto y como en todas las profesiones hay médicos que son espectaculares y médicos inescrupulosos que tal vez no tienen suficiente conciencia y hacen salvajadas. Pasa exactamente lo mismo. La policía de ese entonces era una policía un poco, como decimos, digamos que un poco menos receptiva a la diversidad. El tema era un poco más tabú. Y si bien es cierto, policías homosexuales siempre han habido, en ese entonces era algo muy mal visto y una persona abiertamente homosexual casi que tenía que ocultar eso dentro de su faceta como policía entonces prácticamente te estaban obligados a llevar una doble vida claro, este señor jefe que tuve yo en ese entonces tenía muchos problemas conmigo en cuanto, primero que no le gustaba que yo estuviese con la chica con la que estaba, porque ella era su alterna mía, y él, digamos que era de esta vieja escuela que decía, no, es que los oficiales y los patrulleros no pueden relacionarse porque tema clasista, y por otro lado, pues el tema de que, como te dije, yo soy abiertamente bisexual, bisexual entonces digamos que ya cuando empecé yo como a exteriorizar ciertos comportamientos socialmente asociados a lo femenino, el tipo se rayó horrible y un día vino y me confrontó yo normalmente siempre he sido una persona muy subordinada muy sí señor como ordenes parte de la dinámica institucional y eso es lo que ha hecho que hoy en día la policía lleve 133 años con una unidad de mando en la que pues todo se estructura de arriba hacia abajo. Pero hay cosas que ya rayan en la intimidad, en lo personal de cada quien, y esos sí son temas que son muy de cada persona. Y este señor vino a confrontarme que por qué yo estaba con ella, primero. Y segundo, que el por qué de mi pues de mi identidad y de mis preferencias sexuales. Me acuerdo mucho que en ese momento yo llegué y le dije vea, mi coronel, la verdad es que me cogió de mal genio. Dije, mi coronel, vea, si usted tiene algo que decirme a mí, como oficial, lo que quiera. Pues mi vida personal usted me hace el favor y no se mete, esta persona es mi pareja, yo la amo y yo no tengo por qué estarle rindiendo a usted justificaciones de qué es lo que hago en mi vida personal porque en mi vida personal si yo estoy de descanso y quiero ponerme una falda y pararme en una esquina, es mi problema eso no es un delito, así se lo dije bueno, este señor si yo estoy de descanso y quiero ponerme una falda y pararme en una esquina, es mi problema. Eso no es un delito. Así se lo dije. Bueno, este señor se lo tomó un poco personal. Obviamente, digamos que tenía el grado y el poder para afectar un poco mi carrera. Y así lo hizo. De hecho, nos hizo trasladar a ella y a mí para de esquina a esquina. ¿La separó? En ese entonces, sí, nos separó. A ella la mandó para la estación de... Al norte, muy al norte, de Usaquén, y a mí me mandaron para la estación de Ciudad Bolí. Hasta que no tuvieron la oportunidad de ver. Sí, o sea, dijo, aquí, y porque no se le dio la oportunidad de mandarme, no sé, por allá para acá, ¿qué tal? Si no, créeme que lo hubiera hecho. Estando en eso, pues yo siempre he sido una persona muy enérgica. Me gusta trabajar. Realmente ser policía es algo que me apasiona. Siempre me he apreciado de ser una buena policía. Jamás en la vida nadie puede decir nada de mí en cuanto a temas de corrupción. Jamás. No me le he comido ni un chicle a nadie. de mí en cuanto a temas de corrupción. Jamás. No me le he comido ni un chicle a nadie. ¿Por qué? Porque soy muy consecuente entre lo que siento, lo que digo y lo que pienso y lo que hago. Y como te dije, un superhéroe no hace eso. Entonces, pues nada, estando allá, me acuerdo que trabajando un día, pues yo soy una persona resolutiva. Si no había un carro, cogía una moto, me movía en lo que tuviese que moverme. Y ese día me acuerdo que teníamos que hacer cierre de establecimientos, que es un servicio que es por lavar, se movió uno mejor en moto y nos pidieron un cumplimiento, así que le dije a mi conductor, quédate aquí, mientras yo voy, bajé hasta la estación a recoger una información y cuando me iba a devolver, la moto estaba sin gasolina. Yo de enérgica me fui a echarle gasolina y cuando estaba regresando, Prud me estrellaron. fue con vehículo en fuga el vehículo que me chocó se voló estando yo uniformada y todo pero luego de que este señor coronel que tenía como consigna de su vida lograr hacerme sancionar, no había podido después como de 19 intentos, 19 informes que se los tumbaba uno detrás del otro pasó este accidente y prácticamente fue lo que él necesitaba. Me lo capitalizó y a partir de ahí empezó una investigación y que al final resultó en mi destitución. Entonces, digámoslo así que formalmente a mí me echaron de la policía porque supuestamente cogí la motocicleta y yo no tenía la prueba de idoneidad y que no sé qué más. Se me metieron por ese lado. Pero un secreto a voces o por debajo de la mesa, está claro que me echaron fue porque, digamos, iba en contravía de lo que ese señor coronel en su momento me estaba a mí demandando, que era meterse en mi relación en su momento y el tema de mi identidad de género y de mis preferencias sexuales. Entonces, digamos que fue el papayazo perfecto y me sacaron de la policía. Yo ya había empezado con mi proceso de transición, incluso cuando pasó lo del accidente, yo ya había empezado con mi tratamiento hormonal. Yo llegué a un punto en el que yo era muy andrógina, al punto tal de que la gente se confundía conmigo. Entonces como que llegaban y decían, buenas, tengo una reunión con fulanito. Y yo en el computador, sí, sí, señor, soy yo. No, señorita, estoy buscando a fulanito. No, que sí, que soy yo. Entonces digamos que yo mi transición la hice al revés. Yo primero dije, yo no hago el switch hasta que la gente realmente no me lea como lo que soy, aún usando ropa de hombre. Ok. Siempre vuelvo y te repito, partiendo de que yo misma era muy ruda conmigo misma. Entonces yo decía, si yo no llego a este punto, ¿ni para qué me atrevo a seguir más adelante? Ok. Conté con la fortuna de que, pues, genética y biológicamente siempre he tenido unos rasgos muy andróginos, digámoslo así. Entonces, como que eso fue de un momento a otro y ya. Fue súper fácil. Sí. O sea, realmente fue absurdamente fácil. Tanto así que yo lo utilizaba como una excusa para mí misma para decir, mierda, yo nací para esto. Sí, o sea, realmente es la vida confirmándome de que esto es lo que soy. Bueno, ya estando fuera de la policía, demandé en su momento. Pero las demandas en el contencioso administrativo toman mucho tiempo. Claro. Yo eso lo sabía desde el inicio que empecé el proceso con mi abogado. Pero entonces ya fuera de la policía dije, no, pues aquí ya es la oportunidad para ser libre. Entonces ya fuera de la policía dije, no, pues aquí ya es la oportunidad para ser libre. Y ya había salido la ley que te permitía a ti modificar también tus documentos y todo esto. Entonces también yo ya cambié formalmente mi nombre. ¿Qué edad tenías? Cuando cambié mi nombre como 26. ¿Y qué? Bueno, cambié formalmente mi nombre, mis documentos, todo. Fue tu momento, la oportunidad perfecta. Fue la oportunidad perfecta. Y ahí es donde entra el tema del destino. ¿Por qué? Porque yo todo en su momento le tenía rabia, pero luego lo miro en retrospectiva y entiendo, ah, era por eso. Ah, ya entendí. Entonces realmente ese espacio en el que estuve por fuera de la policía fue ese espacio que tuve para terminar de construirme libremente, para poder hacer lo que tenía que hacer para llegar a sentirme completamente satisfecha con mi identidad, con lo que soy con lo que veo frente al espejo, hoy en día soy una mujer muy feliz no me cambiaría nada, me encanta lo que soy, y es más ese cuestionamiento que alguna vez tenía de, ay, si hubiese nacido siendo una mujer cis, ya ni siquiera lo tengo porque digo, bueno, tal vez si hubiese nacido siendo una mujer cis, habría sido otro tipo de mujer. Pero precisamente soy lo que soy porque me tocó vivir la historia desde esta perspectiva. Me tocó este camino. Me tocó el camino largo, pero el final del que más aprendes. Nos encanta aprender, además. Muchísimo. ¿Qué es una mujer cisgénero? Para quienes no lo entienden, una persona cisgénero. Ok. Una persona cisgénero es lo contrario a una persona trans. Una persona trans es la persona que su morfología y su identidad sentida o su mente, su autopercepción, no coinciden. Una persona cisgénero es, digamoslo así, la mayoría, la normatividad, que son las personas que tanto su corporalidad, su morfología y su mente están alineadas. Yo soy una persona cisgénero. Tú eres una persona cis. Ok. Cisgénero, diminutivo, cis. Ok. Y entonces, ahí, este fue el momento perfecto para ya hacer tu transición, verte como te querías ver. ¿Qué empezaste a hacer? ¿Qué cambios empezaste a hacer físico? ¿Te operaste? Cuéntanos ahí ese proceso. Bueno, sí tuve unas cuantas cirugías. No unas cuantas, no, dos. Era bella desde siempre. Sí, es que ese es el tema, que yo la tuve fácil. O sea, yo no necesité hacer mayor cosa ni nada. Y a mí a veces la gente me pregunta, ¿tú te operaste? No. ¿Tú te operaste? No. ¿Te hiciste algo en la voz? No, esta es mi voz natural. Nada mal. Ok. Yo sí me operé las puchecas. Cosas, y eso es otro tema que también quiero tocar contigo. Eso es otro tema que quiero hablar de sobre el tema de los estereotipos. De cómo se construye uno a partir de los estereotipos aún siendo una persona trans. Que no dicen una persona trans va en contra de los estereotipos, de cómo se construye uno a partir de los estereotipos aún siendo una persona trans. Que no dicen una persona trans va en contra de los estereotipos, pero mira que yo al haber hecho mi transición hace tanto tiempo, caí en esos estereotipos y por lo menos yo hoy en día amo mis puchecas, pero digo, si pudiese devolver el tiempo no me hubiera operado, o tal vez me hubiera puesto mucho más poquito. ¿Por qué? Claro, la majo de ese entonces era una María José que quería cumplir con el estándar de ser una mujer deseable, atractiva para los hombres, vender esta imagen de ser una chica sexy, y claro, entonces yo decía, no, tengo que ser voluptuosa, ya en estos momentos de mi vida que ya soy señora, y ya como que intento proyectar una imagen diferente, si digo, bueno, un poquito menos, tal vez me haría sentir un poco más segura y no sé, siento que haría que la gente como que me evaluara de una forma diferente. Sí. Pero también caí, caí en esos roles, en esos roles de creer que la feminidad es una cosa, que la masculinidad es una cosa y todo eso hizo parte del proceso de encontrarme a mí misma en libertad absoluta. Mira que es muy curioso que mi mamá ella siempre me dice a mí oye, tú ya hiciste este cambio, pues sé más femenina o sea, a mí me gusta el fútbol, me gustan los videojuegos yo soy súper descomplicada y yo le decía a mami eso no tiene nada que ver yo siempre le decía a mami, es que yo no salí de una cajita azul, de una cárcel azul, a meterme en una cárcel rosada. No, yo salí de una cárcel azul a ser libre. Para mí no existen cosas de hombres ni cosas de mujeres. Tú me puedes ver un día súper princesa. Como te dije, soy súper llorona, me gustan los dramas, soy súper consentida, pero también cuando tengo que ponerme en modo ruda, yo lo digo muy entre chiste y chanza. La señora policía. Me pongo en modo amazona. Ay. Y me encanta. Y lo que te digo, me gusta jugar fútbol y juego fútbol con mis amigos, con mis compañeros, con hombres, porque soy competitiva. Dijiste que te hiciste otra cirugía, ¿qué más esperaste? Bueno, me hice otra cirugía que, digamos que ya fue un tema más personal. Es un tema que, digamos, en su momento también, dentro del constructo que estaba haciendo yo en ese momento, sentí que iba a mejorarme mi autopercepción como persona. No me arrepiento, pero definitivamente siento que no hay cirugía que te haga autovalidar. Todo está acá. Realmente es donde tú te das cuenta que todos los seres humanos siempre estamos esperando llegar a X punto o a X situación para ser felices. Cuando realmente ser feliz es ya. Entonces a veces decimos, no, yo voy a ser feliz cuando tenga tal trabajo. No, yo voy a ser feliz cuando tenga una casa. No, yo voy a ser feliz cuando me case. Pasa exactamente lo mismo con muchas personas trans y siento que ahí parte mucho el tema de la frustración. mucho por temas de suicidio, de violencia y todo pero ¿a qué se debe esta alta tasa de suicidio? precisamente a eso a condicionar tu felicidad a lo que tú crees que te va a hacer feliz cuando realmente tu felicidad parte de ti y ahí es donde entra uno a ver estas situaciones de chicas súper femeninas que tienen un cis-passing hago el paréntesis cis-passing son estas personas trans que no son leídas como trans, o sea, que pasan y nadie las nota. Ok. Que tienes súper cispacing, que son súper lindas, que son súper femeninas, pero no se sienten suficientes ni se sienten felices, y su nivel de disforia es altísimo. Y otras que tú las ves, que tienen una masculinidad muy marcada y son súper felices. Disforese ese descontento, ¿no? Totalmente. Digamos, un ejemplo acá sería, tú conoces a Brigitte Baptiste. Ella es una mujer trans que, digamos, tiene ciertos comportamientos y rasgos muy marcadamente masculinos. Pero que ella es una mujer feliz. Y que eso no la ha impedido desarrollarse como ser humano, construir una familia y ser prácticamente un ícono y una referencia a nivel mundial en lo que ella maneja, que es el tema de... todo el tema de la ecosostenibilidad y del medio ambiente. Entonces, esa es donde tú te das cuenta, realmente la felicidad no surge de lo que tú te hagas o te dejes de hacer. Sí, en su momento lo hice, era muy polla, vuelvo y reitero. Muy chiquita. Y al ser tan sardina, pues obviamente creía que realmente la feminidad me la marcaba, era eso. Aparte de, digamos que es un tema también muy sexista y muchas personas trans también caen en ese particular sesgo sexista que creo que para todos es transparente y es de cómo nos lee la sociedad de acuerdo a nuestro género y no estoy de acuerdo para nada con eso pero es una realidad que es real tristemente y es que en esta sociedad las mujeres valen por cómo se ven y los hombres valen por lo que tienen y es muy triste porque hay mujeres que sin ser muy atractivas físicamente tienen un valor interno impresionante y hay muchos hombres que tal vez no tienen muchos recursos económicos pero son seres excepcionales y muchas veces también son dejados de lado por muchas mujeres porque simplemente han absorbido digamos esta idea muy reforzada últimamente desde el punto de vista utilitarista de que no, a mí me tienen que dar y poner y no sé qué y que el hombre proveedor y que chuchuchú y chachachán. Y volvemos al mismo punto. Sesgos y roles de género que lo único que hacen es afectar tanto a hombres como mujeres. ¿Cuántos hombres no hubieran podido llegar a ser excelentes bailarines de ballet? Estar en el ballet ruso y todo. ¡Cantidades! Y que tal vez no lo hicieron en su momento porque, ay no, bailar ballet es de maricas. Tal vez no hubieran sido excelentes ingenieras o, no sé, ganarse una copa mundo en fútbol, que tal vez no lo hicieron porque en su momento le decían, ay no, eso es de machorras. Y son precisamente esas, volvemos al concepto de las jaulas, la jaula azul y la jaula rosa. Pero me encanta cómo lo cuentas, la jaula es una jaula y afuera está la libertad, no la otra jaula. Exactamente. Y ese es el problema de muchas personas trans. Y lo digo abiertamente porque como policía ese ha sido mi trabajo, conocer muchas realidades. Y me he dado cuenta de que muchas personas trans caen en eso, saltan de una jaula a la otra. ¡Wow! Increíble. Entonces realmente ahí sí como que no están liberándose de la cadena, sino que simplemente están cambiando una cadena de cuero negra por una cadena de terciopelo rosa, pero sigue siendo la misma cadena. importante entender este proceso, sobre todo que hables de la relevancia y de la importancia del acompañamiento psicológico, terapéutico, ¿cómo fue tu proceso? Bueno, te comento, primero que todo, y siento que eso es un tema también para que otras personas que tal vez estén en ese debate lo tengan en cuenta, toda cirugía, toda intervención, tiene un riesgo implícito, así sea una sacada de una muela. Ahora hasta que es una cirugía tan compleja y tan invasiva, tiene un riesgo muy, muy, muy alto. Un riesgo tanto de muerte como un riesgo de éxito. O sea, realmente puede que incluso hasta estéticamente quede bien, pero muchos temas de sensibilidad se puedan llegar a perder, y eso es una lotería. A algunas personas les va bien, pero muchos temas de sensibilidad se pueden llegar a perder, y eso es una lotería. A algunas personas les va bien, a otras personas les va mal. El tema es que tú para jugarte esta lotería, para realmente llegar tú a poner en riesgo el tener o no tener vida sexual por el resto de tu vida, o al menos una vida sexual satisfactoria, tienes que tener en cuenta los motivos del por qué los vas a hacer. Y siento que ahí es donde está la mayoría de los problemas conocí una chica que de hecho la pero el mismo cirujano que me operó a mí que ella se operó con digamos que tenía esta percepción en su cabeza de que a pesar de que ella era linda tenía un espacio increíble era una mujer que todo el mundo deseaba los hombres la rechazaban por esa situación entonces ella dijo no, soluciona esta situación y ya, se me solucionó la vida check, mentiras que se encontró con este tema de que hay personas a las que les gusta independientemente de lo que sea y hay personas a las que no les gusta independientemente de lo que sea o sea ella estaba enfocada en la percepción ajena. Exacto, no lo hizo por ella, lo hizo por los demás. Lo hizo para obtener aceptación. ¿Y qué pasa? Que cuando tú llegas a la realidad, hay hombres que incluso así tú estés operada, el simple hecho de saber que alguna vez fuiste, les genera como un cortocircuito y dicen no. Y eso le pasó a ella. Se encontró con tres, cuatro situaciones en las que llegó y dijo, no, pero yo ya estoy operada. Y le decían, no me importa. Pero es que yo sé que tú fuiste, por más que seas lo que seas, no quiero estar contigo. Eso la hizo entrar en una depresión tenaz. Claro. Y la llevó al punto de que, pues, lastimosamente se suicidó. Honestamente, es una situación que a mí me marcó mucho. Y es lo que me llevó al punto de entender que realmente tú no puedes hacer semejante tipo de cambios en tu cuerpo por otra persona. Porque realmente la persona que te ama te va a amar como sea. Y eso no solamente es de personas trans. Créeme que, no sé, si tú te vas a aumentar el busto que porque a tu novio le gustan tetonas. No. El día de mañana él te deja y tú dices, pero ¿por qué si soy tetona? Y vas a entrar en culpa y vas a decir ¿por qué me gasté todo esto? ¿por qué puse en riesgo mi salud? Y vas a entrar en una depresión porque tu validación no depende de ti misma, sino de alguien más. Pero este tipo de cirugía de la que estás hablando, particularmente, si hay una transformación visualmente, o sea, frente al espejo, hay un cambio muy rotundo. ¿Cómo es el manejo psicológico? ¿Tú tuviste un acompañamiento? Totalmente. Digamos que todo va en un proceso, en crichando. No es como que, bueno en mi época, porque hoy en día sé que también hay personas que tienen la plata, van, y por eso mismo es que hoy hay un fenómeno como tan creciente y que a mí en lo personal me genera ciertas alarmas de personas que hacen de todo y luego se arrepienten ¿por qué? porque tuvieron los recursos o la oportunidad o simplemente el afán de hacer todo a lo loco y no se drepienten. ¿Por qué? Porque tuvieron los recursos o la oportunidad o simplemente el afán de hacer todo a lo loco y no se dieron el espacio de vivir cada etapa y luego se encuentran con que la realidad no era lo que ellos se imaginaban. En mi caso en particular, y siento que es el deber ser y el camino que todo el mundo debería seguir, es primero hacer el tema psicológico. Yo tuve acompañamiento psicológico, muchas terapias en las cuales se exploró mi identidad y cuáles eran mis expectativas de cara al futuro, antes de empezar incluso con la primera pepita de hormonas porque incluso las hormonas es un cambio que tú le estás haciendo a tu cuerpo claro, obviamente el tema de la cirugía la gente dice, ay cirugía trascendental pero realmente las hormonas te afectan a niveles químicos, tu química cerebral, tu química corporal, la forma en la que tu cerebro funciona, te puede afectar incluso tu líbido sexual, en muchos casos te puede dejar incluso hasta estéril, entonces son temas que no se pueden tomar a la ligera y el tema de trivializar tanto el tema de una transición es lo que hace que hoy en día, primero la gente no lo tome con la seriedad que debería ser y segundo que se presenten este tipo de casos de personas que ya avanzadas en una transición se dan cuenta de que no era así. No era lo que querían. De que esa youtuber que le romantizaba el tema y que le hacía ver como que ¡ay! ¡Felicidad! No era tan así de que esto realmente es un camino difícil. Se arrepienten y pasan estas cosas. Psicológicamente, ese es el primer paso. Un psicólogo te va a hacer a ti diferentes terapias, diferentes acompañamientos, diferentes exámenes, con el fin de ver si realmente lo que tú tienes es una disforia de género clínica, es decir, que tengas el diagnóstico de disforia de género, porque muchas personas tienen esta confusión con respecto a su identidad, pero parte de otros orígenes, de una depresión, de un tema de dismorfia corporal, personas que están en el espectro autista, y no se pueden confundir estas cosas. Entonces, una vez ya un profesional de la psicología digamos que descartado todas estas opciones que pudiesen también hacer que tú te llegues a percibir de una forma diferente, pasas al tema psiquiátrico porque el tema psiquiátrico no porque estemos locas ni nada sino porque obviamente ya al empezar el tema químico, que es el tema hormonal, tu cabeza también empieza a tener ciertos cambios. Estos cambios también hacen que cambie tu humor, que cambie tu irritabilidad, que cambie tu percepción de la vida, y si no hay un acompañamiento idóneo, hay personas que se han podido llegar hasta a enloquecer por un tratamiento hormonal mal suministrado. debido llegar hasta a enloquecer por un tratamiento hormonal mal suministrado. Aparte, también tienes que tener un seguimiento clínico con respecto al tema de tus niveles hormonales, porque se pueden afectar tus riñones, tu páncreas, las hormonas también mal suministradas, o si de pronto no tienes en cuenta todos tus antecedentes familiares, tanto genéticos como clínicos, digamos que tienden a aumentar las posibilidades de que desarrolles algún tipo de cáncer. Entonces, digamos, tú tienes antecedentes de cáncer en tu familia y empiezas a tomar hormonas, tienes que ser consciente que estás incrementando ese riesgo. No quiere decir sí o sí que tomas hormonas y te dio cáncer, pero estás incrementando el riesgo. Sí, es el riesgo. Son temas que no se pueden tomar a la ligera. Son muy delicados. Ya una vez tú hayas hecho eso, entra un proceso que es el proceso que le llaman de vida social, que es que tú ya realmente estés viviendo como tal en tu género elegido, digámoslo así. Sí. Si tú ni siquiera has probado lo que es ser mujer o lo que es ser una persona trans, que es mucho más cruel todavía, no puedes pretender acceder a tratamientos quirúrgicos. Porque lo primero es sentirlo, sentir en carne propia tanto las cosas chéveres de la euforia de poder finalmente ser tú misma, ser auténtica, como los temas también de la discriminación, del rechazo, de la burla, exactamente. Y siento que es donde falla mucho el tema de las personas trans que tratan este tema con tanta trivialización. Al punto tal de que, y no quiero de pronto minimizar también el trabajo que hacen muchas chicas, pero demostrar únicamente la parte rosa de la historia. No, hay que entender que está el mundo hostil también. Totalmente. Y siempre he pensado que tú para tomar una decisión, siempre tienes que analizar los dos factores. Y pensar qué harías en los dos factores. O sea, ¿qué pasa si? Sí, está la posibilidad de que, ¡ay, qué chévere! Todo el mundo me aceptó, ¡qué rico! Voy a ser feliz. Está la posibilidad de perderlo todo. De que te hagan a un lado. De que no encuentres un trabajo, o sea, la tasa de empleabilidad de las personas trans en Latinoamérica es mínimo, y eso mismo es lo que las condena o las empuja a abordar ciertos espacios laborales indignos y la gente en vez de pronto ayudarles y abrirles esos espacios lo que hacen es juzgarlas, ay pero porque tiene que ser modelo webcam sin demeritar a las modelos webcam? Sí. Pues, parce, es que no le dan muchas otras oportunidades. O sea, si ella quisiera irse a trabajar, no sé, como enfermera en tal hospital, así tenga incluso a veces los cartones, muchas veces no le dan la oportunidad por el simple hecho de que es una persona trans. Entonces, prácticamente es la misma sociedad la que está empujando a estas personas a ocupar esos espacios por los que luego los están juzgando. Entonces es un círculo vicioso. Las juzgan por ocupar estos espacios, pero tampoco les dan la oportunidad de ocupar espacios diferentes. ¡Wow! De conciencia ese tema. Mira que ahorita mencionabas el asunto clínico y esto es una gran duda que tengo respecto a esto. Una vez la persona toma esa decisión de hacer esa cirugía, hay algo, no sé si se le pueda llamar legal, pero a nivel clínico debe pasar sí o sí por un check donde un médico diga, esta persona es apta, y estoy hablando de su parte mental, para hacerse esta cirugía, o definitivamente no te la puedes hacer. O sea, eso ahí, ¿hasta qué punto llega la libertad de decidir, no, yo me voy a hacer la cirugía? No me importa, no me importa mi parte mental. ¿Cómo funciona esto? Bueno, aquí hay diferentes vertientes. Por un lado, si tú lo haces por la seguridad social, es decir, a través del sistema de salud colombiano, sí o sí es necesario seguir un protocolo que está estandarizado a nivel internacional, que es el que te dice que, bueno, tienes que tener el visto bueno del psicólogo, el visto bueno del psiquiatra, el visto bueno del urológico, el visto bueno del ginecólogo, el visto bueno del psiquiatra, el visto bueno del urologo, el visto bueno del ginecólogo, etcétera, etcétera, etcétera. Si alguno de ellos no te da la viabilidad, no va a ser posible. Es más, hay personas que incluso siendo mentalmente muy maduras y muy estables y teniendo claro el tema, en el momento en el que se van a someter a la cirugía, les hacen exámenes de sangre y le dicen no, mire, usted por tal situación realmente no está en las condiciones de resistir esta cirugía, porque como te digo, son cirugías complejas, o sea, son cirugías en las que vas a estar 12 horas en una posición con las piernas para arriba en las que puedes desarrollar trombos en las piernas, una trombosis venosa profunda, conocí particularmente el caso de una chica a la que quiero con todo mi corazón que después de su cirugía duró andando con bastón casi dos años. ¡Wow! Porque le quedó la... Tuvo un trombo en una pierna y andaba literal con bastón. ¿Y es que cuánto dura esta recuperación? Eso es muy relativo. Como todas las personas tienen un nivel o un umbral del dolor diferente, también tenemos diferentes umbrales de recuperación. Y en cualquier cirugía hay personas que se operan de bust. Y a la semana están felices trabajando. Hay otras que casi de recuperación. Y en cualquier cirugía hay personas que se operan de bust. Y a la semana están felices trabajando. Hay otras que casi se mueren. Y hago el ejemplo no más de mi prima y yo. Mi prima cuando tuvo su cirugía de... su mamoplastia. Uf, ella casi se muere. Literal, casi se muere. Fueron 10 días de muerte lenta. Y tú, oye. Me operaron y yo al otro día estaba por ahí pajarían relajada. Pasa exactamente lo mismo con esta cirugía. Obviamente, no es como que vayas a estar al otro día bien, pero el proceso de recuperación puede ser, en el mejor de los casos, un par de meses. En el peor de los casos puede llegar a tomarte años. Por eso te digo, y también el tema del dolor. Hay personas que sufren un dolor increíble. Pues digo, esta cirugía, si bien es cierto, es una cirugía importante para algunas personas trans, es una cirugía que todavía está en una fase muy experimental. es una cirugía que todavía está en una fase muy experimental. Entonces, todo es una lotería. Tanto así que en el momento en el que tú vas a tener esta cirugía, después de tener el check de todos los profesionales, aún así te hacen firmar un documento en el que tú prácticamente estás accediendo a un montón de situaciones que son inciertas. Ok. Al punto tal, y eso fue algo a mí que me conflictó, que cuando yo estaba firmando el consentimiento informado, decía riesgo de muerte. Y decía que yo eximía a todos en caso de que yo muriera en el quirófano y yo decía, Dios mío, o sea, estoy jugándomela. Claro. Y yo decía, bueno, ya vamos a darle, porque qué más hay. Lo mismo, era un momento de mi vida en el que yo sentía que necesitaba llegar hasta lo último para sentirme completa, digamoslo así, cuando al final tú te das cuenta de que tú siempre has sido una persona completa. Tanto así que este concepto que muchas veces manejan en el mundo trans, de que, ay, es que nací en el cuerpo equivocado, hoy en día, y la madurez a la que he llegado como persona trans en todos estos años, me dice, es que nadie nace en el cuerpo equivocado. No existen cuerpos equivocados. Nacimos tal vez en la sociedad equivocada. Una sociedad que te dice que para que yo te respete a ti como mujer, tienes que verte de X manera, comportarte de X manera, tener X gustos, o de lo contrario, no te voy a reconocer como mujer. No existen cuerpos equivocados, todos somos válidos. Una mujer masculina es tan mujer como cualquier otra. Un hombre femenino es tan hombre como cualquier otro, siempre y cuando así se autodefina, se autoperciba y así mismo se autoidentifique. mismo se autoidentifique. Increíble este tema, o sea, creo que nos estás abriendo la mente, a mí particularmente me gusta mucho entender y siempre desde el respeto y soy muy reiterativa en esto y de hecho aprovecho para hacer esa invitación a todas las personas que nos están viendo y escuchando a que abran un poco la mente respeten y sobre todo comprendan que hay diferentes formas, maneras, estilos colores, como bien dice el dicho, para los gustos los colores. Y así fuimos creados, somos diversos y qué chévere tener como este espacio para la conversación. Ahora hay una segunda etapa de tu vida porque estábamos hablando de que tienes dos temporadas dentro de la policía. Démosle el inicio a la conversación de la segunda temporada en la policía el tiempo que yo duré por fuera de la policía aparte de todo el desarrollo de mi identidad también me desarrollé como profesional que hiciste trabajé en empresas de tecnología estuve trabajando en google y otro par más digamos que esa fue como la más grande en la que trabajé. Me desarrollé en ese campo en específico. Me gustó mucho. Digamos que en contraposición con el ambiente castrense, que es un ambiente en el que todos somos iguales, la disciplina, llevar el uniforme con decoro y pulcritud, el ambiente en las empresas tecnológicas es completamente diferente. Te ayudó. Toda la gente con la que yo trabajaba eran tatuados, con los pelos verdes, morados, fucsias. Yo tenía el pelo anaranjado. ¡Ay, Dios! ¡Pobre pelo! Cuidar ese pelo anaranjado es duro, mujer. Ahorita lo estoy recuperando. Y entonces te sentías súper libre ahí. Estaba súper libre. Y durante ese tiempo pues se iba llevando a... se iba adelantando todo el proceso de la demanda. Pero llega un punto en el que ya había pasado tanto tiempo que yo como que ya le había echado tierrita a eso y yo ya veía que me iba a seguir construyendo por fuera de la policía. Que era la demanda que le hiciste a la policía. Exacto. ¿Qué pasó? Un día me llama mi abogado y me dice ¡Hola María José! ¿Cómo estás? Y yo ¡Bien! ¡Bien! Le tengo un archivo. ¡Sí señor! Ganamos. ¿Qué ganamos, no entiendo que ganamos y ahí se me abrió una posibilidad me decía, bueno, si te quieres reintegrar puedes reintegrarte, si no, no o sea, eso no es algo que sea obligatorio la demanda ya se ganó es decir, digamos que hay una plata que me entraba por concepto pues de de todo el debido proceso y todo el tema que se ejerció en mi contra. Y que la corte determinó que yo era víctima y como víctima se me reconoce esa reparación como tal. Esa plata yo la recibo, reintégrese o no se reintegre. Entonces digamos que hasta ahí ese tema ya estaba ganado. Pero cuando él me dijo, está la posibilidad de reintegrarte No, yo quiero que te devuelvas en el tiempo y me digas ¿Qué sentiste? Y al reintegrarte te van a reconocer el tiempo Como si nunca te hubieras ido de la policía Entonces en ese momento Yo entré en un conflicto porque, bueno, yo Estaba ganando muy bien Yo en Google tenía un Salario bastante competitivo Trabajaba cinco días a la semana Remoto, yo iba a la oficina dos veces a la semana. No, lo máximo. nación es un tema que es muy complejo y pues ya obviamente ya siendo yo pues obviamente para mí era un tema complejo, entonces bueno decidí reintegrar ay Dios mío, la gente me pregunta está loca, ¿por qué se reintegró? o sea, están viviendo tan bien porque es que ese es el tema, de pronto hubiese estado mal, uno dice bueno, es que se entiende pero tenía una vida tan buena tan satisfactoria en libertad, que nadie entiende el porqué de eso. ¿Y por qué? Fueron tres factores o tres ítems en particular que me hicieron devolverlo. El ítem número uno, y no lo voy a negar, fue un tema de ego. Porque claro, cuando te echan a ti de esa manera, yo sentía mi ego... Estropeado. Estropeado. Y yo decía, voy a volver. Y así sea que dure dos meses y me retiro. Pero prefiero que para yo poder decir, me retire. No me echaron, me retire. Porque es que yo siempre he sido una excelente policía. De mí nadie puede decir absolutamente nada malo que he fallado como servidora pública jamás. Segundo factor, el tema económico. Porque yo decía, bueno, si bien es cierto, yo estoy ganando muy bien por fuera, pues sigue siendo el régimen, pues, normal. Pensionarme, y más en este país, es una cosa lejana casi que un sueño utópico imposible. Mientras que el estar ahí y sabiendo que me reconocían todo el tiempo que había estado por fuera de la policía. Una ganancia. Dije yo, uy, bueno, la posibilidad de pensionarme a los 40 años realmente es algo que me llama mucho la atención. O sea, que de cara a mi futuro me generaría unas garantías y una seguridad muy grande. Y la tercera, que fue un tema más que llega a consenso con amigos míos que se mueven en el círculo de la diversidad, es el tema de lo simbólico, de lo que esto representaba. Entonces me decían, tú tienes que volver, María José. Y yo, no, pero es que eso es duro, me decían, tienes que volver, porque es que tú vas a ser la cara visible y vas a romper los estereotipos de lo que la gente cree tanto que es la policía como que somos las personas LGBTI porque por un lado la gente cree que el policía es esta persona sin estudios poco competente, que solamente cumple órdenes, cuando tú sales digamos a las marchas, a las manifestaciones que es lo que te gritan? ¡Ay, hay que estudiar! ¡Hay que estudiar! El que no estudia... Obviamente, para mí, que tengo tres carreras encima, y que ya voy a empezar ahorita una cuarta, pues obviamente son cosas que me duelen en el corazón. Y que también conozco personas dentro de la institución, que son personas, mejor dicho, unas lumbreras completas con doctorados, con maestrías, de todo. Y realmente es cambiar ese concepto de que el policía es la persona bruta, conservadora, violenta, tosca y demostrar que realmente los policías somos una representación de la sociedad para la que servimos. somos una representación de la sociedad para la que servimos. Y por otro lado, quitar ese concepto de que todas las personas LGBTI, en específico las personas trans, tenemos que ser, no sé, izquierdistas, superliberales, en contra del sistema, ¿no? Realmente yo soy una persona que he entendido que, así como yo no le debo absolutamente nada a la sociedad, la sociedad a mí no me debe nada. Y es el tema de la corresponsabilidad. Yo no puedo pretender que todo el mundo se adapte a mi forma de pensar. Yo tengo que adaptarme a la sociedad en la que vivo. Yo no puedo pretender llegar, no sé, a Estados Unidos y pretender que ellos se adapten a mi cultura, porque soy yo la que está llegando allá. Y para bien o para mal, este es el país en el que nos tocó vivir. Y en vez de pronto irme yo a pelear contra el sistema, lo que tengo es que enseñar, abrir puertas, inspirar. Y yo siempre decía, bueno, el hecho de yo estar ahí es mi forma de hacer activismo. Yo no necesito andar con una par carta, nada. Simplemente el hecho de existir en un espacio en el que se supone que yo no debería existir es mi forma de hacer activismo. El estar en espacios donde se supone que yo no quepo es mi forma de hacer activismo. El demostrar que yo como mujer trans pude estar en una institución que esto lo opuesto a los valores que supuestamente promulga la diversidad demuestra que realmente las barreras están en la mente y que nada es imposible, que tú puedes hacer lo que quieras y que las taras te las metes tú acá, a ti la sociedad te dice tú por ser colombiano solo sirves para esto y esto y esto. Tú verás si te lo crees. No, tú por ser trans solo sirves para tal y tal. Si te lo crees, bien por ti. Yo nunca me he creído nada de eso. Yo siempre he perseguido mis sueños y digamos que esos conceptos que la sociedad pone en tu cabeza siempre los he dejado de lado. Al punto tal de que si a mí me importara lo que pensaran las otras personas, sería hombre. Partamos de ahí. Totalmente. Y entonces dijiste sí. Va para adentro. Ay, Dios mío, cómo fue tu llegada. Tengo que decir que me sentí gratamente sorprendida. La publicidad de la que me fui y la publicidad de la que volví no es la misma. ¿Cuánto tiempo pasó? Cinco años largos. ¿Y te encontraste con gente del pasado? Claro, totalmente. Todos mis compañeros y todos mis cursos. Al principio fue un boom, fue un chiste para todos. Ay, Dios. No sé si tú conoces más o menos el ambiente en la publicidad, es muy de apodos de temas de estos pero ya hoy en día mis compañeros me aceptan me respetan es más, me atrevería a decir que hasta me quieren porque todos llegan me saludan, como una mujer cualquiera, o sea realmente no siento ese sesgo diferencial de que lleguen y saluden a todas mis compañeras y a mí como que ¿qué hubo? pero alguien te cuestionó. Sí. De hecho, una situación. Cuando yo estaba en la escuela, yo tenía un compañerito que era mi garrite. Allá le decíamos al que es como tu partner, mi garra. Éramos como hermanos. Todo lo compartíamos. Nuestras cómodas prácticamente estaban cerca la una de la otra por nuestros apellidos, compartíamos los mismos hobbies, la pasión y el amor por la música, y siempre fuimos demasiado unidos, o sea, un punto tal de que realmente yo lo sentía como mi hermano. Bueno, ¿qué pasó? Que cuando yo empecé mi transición y él se enteró, él me llamó y me cuestionó, incluso me regañó. Y desde ahí nuestra relación se cortó. Y eso fue una de las grandes enseñanzas de mi transición. Que las personas de las que tú crees o de las que tú esperas demasiado, muchas veces te fallan. Y las personas de las que no esperas absolutamente nada, por las que no os das ni un peso, resultan siendo personas que se convierten en tu círculo de apoyo. Para mí fue una revelación. Te lo juro. Qué lindo. Compañeros de mi escuela que yo los veía como el bully, malote, que yo decía este me va a coger de chiste, que yo los veía como el bully, malote, que yo decía este me va a coger de chiste, se convirtieron en mis amigos, mis llaverías, al punto tal de que me defendían delante de otras personas. ¡Qué lindo! Y sacaban la cara por mí. Y personas que eran muy cercanas a mí y que yo creí que nuestra amistad iba a trascender más allá, se alejaron. Algunos por temas religiosos, otros tal vez por el que dirán, otros porque, tú sabes, la masculinidad es frágil. Pensaban que tal vez el hecho de que los relacionaran conmigo harían que las personas pusieran en duda también su propia sexualidad, y eso pasa mucho con los hombres. Y nada, hoy en día siento que mi transición fue el filtro de vida más grande del mundo, porque dejó a los que tenían que estar. Y sacó de mi vida a quien realmente no tenía que estar. Porque cuando realmente una relación está condicionada, no es una relación auténtica. Llámese relación de pareja, llámese relación de amistad. Si únicamente somos amigos mientras las condiciones sean estas ¿qué tan amigos somos? ¿recuerdas el día en que llegaste con este nuevo uniforme de esta segunda temporada a tu casa a encontrarte con tu papá? yo quiero que nos cuentes cómo fue ese momento bueno cuando llegué y firmé mi reintegro me dieron lista a partir de hoy nuevamente policía, me entregan mi placa yo quería que me dieran la misma placa que tenía antes de salir pero no, ya no existía entonces me dieron un nuevo número pero yo me sentía bien los uniformes del pasado yo todos los había botado dejé como dos nomás, pero pues evidentemente no me servían ya todo en mí había botado, dejé como dos nomás, pero pues evidentemente no me servían. Ajá. Ya todo en mí había cambiado. Y que... y pues nada, me acuerdo que yo salí como unos 20 días a vacaciones cuando me llamaron a la escuela que tenía que presentarme el lunes. Y yo no tenía uniforme de falda. Entonces me tocó irme corriendo para Intendencia de la Policía, que queda en Álamos, y allá me entregaron mi primer uniforme de número tres, o sea, el de gala, femenino. Con falda y tacones y todo eso. Yo decía, ahí es donde te digo que realmente me sorprendió gratamente porque yo dije, esto que me estoy metiendo, es un borololífama. Aquí me van a rechazar, voy a hacer la burla, me van a atacar, de todo. O sea, yo esperaba hostilidad, te lo juro. Yo entré con los taches para adelante. Dije, bueno, aquí vengo lista para la guerra, sí. Llegué, me puse mi uniforme, con pulcritud, con elegancia, porque respeto mi uniforme, y llegué yo y me presenté, y nada. Y luego conocí a los profesores, y nada. Y luego otros compañeros, y nada. Y luego muchos superiores, y nada. Entonces llegó un momento en el que, evidentemente, creo que es algo muy natural también de las personas que tal vez no han tenido experiencias cercanas con personas trans, que es la duda legítima yo siempre la he llamado, de preguntar cosas, y yo soy muy abierta en hablar las cosas de una forma muy escueta pero también muy puntual les explicaba y ellos también empezaron a naturalizar eso, y es ahí donde digo bueno, aquí empezó mi activismo el venir aquí, estar en el alma mater de la oficialidad policial, que es donde todos los oficiales se encuentran para hacer curso, donde estaban los subtenientes a tenientes, tenientes a capitán, capitanes a mayores e incluso tenientes coroneles haciendo curso. haciendo curso, interactuar con todos ellos y que ellos simplemente se dieran cuenta de que era una persona normal, realmente ayudó mucho a romper tanto la prevención con la que yo venía, que venía como asustada, como también a que ellos rompieran sus esquemas mentales y empezaran a darse cuenta de, hey, vea que las cosas no son tan como nos las han pintado. hey, vea que las cosas no son tan como nos las han pintado. Al punto tal de que en ese proceso académico, yo fui brigadier de mi sección, y yo era como la líder que representaba todo mi grupo de los chicos que estaban con mi mismo grado en ese entonces, y era muy chévere porque más allá de mi identidad o de mi sexualidad, lo que me representaba era quién es María José. Y ahí volvemos al mismo punto de lo que te decía atrás, del tema de que siempre he estado en contra de las etiquetas. Yo por eso siempre he estado en contra de que me etiqueten como Majo la Trans, que yo siempre he dicho. Más allá de Majo la Trans está Majo la Hija, Majo la Esposa, Majo la oficial de policía, Majo la administradora de empresas. Pero ¿por qué eso? O sea, eso es una etiqueta que si bien es cierto es una parte importante de mi vida, no es lo que me define como persona. Me encanta esto que me vas contando porque me voy poniendo como en los zapatos de todo el mundo y además como esa restitución también para ti, además como esa restitución también para ti, ya dentro de la institución, ya después de haber ganado esta demanda y demás, pero cuéntame ese encuentro uniforme a uniforme con tu papá, o bueno, tu papá no sé si en este momento todavía ejerce y está con su uniforme, pero quiero saber cómo fue ese encuentro de él policía a la policía, qué conversación hubo? ¿Cómo fue este tema aquí? Bueno, mira que mi papá es retirado ya hace mucho tiempo, él salió pensionado porque tuvo un atentado, él es héroe de la patria y todo, mejor dicho, él era Rambo en su momento, muy apasionado por su trabajo, o un excelente policía también, por eso mismo es que siento que tengo como la obligación moral también de estar a la altura del policía que él fue en su momento y mi abuelo también y claro cuando yo le comenté el tema de la de la demanda y le dije que estaba la posibilidad del reintegro, yo lo hablé con mi mamá y lo hablé con mi mamá, con mi papá, mi mamá me decía usted está loca, no se vaya a reintegrar mi papá por otro lado me decía, claro mamá me decía, ¿Usted está loca? No se vaya a reintegrar. Mi papá, por otro lado, me decía, claro, hay que reintegrar. ¿Y por qué hay esta diferencia de...? Mi mamá nunca le ha gustado el tema de que de pronto yo pueda... Como toda mamá, proteccionista. Te cuida, claro. Ella me quiere tener en su ala y sentía que era un ambiente hostil en el que me podrían llegar a hacer daño. Mi papá, por otro lado, decía, no, yo quiero que regrese en parte también como reivindicación a mí como persona y como reivindicación a él, por lo que te había contado porque para él también fue un tema el tema de mi transición fue un tema que como te dije, lo hizo llorar, lo puso en cuestionamientos, incluso lo hizo víctima de muchas burlas de otros compañeros de él lo sé porque me enteré después de que él se reunía con sus amigos los pensionados y le decían, ¡Ay, su hijo el que se le volteó, que no sé qué, qué tal! Claro. Claro, entonces para mi papá todo eso también le afectaba en el ego, porque por más que él quisiera ser mente abierta de él, como que se sentía un poco retraído. Eso también lo empoderó. Bueno, antes él ya se había empoderado, pero eso lo ayudó a sentirse mucho más fuerte. Claro. Al punto tal de que en su momento le decían, ay, su hijo el que se volteó, que no sé qué, y él se hacía pequeño. Hoy en día mi papá es de los que le dicen, ay, su hijo el que se volteó. Y él dice, eh, mi hija. Y ya me hace respetar y como que para él realmente digamos que ya superó esa etapa, ya él entendió que mi identidad no ha cambiado mi esencia como persona y que realmente los valores no se negocian así tengas lo que tengas entre las piernas. ¿Y cómo es el papel de una mujer en la policía y dónde te ves? policía y dónde te ves? Bueno, en su momento, digamos que el papel de las mujeres en la policía estaba muy restringido, pero eso es una dinámica que ya en los últimos 20 años ha cambiado mucho, al punto tal de que creo que tú lo has notado en la calle. Sí, claro. De que ya la mujer policía no es la que está en la oficina, la secretaria, sino que ya está en la calle patrullando, hay un escuadrón femenino de los antidisturbios que es de solo mujeres, que tiene un enfoque muy especializado para tratar también cierto tipo de manifestaciones, hay mujeres en los grupos operativos, mujeres piloto, mujeres realmente en todos los diferentes áreas y especialidades de la policía. Y eso es un enfoque también que ha tenido la institución de cara a exaltar también la importancia de la mujer dentro de la institución y, como te decía, de representar también a la sociedad a la que defiende. ¿Qué pasa? Y eso es un tema también que siempre lo he puesto sobre la mesa, que si nosotros como policías representamos una sociedad en la que hay personas homosexuales, deben haber policías homosexuales. Si en la sociedad hay personas indígenas, deben haber policías indígenas. Si en la sociedad hay personas ateas, por mucho que el logo diga Dios y patria, deben haber policías ateos, porque tiene que estar, la policía es la representación de la sociedad, y al final todos los policías salen del pueblo. Somos personas que venimos de familias, de diferentes geografías nacionales, incluso internacionales, porque también la policía al ser digamos que una institución insignia a nivel mundial, también forman policías, oficiales de policía o en todos los grados, de diferentes países. Yo personalmente como policía en este momento estoy trabajando en Cartagena, hija adoptiva de Cartagena. Curiosamente antes tenía mi rechazo hacia la cultura costeña, pero cosas pasan en la vida y hoy en día soy una costeña más. Cosas pasan y amores pasan. Sí, totalmente. Así de irónica es la vida. Nunca digas de esta agua no debe beber. Hoy en día trabajo en Cartagena, estoy como jefe de estadística del Departamento de Policía de Bolívar. Manejo todo el tema de estadísticas delictivas y operativas del departamento a fin de que pues también los jefes puedan tomar decisiones mucho más informadas a fin de estructurar las operaciones y temas, planes que se vayan a estructurar en cada municipio de cara pues a prevenir el delito. O sea, realmente digamos que yo soy la que está, la que maneja los números detrás de la parte operativa. ¿Tuviste alguna experiencia difícil, dolorosa, del pasado, dentro de la institución? Me imagino que ustedes exponen a cosas muy fuertes. Sí, evidentemente. He tenido que ver cosas crueles, cosas que una persona por fuera de la institución normalmente no vería. Como te decía, algo que me apasiona de mi trabajo es que me ha permitido ver demasiadas realidades, y eso quiere decir que he visto realidades tanto muy bacanas, muy chéveres, como realidades crueles, duras. Me imagino. He tenido que ver situaciones que realmente te parten el corazón. Una así muy cercana. O sea, muertos he visto un montón, pero nunca había visto a alguien morir enfrente mí. Que murieran mis brazos prácticamente. Y eso pasó cuando yo estuve trabajando en el Magdalena Medio en Barranca Bermeja. Yo tenía a uno de mis chicos un patrullero que lo saqué a turno en la tarde segundo turno corrijo, tercer turno y que ahí él salió yo los despaché tal normal como a la hora reportan por radio que había un intercambio de disparos que llegara, yo estaba cerca yo fui la primera que llegué y cuando llegué, él estaba tirado en el suelo, tocándose el abdomen. El compañero no sabía para dónde ir porque no sabía si ir a perseguir a la persona que los había atacado o quedarse cuidando al compañero. Al llegar yo, bueno, luego llegaron otras dos patrullas, ya ellos se fueron a perseguir al bandido, digámoslo así, y yo cogí a este policía, lo subí atrás conmigo y nos fuimos para el hospital más cercano lo más rápido que podía. Digamos que hasta ahí uno dice una experiencia de película, pero ¿dónde fue que realmente me trastocó en el alma? Y que es un recuerdo que hoy en día lo digo sin llorar pero que duró mucho tiempo en el que yo cada que lo decía se me quebrantaba la voz él le pegaron un disparo en el abdomen, tenía su chaleco antibalas pero fue justo donde termina el chaleco antibalas y no dentro derecho sino como en diagonal, entonces le destruyó los órganos internamente yo iba en la parte de atrás de la camioneta y lo llevaba él aquí acostado......con la cabeza sobre mis piernas......y le iba agarrando la mano......nunca se me olvidan los detalles......o sea, no sé cuántos minutos fueron, pero para mí fue......una agonía eterna......él me agarraba la mano......durísimo, casi a partirme los dedos......se sentía frío......y me miraba a los ojos y como con esa cara de súplica......me decía, mi teniente, no me deje morir, no me deje morir, mi teniente. Es duro. Y en ese momento me acuerdo que yo sentía como si iba a la luz de sus ojos. Antecitos, ponle tú unas dos callecitas antes de llegar al hospital. Él se fue. Yo lo dejé en el hospital, creo yo que aún con signos vitales, pero ya estaba inconsciente, y me devolví inmediatamente para el sitio de los hechos, pues para apoyar al resto de policías. Cuando, como a la hora más o menos, reportaron por radio que lastimosamente el compañero había muerto. ¡Qué dolor! Yo que soy una persona sobrepensadora y que normalmente siempre trato de ir un poco más allá y escarbar en la historia, pues claro, en ese momento me empecé a cuestionar muchas cosas. Y esa noche me acosté pensando que es muy conflictuante que tal vez las últimas palabras que él dijo en vida me las dijo a mí y fueron palabras de súplica, pidiéndome que hiciera algo por él y yo en su momento me sentía impotente porque ¿qué podía hacer? o sea honestamente yo hice lo que estaba en mis manos pero esa sensación de que alguien enfrente de ti te está diciendo te está pidiendo ayuda y sentir que no puedes hacer nada más y que la vida se te está diciendo, te está pidiendo ayuda y sentir que no puedes hacer nada más y que la vida se te está yendo entre las manos, me afectó muchísimo. Uf, durísimo. Y me imagino que como esa, miles de historias y de experiencias duras y difíciles. Pero hoy en día te sientes orgullosa en la institución, representando y sobre todo con ese activismo que mencionabas ahorita, que a propósito de esa frase me encantó. O sea, soy activista simplemente por el hecho de estar ahí. Honestamente sí, soy una enamorada de mi institución, soy una enamorada de la policía. A veces tengo mis conflictos existenciales, porque es una profesión que para nadie es un secreto, es demasiado exigente y absorbente, no es una profesión normal, pasé Google de trabajar mis ocho horitas, cinco días a la semana, sí, tal cual ganándome el sueldazo entrar aquí a las siete de la mañana y salir cuando toca a veces tengo que irme no sé, un fin de semana para un municipio apoyar algún servicio y realmente esa inestabilidad te genera mucha ansiedad. Yo de por sí soy una persona bien ansiosa. Sí. me alborota eso a tope pero también tengo que decir que es muy gratificante el tener la posibilidad de explorar tantas facetas de la vida y de conocer a las personas sin máscara porque muchas veces las personas todas y me incluyo porque creo que todas las personas manejamos una máscara, un amajo de presentación y un amajo interno. Sí. Creo que en psicología está el concepto que el yo, el súper yo, no sé, no soy experta en el tema. Sí. Y es que cuando tú estás en casos policiales realmente te das cuenta de la autenticidad de las personas, de ver, no sé, familias en unos conflictos tenaces, papás que muchas veces agreden a sus propios hijos, parejas en las que tal vez una persona agrede a la otra, pero la otra persona es tan codependiente que no solamente permite ese daño, sino que prácticamente lo está legitimando. O sea, prácticamente le está dando la razón, no es que me pego porque me lo merecía. Y llegar uno como policía a encontrarte de estas situaciones es muy complejo. También el tema de que te hace muy consciente realmente de en qué parte o en dónde te ubicas dentro de la sociedad. ¿Por qué? Porque a veces uno no es consciente de los privilegios que tiene. Porque a veces uno no es consciente de los privilegios que tiene. A veces uno, no sé, tiene un techo, tiene una comida, tiene la posibilidad de educación, personas que lo quieren, y uno no es agradecido. Porque uno dice, ay, Dios mío, ¿por qué tengo este pelo así? Y dramatiza de cosas que realmente son muy minúsculas. Y cuando tú te enfrentas a esta contraposición de realidades, es donde tú te das cuenta de realmente yo estoy muy privilegiada cuando tú te ves enfrentada a esta situación en la que no sé al mediodía estás almorzando en la gobernación con todos los del consejo tabla de quesos, vinos con música en vivo y ese mismo día por la noche en servicio de cierre de establecimientos estás hablando con la trabajadora sexual, con el habitante de la calle, mientras te tomas un tinto que te vendió una chica que salió huyendo de Venezuela, realmente te das cuenta del contraste tan abismal. o sea, la desigualdad te hace consciente de realmente en qué punto estás tú y realmente de lo privilegiadas que somos a veces como personas y no lo vemos totalmente, totalmente, me pasa todo el tiempo aquí, ¿sabes? Escucho tantas historias y por ahí decían estos días que vos podés hacer un golpe de realidad y te quiero agradecer por eso porque hoy me enseñaste y nos enseñaste a abrir la mente, a entender muchas más realidades me instruiste un montón y quiero seguir aprendiendo sobre tantos temas, pero sobre todo me alegra detrás de toda esta historia es que estás representando a un grupo muy importante que necesita mujeres como tú valientes, guerreras, luchadoras que digan aquí estoy y me pongo la camiseta, o en tu caso, las botas y el... El batisinturón. El batisinturón para luchar por la patria y sobre todo para representarnos. Te agradezco. Me hubiera encantado tenerte con uniforme, pero sé que por temas institucionales no, pero quizás en otro momento, o sea no lo descarto del todo, pero pues digamos que eso ya requiere un protocolo un poquito diferente, igual si algo tengo de conciencia y también hacia donde apunto es a seguir creciendo más allá de que ya se me marcó un hito, la idea es seguir abriendo espacios seguir inspirando, y si bien es cierto hoy en día soy la primera oficial trans de las fuerzas armadas ¿por qué no apuntarle a ser algún día la primera mujer trans general de este país? ¡Wow! ¡Me encanta! Realmente es un sueño guajiro que tengo sé que es complejo, requiere de mucho trabajo, pero mi vida y mi experiencia me ha enseñado que los sueños se cumplen. Me encanta, gracias por estar aquí y bueno, si tengo la oportunidad de reencontrarme contigo con ese uniforme, espero poder decirte hola mi general. Claro que sí. Esto es Vos Podés, el podcast. Soy Tatiana Franco y esto es Vos Podés, el podcast. Vos Podés, el podcast. Soy Tatiana Franco y esto es Vos Podés, el podcast. Vos Podés, el podcast.